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Trujillo, La Libertad, Peru
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lunes, 20 de marzo de 2017

OTRA VEZ (ARTÍCULO DE OPINIÓN PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 19 DE MARZO)

Hace 19 años, aguas de la Quebrada de San Idelfonso corrían por las calles céntricas trujillanas, luego de que las aguas contenidas en un antiguo reservorio chimú, convertido en cementerio ilegal, hayan sido inadecuadamente tratadas para evitar el rebalse eminente. Y la riada de agua buscó su cauce natural de siglos, ahora convertido en calles y avenidas céntricas. En 1998, hace 19 años. Igualmente en noviembre de ese año, una revista local, especializada en construcción, publicó un artículo mío, “¿Preparados para la adversidad?”, en el que reflexiono sobre nuestro actuar frente a tan apabullante fenómeno, como el que nos aqueja en estos momentos. Ahora que releo los contenidos, poco o nada se ha hecho para cambiar los errores cometidos en ese entonces: se ha seguido construyendo en zonas identificadas como lechos de ríos secos; hay hasta edificaciones de material noble que demuestran cierta solvencia económica. Y Mampuesto sigue siendo utilizado como un cementerio. Otro dato anecdótico fue la publicación de un mapa histórico en que se mostraba toda la red de ríos secos, sobre los cuales se han construido calles y avenidas. Lejos de tomar en cuenta el hecho de ser un cauce natural, los ingenieros, planificadores urbanos y autoridades municipales y regionales de estos últimos 19 años han pavimentado estas zonas sin medidas de precaución (por lo menos, drenes) por lo que la ocurrencia de desastres es mayor en las mismas; además tienen numerosos rompemuelles incrementando el problema.

Trujillo ya viene afrontando una tropicalización, fruto del cambio climático y de la presencia de Chavimochic, proyecto que ha generado un impacto sobre la población. Incremento del calor y humedad, y subida de la capa freática son algunos de los cambios sustanciales experimentados en los últimos años. Y con un Niño, estos se incrementan exponencialmente. El Norte peruano debe de construir pensando en un nuevo Niño, fenómeno inevitable y cada vez más violento. Las carreteras y calles están pensadas para ciudades de escasa lluvia; por eso, colapsan irremediablemente. El sistema de drenaje de Guayaquil debe de ser un ejemplo a imitar por todas las ciudades norteñas: desde Huarmey hasta Tumbes. ¿Las autoridades regionales y municipales se han dado una vuelta por Arequipa para ver el puente que une a dos distritos de esa ciudad? ¿Por qué el puente Moche está a la altura del cauce mayor de este río? ¿No se aprendió con lo que pasó en Piura en 1998 o queremos que suceda el mismo incidente? ¿Existe algún otro puente alternativo para Trujillo, con casi un millón de personas, con las ciudades del sur? Las construcciones del boom de los últimos años han mostrado grandes problemas en su edificación. ¿Se construyeron pensando en el Trujillo de los 80? Queda en la sospecha que muchas previsiones hayan caído en saco roto a causa del fantasma de la corrupción, como Chavimochic, que ha corroído nuestra sociedad por décadas. Al final de cuentas, la reconstrucción es negocio redondo y aceitoso.


viernes, 17 de marzo de 2017

¿PREPARADOS PARA LA ADVERSIDAD? (ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA CONSTRUYENDO 13 DE NOVIEMBRE 1998, HACE 19 AÑOS). SIGUE VIGENTE.

Artículo publicado el 13 de noviembre 1998, Revista Construyendo Diario La industria

Los últimos acontecimientos que abatieron a nuestro país deben de invitarnos a una reflexión sobre nuestra actitud y planificación de todas las actividades que desarrollamos, empezando por una de las más básicas y prioritarias: la educación.
Hemos sido testigos de un cambio de actitud general hacia muchos cursos escolares, desplazados unos por otros, los últimos magnificados por una serie de cambios que han venido sucediendo en los últimos años. Esta actitud, sin embargo, no solo es ajena a los PPFF o estudiantes, sino a los mismos docentes de los cursos en cuestión, lo que agrava esa dejadez traslucida en poca innovación, escasa motivación y débil capacitación que se da los docentes de esas áreas. Me estoy refiriendo a los cursos de Geografía, Historia y Educación Cívica.
Vamos paso por paso. El reciente fenómeno del Niño (1998) es un acontecimiento evidentemente geográfico, cuya repercusión se hará sentir por varios años, en un principio, negativos; y, de ser bien canalizados, en positivos. Este acontecimiento ha sido estudiado por mucho tiempo por los científicos especializados en geografía física y climatología. Los instrumentos cada vez más sofisticados permiten obtener datos más exactos, corroborando o corrigiendo observaciones hechas hace varios años e incluso siglos.
Es, también, un  fenómeno histórico, de marcada preocupación por todos aquellos que han sido, son y serán afectados por este acontecimiento de envergadura que causó, incluso, la desaparición o casi extinción de culturas ancestrales. Por lo tanto, las preocupaciones centradas en la visión real de que dicho fenómeno es inevitable han desarrollado, a lo largo de la historia, respuesta para poder sobrellevarlo. En algunos casos, los antiguos peruanos lograron armonizar y sobrevivir al fenómeno; en otros, significó la extinción de esa civilización.
El desarrollo silencioso de la Historia y Geografía permite entender mucho mejor por qué muchas culturas se hubieron extinguido sin que haya mediado participación externa humana (invasión, guerra). Algunos misterios comienzan a ser comprendidos en su real magnitud gracias a la necesaria interrelación disciplinaria, acción aún no del todo planteada en aulas escolares o universitarias, más por prejuicio o celos desarrollados en las últimas generaciones. Este conocimiento es necesario para cualquier sociedad, pues le permite buscar medidas preventivas y a desarrollar estrategias que nos permitan continuar existiendo evitando el colapso. Y este conocimiento, básico o profundo, se accede por la educación de toda la población involucrada.
La población, de pronto, se encontró sorprendida por aquello que ya estaba previamente anunciado. El diario La Industria publicó mapas donde figuraban datos ya observados ¡hace siglos!, datos que la arrogancia moderna jamás los tomó en cuenta. Calles céntricas del viejo Trujillo son en realidad cauces secos. Se construyeron edificaciones –hasta de material noble-en lechos de ríos secos, los cuales se colmataron (no hay que ser un genio de ingeniería o de historia para saberlo, ¿o sí?) y volvieron a su esencia natural. ¿Qué pasó con todos los sofisticados conocimientos de ciencia y tecnología frente a lo de Mampuesto? ¿Se consultó a los anales de la historia que fue un RESERVORIO creado para aprovechar las aguas de las quebradas? Otros datos, desde el aire se ve cómo estuvieron afectados, Huanchaco, Huanchaquito, Trujillo y sus numerosos barrios, el cauce del río Moche, todos anegados; pero Chan Chan no muestra amenazas de este desembalse.
¿Qué pasó con Defensa Civil, la cual TODOS integramos? ¿Qué pasó con nuestro sentido de colaboración, solidaridad y orden durante el desastre? ¿Por qué la gente se dedicaba a crear sus propias protecciones sin orden y coordinación alguna para crear una suerte de canal para canalizar las aguas que venían? ¿Dónde aprendemos esto? ¿Hay cursos destinado para esto? ¿Matemáticas, Química, IT? De aquí vienen más preguntas: ¿cuántas horas gastan nuestros estudiantes en marchar por las calles de Trujillo, las cuales no saben proteger en caso de desastre? De haber capacitado mejor a nuestros jóvenes, ¿hubiesen sido más efectivos en hallar respuestas a padres desesperados ante una casa inundada? ¿Qué les estamos negando, pues, a nuestros estudiantes en nuestros centros educativos?
De ahí vienen más dudas sobre las universidades, ¿estas instituciones que forman a los futuros dirigentes (creo) de su región, ciudad y barrio incluyen en sus estudios de la realidad, si es que los hay, la presencia de este Fenómeno? Ingenieros civiles, arquitectos, economistas, comunicadores, ¿saben lo que es el Niño y lo que debe de hacerse para atenuar sus consecuencias? Entonces, ¿es el Fenómeno del Niño un acontecimiento importante a tomar en cuenta o nos lo pasamos por alto?

En nosotros, como docentes, están las respuestas.

domingo, 5 de febrero de 2017

DESNUDEZ TOTAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 FEBRERO 2017)

Lo sucedido el último jueves 02 en Trujillo desnudó totalmente a toda una ciudad de casi un millón de habitantes que teóricamente debería haber tenido una capacidad de respuesta más efectiva ante este fenómeno pluvial ocurrido, puesto que hasta hace menos de un año la ciudad y la Región entera estuvieron ejecutando diversas obras de prevención ante un fuerte fenómeno del Niño ampliamente voceado durante el 2015, tanto así que diversas actividades fueron elevadas a alerta amarilla, como sucedió con el año escolar en todo el Norte peruano. El fenómeno en sí se manifestó levemente y no tuvo el temido impacto que iba a golpear toda actividad humana en el Norte y específicamente nuestra Región y ciudad. Los efectos se vivieron en otras regiones del planeta. Uno al leer los diarios  de esos meses puede obtener información que da cuenta de las obras planificadas (algunas quedaron inconclusas, parece ser) e informes de monitoreo que iban y venían sobre las medidas preventivas que se hacían para el agro y sistema vial departamental, así como las que se iban tomando en una urbe que guarda en sus recuerdos los daños infligidos sobre sus habitantes en 1982 y 1998. Las autoridades de entonces estuvieron alerta hasta declararse oficialmente culminado en el mes de mayo del año pasado. Ergo, todo el país mantuvo, en teoría, su atención y precaución ante una grave ocurrencia hasta hace ocho meses.
Sin embargo, casi medio año después, lluvias de regular intensidad (no son las que un mega Niño trae) han mostrado de manera abrupta que todas aquellas voceadas prevenciones no han cumplido con su objetivo. El Estado había destinado una buena partida presupuestaria para ser ejecutada por el Estado mismo, los Gobiernos regionales y locales. El Gobierno de ese entonces había destinado presupuestos para medidas preventivas durante el 2015 y para reconstrucción en el 2016. El dinero estaba destinado a limpiar y mejorar de cauces de ríos, construcción de muros de contención, sistema vial, entre otros. Los resultados no pueden ser tan buenos si hemos tenido esta situación casi desastrosa que estamos viviendo y que tiende a agravarse. La pregunta es qué se hizo.
Lo de Trujillo como ciudad sí es lamentable. Las lluvias desnudan una gran verdad: nuestro sistema vial va camino al colapso. Entre rompemuelles y la carencia de drenes, la ciudad se convierte en un gran charco que incrementa la molestia por la lenta evaporación de las aguas estancadas y el peligro latente de un rebrote de las no pocas enfermedades endémicas de la Región, como el dengue. Pero además están los ciudadanos que somos poco conscientes de cómo actuar en estas situaciones: el caos generado en el tráfico casi rayano al salvajismo es una muestra de lo poco preparados, en general, que estamos. Los trujillanos nos convertimos, a la larga, en una gran parte del problema. Vayamos a cambios necesarios de estructuras sociales y mentales.

jueves, 24 de diciembre de 2015

CRÓNICAS DE LAMBAYEQUE 1

Sábado 21 y domingo 22 de noviembre. La visita de Isabel a Trujillo propició otra salida a la Región Lambayeque. Un par de días antes, el miércoles 18 había ido de visita a dos museos de la Región: Sicán y Tumbas Reales de Sipán. Esta visita de un día fue demoledora, ya que era una jornada intensa que, pese a todo, no logró concretarse la visita al Museo de Sitio de Túcume, que era otro de los museos a visitar. Siempre es bueno volver a estos museos, pues muchas veces en las anteriores visitas realizadas vas perdiendo detalles por diversas razones o apuros. Un detalle: en el Museo Nacional de Sicán, ubicado en Ferreñafe, uno visita la reconstrucción de las tumbas de dos grandes soberanos de esta cultura (http://www.go2peru.com/spa/guia_viajes/chiclayo/chiclayo_sican.htm).  Desde el 2001, año de su inauguración, se muestra una tumba (la occidental) que tiene, desde su origen, una hipótesis errada. Pareciera que este señor hubiese sido enterrado de tal forma que replicase el acto del nacimiento. Pero, según me han comentado varios arqueólogos, esta tumba sufrió antaño un deslizamiento y por tal motivo quedó en una posición que hizo suponer un entierro bastante peculiar y nunca visto en el mundo, cuando todo indica que estuvo enterrado como el otro gran señor cuyo entierro visitamos en la sala contigua. (https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1226909850672367&set=pb.100000600914417.-2207520000.1450963229.&type=3&theater). Ojalá se corrija esto, puesto que, como se indica, los mismos guías destacan esta modalidad supuesta. Este viaje sí te permite descubrir situaciones de nuestra educación. Muchos de los chicos no conocían estos lugares, pese a que ya habían estado en otros lugares del Perú e, incluso, de América, pese a ser casi vecinos.
Volvamos a nuestro viaje de dos días. En realidad, nuestra meta era Laquipampa, un refugio de silvestre que queda cerca de Íllimo, en la ruta entre Chiclayo y Olmos (http://www.rutasdelperu.org/rvs-laquipampa/).  Habíamos hecho todas las coordinaciones previas para quedarnos una noche y un par de días en el albergue de este refugio. Viajamos el sábado por la mañana. La expedición estaba conformada por Isabel, María, Lorena y yo. El paquete incluía el recojo, el hospedaje, un desayuno, almuerzo el domingo, pago de entradas y la visita a todo el santuario (lo accesible). Llegamos casi a mediodía, pero hubo un incidente con los lentes de Isabel por lo que al llegar tuvimos que buscar un lugar para poder repararlos. Una vez concluida la misión y haber cancelado lo que faltaba para pagar los servicios de los cuatro viajeros, salimos con destino a Lambayeque para almorzar ahí. Como el miércoles estuve en el lugar y había sugerido un restaurante al cual fuimos hace un par de años, nos dirigimos ahí por la variedad de precios y diversas alternativas. No hay pierde. Se llama El Pacífico (https://www.tripadvisor.com.pe/Restaurant_Review-g1926372-d6966971-Reviews-El_Pacifico_Lambayeque-Lambayeque_Lambayeque_Region.html) y tiene precios imbatibles para la calidad y cantidad de los platos ofrecidos en la carta. Una vez concluido nuestro opíparo almuerzo nos fuimos a Íllimo. La carretera es fatal, es bastante estrecha y en los pequeños pueblos de la ruta, el tránsito se hace pesado y peligroso. Esta carretera a Olmos se ve cargada de vehículos pesados (ómnibus, camiones de todo tipo de carga y dimensiones) y he visto a varios turistas aterrados, no solo por ello, sino por la velocidad en la que van los mismos transportes turísticos. El nuevo museo de Túcume atrae un interesante tráfico de turistas, pero si no mejorar la infraestructura vial, estos se van a pasar la voz sobre los riesgos que esto conlleva. Ya en el 2014, en otra visita, la ciudad de Ferreñafe era una polvareda. Y la carretera a Olmos debe ser ensanchada, señalizada y con permanente conservación. Llegamos con cierta comodidad a nuestro albergue, donde ya nos estaban esperando. Atravesamos un cementerio abandonado de la ciudad. Ha caído en el olvido luego del último Niño de 1998 y el saqueo hecho por los brujos de la zona.



Como habíamos disfrutado un par de cervezas, decidimos descansar un poco y luego ir a la piscina del lugar. En el local había un chileno que estaba por negocios ahí. Se hospedaba desde hacía un mes. Iba por la agricultura de Olmos. Salimos a la pequeña alberca; las chicas decidieron no bañarse, así que entré solo. El agua tibia y rodeados de árboles y aves. Cenamos algo ligero y nos preparamos, ya que salíamos temprano a la reserva y nos llevábamos nuestro equipaje. Las historias que nos contaba el señor que cuidaba el albergue eran interesantes. Él fue un sobreviviente del terrible Niño que tuvimos en 1982-83. Estuvo aislado por casi tres meses sobre una colina con su hermano menor por el desborde del río La Leche. Pensaba que sus padres se habían ahogado, pero sobrevivieron. Esta zona vive el trauma de un posible nuevo mega Niño.

Sin embargo, los planes cambiaron. Toda la noche llovió y las carreteras de trocha que tiene la Reserva quedaron hechas un lodazal. Así pues, nuestro guía nos propuso dos opciones: devolvernos el dinero o hacer un plan alterno de lugares que no habíamos visitado. En general, había visitado todo lo posible de Lambayeque, pero las chicas no. Propuse Mórrope y su iglesia, Ventarrón, Huaca Rajada y el museo de sitio, y Saña. Iba a ser un bonito viaje. Comenzamos con San Pedro de Mórrope. Originalmente era una reducción indígena creada en el siglo XVI (1566-67). La iglesia se comenzó a construir por esos años, pero fue muy afectada, según  los datos del libro Templos virreinales de los valles de Lambayeque de Castañeda, Espinoza y Pimentel (edición 2015) (http://libros.fcctp.usmp.edu.pe/templos-virreinales-de-los-valles-de-lambayeque/).  Luego de diversos avatares, en 1751 se logró la bendición por parte de un arzobispo limeño que se hallaba en tránsito. Y se logró que el interior estuviese cubierto de una extensa pintura mural, de la cual quedan interesantes restos en diferentes muros de la iglesia. Esra la visitamos como última lugar, pero el párroco nos atendió de manera amable y muy honesto en sus observaciones sobre el trato de estos espacios históricos. Además, a la mano derecha hay una capilla doctrinal que fue utilizada como cementerio hasta entrada la República. Esta capilla, la de la Ramada, recibió una atención especial por parte del equipo de la revista National Geographic que sacó una edición especial para “presentar” las investigaciones hechas sobre el descubrimiento del Señor de Sipán y todo el entorno lambayecano (junio 1990, vol. 177, No 6). Lo que llama poderosamente la atención es el tramado del techo y las columnas que lo sostienen, hecho en troncos de algarrobo; según la revista, esta capilla se construyó siguiendo el estilo arquitectónico moche, como se puede ver en su cerámica. Para entrar nos acompañó un grupo numeroso de niños que iban al catecismo. Uno de ellos nos trajo la inmensa llave que aún se emplea para abrir las puertas de la capilla. En esta vimos una excavación que, de acuerdo al párroco que nos acogió en la visita a su iglesia, no estaba permitida. Cosas que se ven en nuestro país. La capilla también es el lugar para un pequeño centro de interpretación donde vimos cómo manufacturan flores de papel o trabajan con el algodón original de la zona y que casi fue extinto por la campaña que se hizo para difundir el de calidad Pima. En realidad, luego de visitar esta iglesia y haber visto las muchas que hay en los pequeños pueblos, una ruta interesante sería esta: tour eclesiástico. Incluso visitar aquellas que la desidia han dejado caer en el olvido y en el desastre (como Eten o los abandonados restos de varias iglesias de Saña).