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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 19 de agosto de 2018

ANATOMÍA DEL CORRUPTO A LA PERUANA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 19 DE AGOSTO)


La proliferación inaudita de corruptos en Lima ya está tocando a Trujillo. El Poder Judicial de nuestra ciudad se ve remecido por una serie de acusaciones que, posiblemente, terminen pareciéndose a los gruesos destapes hechos gracias a los audios difundidos por diversos medios limeños que muestran el poder del narcotráfico (origen de la investigación), lavado de activos y tráfico de influencias. Además, nos permite conocer a una retahíla de corruptos que han desarrollado un espíritu cínico bajo el amparo de una serie de absurdas justificaciones legales risibles que los mantiene, aún, en sus puestos. Es cinismo puro. Jueces, abogados, empresarios, comunicadores, periodistas, políticos hasta deportistas de antaño, han sido nombrados y pocos, desgraciadamente, acusados y en prisión. Lo lamentable es que, tras ellos, hay un grupo nutrido de personas que los defiende, quizá por temor a que la caída de aquellos los involucre estrepitosamente.
Aunque la corrupción en nuestro país campea por siglos (hay que leer el libro Historia de la corrupción en el Perú de Alfonso Quiroz Norris), los eventos del periodo montesinista y el actual cuentan con claras evidencias de la corrupción: aquel con vídeos; este, con audios. Pese a todo el aparato legal que jueces y abogados corruptos quieren emplear para deslegitimar las pruebas obtenidas en los recientes audios, las evidencias quedan y la sociedad ya está informándose. Nosotros sí tenemos por qué estar indignados por los recientes sucesos, salvo que uno sea abiertamente cómplice de cualquiera de estos individuos. Veamos el perfil del corrupto, según Bertrand De Speville, especialista en lucha contra la corrupción. Muchos de nuestros personajes identificados como tales encajan perfectamente. Tomemos a cualquier persona identificada en los audios que sea un corrupto comprobado o que tiene todas las posibilidades, pese a los artilugios legales (como prescripciones u otras leguyadas), y comprobamos: 1) Cree que lo suyo es más valioso (“sobrevaloración psicótica de lo propio”) frente a una subvaloración de lo ajeno, sin remordimiento alguno. 2) Genera un clima de credibilidad de tal manera que las personas que son víctimas de sus actos colaboran con ellos con toda pasividad; por eso detestan la violencia para no generar inestabilidad en su juego. 3) Es hábil y crea mecanismos que aseguran una cierta estabilidad para mantener la actividad corruptiva en el campo que se está desempeñando. 4) Se convierte paulatinamente en una persona admirada por dotes intelectuales y capacidad de “emprendimiento”. 5) Desprecia a las demás personas que, pudiendo hacer lo mismo, no son arrojados a realizar dichos actos. 6) Y, por último, ya cayendo en los límites de la insania social, tiene una escasa percepción del riesgo y desarrolla una confianza amparada en la impunidad. Así podemos entender la actitud de Hinostroza, Chávarry, Camayo, un largo etcétera a la peruana.

domingo, 5 de agosto de 2018

TODOS LOS CAMINOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 05 DE AGOSTO, TRUJILLO)


“Todos los caminos conducen a Roma”. En nuestro país, “todos los caminos conducen a la corrupción”.
Tras idas y venidas en estas dos últimas semanas, la ética, la verdad, la justicia y la credibilidad han recibido tantos golpes humillantes. Sus repercusiones están alcanzando a todos los ciudadanos sin excepción. Tenemos la conciencia social triturada, no solo por las acciones de los malos ciudadanos ejecutores de estas maniobras ilegales, sino por el absurdo manejo que otros tantos hacen de toda la información que ha ido apareciendo, ciudadanos a los cuales solo les preocupa sus intereses partidarios más que la verdad. Han ido pulverizando la conciencia ciudadana. Día a día, Pandora nos ha ido revelando pesadillas de un mundo movido por intereses lesivos contra nuestra sociedad en su conjunto. Las investigaciones, cuyo móvil inicial es la lucha contra el narcotráfico y el mundo criminal organizado en torno a este, han sacudido toda la clase política (bastante desacreditada), “empresarios exitosos”, personajes mediáticos, además del bastante podrido Poder Judicial. Además, nos ha acercado a grupos empresariales turbios, acusados de diversas formas de cohecho, malversación, extorsión e, incluso, asesinato. Los tentáculos de estas mafias se han enquistado en todos los campos y hemos visto personas autodenominadas de intachables e incorruptibles entrando en estas danzas nefastas; estas han tratado de justificarse tras la aparición de sus nombres en ese caldero de audios de esta valiosa investigación. Vemos desfilar jueces, abogados, congresistas, empresarios, deportistas, comunicadores: un largo etcétera humillante. La semántica nunca se había usado con fines tan viles para restañar su imagen ante los demás.
En esta vorágine, algunos líderes políticos están buscando estratagemas para salir librados de esta segunda oleada de escándalos; estos han intentado, escandalosamente, salir totalmente limpios del tema Odebrecht - Lava Jato. Aún quedan pendientes muchas explicaciones claras sobre la danza de dólares “invertidos” en campañas electorales de las últimas décadas y grandes favoritismos en concesiones en mega obras de infraestructura (¿les suena Chavimochic?). Solo estuvieron en prisión Ollanta y Nadine; pero, Marcelo Odebrecht y Jorge Barata hablan de más graciosas “donaciones” a candidatos y candidatas, sea de manera directa o indirecta en la modalidad de una bolsa de aportantes, explicación que comprometió a gente de la Confiep y medios.
Para cerrar esta lúgubre semana, vimos cómo los partidos políticos se han convertido en abiertos paraguas que acogen a oscuros postulantes para diversas alcaldías con el fin de legitimar sus actos delincuenciales. La captura del alcalde del distrito de La Victoria es una muestra de ello: el cuarto delincuente legal acogido por un partido capitalino. Estas evidencias nos hacen preguntar si en realidad somos sus cómplices y si estos son una real muestra de nuestra verdadera imagen como sociedad.