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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 4 de agosto de 2019

SE IRÍAN (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 04 DE AGOSTO)



“Se van todos”.
Durante la hora que duró su discurso de orden por las celebraciones de fiestas patrias, el presidente Martín Vizcarra se refirió de manera general a todos los grandes rubros del quehacer peruano. En salud, educación, economía, entre otros. Pero viendo a la larga su discurso, este no podía escapar a lo que ha enlodado y entorpecido nuestro desarrollo en las últimas décadas: la corrupción. Cualquier rubro que pueda mencionarse, está presente esta de manera subyacente. Por ejemplo, la continuidad del SUNEDU es necesaria, pese a sus bemoles; recientemente, una universidad en Chiclayo ha sido cerrada por esta institución debido a malos manejos de corrupción hechos por su rector vinculado al mundo político de esa ciudad. O el caso de Odebrecht y la tercera etapa del proyecto Chavimochic que ha generado división sobre su continuidad en el mismo. Esta empresa removió los cimientos de la clase política peruana y premiarla con su licenciamiento es entrar en una grave contradicción. La corrupción ha minado todos los campos de la vida peruana, desde las esferas económicas, políticas y sociales más altas hasta el quehacer cotidiano de todos los peruanos. La vemos en actividades comerciales, en actividades judiciales, un largo etcétera que coparían páginas con ejemplos y testimonios. Pero el enquistamiento de la corrupción es escandaloso en el Congreso del Perú. Bajo el manto de su inmunidad, ahora llamado impunidad, muchos congresistas han ido minando cualquier intento de lucha contra mecanismos y personajes corruptos. La palabra “blindar” era frecuente en todos los medios de comunicación y la ciudadanía veía con impotencia cómo estos personajes iban encubriendo por propios intereses a individuos de baja catadura, entre ladrones de combustible, maniáticos sexuales, extorsionadores laborales, falseadores de información, entre tantas otras perlas. E, incluso, permitir la fuga de algunos de ellos gracias a la rémora de su accionar en diversos procesos que implicaban su celeridad.
Y vino la estocada, la que ellos pensaban que nunca llegaría, salvo usando los artilugios dictatoriales alguna vez usados por Alberto Fujimori. La parte final del anuncio presidencial del 28 de Julio ha dejado boquiabiertos a esos malcriados e indolentes miembros del Congreso, no sin antes haber recibido por parte del presidente muchas frases y palabras que han cruzado por la mente de millones de peruanos cuando encubrían a César Hinostroza o a Pedro Chávarry; o cuando cambiaban el sentido de las reformas necesarias para limpiar la alicaída política peruana. El anuncio de adelanto de elecciones generales para el 2020 tiene dos salidas y ambas podrían conducir legalmente a una esperada solución: convocatoria general.
La encrucijada en la que se halla este inefable Congreso es definitiva para su suerte. Tuvimos congresos malos, pero nunca uno tan plagado de mediocridad y delincuencia. ¿Tendremos una respuesta a su altura?

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