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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 22 de abril de 2018

¿HUANCHACO, QUO VADIS?


En las últimas semanas, una serie de sucesos polémicos ha generado un fuerte malestar en el otrora simpático balneario de Huanchaco.
El ancestral balneario ha tenido, desde la revocatoria del exalcalde Fernando Bazán Pinillos, gestiones ediles bastante díscolas con la gestión realizada y sus frutos, lejos de haber beneficiado al grueso de la población, dista de satisfacer a los residentes del balneario. Huanchaco es una antigua caleta de pescadores que mantienen tradiciones milenarias; estas se ven en su actividad diaria, las cuales son la admiración de muchos foráneos que, además, hallan en este sitio un lugar de tranquilidad y descanso. Bueno, hallaban. Huanchaco dista de ser un lujoso balneario o un resort como suelen ofrecerse en lugares estratégicos plagados de palmeras y arenas blancas. Eso no ofrece Huanchaco; este sitio ofrece historia, pasado milenario, costumbres ancestrales, pasado digno. Ofrece raíces que comparte con Trujillo. Carga una historia que se puede hallar en diversos rincones de este pueblo, si sabemos buscarlos en agudeza. Su iglesia es emblemática y es una suerte de icono importante para la ciudad de Trujillo en su conjunto. Lastimosamente, Huanchaco ya no puede ofrecer amplias playas de hace un par de décadas. El cambio climático ha contribuido, de manera directa, más errores políticos y de planificación, complotaron para que su litoral sea cada vez más estrecho. Ahora este litoral afronta peligros de sus autoridades, pues desechos emanados, control de residuos e instalaciones de desagüe se han convertido en una real amenaza para la integridad de este balneario. Planificaciones erróneas se han convertido en enemigo mortal para los habitantes del lugar. El reciente colapso del novísimo sistema sanitario abre todas las posibles sospechas de que algo sí está oliendo mal. El reciente sistema de servicios colapsó de la manera más burda y convirtió este turístico balneario en un pestilente lugar. Eso tiene ribetes de escándalo: conexiones mal hechas o inadecuadas estallaron por diversos lugares dejando a Huanchaco sumido en la fetidez.
Más escándalos llegaron juntos: los gastos para la limpieza de quebradas que colapsaron en el reciente Niño y el uso de zona intangibles del litoral costero. El primer caso se torna inconcebible, pues se contó con recursos suficientes para hacer un trabajo correcto para evitar que Huanchaco sufra nuevos estragos en cualquier fenómeno futuro. Las evidencias de un trabajo inadecuado saltan a la vista y ponen en riesgo a los habitantes en un futuro Niño. El segundo sí puede ser escandaloso e involucraría, de ser cierto, a la Marina peruana: el litoral tiene cierta extensión tierra adentro considerada zona intangible por seguridad nacional. El uso privado de esta exige sanción, aunque ejemplos varios en nuestro país desmerecen la seriedad y rigidez de esta disposición. La situación amerita, pues, una aclaración urgente a la colectividad.  

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