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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 11 de febrero de 2018

PENA DE MUERTE ESTILO CHIFA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 11 DE FEBRERO)


Esta última semana ha sido muy reveladora. Dos grandes verdades que han retratado a una sociedad enferma, doliente, casi esquizofrénica; la nuestra. La violación y posterior asesinato de la niña Jimena Villaneda por parte de César Alva Mendoza han desatado reacciones extremas en la sociedad peruana, la cual está pidiendo a gritos la pena máxima para deshacerse de ciertas lacras sociales. También apareció en los diarios los resultados de la muestra de la carne que fue hallada en enero último en el auto de un ciudadano chino, Liu Xiunhuan, dueño del chifa Asia en Independencia, Lima. Ambos hechos han mostrado una sociedad bastante machista, xenofóbica, manipulable; ergo, muy desinformada.
El caso del chifa de Independencia rayó con la insania ante la reacción violenta de un grupo de ciudadanos identificados con movimientos en pro de los animales. La agresión física contra el ciudadano chino y los posteriores comentarios xenofóbicos en las redes son la cúspide de este movimiento generado inicialmente en contra de los ciudadanos venezolanos a quienes culpan de haber robado el trabajo a muchos ciudadanos peruanos, los cuales lamentablemente no están calificados para cualquier puesto laboral al cual hubieran postulado. El comercio ambulatorio halló en estos ciudadanos personas más amables y aseadas que “nuestros” ambulantes, muchos de ellos culpables del deterioro del ornato y limpieza de nuestras ciudades. La gente habla de la sana competencia; ahí la tienen. La “formalización” de la xenofobia vino de boca del congresista Justiniano Apaza, tipo oportunista alojado en la izquierda peruana, quien con su actuar trasgrede la integridad de la persona, bandera de lucha que promociona su partido.
El segundo caso desnuda muchas fallas de nuestra sociedad. Es la suma de muchos nuestros errores en cuanto al trato con nuestra niñez. Abordemos un punto: nuestro país ostenta un alto índice de niñas embarazadas; muchas niñas tuvieron que enfrentar una o varias violaciones; pero también tenemos una juventud irresponsable frente a la sexualidad. Los programas de educación sexual más sinceros duermen el sueño de los justos por decisiones de toda índole, menos educativa. Niños desde 05 años en adelante están expuestos a programas mediáticos nada edificantes en las que las mujeres son denigradas impunemente; están rodeadas de una cultura en la que la sexualidad es una forma de poder promocionada por muchos cantantes de música popular; imágenes en la que la mujer voluptuosa tiene más popularidad y aceptación. Los jóvenes carecen de herramientas que les permitan asumir su corporeidad personal con respeto y respeto por los demás. Creamos seres incompletos, campo de cultivo de ideas enfermizas entre las personas que establecen relaciones insanas con los demás. Lo económico no es determinante. Los violadores se van construyendo en espacios sociales que permiten su “desarrollo”. ¿A quiénes entonces ejecutamos?

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