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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

viernes, 26 de diciembre de 2008

PUNO, TECHO DEL SUR (1)



Semana Santa de 1997. Pensaba en hacer algún viaje simpático, no creo que alguno de mis amigos tuviese la voluntad de acompañarme así que me organicé para ir solo. Hurgué muchas posibilidades y me concentré en el sur. Ya había estado en Tacna y muchas veces en Arequipa y Cuzco. Puno y el lago Titicaca, era el espacio. Así que me puse manos a la obra: organicé todo el viaje de tal modo que todos los días había algo que hacer. Eso quizá fue una de las situaciones que han de entrar en crisis durante en el viaje como luego contaré.


Salí de Trujillo temprano en AEROCONTINENTE e hice conexión en Lima con un vuelo de FAUCETT (ambas líneas áereas ya no existen, gracias al libre mercado). Llegué por la tarde al aeropuerto de Juliaca, habíamos hecho escala en Arequipa; la señora que iba sentada atrás tuvo la infeliz iniciativa de mostrarle a su compañera de viaje dónde había caído un avión de la misma empresa el año pasado (donde murió uno de los hijos de De Szyslo). Eso me inquietó un poco, ya que fue por un error de aterrizaje que el avión cayó con sus 125 personas. Felizmente aterrizamos sin problemas. La vieja desgraciada bajó ahí también, no la hubiera soportado hasta Juliaca.
Por avión pasas por encima del Misti y Chachani, es una sensación interesante. Llegas a Juliaca 20 minutos después, lo que por tren te demora casi 24 horas (¿cuándo mejorarán nuestros trenes? Ni por haber sido privatizados han mejorado).
Ya en Juliaca el frío y la altura te pasan una cierta factura al cambio. La agencia de viajes se había comprometido a recogerme; Puno no tiene aeropuerto, pero la distancia de Juliaca a Puno no es exagerada, en 15 a 20 minutos ya ves el lago y la ciudad. Me instalé en un hotel regular, no tan lejos de la ciudad. Luego de almorzar, nos fuimos a Sillustani; en el viaje hice buenas migas con una pareja de brasileños. El viaje sí fue impresionante. El lago que uno ve como paisaje de fondo no es el Titicaca, es la laguna Umayo. Los monumentos por su condición líticas están regularmente preservados. Lo interesante es su origen, no es inca sino Colla y este espacio necrológico fue usado por los señores del Cuzco. Los conquistadores españoles quisieron rápida ganancia y dinamitaron estas tumbas; algunas de ellas se ven colapsadas y las preservan así para ver la brutalidad y la estupidez a la que puede llegar el ser humano. En el retorno nos detuvimos en el pueblo de Paucarcolla, había una fiesta de San Tiago Labrador; vimos una de las andas totalmente cargadas de frutas y todo tipo de vegetales para rendir homenaje a su santo patrón. En el retorno hablando con los brasileños y luego de haber entonado alguna canción de María Bethânia, ella reflexionaba sobre lo que veía de Puno (y de todo el Perú). Le extrañaba que casi todos los edificios estaban a medio acabar; todo nuestro país tolera esta visión que tenemos de nosotros: no hay nada concluido. Y esa trasgresión visual la toleras como normal. Nada de enlucido, que quede sólo el ladrillo.
Al día siguiente me esperaba un viaje alucinante, fuimos al muelle y vi la cantidad de algas que se había expandido por el muelle, a causa de la polución. Estas algas estaban matando el resto de la flora y fauna, ya que no deja filtrar los rayos solares. Espero que a estas alturas ya hayan mejorado eso. Nos íbamos a la isla Tequile. Estuve en Puno en 1973 (cuánto tiempo) y 1977; pero esta vez sí me aventuré a más. En el 73 y el 77 estuve en la isla flotante de los Uros; pero esta vez me fui más allá (cuando estuve en Bolivia en 1993 llegué hasta Taraco e ingresamos a unas islas pequeñas donde vimos a otros uros fabricando balsas). El viaje en barco fue simpático y todos los turistas que íbamos en él estábamos muy entusiasmados de lo que veíamos, en un momento oí una sugerencia de nuestro guía: no agitarnos tanto ya que íbamos a necesitar nuestra energía para lo que venía. Llegamos a Tequile, vimos el pequeño embarcadero pero no la población, de pronto el guía nos señala nuestro objetivo: estaba en la parte superior de la isla. Menuda caminata nos esperaba. Cuando comenzó la ascensión, vimos a varios hombres del lugar que llevaban maletas de varios viajeros que iban a pasar la noche ahí. El ascenso fue penoso. Pregunté cómo se llamaba la escalinata: el calvario. Nunca mejor nombre colocado. Mientras los naturales subían sin problemas (con bultos, además) los demás éramos objeto de misericordia.
Al llegar a la parte superior, nos encontramos con los residentes lugareños, quienes son peruanos por elección, gracias a un convenio que han firmado las autoridades de esta pequeña isla y el gobierno peruano; vimos a los varones llevar simpáticos chullos, los colores indicaban su situación marital. Bacán.
Una vez distribuida la gente que se iba a quedar con los habitantes del lugar, los demás hicimos una pequeña marcha por el lugar, donde hay restos pre e inca. Personalmente tuve mis reparos para comer, pero el hambre apretaba: te ofrecen pescados del lago, sobre todo lifes que fríen delante de ti. También la papa y el chuño son parte de su gastronomía. Desde este lugar, el lago adquiere una nueva dimensión. Los pequeños poblados tienen algunas construcciones en piedra desde la colonia; el poblado tiene otra entrada, más larga, pero menos accidentada como ascenso. El lago está por todas partes.
Descendimos para nuestro retorno, el atardece pintaba el cielo. Iba a llover un poco (como así sucedió) y retornamos a Puno. Llegar a Puno de noche desde el lago es impresionante. Bello viaje.
Luego contaré mi viaje bordeando el lago para visitar Juli, Pomata y Copacabana; eso amerita otro archivo.

EL CALORCITO DE TARAPOTO




1998. En nuestro país, pese a todas las circusntancias, por ese entonces podías realizar viajes internos por avión sin necesidad de tocar Lima. Desde aquí, Trujillo, podías tomar un vuelo para Chiclayo, Piura, Cajamarca e incluso Tarapoto. Pero recuerdo que en 1985, habíamos podido viajar desde aquí hasta Iquitos, con escala en Yurimaguas. Eso ahora ya no existe. Con un grupo de amigos vimos la posibilidad de ir a la selva con este vuelo directo y no lo dudamos más.
Fiestas julias de ese año; todo el grupo de 6 personas subió al avión de AEROCONTINENTE que nos llevaría a nuestro destino. El vuelo salía a las 9 y media de la mañana y recuerdo que ese día hacía un buen clima, un sol radiante. La selva nos esperaba.


En el avión montados, vi a Canilla, uno de los viajeros, muy nervioso por el despegue del avión. El vuelo de casi una hora fue sin contratiempos. Llegamos a Tarapoto y no bien bajamos del avión, el calorcito pegajoso nos rodeaba, el trópico. Salimos a almorzar a una suerte de cabaña en una ruta que nos llevaba a las cataratas de Ahuashiyacu. El paisaje era bacán, feraz. La atmósfera era ardiente. La cabaña quedaba a un borde del camino colindando con un precipicio, había una suerte de zoológico muy divertido, con una buena cantidad de monos. Terminado nuestro almuezo, fuimos a ver las cataratas: algunos nos metimos al agua, pero no sabía que las aguas de esta cascada es friísima. El entorno alucinante, como alguna vez había soñado estar en un lugar así, rodeado de colinas suaves y cubiertos del sol (el sol, cuando quiere, puede masacrar).
Regresamos casi al atardecer en rumbo a Lamas. El paquete turístico estaba muy apretado. Ya llegamos con la penumbra y vimos poco. las casas de adobe casi rojizas y gente que nos trataba de vender artesanía. Esta gente es la heredera de los chancas, quienes fueron masacrados por los incas y luego los sobrevivientes fueron desarraigados de su tierra (valle Huanca en el Mantaro) y trasladados hasta aquí. La guerra originó un vocablo sólo usado por el castellano del Perú: el verbo "chancar". Sé que el año 2006 hubo un fuerte terremoto que dañó muchas casas ahí, una pena
Por la noche, hicimos algunas visitas a discotecas (había dos de regular calidad) y las chicas del grupo estaban decididas a ir. También es interesante ese periplo, el de la noche. En una de las discotecas sentimos un poco de tensión, es zona donde la droga corre a raudales y hay una fuerte presencia del narcotráfico. Tocache no está muy lejos que digamos.
Al día siguiente nos fuimos todo un día a la LAGUNA AZUL, paraíso en medio de la selva. Tomamos una camioneta y ella nos ubicamos. El camino estaba "encalaminado" por lo que nos la pasamos saltando de un lado a otro. Hicimos transbordo sobre el río Huallaga en una suerte de ferry que tenía poca seguridad. Alucinante. En el camino cruzamos un bello lugar llamado LIMONCOCHA (Cocha = laguna) Los hoteles de LAGUNA AZUL se veían deslucidos; unos años antes era un lugar de esplendor; esa fue su desgracia, ya que los del MRTA y Sendero atacaron algunas veces este balneario y comenzaron a irse los propietarios. Me dicen quen ahora ya está mejorado. Nos metimos en la laguna un rato, había muchas algas, no tengo mucho hábito de nadar; es más, son un pésimo nadador y el espacio no me hacía mucha gracia por eso. El lugar es bello, caminar por el pueblo con gente tan amable era muy simpático. Subimos a una colina para ver el paisaje de manera muy panorámica. Espléndido.
Nuestro retorno fue más tranquilo, vimos el atardecer y coincidió en el lugar de nuestro "ferry" al retorno. La noche fue para mí un lugar para dormir, tenía la piel quemada y estaba agotado. mi cama me esperaba.
Al día siguiente, penúltimo de nuestra estadía, decidí hacer mi propio viaje: todos querían hacer canotaje. No me cuadraba mucho eso, y había escuchado sobre MOYOBAMBA que estaba a 3 horas en combi desde Tarapoto. Truqué el tour y me fui solo a esta bella y pequeña ciudad. Moyobamba está más alto que Tarapoto (recordé a Moyobamba cuando estuve en Chachapoyas, el mismo paisaje y el clima especial de ceja de selva alta). Así que me fui a la ciudad de las orquídeas. El viaje fue tedioso (espero que hayan asfaltado esa pista), pero Moyobamba sí valió la jornada. Me fui al Hotel de Turistas y desde su gran balcón exterior se ve el río Mayo y sus meandros: bella vista, ufff como para quedarse un par de días en ese hotel. Ahí comí algo para recargar baterías y me dirigí a los viveros a buscar orquídeas. Hay varios viveros y consulté con un mototaxista, me llevó al mejor vivero de la ciudad -dijo él- y comencé la búsqueda. Es impresionante la cantidad de orquídeas que había, de todos los tamaños, formas y colores. Por un lado da pena ver cómo depredan estas bellas plantas, pero en los viveros las ves cuidadas y "alimentadas" como debe ser. Aprendí cómo debía "criar" una planta como estas, sin mucha agua, asi suspendidas y con un buen colchón de cenizas o virutas. Eso precisamente no hicieron con el par de plantas que había comprado y murieron. Pena.
Paseé por la plaza de armas y un mototaxista me contó que cerca de ahí había unos baños termales que quedan en un cerro con una vista como si fuese un balcón. Para ir me tomaba mucho tiempo, así que lo cambié por una visita a un minizoológico. Hay una granja para lagartos pequeños, pero me dio mucha pena ver cómo estaba el coatí.
Cargado con mis dos plantas, inicié el retorno a Tarapoto, llegué tarde (casi las 10 de la noche) y comí algo ligero.
Último día, al aeropuerto nos dirigimos a las 11 de la mañana. Nuestro último día en esta ciudad mereció una visita de compras, objetos de madera y algunas cosas típicas. Cuando subí al avión sabía que la fiesta había terminado.


miércoles, 24 de diciembre de 2008

UNAS NAVIDADES BLANCAS EN ZÜRICH




Algunos viajes son bastantes soñados y planificados con mucha antelación; algunos son fortuitos y aparecieron delante de uno sin esperarlos. El viaje a Zürich me es difícil delimitarlo. Era una ciudad que no me llamaba la atención, pero al llegar a Europa en el último viaje que hice (ya hace muchos años) me sentí casi forzado incluirla en mi periplo. Tengo amigos de origen suizo (incluso un compadre mío), pero nunca había sentido una atracción por este país.





En octubre del 94 salí para Europa por una beca. Me iba a quedar ahí hasta el mes de enero, lo cual me obligaba a pasar las navidades por esas tierras. La navidad es una fiesta tribal, lo que nos obliga a reunirnos como clanes para celebrar el nacimiento del líder de nuestro culto. Ergo, tenía que buscar gente de mi clan (peruanos). Había vivido en casa de una familia muy simpática en Klemensker, los Carstensen, pero ahora me removía el sentimiento de pertenencia y todas esas cosas y emociones que te dan en navidad. Salí de Copenhague el 21 por tren e hice una conexión de Frankfurt; en mi bolsillo iban coronas danesas y marcos alemanes. Una semana y media antes había gestionado mi visa para Suiza: nunca la usé. En el tren después del transbordo, íbamos pocos pasajeros con rumbo a Zürich; muchos bajaron en diversas estaciones; en la penúltima, Schaffhausen, bajaron muchos. Llegué a Zürich casi a las 3 de la tarde del día 22; antes de entrar a la ciudad, veía cómo iban cayendo los copos de nieve, algunos de estos se estrellaban contra las lunas de las grandes ventanas del vagón. Una vez en la estación de tren, llamé por teléfono a una amiga, Ericka, en cuya casa iba a quedarme. Ellos (Ericka y su esposo, Jürgn) me devolvieron la visita al año siguiente e hicimos un viaje fabuloso a Chiclayo. Pero Ericka vivía no en la ciudad, sino en Küsnach, una suerte de barrio simpático de los que se extiende en torno al Zürichsee. Así llegué para instalarme en su casa, con su esposo y su hijita Michelle. Un poco más tarde salimos a ver Zürich de noche; era increíble la cantidad de cabarets o centros de baile llenos de dominicanos. Han invadido Zürich y tenían muchos problemas con la ley. Muchas de las mujeres se las sometía a la prostitución (¿Han visto la película PRINCESAS?)
Al día siguiente fui a la ciudad, fui al Kunsthalle y tuve un reencuentro maravilloso con un cuadro de Monet que lo había visto por primera vez en un libro de arte cuando estudiaba en el colegio en Arequipa; ese sí fue un encuentro accidental y feliz; estaba recargado de Giacometti y una vasta y bella colección de arte moderno (además de varios impresionistas). Ese encuentro silencioso fue el haber abierto un entrañable recuerdo de mi niñez. Quedé con Ericka para invitarle a comer unos pasteles y tomar un café: craso error, los precios eran exorbitantes. Antes había hecho un city tour ya habíamos visitado las vitrales de la iglesia de Zürich: impresionantes. Estos inmensos vitrales son obra de MARC CHAGALL. Por la tarde, luego de mi ataque monetario, fuimos a caminar por las estrechas calles del Zürich viejo. Bello.
El 24 fuimos a visitar la familia de Jürgn, cuya casa quedaba por las montañas de Maur, quisimos comprar algo de fruta para comer después; al ver cuánto costaba una papaya o mangos me vino una cálida añoranza por Trujillo. Cerramos ese día con una linda visita a Rappenswill: una pequeña ciudad de cuentos de hadas. Al regresar a Zürich, fuimos a una de las iglesias antiguas a ver algunos frisos y adornos navidadeños.
Ya en casa, nos sentamos a empezar a cenar; con Ericka nos vino la fuerte nostalgia, estábamos tan lejos de nuestras casas; para ella era más duro, ya que era consciente que no regresaría. La cena fue a las 6:30 de la tarde; a las 9 de la noche, ya dormíamos. Afuera caía nieve; fueron mis primeras y únicas blancas navidades.
El 25 dejaba Suiza, pero antes iba a hacer un viaje a un glaciar: estar en Suiza y no visitar uno es algo impensable. Tomé un tour que me llevó al Monte Titlis. No es muy alto; en el teleférico se improvisó una presentación de todos los extrajeros que íbamos ahí. Cuando comenté la altura aproximada del Huascarán (casi 6,750 metros) se sorprendieron de la altitud de nuestra montaña. Titlis no llega a los 3300 (3,238 para ser más exactos). Lo que sí es bacán es las excavaciones que han hecho en el hielo para hacer las instalaciones y el centro para practicar sky. Por el frío, compré unos guantes y otras cosas más de recuerdo, pagué en francos suizos. En mi bolsillo tenía aún monedas de otras partes lo que se me hizo una confusión. Más tarde, y ya calmado y sentado comencé a sacar cuentas: entre las coronas, los marcos y los francos no me quedaba claro cuánto había gastado. Lentamente me di cuenta que había pagado cerca de 150 dólares por un par de guantes. Ahora los cuido como oro..aún.
Ahora que se habla del calentamiento global y las extinciones de glaciares, me imagino que el gobierno suizo estará haciendo planes estratégicos para salvar sus glaciares, pues hay en torno a ellos grandes instalaciones que explotan ese recurso tal como es. La desaparición de Pastorruri en Huaraz no ha sido del todo sentido como debería ser; lamentable, pues los huaracinos no son conscientes ni se sienten responsables del destino de todos esos recursos que tienen, sino hay que ver lo que pasó con la laguna Parón. Algunas personas piensan que es una acción de la naturaleza, en la que el hombre no interviene. Una forma my fresca de eludir nuestra responsabilidad. Para Huaraz, esto no ha sido tan impactante como lo podría ser en Suiza, en la que hay una gran industria turística en ello.
Así cerré mi visita a Suiza, no sin antes haber atravesado y visto parcialmente ZUG y la bella ciudad de LUCERNA (LUZERN), donde habíamos hecho previamente un alto en el camino, donde pude ver parcialmente la iglesia jesuita del lugar (Lucerna es un cantón católico y mucho).
A mi retorno, me dirigí a la estación de tren para irme a BERLIN.

martes, 23 de diciembre de 2008

LA CIUDAD DEL CIELO, POTOSÍ


Si alguna vez tuve un nombre fijo en mi memoria y que se convirtió casi en obsesión por años fue Potosí. Desde cuando vivía en Arequipa y escuchaba a amigos bolivianos o por los vínculos que se tenía con ese país. Cuando aprendí Historia del Perú colonial en la Universidad Católica o Historia Económica del Perú con Heraclio Bonilla, ese nombre era con regularidad nombrado. Así como Amsterdam, Estambul, Praga o Kioto, se volvieron nombres obsesivos, Potosí engrosaba esa lista que con el tiempo se volvieron promesas u objetivos que había que cumplir en mi vida. Debo decir que se vuelven motores de mi accionar y mi planificación de vida.

En 1993 decidí hacer una buena gira por algunas ciudades serranas bolivianas: estuve en La Paz, Sucre y sobre todo en esta impresionante ciudad, donde el oxígeno decide no subir más y donde el aire es muy transparente.
En ese trayecto caí en Sucre con tres simpáticos señores chilenos; hicimos buenas migas con Ximena, quien trabaja para Codelco (¿qué será de ella? muy simpática) y luego de una opípara cena en un restaurante en la vieja Sucre, nos decidimos viajar por un solo día al "cielo"; compramos al día siguiente tres pasajes y alquilamos un balón de oxígeno por si acaso. Salimos muy temprano en un viaje de aprox. 4 horas; llegamos a Potosí a eso de las 11 de la mañana y comenzamos un breve recorrido por la ciudad antigua; esta ciudad tuvo algo así 40 iglesias (me hace recordar a Ayacucho) y fue más espledorosa que París en el siglo XVI; se cuenta que con toda la plata que se extrajo de su cerro tutelar (mina inmensa) se podía hacer un camino de este material desde ahí hasta Madrid.
La ciudad es sinuosa, con altos y bajos (no nos olvidemos que está a las faldas de un cerro, llamado Cerro Rico, por motivos obvios) por lo que caminar demandaba mucha calma para no agotar el oxígeno. Por sus estrechas calles discurría nuestro lento caminar, no había que abusar.
A pesar de nuestro lento peregrinaje sí vimos las iglesias de San Lorenzo (bueno, al menos su portada), un monumento impresionante; una lástima que no se pueda entrar con frecuencia. Sí vimos el interior del Templo de San Francisco (no sé por qué les dicen los pobres si hay una riqueza impresionante). Vimos un poco la de San Luis (por fuera).
El plato de fondo fue la Casa de la Moneda, con su interesante máscara en la fachada. Esta visita es muy bacán, ves tantas cosas en su solo espacio; no sólo numismática, sino pintura, muebles, máquinas de acuñamiento; sus patios interiores son interesantes.
Antes de irnos de Potosí, fuimos al mercado y compré un antiguo dije de varios pescados de plata de la zona. Un buen recuerdo.
Nuestro viaje de retorno fue en bus a Sucre, llegamos tarde; pero para suerte nuestra nos acompañaba la luna llena y podías ver las siluetas de los cerros del camino. Un lindo viaje.


ÅRHUS, un interesante rincón del mundo


En octubre de 1994 pisé tierras danesas. En mi vida hubiera imaginado recalar en este lejano (para mí, cuestión de perspectivas) rincón del planeta. Había ganado una beca de AFS, una suerte de stage en un colegio de la pequeña ciudad de Klemensker en la isla de Borholm. Debo confesar que hasta el momento en que me dijeron que la había ganado, poco sabía de Dinamarca y los daneses. Mis conocimientos eran sólo literarios (Hans Christian Andersen) e históricos (tierra de los vikingos, como el resto de los países nórdicos-salvo Finlandia-). Así que con este miserable bagaje cultural, subí al avión de Iberia que me llevaría a København (Copenhague), vía Madrid. Así empezó mi largo periplo de un poco más de tres meses en tierras noreuropeas en un relativo invierno moderado.


Cuando pisé Dinamarca, recibí por advertencia el estar preparado a esa nueva sensación que iba a recibir en el reloj biológico: la duración de la luz solar. Mi primer día en casa de una pareja muy simpática fue casi de shock: a las 4 de la tarde......ya había cientos de estrellas en el firmamento. Pero aún no caía en cuenta de lo que se me venía. El segundo día en una corta siesta, al despertar mi sensación de desubicación cronológica era total. Así como existe la adecuación física (soroche y esas cosas) , también no hay que maltratar nuestro reloj incorporado; es terrible trabajar en esos vuelos intercontinentales, pues quedas patas arriba. Eso que llaman Jetlag.


Tras mi trabajo escolar en Klemensker y luego de mi periplo por Suiza y Alemania, me decidí por conocer más tierras danesas. Había estado en Roskilde, ciudad tan cargada de historia, pero quería ver más. Muchos daneses me decían ir a Odense u Århus, me decidí por la última, ya que no tenía mucho tiempo y había cosas interesantes de esta ciudad. Era cierto lo que había oído.


Tomé el tren desde Copenhague y me esperaban ya allá. Lo bacán de AFS es la red que se arma entre los miembros de esta institución para poder alojar a la gente de otras partes (eso me sirvió en Berlín y Estocolmo también). Llegué en el tren ICE puntualmente (más exacto que los alemanes) y los Rassmussen me esperaban. La casa de ellos estaba en el centro y me hospedé sin problemas. Por la tarde-noche salí a dar una pequeña vuelta para conocer la ciudad, cuyos orígenes se pierden en la historia de vikingos y el intensos comercio del medioevo. Esta ciudad es muy activa y es el puerto más importante de toda Dinamarca. Muchas de las cosas que vi en Copenhague, en el Museo Nacional de la Edad de Bronce fueron halladas por estos territorios.


Lo impresionante de esta vieja ciudad son sus iglesias; tanto la Catedral (Domkirken), impresionante edificio (aunque, valgan verdades, más me impresionó la de Roskilde) y la bella (sí, bella) y pequeña Vor Frue Kirke (la iglesia de Nuestra Señora), la cual tiene los restos de otra iglesia adentro. Esta "gran" iglesia es gótica y la del interior es románica. Tiene unos altares maravillosos, que hacen recordar los de la Catedral de Colonia (otra belleza) y los dípticos o trípticos de pintura de Van Eyck. Las altas paredes están pintadas con viejos detalles religiosos que se distinguen gracias el blanco color que tiene como base. La cúpula interior está pintada con imágenes de santos y santas, y se destaca el trazado de la arquería como si fuesen vetas anudadas. El remate de los arcos son ojivales, un bonito detalle. Las partes expuestas de las arquerías están pintadas con detalles miniaturistas. La iglesia tiene ahora una decoración sobria (abruma el blanco, ya que casi no hay pinturas en sus paredes), típico de lo luterano. Pero su altar mayor es una explosión de imaginería como pocas veces había visto en otras iglesias de la zona o en los museos de arte religiosos en Copenhague u otras partes (hay uno en Rønne, muy simpático).
Cuando miraba embelesado todo, una amable señora se acercó a interrogarme; al decirle que era peruano, sus grandes ojos azules se abrieron y me dijo si en algún momento su hija podría ser recibida en mi casa cuando hiciese una gira por Sudamérica; le respondí gustoso que sí. Esto fue en enero de 1995. Aún la espero.
Estuve dos breves días en esta bella ciudad, insuficientes. Lástima que fui en invierno, pues me dicen que en verano esta ciudad vive su ritmo. Me la imagino.
Antes de irme y uno de mis principales motivos de viajes, fui a visitar al hombre de Grauballe, este estaba en un museo que queda un poco lejos de la ciudad, en el Forhistorisk Museum Moesgård; este es un interesante museo, ves objetos prehistóricos, así como objetos vikingos, por supuesto las famosas piedras rúnicas (tienen una buena colección). Pero el cadáver intacto de este hombre que fue sacrificado hace siglos es impresionante. En realidad, es un poco morboso lo que uno hace como visitante, ves el cuerpo de un hombre que fue estrangulado como sacrificio y lanzado a un depósito de turba (parecido al carbón) que lo preservó por siglos (casi 20, en la edad de hierro) y que fue hallado en Billund. Puede uno observar muchos detalles, incluso sus huellas dactilares. Debido a la larga permanencia en los depósitos de turba, todo su cuerpo es oscuro. la ciencia moderna ya ha estudiado su cuerpo y la reconstrucción hipotética que se ha hecho a los momentos previos a su sacrificio. Además parece que se dio para ingerir hongos alucinógenos (como a la niña llamada momia Juanita en Arequipa, que le dieron chicha para emborracharla).
Luego de esta alucinante visita, estuve en un pequeño museo que las feministas han hecho para honrar a una mujer que trabajó por los derechos de las mujeres y que fue una investigadora de botánica. Una puntual e interesante exposición de sus trabajos y de sus ideas: Maria Sibylla Merian.
Dejé con mucha pena esta linda ciudad, pero me iba hacia el sur a Bélgica y Alemania; Bruselas me esperaba.

sábado, 20 de diciembre de 2008

QUITO, BELLA (1)



Casi la mitad del mundo. A pocos grados se encuentra la capital de este país que lleva por nombre el de la famosa línea equinoccial que divide el planeta en norte y sur: Ecuador. Quito es una ciudad serrana, rodeada de montañas y un volcán, el Pichincha. Este viaje lo realicé en febrero de 1992, llegué un 03 de febrero desde Cuenca, luego de una extensa visita a unos amigos que vivían en esa ciudad. Había ido a este país por dos motivos personales: visitar precisamente a Laura y Patrick (y su hijito Camilo); y reacomodar mi vida, ya que estaba dejando Lima tras muchos años para instalarme en Trujillo. Antes de tomar la decisión final, quise hacer este periplo.


Había estado en Ecuador en 1976, pero había llegado hasta Machala; en realidad, no era mucho. Esto sí era más extenso. Ecuador estaba en una bonanza económica y nosotros salíamos del desastre que fue (no lo olvidaré) el gobierno de Alan García. Muchas instituciones, turistas, proyectos se habían alejado de nuestro país por la violencia, la inestabilidad política y la terrible inflación que nos comían. Ecuador estaba lindo, pujante; sus carreteras eran envidiables y sus lugares se veían llenos de personas que querían conocer un país andino. Y Quito puede ofrecer muchas cosas como ciudad.


Una vez instalado en un hotel céntrico y apoyado de una guía, me dirigí a recorrer el centro viejo, cerca del Panecillo. Quizá para muchas personas no hallen atractivo las ciudades con calles en subida y bajada, pero como había vivido muchos años en Arequipa, las ciudades así me atraen mucho (Trujillo es excesivamente plana). Las estrechas calles del Centro Viejo son atractivas, bulliciosas. Me fui a la Plaza Mayor, por ahí había que empezar; el palacio de Carandolet, la sede de gobierno no es algo notable; tampoco lo es la catedral; pero si hay algo bello por ver en esta ciudad son las iglesias de San Francisco y la Compañía, extraordinarios monumentos barrocos que han sufrido modificaciones por las reconstrucciones hechas luego de diversos violentos terremotos que asolaron la ciudad. Si uno quiero ver la joya de la ciudad, uno debe ir al convento de San Francisco. Iglesia y claustro son una belleza impresionante. En realidad, con las iglesias de El Sagrario y La Compañía, esta ciudad tiene para competir con las de Cuzco, Guanajuato o Potosí. Entrar a ver los espacios aéreos, cúpulas totalmente labradas, sus altares en pan de oro y sus innumerables cuadros de la escuela quiteña te apabullan por la belleza y el boato. Mención aparte es sus yeserías, sus imágenes, muchas de ellas hechas por un gran artista como fue Bernando Legarda (hay una en la iglesia de San Francisco en Trujillo, ciudad en la que hay bastantes trabajos de la escuela quiteña - por ejemplo, el convento de las carmelitas es obra de jóvenes quiteñas-). Hay que ir a ver el Museo de Arte Colonial, es una visita obligada. Los claustros de San Francisco tienen su propia identidad y difieren bastante del complejo construido por esta congregación en la ciudad de Lima.
Quito no sólo es iglesias; otra visita obligada es al museo Guayasamín, impresionante y además un verdadero obsequio de arte y arquitectura de este predilecto a su ciudad.

AMOTAPE, MUNDO POR VER


Amotape, este nombre lo venía escuchando hacía años cuando iniciaba esta vida de errante alma por este bello espacio. Soñaba algún día asomarme por este interesante espacio para poder rascar un poco su identidad. En 1998 fui por primera vez a Máncora. En realidad, la playa fue por mucho tiempo un espacio poco grato, personalmente, para disfrutar. Es por eso que, mientras mis demás amigos iban a playa a surfear, prefería ir en mi auto a ver qué de interesante había por los alrededores. Mi segundo día en Máncora fue de un largo paseo que terminó en Tumbes; en dicho trayecto me encontré con diversos carteles que indicaban diversas entradas a Amotape; bueno, decidí ingresar unos 15 kilómetros tierra adentro y me iba topando con un interesante (y cada vez más amplio) bosque seco; veía pasar además a muchos ciclistas veraneantes de Máncora (se notaba a leguas) ingresando a esta reserva natural. Iba solo con mi cámara y filmadora, y me detuve a ver muchos lugares interesantes, llenos de aves. Este fue mi primer encuentro.

El segundo encuentro fue casi de ubicuidad. Hace dos años fui al Bosque Seco de Pómac (en Lambayeque) y, aunque es más denso en vegetación, la presencia de numerosos algarrobos añejos me trajo a la memoria aquella ya remota visita a Amotape.

Este tercer encuentro -espero no sea el último - me tocó conocer el otro lado de este fascinante lugar, resulta que mi primer encuentro había sido con aquello que se llama BOSQUE SECO ECUATORIAL; esta última visita me ha permitido llegar al BOSQUE TROPICAL DEL PACÍFICO. Alucinante, dos ecosistemas relativamente próximos y con fauna y flora bastante distintas que muestran sus personalidades.


Habíamos llegado a Tumbes (ciudad un poco descuidada por las autoridades) luego de un día y medio de haber estado en un hotel en la playa de Zorritos (solaz esparcimiento, umm). Al llegar a Tumbes, buscamos el mejor hotel de la ciudad (Costa del Sol) para alojarnos. Estuvimos en este sólo 3 horas, ya que no había agua a nuestro arribo; luego de esas 3 horas sin líquido elemento (un buen baño y buen uso de los servicios era imposible y había gastado casi 300 soles por el día de hospedaje), decidimos mudarnos de hotel. Albricias. Esta gestión nos permitió hacer contacto con una agencia que hace viajes a Amotape: entre tanta situación sombría, aparecía una bella luz. Luego de comer en un restaurante simpático, nos encontramos con Yuri, quien iba a ser nuestro guía al día siguiente.
Lunes, nos levantamos temprano. Fuimos a ver la plaza de armas de la ciudad y lo que queda de algunas bellas casas que no cayeron durante el Fenómeno del Niño del 82-83 (fue desastroso). Una pena, ya que las nuevas construcciones no tienen un orden. Caminamos viendo algunos bonitos paisajes del río Tumbes desde el mamómetro de malecón que han hecho. Una cosa: Tumbes tiene un solo puente de conexión con el país. En el fondo creo que hay una sensación de pertenecer más a Ecuador que a Perú. El día que ese puente caiga, rompió su cordón umbilical con nosotros. Bueno.
Puntualmente, Yuri y nuestro chofer, Chapita, estaban en la puerta del hotel. Ya habíamos comprado galletas, fruta y rollos fotográficos, y sobre todo, agua (la íbamos a necesitar). Una vez ya premunidos, nos sentamos en la camioneta 4x4 que nos iba a llevar. En el camino nos detuvimos a cargar la camioneta con combustible de contrabando que viene del Ecuador; esto es terrible, pues ves a muchas personas vendiendo gasolina sin ninguna protección. El día que haya una tragedia (y la puede haber en cualquier momento) sólo todos se lamentarán. En realidad, la gente no aprende. El que haya muertos en un accidente así, la gente hallará una excusa (ese día me dieron varias: costo de vida, facilidad, etc.).
Dejamos ese triste incidente y salimos rumbo a una pequeña ciudad llamada PAMPAS DE HOSPITAL (recibió ese nombre durante el conflicto con Ecuador en 1941, donde se instaló un hospital de campaña); desde allí nos internamos por una trocha bastante accidentada, íbamos atravesando quebradas cargadas de arena y vegetación seca. Pero pronto la fisonomía de nuestro entorno iba cambiando. La vegetación se iba haciendo más densa. La trocha en algunos parajes es intransitable. Tuvimos que empujar el auto dos veces por causa de un enarenamiento. Salimos victoriosos, pese al ataque de los bichos y el calor. La trocha ahora se volvía más escarpada, huecos y ramas por todas partes. Excitante.
Ya la vegetación era otra, vimos los primeros ceibos, inmensos; en ellos veías también las salvajinas, una suerte de lianas pequeñas. También aparecían aves por todas partes.
De pronto, Gustavo vio un Pájaro Carpintero, totalmente rojo brillante, salvo su penacho y parte de su pecho. Quisimos tomarle una foto, pero hice una mala maniobra y huyó.
Unos minutos más y la trocha terminó. Hasta ahí llegaba la camioneta, el resto del camino lo teníamos que hacer a pie (un par de horas hasta EL CAUCHO, donde hay una estación de policía y una posada para biólogos y apasionados de la naturaleza). Nos contaba Yuri que el total abandono que existe por parte de las autoridades peruanas es increíble; los políticos se llenan de anuncios de apoyar a las provincias, mientras viven en Lima, henchidos de centralismo; mientras desde el lado ecuatoriano, la situación es diferente. Escuchaba esto con un tufillo de rencor y con bastante decepción de nosotros, sus compatriotas. Eso es verdad, la política de fronteras vivas no existe en nuestro país, sólo creen que esta es poner cuarteles y policías; pero no hay ni buenos colegios, ni maestros, ni hospitales ni buenos médicos. El maldito centralismo se siente aquí, donde el servicio de salubridad no existe y la infraestructura es sólo para los ecuatorianos. Indignante.
Pese a trago amargo de impotencia, la naturaleza te hace ver que lo que hagan unos pobres imbéciles desde Lima no llega a tocar la más pequeña rama de estos gigantes que ibas viendo por el camino.
Mariposas, aves, todos estos animales nos iban "pisando los talones". Los veías esconderse a la más pequeña hoja seca aplastada. Al llegar a la estación, nos encontramos con un bello remanso que resulta ser los inicios del río Zarumilla.
El retorno fue a paso sostenido, caminamos un poco rápido para llegar a nuestra meta. El calor era agobiante y sudábamos a chorros. El agua era una buena acompañante. Al llegar a la camioneta, sacamos el resto de víveres que habíamos dejado y comimos algo. Iniciamos el retorno.
La camioneta se movía ahora con más "agilidad". Chapita, nuestro chofer, ya recordaba mejor el camino. Ya llegados a Tumbes, conseguimos ir a un hotel barato, gracias a la gestión de Yuri, para tomar una buena ducha y descansar un poco. Habíamos cerrado un ciclo maravilloso.
Pero no puedo dejar de pensar que este lugar sería más bello y digno si la gente involucrada supiera valorar lo que uno tiene por delante; si a las personas que trabajan en esto se les diera un trato digno (sólo les pagan 50 soles por día y no les dan nada de comer ni aparejos para hacer el viaje); si los tumbesinos se dieran cuenta que hay que mejorar los servicios básicos para hacer un lugar agradable; si hubiera una mejor difusión. Muchos "si" para hacer un viaje extraordinario.
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miércoles, 17 de diciembre de 2008

DEUTSCHER EXPRESSIONISMUS




“A través del aislamiento, las cosas adquieren una concisión
de la que carecen en su aspecto habitual en el contexto del mundo vital”
WILHEM WORRINGER, ABSTRACTION UND EINFÜHLUNG


Los movimientos artísticos son lecturas de situaciones sociales y reflejan la coyuntura vivida como una interpretación del momento histórico coetáneo. Por otro lado, son, además, la herencia de los movimientos precedentes sea por oposición o afinidad, recibiendo de estos características formales y temáticas que hacen de un movimiento artístico un continuum pero también una renovación, una propuesta, una relectura de su entorno así como una nueva perspectiva de los elementos involucrados en la generación de dicho movimiento. Aunque siendo un poco simplistas, este péndulo histórico de opuestos artísticos que hubieron surgido por oposición al anterior, fue una suerte de explicación para entender la génesis de cuanto “ismo” surgió a fines del siglo XIX en adelante. Una lectura de reducir todo a lo dionisiaco versus lo apolíneo es muy sencilla, y sería esta motivo de rechazo de todos aquellos que ven en el surgimiento de un “ismo” histórico una singularidad y una propuesta innovadora tanto del arte como de una lectura del mundo particular. Pero esto sería negar el carácter histórico de una fenomenología del arte (o cualquier actividad intelectual) que va involucrando lo desarrollado a lo largo de la existencia del hombre como especie sobre nuestro planeta que alimenta sus respuestas y, obviamente, sus nuevas preguntas ante un objeto o ante sí mismo.
Con el precedente expuesto podemos entender el Expresionismo alemán, movimiento surgido en los años 20 del siglo pasado (XX) como respuesta a un contexto histórico sui géneris que involucró a todo el pueblo germano y su cultura, obviamente. La Primera Guerra Mundial ha concluido con una extraña derrota del Imperio Alemán; desde el punto de vista militar, Alemania estaba posesionada y había logrado significativos avances en el campo de batalla, no así en el frente diplomático. La firma del Tratado de Versalles fue uno de los más grandes errores del mundo occidental sobre una nación y dejó al pueblo alemán a merced de los dos campos ideológicos antagónicos de entonces; Alemania fue laboratorio para propuestas de un nuevo Soviet o el espacio en el que los capitalistas descarnados humillaron al pueblo alemán por la ambición de empresas inglesas, francesas u otras, apoyados por sus gobiernos a cobrarles réditos onerosos. Este último punto se va a ver pronto debilitado no por un empresariado alemán pujante, sino por la sombra de un crac financiero que se venía venir a pasos agigantados. Los preámbulos del crac se trataron de evitar en los territorios derrotados, sobre todo en Alemania. El sistema capitalista, que venía del siglo XIX con pompas y honores, había enseñado al mundo una nueva percepción de las cosas: todo podía ser cosificable, todo es materia prima, incluso el humano y su trabajo (interesante paralelo con nuestros países que ahora “exportan” mucha mano de obra barata a los países ricos: empleadas del hogar, basureros, cuidadora de niños, de ancianos, vendedores de comida rápida, en fin). Esta cosificación entró en primer colapso con la Primera Guerra Mundial: el movimiento artístico más radical que prácticamente endiosaba la máxima creación de este movimiento económico, la máquina, tuvo que pasar a un perfil más bajo cuando veía que estas bellas creaciones se hubieron convertido en armas letales contra sus creadores, cual castigo prometeico. Después de la Gran Guerra, el pueblo alemán, cual emparedado, se ve aprisionado por diversos intereses: el avance del comunismo, modelo Soviet, o una alternativa extrema tapón por la cual el mundo empresarial nacional e internacional ha de apostar: el nazismo. Con una inflación que, comparativamente hablando, deja pálida la nuestra vivida bajo la hecatombe aprista del 85-90, Alemania busca el orden en una solución extrema. El camino hacia Hitler estaba listo.
En los años 20, los “ismos” se suceden tan rápidamente como acontecimientos históricos aparecían en toda Europa. El continente era un polvorín, los artistas se enfrentaban a situaciones límites, como les sucedía a sus pueblos. El desencanto positivista científico y realista artístico en Alemania fue contundente. El cuestionamiento a ambos frentes genera un llamado a la formación de una respuesta ecléctica (veámosla así), pero más visceral que rescate lo humano (en contraposición a la cosificación de la frialdad positivista) y lo pasional interno (en franca oposición al realismo que había surgido por los movimientos socialistas de mitad del siglo XIX, sobre todo en Francia e Inglaterra). Interesante ver que los movimientos más pasionales hayan surgido en la sociedad germánica: el Romanticismo como lucha para la formación de la identidad teutona y el Expresionismo para dar una lectura de una Alemania herida y confundida de los 20. Parafraseando a Worringer, el Expresionismo sería una respuesta angustiosa a la no adecuación del hombre a su mundo circundante (UMWELT), por eso las temáticas van a ser los lugares extraños (como veremos en los temas elegidos por algunos directores, pintores, literatos), temas sombríos (NOSFERATU) o míticos (en este sentido, muy parecido a lo romántico pero con otras variantes y distintos fines). Grandes artistas alemanes y de otras nacionalidades (MAX REINHARDT, ROBERT MUSIL, ERICK NOLDE, OTTO MÜLLER) se inscriben en este movimiento, cuyas obras van a ser desterradas, prohibidas o destruidas durante el régimen nazi por ser consideradas arte degenerado. Son seguidores de precursores quienes fundan ciertas bases en el arte movedizo de ese entonces; así estarían KANDINSKY, PICASSO, GEORGE BRAQUE, FRANZ KAFKA y el fundamento filosófico de HUSSERL, y todos aquellos que vieron las luces del nuevo siglo, que según la visión de muchos pensadores posteriores, se ha de convertir en el siglo de las matanzas, de hecatombes humanas. Quizá haya que ver una concesión menos trágica en THEODOR ADORNO, quien lo llamó un siglo de “la posibilidad de lo mejor”

He aquí joyas notables:

DAS KABINETT DES DOKTOR CALIGARI (EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI) ROBERT WIENE (1919) Este extraordinario film inicia el movimiento expresionista en el cine; además se vuelve una suerte de premonición a lo que se ha de vivir dos décadas después. La historia transcurre en una pequeña ciudad del norte de Alemania, cuando llega un circo varieté a éste y suceden una serie de crímenes provocados por un hombre hipnotizado, quien ataca a las víctimas que hayan tenido algún percance con el doctor mencionado. Es una película alegórica de lo que le va a acontecer en Alemania 15 años después con el surgimiento del nazismo, con un doctor Caligari (Werner Krauss) quien va a someter a Cesare como el insomne-hipnotizado (genial Conrad Veidt). Con un decorado alucinante, que sería la envidia del pintor Otto Dix, la película muestra los sueños y temores de un pueblo como el alemán, el cual se va a ver envuelto trágicamente en los acontecimientos que van a marcar su vida como es la Segunda Guerra Mundial. Habría que parafrasear lo que dijo el crítico Sigfried Kracauer en su libro De Caligari a Hitler, la película es un fiel reflejo de la mentalidad popular alemana de ese entonces, con la creación de la República de Weimar y el posterior lúgubre ascenso al poder de los nazis.

DER MÜDE TOD (LA MUERTE CANSADA) FRITZ LANG (1921) Esta es una de las más bellas películas de Lang. Su origen de remonta a la antigua tradición germana. Una joven pareja en su viaje de bodas se topa con la muerte y esta decide llevar al joven (Walter Janssen); ella (Lil Dagover) decide ir hasta la muerte misma (Bernand Goetzke) para rescatarlo por lo que la somete a tres pruebas de salvación en tres diferentes momentos históricos. Es una visión romántica de la muerte, no en un sentido trágico, pero sí acepta lo inexorable de esta. También vemos el amor puro y también loco de la joven por llevar a cabo el rescate, con una escena final conmovedora y justa. El viaje por el tiempo es toda una bella parábola del destino, y tiene mucho parecido al sentido de sacrificio que se ve en NOSFERATU, por el amor. Excelentes tomas, escenarios alucinantes, casi una muestra de arte total.

DAS WACHFIGURENKABINETT (EL GABINETE DE LAS FIGURAS DE CERA) PAUL LENI (1924) Este interesante film cuenta la historia de un joven que es contratado para hacer 3 historias de 3 figuras de cera que representan a 3 grandes criminales de la historia: el califa HAROUN AL- HASCHID (Emil Jannings), IVÁN EL TERRIBLE (Conrad Veidt) y JACK EL DESTRIPADOR (Werner Krauss). Esta película reúne, pues, un extraordinario elenco que narran 3 historias en diferentes momentos históricos. La narración se complementa con diversas técnicas visuales, toda una revolución para la época, fuera de los escenarios construidos y el trabajo de fotografía, sobre todo en IVÁN. Esta última caracterización va a influir en EISENSTEIN en la construcción de su saga IVAN GROSNY, con mucha semejanza entre Veidt y Cherkasov

DIE NIBELUNGEN: SIEGFRIEDS TOD (LOS NIBELUNGOS. LA MUERTE DE SIGFRIDO) FRITZ LANG (1923) Extraordinario film que resalta el espíritu teutón y que sedujo a los jefes de propaganda del aparato nazi. Goebbels sintió predilección por esta parte de este fresco legendario, que rescata los grandes valores germanos, con un Sigfrid (Paul Richter) que encaja en el prototipo que ha de difundir la propaganda fascista sobre la pureza racial y los valores arios. Lang y su esposa, Thea Von Harbou, van a ser tentados para crear una escuela cinematográfica y un equipo de propaganda para el régimen (con METRÓPOLIS dijeron haber encontrado al hombre que necesitaban). Lang rechazó la idea, rompió con su esposa, y este se embarcó a los Estados Unidos a seguir su carrera (con menos suerte que en Alemania). Pero quien ha de asumir ese tentador puesto de propaganda ha de ser LENI RIEFENSTAHL

DIE NIBELUNGEN: KRIEMHILDS RACHE (LOS NIBELUNGOS: LA VENGANZA DE KRIMHILDE) FRITZ LANG (1924) La segunda parte de LOS NIBELUNGOS tiene a una actriz, Margarethe Schön, en papel de la rencorosa Krimhilde, quien no duda en sacrificar a los miembros de su familia o su pueblo por vengar la muerte de su amado Sigfrid. Su venganza se comienza a gestar desde que se casa con el rey de los hunos, Etzel. Los escenarios artificiales son grandiosos, la arquitectura, el uso de los espacios libres, el decorado y vestuario revolucionan el cine, muchas de las escenas parecen cuadros de GUSTAV KLIMT. Es colosal en el sentido alemán del término.
METROPOLIS FRITZ LANG (1927), es una soberbia película que muestra lo que nos va a llegar (¿o llegó?) en el futuro: la deshumanización de las ciudades, el culto a la máquina y los sutiles mecanismos de poder del mundo actual: la escena del dios-máquina Moloch es una de las más impactantes, al cual todos los trabajadores le rinden pleitesía. Es un filme futurista, pero al igual que la novela de Aldous Huxley, Mundo Feliz (A Brave New World), muchos de los descubrimientos, valores y nuevos paradigmas expuestos sea en la película o en el libro, son ya parte de nuestro actual mundo; esta película se está volviendo quiérase o no, un fiel retrato de nuestro errático siglo XXI. La referencia a la novela La Máquina del Tiempo de H.G.Wells es evidente: la idea de un mundo subterráneo con seres infrahumanos, quienes son tratados como meros esclavos de los ricos que viven en el mundo de la superficie. La manipulación de las personas, la creación de personajes que conduzcan a los pueblos, la robótica como la solución a los problemas del hombre, no es sino un sinfín de interrogantes a los problemas actuales ( como los ve desde otra perspectiva Chaplin en Tiempos Modernos). Hitler halló fascinante este filme y lo comprometió para su causa como su creador de imagen (lo que hizo en cierta manera Leni Riefenstahl), pero optó, como muchos intelectuales y artistas alemanes de esa época, por el exilio.

NOSFERATU FRIEDRICH MURNAU (1922), es con El museo de las figuras de cera, una de las obras cumbres del cine de horror fantástico de todos los tiempos. No sólo el tema es de por sí alucinante, sino que se encontró en Max Schreck quizá el actor más representativo de todos aquellos que han encarnado alguna vez al Conde Vlad. Su figura pálida, delgada y bizarra lo hacen el Drácula más espectacular que haya conocido el cine; y esto ha originado mitos como que dicho personaje era en realidad un vampiro al cual se le otorgaba una víctima, diariamente, para saciar su hambre. El trabajo de sombras, espacios abiertos, los contrastes de claro-oscuro/luz-sombra hacen de esta película una interesante búsqueda de la luz . Los numerosos remakes de este tema no hacen sino corroborar el espíritu mórbido del humano y su insaciable búsqueda por el amor y la eternidad. Nosferatu no es el monstruo seductor que caracteriza Bela Lugosi o la versión más sofisticada de un Gary Oldman; es la expresión del terror puro, despiadado pero cae bajo las tretas de Ellen para ser exterminado; triunfa el amor, pero Ellen se autosacrifica por su amado Hutter. Los surrealistas llamaron a esta obra, el amor loco. Y lo logra gracias al excelente trabajo de cámaras que crean el efecto de pesadillas y visiones (fue toda una revolución técnica del cine). Además, en cierta manera, tanto Hutter como Nosferatu son las partes complementarias del alma humana.

DOKTOR MABUSE, DER SPIELER (DOCTOR MABUSE, EL JUGADOR) FRITZ LANG (1922) El expresionismo es un movimiento que retrató la Alemania después del desastre de la Primera Guerra Mundial; la sociedad germana quedó a expensas de fanáticos políticos que han de surgir como un Mesías para guiar a la desesperada masa; así como EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI, MABUSE es un criminal seductor e hipnotizador asesino que encandila a los jóvenes para lograr sus fines. Sus dotes de hipnotizador va a engullir a diversos jóvenes de la alta sociedad burguesa para que ellos hagan lo que les dictamine; Hitler con la burguesía alemana. Esta metáfora se puede aplicar en todo tiempo y en todo espacio.

EL GOLEM PAUL WEGENER (1920) se basa en una leyenda de origen judío, una suerte de súper hombre, protector de los ghettos contra los pogrom a los que esta comunidad se veía frecuentemente amenazada. Al resucitarlo en un momento crucial, gracias a la conjunción de una serie de planetas, se desencadenan varios eventos fatales que causan la ruina de la comunidad. Tiene una serie de elementos esotéricos y cabalísticos propios del mundo judaico, el cual no le era extraño al director, ya que era de ese origen (además él hace el rol del monstruo). Está inscrita en el ciclo de obras expresionistas, como lo son NOSFERATU, EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI y EL MUSEO DE LAS FIGURAS DE CERA. Todo un clásico.

viernes, 12 de diciembre de 2008

SPIELBERG, UN GENIO DEL ENTRETENIMIENTO




Hablar de Steven Spielberg es hablar de esa Hollywood que produce entretenimiento puro para el vasto público que hace del cine una perfecta evasión. Gracias a un apoyo económico sostenido, Spielberg ha hecho mega producciones en las cuales ha mostrado todos los avances de la técnica para la creación de efectos especiales sofisticados y bastante caros. Apoyado por sus extensos presupuestos, ha sido además una suerte de rey Midas cuando empezaba algún trabajo, no significando esto que hayan sido todos de calidad, puesto que muchas de sus películas no dejan de ser una visión demasiado meliflua de las relaciones familiares de una típica familia norteamericana de clase media, con personajes demasiado edulcorados.
Por él, varios proyectos de cine de animación han sido llevados a cabo, sirviendo como una suerte de paraguas (productor) tanto para directores novatos (George Lucas en GUERRA DE LAS GALAXIAS) como los ya veteranos (como Tobe Hooper en POLTERGEIST). En los últimos casos, su desarrollado olfato del éxito económico y de aceptación por la mass-media, le ha “permitido” embarcarse en dichos proyectos que han sido siempre un suceso en los círculos comerciales. La fama de nuestro director empieza con el filme JAWS (TIBURÓN) (1975), durante una década plagada de películas – catástrofes (La Aventura del Poseidón, Terremoto, Infierno en la Torre). Pero hubo otros filmes ya personales que sí fueron un fiasco, que, gracias a su fama y a la fortuna acumulada, lograron cubrir los fuertes gastos que significaron no sólo la filmación sino la fallida distribución de los mismos, como el caso de 1941, un intento frustrado de comedia que sucedió a su primer éxito.


Algunos filmes notables:

JAWS (TIBURÓN) 1975 Sacar a relucir uno de los más grandes miedos del hombre, el de ser una presa de un depredador yace en el inconsciente colectivo de la especie humana, quizá ya sembrado en nuestros antepasados cavernarios, quienes eran presas de grandes depredadores con quienes les tocaba luchar por un lugar bajo el sol. Este temor visceral cuando cae en manos de un maestro del espectáculo, logra una feliz consecución para crear este clásico del terror. Este film ha hecho saltar y gritar a miles de espectadores desde que fue proyectada por primera vez y, pese a que la hayamos visto varias veces, las escenas cuando aparece el inmenso escualo generan en cada uno de nosotros ese miedo primitivo de ser una potencial víctima. Es, además, una severa llamada de atención a la vanidad humana en su actitud de querer domar la naturaleza y esta cada cierto tiempo te pasa una factura difícil de pagar o asumir. El temor a lo incontrolable está aquí latente, el temor que algo se nos vaya de las manos y en el momento menos esperado sea una estaca que termine con todo lo que proyectamos o construimos. Será siempre un clásico.

CLOSE ENCOUNTER OF THE THIRD KIND (ENCUENTRO CERCANO DE TERCER TIPO) (1977) para muchos, la mejor y más bella película de nuestro director, filme de alma infantil y con una extraordinaria actitud de conciliación con el mundo y la infinita posibilidad de hallar vida inteligente pacífica; por mucho tiempo la ciencia ficción estuvo plagada de películas macartistas y bélicas, muchas de ellas totalmente panfletarias sobre el peligro de la Guerra Fría (hay que ver filmes como The Thing – La Cosa- o The War of Worlds – La Guerra de los Mundos). En realidad, este filme aparece en un mundo que salía de un ciclo de cine-catástrofe para entrar en la era Carter en los Estados Unidos; la visión más pacifista de este estadista (entre Nixon / Ford y Ronald Reagan) también tiñe la producción cinematográfica. Pero además recurre a ese espíritu heredado de la Revolución de la Flores de los 60 (hippies) que busca una actitud más inocente hacia las cosas, por eso son los artistas y los niños quienes se convierten los “vasos comunicantes” (parodiando a Neruda) con los extraterrestres; así podemos entender su otra gran película E.T. (1982) que ya vimos en otro ciclo. La genial música de John Williams para Encuentro sirve como vehículo de comunicación entre ambas especies y abre el infinito de posibilidades de aprendizaje ya expresada en esa frase: “(hoy) empieza el colegio”. Además la presencia de un cineasta, el francés François Truffaut, un hombre que hizo bellas películas sobre niños y su mundo, da validez de ese espíritu que se iba extinguiendo de los 60. Para reflexionar.

E.T (EL EXTRATERRESTRE) (1982) este bello canto a la amistad de Spielberg en un periodo caracterizado por un endurecimiento de las relaciones entre las potencias de entonces con un presidente tan reaccionario como Ronald Reagan Los filmes de entonces trataban de hacer catarsis de los demonios de la Guerra de Vietnam. En los 50, las películas de ciencia ficción siempre mostraban alienígenas agresivos. La idea de ser invadidos ha estado siempre presente en una sociedad tan paranoica como la norteamericana. Spielbeg lanzó este filme en 1982 y tiene como antecedentes una de las obras maestras de este director: ENCUENTRO CERCANO DE TERCER TIPO (1977). En realidad esta película y la que presentamos en este ciclo son una suerte de lunar entre todas aquellas que han abordado el tema.

POLTERGEIST (1982) Esta película fue dirigida por el veterano en filmes de horror Tobe Hooper y con la producción de Spielberg. Es el quinto largometraje para nuestro director, quien por primera vez hizo una película de horror sin asesinatos o muertes truculentas (hizo la famosa The Texas chainsaw massacre en 1974). Pese a esto, tiene una serie de recursos para asustar al más prevenido de los espectadores. Una familia de clase media en un pequeño pueblo norteamericano de lo más apacible en California se ve de repente perturbada por una serie de acontecimientos anormales; la niña de la casa, en su inocencia, abre una puerta inimaginable debido a su espíritu lúdico y candidez; y estos se van incrementando invadiendo su tranquilidad hasta llegar a un clímax de total alteración del hogar por los fenómenos paranormales. Gracias a los efectos especiales de la época y el buen trabajo de luz, sonido y música, nos vemos envueltos en esta historia que empieza con el más cotidiano de los artefactos eléctricos: una televisión.

SCHINDLER´S LIST (LA LISTA DE SCHINDLER) (1994) es un drama histórico de más de 3 horas, que tiene por personaje principal a una personalidad tan ambigua como la de Oskar Schindler. Caracterizado por Liam Neeson, es una película en la que rinde homenaje a sus raíces, la judía. Nos muestra la transformación de este hombre, que era un explotador rapaz, aprovechador de las circunstancias, en un hombre conmovido y hasta cierto punto acomplejado por su entorno. En muchos casos hay ciertas sobre actuaciones, algunos personajes están muy estereotipados (sobre todo Amon Goeth / Ralph Fiennes, entre otros más) y el discurso pudo ser más reflexivo sobre la vida global de Schindler, un hombre que quebró cuanta empresa empezaba. Pese a todo, no deja de ser un testimonio duro de lo sucedido en el Holocausto, por eso el filme, en blanco y negro, emplea un recurso de color como una sutil marca para mostrar, a través de detalles, los horrores de la guerra, así como la esperanza de la paz y el bienestar; pero no está a la talla de EL PIANISTA de Román Polansky.

JURASSIC PARK (1993) ¿Quién de nosotros no ha soñado con conocer alguna vez uno de aquellos grandes reptiles conocidos como Saurios? Es un velado secreto de la humanidad de poder ver alguna vez un Tiranosaurus Rex o un Estegosaurus. Pese a los avances, hasta la fecha, de la ciencia, es difícil saber qué color de piel tuvieron estas grandes bestias o algunos hábitos o comportamiento etológico (vale la redundancia) individuales o grupales. Pese a la presencia de algunos buenos actores e incluso del director inglés Richard Attenborough, los verdaderos protagonistas son las grandes bestias virtuales, toda una hazaña de la tecnología creando estos seres que han aterrado a más de un espectador infantil. Pero creo que fuera de esta descomunal muestra de actores virtuales, también están algunas ideas que siempre han quedado en el aire y que se diluyen en la película por ser más un filme de entretenimiento: la responsabilidad y la ética frente a los hechos. Lo alguna vez pensado en Mundo Feliz de Huxley (A Brave New World): clonación, estandarización, optimización y otros conceptos tan irresponsablemente manejados en la actualidad, se vuelven contra el hombre. No importan los escrúpulos, ni doctrinas, ni ideologías, no importa el hombre.... Por eso es interesante cuando uno de los científicos dice: “me impresiona la falta de humildad ante la creación”. Como repito, lástima que se pierda por priorizar la aventura más que la reflexión.



Bibliografía:

Diccionaire des Films – Bérnand Rapp, Jean-Claude Lamy, LAROUSSE, 1995.

Los fantasmas de Norteamérica – Isaac León Frías, Ricardo Bedoya, HABLEMOS DE CINE, No 72, 1980

Otros Dos Nombres del Cine Fantástico: ROMERO y HOOPER – Ricardo Bedoya, HABLEMOS DE CINE, No 77, 1984

Hablemos de Cine, No 76, 1983

Studio Magazine Hors – Série, Studio Magazine No 94, 1994

HUARINGAS, MAGICAL MISTERY TOUR (1)



Un viaje alucinante. Viaje a las entrañas. No sé. Quizá otros clichés más podrían ponerse a este periplo por las montañas de Piura que le permiten reconocer en uno algo de zafado, algo de explorador, algo de investigador o místico.



Este viaje a las serranía de Piura lo había venido postergando por años. Varios amigos míos, sobre todo gringos, eran los que más me motivaban a ir. Ellos, exploradores muy sencillos y prácticos, me comentaban que el viaje era muy buena experiencia para templarte en lo que quisieras hacer en el futuro. Y tenían toda la razón. Tuve intención de ir en 1999, pero un grupo de amigos me dijo que nos fuéramos a Chachapoyas (cosa que hice al fin de cuentas). Lo más gracioso es que las 15 personas que en un principio éramos para la visita de la tierra de los Chacha, se redujo a una: yo. En fin, agradezco las circunstancias, ya que eso me permitió conocer Kuelap, de la cual hablaremos en otros momentos.


El 2000. Año vital de cambios, así decían. Tome mis bultos y me embarqué por esos lares la penúltima semana de julio, antes de fiestas patrias. Llegué a Piura y me alojé en casa de un amigo: él nunca había estado ahí por lo que muchas referencias de las que me daba eran por oídas. Me avituallé con algunas cosas más y sobre todo de paciencia; la iba a necesitar.


El día que partía a Huancabamba comenzó el cambio de ritmo de vida: el bus con destino a esa ciudad debería salir a las 8 de la mañana. Disciplinado yo, estuve a las 7:45 con un buen desayuno. El viaje es relativamente largo (pese a que hay sólo 140 km. aprox.). El bus salió a mediodía. Cuando subimos al bus, ya había terminado de leer un libro pequeño y me embarcaba en otro. Los libros son buenos compañeros de viajes.


El ascenso hacia Canchaque (primera parada importante) fue bastante interesante. No bien habíamos pasado el desvío a Chulucanas, entramos por un camino de trocha. Un par de kilómetros recorridos por éste y una llanta revienta. Paciencia. Los manejos temporales son diferentes y ya estás en ello. Volvimos a nuestra ruta, el paisaje iba cambiando con cierta regularidad. Pasamos de una frondosa vegetación a una de muchas cactáceas y ranchos miserables al pie del camino. Ves lo que distingue mucho a Piura como realidad geográfica: burros (piajenos), cabras, algarrobos, esporádicos arenales. Pero como era ya una zona de ascenso, lo desértico va desapareciendo poco a poco, el resto no. Íbamos bordeando el río Piura.


De pronto, el bus volteó con todas las intenciones de cruzar el río y...¡no había puente! Cruzamos vadeando las aguas (lo había hecho antes con un camión en el río Crisnejas en Cajabamba) y por un momento temí que termináramos en el estuario del río, allá por Sechura; pero la calma de los demás pasajeros me hizo controlar mi peregrina intención de subirme al techo; una ligera demostración de cómo perder los papeles.


En el trayecto, la gente subía con todo; bultos, animales, compañeros míos fueron varios pollos que me veían con curiosidad (creo que todos me veían con curiosidad)


Canchaque. Estuve ahí en 1985 y la recordaba bonita, pintoresca con un aroma a café que nos rodeaba. Era bella. Ahora no, la plaza está rodeada de restaurantes y bares con parlantes ruidosos. Se jodió. La gente entiende mal lo que es ir a un lugar a descansar: eso era Canchaque ( ¿o será yo que lo entiende mal?) Todo esto iba sucediendo bajo un cielo gris de julio, más gris por lo que estaba viendo y lo que recordaba. Muchos pasajeros bajaron ahí, lo que permitió cierta holgura en los pasadizos del bus.


Retomamos nuestro periplo. Ahora sí, salimos de Canchaque (que tiene lo último de vegetación semi-tropical, por eso el café) y comenzamos a bordear el cerro, un zig-zag lento que me estaba preparando para una maravillosa sorpresa. Cuando íbamos ascendiendo vi el "techo" de nubes sobre el cerro y, de pronto, vi la carretera perdiéndose en ese techo...¿qué había después? Lentamente el bus subía, pujando su existencia y de pronto......¡el sol! Como si fuéramos un avión, habíamos atravesado el colchón de nubes y nos vimos por encima de ellas, que se extendían hacia el infinito. Saqué la cuenta que hacia donde se extendían era hacia el Pacífico, allí bajo ellas estaba Piura. Alucinante.


Desde ahí la carretera se vuelve más sinuosa, y cae la noche; íbamos avanzando con cierta lentitud tanto por la carretera así como la densa niebla que había caído por los cerros (recordé La Niebla de Carpenter, ¿la vieron?). Dejaré para después mi llegada a Huancabamba, mucha emoción para un solo día.