Jueves 28: últimas horas en Lisboa antes de partir a España. Preparamos las maletas, dejamos todo de tal manera que cuando llegase Maria encuentre todo en orden. Dejé alguna ropa en el departamento y fui a la Freguesia de Benfica a recoger un documento que dejé en el departamento. Al salir tuvimos suerte de encontrarnos con un taxi conducido por un amable chofer. Conversamos de todo, pese a que el aeropuerto está relativamente cerca de Benfica y ya no hay la presión del tráfico de fiestas navideñas. Además, la gente estaba de vacaciones hasta los primeros días de enero. Un alivio. Llegamos con comodidad y nos dirigimos a las oficinas de Iberia. El aeropuerto es pequeño y ya hace un buen tiempo se habla de hacer uno al otro lado del río Tajo (https://www.aeroportolisboa.pt/pt/lis/home, https://www.youtube.com/watch?v=NGW_tq1uxBQ). Una vez que pudimos depositar nuestro equipaje, nos dirigimos a la zona de control donde había una cola infinita; eso nos sorprendió. En el chequeo, casi pierdo (nuevamente) la boina que me había comprado. Una vez pasado el control ingresamos a la zona de costo libre para comprar una colonia que mi sobrino me había pedido. Justo en el momento de pagar, deciden cambiar de cajera y me enviaron a una que estaba con un par de señoras que llevaban litros de colágeno y cientos de operaciones en sus rostros (impactante, en verdad); estas demoraban una eternidad, así que les dejé la colonia y nos fuimos a comer algo cerca de la puerta de embarque. El vuelo a Madrid no es muy largo (comparativamente como el vuelo Trujillo-Lima). Salimos a tiempo y llegamos a Barajas para recoger nuestros equipajes y Carmen, pedir su camioneta con la que nos iríamos a Palencia, su ciudad natal. En enero del 2019, Carmen me llevó por la ruta que nos permitió visitar El Escorial. Genial visita. Aquí mi crónica de viaje de ese entonces: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/07/el-escorial-esplendor-de-espana-del.html. Ahora tomamos otra ruta, la E-5 que lleva por una serie de pueblos y pequeñas ciudades en plena meseta castellana. Por estos parajes, se encuentran algunos pueblos muy bonitos que encierran tesoros de arte románico palentino y otros movimientos artísticos, sobre todos en las pequeñas iglesias que han ido cayendo por el tiempo y cuyo patrimonio ha sido rescatado por diversos museos como veremos luego. Llegamos a Palencia a dejar las cosas y fui a comprar alguna ropa más caliente para vestir; España era más fría. Nos fuimos a la tienda Decathlon (https://www.sucursales24.es/palencia/decathlon/) a comprar algunas prendas que iba a usar con regularidad en los días siguientes. Luego nos fuimos al Centro Histórico a ver su bonita plaza, llena de luces por las fiestas navideñas; me comentaba Carmen que el ayuntamiento de su ciudad había habilitado dos espacios grandes como zonas de estacionamiento que aliviaba el costo del parqueo; si aquí en el Perú se hiciera eso, muchas personas dejarían sus autos en buenos parqueos o, en su defecto en la casa, pero para esto último tiene que haber un transporte público de calidad, no la pesadilla que tenemos en nuestras ciudades. Ya el hambre apretaba y nos fuimos a cenar en el Restaurante El Perejil, donde tomaría una deliciosa sopa de ajo (https://es.restaurantguru.com/El-Perejil-Palencia). Lastimosamente, casi al terminar nuestra deliciosa cena, llegó un grupo grande de jóvenes que hicieron una bulla infernal. Apuramos la cena y nos fuimos. Salimos a caminar nuevamente por las calles palentinas y nos fuimos a casa de Carmen a ver un poco de filmes. Así terminó mi primer día en España.
Viernes 29: un día relativamente calmo. Hoy llegaba la hermana de Carmen, Adela, y su esposo desde Bilbao a pasar la fiesta de noche vieja y año nuevo. Iba a ser mi primera celebración a la usanza española. Hicimos varias compras en el supermercado; de ahí nos fuimos a recoger unos análisis de Carmen y luego a la estación de buses, una nueva, a esperar el arribo del bus que traía a la pareja. Íbamos a tener un día casero, pero por la noche nos íbamos al cine. España vive largas horas de vida activa, sin importar el invierno. La gente va a cenar tarde, entre 8:30 y 9 PM. Fuimos al cine a ver este extraordinario filme, La sociedad de la nieve, en una sala con gran pantalla y una buena acústica. Los diálogos eran nítidos. Este filme narra la terrible experiencia del joven equipo uruguayo de rugby en ese fatídico accidente en los Andes limítrofes en Argentina y Chile (https://www.youtube.com/watch?v=l9tP4M8URhQ, https://www.youtube.com/watch?v=1t9z-o6uT_0). He visto otras versiones, una mexicana y otra estadounidense, pero esta es muy buena, superior. Cuando estuve en Uruguay, no quise ir al museo que tienen en Montevideo (https://www.guruguay.com/es/museo-del-accidente-a%C3%A9reo-de-los-andes/). Recuerdo ese 1972, cuando estaba en el colegio (cuarto de media); el momento que fueron hallados y todo el revuelo mundial hasta que el diario limeño Última hora anunció esa terrible verdad: canibalismo. Leí el libro hace muchos años y repasaba en mi mente lo que iba saliendo en los diarios de aquella época. Hay que ver el filme; sé que está postulando al Óscar. Lo puede ganar. El lugar en que vimos la película era un complejo de cinemas llamado Cines Teatro Ortega (https://www.cinespalencia.com/). A la salida nos fuimos caminando al restaurante Ponte Vecchio. Felizmente hubo sitio, pues se suelen hacer reservas de mesa en un día como lo suelen ser los viernes o sábados. El restaurante Ponte Vecchio fue una buena opción (https://www.pontevecchio.es/). Salimos bastante contentos y nos fuimos a casa para descansar.
Sábado 30: Carmen nos tenía una sorpresa. Nos íbamos a Becerril del Campo. Este lugar encierra verdaderas joyas artísticas: https://palenciaturismo.es/visitar/localidades/becerril-campos. Aquí íbamos a estar toda la mañana para ver dos sitios interesantes: el Complejo Cultural San Pedro y la iglesia San María que acoge el Museo Territorial Campos del Renacimiento. Empecemos por indicar que el mismo Becerril del Campo es un bello pueblo, declarado, en décadas pasadas, como uno de los pueblos más bellos de España; nominado como tal por muchas instituciones turísticas españolas (https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20160226/4022093925/becerril-de-campos-el-pueblo-mas-bonito-de-espana-por-votacion-popular.html, https://viajar.elperiodico.com/escapate_cerca/pueblos-magicos-medievales-espana-95978932). Llegando nos recibe el Arco de la Entrada, el único resto de la muralla medieval que protegía a la ciudad. Dejamos la camioneta cerca de la Plaza Mayor cerca del Ayuntamiento (https://www.ayuntamientos.com/becerril-de-campos/), el que tiene un detalle particular: sus ventanas tienen inscripciones de dichos populares castellanos. La plaza estaba en reparaciones. Caminamos hacia nuestro primer objetivo: San Pedro Cultural.
Carmen había hecho las reservas el día anterior, pues el lugar debe visitarse con un guía. La explicación que dio nuestra guía era, aunque científica, sencilla. San Pedro en una iglesia románica rescatada. Mucha de esta ha colapsado; pero surgió una idea de hacer un centro de interpretación de astronomía con extraordinario resultados y que iba a ser el deleite no sólo de adultos, sino de adolescentes y niños; en el grupo había varios y estaban fascinados con lo que veían, sobre todo en la “sombra” que describía la trayectoria del sol. Felizmente, pese a ser un día de invierno, el sol salió para mostrarnos su ruta. De manera sencilla y didáctica se entendía cómo los hombres de la antigüedad comenzaron a desarrollar sus conocimientos astronómicos: y esto lo vemos en todas las culturas y espero que lugares tan mágicos como Chanquillo, un verdadero observatorio solar cerca de Casma, pueda tener alguna propuesta interesante que combine historia, ciencia y turismo. Este centro es un éxito, pues ese día había muchos visitantes. Con recursos tecnológicos, una buena organización y el desarrollo de una idea de manera holística, podemos rescatar muchos lugares en nuestros lugares que podrían considerarse perdidos. El caso de San Pedro Cultural lo es: https://www.sanpedrocultural.es/, https://www.destinotierradecampos.com/2021/12/10/san-pedro-cultural-becerril-de-campos/. Una vez culminada nuestra visita, nos fuimos al Museo Territorial Campos del Renacimiento que se encuentra en la iglesia de Santa María. Otro gran regalo. En el 2019, en uno de los periplos románicos que hicimos con Carmen nos frustramos al intentar ingresar a la iglesia de Santa Eulalia para ver al maestro Pedro Berruguete, conocido en el mundo del arte como el Berruguete. Aquí mi crónica de ese viaje: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/08/palencia-ampudia-la-olmeda-paredes-de.html. Pero en esta oportunidad me “iba a sacar el clavo”. Aunque tiene algunas partes de los siglos XIII y XIV, Santa María ya es una iglesia renacentista, lo vemos en su construcción y decoración. Forma parte de un circuito mayor denominado Campos del Renacimiento (https://camposdelrenacimiento.com/). Ahora la iglesia es de uso secular, el edificio en sí es el museo. Tiene por temática la Virgen María y muchas de las obras, entre esculturas y pinturas, se va a ver sobre su rol en el cristianismo y el otro punto importante es la pasión de Cristo. Escultores como Juan de Juni (https://www.arteespana.com/juandejuni.htm) y Alfonso de Vahía (https://camposdelrenacimiento.com/el-escultor-alejo-de-vahia/), y la obra del Berruguete se van a centrar en ello (https://dbe.rah.es/biografias/8614/pedro-berruguete). La visita a este museo, para ver todos las obras y sus detalles, amerita una hora por lo menos. Salí último de la sala y casi fui encerrado con llaves, pues la boletera estaba yendo a almorzar.
Aquí les dejo más datos sobre Pedro Berruguete del Museo del Prado (https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/berruguete-pedro/5ceca922-7b6f-4073-8163-0f4b9b65d0ca). Una vez terminada nuestra visita nos fuimos caminando hasta el Bar La Behetría, no sin antes haber visto un nacimiento en el mismo Ayuntamiento; este nacimiento había sido tejido por las mujeres de la comunidad y contaba una serie de detalles, muy simpático. Al llegar al bar se pidió unas tapas y un vermut como un tentempié hasta llegar a casa a almorzar. La tortilla de patatas estaba muy buena (https://www.todobares.com/bar/bar-la-behetria-becerrildecampos/). Esta es una buena usanza española. Recogimos la camioneta y nos fuimos a Palencia. Por la noche fuimos a la Parque Huerta de Guadián (https://arteviajero.com/articulos/parque-huerta-de-guadian-palencia/), un gran parque en el que había una exposición de proyectos de iluminación que incluye una instalación con la pequeña iglesia románica que está en el lugar.
Y para cerrar esta día nos fuimos a cenar al restaurante La Traserilla, lugar en el que estuve la primera vez en el 2019 (https://latraserilla.es/), lugar donde sí se come rico. Al regresar a casa comenzamos a ver una serie La rueda del tiempo (https://www.youtube.com/watch?v=tFFbGZQL0y4). Bien vale verla.