Luego de Mórrope, nos dirigimos hacia
Ventarrón. La primera vez, en el 2008, recuerdo que el espacio investigado era
pequeño. En ese entonces también fui a la huaca Cullup. Ahora Ventarrón dispone
de mejores instalaciones, hay señalética y ha crecido el espacio investigado.
Ya se acerca a las pequeñas colinas de alrededores. Para hacer una buena
visita, un medio día sería ideal. Lo de Ventarrón sí es interesante y, de
prosperar, la historia arqueológica peruana tendrá que cambiar nuevamente.
Desde el hallazgo de la tumba del Señor de Sipán hasta Caral, nuestra historia
prehispánica ha estado dando tumbos positivos. La presencia de murales de más
de 4 mil quinientos años en Ventarrón obliga a plantearse nuevas hipótesis.
Además, desde la Dama de Cao, la presencia de la mujer en el mundo del poder ha
cambiado igualmente; y parece que este lugar también demostró esa tendencia (http://larepublica.pe/07-06-2014/ventarron-el-peso-de-la-mujer-en-el-antiguo-peru).
De prosperar el proyecto, el cual ha cambiado la vida de todos los pobladores
de la zona, pronto estarán construyendo otro museo de sitio más, fuera de los
cinco grandes que existen en la actualidad: Túcume, Tumbas Reales, Sicán,
Brüning y Huaca Rajada. Hay en Huaca Chotuna, pero está esperando aprobación para
tener un museo más digno para el sitio arqueológico que tiene. Nuestra guía en
Ventarrón fue una joven del lugar, con buena información. En el poblado vimos a varios estudiantes de
turismo haciendo limpieza de la plaza principal.
Luego nos dirigimos a Huaca Rajada, el
verdadero hogar del Señor de Sipán; bueno, uno de los tantos. En esta
huaca-cementerio vemos las otras tumbas en réplicas para hacernos una idea de
cómo fueron enterrados. El guía del monumento estuvo un poco exaltado con sus
observaciones, menospreciando otras culturas tan o más viejas que Sipán. En
este campo, del guía turístico, se necesita gente que sea más preparada, menos
chauvinista y más lógica en su exposición. Decir que la era del bronce empezó
en Sipán es una exageración y una falta de respeto a otros visitantes. Recuerdo
cuando en 1988 hubo el revuelo del descubrimiento. También todos los problemas
que se generaron con la población. Incluso hubo un huaquero asesinado. Hay
muchas piezas saqueadas que circulan por el mundo impunemente, rematadas en
galerías de arte o expuestas en museos a los que llegaron de manera muy oscura.
Algunos gobiernos han cumplido con el gesto de devolver algunas piezas, pero
faltan muchas. El robo y comercio de piezas arqueológicas o de arte es, después
del narcotráfico, el movimiento de dinero ilícito más desarrollado y poderoso.
Incluso hay pedidos a catálogo el patrimonio arqueológico y artístico de
nuestro país es bastante codiciado. Pinturas, huacos, textiles, esculturas
religiosas, estatuas mortuorias, libros incunables; todos han sido objeto de
saqueos a iglesias, cementerios, huacas, casas antiguas o museos. Y las leyes
son benévolas o no pueden alcanzar a gente poderosa que acuña dinero gracias a
este oscuro negocio que hasta asesinatos o líos diplomáticos han causado. Se
habla de una tumba anterior un poco antes hallada del joven Señor de Sipán, la
cual fue saqueada y algunas piezas han sido encontradas. Se comenta que el
tesoro hallado era más impresionante que las tumbas posteriormente
descubiertas. Hay todo un velo de misterio que ha generado un fuerte rencor en
la población. Si el río suena..
Nuestro último destino fue Zaña o Saña, la
ciudad española derruida por un fenómeno del niño de 1720. Esta ciudad fue
poderosa y rica. Acogió a muchas familias ricas que huían de Trujillo, luego
del devastador terremoto de 1616. Ligada a la agricultura, tuvo una gran
población negra por la esclavitud. Y fueron ellos los que se quedaron luego del
abandono “oficial” de esta ciudad “maldita”. Esta ciudad acogió muchas iglesias
y conventos, los cuales quedaron totalmente arruinados por el desborde del río
del mismo nombre. De algunas queda la fachada como La Merced. De otras, la
estructura como la Iglesia Matriz; de San Francisco quedan arcos; pero la que
tiene mejores restos es el convento de San Agustín, una verdadera joya. Al
llegar una señora nos declamó una décima sobre Zaña. Ahora hay una preocupación
por preservar el monumento y trabajar por la identidad negra de la ciudad. Visitamos
las instalaciones, ya hay más protección a los restos y ahora han recuperado
algunos espacios que no había visto en mis anteriores. El claustro es siempre
un lugar digno de ver y reflexionar. Luego de esta visita (la primera vez fue
en 1984), nos dirigimos al Museo Afroperuano. Abierto en 2005, tiene una
valiosa colección de la presencia negra en el Perú y en el mundo (http://www.lambayeque.info/pueblos/el-museo-afroperuano-de-zana/).
Casi tuvimos la oportunidad de conversar con Luis Rocca Torres, autor de varios
libros sobre la negritud peruana. En verdad, la herencia negra en nuestro país
no sido profundamente estudiada y ha sido una minoría despreciada y maltratada.
Por parte de mis raíces maternas descendemos de negros, pero no sabemos cuál es
la herencia real. Fueron traídos desde diversos lugares de África para trabajar
en las plantaciones de caña de azúcar y suplantar a la mano indígena que fue
bastante diezmada por las epidemias que trajeron los conquistadores. En las
salas y la exposición de carretas uno puede ver cómo vivieron y cómo fueron
tratados la mayoría (hay un libro interesante de José Ramón Jouve sobre el
trato que se hacía con ciertos esclavos que se volvieron letrados y trabajaron
en diversos oficios: Esclavos de la ciudad letrada del IEP-2005). Pero la
suerte no sonreía mucho a los demás. Fue en los 70, bajo el gobierno de Velasco
que comenzaron a hacerse las investigaciones históricas y sociales de esta
antigua emigración. (https://www.facebook.com/jesusgerardo.caillomanavarrete/media_set?set=a.1229411173755568.1073742051.100000600914417&type=3).
Por esa época surgen personas como los hermanos Santa Cruz y grupos como Perú
Negro, que comenzaron a abrir un espacio para esta minoría, de gran presencia
cultural en nuestra nación: gastronomía, ritmos musicales, cantos, tradiciones
religiosas y presencia en el deporte de masas como el fútbol o vóley. Pero
falta mucho. Tan solo hay que oír a Victoria Santa Cruz y su poema “Me gritaron
negra” para entenderlo todo (https://www.youtube.com/watch?v=lN5M0jehU7s).
Un viaje a la historia como siempre debe ser un viaje.