En los últimos días, en Trujillo
ha surgido una ola de indignación al iniciarse este 04 de agosto la remodelación
de la Plaza Mayor. Este proyecto data del 2014 durante la anterior gestión edil
siendo difundido en ese entonces por diversos medios. Luego de todos los trámites necesarios, su
presupuesto fue aprobado en diciembre del 2016 dentro del Presupuesto
Participativo para el 2017.
¿Por qué ahora el rechazo?
¿Por qué ahora el rechazo?
A mi entender puede deberse a tres factores, a mi entender: la
débil difusión previa ofrecida por el actual Gobierno Municipal que reaccionó
tardíamente en informarnos sobre la necesidad de ejecutar esta obra por su
propia naturaleza fiscal; la Municipalidad ejecuta pocos proyectos, puesto que
recibe una constante fiscalización de la oposición a las propuestas municipales.
Además, la coyuntura vivida en marzo último: el Niño costero. Trujillo fue golpeado
por 7 huaicos. Y por último, la pronta campaña electoral municipal del año
entrante, ocasión aprovechada por diversas tiendas políticas para convertir
cualquier circunstancia en malestar ciudadano. Muchos antagonistas políticos
han estado creando ruido con declaraciones que no se ajustan a la verdad.
Aclaraciones:
1) La partida presupuestal de esta obra no puede destinarse para
otra. De no ejecutarse, el dinero retorna a la instancia mayor. Vale aclarar
que el destino inadecuado de estos fondos implicaría delito de malversación. Sí
existe un presupuesto para la refacción del pavimento de avenida y calles.
2) El proyecto interviene el piso de cemento colocado hace 70 años
aproximadamente. El piso es lustroso por el cemento pulido empleado; este presenta
numerosas grietas, algunas de las cuales son peligrosas. En lluvia, el piso es
resbaladizo.
3) El proyecto contempla reparar las dañadas farolas y bancas,
algunas de las cuales ya están colapsadas.
Esperamos que la remodelación
preserve el carácter único de la Plaza Mayor.
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