El día de hoy, a través del discurso de una mujer luchadora y segura de sus ideas, he terminado por comprender completamente el poder de la Tira Cómica. A través de su explicación centrada entre un profundo trabajo racional y una sensibilidad admirable y solidaria, tocó puntos que a cada uno de nosotros nos tocó vivir. Durante mi niñez, el hecho de leer diversas revistas sea en quioscos u otros lugares se vio censurado por diversas personas que veían en esta acción un deterioro marcado del hábito de lectura. En cierta manera puede ser cierto; algunas veces mis padres y algunos profesores censuraban el hecho de que sintiera una fuerte atracción por toda historieta que cayera en mis manos y, justo es decir, no tenía, por la edad, un criterio muy formado para hacer una buena selección. Pero todo esto no impedía que mi búsqueda de lector se agotara; muy por el contrario, alimentaba mucho más mi curiosidad, mi sed de indagar. Con la exposición de este 16 de marzo, cientos de luces me han llegado a iluminar.
La exposición se centró en ver si era un verdadero arte y en qué lugar se la puede ubicar. La disertación fue clara y con una validación contundente; la historieta crea un vínculo sólido entre la intención del viñetista y el lector que lo capta para sí. Colocó a esta nueva arte entre la literatura (cercana al guión) y el cine (cercana al movimiento).
De la literatura la separa el material con el que trabaja; la narración no verbal es mucho más rica en la viñeta, ya que tiene una serie de recursos visuales y los elementos descriptivos pueden ser evidentes, explícitos; o elípticos. Pero los personajes también y tan bien trabajados como en el modernismo castellano (descripción objetiva-subjetiva de personaje, paisaje o situación) son siempre una fuente inagotable de inspiración para un guión sostenido.
Del cine toma la imagen, pero a diferencia del éste, la viñeta no puede recurrir al movimiento; es ahí en la que la genialidad del diseñador entra a tallar, tiene que crear las sensaciones al lector, sugerir con grandes elipsis o encuadres verdaderos movimientos que los voy reconstruyendo o haciendo como lector. Como decía Anne, "hacemos nuestra propia película en nuestra mente". Por eso, el trabajo intelectual e intuitivo de un lector de cómic es permanente (casi una visión kantiana de la identificación del objeto para su comprensión global)
Así se puede entender el hecho de que alguna vez se hubo convocado a varios fanáticos de TIN TIN y en el momento de hacer la reconstrucción de una escena relevante (para el invitado del evento), estas escenas no existían, sino que habían sido recreadas mentalmente y, por eso motivo, era más fácil de haber sido "memorizadas"
Todo lo anteriormente expuesto nos muestra la herramienta poderosa aplicable a la educación; estimulación, creatividad, identificación, memoria.
Quiero recalcar que Anne hizo una presencia brillante en nuestra ciudad; una mujer que habla quechua, que conoce profundamente el alma andina, que se acerca a las personas con una sencillez proverbial, nos dio, además, una inmensa enseñanza de cómo ser una persona.
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