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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

miércoles, 26 de febrero de 2025

ADIÓS A CHILE (CRÓNICA DE VIAJE 8)


 

Sábado 04 de enero. Dejábamos Valpo para regresar a Santiago y preparar nuestro retorno. Nos fuimos temprano al Terminal Rodoviario para tomar nuestro bus (Flixbus) a Santiago. Estaba leyendo que esta empresa alemana (https://global.flixbus.com/) piensa abrir una sucursal en nuestro país, pero con lo irregular e informal que es el transporte terrestre en el sistema peruano, no le auguro un buen porvenir. En fin. Volvamos a nuestro viaje. Íbamos a salir a las 8 am. para la capital. El bus iba vacío, por lo que teníamos libertad para sentarnos en el bus. Regresamos por la excelente autopista 68 a Santiago hasta el Terminal Sur, donde tomaríamos desayuno. Llegamos después de casi dos horas a la estación, tan ordenada (comparando con las nuestras), para buscar un restaurante para tomar un buen desayuno e ir a nuestro nuevo y último hospedaje en Santiago. Al momento de pagar nuestro suculento desayuno, entró un mensaje a mi WhatsApp: Michael Exley había fallecido en Inglaterra. Quedé atónito por la triste noticia. César y Carmen tomaron la iniciativa, pues no reaccionaba a la noticia. Ya un poco más repuesto, nos fuimos a nuestro hospedaje que estaba en la misma calle de nuestro anterior albergue: calle Cano y Aponte en Providencia. En este día íbamos a ir a el mayor número de lugares para visitar. Después de la buena ducha, nos alistamos para ir a conocer la iglesia de San Francisco y su museo. Iba a ser una visita notable.






Tomamos un taxi para ir a nuestro destino (https://maps.app.goo.gl/r2mzfKK3UTc3af6HA). El señor del taxi era un peruano ya de edad que vivía más de tres décadas en Santiago. Nos comentaba sobre la inseguridad y nos recomendaba ir con cuidado. La iglesia queda sobre la Av. O´Higgins, es una iglesia que tiene un museo de arte colonial notable. La iglesia tiene una rara edificación y es una de las pocas que visitamos, fuera de la Catedral y La Merced; es una iglesia antigua que contiene un claustro que es usado, en parte, como un interesante museo colonial: https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/iglesia-convento-san-francisco; https://www.youtube.com/watch?v=MKoV7pBwZrg. Ingresamos al museo con una recepción tan amable de la gente, muy simpáticos. Dejé mi mochila para poder ir con mis cámaras y apreciar la pinacoteca de la iglesia, siendo el origen de la mayoría de estas pinturas, la Escuela Cusqueña (https://museosanfrancisco.com/muestra-permantente/). La colección de pinturas ha ido incrementando paulatinamente gracias a las restauraciones. Carmen logró, hacia el final de la visita que hayamos podido visitar una colección sobre la vida de María, todas de la escuela cusqueña de gran factura por el tamaño de cada una: https://cusco.pro/arte-cusqueno.html. Aparte, el museo cuenta una buena colección de mobiliario religioso y, también, una sala dedicada a Gabriela Mistral, la gran poeta chilena que ganó el premio Nobel de Literatura en 1945 (https://www.lifeder.com/gabriela-mistral/). Un detalle interesante es un busto hecho con la mascarilla mortuoria de la artista. El año pasado fue el centenario de su nacimiento (https://museosanfrancisco.com/la-ruta-de-gabriela-mistral-celebrando-el-legado-de-gabriela-mistral-en-su-natalicio/). En el salón al que logramos entrar gracias a la estrategia de Carmen había dos mujeres, una de ellas muy amable y apasionada por el arte peruano colonial. Luego de una buena conversación sobre arte y los sitios para visitar en nuestro país para buscar arte colonial, ellas nos dieron algunos tips para ir a pie a La Moneda. Al momento de recoger nuestras cosas, las personas amablemente me regalaron algunos recuerdos. Justo al salir, César, quien ya se encontraba afuera, fue testigo del robo a un chico que buscaba desesperado su celular. Eso nos preocupó bastante y decidimos ir juntos en nuestra ruta a La Moneda, lugar donde iríamos a tener una visita increíble. Las señoras, amables, nos habían sugerido una ruta por la que veríamos un Santiago diferente: que tomáramos la Av. O´Higgins en dirección hacia la calle Nueva York hasta que la calle de un bloque se bifurca en dos, tomamos la calle La Bolsa donde se encuentra el bonito edificio de la Bolsa, una construcción de inicios del siglo pasado (https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/bolsa-comercio, https://www.youtube.com/watch?v=R3s0ojYbiIQ). De ahí, el Palacio de La Moneda estaba a un paso. Caminamos por la calle Moneda y sólo nos distaba una cuadra. Desde Trujillo habíamos intentado reservar cupos para poder visitar el palacio como lo hicimos en Guatemala; pero los cupos estaban llenos hasta el 06 de enero, fecha en la que no íbamos a estar en Chile. Pena. Pero había un espacio que nos estaba esperando: el Centro Cultural La Moneda. Genial espacio cultural de acceso gratuito para ver tantas cosas: cine, exposiciones itinerantes y fijas, libros, fotografía, biblioteca. Y un restaurante impresionante. Chile ha hecho de su palacio un lugar vivo y popular que cuenta con todas las facilidades para que todo público pueda ir. Antes de empezar nuestra visita nos fuimos al restaurante del lugar: Restaurante Cívico (https://www.cclm.cl/tiendas/restaurant-civico/). Con una buena carta, lo que nos sirvieron para picar fue, por primera vez, las sopaipillas ( https://www.recetasgratis.net/receta-de-sopaipillas-surenas-32909.html). Muy ricas; luego, al leer los libros sobre algunas historias no contadas de Chile nos da muchos datos increíbles. En el libro La patria insospechada de Rodrigo Lara en el capítulo 10, nos cuenta del origen de este plato muy popular en Chile y tiene que ver con nosotros también: la harina venía, durante el virreinato, desde el Perú y era muy cara; la presencia abundante de la calabaza en territorio chileno hizo que la harina haya sido paulatinamente reemplazada.





Fue un buen almuerzo y ya con la barriga llena y el corazón contento, nos fuimos a ver una extraordinaria exposición: Centenario José Venturelli ( http://joseventurelli.com/). La exposición estaba en las dos grandes salas de planta baja. Una exposición bien montada, excelente curaduría. Además, había una exposición fotográfica Chilehaus: Atacama /Hamburgo, curada por Alfredo Thiermann, integrada por fotografías de la industria salitrera de Atacama que era explotada por capitales alemanes (https://culturizarte.cl/chilehaus-una-conexion-transatlantica-desde-el-desierto-de-atacama-a-los-cielos-de-hamburgo/). Estos tenían en Hamburgo un edificio que se llamaba así y que tenía un diseño como un barco (https://www.barcelo.com/guia-turismo/es/alemania/hamburgo/que-ver/chilehaus/). Hay una cinemateca que estaba mostrando la versión restaurada del filme Nosferatu de Murnau. Se ha puesto de moda a raíz del reciente estreno del mismo filme pero en versión del año pasado dirigido por Robert Eggerts (https://www.fotogramas.es/noticias-cine/a41569457/nosferatu-robert-eggers-fecha-estreno-sinopsis-trailer-reparto/). Una vez terminada nuestra visita a todos los espacios posibles, salimos del Centro Cultural en dirección a la Plaza de la Constitución (https://conociendochile.cl/plaza-de-la-constitucion/), donde nos detuvimos a tomar muchas fotos. 


De ahí nos fuimos a pie hasta la Plaza de Armas (un par de calles de distancia prácticamente) para ir a la Catedral para que Carmen pueda conocerla (lo logramos); pero no tuvimos suerte con el Museo Histórico Nacional. Así que nos fuimos a nuestro último objetivo en Santiago y en Chile: Cerro San Cristóbal, el cual se encuentra en el Gran Parque Metropolitano de Santiago (https://conociendochile.cl/cerro-san-cristobal/). El trayecto no es tan largo para una ciudad como esta (https://maps.app.goo.gl/FuRFXT9xtQ8gvMKK8). Llegamos a la estación Cumbre, desde donde se toman los funiculares para ascender hasta donde se encuentra la estatua de la Inmaculada Concepción (https://www.youtube.com/watch?v=hf_15lkcFNE&t=1s).



Desde ahí tenemos una vista impresionante de Santiago. Imagino cómo será este lugar en invierno cuando se puede ver las montañas circundantes cubiertas de nieve. Caminamos un poco por el lugar, el cual estaba repleto de gente. Nos quedamos en un puesto que vendía una suerte de cremoladas: Kiosko Plaza México. Ahí nos quedamos un buen rato para descansar y, luego, tomar nuestro funicular de retorno para irnos a nuestro hospedaje. César pidió un taxi para ir a nuestro destino que estaba muy lejos. Llegamos a nuestro destino y salimos a cenar, ya un poco tarde, al Restaurante Puerto Calbuco. Así cerramos nuestra última noche en Chile.

Domingo 05 de enero. Nuestro último día en Chile. Nos levantamos temprano para ir a tomar desayuno y aquí empezó una pequeña pesadilla: no había restaurante alguno abierto. Sólo nos quedó para tomar algo en una estación de gasolina; para ello tuvimos que caminar hasta la Av. Balboa. Tomamos un desayuno bastante ligero para entretener al estómago. Nos fuimos a recoger nuestras cosas para ir al aeropuerto. Este no estaba lejos de nuestra casa, además tienen vías de acceso muy buenas. Llegamos cómodamente al terminal; había muchos chicos con sus familias, pero no se hace el escándalo que uno ve en nuestros aeropuertos que ve hasta perros u otras mascotas que van a despedir a alguien. Al llegar a la recepción de Latam, nos ofrecieron la posibilidad de regresar más temprano a Lima. Nos permitieron enviar nuestro equipaje de mano en depósito. Así íbamos con manos libres y mejor, pues el avión en el que regresaríamos sería más pequeño; se parecía a los que vuelan el tramo Lima – Trujillo, así de estrecho. Nos despedimos de Carmen, pues ella salía casi un par de horas después directamente a Madrid. Entramos en dirección a nuestra puerta de embarque y en camino vi una librería en la que compré el último libro: Patagonia de Jaime Said (https://tienda.somos.ink/products/patagonia-historia-de-la-patagonia). Siempre me ha parecido interesante la historia de esta inmensa y disputa región ocupada por pueblos milenarios y que sufrieron duros crímenes como las matanzas contra los aborígenes por parte de algunos líderes políticos como es el caso de Rosas en Argentina (https://elarcondelahistoria.com/pueblos-aborigenes-involucrados-en-la-campana-al-desierto-patagonico/, https://www.historionauta.com/2013/02/campana-de-rosas-contra-los-indigenas/, https://www.youtube.com/watch?v=wXh-mKf2kBY). Pero también está la historia difícil entre Argentina y Chile por la disputa de esta zona durante el siglo XIX (https://basadoenhechosreales.com.ar/historia-real-de-chile-y-argentina/, https://basadoenhechosreales.com.ar/historia-real-de-perdida-de-la-patagonia-chile-argentina/, https://www.youtube.com/watch?v=4NQE-J8oZXY&t=2s, https://www.youtube.com/watch?v=llnatoZJU30&t=1s). Las relaciones han sido siempre tensas, pero es de esperarse al tener una frontera tan larga como la existente entre Argentina y Chile: 5,308 km, la tercera más larga del mundo.  Ya al subir al avión, vimos parte de nuestra idiosincrasia al ver muchos niños corriendo y otros hablando en voz alta. Al llegar a Lima, nos encontramos con ese aeropuerto que pronto dejará de funcionar para reemplazarlos por otro que está naciendo con muchos problemas de servicios y conectividad. Hicimos conexión a Trujillo, en las bulliciosas salas de los vuelos nacionales. César había coordinado con un taxi para que nos lleve a nuestras casas. Los baches ya me indicaban que estaba de vuelta en casa.

Este viaje fue todo un placer para encontrarme con buenos amigos, comer bien y conocer lindas ciudades; quedan muchas cosas y encuentros pendientes, como verme con Martha quien tuvo mucho trabajo por ser temporada alta y visitar otros lugares que merecen que nos demos una vuelta. Fin de nuestro viaje.




domingo, 23 de febrero de 2025

UNA FERIA DEL LIBRO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 23 DE FEBRERO)

 

En las últimas semanas he leído una discusión interesante sobre la posibilidad de realizar una feria del libro en nuestra ciudad. Ideas van, ideas vienen, la viabilidad de su realización en la Plaza de Armas parece remotas. En momentos en que la cultura se ve confrontada por movimientos contrarios al desarrollo de las artes libres y el intelecto, sean conservadores o extremistas; los espacios en los que se realizan actividades culturales deben ser cuidados, sino serán maltratados o cerrados como está sucediendo con el Lugar de la Memoria (LUM) de Lima o la postergación indefinida de la premiación a Rafael Dumett por su obra. Vemos cómo cada día diversas formas culturales son cerradas, postergadas o maltratadas por diversas razones; muchas veces por razones políticas, pero la mayoría de los casos por razones de desconocimiento de un público potencial; por eso, se extinguen económicamente. Esta razón última ha hecho que muchas manifestaciones se hayan deteriorado con el fin de retener o atraer un público para sus actividades afectando la calidad de esos eventos. Veamos el caso de una nueva feria. Recuerdo las primeras en las que hubo una gran variedad de invitados, tanto nacionales como internacionales. Nos visitaron artistas y académicos, autores de diversos libros como sus obras finales. Las versiones hechas por las diversas gestiones que ocuparon la alcaldía provincial tuvieron sus propuestas buenas como deficientes. Hubo una con un país invitado que tuvo muy buena repercusión a nivel internacional; además, se logró crear un Fondo Editorial con una determinada línea de trabajo. Pero la sensación (y evidencia) de que la feria trujillana no levanta vuelo es más que evidente. En vez de tener invitados nacionales y extranjeros de peso de todas las áreas, las versiones últimas han sido limitadas y pobres; en muchos casos, más parecía una venta de textos de una campaña escolar con escasas novedades. Por eso es necesario un trabajo en conjunto del sector privado y municipal para tener un evento de calidad y cantidad apreciable con un gestor autónomo. Una feria es la vitrina de la producción artística y académica de una ciudad o país. Historiadores, economistas, sociólogos, periodistas, educadores, psicólogos, matemáticos, biólogos, etc. son también las personas que deben poblar su programación. Es el momento que las universidades y colegios profesionales muestren sus logros a la comunidad. Las programaciones de los últimos años casi ha sido un 90 % vinculada a la literatura, postergando temas que deben ser prioritarios para la sociedad trujillana. Anteriormente vimos colectivos sociales que se hicieron presentes para mostrar sus avances y preocupaciones, como todo tejido social complejo que es Trujillo, una ciudad con muchos problemas y oportunidades que tiene mucho que decir. La feria sería ese ambiente que podría convocar a buen número de ciudadanos de un espacio con más allá del millón de habitantes.


sábado, 22 de febrero de 2025

VALPO Y VIÑA, UNA SOLA REALIDAD (CRÓNICA DE VIAJES POR CHILE 7)

 


Viernes 03 de enero, 2025. Valpo en sus calles y cementerios. Había hablado con mis compañeros viajeros sobre la visita a uno de los sitios más intrigantes de la historia de esta ciudad: su cementerio de disidentes. En mis últimos viajes he visitado varios campos santos principales de cada ciudad, pues sintetizan periodos históricos y artísticos no sólo de la ciudad, sino incluso del país. Eso lo vi en París, Lisboa, Buenos Aires y Santiago. Y lo interesante es ver las manifestaciones de la cultura popular, además: tumbas de niños santos, ancianos sanadores, expresidentes mitificados (como lo que vi en el de Santiago en el mausoleo de Balmaceda). He llevado un curso sobre Arte Funerario que ha abordado el arte funerario republicano o cerca de este espacio histórico (siglo XIX y XX) y a lo largo de este he ido descubriendo maravillas tanto históricas como artísticas. Datos interesantes como el Cementerio de Chocope es el tercero más antiguo de nuestro país o la existencia de cementerios que difieren de los católicos en varios países de América Latina. Esta visita se adelantó a esta novedad que no vemos a lo largo del territorio peruano. Es precisamente en Chile donde más investigación histórica se ha hecho sobre estos sitios que fueron creados por migrantes de mayoría protestante que morían en territorio chileno y lo mismo sucedió con sus sucesores. Los artículos hablan de “[..] los cementerios de disidentes en los sitios mineros de Latinoamérica que surgieron en el siglo XIX principalmente en México, Chile y Brasil. Estos países recibieron capitales de compañías mineras británicas que organizadas en empresas explotaron los recursos minerales y trajeron consigo a empleados, técnicos, administradores y operarios que se establecieron, muchas veces con sus familias, en las cercanías de minas y establecimientos metalúrgicos. Debido a la diferencia de creencias y prácticas religiosas y funerarias con las sociedades locales, de estricto culto católico, debieron solicitar autorización a las autoridades para ejercer el propio y crear sus cementerios. La migración de trabajadores mineros de otros países europeos y de Estados Unidos que profesaban religiones protestantes, fue menor pero sus fallecidos fueron enterrados también en cementerios de disidentes [..]” como lo comenta en su artículo Inés Herrera Canales (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8963707). Y eso lo íbamos a constatar.





Salimos de nuestro hospedaje. Diego decidió quedarse en casa para descansar. Tomamos un micro en la Av. Viana y entramos por una avenida que corre paralela al mar: la Av. España. Bajamos en el encuentro de la Av. Errázuriz y nos fuimos caminando para tomar desayuno en un restaurante en la Av. Brasil. Una vez terminado nuestro breve desayuno, pedimos un taxi para irnos a los cementerios que se encuentran en el cerro Panteón donde se hallaba nuestro primer objetivo: el Cementerio de Disidentes o Cementerio Inglés (https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/cementerio-disidentes-cementerio-ingles-valparaiso). La entrada al Cementerio da frente a otro que es católico, el cementerio No 2, pero que no está abierto al público. Felizmente nuestro objetivo, aunque no había gente, estaba cuidado por un jardinero, quien arreglaba el lugar y hacía limpieza en algunas lápidas. El espacio es sobrio con mausoleos, cuarteles y lápidas muy interesantes, muchas escritas en alemán o inglés; incluso en sueco. Pero había un obelisco con el nombre de un ciudadano extranjero, Thomas H. Sothers, que había nacido en Tacna y muerto en Arequipa en 1885. ¿Qué hacía ahí en Valparaíso? Ni idea. Pero algunos mausoleos muestran el poder económico que muchos de estos emigrantes habían adquirido en su nueva patria. Al salir, dimos un rodeo caminando por la calle Dinamarca que rodea a los dos cementerios católicos y el de disidentes. Vimos parcialmente el lugar donde se ofician los rituales religiosos del de disidentes. 




Seguimos caminando hacia nuestro nuevo objetivo: el complejo Parque Cultural de Valparaíso en el Cerro Cárcel (https://revistaenfoque.cl/cerro-carcel-la-otra-ruta-cultural-de-valparaiso/). Este complejo tiene muchos espacios interesantes de pasado doloroso (fue una cárcel) y ha sido rescatado para el arte y la cultura. El sitio ha sido intervenido de manera asertiva, respetando la estructura de prisión (celdas y corredores) y en sus ambientes, con mayor luminosidad, se ven obras de arte (fotografía, pinturas, algunos ceramios) y ambientes de clases como danza callejera entre otras actividades. Caminar entre sus muros no deja ser tétrico, saber de gente de cualquier condición que ha sido torturada o muerta entre sus muros; frente a ese pesado pasado, la propuesta de la vida ilumina a los visitantes (https://parquecultural.cl/). Además, hay diversas exposiciones como la que vimos ese día, Animales sumisos, de la artista chilena Elena Najmanovich. 



Al visitar este lugar, ver cómo han convertido estas instalaciones en un espacio cultural para la ciudad con salas de cine, biblioteca, sala de conciertos y exposiciones no te queda más que aplaudir la buena iniciativa y ver cómo esta ciudad se ha convertido en un verdadero derrotero de artistas populares y gente que ama la cultura urbana. Valparaíso es eso. Sus sinuosas calles con sus murales que nos rodean respiran arte vivo, cultura viva. Vimos en las ofertas culturales un lugar no lejos de ahí: Teatro Museo del Títere y del Payaso que se encuentra en la Plaza Bismark (https://www.museosenverano.cl/espacio-cultural/fundacion-teatromuseo-del-titere-y-el-payaso). Desde la plaza también tenemos una vista extraordinaria; pero el sitio estaba cerrado por lo que nos fuimos al siguiente objetivo: Museo de Historia Natural de Valparaíso. 




Tomamos un bus, todo ordenado; una persona me permitió sentarme en la zona reservada para las personas con problemas de movilidad. Luego de un poco más de 10 minutos, llegamos a este lindo museo, tan didáctico, cuidado y con una museografía increíble (https://www.mhnv.gob.cl/). Envidia. Para suerte nuestra, había una exposición itinerante sobre el hundimiento y rescate del barco Nuestra Señora de las Mercedes, barco que partió desde el Callao con destino a España y que no llegó a su destino al ser hundido por los ingleses frente al Algarve en Portugal (https://laprensa.peru.com/actualidad/noticia-rescatan-valiosas-piezas-hundido-barco-nuestra-senora-mercedes-50107). La exposición cuenta con monedas rescatadas, algunas de las cuales tienen el rostro de Fernando VII de Borbón, en los momentos que el territorio americano ebullía en su independencia. Luego visitamos los dos pisos en los que se presentaban la zoología y botánica chilenas. Ya el hambre apretaba y nos fuimos a La Cocinería Nacional (https://viajealsabor.cl/2024/12/26/cocineria-nacional-una-deliciosa-identidad/), el cual está bastante cerca del museo, para seguir con nuestro festival de comida marina y buen vino blanco. Y de ahí nos fuimos a la catedral de Valpo (https://chiletrip.net/valparaiso/catedral-de-valparaiso/). 




La construcción es bastante moderna; hay una imagen de Cristo con el traje de un pueblo originario en Chile de la isla de Rapa Nui. Sí, la famosa isla de Pascua, isla que perdió parte de su población por la angurria de los barones del azúcar peruanos, tras la abolición de la esclavitud, necesitaban mano de obra barata. La isla fue diezmada. El territorio chileno acoge muchos otros pueblos aborígenes a lo largo de su territorio. Hacia el norte queda la cultura aimara que comparte con Perú y Bolivia; pero la mayor presencia es la del pueblo mapuche (https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-781.html). Este pueblo se encuentra focalizado desde la VII hasta la X región. Nuestro plan inicial era ir a Temuco, uno de los principales centros de este pueblo, se puede además identificar una topografía que llevan nombres aborígenes. En este documento hay una recopilación de nombres que lagos, ríos y otros accidentes orográficos de origen mapuche (chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.fundacionaitue.cl/wp-content/uploads/2020/04/Topo%CC%81nimos-de-Origen-Mapuche-F.-Aitue-2020.pdf). Como el quechua, aimara, mochica, chibcha, guaraní o maya, los pueblos originarios nombraron montañas o ríos, los cuales eran muchas veces sus dioses. Una vez concluida nuestra visita a la catedral nos fuimos a la plaza Victoria, frente a la catedral, para ver su fuente y estatuas (https://mapa.valpo.net/content/plaza-victoria). 




Esta plaza se edificó para conmemorar la derrota de la Confederación Peruano Boliviana ( https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57923924) que tuvo una corta duración y que hubiera sido una realidad política grande y rica, aunque nació bastante defectuosa de manera interna. Desde la plaza tomamos un bus para que nos lleve al famoso Reloj de Flores ya en Viña del Mar. Nos íbamos a Viña.

Nos fuimos por la Av. España que discurre paralela al mar. El tráfico se había vuelto lento con una increíble cantidad de vehículos. ¿De dónde aparecieron tantos? Nos bajamos cerca del Reloj y vimos un espectáculo simpático: una activación publicitaria que usaba a diversos héroes de los animes japoneses y personajes disfrazados con la serie coreana Los juegos del calamar, promocionando su segunda temporada (https://www.youtube.com/watch?v=Oh_B9Ejvn-8). Desde ahí nos fuimos caminando por la Av. La Marina para ver el encuentro de este balneario famoso con el mar. 



Viña del Mar no sólo es famoso por su Festival de la Canción que se inició por primera vez en 1960 y en el cual han participado muchos artistas peruanos y han llegado cientos de cantantes de fama mundial para un público muy exigente (como lo llaman el Monstruo) (https://www.radiorecuerdos.cl/festival-de-vina-historia/) Aquí un video que da algunos datos interesantes de este festival que este año cumple 65 años: https://www.youtube.com/watch?v=2Z15vXduMKg. Como se ve este festival también ha sido afectado por duros acontecimientos: uno es el COVID-19; otro es el terremoto del 2010 en el que personas famosas fueron sorprendidas por el fuerte movimiento (https://www.youtube.com/watch?v=kXZThInkPsM). El “Monstruo” ha sido cruel con varios artistas; una de ellas fue Eva Ayllón (https://www.youtube.com/watch?v=56cxzp-DvRQ); no perdonó a otros tampoco (https://www.youtube.com/watch?v=bLgXdsxRxsA). Pasaríamos más tarde cerca de la Quinta Vergara en nuestra visita por Viña. En nuestra caminata por la Av. La Marina, pasamos por el Hotel Sheraton Miramar (https://sheratonmiramarhotel.com-hotel.com/es/) para dirigirnos hacia el Hotel Cap Ducal, el cual tenía sus bases un poco colapsadas (https://www.capducal.cl/). Al caminar entre estos dos hoteles, se encuentra el Palacio Presidencial Cerro Castillo (https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/palacio-presidencial-cerro-castillo).



Seguimos por el Paseo Av. La Marina y decidimos ir a la Quinta Vergara, pues ya se hacía tarde. Avanzamos por el Estero Viña del Mar y doblamos por Von Schroeder hasta la Av. Valparaíso, donde encontramos una tienda de recuerdos. Ahí todos compramos cosas muy bonitas, vi una pareja mapuche en cerámica muy bonita, inspirada en su tipo de cerámica (https://clubdeceramica.com/ceramica-mapuche-historia/). Decidimos seguir caminando por la misma Av. Valparaíso hasta la Plaza Vergara, ya cerca de la Quinta. En el mapa figuraba que estábamos cerca. Pero una cosa es un frío mapa y otra la realidad. La plaza estaba llena, rebosando de gente al igual que las avenidas. La Plaza es un lugar de referencia de la ciudad (https://www.tourvinadelmardesdesantiago.com/que-es-la-plaza-vergara-en-vina-del-mar/). Carmen preguntó a una señora que estaba sentada y esta nos advirtió que la zona era un poco peligrosa (yo iba con mis cámaras al cuello). Caminar era cuestión de 6 minutos (https://maps.app.goo.gl/ZF7nGjhZJ54SvW6d7). Pero la certeza con la que las personas nos indicaban que estábamos yendo a una zona peligrosa nos hizo desistir de visitar este lugar. En realidad, vimos tan poco de Viña. Nos fuimos a nuestro hospedaje para un buen duchazo y de ahí salir a cenar. Como cada noche, nos fuimos a buscar dónde cenar y nos fuimos a un restaurante peruano, El Imperio Peruano, para pedir algunos platos que terminaron por decepcionarnos un poco (https://imperio.elimperioperuano.cl/). Nos fuimos a preparar nuestras cosas, pues al día siguiente nos íbamos temprano a Santiago. Ya sólo nos quedaban dos días en Chile. Pena.