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Trujillo, La Libertad, Peru
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sábado, 22 de febrero de 2025

VALPO Y VIÑA, UNA SOLA REALIDAD (CRÓNICA DE VIAJES POR CHILE 7)

 


Viernes 03 de enero, 2025. Valpo en sus calles y cementerios. Había hablado con mis compañeros viajeros sobre la visita a uno de los sitios más intrigantes de la historia de esta ciudad: su cementerio de disidentes. En mis últimos viajes he visitado varios campos santos principales de cada ciudad, pues sintetizan periodos históricos y artísticos no sólo de la ciudad, sino incluso del país. Eso lo vi en París, Lisboa, Buenos Aires y Santiago. Y lo interesante es ver las manifestaciones de la cultura popular, además: tumbas de niños santos, ancianos sanadores, expresidentes mitificados (como lo que vi en el de Santiago en el mausoleo de Balmaceda). He llevado un curso sobre Arte Funerario que ha abordado el arte funerario republicano o cerca de este espacio histórico (siglo XIX y XX) y a lo largo de este he ido descubriendo maravillas tanto históricas como artísticas. Datos interesantes como el Cementerio de Chocope es el tercero más antiguo de nuestro país o la existencia de cementerios que difieren de los católicos en varios países de América Latina. Esta visita se adelantó a esta novedad que no vemos a lo largo del territorio peruano. Es precisamente en Chile donde más investigación histórica se ha hecho sobre estos sitios que fueron creados por migrantes de mayoría protestante que morían en territorio chileno y lo mismo sucedió con sus sucesores. Los artículos hablan de “[..] los cementerios de disidentes en los sitios mineros de Latinoamérica que surgieron en el siglo XIX principalmente en México, Chile y Brasil. Estos países recibieron capitales de compañías mineras británicas que organizadas en empresas explotaron los recursos minerales y trajeron consigo a empleados, técnicos, administradores y operarios que se establecieron, muchas veces con sus familias, en las cercanías de minas y establecimientos metalúrgicos. Debido a la diferencia de creencias y prácticas religiosas y funerarias con las sociedades locales, de estricto culto católico, debieron solicitar autorización a las autoridades para ejercer el propio y crear sus cementerios. La migración de trabajadores mineros de otros países europeos y de Estados Unidos que profesaban religiones protestantes, fue menor pero sus fallecidos fueron enterrados también en cementerios de disidentes [..]” como lo comenta en su artículo Inés Herrera Canales (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8963707). Y eso lo íbamos a constatar.





Salimos de nuestro hospedaje. Diego decidió quedarse en casa para descansar. Tomamos un micro en la Av. Viana y entramos por una avenida que corre paralela al mar: la Av. España. Bajamos en el encuentro de la Av. Errázuriz y nos fuimos caminando para tomar desayuno en un restaurante en la Av. Brasil. Una vez terminado nuestro breve desayuno, pedimos un taxi para irnos a los cementerios que se encuentran en el cerro Panteón donde se hallaba nuestro primer objetivo: el Cementerio de Disidentes o Cementerio Inglés (https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/cementerio-disidentes-cementerio-ingles-valparaiso). La entrada al Cementerio da frente a otro que es católico, el cementerio No 2, pero que no está abierto al público. Felizmente nuestro objetivo, aunque no había gente, estaba cuidado por un jardinero, quien arreglaba el lugar y hacía limpieza en algunas lápidas. El espacio es sobrio con mausoleos, cuarteles y lápidas muy interesantes, muchas escritas en alemán o inglés; incluso en sueco. Pero había un obelisco con el nombre de un ciudadano extranjero, Thomas H. Sothers, que había nacido en Tacna y muerto en Arequipa en 1885. ¿Qué hacía ahí en Valparaíso? Ni idea. Pero algunos mausoleos muestran el poder económico que muchos de estos emigrantes habían adquirido en su nueva patria. Al salir, dimos un rodeo caminando por la calle Dinamarca que rodea a los dos cementerios católicos y el de disidentes. Vimos parcialmente el lugar donde se ofician los rituales religiosos del de disidentes. 




Seguimos caminando hacia nuestro nuevo objetivo: el complejo Parque Cultural de Valparaíso en el Cerro Cárcel (https://revistaenfoque.cl/cerro-carcel-la-otra-ruta-cultural-de-valparaiso/). Este complejo tiene muchos espacios interesantes de pasado doloroso (fue una cárcel) y ha sido rescatado para el arte y la cultura. El sitio ha sido intervenido de manera asertiva, respetando la estructura de prisión (celdas y corredores) y en sus ambientes, con mayor luminosidad, se ven obras de arte (fotografía, pinturas, algunos ceramios) y ambientes de clases como danza callejera entre otras actividades. Caminar entre sus muros no deja ser tétrico, saber de gente de cualquier condición que ha sido torturada o muerta entre sus muros; frente a ese pesado pasado, la propuesta de la vida ilumina a los visitantes (https://parquecultural.cl/). Además, hay diversas exposiciones como la que vimos ese día, Animales sumisos, de la artista chilena Elena Najmanovich. 



Al visitar este lugar, ver cómo han convertido estas instalaciones en un espacio cultural para la ciudad con salas de cine, biblioteca, sala de conciertos y exposiciones no te queda más que aplaudir la buena iniciativa y ver cómo esta ciudad se ha convertido en un verdadero derrotero de artistas populares y gente que ama la cultura urbana. Valparaíso es eso. Sus sinuosas calles con sus murales que nos rodean respiran arte vivo, cultura viva. Vimos en las ofertas culturales un lugar no lejos de ahí: Teatro Museo del Títere y del Payaso que se encuentra en la Plaza Bismark (https://www.museosenverano.cl/espacio-cultural/fundacion-teatromuseo-del-titere-y-el-payaso). Desde la plaza también tenemos una vista extraordinaria; pero el sitio estaba cerrado por lo que nos fuimos al siguiente objetivo: Museo de Historia Natural de Valparaíso. 





Tomamos un bus, todo ordenado; una persona me permitió sentarme en la zona reservada para las personas con problemas de movilidad. Luego de un poco más de 10 minutos, llegamos a este lindo museo, tan didáctico, cuidado y con una museografía increíble (https://www.mhnv.gob.cl/). Envidia. Para suerte nuestra, había una exposición itinerante sobre el hundimiento y rescate del barco Nuestra Señora de las Mercedes, barco que partió desde el Callao con destino a España y que no llegó a su destino al ser hundido por los ingleses frente al Algarve en Portugal (https://laprensa.peru.com/actualidad/noticia-rescatan-valiosas-piezas-hundido-barco-nuestra-senora-mercedes-50107). La exposición cuenta con monedas rescatadas, algunas de las cuales tienen el rostro de Fernando VII de Borbón, en los momentos que el territorio americano ebullía en su independencia. Luego visitamos los dos pisos en los que se presentaban la zoología y botánica chilenas. Ya el hambre apretaba y nos fuimos a La Cocinería Nacional (https://viajealsabor.cl/2024/12/26/cocineria-nacional-una-deliciosa-identidad/), el cual está bastante cerca del museo, para seguir con nuestro festival de comida marina y buen vino blanco. Y de ahí nos fuimos a la catedral de Valpo (https://chiletrip.net/valparaiso/catedral-de-valparaiso/). 





La construcción es bastante moderna; hay una imagen de Cristo con el traje de un pueblo originario en Chile: el mapuche (https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-781.html). Este pueblo se encuentra focalizado desde la VII hasta la X región. Nuestro plan inicial era ir a Temuco, uno de los principales centros de este pueblo, se puede además identificar una topografía que llevan nombres mapuches. En este documento hay una recopilación de nombres que lagos, ríos y otros accidentes orográficos de origen mapuche (chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.fundacionaitue.cl/wp-content/uploads/2020/04/Topo%CC%81nimos-de-Origen-Mapuche-F.-Aitue-2020.pdf). Como el quechua, aimara, mochica, chibcha, guaraní o maya, los pueblos originarios nombraron montañas o ríos, los cuales eran muchas veces sus dioses. Una vez concluida nuestra visita a la catedral nos fuimos a la plaza Victoria, frente a la catedral, para ver su fuente y estatuas ( https://mapa.valpo.net/content/plaza-victoria). 




Esta plaza se edificó para conmemorar la derrota de la Confederación Peruano Boliviana ( https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57923924) que tuvo una corta duración y que hubiera sido una realidad política grande y rica, aunque nació bastante defectuosa de manera interna. Desde la plaza tomamos un bus para que nos lleve al famoso Reloj de Flores ya en Viña del Mar. Nos íbamos a Viña.

Nos fuimos por la Av. España que discurre paralela al mar. El tráfico se había vuelto lento con una increíble cantidad de vehículos. ¿De dónde aparecieron tantos? Nos bajamos cerca del Reloj y vimos un espectáculo simpático: una activación publicitaria que usaba a diversos héroes de los animes japoneses y personajes disfrazados con la serie coreana Los juegos del calamar, promocionando su segunda temporada (https://www.youtube.com/watch?v=Oh_B9Ejvn-8). Desde ahí nos fuimos caminando por la Av. La Marina para ver el encuentro de este balneario famoso con el mar. 




Viña del Mar no sólo es famoso por su Festival de la Canción que se inició por primera vez en 1960 y en el cual han participado muchos artistas peruanos y han llegado cientos de cantantes de fama mundial para un público muy exigente (como lo llaman el Monstruo) (https://www.radiorecuerdos.cl/festival-de-vina-historia/) Aquí un video que da algunos datos interesantes de este festival que este año cumple 65 años: https://www.youtube.com/watch?v=2Z15vXduMKg. Como se ve este festival también ha sido afectado por duros acontecimientos: uno es el COVID-19; otro es el terremoto del 2010 en el que personas famosas fueron sorprendidas por el fuerte movimiento (https://www.youtube.com/watch?v=kXZThInkPsM). El “Monstruo” ha sido cruel con varios artistas; una de ellas fue Eva Ayllón (https://www.youtube.com/watch?v=56cxzp-DvRQ); no perdonó a otros tampoco (https://www.youtube.com/watch?v=bLgXdsxRxsA). Pasaríamos más tarde cerca de la Quinta Vergara en nuestra visita por Viña. En nuestra caminata por la Av. La Marina, pasamos por el Hotel Sheraton Miramar (https://sheratonmiramarhotel.com-hotel.com/es/) para dirigirnos hacia el Hotel Cap Ducal, el cual tenía sus bases un poco colapsadas (https://www.capducal.cl/). Al caminar entre estos dos hoteles, se encuentra el Palacio Presidencial Cerro Castillo (https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/palacio-presidencial-cerro-castillo).



Seguimos por el Paseo Av. La Marina y decidimos ir a la Quinta Vergara, pues ya se hacía tarde. Avanzamos por el Estero Viña del Mar y doblamos por Von Schroeder hasta la Av. Valparaíso, donde encontramos una tienda de recuerdos. Ahí todos compramos cosas muy bonitas, vi una pareja mapuche en cerámica muy bonita, inspirada en su tipo de cerámica (https://clubdeceramica.com/ceramica-mapuche-historia/). Decidimos seguir caminando por la misma Av. Valparaíso hasta la Plaza Vergara, ya cerca de la Quinta. En el mapa figuraba que estábamos cerca. Pero una cosa es un frío mapa y otra la realidad. La plaza estaba llena, rebosando de gente al igual que las avenidas. La Plaza es un lugar de referencia de la ciudad (https://www.tourvinadelmardesdesantiago.com/que-es-la-plaza-vergara-en-vina-del-mar/). Carmen preguntó a una señora que estaba sentada y esta nos advirtió que la zona era un poco peligrosa (yo iba con mis cámaras al cuello). Caminar era cuestión de 6 minutos (https://maps.app.goo.gl/ZF7nGjhZJ54SvW6d7). Pero la certeza con la que las personas nos indicaban que estábamos yendo a una zona peligrosa nos hizo desistir de visitar este lugar. En realidad, vimos tan poco de Viña. Nos fuimos a nuestro hospedaje para un buen duchazo y de ahí salir a cenar. Como cada noche, nos fuimos a buscar dónde cenar y nos fuimos a un restaurante peruano, El Imperio Peruano, para pedir algunos platos que terminaron por decepcionarnos un poco (https://imperio.elimperioperuano.cl/). Nos fuimos a preparar nuestras cosas, pues al día siguiente nos íbamos temprano a Santiago. Ya sólo nos quedaban dos días en Chile. Pena.