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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 28 de agosto de 2011

UN BUEN VIAJE AL PASADO: CASMA



























Ir a Casma para ver Chanquillo luego de 27 de años fue para mí una experiencia excitante y para mis dos compañeras de viaje, Orietta y Carmen, un interesante descubrimiento para una y un reconocimiento de los espacios visitados con anterioridad para la otra. Había ido a la zona con cierta regularidad cuando nuestros grupos de estudiantes visitaban Caral, al norte de Lima y en su retorno a Trujillo hacían una escala en Sechín, otro de los lugares atractivos que también visitamos.

Salimos un sábado, 06 de agosto más precisos. Nuevamente en la camioneta de Carmen, Orietta y yo nos embarcamos en esta nueva experiencia que nos iba a llevar hacia el sur de Trujillo. Carmen estaba muy sorprendida por lo visto en Chachapoyas, pero lo que íbamos a ver en los alrededores de Casma la iban a emocionar más. Salimos a las 9 y media de la mañana rumbo a Chimbote. La estrechez de la carretera Panamericana, el excesivo tráfico y la terrible imprudencia de los choferes, sobre todo los de transporte público, hacían penosa la ruta. El anterior gobierno había anunciado, con bombos y platillos, la famosa Autopista del Sol, la cual debe llegar hasta Sullana. Ojalá me quede vida para poder ver esa promesa. Sé que hay tramos cerca de Casma que muestran la otra vía que acompañará a la actual, pero todo apunta que será otra carpeta asfáltica y no una verdadera autopista con todos los recursos de una vía moderna. Veremos en qué termina (me huele otro hediondo arreglo del gobierno de alan –con minúscula-). Esa travesía hasta Chimbote es toda una odisea: te cruzas con camiones llenos de caña de azúcar que violan todas las medidas de seguridad de cualquier civilizado (Carmen es española y me sentía con vergüenza de ser testigo de su indignación); además ómnibus interprovincial manejados por choferes irresponsables que llevan a su gente como ganado; automóviles que se caen a pedazos y que circulan sin luces ni otras medidas de seguridad; y la interminable retahíla de autos y otros vehículos que corrían a su destino sin importarles los demás. Manejar por nuestra Panamericana es manejar en la jungla.

Llegamos con los nervios un poco crispados a Chimbote, ciudad a la que se podría llegar en menor tiempo si no fuese por el tráfico. Chimbote tiene amplias vías bien tenidas, hay una mejor señalización vial que la que tiene Trujillo. Tiene avenidas anchas que comunican con el Nuevo Chimbote, zona donde hay buenos servicios, hoteles y una catedral bastante impresionante. Pero nosotros no teníamos muchas ganas de quedarnos aquí. El año pasado habíamos hecho una pascana aquí, en el restaurante Venecia, cuando vinimos con Gilberth y Gustavo de paso a Las Aldas. Comimos un lomo saltado extraordinario con un café reparador. Hay buenos restaurantes en el Chimbote antiguo; además recuerdo haber comido bien en el ex Hotel de Turistas. Pero esa visita gastronómica la haremos al día siguiente, luego de nuestro objetivo final. Así que seguimos camino hacia Casma. Pero ya cerca de nuestro punto de llegada, atravesando unas dunas y colinas de arena y unas impresionantes vistas del mar, Orietta nos dijo: “no me caería mal un cebichito”. Palabras claves que nos motivarán a dirigirnos a un bonito lugar que he visitado con frecuencia. Pedí a Carmen doblar en la entrada a Tortugas para que descubra una belleza de lugar, además de un impresionante cebiche que íbamos a comer para calmar nuestra hambre. Fuimos al restaurante Costa Azul, lugar donde comimos un cebiche proverbial, fuera de un delicioso chilcano y una surtida fuente de chicharrones mixtos. Todo rociado con cervecitas para calmar la sed y bajar los sabores picantes. Ya saciados, volvimos a nuestra ruta, puesto que teníamos que llegar a Casma para instalarnos en nuestro hotel y poder aprovechar la tarde y visitar Sechín (según la guía de viaje cerraba a las 5 p.m.). Llegamos a Casma, pero no nos percatamos del letrero que indicaba nuestro hotel, Las Poncianas, al cual ya había visitado en 1997. En la Plaza de Armas pedimos ayuda a un policía para que nos ayudara y nos dio la ubicación. El hotel es simpático, pero la atención un poco descuidada. Estuvimos un buen rato en la oficina de atención hasta recibir las indicaciones pertinentes. Nuestros cuartos eran cómodos, aunque las chicas tuvieron problemas con el agua caliente. Dejamos nuestras cosas y nos dirigimos hacia Sechín; la Vía de Evitamiento te ayuda a tener que soportar el tramo casi intransitable que se han tornado las seis o siete cuadras del corazón de Casma; algo así como Barranca en sus más terribles momentos.
Saliendo de Casma, ir a Sechín es cuestión de minutos. Tomamos el camino que lleva a Huaraz y en un par de minutos estás en la entrada de Sechín; el lugar da mucha pena, puesto que el mantenimiento y la información es pobre. Este impresionante lugar daría para mucho más, pero la desidia ha hecho que el lugar haya caído en una suerte de abandono. Es una las zonas más antiguas del Perú y de las Américas, y no merece el trato que tiene. Su pequeño museo está presenta un descuido total. Hay un par de restos muy interesantes: la momia de una mujer joven sacrificada de Tuquillo y un par de brazos que muestran los tatuajes que este personaje tenía. Mucho mejor preservado que la Dama de Cao. Luego de la visita al museo, fuimos solos a ver el complejo arqueológico. Todo ese templo con todo ese lenguaje iconográfico está ahí para tener la ayuda de alguien que te pueda dar luces del lugar. He escuchado muchas teorías, muchas hipótesis sobre este lugar, lleno de lugares arqueológicos por doquier. En realidad, este valle es feraz y algo que les contaba a mis compañeras de viaje es el hecho de que este valle no desaparece el sol; quizá por ello se haya construido 



























un bello observatorio solar. Pese a nuestro autoguiado, logramos recorrer todo el lugar llamado Sechín Alto. Hubiéramos tenido la ayuda de John, un profesor que nos guio al día siguiente para poder ver Taukachi Konkan o algo de Sechín Bajo, ya cubierto por la población. Antes de regresar al hotel, hicimos una visita por el valle Sechín y "subimos" un poco en dirección a Huaraz. El valle es muy fértil y ves diversas plantaciones a ambos lados de la carretera; hay viñedos y otros frutales, así como ya una fuerte presencia de compañías agroexportadoras, Ojalá que no se les ocurra hacer de esta zona, una de monocultivo. Esperemos que no.

Retornamos a nuestro hotel para descansar y salir a comer algo en la noche.

Salimos caminando hacia el pueblo. Comimos algo ligero y luego hicimos una caminata. Vimos que habían hecho una suerte de alameda en la que habían puesto detalles de las ruinas del lugar; en realidad, si quieres hacer recuerdos de la zona (turismo puro), tienes tanta iconografía para hacer recuerdos líticos o ropa. No vimos nada de eso. Fue una cultura lítica y no queda nada de esa tradición. Se perdió en el tiempo. Luego fuimos a un pequeño pub con buenos servicios y ambiente agradable, el Bohemia. Retornamos a las 11 de la noche para al día siguiente ir a nuestro objetivo principal: Chanquillo.

Ya temprano, luego de una buena ducha y del desayuno breve, partimos con nuestro guía y nuestras cosas rumbo a Chanquillo. Este lugar tiene dos accesos; uno, por el valle de San Rafael; el otro, por la carretera Panamericana. Este último lo recuerdo mucho, puesto que fue ese que tomamos cuando vinimos en 1984 con Maritza, Zoila, Pablo y yo, también viajeros impenitentes. Y fue esta la ruta que elegimos. Ya ves en el camino lo que había comentado en un inicio: la otra vía paralela a la actual de la Panamericana. A unos 16 kilómetros hacia Lima se halla el desvío. Ingresamos a un camino de arena, ya frecuentado por los arqueólogos que dirigen el proyecto. Vas adentrándote en medio de la soledad de los arenales. Aún temprano y nublado el clima, la arena aún un poco fría y estable, pero aun así nos causa temor el hecho de quedarnos estancados. Carmen es una buena pilota y llegamos a nuestro destino tras un poco de emociones. Algunas de las huellas trazadas iban a otros rumbos y en verdad fue una buena decisión haber ido con nuestro guía. A lo lejos se veía la silueta de la fortaleza-ciudad-templo. Pero en verdad, llegar a través del valle de San Rafael es más impresionante, dicen, ya que ves en la cima la construcción. Bastante parecido a Kuélap en cuanto ubicación estratégica. Descendimos de la camioneta y nos fuimos hacia el monumento. La llegada es interesante, pero a medida que nos íbamos internando, nos íbamos sorprendiendo más. El lugar ha entrado a recuperación, pero hay huellas de destrozos causados por los viajeros escolares y los no tanto, quienes dejan sus “recuerdos” de estancia pintando las paredes y dañando, en algunos casos, el estuco original. El lugar se va descubriendo lentamente y cuando ingresamos al segundo anillo, nos íbamos a encontrar con más bellezas. Comenzamos a circundar el segundo anillo y descendiendo hacia el norte, hacia el valle de San Rafael, circunvalando el espacio, vimos a lo lejos el famoso calendario solar, rodeado de arena, dunas y un poco más allá, el valle. Los paisajes que rodean al lugar son magníficos y también nos muestran lo estratégico de la ubicación de este monumento. Quizá en los momentos de asedio por parte de enemigos al valle, la población del mismo se escondía en el lugar. La visita al último anillo nos acercó a una especie de adoratorio. Todo parece indicar que este lugar no se hallaba habitado cotidianamente y no hay cementerio alguno en él. Salvo que la arqueología nos depare otras sorpresas más, como siempre en nuestro país. El lugar está en estudio y hay arqueólogos de la Católica que están liderando el proyecto.

Una vez concluida nuestra visita, pasamos a dejar a nuestro guía en Casma y partimos de retorno a Trujillo. Pero antes teníamos que ir a otro lugar en Nepeña: Punkurí.

Este lugar fue el que elegimos para visitar antes de dirigirnos a Chimbote donde almorzaríamos. Punkurí es un resto arqueológico que viene siendo trabajado entre la universidad y la empresa privada ubicada en el valle de Nepeña. El lugar está bien tenido. Hay un pequeño museo de sitio y nos indica que este lugar tiene más de cuatro mil años. Parece un espacio chavinoide. Hay figuras de felinos, parece ser el puma. Las formas la hacen parecer a Sechín, pero hay otras teorías. Este lugar es muy antiguo. Nos hubiera gustado entrar a Pañamarca, pero el hambre nos hizo dirigirnos a Chimbote. Luego de llenar el tanque, nos fuimos a un restaurante que nos recomendó un muchacho del grifo. Y estaba en lo correcto.

Luego de almorzar, tomamos el camino de retorno a Trujillo. Llegamos tranquilamente para poder disfrutar las últimas horas del domingo. Casma quedó en nuestras retinas.

sábado, 27 de agosto de 2011

CASCAS, UN NUEVA BÚSQUEDA
























    El viaje a Cascas fue un reencuentro con un lugar al que había ido hacía 19 años con varios grupos de alumnos del colegio en el que enseñaba en ese entonces. Cuando en 1992 planeaba viajes de estudios con mis estudiantes, surgió a sugerencia de una amiga, Lutgarda Reyes, la idea de visitar ese lugar. Ella me comentaba que se encontraba en la iglesia mayor del lugar uno de los altares barrocos más bellos de la manifestación indígena de esta parte del país (algo así como la portada de la iglesia de Huamán de Trujillo). En ese año hice tres visitas planificadas con diversos grupos, realizadas durante un solo día con un bus pequeño (los grupos no excedían delos 20 chicos). Hicimos una breve visita a la ciudad en la que podíamos ver una interesante producción de viñedos y de uva para consumo humano y una incipiente producción vitivinícola. Esa fue mi primera experiencia con este pequeño pueblo, con verdes entornos, bonitos paisajes y una geografía interesante que motivó que los hayamos visitado tres veces durante tres fines de semana seguida.


























   Luego de haber visitado Chachapoyas y por fiestas patrias, habíamos acordado con Carmen, mi amiga española, y otras personas más, la posibilidad de ir a Cascas por dos días. Indagué a varias personas sobre la situación actual de la zona, tanto en servicios turísticos como la infraestructura vial. Recordaba que ir hasta ahí era un poco penoso, ya que el camino corre paralelo al río Chicama, río de cauce irregular que crece en temporada de lluvias de sierra (enero a marzo) y que el cauce suele excederse e inunda y arrasa el camino, aislando muchas veces a todos los pueblos de la zona. Cuando visitaba Cascas en 1992, ésta pertenecía al Dpto. de Cajamarca. Ahora pertenece al Dpto. de La Libertad y esto ha generado una suerte de situaciones de corte político que luego comentaré. Hablé con una amiga, Bárbara Wong, quien me dio varios datos valiosos (sobre todo, restaurantes y algunos lugares de interés), pero también iba con nosotros Freddy Cerdán, compadre de Carmen, quien trabaja en la zona en la capacitación de agricultores en el proceso de viñedo desde el cultivo hasta la industrialización de su fruto. Íbamos a descubrir, gracias a él, toda una gama de oportunidades generadas por la agricultura en los últimos años. Ahora hay viñedos por doquier y sus productos derivados se venden por todas partes: vino, mermeladas o la fruta en sí. Además, íbamos a Cascas en plena celebración de la vendimia, fiesta en la cual íbamos a estar como partícipes.

Habíamos quedado con Carmen y Gustavo para salir el 29 de julio en la camioneta de ella; además iba con nosotros otra amiga de ella, Carmen, otra Carmen, docente también quien nos iba a acompañar en esta aventura. Luego de cargar combustible, nos fuimos a buscar a Freddy y su familia, quienes también iban en su camioneta. Como Freddy iba en busca de otro par de personas, nosotros decidimos adelantar el camino y nos dirigimos al cruce que hay entre la carretera Panamericana y el camino que nos lleva a Sausal y Cascas, ambos pueblos importantes de la sierra liberteña de esta zona, la zona de Gran Chimú, del alto Chicama. En esa zona, mientras esperábamos, vimos a un pequeño zorro que merodeaba entre los cañaverales. Esta región costera es conocida como zona de caña de azúcar, que perteneció a grandes ingenios azucareros como Casagrande. Anteriormente para ir a esta zona, uno tenía que pedir un permiso especial para cruzar este trecho o, en su defecto, uno debía “ascender” hasta Casagrande para luego, desde allí, “descender” hacia ese cruce formado por ese trecho de unos 10 kilómetros. El tramo es asfaltado y eso nos dio la esperanza de que íbamos a tener un viaje bueno con asfalto hasta el mismo Cascas. No iba a ser así.

Desde el cruce, íbamos a ir con otra persona más en la camioneta, y desde ahí nos dirigimos hacia nuestra meta. El paisaje es bastante atractivo e íbamos a hallar varios lugares arqueológicos en el camino, lugares que esperan la paciencia de los justos para poder ser estudiados o desaparecer como otros tantos lugares. La carpeta asfáltica ha desaparecido de muchos tramos, demasiados; más diría que es una suerte que haya aún asfalto en algunos tramos. Vamos bordeando el río y parece ser que cada estación de lluvias este camino sufre el embate de las lluvias y las crecidas. Me imagino que la delgada capa de asfalto que le hayan colocado y la hayan inaugurado como muestra de preocupación de gobiernos regionales o centrales, ya ha sido arrebatada y no queda más que pedir disculpas a tus riñones por hacerlos sufrir con baches y piedras. Felizmente íbamos en una camioneta, pero imagino un auto promedio como el mío en esos trances. En fin. Como compensación, íbamos viendo los cambios de una costa, que pese a tener alta zona de producción de caña, tiene un paisaje aburrido sea por la aridez, sea por el monocultivo: ver durante kilómetros sólo caña de azúcar no es todo un placer de la biodiversidad. Parece ser que toda la costa peruana va a estar condenada a ello. Homogeneidad a rabiar en el verde paisaje. Ni modo.

La sierra se salva de ello y es, por ello, la fuente de su desgracia por la visión de la mono producción. No sé por qué, pero bajo esos criterios sólo produces algo para que con ese algo puedas comprar todo lo demás que solías producir. Contradicciones de la vida, del sistema y el empobrecimiento del concepto de auto abastecimiento. Pero la sierra ya está en proceso. Cada vez hay más zonas, como en estos casos, destinados a los viñedos; pero han condicionado todo el entorno de esta región. Aún. En el camino, íbamos contando anécdotas, pero Carmen era la que más sufría, puesto que no pensaba hallar en ese estado la carretera. Yo, tampoco. Un pequeño tramo asfaltado fue la Vía de Evitamiento por la zona de Sausal; antes tenías que ingresar al pueblo, en la actualidad no tienes que hacerlo. Como teníamos prisa, no ingresamos a ver cómo había crecido esta población. La recuerdo hace años como un lugar de paso y con una población agrícola fiestera (bueno, siempre pasaba por este lugar los días sábados e, incluso, una vez con una amplia delegación de profesores del Fleming, entre ellos, Gladys, Milagros, su esposo, los Peeddle, muchos más)

Un poco antes de llegar a Cascas y comenzar el ascenso (se sube más allá de los 1200 metros), a la altura de Ochape, hay un buen tramo asfaltado hasta Cascas en sí. Aquí entre curvas y montaña, vamos viendo los mejores paisajes de la zona. Una pena para Carmen, pues ella estaba más concentrada en el volante que ver paisajes.

El camino, ya más agradable, estaba relativamente transitado. Cascas estaba recibiendo a muchos viajeros, como nosotros, a sus celebraciones que habían comenzado el día 27 y seguían hasta ese domingo. Nosotros sólo íbamos a ser partícipes de dos “fechas”. Ya arribados al lugar, decidimos ir a buscar nuestros alojamientos y comenzar la visita. Bárbara nos había hecho el contacto con un restaurante del lugar, llamado Restobar y allí hicimos nuestro primer centro de operaciones, puesto que las habitaciones del hotel no estaban aún listas. Así que decidimos hacer el paseo por la ciudad. Tuvimos un par de guías a disposición: un señor mayor, fuente notable de información de tradición, datos y chismes de la zona. Con él comenzamos a caminar por el poblado que iba recordando de mis primeras visitas, hacía 13 años. La plaza estaba igual, pero ahora tenía estrados, puestos de venta para la feria central y la verbena que iba a celebrarse esa noche. Antes Cascas pertenecía al Dpto. (Región) Cajamarca y dependía de Contumazá. Así la conocí en 1992. Desde 1994, ya es capital de una nueva provincia, Gran Chimú, y esa situación le ha generado grandes ventajas (y algunas rencillas con su anterior “jefa”). Pero en nuestra caminata, íbamos a tener un brusco cambio en nuestros planes. Habíamos caminado por parte de la plaza a la cual habíamos llegado por las estrechas calles, llenas de juegos y tenderos. Ascendimos por una escalinata para ir hasta la iglesia mayor, pero estaba cerrada. Quería ver otra vez ese altar barroco. No conseguí hacerlo. Habíamos visto el paseo que se había hecho al costado de la iglesia y vimos a todo el mercado fuera de su habitual local, puesto que lo están reconstruyendo y mejorando. Cascas tenía toda una atmósfera de fiestas y pronto íbamos a estar en el meollo del asunto. De repente, Freddy se acerca a nosotros a pedirnos ser jurado del concurso de uva y cata de vino. Carmen y yo fuimos invitados a participar en esta actividad, la cual estaba caóticamente organizada. Varios de sus jurados les habían “fallado” y echaron mano de nuestras presencias. Invitados a subir al escenario, íbamos a envolvernos de reinas, degustadores, periodistas y una bulla infernal. Una vez dadas las reglas del concurso, Carmen y yo empezamos nuestras labores de jurado. Carmen llevaba la peor parte, ya que tenía que degustar bastantes calidades de vino artesanal, entre blanco y rojo. En cambio, a mí me cupo la alegría de probar las diversas calidades de uvas que se producen en el valle, ciertamente algunas de ellas, impresionantes. Las decisiones nos tomaron un poco más de una hora y el grupo se fue directamente a almorzar, mientras nosotros dos participábamos en los resultados de nuestros respectivos grupos. Una vez concluida nuestra participación, nos fuimos al restaurante a comer; teníamos hambre, pese a haber estado comiendo uvas o bebiendo vino. Una vez instalados en nuestro hotel, Rosa Ermila, salimos un pequeño grupo, los cuatro iniciales, a hacer las visitas pactadas desde Trujillo: el árbol de las mil raíces, los dos miradores y el cristo de la roca. En el ascenso al árbol de las mil raíces, tuvimos la mala suerte de hallarnos con un imbécil al volante; un tipo que utilizaba un bus interprovincial como si fuese una moto, corriendo como loco en esa trocha estrecha y sin asfaltar, levantando una polvareda que enterraba casas, autos y peatones. Parecía ser que el chofer no pasaba de ser un mozalbete de unos 20 años, irresponsables no sólo con su vida, sino la de sus pasajeros y de todos aquellos que tenemos la mala suerte de encontrarnos con idiotas como ése. En tu viaje por la carretera Panamericana te encuentras con cientos de ellos como luego contaremos en nuestras andanzas por el sur. La visita a los lugares son simpáticos, aunque les falta señalización y un mejor servicio en general. El lugar del árbol nos hallábamos frente a la casa de un señor que muchas veces tiene reacciones desconcertantes como nos contaba nuestro guía. La visita al cementerio fue también interesante; vi un pequeño mausoleo en que mostraba, según los obituarios, que el padre, la madre y la hija habían fallecido entre todos en un intervalo de dos o tres días en un mes de noviembre (¿Alguna plaga?), así como una tumba destrozada en que, según contaba nuestro guía, se hallaba el cadáver de un señor muy gordo que estalló. La vista desde el cementerio es interesante. Pero íbamos a ir a otro, Chunkazon, que es una pequeña colina hacia el sur de la ciudad y desde la cual se ve la entrada del pueblo. El ascenso fue un poco penoso, el sendero estrecho nos hacía temer algún mal momento. Felizmente no lo hubo. Luego de esta visita, decidimos regresar al hotel, tomarnos un baño, ver un partido de vóley y hacer una siesta. Fue una buena y mala decisión. Buena, ya que el cuerpo lo amerita; mala, porque no logré entrar a ver el altar barroco de la iglesia mayor. En fin.
Por la noche, comimos algo ligero y salimos a unirnos a los casquinos y visitantes: había retreta, feria, fuegos artificiales. La borrachera se extendía rápidamente y, a pesar que no hubo grescas, algunos borrachos ya perdían el equilibrio y generaban algunas situaciones bochornosas. Muchos ya sólo orinaban en la misma plaza. Molesta el hecho de que mucha gente estaba viendo los castillos y tenían delante de ellos a personas bastante irrespetuosas con sus actitudes. Por la noche, se realizó una fiesta mayor en el coliseo, muchos del grupo fueron a bailar pero otros preferimos descansar. Lo bueno es que no se dejó ingresar a la gente en estado totalmente calamitoso. Un acierto.
Día siguiente. Habíamos quedado con una señora para tomar desayuno en su local. Literalmente se olvidó, dejó a todo el grupo abandonado y tuvimos, en ese momento, que hallar una alternativa rápida, ya que iban varios niños con nosotros y el hambre ya los molestaba. Hallamos en la esquina de la plaza de armas un lugar simpático. Un hecho de destacar es que el día anterior la plaza había quedado bastante sucia por el evento. Pero esa mañana lucía limpia, sin señales de haber quedado con varios restos de comida, botellas, cartones, bolsas de plástico entre otras cosas. Bien.
Luego de hacer nuestras últimas compras, dejamos Cascas para ir a visitar parte del proyecto que Freddy está realizando en la zona con campesinos para mejorar su productividad y calidad de vida. Fuimos a ver un molino y, sobre todo, un colegio que se ha hecho con ayuda de fondos españoles. El paisaje es bonito y rodeado de viñedos (aunque hay varios productos de panllevar), pero el camino es difícil. En el retorno, paramos en un puesto que se dedicaba a la comida hecha a base de pato. Una anécdota: cuando pedí a la señora que me trajera la pata del ave, ella me trajo las patas literalmente y no los muslos que uno suele recibir. Aquí se aprovecha todo.
En el camino de retorno hicimos un alto a orillas de río Chicama para descansar y algunos (por no decir, casi todos) tomar un baño refrescante. Hacía calor y las aguas se veían frescas; creo que no hay asentamientos mineros por la zona, sino sería fatal para la agricultura. Carmen tuvo un pequeño incidente con su gorra, Gustavo se lo tomó a broma. En nuestro retorno, hicimos alguna que otra parada más; una de ellas fue para comprar fruta, sobre todo, uva. A veces parábamos para ver el paisaje el cual no habíamos del todo aprovechado cuando nos dirigíamos en dirección contraria.

Llegamos a Trujillo alrededor de las 5 de la tarde. Cascas fue toda una experiencia.

domingo, 21 de agosto de 2011

NUEVA VISITA AL MUNDO CHACHA

22 de julio. Por la tarde, 4:30 pm. Un grupo de personas se embarca en un bus con destino a la capital del Dpto. de Amazonas. Por tercera vez me dirijo a esta interesante zona en la que hay aún mucho por descubrir. Iba conmigo, Carmen Ortega, una buena amiga española a quien le quería enseñar otra parte del Perú, zona aún poco conocida por nosotros mismos, pero que se está volviendo una suerte de vedette en el mundo internacional del turismo. Y razones no le faltan.
Tras un largo viaje (ya hay zonas de la carretera que han ido deteriorándose o colapsando) llegamos a Chachapoyas temprano. Con hambre, nos íbamos instalando en diversos hoteles de la ciudad. Tuvimos un inconveniente, producto de la movilidad en la que fuimos: las calles céntricas de la ciudad no están previstas para unidades de transporte de gran calado. Al dejar a parte del grupo en un hotel, el bus hizo una maniobra que nos tomó casi media hora para salir del atolladero en el que nos habíamos metido. Lo recomendable es moverse en unidades más ligeras (tipo Custer) para poder desplazarnos mejor y evitar los bloqueos de calles que se provocaron más de una vez. Una vez instalados en nuestros hoteles (en un total de 4, ya que éramos 45 personas) y haber tomado el desayuno respectivo, empezamos nuestras actividades para recorrer los alrededores de la ciudad. E íbamos a tener buenas sorpresas. 
El primer lugar que visitamos es uno que fui hace exactamente 13 años, cuando Chachapoyas no era muy conocida. Era el cañón de Huancas, una miniversión del Colca, con vientos fuertes y un buen mirador. Se encuentra cerca a un poblado, el de Huancas, poblado que trabaja mucho la alfarería. Quisimos entrar a la pequeña iglesia del poblado a pedido mío, puesto que recordaba que tenía bellezas de la época colonial en sus altares. No había llave, pena. Del lugar nos enrumbamos a almorzar, ya que "hacía hambre". Así pues nos dirigimos a la ciudad a un restaurante a servirnos comida de la región. Carmen iba en este viaje descubriendo muchas cosas ocultas de nuestro vasto país, así como nuestras locuras en cuanto a la seguridad. El partido de fútbol con Venezuela generó una división en el grupo; varios prefirieron quedarse a ver el partido, otros más preferimos ir a ver un orquideario. En un principio habíamos decidido ir sólo 10 personas, pero luego varias personas (como siempre) decidieron cambiar de idea y se creó el caos. Nuestro grupo de cuatro personas fue enviado en un taxi al supuesto lugar, pero el chofer más atento al partido que a las indicaciones dadas de la dirección emprendió el camino y nos llevó al lugar equivocado. Nos fuimos a una zona perteneciente al tío de una exalumna; dicho tío ha hecho una interesante y bella inversión en ese terreno.Pero no era el orquideario. Gentilmente llamó un taxi y nos llevó al verdadero destino donde íbamos a hallar toda una explosión de color: bellas orquídeas, un regalo al ojo.
Terminamos el primer día con una serenata para todos nosotros con bailes típicos y un buen anisadito para la noche. De ahí a dormir para salir temprano a Kuélap, la joya del viaje.
Viajar con un grupo numeroso puede acarrear muchos problemas con el control de tiempos. Para ir a Kuélap, no puedes ir en un gran bus, debes ir máximo en una custer por lo que nos dividimos en tres movilidades. Algunos salieron más temprano que los otros, pese a que nuestra movilidad ya estaba lista a primera hora. No importa, nosotros sí hicimos una visita excepcional. Algunos pasajeros estuvieron un poco indispuestos, pero partimos todos. Kuélap puede ser tranquilamente el Machu Picchu del Norte. Asi de sencillo. Una suerte de peregrinaje del cual no se puede salir decepcionado. Varios a paso lento iban llegando hasta el lugar, el cual ya visito por tercera vez. La primera vez la visité con mis alumnos y el lugar estuvo desolado, sólo roto el silencio por nosotros. Pero cuando fui hace dos años y esta última vez, el lugar estaba repleto de gente. Para suerte nuestra, se han habilitado nuevos espacios y han limpiado muchos más. Se ha habilitado el torreón, pero hay que mantenerlo cerrado o con acceso restringido sea por seguridad como por mantenimiemto y preservación del lugar. El turismo trae sus malas secuelas también. Las últimas zonas limpias muestran el final de lo que fue este regio lugar: fue abandonado por la epidemia de la viruela, la enfermedad que vino antes de la llegada de los españoles. Incluso Huayna Cápac murió de esta enfermedad; el descubrimiento de varios esqueletos hallados de manera desordenada hace suponer que la gente fue cayendo en el lugar en lenta agonía de manera dispersa. Los sanos huyeron hacia otros poblados y Kuélap quedó abandonado hasta fines del siglo XIX. Kuélap está allá arriba y es toda una incógnita cómo llegaba el agua hasta ahí. Y la construcción en sí. Pero el lugar es impresionante y hay mucha gente que no sabe de él; en la vía vimos Macro. Los pueblitos que están en torno a la carretera han comenzado a hacer negocios con el turismo. El lugar está lleno de leyendas, se habla de una barra de oro difícil de lograr. Pero ver todo el paisaje e imaginarse cómo era el lugar es de por sí un buen viaje al pasado. Chachapoyas tiene ante sí un gran potencial. Regresamos tranquilos con una breve pascana para almorzar y comentar lo visitado. El problema es que el retorno toma algo de cuatro horas y llegamos bastante tarde a Chachapoyas. Comimos algo ligero y preparamos maletas para el día siguiente.
Ya lunes nos íbamos a Leimebamba para ver el museo del lugar, el famoso Museo de las Momias de la laguna de Los Cóndores. Habíamos dejado todo listo, pero como de costumbre hubo retrasos para poder salir puntualmente y salir presionados de retorno a Trujillo. En esta oportunidad iba a ser testigo de algunos gestos y acciones no dignas de docentes. El museo está bien tenido y hay ciertas reglas que hay que respetar, como por ejemplo no tomar fotos o filmar. Pero hubo varios profesores (incluso uno de Filosofía y Ética) quienes con el mayor descaro tomaban fotos o filmaban escondidamente. Esta fue una situación que me molestó mucho y desagradó a otros colegas; pero la mayoría se mostró indiferente y eso es bastante grave, puesto que hablamos de docentes quienes exigen reglas a los jóvenes y ellos llegaban tarde o trasgredían las instrucciones sin importarles su entorno. Fue la nota más negra del viaje por lo que esto significa en un mundo en que queremos cambiar a una juventud que quiere reglas claras y vemos que los encargados de hacerlo les importa un comino respetarlas.
Ya de regreso a Chachapoyas, con Carmen nos fuimos a buscar los últimos regalos y compras para retornar a Trujillo. Con Carmen nos hemos hecho la firme promesa de regresar, pero con más buenos colegas a ver Gocta, las bellas cataratas de la zona, Revash, Pueblo de los Muertos, y otros cientos de lugares más que quedan por descubrir. Estamos ante un cofre de maravillas.

domingo, 29 de mayo de 2011

RECORDANDO LA MARCHA DE LOS CUATRO SUYOS

Ha pasado más de una década de aquella fecha.
De pronto lo que parecía ser una elección más para dejar cinco años más en el poder a Fujimori, provocó una reacción de indignación a miles de peruanos cansados de corrupción, de saqueo económico, de injusticia generalizada que era todas luces vista, pero no cuestionada por los férreos tentáculos del poder y corruptela clientelar que había desarrollado el inefable Montesinos en toda la sociedad peruana. Nos habían adormecido con el cuento de la pacificación (que como bien explicó Gorriti sólo se realizó durante el primer periodo del fujimorato) y de la estabilidad económica que había impulsado la informalización de la sociedad (recuerden el boom de los desempleados públicos con sus taxis) y el terror sembrado a todas aquellas empresas que caían en la desgracia para esta mafia y utilizaron la Sunat para la extorsión. De pronto una parte de la sociedad dijo "basta"; pero, valgan verdades, muchos peruanos no queríamos creer, porque arrellanados en nuestras cúpulas de cristal o humillados por la sociedad que nos trataba de apestados (hasta ahora), no queríamos romper el statu quo. Se estaba más cómodo así. Era mejor ser indiferente.
Pero sentí vergüenza personal, cuando apareció el famoso video que mostraba a Montesinos y Kouri en un acción de cohecho demasiado evidente; pero nos resistíamos aún. Teníamos miedo de nuestra casa, de nuestra cuenta en el banco, de nuestro auto flamante que estaba en el garaje. No. Es más, escuchábamos atentos a lo que decían sobre las fugas tanto de Montesinos como de Fujimori. Recuerdo a la Cuculiza negando en todos los idiomas que su adorado presidente fuere a renunciar. Ahí está la historia.
Han pasado 11 años y vemos que muchos de los actores de aquella marcha y de la otra marcha silenciosa que era el llamar a la conciencia a los peruanos, han claudicado. Se han convertido en  lo que fuimos como ente social durante la década de los 90. Si Canal N era hostilizado por su pose democrática, ahora aplaude a la representante de aquel oscuro periodo de nuestra historia, aquel en el que fueron tratados como parias y hostilizados.
Varios de los que apoyaron esa marcha de conciencia han sido consecuentes y han expresado su posición. Quizá no pro Ollanta, mas sí anti Keiko. Eso reconforta, ya que queda dignidad en nuestro País.
Personalmente, no quiero sentirme como parte de ese "ganado" que fuimos durante esa década y que,en cierta manera, condenamos esa marcha, la de los 4 Suyos, que terminó en violencia y difamación descarada. No, no quiero teñirme de vergüenza como la que veo en muchos compañeros de trabajo y amigos que han claudicado con comodidad y que me avergüenza, porque me siento parte de una camarilla mafiosa que otorga perdón al ladrón que me robó, que me despidió, que me humilló, sólo por un extraño sentido de comodidad.
Cuando veo instituciones que plantean su posición, sean medios de comunicación (que son pocos, hay muchos pecados que expiar de la década de los 90) o entidades educativas (¿no se había desarrollado toda una fuerte campaña de valores en esa época? Bueno, algo queda); así como la posición de personajes de toda índole desde intelectuales hasta artistas y hombres y mujeres de a pie, no me queda más que unirme a sus voces para no ser un paria más de nuestra dura sociedad.
Veremos qué tendremos al amanecer del 06 de junio. Si descaro o dignidad.

domingo, 1 de mayo de 2011

HACIA LA VERGÜENZA

No he querido usar el espacio de mi blog para involucrarme en todo este campo de disputas tan agresivas y divisorias como lo han sido y están siendo estas elecciones. Lo único que he visto a lo largo de los medios virtuales en los últimos días de la primera vuelta y los que corresponden a la segunda es una serie de mensajes atosigantes por un lado, y excesivamente cargados de odio por el otro. Nadie escapa y ha escapado de haber insultado o haber sido insultado. He participado en foros en los cuales la mayoría de personas del grupo apoyaba a un candidato que no era de mi simpatía y en un discurrir de las ideas sensatas se fue convirtiendo en una pesadilla mediática; he visto dos foros de personas de mi ex universidad y la cosa está patética. El hecho de no simpatizar por un candidato te ha vuelto en una suerte de "apestado" e incluso categorizado por mucha gente, la mayoría adolescentes, que no tiene ninguna idea de lo que es "democracia". Muchas personas que conozco pertenecen a un círculo social, económico y cultural que tiene el privilegio de haber tenido (y tener) mejor educación. Pero al verlos casi en calidad de energúmenos, intolerantes e intransigentes he preferido callar. Algunas reflexiones sensatas han venido de varias personas, amigas o conocidas mías; pero son pocas. La polarización a la que se ha llegado quiere anatematizar a una persona que encarna una corrienta política, como si ella fuese la culpable. Si hubieran puesto a otro, la lógica plana con la que se ha razonado en las últimas semanas la hubiera hecho culpable. Ya no puedes discrepar. En cierta manera, las razones que esgrimen para culpar a este candidato, Ollanta, son aplicadas por ellas: autoritarismo, resentimiento e incapacidad.
Si vemos estos tres grandes hiperónimos o macro palabras - si cabe el término-, encierran todo lo que estas personas han destilado a lo largo de la primera y, en lo que va, la segunda vuelta.
Autoritarismo en su pensamiento en una sola dirección; ellos son los correctos, no hay otras posibilidades. Su verdad es la única e increíblemente debe aceptarse a pie juntillas. Este es su concepto de democracia (!)
Hay un marcado resentimiento de un grupo social y de varias personas que quieren pertenecer a él, es un odio casi visceral; hacía tanto tiempo que no veía cargas semánticas racistas tan fuertes; muchos psicoanalistas van a tener un interesante campo de estudio en esta violenta sociedad que se ha ido formando en los últimos 20 años. En realidad, la brecha económica en nuestro país se ha mudado a todos los campos, peligrosamente, reitero, peligrosamente. Peor aún, los medios y las instituciones que deberían invocar a la razón política no hacen sino azuzarla con algunas proyecciones que quizá no hayan medido (¿o sí?).  Y el resentimiento no tiene razón: el ex portavoz del grupo que defiende cierta forma de pensar , Mario Vargas Llosa, de pronto ha caído en la desgracia ya que él quería ser coherente en su pensamiento, en una nación en la que la coherencia ha perdido su rumbo. Lo enlodan e, incluso, lo contraponen a un literato de medio pelo como puede ser Jaime Bayly. Personalmente, MVLL no me simpatiza, pero su acto dignifica a nuestra sociedad que quiere borrar todo el pasado de un gobierno que hizo todo lo que están achacando a Ollanta: quedarse en el poder (Fujimori se quedó casi 11 años si no hubiera sido por los Vladivideos); tirarse abajo la economía (ya nos olvidamos de la recesión del 98-99); cortar la libertad de prensa (esta es la que más risa da, a menos que tengan algún saldo del pasado gravemente pendiente); cortar derechos civiles (¿los tuvimos en esa época, salvo para un grupo de personas?). Mario Vargas Llosa fue maltratado por ese gobierno y como mucha gente que perdió empleos, vio sus ahorros desaparecer en malas gestiones. El entorno que rodea a la candidata permanece y MVLL tiene sus justas dudas (como todos) que tenga la capacidad de gobernar nuestro país, si no es con mano férrea, tiránica, tal como le gustaba (y le gusta) a la gente: una paz de cementerio. Un ejemplo ya lo estamos viendo al despedir a periodistas destacados por no encajar en los planes venideros en un posible gobierno de la candidata. En la nueva forma laboral se entiende, pero despides a un ineficiente, no al que te hizo pasar a ser un emblema de la prensa libre.
Quiero cerrar con la incapacidad: creo que la hemos vivido permanentemente vía virtual. La incapacidad de oír al otro, de tolerar formas divergentes de pensamientos. Una alumna de una clase en la Universidad dijo muy suelta de huesos para qué leemos a Arguedas que es de cholos y serranos; el profesor tuvo el buen tino de aclararle las ideas a esa jovencita, cuyos rasgos físicos la acercaban más al mundo andino que al del soñado "primer mundo". Ella fue, tal vez, una portavoz de esa masa silenciosa de jóvenes que se les ha envenenado la mente con la negación total de lo que somos. Duro trabajo por hacer en la educación.
 Espero que el día 06 de junio, luego de la resaca de las elecciones, los peruanos nos levantemos para restañar las heridas que está causando este intenso periodo. Eso no lo hace ni uno ni el otro candidato, lo tenemos que empezar nosotros. Ojalá podamos.

lunes, 10 de enero de 2011

CÁLCULO POLÍTICO: CAYÓ CROUSILLAT, ¿ACOMODO EN EL APRA?

La captura del mes se llevó a cabo sospechosamente postergada (ocho meses) el día de hoy, 10 de enero, ad portas de las elecciones internas del APRA en las cuales algunas figuras políticas cuestionadas pueden pasar al retiro si las urnas les niega su participación en estas nuevas elecciones presidenciales del 10 de abril. La captura del liberado Crousillat ha sido una de las acciones más lentas y que tiene todos los visos de ser una movida política en los momentos más álgidos del partido gobernante.


En una encuesta realizada en nuestra ciudad recientemente la mayoría de los encuestados tiene una muy entendida animadversión contra los partidos políticos. El accionar de todos ellos durante los últimos gobiernos elegidos ha sido deplorable y los parlamentarios inefables no dejan de sorprendernos con sus acciones, las cuales no hacen sino empeorar su imagen como representantes probos de nuestra sociedad (aunque en el fondo una sociedad se ve reflejada en sus líderes y en el manejo de sus medios de comunicación). Esta situación ha ido empeorando en el circo que se han convertido las listas de parlamentarios que cada uno de los partidos está preparando para las elecciones de abril. Los clanes familiares, los arreglos de última hora, la captación de personas con imágenes de popularidad (reinas de belleza, deportistas, ex jefes policiales) han hecho de estas elecciones un verdadero carrusel de puestos y movidas económicas bastante interesantes y dudosas en cuanto a su seriedad y compromiso (se sabe que muchas de las personas que han ingresado al Congreso como invitados han terminado cambiándose a otras alianzas electorales, como el caso del indescriptible e inútil Torres Caro). Para coronar todo este ambiente, Aráoz pidió un baño de transparencia y honestidad en uno de los más cuestionados partidos políticos y que está en la gobernación, situación que ha generado un enfrentamiento con el ex primer ministro, Jorge Del Castillo.

Ante todo el contexto y antecedentes explicados, ¿cómo entra la captura de Crousillat en la movida política? ¿Qué favores y desplazamientos se vienen pronto antes de las elecciones internas de los partidos? Toda persona sensata tiene la justa sospecha que esta captura cae dentro de un desplazamiento de fichas en este ajedrez que hay que mover hasta el 10 de abril. AGP ya no exige propaganda y publicidad en pro del gobierno actual. Pero hay varios medios indirectos de hacerla. Y en eso, nuestro dilecto gobernante sabe cómo hacerla. La posibilidad de un destronamiento de Aráoz podría darse en las siguientes movidas que se hagan de aquí hasta el 16 de enero, movidas de corto y mediano plazo, puesto que la repercusión de los mismos debe llegar hasta las elecciones mismas gracias a los medios de comunicación adictos al gobierno o al acomodo posterior (valgan verdades, la captura de uno de los personajes más poderosos del cuarto poder en la era Fujimori es un reflejo fiel de lo que se mueve en dichos medios en los que los intereses políticos y económicos tiñen los contenidos y la editorial de los mismos).

Se vienen días movidos y muchas acciones van a saltar pronto al ruedo, algunas para desprestigiar a la fauna política (hay tantos rabos de paja para quemar) así como ocultar, precisamente, la mediocridad de los mismos.  Las movidas van a ser interesantes, veremos cómo salen parados Aráoz y Del Castillo, personajes que se están confrontando. De moverse bien las fichas, esta captura va a ser bien capitalizada por el APRA en un  momento de tormenta interna. De salir Del Castillo, el baño de moralidad y anticorrupción les dará una nueva cara, situación que fortalecerá a Aráoz en su acción de limpiar la cara del partido gobernante. Si queda Del Castillo, debe surgir en esta presión al Poder Judicial una campaña para limpiar el pasado de Del Castillo, para ir inmaculados al 10 de abril.
Parece ser que ahora “Todo Vale”.

jueves, 30 de septiembre de 2010

LA FRANCIA DE JORGE CHÁVEZ

A morir Jorge Chávez un 27 de septiembre de 1910, Francia era una de las potencias gravitantes del mundo. Pese a que tenía la nacionalidad peruana, la visión del mundo de este héroe de la aviación peruana era la de la de un ciudadano francés más. Era de familia acomodada y muy ligado a la buena vida y a la práctica de deportes de aventura.
Pero, ¿cómo era Francia en ese entonces?. La Francia de inicios del XX es una potencia colonial que caminaba hacia la industrialización masiva, como todas las potencias europeas y la incipiente y agresiva potencia norteamericana. La industrialización había permitido que en los países más desarrollados de la época se haya generado toda nueva visión de las ciencias sociales con personajes como Saint Simon, Comte, Marx y Engels. Como una clara demostración de esta industrialización, y como pináculo de la misma, se realiza la famosa Exposición Universal de Paris, inaugurada el 14 de abril de 1900. En esta exposición vemos los avances de la tecnología de entonces, y como cúspide de este desarrollo, se lleva a cabo la iluminación eléctrica de casi todos los edificios de dicha feria, evento que hizo que a Paris se la conociera como la Ciudad Luz. La ciudad veía además un crecimiento urbano ligado a este desarrollo tecnológico en el transporte público, apareciendo nuevas formas arquitectónicas para acoger a estos nuevos medios de movilidad: el metro y su famosa estación diseñada por el arquitecto Héctor Guimard. Este patrón se veía ya en otros grandes contextos urbanos, como el caso de Londres, pero ahora el arte jugaba un rol decisivo como parte de esta identidad de nación poderosa, rica y dominante del tejido geopolítico de entonces. Sin embargo, el contexto mundial de dicha explosión tecnológica va a originar serias tensiones que han de desembocar, una década después, en la Gran Guerra o la Primera Guerra Mundial.
Paris era una de las ciudades más ricas y cultas del mundo, siendo sus únicas rivales, Londres y la naciente Nueva York. Francia veía el crecimiento de sus artes con las que había cerrado el siglo XIX, el impresionismo pictórico y musical, así como las letras en las herencias poéticas de los simbolistas y la herencia novelística de Víctor Hugo. Los pintores como Henri Matisse y André Derain sacudían el mundo artístico de entonces con el movimiento fauvista y las artes visuales así como el diseño de interiores se ve influido por un movimiento aparecido en la Europa central, pero re direccionado por el mundo francés: el art nouveau. Esta bella manifestación va a tener miles de adeptos y seguidores, y el afrancesamiento cultural se va a expandir por todo el orbe: aquí en el Perú tenemos varias manifestaciones de ello en Lima en el Paseo de la República, el entonces Boulevard (palabra francesa) de La Colmena y muchos cientos de edificaciones ya demolidas por la picota. El cine, ese gran invento francés de los hermanos Lumière y convertido en arte por Georges Méliès, también va a crear, así como el subterráneo, nuevas formas edificativas para estas nuevas formas de entretenimiento: las salas de cine. Varios artistas franceses dan la vuelta al mundo, como lo había hecho Gustave Eiffel en el siglo XIX, para dejar su arte en la arquitectura de los lugares que los acogieron. En caso de Lima, por ejemplo, los primeros edificios dedicados a la cinematografía fueron hechos por arquitectos franceses: Émile Robert para el Teatro Segura, y Claude Sahut para el bello Teatro Colón, actualmente venido a menos. Las formas francesas del art nouveau en Trujillo se encuentran, por ejemplo, en el bastante maltratado Edificio Jacobs de la cuadra cinco del Jirón Pizarro de nuestro casco antiguo. Volvamos a Francia: el país y, sobre todo, Paris vivían una época de rara bonanza e, incluso, indiferencia, la Belle Epoque. El crecimiento de una poderosa burguesía industrial y comercial habían permitido cierta calidad de vida para dedicarla al ocio, así surge el gusto por la moda, el teatro, la gastronomía (sí, la que ahora se ha vuelto una gran oportunidad para la sociedad peruana), los casinos, los cabarets y los hipódromos. Aparece el arte del afiche (palabra francesa) para la difusión comercial (uno de ellos fue el gran maestro Toulouse-Lautrec) de los cabarets (otra palabra francesa) y luego se va a hacer extensivo a todo producto comerciable. Surge, entonces, una cultura del ocio, cultura que luego va a ser explotada por la pragmática cultura gringa con la creación de Las Vegas. Paris acoge lentamente casi todo el mundo artístico del orbe, algo no logrado por otra ciudad, ni aun Nueva York en la actualidad. De pronto, las amplias calles parisinas construidas por el genial arquitecto Haussman durante el segundo imperio de Napoleón son ocupadas por automóviles y estos a su vez son retratados por genios como Einsenstaedt o Doisneau. Paris acogió, además, en el 1900 a los Segundos Juegos Olímpicos, los cuales van a tener un largo camino hasta nuestros días. Nadie presagiaba lo sangriento que iba a ser la Gran Guerra. Hacia la mitad de la primera década, un grupo de artistas de la pintura se ponen “al día” con los avances científicos planteados por el físico Einstein; me estoy refiriendo a los cubistas y la relatividad de la perspectiva. Cuando en 1907, Picasso expone “Las señoritas de Aviñón” con el consabido escándalo el arte iba tomando un nuevo camino, como le sucede a la música, a la literatura (en el genio de Marcel Proust), el teatro y la danza con la esplendorosa visita de los ballets rusos, dirigidos por Diaghilev (18 de mayo 1909). Su literatura es reconocida por la Academia Sueca y le otorga dos nobel a dos literatos: Sully Prudhomme (1901) y Frederic Mistral (1904) La industrialización va a generar un paulatino crecimiento de las ciudades europeas, como ya se había visto en el siglo XIX, y esto va a generar el crecimiento de un grupo social que a la larga van a aglutinarse en torno a partidos políticos de izquierda: el proletariado. Este proletariado va a llevar en la tercera década de este siglo a un líder del Frente Popular, Leon Blum.


Francia es una potencia colonialista, tiene una gran presencia en África (Argelia, África Occidental y Ecuatorial), Asia en Indochina, América (Guayana, Martinica, Guadalupe) y Oceanía (Nueva Caledonia, Nuevas Hebridas). Hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, Francia tuvo un total de 12 millones 347 mil kilómetros cuadrados de territorio colonial, lo que hacía un total de 8,6 % de la superficie terrestre (incluido el territorio francés). El mundo de ese entonces es muy inestable, sobre todo Europa. La llegada tardía de Alemania a la repartición del mundo y la desintegración del imperio Otomano en el Cercano Oriente van a generar un clima de inseguridad y de guerra permanentemente. Esta situación va a originar una serie de pactos y tratados, con Gran Bretaña (1904) y validar la alianza firmada con Rusia, firmada en 1893. Es el momento de prepararse y no repetir la derrota sufrida en 1870 contra Prusia. La aparición de la tecnología sofisticada genera una nueva plaga que queda hasta nuestros días: el armamentismo y los comerciantes de armas. La demostración de nuevos vehículos sea navales, terrestres o los incipientes aéreos (como los aeroplanos) van acompañados de la idea de convertirlos en una nueva arma. El movimiento artístico llamado Futurismo creado por Marinetti, pronto cae en la deshonra ya que el objeto de su culto, la máquina, se va a convertir en un vehículo de asesinato masivo como se verá en la Gran Guerra.

Hacia 1910, año de nuestro héroe Jorge Chávez, este era el mundo que lo rodeaba.

domingo, 12 de septiembre de 2010

PATERSON CITY, LITERATURA DE LA TRANSCULTURACIÓN

Esta presentación la hice ayer 11 de septiembre.
Paterson City es una novela breve que surge de la motivación académica de una maestría en San Marcos, específicamente de las clases del Dr. Luis Millones; y de las experiencias personales de la madre del autor, quien suele viajar a EEUU con cierta regularidad a Newark. Es una historia cotidiana de un joven emigrante que sufre todo tipo de desarraigo; no solo se queda sin patria, se queda sin su abuelo, luego sin padre, sin vínculos. Paulatinamente va perdiendo su identidad lingüística, ante la coerción que ejerce la nueva sociedad a la cual va a pertenecer (y que al final termina por rechazar a causa de todos los incidentes que le va a tocar vivir). El desarraigo lo va viviendo desde el momento que llega a territorio norteamericano; para esto, la alusión al Perú se da solo en flash back que le hacen recordar al colegio La Salle (por la descripción que hace el autor), por la alusión que hace del distrito Breña, por ese proceso doloroso que fue Sendero Luminoso y la sociedad peruana. Los desarraigos van acompañados de numerosas negaciones;  Mike, uno de los principales de la novela y supuesto amigo del narrador, niega a su padre, en tanto que la madre del narrador niega a su marido, quien se había enrolado a las huestes de Sendero Luminoso, en los años 80; así pues, por el temor y dolor de ver aterrada a una persona fanática, la madre va negando a su hijo, la narrador de la obra, paulatinamente a la figura, la identidad de su padre. Mike trata de negar la lengua que su padre y madre hablan, y adopta una actitud displicente y hasta agresiva contra todo lo latino. La necesidad de Mike de su nueva aceptación es muy dolorosa, puesto que en el fondo exige erradicar todo lo que él es en esencia. Se refugia en un excesivo erotismo para hallar algo real, tangible, vital. Esta exagerada erotización arrastra también  a nuestro narrador, primero para complacer a su nuevo amigo, luego para descubrir las nuevas emociones que esta nueva vida le iba a dar. Pero, además, la erradicación extrema de Mike implica el total rechazo de su entorno familiar y una violenta eliminación de todo aquello que culmina con la destrucción física de todos los elementos que puedan ligarlo al pasado. Las acciones de quemar (destruir, pero también renovar como el mito del Ave Fénix) cierran todo un proceso del deterioro interno de Mike (quien además tiene un diminutivo inglés) para “empezar una nueva vida” En cierta manera, me hace reconocer – salvando distancias de referentes – al famoso cuento “ALIENACION” de Julio Ramón Ribeyro, cuento en el cual Roberto inicia su proceso de norteamericanización con las apariencias externas desde la ropa hasta la piel, la “camaleonización” de su nombre (Roberto a Bob Cabanillas) y la definitiva asimilación a su nueva nacionalidad. Bob es Mike, pero Mike lo hizo desde adentro, no fue voluntad de él convertirse en gringo, su familia lo traslada y la nueva situación lo transforma. Bob quiere ser Bob; Mike lo es, porque ya vive allí y se va a rodear de una sociedad opulenta pero que lo sabe extraño y tiene que buscar los medios para ser aceptado, cueste lo que cueste.
La madre, así como todo el grupo de mujeres de su entorno, realiza una relación asimétrica de poderes y aceptación. La madre, la tía Nelly y la tía Ramona (el vicio sudamericano de “tiizar”, hacernos tíos,  a la gente para hacerla parte del círculo y crear vínculos afectivos rígidos, algo así como el padrinazgo) son el círculo de protección de nuestro narrador. Como todo emigrante, se instala cerca de los suyos y en cierta forma vuelve a instalar esa sociedad que dejó atrás por varias razones, pero que le da cierta comodidad para poder empezar a desplazarse; el hombre es un animal de costumbres y nos cuesta cambiarlas. Las tías ayudan a preservar esa suerte de status quo en la nueva sociedad, son una suerte de tránsito. Pero ellas también han pagado su dolorosa cuota de integración. Como en las novelas de García Márquez, las mujeres son personajes sólidos, que podrían haber sido más explotados, ya que es la nueva realidad de la gente que emigra de nuestro país. Según  estudios hechos sobre la emigración en nuestra sociedad, son las mujeres las que más emigran para hallar un trabajo, sea digno o no, y para sostener a un hogar. Otro revelador estudio nos arroja un dato que debe enrojecer al más velado de los machos de nuestro país: más del 65 % de los hogares de nuestro país es sostenido por la mujer, ella es padre y madre del hogar. Ellas se encargan de todos los detalles, ellas van cubriendo a todos los personajes varones con el olvido. La madre del narrador es un personaje duro, refugiada, sobreviviente y sola. Y se abre camino para darle un futuro a su hijo. Nelly también hace lo suyo, como Ramona (algo que ver con Ribeyro)
 El colegio, el primer gran micro mundo social al cual nos integramos, es el primer ensayo de asimilación, lugar en que los choques no faltan. En realidad, el colegio es la primera gran jungla de la cual debemos aprender a salir  victoriosos. Es pagar nuestro primer derecho a piso para ser alguien en cualquier sociedad. Es interesante ver que los niños de dicho centro educativo público, migrantes, cargan con todo el bagaje cultural, aunque, valgan verdades, son los que rápidamente van a atraer la asimilación a sus respectivos hogares: la lengua, las costumbres, la historia, la visión particular del mundo que cada sociedad tiene. Todo eso es llevado por los más jóvenes a sus hogares. Es por eso que los países donde hay mayor migración como los europeos y los EEUU. Les interesa de sobremanera que los jóvenes vayan a sus escuelas, así la asimilación logra sus objetivos. Por lo boca de Mike, oímos las palabras amenazantes culturales que nos dice que ya ha cruzado la orilla tal como lo dice en su frase “…Allí todos son latinos. Latinos que hablan español como les da la gana, pero que también tienen la obligación de hablar el inglés, no como les dé la gana, sino como a nosotros, los estadounidenses nos da la gana” (pág. 42)
En medio de esa jungla, aparece Clarita, linda, una filigrana para esa selva. Pero, en el orden social, ella debe ocupar un lugar. Cual tragedia griega, el personaje bello encierra en sí un falta destino como la novela nos la ha de contar. La predestinación surge porque nuestro ahora héroe griego “destruye” el orden de las cosas al haberse enamorado de la hija de una prostituta, también ciudadana del Little Lima. Su marginalidad se extiende a su hija y la condena, la ensucia, la marca y la hace maldita. He aquí uno de los principales motivos por el cual esta breve novela tiene visos fatalistas. Vas a crecer en una sociedad de oportunidades, tal como te la han dicho que es, pero esas oportunidades te harán morder una serie de sinsabores que te harán cambiar, a no dudar. Nuestro narrador, simple mortal, juega su rol de héroe predestinado a la desgracia; es el reflejo de cómo todos los peruanos vemos la vida, en la cual dios juega un rol fatalista, “dios lo quiso” “es un castigo divino”, “si dios lo quiere”, “resígnate, así dios lo ha querido”, son frases que surgen rápidamente para justificar en muchos casos nuestra propia torpeza o una forma muy sutil de desprenderme de mi responsabilidad y achacársela a otro.
La novela es ágil, se lee en un solo tranco; personalmente me gusta la imaginación para recrear situaciones creíbles de una sociedad en cual nunca estuvo. Fuera de las alusiones a muchas personas de la soiciedad peruana de antaño, como Perico León y Elmer Alfaro, el famoso "Machucao", hay muchas alusiones a situaciones sociales que para muchos jóvenes como ustedes le son muy extrañas: la vida de Lima en los 80, Sendero Luminoso, Bolívar, la situación histórica de Argentina, Uruguay, Chile y el famoso plan Cóndor que lo lidero Morales Bermúdez  y no Velasco (dato histórico que habría que corregir), el judaísmo tan raro por nuestras tierras y del cual tenemos una fuerte herencia religiosa. Hubo momentos, personalmente, que recordaba los terribles momentos de lo que era Sendero en los 80, bajo el gobierno de Belaunde y el nefasto primer gobierno de AGP, los apagones, los cortes de luz, el toque de queda, los perros muertos colgados en los postes, las masacres de campesinos, nuestros casi 70 mil muertos (más que cualquier país de América que no haya tenido conflicto externo); son situaciones que deben pasar al olvido.
Nuestro narrador, Mike, la madre, la Tía Nelly se fueron para dejar todo eso atrás, pero quiera uno o no, la historia la cargas contigo y te marca. Paterson City es pues la historia de muchos peruanos y de uno solo.