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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 13 de diciembre de 2009

KØBENHAVEN, LA INTRANSIGENCIA Y EL PESIMISMO FUTURO


Hace un par de meses colgué en mi blog un tema que se ha vuelto una pequeña punta de un iceberg muy profundo y que tiene muchas repercusiones en la realidad mundial y ecológica. El aborto era parte de una cerrada campaña para mantener la idea de un mundo con cierto statu quo y que ha comenzado a eclosionar por una serie de acciones que nos está pasando una fuerte y riesgosa factura.

La Cumbre de Copenhague ha estado plagada de propuestas que implican un cierto compromiso de países ricos para remediar su error histórico, dizque ayudando a los países pobres a mejorar su calidad de vida que conlleva a mejorar el medio ambiente. Pero el tema debe abordar no sólo la arista ecológica por ella misma, sino ir sobre las entelequias humanas para generar un verdadero cambio y no hacer de estas propuestas una mera declaración  lírica a la "nada"


Uno de los temas que se ha hablado, pero que no se quiere abordar abiertamente es el de la explosión demográfica y el control de la natalidad. De esto último venía a colación lo del aborto. Había leído en un ensayo que la población humana no debería exceder de los 2 mil millones de individuos sobre el globo terráqueo; era una propuesta que permitía un equilibrio en lo que generamos en nuestra vida a lo largo de ella (comestibles, consumo y desechos) y el planeta con el fin de no crear las situaciones críticas que ya han aparecido (no por voluntad divina, sino por acción del hombre) como sequías, hambres extremas y las prontas guerras por apropiación de recursos naturales como el agua y la energía (un tema sensible en el Perú). Este tema es muy espinoso y muchas personas han reaccionado ante mi observación,  en algunos casos, de manera agresiva. La distorsión de los procesos naturales por parte de los humanos ha permitido la longevidad, así como cierto boom natalicio, corroborado por varios principios religiosos, algunos de los cuales terminan por ser una orden extremadamente tiránica. El control de la natalidad es aún, precisamente, un tabú sobre todo en las sociedades con más problemas económicos. Recuerdo un amigo de mi padre, muy humilde él, le contaba, orgulloso, que iba a nacer su hijo décimo segundo (12). Además, acotó algo inverosímil: "cada hijo viene con el pan bajo su brazo". Además, imagino, venía con sus tarros de leche, sus pañales desechables, sus medicinas, sus biberones y otras avituallas de un recién nacido. Creo que quería decir que venía también con una cuenta en un banco o algo así, ojalá.
El sistema actual le interesa que haya más gente para convertimos en el número que uno tiene para ingresar en él: desde tu nacimiento entras en el engranaje del consumo que se ha sofisticado mucho más; pero eso ha tenido, desde los 70, consecuencias nefastas La supuesta comodidad para el consumidor ha generado profundos cambios en la conducta humana, apuntado directamente a la idea del consumo. Ahora somos más de 6 mil millones que generan una presión de toda índole sobre varios grupos sociales y que han generado mecanismos de poder increíblemente poderosos y sutiles (por ejemplo, las todopoderosas Corporaciones), y que no tienen mucho interés por cambiar. Hay cientos de ejemplos al respecto: desplazar el consumo de energía fósil ha sido el sueño de varias décadas, pero siempre hay algún incoveniente por ahí. Las corporaciones sí tienen un peso político importante, eso nadie lo puede negar (hay que ver el papel activo de las "hermanas petroleras" en los últimos conflictos de Medio Oriente).
La competencia comercial va a ser otro de los grandes escollos que son esgrimidos por los países grandes para no pasar a reducir su fuerte emisión de gases tóxicos al medio ambiente. ¿Querrán cambiar su política industrial y pensar, además, en reducir su producción y sus mercados consumistas? Para una corporación esto significaría guerras encarnizadas entre ellas, ya que el mercado se vería reducido de todas las formas posibles; además cambiar los hábitos de comsumo sería otro golpe certero al que habría que ver cómo hacerse a la idea. Usar energía solar, libre y limpia es posible, pero raramente la tecnología es aún cara, ¿por qué? Las respuestas económicas las sabemos todas, esperemos otras respuestas que sean más válidas que la económica (sabemos que lo económico se sujeta a las decisiones que se tome)

Al volver con el problema poblacional, no dejo de recordar a todos aquellos que dicen  defender la vida, no importando si al hacerlo entramos en conflicto con la calidad de vida de los demás. El bienestar pasa a un segundo plano cuando incitas, obligas, exiges a la gente a tener hijos, incluso sin haberlos planificado o estés en riesgo personal siguiendo tu embarazo. He oído respuestas espeluznantes que no hace sino ver que si mi propuesta pareciera fascistas, las de estas personas no distan en nada de serlo. La lógica es terrible y muchas se cubren con una justificación de instituciones cuyos fundamentos y procesos contradicen lo que proclaman, sobre todo las religiosas.

Hay, pues, muchos intereses que entran a tallar en esta cumbre; me parece que el fracaso de la misma ya está dado, puesto que, de tomar decisiones de reducción y otros, implicaría un cambio político que debe reflejarse en lo económico, y apuntar sobre lo educativo y cultural (cambiar hábitos sociales).

Cuando veamos que la temperatura ya haya subido 2 grados más, nos estaremos viendos las caras para lamentarnos. Dicen que nuestro país es uno de los más sensibles frente a este situación. Ahora podemos empezar a vivirlo con el Niño que se viene. Triste realidad de una de las formas más evidentes de la globalización.

lunes, 5 de enero de 2009

CINE LIGADO A LA ARQUEOLOGÍA O AFINES






En su esencia, la actitud científica consiste, realmente, en abandonar los prejuicios personales, así como la subordinación a las preferencias y aversiones particulares.
V. GORDON CHILDE. LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN


Quizá uno de los objetivos más grande de la ciencia, basado en el sentido filosófico de la vida (con la cual se da un derrotero consustancial a la Epistemología), es el origen de la humanidad. Diversas especulaciones han ido surgiendo desde que la especie humana creó diversas manifestaciones de su existencia de manera consciente para la posteridad, hasta la actual sofisticación de la genética en su alucinante rastreo de los primeros humanos como tales. Por otro lado, la aparición del arte significó el paso a una de las etapas más transcendentales de la humanidad, ya que le permite la ascensión de esta a niveles supraestructurales, espacios en los que el hombre realiza una representación muy especial de su momento, una visión cosmogónica y ordenadora de su entorno. Estas especiales relecturas nos van abriendo cientos de ventanas para entender más al ser humano en su contexto, en su momento y nos permite ver, además, que pese a los miles de años de historia, en esencia la humanidad sigue siendo la misma.
A través del arte el hombre trata de aprehender lo inasible para sus lecturas y nos da esa voluntad de perpetuidad en todos sus testimonios que han llegado a nuestros días. Interesante es cuando las artes, apoyadas por la técnica apabullante de nuestros días, permite reconstrucciones de parajes históricos, tratando en algunos casos de ser lo más veraces posibles o en otros, los más, en un reacomodo de acuerdo a las intenciones e intereses de las personas que hacen dichas propuestas. El cine no escapa a esto. Como las antiguas catedrales góticas, los impresionantes colosos de Mennon o la música de Händel para las cortes inglesas; las manifestaciones artísticas eran también manifestaciones de poderío de una comunidad, de un gobernante, de una sociedad.
Algunos de los filmes que presento en este texto muestra esas lecturas sui géneris que el cine norteamericano ha dado a lo largo de muchos años en su peculiar interpretación de la historia del hombre. Cada película tendrá una explicación para corroborar, corregir o desmentir las propuestas que obedecen más a la espectacularidad que al rígido planteamiento histórico del momento.
BEN HUR WILLIAM WYLER 1959. Este film es una reconstrucción espectacular del mundo romano de los primeros siglos de nuestra era. El leit motiv es la amistad entre dos personas de culturas diferentes; uno, Messala, romano dominante; el otro, Ben Hur, hijo de una familia rica judía romanizada. Divergencias varias los llevan a rivalizar en una espectacular competencia de cuadrigas en colosal coliseo, escenas que tomaron tres meses para su filmación. La reconstrucción tiene mucho de buena intención y poco de respeto tal como fueron el mundo judío antiguo (la relación padre-hijo o la de hombre-mujer) como el mundo romano. Un sesgo de simpatía por la causa judía y el abierto apoyo a la idea cristiana de redención y buena voluntad muy ligada a los grupos protestantes norteamericanos.

EL PACIENTES INGLÉS ANTHONY MINGHELLA 1996 Es una película que tiene buenos actores, una bella fotografía, escenarios del Norte de África, trata de una historia de amor sórdida entre un noble inglés(que queda amnésico a causa de la caída de su avión) y la esposa de un cartógrafo de la Sociedad Geográfica Británica. Una enfermera, Hana, se encarga de leerle su diario, lo cual le va a permitir reconstruir su historia. El film podría ser una bella historia de amor, pero es una remembranza de infidelidades vividas en el desierto egipcio. Actúan RALPH FIENNES, KRISTIN SCOTT THOMAS, JULIETTE BINOCHE, entre otros.

LA MOMIA KARL FREUND 1932 Es una película de fantástico terror, que tiene por rol principal a Boris Karloff. Tras exactamente 10 años del descubrimiento de la tumba y momia de Tut-Ank-Amon por parte de Howard Carter, este film está precedido por todo ese halo de misterio y terror, que generó la sucesiva racha de muertes de muchos de los integrantes de la expedición Carter en el Valle de los Reyes en Egipto. Quizá para una persona de nuestra década todo ese misterio ya se desvaneció, pero cuando se estrenó en 1932 la resaca del miedo empujó a los espectadores en masa a ver la película. Karloff hace una magistral caracterización de este hombre, Im-Ho-Tep, quien regresa 3,700 años después para consumar una acción prohibida, por lo que fue enterrado en vida. El trabajo de maquillaje es bueno, notable para la época. Quizá sería interesante ver la propuesta egipcia de esta inquietud por acercarse al mundo antiguo (hay una película Al-Mumiya de 1970) sin toda esa parafernalia de terror que suele envolver lo que desconocemos, en otras palabras: nuestra ignorancia.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS CECIL B. DE MILLE 1956 (la proyección se inicia a las 6:15 p.m. por la extensión del film) Este es un péplum (cine histórico) grandioso, impactante; es una reconstrucción del periodo de esclavitud del pueblo hebreo bajo los faraones. Moisés (Charlton Heston) inicia la liberación, fiesta de la pascua judía (Pessah), fiesta que celebraba Joshua (Jesús) cuando fue capturado siglos después. La famosa Matzá ha de convertirse en el rito cristiano en la hostia. Es interesante ver en esta película toda esta reconstrucción de un periodo al cual solo hemos dejado en manos de la Biblia. Si alguna vez uno haya leído LAS TABLAS DE LA LEY de Thomas Mann, podrá entender algunas de las circunstancias especiales llamadas plagas; Mann trata de darles una explicación cuasi científica y, en algunos casos, tiene muchas razón. Fui testigo cierta vez de las violentas tormentas que suelen azotar el desierto del Sinaí y el Sahara. Aquellas épocas signadas por la idolatría, magia e ignorancia, eran fáciles presas aquellas personas que tenían cierto conocimiento de los fenómenos naturales. Según Mann, Jetro, hermano de Moisés, tenía ese dominio y Moisés era el encargado de imagen para hacer la “negociación”. Es una interesante propuesta. Actúan además YUL BRYNNER, ANN BAXTER, EDWARD ROBINSON, IVONNE DE CARLO, entre otros.

ESPARTACO STANLEY KUBRICK 1960 Esta película fue filmada en España, con Kirk Douglas, es un film que no tiene mucho del sello del genio que fue Stanley Kubrick. Luego de concluida la filmación, Kubrick se sintió que había trabajado más como un empleado que como un director; pero, irónicamente, es el film que con más facilidad la aceptó el público. La historia narra un suceso histórico que estalló en el 72 a.C. en la península itálica. La lucha del esclavo Espartaco era por la libertad, quien reúne a una gran masa de oprimidos y desheredados que tuvieron en vilo al Imperio por casi dos años. Según los historiadores, sobre todo Apiano, cuentan que su preocupación eran la libertad e igualdad; por eso, el botín era repartido entre todos en partes iguales y procuraban no robar oro o plata, sino bronce o hierro para sus armas. Estas ideas atrajeron a cientos de personas que habían sido, en cierta manera, desterradas por el sistema. Tras dos años de grandes y pequeños triunfos, las legiones romanas al mando de Craso encierran a las huestes de Espartaco, quien es traicionado a última hora. Seis mil esclavos fueron crucificados y sus cuerpos colocados a las bermas de la Vía Latina. En ese sentido, la película trata de reconstruir todos los eventos registrados en la historia. Pero no deja de tener esa espectacularidad de las películas de su época, las mega producciones.

UN MILLÓN DE AÑOS ANTES DE CRISTO DON CHAFFEY 1966 Esta película es un remake de una de los 40; esta es más conocida por tener una actriz que era un icono sexual de la época: RACHEL WELCH. Esta película tiene una serie de elementos anacrónicos como el encuentro entre los dinosaurios con los hombres, especies que nunca llegaron a conocerse. Algunas escenas sí tienen algunas reflexiones etológicas, así como la propuestas de especies humanas que coexistieron y que por proceso natural, algunas se extinguieron (caso del Australopitecus o del Homo Sapiens Neanderthalensis).

LA BIBLIA JOHN HUSTON 1966 Aunque esta película tiene un gran elenco (Richard Harris, Ava Gadner, Franco Nero, Peter O´Toole, entre otros), es un péplum (género de cine que reconstruye la historia) de una de las obras literarias más famosas, que muchas personas asumen a pie juntillas y tratan de desconocer el avance de la ciencia para una mejor comprensión de la creación del mundo y otros hechos más que la espeleología, paleontología y otras ciencias, tanto físicas como humanas, se han encargado de ir dando un interpretación más certera de nuestro pasado, Este film demandó un alto presupuesto; pese a todo, no es de las obras mayores de este extraordinario director (quien hace el rol de Noé). Hay escenas notables como precisamente la construcción del Arca y el posterior Diluvio. Muchas de las escenas parecen ser sacadas de los famosos trabajos del pintor francés Doré.

BARRABÁS RICHARD FLEISCHER 1961. En realidad, más que una película que reconstruye una época, esta sirve para reconstruir la virtual agonía de un personaje, quien le tocó la “mala suerte” de haber sido el elegido para vivir. Basada en la obra de Pär Lagerkvist, es un estudio de la condición humana, la transformación de un hombre bruto en alguien que trata de ayudar al darse cuenta que su salvación significó la muerte de otro hombre. Lagerkvist, debido a su profunda educación luterana, escribió esta obra en 1950, luego de haber sondeado el alma humana en la pesadilla que fue la Segunda Guerra Mundial. El actor que realizó este papel fue ANTHONY QUINN, para muchos acartonado; para otros, realzó el papel. Algunas escenas fueron impecablemente filmadas gracias a ciertas circunstancias como la de la crucifixión, que se filmó ya que estaba pronosticado un eclipse solar.

viernes, 28 de noviembre de 2008

IRREVERENCIA IBÉRICA DE LA ERA SOCIALISTA




“..Audacia que, con independencia de los resultados,
solicita nuestra adhesión y despierta mi admiración”
MIGUEL MARÍAS, TODO SOBRE MI MADRE EN LA TRAYECTORIA DE PEDRO ALMODÓVAR



Para una persona más allá de los 30 años no le es extraño el inmenso vuelco que dio el cine español en las últimas décadas, sobre todo a partir de los 80. Tras una etapa oscura durante el régimen totalitario de Francisco Franco, el cual gobernó España con mano férrea con la consabida trilogía de opresión juez (estado) – cura (iglesia) – maestro (sistema educativo), la sociedad española daba sus primeros pasos hacia una sociedad moderna. La mojigata televisión de la época franquista, al igual que la prensa y los artistas e intelectuales de entonces se desperezaban lentamente de una opresión de casi 50 años (1939 -1975), y no era una cosa fácil de hacer. El pasado histórico había abierto una dura y profunda herida difícil de cerrar.

Muchos artistas e intelectuales fueron oprimidos e incluso asesinados durante la nefasta Guerra Civil del 36 al 39. Federico García Lorca cae asesinado y Miguel de Unamuno muere por no poder soportar lo que le había sucedido a su terruño; se fueron al exilio Picasso, Juan Pablo Casals, Buñuel, Mirò, Rafael Alberti, Dámaso Alonso; la lista conformada por grandes, medianos y pequeños artistas que tuvieron que irse para no pelear con el hermano (como sucedió con los hermanos Machado), con el vecino, con el padre, sería interminable; España desangró. Muchos de nuestros países recibieron cantidades de españoles republicanos, comunistas, socialistas, o simplemente gente cuya herencia social e histórica los hacía incómodos al régimen franquista, tal como sucedió con los vascos, cuya extraordinaria terquedad les ha permitido mantener su lengua viva, su identidad, pese a las terribles acciones que realizó el ejército de la Falange para amedrentarlos, no solo fusilando a sus dirigentes, sino a sus intelectuales y curas, hasta llegar a bombardear su ciudad símbolo: Guernica (inmortalizada por el intenso cuadro de Pablo Picasso).

El régimen franquista preparó a un grupo de personas para ser la imagen del mismo, muchos de los cuales hemos conocido por cine, televisión, en vivo o por disco, algunos de estos artistas se sometieron para sobrevivir al régimen; otros le dieron la espalda y sufrieron ciertos exilios o vetos; otros abrieron los ojos y dieron un gran vuelco; en favor de Franco tenemos a los más notables Nati Mistral, Massiel, Nino Bravo, Panero; por otro lado, uno de los más importantes que sufrió el oprobio y el rechazo oficial fue Joan Manuel Serrat, quien se opuso a cantar en castellano, ya que su lengua materna era el catalán. Entre los que abrieron los ojos tenemos a Pepa Flores, más conocida en el cine de los 60 como Marisol. Tras la muerte del tirano, un grupo de directores de cine comienza a exponer sus propuestas, pero eran aún tiempos difíciles; el arte no tenía aún un soporte económico que le permitiera salir, abrir sus ideas y “ponerse al día”. En Europa había la sensación que este continente terminaba en los Pirineos, así clasificando a la península ibérica como una suerte de subcontinente de la pobreza y atraso (Portugal estaba bajo el poder del dictador Salazar).

El interesante ensayo de Eduardo Merchán “Raíces de una generación” (UN SIGLO DE CINE ESPAÑOL, Cuadernos de la Academia, octubre 2000) propone que el boom que experimentó el cine ibérico de los últimos años obedece a una serie de factores, sociales, políticos, económicos y culturales. La España post Franco era muy dependiente del cine americano, los patrones de visión del cine de entonces venía de una férrea censura política y religiosa (en realidad, era poca la diferencia en ese mundo oficial tenebroso). La mayoría de autoridades estaba ligada a un movimiento religioso que surge bajo la sombra del franquismo: el Opus Dei. Era muy difícil ver algún desnudo o alguna referencia discrepante con el Generalísimo (así se le llamaba a Franco). Pero con la llegada del partido socialista en 1982 al poder comenzó una interesante dinámica en la sociedad española; cierto es que aún quedaban muchos rezagos anacrónicos, sino vean el intento de golpe del General Tejero contra el Congreso español, rápidamente y sagazmente desautorizado por el rey Juan Carlos II; ya no había marcha atrás.

El ascenso de la directora Pilar Miró a la Dirección General de Cinematografía va a abrir las puertas a una serie de viejos directores silenciados o jóvenes cineastas a la espera de su oportunidad; los inicios eran difíciles, sea por el poco hábito de trabajar sólidos proyectos cinematográficas (hubo proyectos que se tragaban todo el presupuesto a la mitad de la filmación, así como fallidos intentos descabellados) o por temores de censura. Pero ciertos sucesos positivos a nivel internacional (premios, reconocimientos, ingreso a la Comunidad Europea) han de alentar una cada vez más creciente producción. La internacionalización de este cine con directores como Pedro Almodóvar, Bigas Luna, Alejandro Amenábar, o actores como Penélope Cruz, Antonio Banderas, no harán sino seguir abriendo las puertas a esta interesante y pujante cinematografía.

Algunas películas fuera de las emblemáticas de Almodóvar.

CARMEN CARLOS SAURA 1985 este film pertenece a este ciclo de películas que trabajaron en conjunto nuestro director con el bailaor Antonio Gades (una trilogía). Saura permaneció activo en el cine durante el periodo franquista, reaparece con algunas buenas obras (ahí está CRÍA CUERVOS), y ha tenido cierta irregular producción. Este film es una peculiar y en muchos casos bien lograda relectura de la ópera del mismo nombre de Antoine Bizet. Gades con su ballet logra escenas cumbres como la de la tabacalera, cuando Carmen (Laura Del Sol) se convierte en una asesina furtiva al matar en una refriega a Virginia Hoyos (genial bailaora), apoyan no solo los integrantes de dicho ballet (que alguna vez recaló por Lima) sino, además, Paco de Lucía con su extraordinario grupo de cantantes; hay una aparición fugaz de la que fue esposa (falleció hace tres años) de Gades: Marisol (Pepa Flores)

LA VAQUILLA LUIS BERLANGA 1985 este gran director sobrevivió a los embates de la censura y, durante ese periodo oscuro para la intelectualidad y el arte españoles, produjo sus mejores películas burlando de manera inteligente la burda barrera de entonces. Sus clásicos BIENVENIDO, MR MARSHALL y EL VERDUGO lo hacen uno de los directores más sólidos de los 50 y 60, y se ganó respeto internacional. Su regreso, quizá de guerrero cansado, no le permite hacer un trabajo brillante como lo vivió bajo la censura. Pero este film es un simpático y jocoso regreso a ver ese periodo nefasto de la guerra fraticida española; con la actuación de Alfredo Landa, Santiago Ramos, Guillermo Montesinos y sobre todo José Sacristán saca adelante esta sátira de ese triste pedazo de la historia con elementos muy españoles

LA LEY DEL DESEO PEDRO ALMODÓVAR 1986 Para muchos una de las películas más perfectas de la “juventud” de Almodóvar, no alcanzó quizá la fama por lo polémico del tema presentado en el film Es una historia melodramática llevada al extremo, que nos muestra el amor obseso e inmaduro de un joven homosexual rico y mimado (Antonio Banderas) que se enamora enfermizamente de un escritor maduro (Javier Poncela) hasta el crimen. La hermana de este (Carmen Maura) lo trata de ayudar para evitar, inevitablemente, un desenlace final. Un film sincero y perturbador que causó más de un público rechazo y que, además, por censura velada social no se haya mostrado comercialmente en muchos países o ciudades (¿se estrenó en Trujillo?).

ÁTAME PEDRO ALMODÓVAR 1990 este film aprovecha en cierta manera la resaca de triunfos que nuestro director había estado obteniendo no solo interna sino externamente a España. El mundo estaba ya inquieto por la producción de Almodóvar y recibió con inquietud este film; a decir verdad no es muy sólida la narración aquí mostrada, pero no deja de trabajar en la provocación; es otro trabajo simpático además con Antonio Banderas, quien hace el papel de un marginado social atractivo e irreverente, y cae enamorado de Victoria Abril, actriz de filmes seudo pornos. La palabra “átame” es la clave de una intensa relación sadomasoquista tal como Almodóvar la puede presentar, como si fuera un folletín rosa.

JAMÓN, JAMÓN BIGAS LUNA 1992 este es un alucinante trabajo de Luna, irreverente, que mezcla lo tradicional (corrida de toros, jamones) con la modernización de vivió España, el “ponerse al día” por lo de la Comunidad Europea. El film respira sensualidad con personajes femeninos dominantes, manipuladoras; la más poderosa trata de controlar con determinación sus intereses familiares, y suple sus carencias con dinero y seducción; los otros personajes femeninos se ven desterrados por su condición de marginación social. Los personajes masculinos se atienen a lo que decidan las relaciones y acciones de las otras. Con Penélope Cruz, Stefania Sandrelli, Anna Galiena, Jordi Molà y Javier Bardem.

BELLE EPOQUE FERNANDO TRUEBA 1992 este film es la puerta de entrada del cine español en el mundo de la cinematografía mundial. Una simpática visión de la sociedad ibérica al borde de la guerra civil a través de un rapaz desertor que es acogido por un artista liberal republicano; este tiene cuatro hijas que de una manera u otra van a envolver al desertor; ellas están muy atadas a su padre y a una madre genial, artista viajera con realiza largos trayectos por Sudamérica con su promotor amante. Con el mayor desparpajo conviven el amante, esposo, las cuatro hijas y la artista. En realidad, la cinta no se mete en honduras, sino que es un simpático prisma de la sociedad antes de la guerra con un cura liberal, un joven mojigato leal al rey, entre otros. Actúan Jorge Sanz, Maribel Verdú, Penélope Cruz, el genial Fernando Fernán Gómez, entre otros.

LA TETA Y LA LUNA BIGAS LUNA 1994 una película bastante irreverente como cándida, ya que la narración depende de la reconstrucción de un joven que inicia sus primeros devaneos sexuales. Por eso el esplendor y la candidez emanan a lo largo de este discurso visual, muchas veces ligado a lo erótico como telúrico en el sentido básico de la palabra, raíces, fundamento, descubrir la vida tal cual es, y lo maravilloso y doloroso que significa descubrirla. Protagonizan este film Matilda May, Gerard Darmon, Biel Duran y Miguel Poveda.

LA FLOR DE MI SECRETO PEDRO ALMODÓVAR 1995 Una de las más sólidas películas de la madurez de Almodóvar. Un film melodramático, cual folletín rosa (es más, es un leit motiv durante el desarrollo del mismo) se va convirtiendo en un campo de reflexiones personales sobre la viudez emocional, el abandono y la presencia de oportunidades que a veces no vemos por no tener la ecuanimidad del momento. En cierta manera pertenece a una trilogía, que con CARNE TRÉMULA, culmina con TODO SOBRE MI MADRE. Almodóvar es más reflexivo y habla a través de sus personajes con una peculiar visión de su sociedad por los ojos de un hombre más maduro. La soledad de Leo Macías (extraordinaria Marisa Paredes) es la posibilidad de caer uno en las fantasías que uno mismo crea; y estas muchas veces no nos dejan ver nuestras nuevas oportunidades. Obligada.

CARNE TRÉMULA PEDRO ALMODÓVAR 1997 Una sólida película de madurez en planos dicotómicos de poder y frustración; el personaje joven (Víctor – Liberto Rabal) encarna el poder, pero que desconoce el saber. Los personajes maduros (Ángela Molina, Javier Bardem, Francesca Neri, José Sancho) encarnan diversas frustraciones sociales y físicas, las cuales Víctor las va a ir liberando para darles un final casi redentor. Sintomático el hecho, además, que Víctor nace en un bus en plena navidad durante el régimen franquista en una serie de escenas de los más alucinantes, las cuales se han de replicar en cierta manera con otro contenido hacia el final del film.

ABRE LOS OJOS ALEJANDRO AMENÁBAR 1998 Tras el éxito de TESIS, rueda este film mucho más sólido, con mejores ideas y recursos más interesantes sobre un tema bastante recurrente en la cinematografía de entonces: la realidad virtual. Con una fuerte evocación al maestro Alfred Hitchcock, una serie de escenas evocan muchas de sus mejores películas con el fin de trabajar esos elementos oníricos muy recurrentes a lo largo del film. La historia merece una atención permanente para no caer en despiste de lo narrado, ya que muchas veces es fantasía, deseo o virtualidad. Trabaja Penélope Cruz y Eduardo Noriega.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

LOS AÑOS 60



Great nonsense has been spoken of that time.
But I can tell you saw then
A terrible darkness on the face of men,
His last astonishment, and now that I´m
Old I behold it as a young man yet.
None of us now knows wht it means,
But to this day our loves and disciplines,
Work there and watch. We do not forget.
JOHN BERRYMAN, THE DISCIPLE



Ya casi 40 años nos alejan de una de las décadas más apasionantes de la humanidad en su conjunto: la de los 60. Un intenso periodo en el cual se han de gestar los cambios de la nueva era, la búsqueda de los derechos humanos individuales y colectivos (sobre todo igualdad racial y de género), la revolución sexual con la aparición de la píldora, el desarrollo de la ciencia en cuanto a las comunicaciones y transporte (la primera transmisión vía satélite fue cuando un ser humano puso por primera vez su pie sobre la luna, allá en 1969); la década del aggiornamento de la iglesia católica tras el Segundo Concilio Vaticano. La minifalda y los colores chillones eran el abierto desafío de los jóvenes de entonces, quienes oían a los Beatles o los Rolling Stones. Década que se inició con un leve deshielo entre las grandes potencias de entonces (EEUU. y la URSS.), encabezadas por líderes que querían, quizá, una nueva sociedad mundial: Kennedy y Kruschov, respectivamente. Uno cayó bajo las balas, otro fue silenciosamente desplazado y acabó sus días en una Dacha, una típica casa de campo rusa. En otro lado del planeta, Mao empezó su turbulenta Revolución Cultural, periodo que ahora sus cineastas abordan con un agudo interés. Su prédica va a entrar en los salones de clases universitarios y hará estallar a partir de 1967 una serie de revueltas en pro de la modernización de la sociedad y el poder. Su punto culminante es el Mayo del 68, cuando por unos días la Imaginación estuvo en el poder. Esto va a precipitar la caída de aquel que representaba el antiguo orden: Charles De Gaulle. África iniciaba su lento y duro camino hacia la independencia; algunos países la obtuvieron de manera pacífica, otros como el Congo belga (actualmente Zaire) tuvo dolorosos baños de sangre con la misma muerte de su líder, Patricio Lumumba; lo mismo le sucedió a la Argelia de Ben Bella por parte de Francia. En América Latina tanto la Guerra Fría como lo sucedido en las aulas universitarias se van a trasladar a las calles de Buenos Aires, Santiago, Brasilia, México o Lima; algunos países van a caer en manos de dictaduras militares o civiles, tales como Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú y Uruguay, con diferentes consecuencias; el primero en ser derrocado va a ser João Kubitschek en Brasil, quien intentó modernizar el país y dar más atención a los desposeídos; esta situación en Latinoamérica se va a ensombrecer a los inicios de los 70, cuando en Chile se trunque el primer gobierno socialista de Salvador Allende, elegido por el pueblo (Pinochet, 1973). La América latina luchaba por su espacio bajo el sol, y muchos optaron por métodos radicales, siguiendo el estilo de Cuba con Fidel Castro; la presencia y admiración de un hombre como el Che Guevara han quedado en el imaginario colectivo de la sociedad latinoamericana, a pesar que se lo quiera negar. Pero las marcadas secuelas de la Guerra Fría se van a centrar en ciertas regiones del planeta, siendo las más convulsivas Medio Oriente (Israel y sus vecinos) e Indochina, sobre todo, Vietnam.
La sociedad norteamericana venía de una década de bonanza económica tras la culminación de la Segunda Guerra Mundial, toda una gran potencia militar y con un estilo de vida patrón que va a ser modelo difundido por sus medios de comunicación; además es una década de dirigentes paranoicos que veían en todo y en todos el peligro rojo. Cuando EEUU reemplaza a Francia en el conflicto del Lejano Oriente, encontró su talón de Aquiles. Luego de una dolorosa separación de la península coreana para contener la marea roja, los gobernantes norteamericanos se sienten en la obligación y en la ocasión (por supuesto) de convertirse en el adalid de la democracia y los derechos de los pueblos. Kennedy quiso arreglar los problemas tanto internos como externos, sea los derechos civiles de la minoría negra, así como salir paulatinamente de Vietnam, Camboya y Laos; el problema de Cuba puso en alerta a la maquinaria militar norteamericana y esa sensación de invulnerabilidad se vio profundamente afectada. Los conservadores y paranoicos no van a escatimar en enviar a muchos de sus jóvenes a ser masacrados, muertos o mutilados en Vietnam. Así la intelectualidad norteamericana, las aulas universitarias, sobre todo Berkeley con pensadores como Henry Marcuse, se pondrán de pie para cuestionar al sistema: el Black Power surgirá como parte de esta coyuntura y no solo Martin Luther King, Malcom X o Angela Davis se harán conocidos, sino también esa multitud de hombres y mujeres negros que levantarán su puño para mostrar ese poder; las imágenes de los atletas negros vencedores de las pruebas de 100 ó 200 metros planos en las Olimpiadas de México en 1968 hablan por sí solas. Y en San Francisco surge uno de los movimientos sociales más interesantes de las últimas décadas: los hippies, el poder de las flores. De pronto el stablishment se ve fuertemente cuestionado, las calles son ganadas por jóvenes antibeligerantes, desafiantes al sistema, con un culto al amor libre, al consumo de drogas psicodélicas, a una moda libre, estridente, con una música que saca de quicio a los mayores: el rock.
El arte, en este fascinante contexto, no podía estar exento; los bruscos cambios sociales se ven en la plástica con Lichtenstein, con Warhol; el teatro llama al happening; el rock accede al clásico que ya venía desde Stockhausen y recae en sofisticaciones de Yes o Pink Floyd en Inglaterra; en la sociedad norteamericana grupos emergentes como Creedence Clearwater Revival, Santana, The Doors, Allman Brothers, The Who o America llevaban adelante el mensaje crítico del momento que había inaugurado Bob Dylan con sus canciones The Times they are changig´ o Blowin´ in the wind ; ya Calder creaba sus esculturas movibles y la literatura rescataba a sus malditos como Bukowsky o Salinger, vejados una década anterior; Ferlinghetti, Ginsberg seguían a Jack Kerouac…Norteamérica es un volcán en creación permanente.
¿Y el cine? El arte masiva va a tener también grandes cambios; la década anterior la cinematografía era reina y señora del escenario; mas, a fines de los 50 aparece una pantalla pequeña que será un desafío en los 60: la televisión. Este medio comunicativo cambiará los gustos del gran público tanto en forma como en contenido. La grandiosidad de escenarios de los filmes de los 50 van a pasar a escenarios simples e incluso de pocos planos y rápidos como exigía la televisión; y las tramas demandan ahora personajes más sencillos y desarrollos más simples. Los clásicos directores de cine son reemplazados por un grupo de directores independientes, jóvenes, algunos de ellos venidos del teatro, con presupuestos bajos, con actores desconocidos.


BUTCH CASSIDY AND THE SUNDANCE KID 1969 GEORGE ROY HILL Cuando todo parecía que el western estaba en franca decadencia, llega este film que refresca el género y catapulta a esta dupla (PAUL NEWMAN y ROBERT REDFORD) como una pareja singular y violenta, del medio Oeste, la propuesta es interesante, con datos históricos reales, pero con ciertos elementos anacrónicos empleados con un buen humor, que da un buen respiro a este género. La canción central de Burt Bacharach, “Gotas de lluvia caen sobre mi cabeza”, popularizó más esta película. Acompañan a esta dupla la actriz Katharina Ross. Según la historia esta dupla de bribones terminó sus días en Bolivia.

THE GRADUATE (EL GRADUADO) 1967 MIKE NICHOLS Este es un verdadero retrato de los conflictos generacionales acertadamente mostrado en esta película, y es un clásico de los 60, con la música de Simon and Garfunkel, con canciones que se volvieron todo un icono musical como El Sonido del Silencio. Un recién graduado, Benjamín (Dustin Hoffman), en agasajado hasta el hartazgo por sus padres, quienes no respetan sus indecisiones y las crisis de un recién egresado; es abordado y seducido por una señora, amiga de sus padres, la Sra. Robinson (Anne Bancroft), la pronta llegada de su hija (Katharina Ross) cambia los planes; una estrategia para demoler amistades falla y los objetivos no son logrados. Film entrañable y de necesaria visión para entender esta loca década.

EASY RIDER (BUSCO MI DESTINO) 1969 DENNIS HOOPER Es un verdadero río-documento de ese espíritu de libertad que recorría a la sociedad norteamericana. Dos hippies (el mismo Hooper y Peter Fonda) han amasado cierta cantidad de dinero vendiendo droga, y así deciden con sus motos enrumbar hacia Nueva Orleáns para ver los carnavales. En su viaje atraviesan ese gran país, inmenso en extensión y geografía humana como son los Estados Unidos; las escenas del Monument Valley, antes inmortalizado por John Ford, son emocionantes, así como ese acercamiento a las minorías y a entender ese mundo muchas veces marginado por el sistema. Pero también se van a encontrar con fuertes manifestaciones de intolerancia que en cierta manera caracteriza a un buen sector de la sociedad estadounidense, así es como se presagia el fin.

THE WILD BUNCH (LA PANDILLA SALVAJE) 1969 SAM PECKINPAH Uno de los filmes más violentos rodados en el western, una nueva visión del héroe en esta sociedad cambiante, es también una suerte de destrucción de cierta inocencia al verse frente a situaciones en las cuales tiene que decidir entre la lealtad a sus amigos o a sus principios. Hecha con poco presupuesto, utilizó sobre todo recursos de cámara o montaje más que escenarios u otros elementos que hubieren demandado un desorbitado presupuesto. Los tiempos cambian. También es la oportunidad de viejas glorias del cine que van viendo el ocaso de su estrellato como es el caso de William Holden, a quien lo acompañan Ernenst Borgnine, Warren Oates, Ben Jonson y Emilio “Indio” Fernández.

THE PARTY (LA FIESTA INOLVIDABLE) 1968 BLAKE EDWARDS Este es un film disparatado con el que cerramos este ciclo; una comedia con muchos gags (parece una película de Jacques Tati) que depende mucho de la capacidad de observación que tiene el espectador a través de la cámara. La presencia de un actor como Peter Sellers, como un desfachatado actor hindú, nos asegura una fiesta ciertamente inolvidable, en la que se sucederán escena tras escena a cual más disparatada, con una velada crítica al tufillo del Hollywood.

jueves, 23 de octubre de 2008

LA CARA ANTIDEMOCRÁTICA DEL CAPITALISMO AL DESCUBIERTO


El desarrollo de una campaña presidencial norteamericana simultánea al desenlace de la crisis de los mercados financieros ofrece una de esas ocasiones en que los sistemas político y económico revelan vigorosamente su naturaleza.
Puede que la pasión por la campaña no sea una cosa universalmente compartida, pero casi todo el mundo puede percatarse de la ansiedad desatada por la ejecución hipotecaria de un millón de hogares, así como de la preocupación por los riesgos que corren los puestos de trabajo, los ahorros y la asistencia sanitaria.
Las propuestas iniciales de Bush para lidiar con la crisis apestaban a tal punto a totalitarismo, que no tardaron en ser modificadas. Bajo intensa presión de los lobbies, fueron reformuladas "para claro beneficio de las mayores instituciones del sistema… una forma de deshacerse de los activos sin necesidad de fracasar o casi", según describió el asunto James Rickards, quien negoció en su día, por parte del fondo de cobertura de derivados financieros Long Term Capital Managemen, su rescate federal en 1998, recordándonos ahora, de paso, que estamos pisando vía ya trillada. Los orígenes inmediatos del presente desplome están en el colapso de la burbuja inmobiliaria supervisada por el presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, quien sostuvo la cuitada economía de los años de Bush amalgamando el gasto en consumo fundado en deuda con la toma de préstamos del exterior. Pero las raíces son más profundas. En parte, se hallan en el triunfo de la liberalización financiera de los últimos 30 años, es decir, en las políticas consistentes en liberar a los mercados lo más posible de regulación estatal.
Las medidas tomadas a este respecto, como era predecible, incrementaron la frecuencia y la profundidad de los reveses económicos graves, y ahora estamos ante la amenaza de que se desencadene la peor crisis desde la Gran Depresión.
También resultaba predecible que los reducidos sectores que se hicieron con los enormes beneficios dimanantes de la liberalización llamarían a una intervención masiva del estado, a fin de rescatar a las instituciones financieras colapsadas.
Tal intervencionismo es un rasgo característico del capitalismo de estado, aunque la escala actual es inaudita. Un estudio de los investigadores en economía internacional Winfried Ruigrok y Rob van Tulder encontró hace 15 años que, al menos 20 compañías entre las 100 primeras en el ranquin de la revista Fortune, no habrían sobrevivido si no hubieran sido salvadas por sus respectivos gobiernos, y que muchas, entre las 80 restantes, obtuvieron substanciales ganancias por la vía de pedir a los gobiernos que "socializaran sus pérdidas", como hoy en el rescate financiado por el sufrido contribuyente. Tal intervención pública "ha sido la regla, más que la excepción, en los dos últimos siglos", concluían.
En una sociedad democrática que funcionara, una campaña política tendría que abordar estos asuntos fundamentales, mirar a la raíz de las causas y de los remedios, y proponer los medios a través de los cuales el pueblo que sufre las consecuencias pudiera llegar a ejercer un control efectivo.
El mercado financiero "deprecia el riesgo" y es "sistemáticamente ineficiente", como escribieron hace ya una década los economistas John Eatwell y Lance Taylor, alertando de los peligros gravísimos que entrañaba la liberalización financiera y mostrando los costes en que, por su causa, se había ya incurrido. Además, propusieron soluciones que, huelga decirlo, fueron ignoradas. Un factor de peso es la incapacidad para calcular los costes que recaen sobre quienes no participan en las transacciones. Esas "externalidades" pueden ser enormes. La ignorancia del riesgo sistémico lleva a una aceptación de riesgos mayor de la que se daría en una economía eficiente, y eso incluso adoptando los criterios más estrictos.
La tarea de las instituciones financieras es arriesgarse y, si están bien gestionadas, asegurar que las pérdidas potenciales en que ellas mismas puedan incurrir quedarán cubiertas. El énfasis hay que ponerlo en "ellas mismas". Bajo las normas del capitalismo de estado, no es asunto suyo tomar en cuenta los costes que para otros puedan tener –las "externalidades" de una supervivencia decente— unas prácticas que lleven, como suelen, a crisis financieras.
La liberalización financiera tiene efectos mucho más allá de la economía. Hace bastante tiempo que se comprendió que era un arma poderosa contra la democracia. El movimiento libre de los capitales crea lo que algunos han llamado un "parlamento virtual" de inversores y prestamistas que controlan de cerca los programas gubernamentales y "votan" contra ellos, si los consideran "irracionales", es decir, si son en beneficio del pueblo, y no del poder privado concentrado.
Los inversores y los prestamistas pueden "votar" con la fuga de capitales, con ataques a las divisas y con otros instrumentos que les sirve en bandeja la liberalización financiera. Esa es una de las razones por las que el sistema de Bretton Woods, establecido por los EEUU y la Gran Bretaña tras la II Guerra Mundial, instituyó controles de capitales y reguló el mercado de divisas. (1)
La Gran Depresión y la Guerra pusieron en marcha poderosas corrientes democráticas radicales que iban desde la resistencia antifascista hasta las organizaciones de la clase obrera. Esas presiones hicieron necesario que se toleraran políticas sociales democráticas. El sistema de Bretton Woods fue, en parte, concebido para crear un espacio en el que la acción gubernamental pudiera responder a la voluntad pública ciudadana, es decir, para permitir cierto grado de democracia.
John Maynard Keynes, el negociador británico, consideró como el logro más importante de Bretton Woods el de haber establecido el derecho de los gobiernos a restringir los movimientos de capitales.
Por espectacular contraste, en la fase neoliberal que siguió al desplome del sistema de Bretton Woods en los años 70, el Tesoro estadounidense contempla ahora la libre movilidad de los capitales como un "derecho fundamental", a diferencia, ni que decir tiene, de los pretendidos "derechos" garantizados por la Declaración Universal de Derechos Humanos: derecho a la salud, a la educación, al empleo decente, a la seguridad, y otros derechos que las administraciones de Reagan y Bush han displicentemente considerado como "cartas a Santa Claus", "ridículos" o meros "mitos".
En los primeros años, la gente no se hizo mayores problemas con el asunto. Las razones de ello las ha estudiado Barry Eichengreen en su historia, impecablemente académica, del sistema monetario. Allí se explica que, en el siglo XIX, los gobiernos "todavía no estaban politizados por el sufragio universal masculino, el sindicalismo y los partidos obreros parlamentarios". Por consiguiente, los graves costes impuestos por el parlamento virtual podían ser transferidos a la población general.
Pero con la radicalización de la población y de la opinión pública acontecida durante la Gran Depresión y la guerra antifascista, se privó de ese lujo al poder y a la riqueza privados. De aquí que en el sistema de Bretton Woods "los límites a la democracia como fuente de resistencia a las presiones del mercado fueran substituidos por límites a la movilidad del capital".
El obvio corolario es que, tras la desmantelación del sistema de posguerra, la democracia se ha visto restringida. Se ha hecho, por consiguiente, necesario controlar y marginar de algún modo a la población y a la opinión pública, procesos particularmente evidentes en las sociedades más aproadas al mundo de los negocios, como los EEUU. La gestión de las extravagancias electorales por parte de la industria de relaciones públicas constituye una buena ilustración.
"La política es la sombra que la gran empresa proyecta sobre la sociedad", concluyó en su día el más grande filósofo social norteamericano del siglo XX, John Dewey, y así seguirá siendo, mientras el poder resida "en los negocios para beneficio privado a través de un control sobre la banca, sobre el suelo y sobre la industria, un poder que se ve ahora reforzado por el control sobre la prensa, sobre los periodistas y sobre otros medios de publicidad y propaganda".
Los EEUU tienen, en efecto, un sistema de un sólo partido, el partido de los negocios, con dos facciones, republicanos y demócratas. Hay diferencias entre ellos. En su estudio sobre La democracia desigual: la economía política de la nueva Era de la Codicia, Larry Bartels muestra que durante las pasadas seis décadas "los ingresos reales de las familias de clase media crecieron dos veces más rápido bajo los demócratas que bajo los republicanos, mientras que los ingresos reales de las familias pobres de clase trabajadora crecieron seis veces más rápido bajo los demócratas que bajo los republicanos".
Esas diferencias se pueden ver también en estas elecciones. Los votantes deberían tenerlas en cuenta, pero sin hacerse ilusiones sobre los partidos políticos, y reconociendo el patrón regular que, durante los últimos siglos, ha venido revelando que la legislación progresista y el bienestar social siempre han sido conquistas de las luchas populares, nunca regalos de los de arriba.
Esas luchas siguen ciclos de éxitos y retrocesos. Han de librarse cada día, no sólo cada cuatro años, y siempre con la mira puesta en la creación de una sociedad genuinamente democrática, capaz de respuesta dondequiera, en las urnas no menos que en el puesto de trabajo.
NOTA: (1) El sistema de Bretton Woods de gestión financiera global fue creado por 730 delegados procedentes de 44 naciones aliadas en la II Guerra Mundial que acudieron a una Conferencia Monetaria y Financiera organizada por la ONU en el hotel Mont Washington en Bretton Woods, New Hampshire, en 1944. Bretton Woods, que colapsó en 1971, era el sistema de normas, instituciones y procedimientos que regulaban el sistema monetario internacional y bajo cuyos auspicios se creó el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (IBRD, por sus siglas en inglés) –ahora una de las cinco instituciones que componen el Grupo del Banco Mundial— y el Fondo Monetario Internacional, que echaron a andar en 1945.El rasgo principal de Bretton Woods era la obligación de todos los países de adoptar una política monetaria que mantuviera dentro de unos valores fijos la tasa de cambio de su moneda. El sistema colapsó, cuando los EEUU suspendieron la convertibilidad al oro del dólar. Eso creó la insólita situación por la que el dólar llegó a convertirse en la "moneda de reserva" para los otros países que estaban en Bretton Woods.

Noam Chomsky , el intelectual vivo más citado y figura emblemática de la resistencia antiimperialista mundial, es profesor emérito de lingüística en el Instituto de Tecnología de Massachussets en Cambridge y autor del libro Imperial Ambitions: Conversations on the Post-9/11 World.

lunes, 20 de octubre de 2008

El ESPLENDOR DEL CINE MUDO




Quizá el desarrollo de la técnica en el arte cinematográfico creado por los hermanos Lumière en el siglo XIX hasta el día de hoy, ha sido uno de los más arrolladores y deslumbrantes, que ha hecho que los primeros trabajos fascinantes del cine sean vistos en la actualidad con poco interés y, por qué no decirlo, con burla; es como si un pintor viera a Botticelli como un pintor de técnica rudimentaria y pobre. Soberbia contemporánea que se va desgastando cuando vemos que los avances que nos sorprenden hoy, serán el pan de cada día del futuro. Ahí no está el arte. Pero el cine es arte.
Como experiencia personal, puedo comentar una clase con alumnos de cuarto año de secundaria, quienes vieron conmigo una película de cierta factura y gran despliegue de recursos técnicos (quizá de la maquinaria spielbergriana) y comenté que íbamos a ver en la siguiente sesión una película de Chaplin; la reacción fue sintomática: rechazo a la idea de ver una película que tenía mucho más allá de 30 años; muda, peor. Mas, cuando comenzó la proyección y avanzaba la película, uno a uno de los alumnos era cautivado por las escenas del claun Chaplin: gags que hacían reír al más reticente. Hacia el final de la proyección, unánimemente todos reconocieron que esa película era “maldita” (según la acepción que los jóvenes de hoy le dan a dicha palabra). No en vano TIEMPOS MODERNOS es un clásico.... y los clásicos nunca envejecen. Chaplin hizo esta película tercamente en un contexto en el cual el sonoro iba desplazando al cine mudo. Años después, en los 70, Mel Brooks hará una divertida comedia muda en la que única palabra dicha fue no, dicha nada más y nada menos que por Marcel Marceau, el maestro del mimo.
El cine mudo es una obra realizada por hombres y mujeres que apostaron por este nuevo arte, el cual utilizaba la imagen en movimiento - Cine (movimiento, cinética) y grafos (imagen) -; no hacía mucho que los daguerrotipos habían maravillado al europeo, cuando la primera proyección aquel 28 de diciembre de 1895 iba a deslumbrar mucho más a la humanidad. Los primeros 35 espectadores en aquel teatro en el Boulevard des Capuchines se encargaron de pregonar por todas partes este nuevo milagro; se proyectaron 10 cintas de 16 metros cada una, y la que más impacto fue L´arrive d´un train que causó cierto pánico entre el reducido público, quienes huyeron ante la posible embestida de la locomotora. Así cuentan.
Los mismos hermanos Lumière no estaban tan convencidos del potencial que este nuevo descubrimiento iba a acarrear al hombre moderno; recuerden la escena de Drácula de Ford Coppola cuando Vlad –Gary Oldman- y Mina –Winona Ryder- van al teatro para ver esas maravillosas escenas de las primeras películas que se difundían por toda Europa. Uno de esos tanto curiosos que llegaron a ver estas asombrosas maravillas que rondaban por el Continente, va a ser George Méliès, quien va a encontrar en este descubrimiento, un extraordinario potencial; y gracias a él, es que el cine se vuelve espectáculo, e incluso él construye el primer estudio en el Jardín de Montrueil – sous bois, allá por 1896, de donde sacó para el mundo sus obras maestras: Viaje a la luna (Le voyage dans la lune) , 20000 leguas de viaje submarino (Vingt milles lieues sous les mers ) y sobre todo Coronación del rey de Inglaterra Eduardo VII (Le couronnement d´Éduouard VII d´Anglaterre). En esta última, Méliès se preocupó por hacer una reconstrucción de la Abadía de Westminster en su pequeño estudio. El cine como espectáculo había empezado. Irónicamente, el transformador de este bello arte va a morir casi en la inopia total en un sanatorio en 1938.
En junio de 1897, un incendio en el Bazar de la Caridad en París puso en peligro el nuevo arte; hubo 125 víctimas. La reacción fue dramática pues el material era bastante inflamable (¿recuerdan Cinema Paradiso?) y muchos inversionistas se volvieron escépticos con el futuro de este arte naciente. Felizmente la Exposición Internacional de Paris de fines de siglo consagró su fama y su futuro, por supuesto.
Pero nuevas vías se iban a ir abriendo para el cine: Lenin había visto ya en el cine un tremendo potencial que iba a convertir al cine en el arte de las masas; y no se equivocó. Bajo esta perspectiva podemos ahora entender por qué muchos gobiernos de países contrarios a la ideología del régimen soviético de entonces prohibieron por años la película Potiomkin; en el Perú se pudo ver por primera vez en público en 1975, bajo el gobierno de Velasco. La película es de 1925 y se proyectó en muchos países de manera clandestina (también en el Perú durante los gobiernos diversos de postguerra, sobre todo en el gobierno de Odría – Esparza Zañartu; o durante las recias campañas de la guerrilla en la Sierra Central y Sur de nuestro país).
Ya hay varias películas que han sido rescatadas del olvido; pero Potiomkin puede encontrarse en cualquier cinemateca y ahora, gracias a los nuevos avances, muchas de éstas ya pueden ser coleccionadas. Ventajas del mundo consumista.
El cine mudo presentó todas las vertientes que el cine actual, sus diversos géneros y con películas que de una manera u otra se pueden considerar hitos dentro del cine; tanto así que las películas modernas y los grandes directores vuelven a ellas como volver a las raíces. Si uno ha visto bastante cine, se percatará que hay un sinfín de recursos ya planteados en muchas de los filmes presentados en este artículo.



Zemlya (TIERRA) es una bella película del director ruso Alexander Dojvenko (1930) una suerte de documental que nos muestra la fuerza vital de la vida campesina. La trama se basa en un crimen contra un dirigente campesino por parte de un terrateniente y por este incidente nos va describiendo la vitalidad en el mundo rural; la inyección de vida que se va gestando en la tierra cuando la siembra, la fuerza de la lluvia sobre las cosas; y el tránsito de la muerte, aceptada con menos drama que los hombres citadinos. Además permite establecer un vínculo íntimo entre la escena y el actor o actores que la realizaban. En realidad, la película sobrepasa el quedarse en un mero panfleto político y se convierte en poesía pura. Este filme sirvió como modelo a muchas otras más, en cuanto al manejo técnico de las imágenes como la presentación misma del tema.

Sunrise (AMANECE) Obra cumbre del director F. Murnau (1927), quien fue atraído por el canto de sirena hollywoodense. Basada en una historia de amor alemana, construye una intensa relación amorosa entre dos personas sencillas del campo que ven de pronto invadida su vida por una mujer de la ciudad, seductora y atractiva, él decide eliminar a su mujer y pronto cae en la cuenta de su absurdo proceder y la invita a la ciudad para disipar el mal momento; la escena en la que ambos caminan unidos por las calles de la urbe es un extraordinario trabajo de cámara y el manejo de luz, con un dominio de escena nunca visto y que sirvió de ejemplo para los directores posteriores. El trabajo no termina ahí, usó los planos para destacar las emociones de los autores (no nos olvidemos que es cine mudo y que debe recurrir a otros medios para hacer claro su mensaje). Además empleó la cámara como una forma de observación del actor haciendo tangible la idea narrativa de Joyce en el cine. Es también magistral la actuación de Janet Gaynor, quien recibió el primer Oscar como mejor actriz. Lástima que la “luna de miel” vivida entre el director y la productora Fox se derrumbara pronto y prácticamente truncara una brillante carrera como la de Murnau


La passion de Jeanne D´Arc (LA PASIÓN DE JUANA DE ARCO) de Carl Dreyer, (1928) es una obra maestra de todos los tiempos. La actuación de Maria Falconetti es extraordinaria y exigió tanto de ella que terminó en un sanatorio. Es una película que inicia el fin del cine silente, ya que sus imágenes son tan poderosas que necesitan la palabra para la redondez del mensaje. Intensos primeros planos que muestran rostros en toda sus dimensiones, arrugas, verrugas, pelos; no escapa nada a la cámara, puesto que tiene que mostrar al público todo un proceso psicológico tanto de Juana de Arco, como los de sus jueces (entre los que figura el gran artista Antonin Artaud). Según Kobal, estamos ante una sinfonía de rostros. Y es cierto, la película discurre en tomas de dichos rostros desde diferentes ángulos. Es una obra de imprescindible visión. La fotografía de Rudolph Maté ayudó en esto, explotó el color claro de los fondos para no permitir que no haya ningún elemento de distracción y centrar nuestra visión en el /los rostro(s) enfocados en esos momentos. Si alguien duda de la espiritualidad, creo que la visión de este filme le hará cambiar de opinión. Por cierto, es uno de los filmes más conmovedores de todos los tiempos.


Nosferatu de Friedrich Murnau, (1922), es con El museo de las figuras de cera, una de las obras cumbres del cine de horror fantástico de todos los tiempos. No sólo el tema es de por sí alucinante, sino que se encontró en Max Schreck quizá el actor más representativo de todos aquellos que han encarnado alguna vez al Conde Vlad. Su figura pálida, delgada y bizarra lo hacen el Drácula más espectacular que haya conocido el cine; y esto ha originado mitos como que dicho personaje era en realidad un vampiro al cual se le otorgaba una víctima, diariamente, para saciar su hambre. El trabajo de sombras, espacios abiertos, los contrastes de claro-oscuro/ luz-sombra hacen de esta película una interesante búsqueda de la luz. Los numerosos remakes de este tema no hacen sino corroborar el espíritu mórbido del humano y su insaciable búsqueda por el amor y la eternidad. Nosferatu no es el monstruo seductor que caracteriza Bela Lugosi o la versión más sofisticada de un Gary Oldman; es la expresión del terror puro, despiadado pero cae bajo las tretas de Ellen para ser exterminado; triunfa el amor, pero Ellen se sacrifica por su amado Hutter. Los surrealistas llamaron a esta obra, el amor loco. Y lo logra gracias al excelente trabajo de cámaras que crean el efecto de pesadillas y visiones (fue toda una revolución técnica del cine). Además, en cierta manera, tanto Hutter como Nosferatu son las partes complementarias del alma humana.

The Kid (EL PIBE) Si alguien cree que el melodrama no puede dar alguna obra maestra, uno tiene que ver este filme de Charles Chaplin (1921). Con la extraordinaria actuación de un niño genio, Jackie Coogan, un culebrón se eleva a la categoría de obra maestra de las emociones humanas; con una historia tan sencilla, de un niño abandonado y un desempleado se suceden una serie de escenas que nos van conmoviendo. Es que en manos de un genio como Chaplin, cualquier cosa cotidiana solía brillar en la pantalla. Nuestro director tenía un excelente poder de observación y hacía de lo más trivial algo hilarante. Arrastró al cine no sólo a la diversión sino a una visión de la cruda realidad, tanto así que con el tiempo le fue acarreando problemas con los productores y el sistema; hasta que tuvo que irse del país que en un principio lo adoptó


Diccionaire des Films – Bérnand Rapp, Jean-Claude Lamy, LAROUSSE, 1995.

Las 100 mejores Películas, John Kobal, ALIANZA EDITORIAL, 4ta edición, 1995.

Historia Ilustrada del Cine, René Jeanne, Charles Ford. ALIANZA EDITORIAL, 1er tomo, 1981.

Historia del Cine Mundial, Georges Sadoul. SIGLO XXI EDITORES. 5ta edición, 1980

viernes, 17 de octubre de 2008

SERGUEI EISENSTEIN


La tarea del arte es hacer
tangible las contradicciones del ser
Serguei Eisenstein


Indudablemente los genios siempre han tenido problemas con la vida en general; Serguei Eisenstein no escapó de esta casi inexorable verdad: tuvo problemas tanto con su sociedad como con los sistemas políticos. Con una infancia dura, un mal recuerdo personal de su padre, abandono de su madre, muchas veces acusado de inmoral o despilfarrador, tuvo problemas con el sistema soviético cuando Stalin estaba en el poder; así como con los empresarios norteamericanos que lo contrataron para rodar un filme en Norteamérica (que nunca se concretó) y un documental en México. Fue una persona intensa, de ideas geniales y de avanzada, y que no temía a retos o propuestas; tuvo tantos proyectos descabellados como rechazos automáticos de empresarios o gente ligada a la dirección de las industrias cinematográficas. Se había propuesto hacer una película sobre Das Kapital de Karl Marx, idea absurda para muchos, pero no para lo que él planteaba. Él estaba demasiado lejos del común de los mortales.
Fue un hombre de vasta cultura; muy joven se interesó por el japonés y la concepción de un ideograma. Al comprender sobre la formación de éste para ser concebido como parte de una escritura, logró relacionar este proceso psico cultural con el concepto de cine puro: una imagen como un ideograma. Si lo acercamos al lenguaje es como decir un paradigma en movimiento. En una entrevista hecha a Renny Bartlett, confiesa éste que nuestro maestro buscó en la creación de sus obras esa dinámica / estática que se ve en la combinación de la tragedia (arquetipos) y la comedia (cotidianeidad) en sus filmes. En muchos casos, el maestro era muy mordaz e incluso muchas de sus bromas cotidianas rayaban con lo grosero. Quizá sea cierto que hayamos perdido un poco la visión de ese lado eisenstiano por el del rigor extremo, solemne y trágico.
Se acercó al teatro y dirigió algunas obras acercándose a la técnica escénica propuesta por Meyerhold. Del teatro el siguiente paso obligado era el cine. Para ese entonces Lenin ya había nacionalizado la industria cinematográfica rusa y creaba una gran escuela con directores de la talla de Dovjenko, Pudovkin, Protazanov, Vertov, entre otros. Sin pecar de realismo socialista, esta escuela traza una línea con filmes que se convirtieron en hitos: de esta escuela ya hemos visto a través de los diversos ciclos ofrecidos, películas como: TEMPESTAD SOBRE ASIA, LA MADRE, TIERRA, EL HOMBRE DE LA CÁMARA; y sobre todo EL ACORAZADO POTIEMKIN de nuestro director, filme visto en el ciclo de cine mudo recientemente concluido.
Casi todos los filmes de Eisenstein son verdaderas obras maestras y estuvieron prohibidas a causa del espíritu paranoico e intransigente, producto de las guerras mundiales y la Guerra Fría. De todos modos, su obra siempre transcendió la mediocridad de los políticos u hombres moralistas, que vieron en él la encarnación del peligro rojo.
Sus obras son la plasmación de un planteamiento teórico que siempre lo inquietó. Pero no por eso dejaba que la obra fuese “esclava” de las ideas. Lo vemos en la frase con la que empieza un ensayo que Eduardo Russo hizo sobre él: “De acuerdo al modo en que comienza esta página, no sé cómo seguirá.” Además como entidad autónoma, la obra ofrece múltiples lecturas, haciéndola obra abierta, ante la cual es difícil establecer una definición exacta.

ACORAZADO POTIOMKIM (1925) fue uno de los productos más elaborados de la famosa nacionalización del antiguo cine zarista por parte de Lenin. Ocurría esto en agosto de 1919. Como ya había comentado, Lenin había visto el tremendo potencial de este arte y hacia 1922, él comentó: “el cine, de todas las artes, para nosotros (es) la más importante”. Bajo esta visión surgió un grupo vanguardista que va a elevar la calidad de las obras cinematográficas de años siguientes (hasta el periodo de stalinización de todas las artes). La película en sí tomó poco tiempo en su realización; filmada en Odessa, contó con un puñado de actores, la población de dicha ciudad y la Armada Roja. La misma idea como otra gran obra rusa, la ópera Boris Godunov, un canto coral de masas. Sin maquillajes, sin un plató, ni escenografías, las escenas de esta película son una sinfonía en las que los únicos actores son el pueblo y los marinos del acorazado. Las escenas de movimientos son magistrales y todo el lenguaje panfletario se vuelve poesía en la célebre descarga que las tropas zaristas lanzan sobre los indefensos ciudadanos. Más de una persona vi levantarse de su asiento y gritar encolerizado cuando la proyectaron en el cine Colmena en Lima en 1975. En verdad, las escenas no dan concesión alguna y las imágenes de la escalinata de la ciudad, el coche del niño cuya madre ha caído muerta por las balas, que baja hacia un triste final; la madre que enfrenta a los soldados con su hijo muerto en brazos; son escenas inolvidables y demasiado locuaces. Esta película fue hecha con rabia reprimida. Por eso, su visión es muy sencilla, pero a su vez muy densa en su contenido, por eso peligrosa. No hay actores principales, quizá el único, el acorazado mismo; estamos pues ante una película de masas.

¡QUE VIVA MÉXICO! (1932) Como comenta Sadoul, este es uno de los proyectos más soñados de nuestro artista. Es un extenso fresco del México de inicios del siglo XX, y se haya dividido en cuatro partes: FIESTA, SANDUNGA, MAGUEY y SOLDADERA. Eisenstein se fascinó por la cultura mexicana y dirigió esta obra a modo de consuelo por habérsele impedido filmar en los Estados Unidos. Es un canto coral de la cultura mexicana, con impresionantes escenas rituales de la muerte. Sin embargo, fue una de las obras más maltratadas del Director ya que prácticamente nunca la tuvo en sus manos; a pesar de haber tenido el apoyo del escritor socialista norteamericano Upton Sinclair , éste lo fustigó por haberse “devorado” todo el presupuesto y no haber concluido con el rodaje. Cuando el maestro retornaba a la Unión Soviética, el escritor incautó sus bobinas, más aún al recibir la noticia que había derrochado el dinero en perversiones sexuales y haber trabajado con personas de dudosa reputación en México. De la versión de 5 horas y 20, se va a ver la versión de 1 hora y 40 minutos, versión hecha por Grigori Alexandrov en 1973. Muchas de las escenas fueron empleadas por otros directores o fueron presentadas como documentales en los años 40, como el caso de TEMPESTAD SOBRE MÉXICO (de Sol Lesser) o MOMENTO BAJO EL SOL (de su amiga y biógrafa Mary Seton).

ALEXANDER NEVSKY (1938) es una bella película épica, con poderosas imágenes para insuflar ánimos al alma rusa en una Europa enloquecida por el espíritu bélico nazista. Así como Dmitir Schostakovitch musicalizó (posteriormente) la película POTIOMKIM, es en esta oportunidad que nuestro director incursiona en el sonoro con la Cantata del mismo nombre del gran maestro Serguei Prokofiev. Dupla genial. Jugó con grandes planos y cromatismo dicotómico, encarnando los claros, los señores teutones; los oscuros, el pueblo ruso. Tiene un extraordinario trabajo de cámara, sobre todo en los impactantes acercamientos (close-up) (parece una revisión del trabajo de Dreyer con su Pasión de Juana de Arco). La música es épica, manejo de coros como manejo de multitudes; el aria para contralto de El Lago de la Muerte (lago helado) es impresionante como lo es el resultado del triunfo y la derrota. Y además un actor, una voz: Nikolai Tcherkasov. Una obra maestra. La película fue en cierta manera retenida ya que para entonces, Stalin y Hitler habían firmado el pacto de no agresión entre ambas naciones y el filme fue visto, obviamente, como antigermánico.

IVÁN EL TERRIBLE (1943 –1945) Hablar de una parte es prescindir de la otra de esta impresionante obra que, según Kobal, dejó de lado su compromiso y testimonio social para pasar al testimonio del hombre como artista. Para ese entonces, ya la Unión Soviética ha sido atacada por las huestes de Hitler y todos los estudios cinematográficos han sido desplazados al Asia Central, con más exactitud a Alma Ata; es allí donde se inicia el trabajo de IVÁN I, el cual fue todo un suceso y gustó a Stalin, tanto así que volvió en cierta manera “a su reino”; lástima que esto no haya perdurado mucho. Si la primera parte se ve a un líder como Iván IV desplegando poder y gloria, en la segunda parte vemos a ese Iván embargado por el miedo y la paranoia de la persecución de sus rivales, los boyardos. Es por eso que el trabajo de las sombras es notable, inteligente, genial. Vemos en la primera parte las dimensiones de dichas sombras de acuerdo a la grandeza o vileza de los personajes de su entorno; obviamente Iván con sombra mayor; pero en la segunda parte, esto cambia. Y es así que Iván lentamente se va volviendo un terrible tirano, va distorsionando todo, viviendo de la intriga y venganza. Según Russo, Eisenstein va creando un triángulo en el que se yerguen un artista y dos tiranos: uno histórico (Iván) y otro el contemporáneo (Stalin).
El producto final fue aborrecido por el tirano y casi obligado a cancelar su IVAN III, del cual sólo hizo 10 minutos a causa de su muerte.

Nuestro Director fue sometido una revisión ideológica de su vida y obra, y se vio obligado a hacer una autocrítica personal injusta. Ya derrotado por las circunstancias viles de la vida fallece de un ataque al corazón, pero trabajando sobre sus teorías cinematográficas. Un genio en permanente creación. Quiero concluir este artículo tomando del ensayo de Russo...”Su cine fue el principal campo de batalla de ese experimento inacabado que en el camino dejó un puñado de obras maestras e innumerables puntas dispersas a retornar por aquellos dotados del suficiente coraje intelectual como para levantar vuelo a falta de piso firme...” Sin ánimo de atemorizarnos con esta contundente reflexión sobre la visión de su obra fílmica, espero que este pequeño ciclo nos permita ver el alma inmensa de un genio que quiso revolucionar el cine hasta límites insospechados.


Bibliografía:

Diccionaire des Films – Bérnand Rapp, Jean-Claude Lamy, LAROUSSE, 1995.

Las 100 mejores Películas, John Kobal, ALIANZA EDITORIAL, 4ta edición, 1995.

Historia del Cine Mundial, Georges Sadoul. SIGLO XXI EDITORES. 5ta edición, 1980

Eisenstein según Bartlett, Carlos Cevallos y Gabriel Quispe. BUTACA SANMARQUINA, año 4, No 13, 2002.

Serguei Eisenstein, descripción de un combate, Eduardo A. Russo, LA GRAN ILUSIÓN, No 9, 1998

jueves, 28 de agosto de 2008

CINE SOBRE MÉXICO




El público extranjero rechazaba las versiones en su lengua natal, porque los actores no eran los que ellos querían ver en la pantalla. En el llamado "cine hispano" de Hollywood (las versiones en español) el problema se agudizó por la gran cantidad de acentos de los actores, algo que nunca tomaron en cuenta los productores hollywoodenses.
EL CINE HISPANO EN HOLLYWOOD, Más de cien años de cine mexicano



OTROS OJOS SOBRE MÉXICO: PERSPECTIVAS


El cine, como todas las artes, es una forma de interpretación del mundo, en tanto una realidad espacial y temporal. Así pues, una obra literaria o arquitectónica, es el reflejo de lo que sucede en la sociedad que al artista le tocó vivir. En la visión marxista del estudio de una sociedad, el arte es parte de lo que se denomina supraestructura que conforma, con la infraestructura – medios de producción, recursos naturales-. La estructura de una sociedad. Es, pues, una suerte de vaso comunicante que acerca el mundo interno del artista con su contexto y la humanidad ha ido proponiendo nuevas formas que ayudasen a lograr una feliz consecución entre lo referido y su referencial. Esta búsqueda ha encontrado en los artistas, seres ávidos de material para poder comunicar su mundo interior, los indicados para indagar el alma humana en su esencia; los que buscan en su diversidad y la pluralidad, la unicidad. En su incesante búsqueda, el hombre del siglo XVI sale (en su primera globalización) y comienza a relatar lo que ve; comienza (lo habían hecho ya los árabes en su expansión proselitista, los cruzados y luego los navegantes italianos a la cabeza Marco Polo) un proceso de deslumbramiento y de comparación que movilizará al mundo. El siglo XIX es otro de los grandes procesos de expansión de la humanidad y no sólo se dedica a conquistar lo geográfico (Ríos, montañas) sino a conocer con más detenimiento a los pueblos que habían sido avasallados por la metrópoli europea. El último gran bastión humano de aislamiento, Japón, se abre ante la irrupción norteamericana y de pronto la moda es japonesa; vemos a los impresionistas franceses, a los escritores de ópera italianos escribir sobre Japón. Estas lecturas eran muy especiales, puesto que la óptica que los artistas empleaban obedecía a sus propios patrones de vida y su cosmogonía; en muy simpática escuchar a Madame Butterfly cantando en italiano y en un sistema musical típico de occidente. Lo exótico no eximía que el artista adecuase lo visto u oído a patrones de la cultura de éste (el artista).

El cine ha sido, como fuente de diversión y conocimiento, un campo experimental de textos. El cine llega cuando la humanidad ya cubre la mayor parte del planeta en su proceso de expansión capitalista: los científicos son enviados por sus gobiernos para estudiar los nuevos espacios, tanto para ver las nuevas materias primas, así como estudiar los potenciales mercados; así se entiende las misiones de Humboldt, Darwin, Laplace, entre otros; es un mundo amplio y nuevo, por lo tanto hay diversos espacios tanto geográficos como naturales para poder ser reinterpretados. Los nuevos lugares son objeto de fantasía y exotismo; el romanticismo, el simbolismo capturan estos lugares y los releen a sus medidas. En el cine, es Europa y luego Norteamérica que se encargan de reinventar el mundo desde sus perspectivas. Muy poco hicieron por respetar el mundo que se estaba manipulando para sus intereses. No podemos olvidar las interesantes lecturas del mundo romano o, en general, el mundo antiguo desde la perspectiva de las actuales potencias para hacerlas parte de su propaganda. Pocos han sido los directores que respetan la esencia de la cultura que se muestra; los más, se adecuan de acuerdo a la intención del momento.
Un país como México ha tenido siempre esa relectura especial, sobre todo de sus vecinos; el lugar de diversión, de narcotráfico, de corrupción. La imagen de este país sintetiza lo que las grandes potencias culturales ven de nuestros países; aún retengo en la retina una versión bastante distorsionada del imperio de los incas en la película llamada en castellano “El Imperio del Sol” con Christopher Plummer, en la cual él era Atahualpa. La versión de Eva Perón en la ópera de LLOYD WEBER es una versión bastante sesgada de lo que fue esta mujer; las versiones de Maciste que llenaban las salas de cine fueron retomadas en su concepción como Rambo o Terminator. En muchos casos, el cine se vuelve en burda propaganda para defenestrar al enemigo (todos los filmes sobre Cuba o los países socialistas) o para justificar su invasión, ya que es la única manera de civilizar a los “ignorantes”; he ahí el esperpento de 55 DÍAS EN PEKÍN o cualquier bodrio que justifique la invasión de Iraq.

Este corto ciclo de películas nos muestran relecturas de México y desde México a través del cine; algunas son respetuosas, otras son incidentales, otras, bastante lesivas contra un pueblo. Por eso, en caso último, es necesario mostrar y advertir en estos espacios al público en general de estas especiales acciones que en muchos casos ofenden a diversos pueblos del planeta.

¡QUE VIVA MÉXICO! SERGUEI EISENSTEIN (URSS) 1931 Como comenta George Sadoul, este es uno de los proyectos más soñados de nuestro artista. Es un extenso fresco del México de inicios del siglo XX, y se haya dividido en cuatro partes: FIESTA, SANDUNGA, MAGUEY y SOLDADERA. Eisenstein se fascinó por la cultura mexicana y dirigió esta obra a modo de consuelo por habérsele impedido filmar en los Estados Unidos. Es un canto coral de la cultura mexicana, con impresionantes escenas rituales de la muerte. Sin embargo, fue una de las obras más maltratadas del Director, ya que prácticamente nunca la tuvo en sus manos; a pesar de haber tenido el apoyo del escritor socialista norteamericano Upton Sinclair , éste lo fustigó por haberse “devorado” todo el presupuesto y no haber concluido con el rodaje. Cuando el maestro retornaba a la Unión Soviética, el escritor incautó sus bobinas, más aún al recibir la noticia que había derrochado el dinero en perversiones sexuales y haber trabajado con personas de dudosa reputación en México. De la versión de 5 horas y 20, se ve frecuentemente la versión de 1 hora y 40 minutos, versión hecha por Grigori Alexandrov en 1973. Muchas de las escenas fueron empleadas por otros directores o fueron presentadas como documentales en los años 40, como el caso de TEMPESTAD SOBRE MÉXICO (de Sol Lesser) o MOMENTO BAJO EL SOL (de su amiga y biógrafa Mary Seton).

EL TOPO ALEJANDRO JODOROWSKY (MÉXICO/CHILE) 1970 Este es un verdadero film de culto, un bizarro western mexicano, con escenas extremadamente violentas y que se producen en todo este contexto típico de los 70, bajo la influencia de la revolución de las flores, el mundo hippie y la presencia de las religiones del lejano oriente se entremezclan en la película. Para su época fue todo un revuelo y es producto de la imaginación de este escritor de origen chileno, quien ha incursionado en casi todas las artes (como Jean Cocteau). El mismo director hace el principal papel como el pistolero justiciero, tomando como modelo el héroe solitario fordiano (como John Wayne). El western sí ha sido parte de la cultura de los estados mexicanos que fueron usurpados por Estados Unidos durante su fase expansionista; es más, muchos de los filmes hechos por algunos directores antibélicos de los 70 crearon películas en esa zona movediza que era Río Grande en ese entonces: ahí tenemos un clásico con LA PANDILLA SALVAJE (1969), cuya existencia termina en una masacre contra los hombres de Pancho Villa; el director, Sam Peckinpah, hizo otro clásico con varios actores mexicanos: TRÁIGANME LA CABEZA DE ALFREDO GARCÍA (1974)

EL CALLEJÓN DE LOS MILAGROS (زقاق المدق ) JORGE FONS (MÉXICO) 1995. Esta es una especial relectura de la obra maestra del escritor egipcio Naguib Mafuz, quien había recibido el Nóbel de Literatura en 1988. En la obra original, las historias transcurren en la ciudad de El Cairo y, gracias al guión de Vicente Leñero, se traslada a la ciudad de México de nuestros días. La trama está dividida en cuatro partes fácilmente identificables y ellas se van hilvanando a través de la reflexión de tres personas. Arturo Ripstein es el productor y hay cierta mano en la elaboración del film con varios tintes de humor negro. Son historias de personas marginales y, hasta cierto modo, fracasados. El reparto también hizo famoso esta película, pues cuenta con Bruno Bichir, Salma Hayek y María Rojo.

TRAFFIC STEVEN SODERBERGH (USA) 2000 Esta premiada película trata sobre los sólidos vínculos del narcotráfico entre dos países que se complementan: Estados Unidos y México. Las cinco historias se hilvanan entre ellas y vemos los hilos del poder contaminados por esta lacra de la sociedad. Lo interesante es el tratamiento de las historias que no dejan de tener un acentuado tufillo racista y altanero: la parte mexicana es filmada en blanco y negro, y muestra zonas desoladas cercanas a la frontera, sobre todo en Tijuana; quizá es así como el film quiere ver a las zonas deprimidas generadoras de la materia prima (en este caso, intermediarios para el gran mercado como lo es Norteamérica); la parte estadounidense es a color y pese a ello no esconde las podredumbres del poder. De todas maneras, la narración es sostenida y al final de cuentas queda una sensación de incertidumbre y escepticismo, por lo menos del lado mexicano. En realidad, es una visión un poco sesgada como lo es con todos los países productores de droga, a quienes se les imputa la responsabilidad de producirla, pero la sociedad opulenta no es capaz de enfrentar de manera efectiva los conflictos de sus adictos ciudadanos que generan este atractivo mercado.

sábado, 17 de mayo de 2008

MAYO DEL 68 ¿QUÉ PASÓ?. ARTÍCULO DE ALAN WOOS
















AUTOR: ALAN WOODS

http://www.elmilitante.org/content/view/4697/85/

Este artículo me pareció muy bueno y nos muestra lo que fue ese mayo del 68. Tomando distancia con las posiciones doctrinarias, es un extraordinario documento sobre este acontecimiento que los jóvenes no deben perder de vista y de motivación. (Gerardo Cailloma)

Previsión y estupefacción

Mayo de 1968 fue la mayor huelga general de la historia. Este poderoso movimiento tuvo lugar en el punto culminante del auge económico capitalista de la posguerra. Entonces, como ahora, la burguesía y sus apologistas se felicitaban porque las revoluciones y la lucha de clases eran cosas del pasado. Por eso, cuando llegaron los acontecimientos franceses de 1968, parecían caer como rayos de un cielo azul claro. También pillaron por sorpresa a la izquierda que en su mayoría había descartado a la clase obrera europea como fuerza revolucionaria.
En mayo de 1968, The Economist publicó un suplemento especial sobre Francia para celebrar los diez años de gobierno gaullista. En este suplemento, Norman Macrae elogiaba los éxitos del capitalismo francés, destacaba que los franceses tenían niveles de vida más altos que los británicos, comían más carne, poseían más automóviles y otras cosas por el estilo. Citaba la "gran ventaja nacional" de Francia sobre su vecino del otro lado del Canal: sus sindicatos eran "penosamente débiles". Apenas se había secado la tinta en el artículo de Macrae cuando la clase obrera francesa asombró al mundo con una insurrección social sin parangón en los tiempos modernos.

Los acontecimientos de mayo no fueron previstos por los estrategas del capital, ni en Francia ni en ninguna otra parte. No fueron previstos por los dirigentes estalinistas ni reformistas. Peor aún fue la posición de las damas y caballeros intelectuales que se consideraban marxistas (la mayoría de los cuales habían pasado décadas hablando de la "lucha armada", la insurrección etc.,) no sólo no previeron ningún movimiento de los trabajadores franceses, sino que negaban específicamente cualquier posibilidad de que éste pudiera desarrollarse.

Tomemos a uno de los "teóricos" de los marxistas académicos, André Gorz. Este individuo escribió en un artículo que "en el futuro previsible no habría ninguna crisis del capitalismo europeo tan radical como para llevar a las masas de trabajadores a huelgas generales revolucionarias o insurrecciones armadas en apoyo de sus intereses vitales". (A. Gorz. Reform and Revolution. Publicado en The Socialist Register. 1968. El subrayado es mío). Estas líneas fueron publicadas en mitad de la mayor huelga general revolucionaria de la historia.

Gorz no era el único que descartaba la lucha revolucionaria de la clase obrera. Ese "gran marxista" llamado Ernest Mandel, sólo un mes antes de estos grandes acontecimientos, habló en una reunión en Londres. Durante su intervención, habló sobre todo lo que había bajo el sol pero no dedicó ni una sola palabra a la situación de la clase obrera francesa. Cuando una o dos personas le preguntaron desde la sala por esta contradicción, su respuesta fue que los trabajadores estaban aburguesados y "americanizados", que los trabajadores franceses no protagonizarían ningún acontecimiento de este tipo durante los próximos veinte años.



El contexto

Lo que ninguno de estos caballeros comprendía era que el largo período de auge capitalista que comenzó en 1945 había transformado la correlación de fuerzas de clase y fortalecido enormemente a la clase obrera europea. Después de la experiencia de la Comuna de París la burguesía francesa tenía un miedo mortal al crecimiento del proletariado y trató de evitarlo desarrollando una economía rentista parasitaria muy basada en el capital financiero, en la banca y las colonias. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial la industria francesa se desarrolló de una forma importante y provocó un rápido fortalecimiento del proletariado y el declive general del campesinado.

El desarrollo de la industria creó un proletariado mucho más fuerte que en los años treinta y más aún que en la época de la Comuna de París, cuando prácticamente todos los trabajadores estaban en pequeñas empresas. Incluso en 1931, casi dos tercios de todas las empresas industriales de Francia no empleaban trabajadores asalariados y otro tercio de ellas empleaban a menos de 10. Sólo el 0,5% de las empresas industriales empleaban a más de cien trabajadores.

En la crisis revolucionaria de 1936 la mitad de la población francesa ganaba su sustento de la agricultura, mientras que hoy la población rural es inferior al 6% de la población. En 1968 la clase asalariada había crecido no sólo en número, sino también en términos de su potencial para la lucha. En 1968 se pudo ver este cambio fundamental en el papel clave que jugaron fábricas gigantescas como la Renault de Flins, con una plantilla de 10.500 trabajadores, de los cuales 10.000 participaron en los piquetes y con un mínimo de 5.000 trabajadores asistiendo regularmente a las asambleas de huelga.

En 1936, cuando la correlación de fuerzas de clase era infinitamente menos favorable. Trotsky dijo que el PCF y el PSF podrían haber tomado el poder: "Si el partido de León Blum realmente fuera socialista, podría, basándose en la huelga general, haber derrocado a la burguesía en junio, casi sin guerra civil, con los mínimos trastornos y sacrificios. Pero el partido de Blum es un partido burgués, el hermano más joven del podrido radicalismo". (León Trotsky. ¿A dónde va Francia? El subrayado es mío).

La correlación de fuerzas en 1968 era inmensamente más favorable. Era posible la transformación pacífica, si los dirigentes del PCF hubieran actuado como harían los marxistas. Es esencial insistir en este punto. Sólo la traición de los dirigentes reformistas, que se negaron a tomar el poder cuando existían las circunstancias más favorables, impidió a los trabajadores franceses tomar el poder.


El papel de los estudiantes

Los estudiantes siempre son un barómetro sensible de las tensiones que se están acumulando en las profundidades de la sociedad. La oleada de manifestaciones y ocupaciones estudiantiles que precedieron a los acontecimientos de mayo fue como el relámpago que anuncia la tormenta. En los meses previos a mayo ya había fermento entre los estudiantes que se había expresado en una serie de manifestaciones y ocupaciones.

Frente a la oleada ascendente de protestas estudiantiles, el rector de la prestigiosa universidad de la Sorbona decidió cerrarla; era la segunda vez en sus setecientos años de historia. La primera fue en 1940 cuando los nazis ocuparon París. El intento de la policía de desalojar el patio de la Sorbona el 3 de mayo fue la chispa que prendió el barril de pólvora. La violencia estalló en el Barrio Latino, el resultado fueron más de cien heridos y 596 arrestados. Al día siguiente se suspendieron los cursos en la Sorbona. Las principales organizaciones estudiantiles, la UNEF y el Snesup convocaron huelgas indefinidas. El 6 de mayo hubo nuevos enfrentamientos en el Barrio Latino: 422 detenidos, 345 policías y unos 600 estudiantes resultaron heridos. La represión provocó una amplia indignación. Los estudiantes enfurecidos arrancaron adoquines para arrojárselos a la policía y levantaron barricadas siguiendo la buena vieja tradición francesa. Los estudiantes de las universidades de toda Francia salieron en su apoyo.

La noche del 10 de mayo hubo una amplia revuelta en el Barrio Latino. Los manifestantes levantaron barricadas que la policía atacó con gran violencia. Las bandas armadas de la CRS (policía antidisturbios) asaltaron apartamentos privados y golpearon salvajemente a gente corriente, incluso a una mujer embarazada. Pero se encontraron con una resistencia que no esperaban. Los parisinos desde las ventanas bombardearon a la policía con macetas y otros objetos pesados. De los 367 hospitalizados, 251 eran policías. Otras 720 personas resultaron heridas y 468 detenidas. Se quemaron o destrozaron coches. El Ministro de Educación insultó a los manifestantes: "Ni doctrine, ni foi, ni loi" (Ni doctrina, ni fe, ni ley).

Durante la primera semana, los dirigentes del PCF habían menospreciado a los estudiantes y los dirigentes sindicales habían intentado ignorarles. L'Humanité publicó un artículo del que sería futuro líder del PCF, George Marchais, con el título: "Hay que desenmascarar a los falsos revolucionarios". Pero frente a la indignación general de la población y la presión de la base, la burocracia sindical tuvo que entrar en acción. El 11 de mayo los principales sindicatos, CGT, CFDT y FEN, convocaron una huelga general para el 13 de mayo. Unas 200.000 personas se manifestaron gritando consignas como: "¡De Gaulle, asesino!"

George Pompidou, entonces primer ministro, regresó rápidamente a París y anunció la reapertura de la Sorbona ese mismo día. Pretendía ser un gesto de compromiso para evitar una explosión social. Pero era demasiado poco y muy tarde. Las masas lo vieron como un signo de debilidad y siguieron adelante.


La huelga general

El fermento entre los estudiantes sólo era la manifestación más evidente del descontento de la sociedad francesa. A pesar del auge económico, los empresarios franceses habían aplicado una presión despiadada sobre los trabajadores. Debajo de la superficie de aparente calma existía una enorme acumulación de descontento, rencor y frustración. Ya en enero hubo intercambios violentos durante una manifestación de huelguistas en Caen.

La huelga general del 13 de mayo marcó un punto de inflexión cualitativo. Cientos de miles de estudiantes y trabajadores se lanzaron a las calles de París. Una idea de la situación es la siguiente descripción de la poderosa manifestación de un millón de personas que tomó las calles de París el 13 de mayo:

"Pasaban constantemente hileras. Había secciones enteras de personal hospitalario con batas blancas, algunos llevaban carteles en los que se podía leer: 'Où sont les disparus des hôpitaux?' (¿Dónde están los heridos desaparecidos?). Cada fábrica, cada centro de trabajo importante parecía estar representado. Había numerosos grupos de ferroviarios, carteros, impresores, personal del Metro, trabajadores del aeropuerto, comercio, electricistas, abogados, alcantarillado, banca, construcción, del vidrio y el sector químico, camareros, empleados municipales, pintores y decoradores, trabajadores del gas, dependientas, oficinistas de aseguradoras, barrenderos, operadores de cine, trabajadores de autobús, profesores, trabajadores de las nuevas industrias del plástico, todos ellos en filas, la sangre de la sociedad capitalista moderna, una masa interminable, una fuerza que podía arrastrar todo lo que se encontrara a su paso, si se decidía a hacerlo". (Citado en Revolutionary Rehearsals. p. 12).

Los dirigentes de los sindicatos esperaban que esta manifestación bastaría para detener el movimiento, no tenían intención de continuar y extender la huelga general. Para ellos la manifestación sólo era una forma de soltar vapor. Pero una vez comenzó, el movimiento pronto adquirió vida propia. La convocatoria de huelga general fue como una roca pesada lanzada sobre un lago tranquilo. Las ondas se extendieron a cada rincón de Francia. Aunque sólo había aproximadamente tres millones y medio de trabajadores organizados en sindicatos, en la huelga participaron diez millones y comenzó una oleada de ocupaciones de fábrica en toda Francia.

El 14 de mayo, un día después de la manifestación de masas en París, los trabajadores ocuparon Sud-Aviation en Nantes y la fábrica de Renault en Cléon, seguidos por los trabajadores de Renault en Flins, Le Mans y Boulogne-Billancourt. Comenzaron huelgas en otras fábricas por toda Francia, además de RATP y SNCF. No se distribuían los periódicos. El 18 de mayo, los mineros del carbón dejaron de trabajar y el transporte público se paralizó en París y en otras ciudades importantes. Los ferrocarriles nacionales fueron los siguientes, seguidos por el transporte aéreo, los astilleros, los trabajadores del gas y la electricidad (que decidieron mantener el suministro doméstico), los servicios postales y los ferris que cruzan el Canal de la Mancha.

Los trabajadores tomaron el control de los suministros petroleros en Nantes, negaron la entrada a todos los camiones cisterna que no llevaban autorización del comité de huelga. Se colocó un piquete en el único surtidor de gasolina que funcionaba en la ciudad, así se garantizaba que el único combustible suministrado era para los médicos. Se establecieron contactos con las organizaciones campesinas en las zonas circundantes, se organizaron los suministros de comida, los precios eran fijados por los trabajadores y los campesinos. Para evitar la especulación, las tiendas tenían que mostrar una pegatina en el escaparate con las palabras: "Esta tienda está autorizada a abrir. Sus precios están bajo la permanente supervisión de los sindicatos". La pegatina iba firmada por la CGT, la CFDT y FO. Un litro de leche se vendía a 50 céntimos comparado con su precio normal de 80 céntimos. El kilo de patatas pasó de 70 a 12 céntimos. Uno de zanahorias de 80 a 50 y así sucesivamente.

Los estudiantes, los profesores, los profesionales, campesinos, científicos, futbolistas, incluso las bailarinas del Follies Bergères salieron a la lucha. En París los estudiantes ocuparon la Sorbona. El teatro de l'Odéon fue ocupado por 2.500 estudiantes y los estudiantes de secundaria ocuparon los institutos:

"La fiebre de la ocupación afectó a la intelectualidad. Los médicos radicales ocuparon los locales de la Asociación Médica, los arquitectos radicales proclamaron la disolución de su asociación, los actores cerraron todos los teatros de la capital, los escritores encabezados por Michel Butor ocuparon la Societe de Gens de Lettres en el Hotel de Massa. Incluso los ejecutivos de las empresas participaron ocupando durante un tiempo el edificio del Conseil National du Patronat Francais, después se trasladaron a la Confederation Generale des Cadres". (David Caute. Sixty-Eight, the Year of the Barricades. P. 203).

Como las escuelas estaban cerradas, los profesores y los estudiantes organizaron guarderías, ludotecas, comidas gratuitas y actividades para los hijos de los huelguistas. Se crearon comités de mujeres de huelguistas que jugaron un papel destacado en la organización de los suministros alimenticios. No sólo los estudiantes, sino también los abogados profesionales estaban infectados por el microbio de la revolución. Los astrónomos ocuparon un observatorio. Hubo una huelga en el centro de investigación nuclear de Saclay, donde la mayoría de los 10.000 empleados eran investigadores, técnicos, ingenieros y científicos. Incluso la iglesia se vio afectada. En el Barrio Latino, jóvenes católicos ocuparon la iglesia y exigían un debate en lugar de misa.

El poder en las calles
Los disturbios en París continuaron, los trabajadores y estudiantes desafiaban el gas lacrimógeno y las cargas policiales. En una sola noche hubo 795 detenidos y 456 heridos. Los manifestantes intentaron incendiar la Bolsa de París considerada un símbolo odiado del capitalismo. Un comisario de policía fue asesinado en Lyon por un camión.

Una vez metidos en la lucha, los trabajadores comenzaron a tomar iniciativas que iban más allá de los límites de una huelga normal. Un elemento clave en la ecuación fueron los medios de comunicación de masas. Formalmente, eran armas poderosas en manos del Estado. Pero también dependían de los trabajadores que manejaban las emisoras de radio y televisión. El 25 de mayo, la radiotelevisión estatal, la ORTF, se puso en huelga. Suprimieron las noticias de las ocho de la tarde. Los impresores y los periodistas impusieron una especie de control obrero sobre la prensa. Los periódicos burgueses tenían que someter sus editoriales al escrutinio y debían publicar las declaraciones de los comités obreros.

La Asamblea Nacional discutió la crisis universitaria y las batallas del Barrio Latino. Pero los debates en los salones de la asamblea ya eran irrelevantes. El poder se había escapado de las manos de los legisladores y ahora estaba en las calles. El 24 de mayo, el presidente De Gaulle anunció un referéndum en la radio y la televisión. El plan de De Gaulle de celebrar un referéndum fue frustrado por la acción de los trabajadores. El general fue incapaz incluso de conseguir imprimir las papeletas del referéndum debido a la huelga de los trabajadores de imprenta franceses y la negativa de sus colegas belgas a actuar como esquiroles. Este no fue el único ejemplo de solidaridad internacional. Los conductores de tren alemanes y belgas detenían sus trenes en la frontera francesa para no romper la huelga.

Las fuerzas de la reacción, hasta ese momento aturdidas y obligadas a estar a la defensiva, comenzaron a organizarse. Se crearon los Comités de Defensa de la República, CDR, como un intento de movilizar a la clase media contra los trabajadores y estudiantes. La correlación de fuerzas de clase no es una cuestión puramente numérica del tamaño de la clase obrera respecto al campesinado y la clase media en general. Una vez el proletariado entra en la lucha decisiva y demuestra ser una fuerza poderosa en la sociedad, atrae rápidamente a la masa explotada de campesinos y pequeños comerciantes que son víctimas de los bancos y los monopolios. Este hecho era evidente en 1968, cuando los campesinos levantaron bloqueos de carreteras alrededor de Nantes y distribuían comida gratis a los huelguistas.

El mito del "Estado fuerte"

El movimiento pilló totalmente desprevenidos a la clase dominante y al gobierno. Estaban aterrorizados ante el movimiento de los estudiantes, Pompidou admitía en sus memorias: "Algunos... han pensado que al reabrir la Sorbona y liberar a los estudiantes yo había demostrado debilidad y había puesto en marcha de nuevo la agitación. Yo respondería simplemente lo siguiente: supongamos que, el lunes 13 de mayo la Sorbona hubiera seguido cerrada bajo protección policial. ¿Quién se puede imaginar que la multitud, avanzando hacia Denfert-Rocearau no habría conseguido entrar llevándose todo por delante como un río en una inundación? Prefería dar la Sorbona a los estudiantes que verla tomada por la fuerza". (G. Pompidou. Por Rétablir une Verité. pp. 184-185).

En otra parte añade: "La crisis era infinitamente más seria y más profunda; el régimen se mantendría o sería derrocado, pero no podía ser salvado con una simple remodelación ministerial. No era mi posición la que se ponía en duda. Era el general De Gaulle, la Quinta República y, hasta cierto punto, el propio poder republicano". (Ibíd., p. 197. El subrayado es mío).

¿A qué se refería Pompidou cuando hablaba de que "el propio poder republicano" estaba en peligro? Lo que quería decir es que el Estado burgués estaba en peligro de ser derrocado. Y en esta idea, tenía bastante razón. Más adelante Pompidou intentó difuminar la crisis reabriendo la Sorbona, pero el movimiento simplemente fue a más, con una manifestación de 250.000 personas. Aterrorizado de que los estudiantes pudieran unirse a los obreros y tomar el Elysée, el palacio presidencial fue evacuado.

De Gaulle, inicialmente, depositó su confianza en los dirigentes estalinistas para salvar la situación. A su Ayudante de Campo Naval, François Flohic, le dijo: "No te preocupes, Flohic, los comunistas les mantendrán bajo control". (Phillippe Alexandre. L'Elysée en péril. P. 299). ¿Qué es lo que demuestran estas palabras? Ni más ni menos que el sistema capitalista no podría existir sin el apoyo de los dirigentes obreros reformistas (y estalinistas). Este apoyo les es mucho más valioso que cualquier cantidad de tanques y policías. De Gaulle, como burgués inteligente, lo entendía perfectamente. En un intento de demostrar su suprema indiferencia hacia los acontecimientos en Francia, el presidente De Gaulle hizo una visita de estado a Rumania, donde fue recibido con los brazos abiertos por el "comunista" Ceausescu. Sin embargo, la confianza del general no duraría demasiado.

La esencia de una revolución es que las masas empiezan a participar activamente en los acontecimientos, comienzan a tomar los asuntos en sus propias manos. De regreso a Francia, los dirigentes "comunistas" estaban perdiendo el control. A bandera roja ondeaba en las fábricas, escuelas, universidades, bolsas de trabajo, incluso en los observatorios astronómicos. El gobierno era impotente, estaba suspendido en el aire debido a la insurrección. El "Estado fuerte" gaullista estaba paralizado. El poder realmente estaba en las manos de la clase obrera.

Los informes del rápido deterioro de la situación en París conmocionaron a De Gaulle. Frente a la creciente marea de rebelión el presidente tuvo que abandonar su pose de indiferencia, interrumpir su viaje a Rumanía y regresar rápidamente a Francia. En el palacio del Elysée, el presidente De Gaulle pronunció las inmortales palabras: La réforme, oui; la chienlit, non (¡La reforma sí, los mocosos, no!). La palabra chienlit es difícil de traducir pero significa un niño que todavía no ha aprendido a utilizar un orinal.

Al utilizar este lenguaje, De Gaulle expresaba su desprecio por los "chicos" en las calles. Pero el movimiento había ya ido más allá de la etapa de manifestaciones estudiantiles. Era como una enorme bola de nieve rodando hacia abajo por una montaña escarpada, ganando fuerza e impulso a cada momento. Capas sociales de lo más inesperadas se vieron arrastradas por el torbellino de lucha revolucionaria. Los profesionales del cine ocuparon el Festival de Cine de Cannes. Importantes directores de cine franceses retiraron sus películas de la competición y el jurado dimitió, obligando al cierre del festival.

El 20 de mayo se calcula que 10 millones estaban en huelga, el país se encontraba prácticamente paralizado. El 22 de mayo fracasó una moción de censura presentada por los partidos de la oposición, les faltaron 11 votos para conseguir la mayoría en la Asamblea Nacional. El gobierno estaba en una situación inestable y De Gaulle sumido en la desesperación. Fue precisamente en este momento cuando los dirigentes de las confederaciones sindicales lanzaron una cuerda de salvamento a De Gaulle haciendo una declaración en la que mostraban su disposición a negociar con la asociación de empresarios y el gobierno.

La Asamblea Nacional aprobó una amnistía para los manifestantes. ¡Naturalmente! Después de no conseguir aplastar el movimiento mediante la represión, las autoridades recurrieron a las concesiones para intentar enfriar la situación y ganar tiempo. De esta manera, tanto el gobierno como los dirigentes sindicales colaboraron para desviar el movimiento revolucionario y encauzarlo hacia canales seguros. Mientras ofrecían concesiones a los dirigentes estudiantiles y sindicales, el Estado continuaba con la represión selectiva dirigida contra los que consideraba elementos subversivos. Daniel Cohn-Bendit, al estudiante anarquista le retiraron su permiso de residencia. Fue un movimiento estúpido porque la influencia real de Cohn-Bendit en el movimiento era mínima. Pero la acción del gobierno consiguió provocar una manifestación de masas en París para protestar por esta medida.

De Gaulle desmoralizado
El biógrafo de De Gaulle, Charles Williams, describe de manera gráfica su estado de ánimo en la víspera de su discurso a la nación del 24 de mayo:

"No hay duda de que después de la excitación de Rumania, el general estaba profundamente conmocionado por lo que se encontró a su regreso a Francia. Durante los siguientes tres días, a un visitante que no lo había visto durante algún tiempo, le pareció viejo e indeciso, su andar encorvado más acentuado. Parecía como si todo eso estuviese siendo demasiado para él.

"El discurso del 24 de mayo, cuando se produjo, fue un fracaso total. El general parecía y sonaba insincero, asustado. Es cierto, él anunció un referéndum sobre la 'participación', pero no estaba claro cuál iba a ser el contenido concreto de la pregunta y, a aquellos que le escucharon, les sonó sospechosamente como un truco. Dijo que era el deber del Estado asegurar el orden público, pero a su voz le faltaba su vieja resonancia y sus frases, aunque todavía utilizaban el viejo lenguaje solemne, de alguna manera, ya no llevaban la misma convicción. Se presentó como un hombre viejo, cansado y herido. Sabía que había perdido. 'He fallado el objetivo', dijo esa noche. Lo mejor que Pompidou le pudo decir fue: 'Podía haber sido peor'.

"Pero el estado de ánimo de De Gaulle en la mañana del 25 de mayo había empeorado. Estaba, en palabras de uno de sus ministros, 'postrado, encorvado y envejecido'. Repetía una y otra vez, 'esto es un lío'. Otro ministro le encontró como un hombre viejo que no 'tenía sentido por el futuro'. El general envió a buscar a su hijo Phillippe, que encontró a su padre 'cansado' y se dio cuenta de que casi no había dormido. Phillippe sugirió que su podría irse al puerto atlántico de Brest, sombras de 1940, pero le dijeron que no se rendiría.

"Desde el 25 al 28 de mayo, De Gaulle se mantuvo en un estado de profundo pesimismo. Las negociaciones de Pompidou con los sindicatos habían sido una farsa. Simplemente les había dado todo lo que pedían: enormes aumentos salariales y beneficios sociales, y un aumento del salario mínimo del 35%. El único obstáculo era que, incluso después de haber firmado, la CGT insistió en que tenían que ser ratificados por sus militantes. George Séguy, el dirigente de la CGT, se fue rápidamente hacia el barrio parisino de Billancourt, donde 12.000 trabajadores de la Renault estaban en huelga. Cuando se les planteó el acuerdo, humillaron a Séguy rechazándolo de plano. Los llamados acuerdos de Grenelle fueron abortados.

"El Consejo de Ministros se reunió a las 3 de la tarde del 27 de mayo, poco después de que los trabajadores de Renault rechazaran los acuerdos de Grenelle. El general lo presidía, pero se notó que su corazón y su mente estaban en otra parte. Miraba a sus ministros sin verles, sus manos listas en la mesa frente a él, sus hombros hundidos, aparentemente 'totalmente indiferente' a lo que pasaba a su alrededor. Hubo una discusión sobre el referéndum, el general aparentemente sólo escuchó trozos de ella". (C. Williams. The Last Great Frenchman. A life of General De Gaulle. Pp. 463-4-5. El subrayado es mío).

Estos extractos de una biografía favorable a De Gaulle, pinta una imagen intensa de la total desorientación, pánico y desmoralización en la que estaba inmerso. Según el embajador norteamericano, De Gaulle le dijo: "el juego se ha acabado. En unos pocos días los comunistas estarán en el poder".

¿Intervención militar?
La situación había alcanzando un punto donde ya no se podía resolver por métodos parlamentarios normales. ¿Qué se podía hacer? La intervención militar fue una de las opciones barajadas por De Gaulle desde el mismo comienzo de la huelga general. En las primeras etapas de la huelga, se hicieron planes para detener y encarcelar a más de 20.000 activistas de izquierda en el estadio de invierno, donde habría sufrido un destino similar al de sus homólogos chilenos cinco años después.

Pero la operación nunca se puso en práctica. Estos planes del gobierno francés son similares a los planes de todas las clases dominantes en la historia cuando se enfrentan a la revolución. El gobierno del zar Nicolás ("el sangriento" como le llamaban) no estaba falto de estos planes militares de contingencia antes de febrero de 1917. Pero otra cosa bien distinta era llevar estos planes a la práctica, como descubrió Nicolás a su propia costa. Lo que es decisivo en una revolución no son los planes del régimen, sino la correlación real de fuerzas en la sociedad. De Gaulle era un burgués bastante astuto, plenamente consciente de la situación real (aunque, como veremos, al principio la subestimó y como resultado cometió un error muy serio. Como todos los demás, tampoco esperaba que los trabajadores franceses se movieran).

De Gaulle estaba al borde de un abismo. Aterrorizado por el inmenso alcance del movimiento, el general era completamente pesimista. Estaba convencido de que los dirigentes comunistas llegarían al poder. Innumerables testigos confirman que De Gaulle estaba totalmente postrado y desmoralizado, que al menos en dos ocasiones contempló la idea de huir del país. Su propio hijo le pidió que escapara a través de Brest, otras fuentes dicen que consideró la posibilidad de quedarse en Alemania Occidental, donde tenía que ir a visitar al general Masseu. De Gaulle era un político inteligente y calculador que nunca actuaba por impulsos y, raramente, perdía los nervios. Si le dijo al embajador norteamericano: "el juego se ha acabado. En unos pocos días los comunistas estarán en el poder", es porque lo creía. Y no sólo él, sino también la mayoría de la clase dominante.

Sobre el papel, De Gaulle tenía a su disposición una maquinaria formidable de represión. Había unos 144.000 policías (armados) de distintas categorías, incluidos 13.500 de la tristemente famosa policía antidisturbios CRS, y unos 261.000 soldados estacionados en Francia o en Alemania Occidental. Si se aborda la cuestión desde un punto de vista puramente cuantitativo, entonces habría que descartar no sólo la posibilidad de una transformación pacífica, sino también de la revolución en general, y no sólo en Francia en 1968. Desde este punto de vista, ninguna revolución habría triunfado jamás en toda la historia. Pero la cuestión no se puede plantear de esta manera.

En toda revolución se levantan voces que intentan asustar a la clase oprimida con el espectro de la violencia, el derramamiento de sangre y la "inevitabilidad de la guerra civil". Kámenev y Zinoviev hablaban exactamente de la misma forma en vísperas de la insurrección de Octubre. Heinz Dieterich y los reformistas en Venezuela hoy utilizan la misma línea de argumentación para intentar poner freno a la revolución venezolana.

"Los adversarios de la insurrección, incluso en las mismas filas del Partido Bolchevique, encontraban sin embargo bastantes motivos para sus deducciones pesimistas. Zinoviev y Kámenev advertían que no había que subestimar las fuerzas del adversario. 'Petrogrado decide, pero en Petrogrado los enemigos disponen de fuerzas importantes: cinco mil junkers perfectamente armados y que saben batirse; un Estado Mayo, batallones de choque, cosacos y una parte importante de la guarnición, más una considerable artillería dispuesta en abanico alrededor de Petrogrado. Además, es casi seguro que los adversario intentarán traer tropas del frente con la ayuda del Comité Ejecutivo central...'".

Trotsky respondió a las objeciones de Kámenev y Zinoviev de la siguiente forma: "La lista suena imponente, pero sólo es una lista. Si un ejército, en conjunto, es un reflejo de la sociedad, entonces cuando la sociedad abiertamente se divide, ambos ejércitos son copias de los dos bandos en combate. El ejército de los poseedores llevaban dentro el gusano del aislamiento y la disgregación". (León Trotsky. Historia de la Revolución Rusa. P. 1042).

Presa del pánico De Gaulle de repente desapareció, viajó a Alemania donde mantuvo una reunión secreta con el general Massu, el hombre a cargo de las tropas francesas estacionadas en Baden-Wurttemberg. El contenido preciso de estas conversaciones nunca se conoció, pero no hace falta demasiada imaginación para hacerse una idea de lo que le preguntó: "¿Podemos basarnos en el ejército?" La respuesta no se encuentra recogida en ninguna de las fuentes escritas por razones obvias. Sin embargo, The Times envió a su corresponsal a Alemania para entrevistar a los soldados franceses, la gran mayoría eran hijos de la clase obrera que cumplían el servicio militar obligatorio. Uno de los entrevistados por The Times respondió a la pregunta de si abriría fuego contra los trabajadores: "¡Nunca! Pienso que sus métodos [de los trabajadores] pueden ser algo duros, pero yo soy el hijo de un trabajador".

En su editorial The Times hacía la siguiente pregunta: "¿Puede De Gaulle utilizar el ejército?" y respondía a su propia pregunta diciendo que quizás pudiese utilizarlo una vez. En otras palabras, un solo enfrentamiento sangriento bastaría para romper en pedazos el ejército. Esa era la valoración de los estrategas más duros del capital internacional en aquella época. No hay ninguna razón para dudar de su palabra en esta ocasión.

Crisis del Estado

El 13 de mayo una organización sindical de la policía que representaba al 80 por ciento del personal sacó una declaración en la que "... considera la declaración del primer ministro como un reconocimiento de que los estudiantes tenían razón, y como una renuncia total a las acciones de la fuerza policial que el gobierno mismo ha ordenado. En estas circunstancias es sorprendente que no se buscara un diálogo efectivo con los estudiantes antes de que se produjesen estos lamentables acontecimientos". (Le Monde. 15/5/1968).

Si esta era la postura de la policía, el efecto de la revolución sobre la base del ejército sería aún mayor. Como así era, a pesar de la falta de información, existían informes sobre del fermento entre las fuerzas armadas e incluso de un motín en la armada. El portaaviones Clemenceau debía ir al Pacífico para una prueba nuclear, de repente dio la vuelta y regresó sin explicación a Toulon. Llegaron noticias de un motín a bordo y dijeron que habían "perdido en el mar" a varios marineros. (Le Canard Enchiné. 19/6/68, se publicó un informe completo en Action el 14 de junio, pero fue confiscado por las autoridades).

Según dice un famoso aforismo de Mao: "el poder emana de la punta del fusil". Pero los fusiles son empuñados por soldados que no viven en el vacío, sino que están influenciados por el estado de ánimo de las masas. En cualquier sociedad, la policía es más atrasada que el ejército. Sin embargo, en Francia, la policía, por citar una editorial de The Times (31/5/1968) "hierve de descontento".

"Hierve de descontento por el trato que les da el gobierno" dice el artículo, "y el departamento encargado de la información sobre la actividad estudiantil ha estado deliberadamente privando al gobierno de información sobre los dirigentes estudiantiles, en apoyo de sus reivindicaciones salariales.

"... Tampoco la policía ha estado muy impresionada con el comportamiento del gobierno desde que empezaron los disturbios. 'Están aterrorizado de perder nuestro apoyo' dijo un hombre.

"Tal descontento es una de las razones de la aparente inactividad de la policía en París en estos últimos días. La semana pasada, hombres en diferentes comisarías locales se negaron a salir de los cruces y plazas de la capital". (The Times. 31/5/1968. El subrayado es mío).

Un panfleto publicado por miembros del RIMECA (regimiento de infantería mecanizada) estacionado en Mutzig, cerca de Estrasburgo, indica que secciones del ejército ya estaban siendo afectadas por el ambiente de las masas. Incluía la siguiente sección:

"Como todos los soldados de la leva, estamos confinados a los cuarteles. Se nos está preparando para intervenir como fuerzas represivas. Los obreros y los jóvenes tienen que saber que los soldados del contingente NUNCA DISPARARÁN CONTRA LOS TRABAJADORES. Los Comités de Acción nos oponemos a toda costa a que los soldados rodeen las fábricas.

"Mañana o pasado se espera que rodeemos una fábrica de armamentos cuyos trescientos trabajadores quieren ocupar. CONFRATERNIZAREMOS.

"Soldados del contingente ¡formad vuestros comités!". (Citado en Revolutionary Reherasals. p. 26)

La publicación de este panfleto claramente fue un ejemplo excepcional de los elementos más revolucionarios entre los conscriptos. Pero, en medio de una revolución de proporciones tan masivas, ¿es posible dudar de que la base del ejército rápidamente se "contagiaría" del bacilo de la rebelión? Los estrategas del capital internacional no lo dudaban. Ni tampoco sus homólogos franceses.

¿Quién salvó a De Gaulle?
No fue en absoluto el ejército o la policía (que estaban tan desmoralizados que incluso la rama reaccionaria de la inteligencia, como hemos visto, se negaban a colaborar con el gobierno contra los estudiantes) los que salvaron la situación para el capitalismo francés, sino que fue el comportamiento de los dirigentes sindicales y estalinistas. Esta conclusión no sólo es nuestra, sino que encuentra apoyo en la Enciclopedia Británica:

"De Gaulle parecía incapaz de controlar la crisis o comprender su naturaleza. Sin embargo, los dirigentes comunistas y sindicales le proporcionaron un respiro, se opusieron a ningún levantamiento más allá, evidentemente temían la pérdida de sus seguidores ante sus rivales más extremistas y anarquistas".

Arrinconado, Georges Pompidou aceptó negociar con todos. Cuando la clase dominante está amenazada con perderlo todo, entonces no le importa desviarse de sus planes originales y está dispuesta a hacer grandes concesiones. Para sacar a los trabajadores de las fábricas ocupadas y disolver su poder no dudaron en ofrecer a los dirigentes sindicales cosas que superaban lo que estos últimos pedían originalmente, subida del salario mínimo, reducción de la jornada laboral y de la edad de jubilación, restauración del derecho a organización, etc., En un intento de aplacar a los estudiantes, Pompidou aceptó la dimisión del Ministro de Educación.

Tanto el gobierno como los dirigentes sindicales estaban alarmados por el alcance del movimiento y decididos a detenerlo. El 27 de mayo se llegó a un acuerdo entre los sindicatos, las asociaciones de empresarios y el gobierno. Pero los dirigentes sindicales tenían la dura tarea de presentar el acuerdo ante los trabajadores. A pesar de las grandes concesiones, los trabajadores de Renault y otras grandes empresas se negaron a regresar al trabajo. Recuerdo que estaba en París en un bar con otras personas mirando las asambleas de masas por televisión dentro de la gigantesca planta de Renault, donde se congregaba un gran número de trabajadores, algunos de ellos sentados en las grúas y caballetes para escuchar a George Ségui, el secretario general de la CGT, leer una lista de lo que ofrecían los empresarios: grandes aumentos salariales, pensiones, reducción de horas y así sucesivamente. Pero en medio de su discurso le interrumpieron los trabajadores cantando: "¡Gouvernement populaire! ¡Gouvernement populaire!" Recuerdo que no pudo terminar su intervención.

En ese momento los trabajadores ya eran conscientes su propia fuerza, que tenían el poder a su alcance y no estaban dispuestos a renunciar a él. A las 17 horas, 30.000 estudiantes y trabajadores marcharon desde Boelins al estadio Cherléty, donde celebraban una reunión a la que asistía Pierre Mendés-France. Ese mismo día la CGT había convocado, previamente a este acuerdo, una manifestación que consiguió a medio millón de trabajadores y estudiantes en las calles de París. Una vez más, el objetivo de los dirigentes sindicales y del Partido Comunista era proporcionar una válvula de escape al movimiento, controlar lo que se deslizaba de sus manos.

La iniciativa pasa a la reacciónEl 30 de mayo en la radio, el presidente De Gaulle anunció la disolución de la Asamblea Nacional y dijo que las elecciones se celebrarían dentro del calendario habitual. George Pompidou seguiría como primer ministro. También insinuó que utilizaría la fuerza para mantener el orden si era necesario. Era un mensaje dirigido a los dirigentes sindicales y del Partido Comunista. Les ofrecía la perspectiva tentadora de elecciones y una futura oficina ministerial bajo el régimen burgués, y al mismo tiempo era una advertencia de que la burguesía no entregaría el poder sin luchar.

Se remodeló el gabinete y se convocaron elecciones para el 23 y 30 de junio. Al mismo tiempo, De Gaulle intentó movilizar sus fuerzas fuera del parlamento. Unas decenas de miles de seguidores del gobierno se manifestaron desde la Concordia hasta el Étoile. Se celebraron manifestaciones similares de apoyo al gobierno en toda Francia. Pero una mirada a las fotografías en los periódicos revelaba inmediatamente la verdadera naturaleza de estas manifestaciones: alcaldes jubilados engalanados con fajas tricolores, ciudadanos de clase media barrigones, pensionistas y otros restos destartalados y deshechos de la sociedad.

Sólo hace falta comparar estas fotografías con la masiva manifestación proletaria unos días antes y basta para descubrir la verdadera correlación de fuerzas. Todo lo que vivo, fuerte y vibrante de la sociedad francesa se reunía bajo la bandera de la revolución, mientras que todo lo marchito, viejo y decadente estaba al otro lado de las barricadas. Un buen empujón bastaría para derribarlo todo. Lo que hacía falta era el golpe de gracia final. Pero nunca llegó.

La clase obrera no se puede mantener en una situación permanente de agitación. No se puede apagar o encender como si fuera una tapa que se abre y se cierra. Cuando la clase se moviliza para cambiar la sociedad debe llegar hasta el final o fracasa. Ocurre lo mismo que en una huelga. Al principio los trabajadores están entusiasmados y dispuestos a participar en las asambleas de masas. Están dispuestos a luchar y hacer sacrificios. Pero si la huelga no tiene un final a la vista, el ambiente cambia. Empezando por los elementos más débiles, el cansancio finalmente llega. La asistencia a las asambleas de masas cae y los trabajadores regresan al trabajo.

Los dirigentes sindicales hicieron un buen uso de las concesiones arrojadas apresuradamente por los capitalistas, como un hombre desesperado lanza un salvavidas desde un barco que se hunde. El salario mínimo se subió a tres francos la hora, aumentaron los salarios y se hicieron otras mejoras. En ausencia de otra perspectiva, muchos trabajadores aceptaron el acuerdo que los dirigentes sindicales presentaban como una victoria. El martes, después de un fin de semana de vacaciones a principios de junio, la mayoría de los huelguistas poco a poco abandonaron y los trabajadores regresaron a sus trabajos.


1968 fue una revolución

¿Qué es una revolución? Trotsky explica que una revolución es una situación donde la masa de hombres y mujeres normalmente apática comienza a participar de manera activa en la vida de la sociedad, cuando adquiere consciencia de su fuerza y se mueve para tomar en sus manos su destino. Eso es una revolución. Y es lo que ocurrió a una escala colosal en Francia en 1968.

Los trabajadores franceses estiraron los músculos, fueron conscientes del enorme poder que tenían en sus manos. Aquí vimos el poder inmenso de la clase obrera en la sociedad moderna: no se enciende ni una bombilla, no se mueve ninguna rueda y no suena ningún teléfono sin el permiso de los trabajadores. Mayo de 1968 fue la respuesta final a todos los cobardes y escépticos que dudan de la capacidad del proletariado para cambiar la sociedad.

La correlación de fuerzas de clase se expresó aquí, no como un simple potencial o una estadística abstracta, sino como un poder real en las calles y en las fábricas. En realidad, el poder estaba en manos de los trabajadores, pero no lo sabían. Como cualquier otro ejército, la clase obrera necesita una dirección. Y eso es lo que estaba ausente en mayo de 1968. Aquellos que deberían haber proporcionado la dirección, los dirigentes de las organizaciones de masas de la clase, los sindicatos y el Partido Comunista, no tenían la perspectiva de tomar el poder. Su única preocupación era terminar la huelga lo más rápidamente posible, devolver el poder a la burguesía y regresar a la "normalidad".

Una huelga general es diferente de una huelga normal porque plantea la cuestión del poder. Lo que está en juego no es uno u otro aumento salarial sino ¿quién es el dueño de la casa? En el transcurso de la lucha la conciencia de los trabajadores aumentó a una velocidad de vértigo. Empezaron a comprender que no era una huelga normal por reivindicaciones económicas sino algo más grande. Fueron conscientes del poder en sus manos y veían la debilidad de los que se suponía representaban todo el poder del Estado. Todo lo que hacía falta era que en cada centro de trabajo se eligieran delegados y se vincularan comités de huelga en cada ciudad y región, culminando con la formación de un comité nacional, que podría haber tomado el poder en sus manos, arrojando al viejo poder estatal al cubo de basura de la historia.

Pero nada de esto se hizo y el enorme potencial revolucionario del movimiento se evaporó, como el vapor se disipa inofensivamente en el aire a menos que se concentre en una caja de pistones. Al final, los trabajadores regresaron al trabajo y la clase dominante concentró de nuevo el poder en sus manos. Cuando el movimiento comenzó a menguar, el Estado inició su venganza. Hubo incidentes violentos, sobre todo el 11 de junio cuando hubo 400 heridos, 1.500 detenidos y un manifestante murió de un disparo en Montbéliard. Al día siguiente, se prohibieron las manifestaciones en Francia, poco después, los estudiantes fueron desalojados del Odéon y, dos días más tarde, de la Sorbona.

Entonces comenzó la criminalización. En la cadena estatal de radio y televisión, ORTF, fueron despedidos 102 periodistas por sus actividades durante los acontecimientos. Enviaron la policía a las universidades de Nanterre y la Sorbona para controlar las tarjetas de identificación de los estudiantes y no se retiraron hasta el 19 de diciembre. Se aprobó un paquete de medidas de austeridad el 28 de noviembre en la Asamblea Nacional. El Estado que no había vacilado en aplastar los cráneos de los estudiantes y huelguistas en las manifestaciones ahora mostraba clemencia ante los fascistas, los terroristas de extrema derecha de la OAS. Mientras Cohen-Bendit era expulsado de Francia, Georges Bidault podía regresar y Raoul Salan era liberado de prisión.

Los dirigentes reformistas y estalinistas fueron castigados por su cobardía y la clase dominante les negó los puestos que intensamente anhelaban. La campaña electoral comenzó el 10 de junio. En la primera vuelta de las elecciones, la federación de partidos de izquierda y los comunistas perdieron terreno. En la segunda vuelta, una semana más tarde, los partidos de la derecha consiguieron la aplastante mayoría. La izquierda perdió 61 escaños y los comunistas 39. Pierre Mendés-France [una figura histórica de la izquierda francesa] no fue reelegido en Grenoble. El Partido Comunista que en 1968 era el principal partido de la clase obrera francesa, entró en declive y fue superado posteriormente por el Partido Socialista, que en 1968 había conseguido sólo el cuatro por ciento de los votos y por tanto parecía difunto. El sindicato comunista, CGT, perdió apoyo frente a la CFDT que en 1968 había mantenido una posición más combativa.

El maravilloso movimiento de los trabajadores franceses terminó así en una derrota. Pero las tradiciones de Mayo de 1968 siguen en la conciencia de los trabajadores de Francia y todo el mundo. Hoy, después de un largo período de boom económico, el sistema capitalista de nuevo está entrando en una crisis donde saldrán a la superficie todas las contradicciones que se han ido acumulando durante los últimos veinte años. En toda Europa estarán en el orden del día grandes enfrentamientos de clase.

No tenemos tiempo para aquellos ex - revolucionarios pequeño burgueses que hablan de 1968 en términos sentimentales y nostálgicos, como si fuera historia antigua sin ninguna relevancia práctica para el mundo en el que vivimos. Tarde o temprano los acontecimientos de 1968 reaparecerán pero a un nivel incluso superior. ¿Cuál es el candidato más probable para este escenario? Podría perfectamente ser Francia, pero también Italia, Grecia, Portugal, España o cualquier otro país, y no sólo en Europa. Esperamos con impaciencia el futuro. Lo deseamos y nos preparamos para ello. Estamos intentando preparar a la vanguardia así la próxima vez triunfaremos. Y ante este aniversario glorioso decimos: La revolución no ha muerto. ¡Viva la revolución!