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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 2 de marzo de 2025

RADIOGRAFÍA DE UN DESASTRE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 02 DE MARZO)

 


Viernes 21 de febrero. 8:45 pm. El techo del patio de comidas del Real Plaza Trujillo se desploma sobre varios comensales. Una tragedia que tiene varios momentos previos, durante y después del luctuoso suceso que sumió a la colectividad trujillana y peruana en la zozobra y el asombro. Nadie quedó incólume ante tan catastrófico evento y sus repercusiones fueron más severas que las causadas, días previos, cuando un bus interprovincial había caído ante el colapso de otra estructura; en este caso, un puente en Chancay. Ahora está en manos de los expertos hacer un detallado análisis sobre este incidente y se espera la mayor imparcialidad con la mira de que se sancione al o a los responsables para resarcir a una sociedad que conoce de sobremanera los privilegios y la fuerte corrupción de unos en desmedro de otros, generalmente la mayoría y los menos poderosos. Pero veamos otras acciones que dan esa radiografía que describe a la sociedad en sus instituciones, empresas y organizaciones. Una vez colapsado el techo, comenzó una serie de situaciones que evidenciaron lo mal preparada que está nuestra sociedad frente a estos desastres, tanto en lo privado como en lo público, tanto en lo individual como en lo colectivo. Veamos sólo dos hechos: la comunicación institucional y el sistema de salud, dos puntas de un iceberg de la anomia social que es Trujillo y todo el Perú. La lenta y escasa respuesta de la entidad dueña del local fue una falla organizacional. Cientos de personas se dedicaban a grabar el accidente para después subirlo a las rede; esa fue la primera información que llegó a todos. Cierto es que esa información fue importante para la rápida acción de otros organismos como los bomberos; empero también ha mostrado a cientos de peruanos más preocupados de grabar a un herido que a intentar ayudarlo. Loable fue la reacción de varios venezolanos que ayudaron a los rescatistas a llegar al lugar; imaginar que son objeto de una xenofobia injustificada. Algunas de las grabaciones eran alarmistas informando de varias decenas de muertos; ese era el mensaje que circulaba por las redes, mientras que la empresa responsable del local no era capaz de alcanzar información de lo que iba sucediendo: sus canales de comunicación fueron lentos y, por lo tanto, generaban todas las sospechas de los usuarios. Esa reacción fue la que propició toda una serie de sospechas de lo hecho posteriormente. Para la sociedad en general, se estaba creando una narrativa en la cual la empresa trataba de despercudirse del hecho. Comenzó un tiro y afloja que incluyó a autoridades municipales y otras instituciones responsables de la prevención y seguridad. Otro punto fue la respuesta sanitaria: hospitales y clínicas recibieron heridos, pero hubo algunos que no lo hicieron, ¿la razón? Por el desorden visto se generan dudas: un caso que involucró a un centenar de personas generó caos, ¿qué pasaría en una catástrofe mayor? Preocupante.