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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 4 de noviembre de 2018

SEMBLANZAS DE PASTORRURI (VIAJE A LAS ALTURAS DEL PARQUE NACIONAL HUASCARÁN)




Callejón de Huaylas. Una de las regiones más bellas de nuestro país, más visitado por compatriotas, sean turistas, estudiosos o estudiantes, y extranjeros que llegan a presenciar su belleza monumental, su viejo pasado o en busca de adrenalina como la que puedes hallar en escalar altas montañas. En menos de un año, setiembre de 2017 y julio del 2018, tuve la oportunidad de estar en esta región que siempre tiene muchas cosas para ofrecer y descubrir. En ambas ocasiones, estuve en los mismos lugares: Llanganuco, Yungay, Caraz, Chavín de Huántar. Pero en este julio fui a un lugar que había pasado por alto en el 2017: Pastorruri.
La primera vez que fui a este lugar fue en 1993. En esa oportunidad, la nieve llegaba hasta ciertos lugares que en la actualidad lucen áridos, pero con evidencias de erosión provocada por deshielos (como le está pasando a todos los glaciares del mundo).  El año pasado no quise ir a este lugar para no dañar el buen recuerdo que tengo de este magnífico lugar. En el 2000 regresamos con otro grupo de estudiantes del colegio en el que trabajaba y fue grato ver aún el hielo que aún llegaba hasta las laderas del cerro Pastorruri. Incluso había cuevas de hielo, las cuales ahora ya no existen. Más datos de esta triste situación ya anunciada desde hace más de dos décadas las tenemos en estos vínculos electrónicos: (https://sostenibilidad.semana.com/tendencias/articulo/derretimiento-de-los-glaciares-en-el-mundo-por-el-cambio-climatico/39720). Algunos reportes son más alarmantes, pues sindica la fuerte responsabilidad que tenemos frente a este fenómeno irreversible, según parece, y que tendrá carácter catastrófico a nivel mundial, siendo el Perú uno de los países más afectados por los deshielos no solo de los glaciales, sino de toda forma de agua en estado de congelación (como los polos) (https://www.sostenibilidad.com/cambio-climatico/el-deshielo-de-los-polos-en-cifras/) (https://gestion.pe/tendencias/deshielo-glaciares-228470?ref=gesr). (https://okdiario.com/ciencia/2018/04/04/deshielo-glaciares-punto-no-retorno-2052729). El descongelamiento ha permitido encontrar restos humanos que murieron congelados en lugares donde había hielos “eternos”. Ahora hay una lista macabra de imágenes, nombres, cuerpos y objetos que son desnudados a la actualidad como vemos en los diversos siguientes vínculos de la prensa internacional: (https://www.elmundo.es/ciencia/2015/10/31/56321fb1e2704ee9068b45a9.html) (https://elpais.com/internacional/2018/07/23/mundo_global/1532345833_454942.html)  (https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150909_glaciares_sorpresas_derretimiento_cuerpos_lp). La humanidad es poco consciente de esta situación. Incluso algunos presidentes como el norteamericano Trump y el futuro presidente brasileño Bolsonaro son bastante irresponsables en sus mensajes al respecto. Esta es la realidad que vivimos y en la cual está inmerso el Glaciar Pastorruri. Es un glaciar condenado a una muerte lenta. En la actualidad los estragos se ven a la vista. Este es el Pastorruri: (https://es.wikipedia.org/wiki/Glaciar_Pastoruri). Muchos medios vienen advirtiendo de su extinción (https://larepublica.pe/sociedad/964077-en-los-ultimos-12-meses-el-glaciar-del-pastoruri-retrocedio-mas-de-31-metros-video) (https://larepublica.pe/sociedad/1057424-el-pastoruri-y-otros-cinco-glaciares-agonizan-por-el-cambio-climatico-video), así como viajeros que lo han visitado (http://pastorurienpeligro.blogspot.com/) (https://www.viajaporlibre.com/blog/glaciar-pastoruri-un-glaciar-en-el-corredor-de-la-muerte/).
Como era parte del paquete turístico y visita obligada para el trabajo de nuestros alumnos, nos dirigimos el último día de nuestra permanencia en el Callejón de Huaylas, el día 16 de julio nos embarcamos en dirección a este lugar. Como era nuestro horario de salida de nuestro hotel, arreglamos todas nuestras cosas para poder tener todo en orden para nuestro retorno. Felizmente el bus nos iba a recoger del mismo alojamiento. Luego de nuestro buen desayuno, subimos en nuestros respectivos buses para ir cómodamente. Nos íbamos a visitar el glacial.



Este forma parte del Gran Parque Nacional Huascarán. La montaña lleva el mismo nombre, Pastorruri o Pastoruri (la /r/ en quechua es rehilante, por eso se crea la confusión de su escritura, con una o dos “r” en posición intervocálica). Tomamos el camino de la carretera Huaraz – Pativilca – Lima, carretera por la cual ingresábamos antes los que veníamos de Trujillo u otra ciudad norteña (ahora el ingreso es por Casma). Cruzamos Recuay, y un poco más allá de Catac, iniciamos nuestra ruta hacia el nevado. Previamente habíamos pasado por varios relaves mineros abandonados por décadas, los que envenenaron las aguas del río Santa que recorre todo el Callejón de Huaylas. En la actualidad hay intentos de “cultivar” trucha en este río, uno de los más importantes de nuestra costa y, que, con el Chira y Majes, tiene agua todo el año, no es estacionario como los demás ríos de nuestro litoral. Sus aguas van al proyecto Chavimochic y sirven también al proyecto Chinecas, cerca de Chimbote.
Al entrar a esta zona, ya nos encontramos con un camino de trocha bien tenido. Hallamos a una pareja de ciclistas decididos a ir hasta el nevado en su propia movilidad. Valientes. En el camino cruzamos pequeños lagos en los que había muchos patos de altura. Llegamos a una zona de control para ingresar al Parque Nacional Huascarán, donde aprovechamos para hacer un breve alto en el camino para estirar las piernas y hacer una visita obligatoria a los SS.HH. En cierta manera, hay buenas facilidades en todos estos lugares, servicios que no había desde mi primera visita al Callejón en 1985. Cuando en ese entonces fui a Chavín de Huántar, las instalaciones eran rústicas y los SS.HH. eran silos en los cuales uno hacía malabares. Ahora es bastante diferente. Falta mucho aún, pero se ha avanzado de manera notable. El problema es cuidar las instalaciones y su mantenimiento. Por eso la energía solar es un buen recurso empleado en esta zona para abaratar costos y tener energía eléctrica en lugares donde no llega el sistema nacional.



Nuestra primera gran parada fue en Pumapampa, lugar que tiene ahora un mirador y ciertas facilidades informativas. Aquí vemos una suerte de bofedales y unas pozas con agua gasificada de subsuelo.  Hay cerca de ahí inmensas puyas que ya veníamos observando previamente. Cerca de este lugar hay también pintura rupestre. Hicimos una breve caminata, pero a lentitud, pues la altura ya te tiene atenazado.  La visita te permite ver el esplendor del lugar y lo imponente de la cadena de montañas que son los Andes. Ya estábamos cerca de nuestro objetivo. 








Casi una media hora después comenzamos a acercarnos a los nevados. De ahí a Pastorruri era un paso. Una vez estacionados nuestros buses, descendimos para organizarnos. Algunos querían subir a pie. Todos íbamos envueltos como unos fardos, puesto que el frío y el viento helado nos abatían. Uno puede ascender a pie o una acémila o caballo que te alquilan personas de la comunidad que está a cargo del control y cuidado de la zona. Los lugareños se han vuelto celosos de su patrimonio y no es para menos; cada año Pastorruri pierde muchos metros de sus glaciares y una de las causas es la del deterioro que causa el excesivo turismo al lugar; no todos los turistas son respetuosos de los lugares, muchos trepan en los glaciales, pisan y ensucian la nieve y suele quebrar el hielo solo por el prurito de dejar su huella destructiva como lo suele ser el ser humano. No vi grafitis, pero no es raro que los hagan en muros o piedras. Decidí subir a caballo (aunque pronto deberán de sacarlos, pues también perturban el equilibrio de la zona), ya no soy el joven que visita la zona por primera vez. Nada de riesgos absurdos.
Hasta una zona determinada, se procedía a caminar hacia el glacial. El frío es recio, estábamos ateridos. Queríamos exponer lo menos posible nuestra piel. Un par de nuestras alumnas tuvo que descender pues ya estaban un poco mal. Sin embargo, el resto siguió la ruta hasta el glacial en sí. Ahí las concebidas fotos.





Comenzamos nuestro descenso y en el camino nos hallábamos con nuevos grupos de turistas. Imagino cómo debe de ser el lugar en julio y agosto, meses de temporada alta. Con el tiempo van a tener que limitar el acceso, sino van a matar a la gallina de huevos de oro. Una vez llegados a los puestos de las vivanderas atacamos unos buenos choclos con queso y bastantes chochos; la experiencia nos había abierto el apetito. Un choclo serrano es siempre una bendición, grande y generoso. Y todos los chicos hicieron lo mismo, sin contemplar las medidas de higiene que es bastante escasa. Así emprendimos nuestro retorno hacia Huaraz. Debido a la fuerte experiencia en Pastorruri, la mayoría regresó durmiendo. No hubo muchos casos de molestias o afectaciones por la altura. Bien.
En el camino almorzamos en un restaurante de Catac. El viaje nos abrió el apetito; truchas, chicharrones, pollo frito, fueron arrasados por el hambre. Un buen viaje, una buena experiencia, una buena carga de emociones. Ya atardeciendo llegamos a Huaraz y lo que restaba del día nos fuimos al centro de la ciudad a hacer unas compras y comer unos buenos postres en una crepería de un francés en la Plaza de Armas.
Queda pues en mí una pronta visita a las lagunas Parón y 69. Así sea.