Favoritismo: Preferencia
dada al favor sobre el mérito o la equidad, especialmente cuando aquella es
habitual o predominante. (RAE). Preferencia
que no se basa en el mérito o la justicia, sino en el favor, sobre todo en la
concesión de cargos o premios (https://www.wordreference.com/definicion/favoritismo). Incluyamos
dos variaciones muy comunes: nepotismo y amiguismo.
El estallido del caso de las vacunas
ha caído como un plomazo a toda la sociedad. El vil beneficio de muchos
personajes de cúpulas políticas y de otros ciudadanos más ha generado desazón y
hasta frustración en todos los círculos sociales de nuestro país y adonde haya
llegado esta noticia. Lo que muchos quieren ver sólo como un acto corrupto de
política va más allá de esa limitada visión, pues toca las fibras más hondas de
nuestra anquilosada sociedad. Y a medida que vamos descubriendo casos que se
han dado en diversos círculos de poder (político, económico, de comunicación y
religioso), se han desnudado de manera directa todas nuestras taras sociales.
Demás está explicar los sucesos, enfoquémonos en todo lo que esto significa al
quedar expuestas las formas cómo funcionan muchas cosas en nuestro tejido social
y que, quiérase o no, a cada uno de nosotros también nos compete.
El aprovechamiento de
políticos y el arribismo y búsqueda de favores de algunos personajes del área
médica, en este asunto, han puesto en bandeja los mecanismos de funcionamiento
de cualquier proceso de interrelación en nuestra sociedad en la que se ostenta
el poder de cualquier índole. Ha enseñado cómo las personas sacan ventajas de
su posición para favorecer a diversos círculos de su interés (por eso las
variables de nepotismo = familiares o amiguismo = círculo de conocidos). Esta
modalidad no es exclusiva del sector público, se ve en todos los niveles. Hemos
visto no solo personas inescrupulosas saquear arcas públicas, sino también
convertirse en verdaderos lastres de empresas privadas, compañías e
instituciones. A lo largo de la historia hemos visto desfalcos y quiebras de
bancos de fomento o privados, o grandes y empresas por parte de hijos, sobrinos,
parientes o amigos con algún cargo de poder. En el plano político se ve, un
ejemplo palpable, en la creación de las listas electorales en las que vemos,
muchas veces, a personas de dudosa reputación en puestos nominales
privilegiados.
El problema es de raíz y pasa por una reeducación necesaria, urgente, primordial; no es un tema de derechas o izquierdas, es un problema fundacional, este que permite que la corrupción se instale y anquilose entre nosotros. La UP Cayetano Heredia tiene grandes investigadores, pero algunos monstruos en calidad humana. La pandemia en nuestro Bicentenario ha servido, a la larga, para hacer un brutal diagnóstico de lo que tenemos que cambiar urgentemente. ¿Nuestros candidatos se atreverán a asumir tal reto que incluso los obligue a replantearse a sí mismo?
2 comentarios:
Gerardo, lo más triste, decepcionante e indignante es la impunidad del cual goza este político moderno de nuestro país. Cada vez aparecen mayores aberraciones, no solamente delitos punibles, sino además una total falta de valores con un descaro inconcebible. Lo peor de todo es que no se sabe cuando tocaremos fondo, no hay límites a esta vorágine corrupta y recurrente. Hay necesidad urgente de una ley de partidos políticos que garanticen l democracia en estas instituciones y evitar que en todas las elecciones, nos obliguen a votar por tanto impresentable, con honrosas excepciones. Saludos cordiales
Que la corrupción en nuestro país es profunda a niveles inauditos, en la misma medida en que no existe una formación en valores consistente y masiva, ni pareciera viable cuando los ejemplos en contrario cunden por todos lados y le gritan a la población un mensaje contrario, especialmente en el ámbito estatal y en las altas esferas socioeconómicas, de donde debieran proceder nuestros mayores ejemplos de rectitud y civismo, es algo que no requiere mayor sustentación.
No obstante, lo que yo no tengo tan claro es si fue correcto o no que se vacunaran a ciertos funcionarios del gobierno.
Que se vacune al presidente del país, a algunos ministros y otros que por cumplimiento de su función tienen contacto constante con centros de atención Covid, por ejemplo, y cuyo trabajo depende de su criterio, conocimiento y experiencia personal, por ejemplo, no me parece algo desacertado, pues reemplazar a personas en este tipo de cargos es un perjuicio para el país, en tanto sufrimos las demoras y demás consecuencias de una transferencia de mando no programada. Lo que creo es que debió hacerse de forma abierta, expresa y pública, en virtud de las razones correspondientes.
Que se vacune a sus familiares, es otra cosa, pues con ellos deberían llevar a cabo sus procedimientos de prevención como el resto de peruanos. Que todo ello lo hicieran por fuera de la norma o, al menos, en los vacíos legales que suelen hallarse cuando la viveza es mayor que la integridad, eso sí es condenable, y respalda la poca confianza que existe en el peruano respecto a sus políticos (todos) y más aún, sus autoridades. Y, lamentablemente, contra eso... no hay vacuna.
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