Estimados amigos:
Comparto mi artículo sobre política nacional.
Comparto mi artículo sobre política nacional.
PACTOS “CONTRA NATURA”
A medida que las elecciones presidenciales
y congresales se acercan, las alianzas electorales se hacen cada vez más
descaradas y escandalosas que transgreden el sentido común, la dignidad y el
respeto de diversos electores pertenecientes a los partidos que se preparan
para la contienda de abril. En la dinámica impuesta en la tan venida a menos
política nacional, los líderes de las diferentes tiendas partidarias tratan de
entablar alianzas y realizar “jales” para suplir carencias internas de sus
partidos de tal manera que se evidencian como oscuros negociados para intereses
ya no tan partidarios, sino personales. En el acomodo casi obsceno que estamos
viviendo, hemos visto caer diversas personalidades y figuras que alguna vez fueron
adalides de luchas por la democracia para convertirse en remedos de títeres
movidos por los tentáculos del nuevo mandamás. Estas dos últimas semanas, los
electores y el público en general han encarado estas noticias entre el asombro,
la decepción y la hilaridad. Las absurdas explicaciones para justificar alguna
alianza presidencial o adhesión a una lista congresal no son nada más que
insultos a las escasas dignidad y moral que quedan de la sociedad peruana. El
transfuguismo ya es una institución aceptada en los círculos políticos y, por
ende, por todos los correligionarios que reciben a estos injertos en sus
tiendas políticas para “aprovechar la coyuntura” (que es la única explicación
que cabe). La historia nos muestra que estos contubernios no son nada nuevos,
como el sonado caso de la alianza electoral entre APRA/UNO que hiciera que
muchos viejos apristas (sobre todo los perseguidos por el dictador Odría)
pusieran el grito en el cielo; sin embargo, cada vez hay menos dignidad por
parte de los militantes y todo pareciera que los partidos políticos se han
convertido más en un conjunto de personas cuyo propósito es acceder al poder a
como dé lugar y luego aprovechar el festín que hallarán en las arcas
nacionales. Todos apuestan a ganador para esperar una tajada en el marco de la
política light que ya estamos viviendo desde hace casi tres décadas.
Ante situaciones tan indignantes como
esta, urgen leyes: para los partidos políticos que se estructuren correctamente,
que tengan permanencia y no se conviertan en clanes familiares, empresariales o
elitistas; para la formación de cuadros políticos y técnicos no surgidos de la
improvisación (sin plagios de planes de gobierno, por ejemplo); para reformar
el Congreso, actualmente un lugar poblado de mucha gente improvisada y de rara
catadura moral, y que sus integrantes sean residentes permanentes en sus
lugares de orígenes cuya población los eligió para que velen por el bienestar
colectivo y no el suyo propio.
GERARDO CAILLOMA
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