Domingo 16 de noviembre. Teníamos solo la
mañana para aprovechar. En realidad, el tiempo queda corto para visitar tantos
interesantes lugares: Ventarrón, Mórrope, Huaca Rajada. Pero habrá su momento. En
esta oportunidad, nos dirigimos al sur, a Eten.
Había comentado a María sobre el lugar y
las construcciones del lugar. Además se habla de hacer un museo de sitio
ferroviario de lo que fue un gran parque ferroviario. Y lo constatamos. Primero
nos fuimos al viejo muelle que aún conserva su esplendor. El lugar no es
vendido como un lugar atractivo y puede serlo. Hay varias cosas de interés: el
malecón, la recuperación de sus casas y el posible museo ferroviario. Recuerdo
una visita que hice en los años 90 y lo abandonado que estaba el lugar. Ahora
se ve más recuperación urbana. Y tiende a convertirse en el balneario de
Chiclayo. Pero lo interesante fue encontrarnos con una gran cantidad de
locomotoras y vagones de diferentes casas constructoras y años. Muestran el
esplendor que tuvieron estas máquinas, las cuales han sido absurdamente
desplazadas por priorizar otras formas de transporte terrestre. El primer
gobierno de Belaunde fue mal aconsejado por varios lobistas de empresas que
estaban interesadas en beneficios para sus intereses empresariales más que por
el beneficio público. Espero que el vivo interés de varias personas y entidades
de hacer un tren costero de Lima a Piura prospere y tengamos esta forma de
transporte rápida, segura, limpia, masiva y, a la larga, barata. Perú es un
país que tiene menos de la mitad de línea ferroviaria que Bolivia y tenemos
casi la misma extensión con Ecuador, cuando este país es menos de un tercio de
nuestro territorio. Cosas insólitas de nuestro país y errores históricos que se
pueden enmendar. Voluntad política y pública.
Dejamos Eten y tomamos el camino costanero
atravesando Santa Rosa, Pimentel para llegar a Lambayeque. Era un camino que
tomaba por primera vez, así que íbamos con cautela. La carretera está
totalmente pavimentada, pero no tan bien señalizada. Por error, entramos en la
autopista a Chiclayo desde Pimentel y casi llegamos a esta ciudad, si no
hubiéramos pedido información. Llegamos por la vía de Evitamiento a la salida
de Chiclayo a Lambayeque. Habíamos decidido ir al museo de Tumbas Reales de
Sipán. María tenía que viajar más temprano, ya que por un problema de papeles
tenía que ir a Lima esa noche. Adelantó su pasaje y ya nosotros íbamos con todo
nuestro equipaje en la maletera del auto. Llegamos a las instalaciones del
museo e ingresamos a él. Una pena que no se puedan tomar fotos como sí se puede
en todos los otros museos de la Región. En fin. La visita es ordenada; María
estaba haciendo su primera visita, no lo era para los demás. De todas maneras,
siempre hay cosas interesantes para ver. Es un museo destacado. Almorzamos tipo
campamento en las afueras del museo y nos dirigimos hacia Chiclayo para dejar a
María. César había coordinado con un primo suyo para que podamos llenar el
tanque de gasolina para devolver el auto. Se quiera o no, el tiempo pasa
rápido. Devuelto el auto, subimos a nuestro bus para retornar a Trujillo.
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