Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

jueves, 14 de agosto de 2008

REENCUENTRO CON PIURA (CRÓNICA DE VIAJE)


Luego de una meditación larga de mis observaciones de mi ciudad natal, vuelvo a escribir ideas sueltas sobre mi último viaje. Piura, como cualquier ciudad de nuestro viejo país, tiene grandes escenarios naturales como humanos. Sus estrechas calles bullen de gente joven que se agolpa por las veredas altas para evitar las lluvias. Como comentaba en una entrada anterior el centro viejo se viene cayendo por acción intencionada de muchas personas que quieren deshacerse de nobles casonas por edificios nuevos e impersonales. El sol de Piura es contundente y caminar por sus calles a mediodía tiene algo de valentía y masoquismo. Me dio mucha pena ver el local del restaurante La Santitos quemado y derruido; me dicen que a raíz del incendio otro restaurante cafetería llamado Capuccino ha logrado su expansión; de este lugar se hablará en otro momento, ya que la comida ahí es una orgía al paladar. Volviendo a las calles piuranas, las calles adyacentes a la avenida Grau se han vuelto todo un hormiguero de gente que ya no caminan pausadamente como lo solían hacer. Ahora la ciudad ya tiene un cierto frenesí abrumando además el tráfico que atosigan las abigarradas calles; hay ciertos lugares de la céntrica avenida Grau que parecen un mercado persa y lo simpático es ver los árboles que dan una buena sombra y al costado de estos puestos de periódicos abarrotados con todo tipo de revista u otros objetos en venta. La presencia de muchos taxis altera la calma de los personas, pero, a diferencia de Trujillo donde los taxis te acosan con el claxon, los taxistas piuranos no te molestan ni te asedian para hacerte un servicio. Piura es una ciudad manejable, sus distancias son asequibles y uno no siente mucho las diferencias sociales que se puede ver en otras ciudades como Trujillo. Pero, también debo decir que Piura, como ya comenté, da la sensación que es una ciudad a medio hacer. Lo notas en las calles, las paredes sin revestir, las calzadas fracturadas o derruidas, los terrenos baldíos sin cercar. Quizá el nuevo boom económico que se avecina a todo el departamento acelere el proceso y tengamos pronto una ciudad mejor. Pese a todo, Piura es una ciudad de encanto por su gente, sus atardeceres, su comida, su cielo, sus parques, sus frondosos árboles, sus todavía casas viejas bellas, sus paseos por el malecón, y porque Piura es Piura.

miércoles, 13 de agosto de 2008

EL ACUARELISTA de Daniel Ró


El primer largometraje de Daniel Rodríguez salió "al ecran" el día martes 12 de agosto a las 7 y 10 minutos en el cine Planet, sala 5 de la ciudad de Trujillo. El trabajo visual es impecable, gracias a la participación en la fotografía del tailandés Tanon Sattarujawong, amigo de Daniel, con quien ha trabajado previamente en algunos cortos y lo que hizo que el director haya estado en esas tierras respirando una perspectiva diferente de ver las cosas. La historia parece mucho en su estructura a la construcción de la narrativa fantástica, con ciertas escenas de un "déjà vu". El escenario en el que se realiza el film es atractivo y rinde homenaje a esa gran película de imágenes construidas como lo es VERTIGO. En cierta manera, el acuarelista `(interpretado por Miguel Iza) es el detective "Scottie" Ferguson , en su ingenuidad y la forma envolvente cómo va siendo arrastrado a una situación kafkiana inaudita. En eso ayuda mucho las evocaciones al maestro POLANSKY en su tratamiento de los inquilinos que comparten el edificio. Los encuadres y primeros planos nos recuerdan a EL INQUILINO y EL BEBÉ DE ROSEMARY, con una escenografía agobiante y destructiva. Los personajes que rodean al acuarelista se parecen mucho a los que rodeaban a Rosemary cuando estaba gestando. El tratamiento de la imagen y el acierto que logra con la superposiciones de las acuarelas con la fotografía nos recuerda los montajes que logró Clouzot con EL MISTERIO PICASSO y a Kurosawa en la escena LOS CUERVOS en su película SUEÑOS, cuando el narrador tangencial viaja por las pinturas de Van Gogh en búsqueda del pintor. La actuación en general es bastante sostenida, hay un buen trabajo de dirección de los mismos, sobre todo en la caracterización de etérea que tiene la actriz Sol Alba. Igualmente los actores secundarios hacen un buen complemento en esta historia onírica. Quizá la música sea un punto flaco, ya que en algunos momentos pasa a ser demasiada explícita en situaciones evidentes por sí mismas. Esas situaciones se daba en las escenas cómicas que resultaban de los malos entendidos. Es un film no comercial, hecho a medida de lo que el director ha soñado. Vale.

domingo, 10 de agosto de 2008

CONCIERTO DE MÉLISANDE CHAUVEAU AL CLUB CENTRAL DE TRUJILLO


Ayer sábado 09 de agosto hemos sido testigo de un extraordinario recital de una artista excepcional en las instalaciones del Club Central de Trujillo; su recital dejó a mucha gente atónita, no sólo por la calidad interpretativa y su voluntad de seguir frente a un instrumento que tenía problemas técnicos, sino porque lentamente su compromiso personal con cada una de las piezas que iba interpretando nos arrastraba a "vivir" la música que discurría en cada nota que pulsaba en el aún inefable piano del Club. Me había comentado que había trabajado todo el mes de julio para este concierto y que ella, amante del mar puesto que había nacido en Nice, se había privado este verano europeo para trabajar en este trabajo personal que la iba a traer a Perú por estos días. Y su trabajo metódico (y atrevido) le rindió frutos. Su osadía y capacidad la hicieron tomar la decisión de celebrar a un compositor capital para la música culta moderna: OLIVIER MESSIAN, de quien celebramos el primer centenario de su nacimiento. El concierto (muy francés) empezó con una breve pieza de Maurice Ravel, a quien el famoso Círculo de los Seis le debe mucho de su inspiración y sus propuestas revolucionarias de la música del siglo XX. La segunda obra se centró en varias partes de la magnífica Vingt regards sur l'enfant-Jésus, compuesta en 1944 para la pianista (en cierta forma, "protegée") Yvon Loriod, durante el periodo sombrío de la Segunda Guerra Mundial; cada "regard" tiene previamente una introducción hablada que centra la idea o leit motiv de la pieza. Los "regards" son densos y muestran toda una visión metafísica pesimista que rodea a la Europea a fines de la Segunda Guerra. Olivier Messian se encierra en un visión mística. Hacia fines de la guerra, mucha gente se tornará escéptica y una nueva filosofía se cernirá en el mundo europeo de post guerra; caminos como la nueva fenomenología o el existencialismo buscarán un compromiso de la humanidad. La pianista Mélisande ha encontrado esa agonía de una alma con dudas y temores, y que busca aferrarse a una suerte de misticismo muy católico en un "valle de lágrimas"; la fuerza expresiva de la pianista acentuó la angustia de los temas. Luego de tremenda expresión de la pianista, nos ofreció un breve mascarada para piano sólo para la mano izquierda. Para cerrar la noche, la pianista escogió a uno de los más grandes compositores rusos que fue admirado por Messian: Modesto Mussorgsky y su inmenso CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN. Esta obra ha sido capital en muchas corrientes. Tuve la suerte de haberla oído en su versión original por un pianista francés (allá por el año 80 en Lima), luego en una versión rock (¡) del grupo EMERSON, LAKE AND PALMER; una versión orquestal con la propuesta de Leopold Stokowsky y por último la versión del japonés ISAO TOMITA.

lunes, 4 de agosto de 2008

VISITA A PIURA (2)


La visita a Piura fue con toda una buena búsqueda cultural y gastronómica. La llegada a una ciudad costera de nuestro país es siempre decepcionante, un espectro que abarca desde lo social hasta lo estético. La entrada a nuestras ciudades son lugares donde por razones obvias se asientan los cinturones de pobreza socioeconómica; y estos crecen sin ningún orden urbano, con un sentido de precariedad que alimenta nuestra sensación de soledad como viajero: estamos entrando al espacio del qué pasará. Como peruanos que somos, domeñamos esos códigos urbanos, pero, viéndolo bien, es una muestra de nuestro actuar cotidiano, centrado en la improvisación y en hacer las cosas a medias (como recordando en paráfrasis visuales arquitectónicas, la frase del expresidente Prado Ugarteche: "en el Perú hay dos tipos de problemas: los que arreglan solos y los que nunca se arreglan") Y esa es la sensación de cualquier ciudad de nuestro país: todo está a medio hacer, no hay cosas concluidas. Quizá en viajes por la selva, con la feraz vegetación (eso percibí en Iquitos); o en la sierra, con los apus tutelares, esta sensación se diluya un poco, puesto que el contexto geográfico hace, en cierta manera, más "tolerable" esa vesánica costumbre de lo medio hacer; pero es en la costa, la zona en que se desnuda con mayor facilidad esa muestra de lo medio pelo de nuestra ciudad, forma de pensar y vida además.

Piura no escapa a ese molde costeño. La ciudad antigua, la de calles estrechas, la de veredas altas, la de plazas simpáticas está sucumbiendo a la acción de la "modernidad", gran eufemismo que permite a cualquier individuo tomar acciones sobre diversos espacios arquitectónicos y demolerlo; peor aún, dejan caer las casas por la acción del tiempo y la desidia de todos (los peruanos debemos competir en el Guiness de actitudes, quizá ganemos en ese rubro). La última vez que estuve por Piura, ya más de 3 años, vi casas en deterioro; mi reciente visita me ha mostrado una ciudad que tiene la mayor parte de sus manzanas centrales derruida o en el piso. De seguir así, la Piura que conocí hasta los 4 años y la que fui recondando en los frecuentes viajes que hice desde 1993, no será nada más que imágenes de una ciudad que quedará en las fotos antiguas o en las páginas de la extraordinaria novela LA CASA VERDE de MVLL. Barrios como la Mangachería o la Gallinacería serán nombres evocados ahí, en la novela. Piura me da pena, cae sin piedad ni orden y su centro viejo ha sido objeto de toda la rapiña posible. En fin.

CINE EUROPEO







"Soy un pecador, lo sé, doblemente pecador, ante la ley divina y ante el amor humano de Stella. No hay duda, y mañana me confesaré ante el padre Pirrone”GIUSEPPE TOMASI DI LAMPEDUSA, IL GATTOPARDO

EUROPA


El mes de mayo del presente año, Lima fue escenario del encuentro ALC UE (América Latina y el Caribe con la Unión Europea) Dicha reunión tenía agendas específicas para discutir y se esperaba un gran encuentro de mandatarios de ambas orillas del Atlántico e nuestra ciudad capital. La agenda se centraba en un tema que ha sido y es un quebradero de cabeza para el mundo actual debida a las características de su desarrollo, centrado en el consumo como motor de su economía, amén de la expansión del mercado y la producción, pensamientos directrices que han originado acciones no muy santas con el equilibrio ambiental, empeorado con el crecimiento demográfico desequilibrado; estas razones han llamado a la alerta mundial, pero el sistema económico y nosotros como habitantes de nuestro planeta tenemos veladamente pocas intenciones de cambio. El mundo económico habla (sobre todo, nuestra economía) de una dinamización inusual, producto de la economía de mercado; lastimosamente, esta visión dista de tener intenciones ecológicas, ya que la demanda debe ser satisfecha y para eso hay que sacrificar bosques, convertir terrenos de cultivo en potenciales minas u optimizar grandes porciones de producción agrícola de alimentos en producción para combustibles con una fuerte amenaza para los países de economías sensibles y dependientes (importadores), los cuales pueden tener severas catástrofes humanas de no tomarse correctivos a tiempo. La simpática y eufemística acción de crear un Ministerio del Ambiente obedeció a esta original coyuntura, el cual nos quería mostrar que esta parte del Continente también tiene como preocupación vital el medio ambiente. Europa es muy sensible a esto. Los últimos años han sido testigos de dramáticos cambios ambientales, sobre todo en países responsables de la mayor generación de contaminantes del planeta, sea por su producción industrial, hábitos de consumo (cada uno de nosotros es responsable de una buena cantidad de basura anual, tanto orgánica como inorgánica, y en los países más rico donde este hábito es más evidente) y fuerte emisiones de gases a la atmósfera. Por la densidad poblacional y sus expansiones industriales, Europa es un continente que presenta escasos espacios naturales significativos para el planeta; no cuenta con grandes bosques o ingentes cantidades de recursos naturales (por ejemplo, acuíferos) lo que hace que los gobiernos europeos sean muy sensibles a este tema, ya que toca puntos neurálgicos de la seguridad de sus poblaciones como el tema alimentario. Los 27 países de la UE comparten este tema como política de estado, pese a las divergencias que pudieran surgir (y no pocas) sobre cómo abordar el mismo. Dentro de esta perspectiva, algunas soluciones para aliviar los problemas sociales pasan muchas veces por propuestas cuestionables y radicales muy polémicas, como la famosa respuesta a los emigrantes ilegales, que ha levantado más de una reacción (bastante justificable) en diversas partes del mundo. Europa es un continente que debe comenzara a trabajar de manera más armoniosa con el mundo, por muchas razones, desde socio-económicas hasta geopolíticas; este siglo el eje mundial de desarrollo ya no discurre por aguas atlánticas; el Pacífico es el nuevo referente y muchas marcas de referencias (como los famosos mapamundi) han de cambiarse para estar más acorde con los nuevos tiempos de las potencias asiáticas del siglo XXI.

Pero, pese a todo, los 50 años transcurridos siguen siendo una suerte de paradigma para Latinoamérica, con una sola lengua general, una misma problemática y con inmensa riqueza bajo sus pies; una vez concluida la reunión de Lima, Brasilia fue el escenario de una interesante reunión en la que los presentes en Lima discutían ya de una moneda única (como el Euro) y hay vientos de integración. Aunque algunos países quieran trabajar aisladamente (personalmente, un mal ejemplo del Perú), otras naciones presentan más voluntad de trabajar en bloque para lograr objetivos. De eso eran conscientes los europeos después de la Segunda Guerra Mundial, ya que sus sociedades quedaron debilitadas, sus industrias destruidas y sus economías endeudadas (el famoso Plan Marshall no fue un acto de caridad, ni mucho menos como se conoce actualmente).

Esta gran Comunidad ha comenzado a participar en bloque para tomar decisiones vitales para la humanidad; es por eso que el reciente encuentro con Latinoamérica en la ciudad de Lima se vieron temas que no se centran en lo meramente económico o comercial. Muchos de los puntos tratados distan de comulgar con una visión meramente liberal. El delicado balance ecológico del planeta y el desarrollo justo de los pueblos muchas veces chocan con intereses económicos poderosos. Europa es conciente de eso, pero acepta el riesgo y surge como una abanderada para luchar por el futuro del planeta, objetivo muy distante de políticos y empresarios, cuyos objetivos son precisamente los contrarios.


CONFRATERNIDAD (JOYEUX NOËL) CHRISTIAN CARION 2005 Es un film inspirado en un hecho real acaecido en 1914, inicios de la Primera Guerra Mundial. La guerra se había declarado en el verano de ese año y para navidad, ya habían muerto varios ciudadanos europeos de diversos bandos. En una zona de Bélgica, se hallaban soldados de Escocia, Alemania y Francia, atrincherados, ateridos y nostálgicos esperando la Noche Buena. Una tregua promovida por la ocasión se va convirtiendo en un espacio en el cual confluyen las buenas intenciones hasta que todos los bandos deciden ayudarse uno a otro. Esta acción no es vista con buenos ojos por las autoridades de cada uno de los países en conflicto, por lo que deciden trasladar las tropas acantonadas a otras trincheras: esta suerte de rebelión pacifista fue desarticulada por las cúpulas militares. 55 años después de haberse declarado y fomentado la Comunidad Europea, este film reúne la esencia de las buenas intenciones entre las naciones que vivieron sombríos años de guerras y destrucción. En la película se habla francés, inglés y alemán.

GENTE DE ROMA (GENTE DI ROMA) ETTORE SCOLA 2003 Tal como alguna vez Fellini hizo una película cuasi documentaria de Roma, Ettore Scola se embarca en realizar la Roma de los inicios del siglo XXI. Ya es una Roma con nuevos rostros. Si Fellini vio una Roma de emigrantes campesinos o de pequeñas urbes de la Italia meridional, Scola ve una Roma más cosmopolita, más internacional y agobiada con problemas de toda gran urbe: tráfico denso, polución, cierta violencia urbana y utiliza la cámara para retratar ya no sus monumentos, sino su población, el peatón, el ciudadano medio que vive su cotidianeidad entre toda esa “fauna” que puebla sus calles, su metro, sus grandes e históricos espacios públicos.

EUROPA, EUROPA AGNIESZKA HOLLAND 1990 Un polémico film de esta directora. Se trata de la historia de un personaje, Salomón Perel, judío quien se hace pasar por ario. Después de los tenebrosos sucesos de la Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht), Salomón huye a Polonia, pensando que este país era un lugar seguro; posteriormente Hitler decide invadirlo y los ataques antisemitas se profundizan por lo que huyen a la Unión Soviética; en 1941 Alemania la invade y las masacres acaecen en territorio de la actual Ucrania; su conocimiento del alemán lo ayuda a escapar y se hace pasar como parte de la minoría lingüística alemana que había quedado rezagada en estos territorios. Sobrevive como un nazi una vez desplazado a Alemania. La idea de sobrevivir está por encima de valores e ideales. Tras la guerra, logra emigrar a Israel y es uno de los testigos de la creación de esa nación. Polémico film.

LA VIDA DE LOS OTROS (DAS LEBEN DER ANDEREN) FLORIAN HENCKEL-DONNERSMARCK 2006 Tras la caída del muro y la reunificación alemana, Alemania vive varios momentos para la reconstrucción de su pasado. En la ex Alemania Oriental era usual espiar a la gente para ver qué hacía y cuidar la integridad de la nación (función que cumplen el FBI, la KGB, etc.) La famosa STASI alemana tenía esa misión en plena Guerra Fría. Los espías controlaban la vida de las personas e ingresaban a al intimidad de las mismas; esto podía generar en ambas partes situaciones especiales como las propuestas en este film que reconstruye este periodo. Aunque mucha gente piense que estos actos no suceden con frecuencia, la realidad demuestra todo lo contrario y se ha presentado en toda sociedad, incluida la nuestra, sino basta averiguar sobre los famosos chuponeos telefónicos hechos por diversos gobiernos.

ITALIANO PARA PRINCIPIANTES (ITALIENSK FOR BEGYNDERE) LONE SCHERFIG 2000 Este film es heredero de la famosa escuela de Copenhague, DOGMA 95. El film es muy fresco y se convierte, pese a los dramas narrados, es una simpática comedia danesa que incluye diversos personajes masculinos y femeninos cotidianos que muestran cierto interés por aprender italiano por diversas razones. Casi como toda esa emoción de los europeos por volver a las raíces, a los fundamentos, un grupo de estos heterogéneos estudiantes culmine su experiencia viajando a Venecia. El italiano es un pretexto para congregar a personajes tan disímiles como singulares. El film pertenece a este movimiento, siendo el quinto y el primero dirigido por una mujer.

MAMÁ CUMPLE 100 AÑOS CARLOS SAURA 1979 Este film pertenece a todo ese ciclo de películas que hizo Saura para entender la influencia del franquismo y la España posterior a su muerte. Está muy cargada de simbología sobre la identidad española y cada uno de los personajes encarna en sí un rol de lo que fue la estructura sociopolítica de lo que fue la España de entonces. Saura fue muy agudo en su visión social, describe esos lentos cambios desde MI PRIMA ANGÉLICA y con la brillante CRÍA CUERVOS; y cierra esa década con este entrañable film, que además reúne una serie de actores iconos de la época como la genial Rafaela Aparicio y Fernando Fernán Gómez, además de la atractiva Amparo Muñoz, y su ex esposa Geraldine Chaplin en un extraño rol catalizador.

LO QUE QUEDA DEL DÍA (REMAINS OF THE DAY) JAMES IVORY 1993 Esta es una entrañable película que tiene por narrador principal a un mayordomo de extrema rigidez laboral, quien trabaja a órdenes de un aristócrata muy importante en las decisiones geopolíticas de la corona británica un poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Es una reconstrucción de la historia de una nación que refiere a la población colaboracionista o simpatizante del enemigo antes, durante y luego de una guerra. Movidos por el chauvinismo (en muchos casos) como por el sentido de protección de la colectividad a la que te identificas, la población asume una actitud punitiva con este sector de personas que actuó de acuerdo a sus intereses. Este film habla de eso: poco antes de la Segunda Guerra Mundial, los países aliados querían contener el avance de la Alemania nazi. La aristocracia de esas naciones son las primeras afectadas ya que los matrimonios entre estos se realizaban cruzando fronteras; al estallar un conflicto, un esposo o esposa se convertía en un enemigo. Así pues, las casas germánicas tuvieron un perfil bajo durante el conflicto (El príncipe consorte de la Reina Isabel II de Inglaterra es de origen alemán). Los historiadores hablan incluso del hecho que el rey claudicante Jorge era germanófilo. Este tema es expuesto de manera colateral durante esta interesante historia de amor entre sirvientes en la casa de un noble tristemente cándido.

EL HOMBRE DEL TREN (L´HOMME DU TRAIN) PATRICE LECONTE 2002 Esta película está centrada en la extraña amistad que desarrollan dos hombres bastante opuestos, pero que ven en el otro lo que uno anhela ser. Vemos cómo se concreta esta a través de diálogos muy simpáticos y reflexivos. La película discurre en un proceso de conocimiento de uno del otro, y estos a su vez a los espectadores del film, sin muchos contratiempos ni acciones distractoras que perturben la narración del mismo. Trabajan dos actores fetiches del director; uno de ellos es el famoso cantante Johnny Halliday y el otro el extraordinario Jean Rochefort, quien ya lo hemos en otros filmes de su misma autoría.

¡ADIÓS, LENIN! (GOOD BYE, LENIN!) WOLFGANG BECKER 2003 Tal como se había comentado al respecto, Alemania está haciendo una revisión de su historia tras la reunificación. Esta es una película que nos muestra la campaña de adoctrinamiento que vivieron los ciudadanos de la ex Alemania Oriental; podría ser vista como una visión ácida, pero algunos detalles nos muestran ciertas circunstancias que nos hacen ver que no todo era malo o lo contrario. Los primeros años de la reunificación fueron dolorosos para los ex orientales, ya que fueron apabullados por el voraz apetito capitalista; propiedades comunales pasaron a manos de empresarios quienes sin miramientos lanzaron a la calle a muchos ciudadanos, muchos de ellos viejos. Los orientales comenzaron a consumir de manera alocada productos atractivos que después no tenían cómo pagar; y el alza de impuestos obligó a los occidentales a soltar más de su bolsillo; recuerdo una frase bastante sintomática: “wir wollen eine neuer Mauer, aber zehn Metter höher” (“queremos un nuevo muro, pero diez metros más alto ahora”) Esta sarcástica comedia quiere hacer vernos este lado simpático de este hecho, pero lo acaecido no fue del todo simpático ni del todo bien aceptado. Para reflexionar.

MATCH POINT WOODY ALLEN 2005 Este es el primer film de este famoso director norteamericano, quien se instaló en Londres por diversas razones, algunas de ellas peliagudas. Su viaje hacia el antiguo continente no mató su creatividad y nos dio esta belleza de film, en la que se discute diversos problemas morales ligados a la fidelidad y la verdad. Un arribista chico deportista de origen humilde quiere casarse con la hermana de su mejor amigo, quien es una persona de familia acomodada; en el camino, conoce a otra chica. Su enamoramiento le acarrea problemas para lograr su objetivo y toma decisiones drásticas. Allen siguió con su carrera en la comunidad cinematográfica británica con muy buenos resultados.

domingo, 3 de agosto de 2008

VISITA A PIURA


El mes pasado, el 19 y 20 estuve por Piura, ciudad en la que nací pero con la cual mi relación es un poco tortuosa (sobre todo por el clima. Antes iba con cierta frecuencia y he tenido la suerte de haber ido no sólo a las playas (bonitas, pero que no disfruto mucho por el barullo que se han convertido los balnearios, sobre todo Máncora y Colán), sino de haber ido a la sierra en dos oportunidades: CANCHAQUE y HUANCABAMBA. En este último lugar estuve en las HUARINGAS, lugar fascinante y bastante agreste aún en cuanto a su acceso (creo que ahí radica su encanto). El viaje último a Piura me ha servido para descubrir dos lugares interesantes: el museo de CULTURA FRÍAS y NARIHUALÁ. El pequeño museo contiene una de las bellas miniaturas de la cultura Frías, la cual se desarrolló cerca de la población de Chulucanas. El problema es que el museo tiene escasa seguridad y la pequeña (pero valiosa) colección de piezas de oro y plata es una tentación para ladrones por pedidos, los cuales abundan en nuestro país y trabajan para los grandes comercializadores de obras de arte. Seguiremos más tarde con más observaciones.

sábado, 17 de mayo de 2008

MAYO DEL 68 ¿QUÉ PASÓ?. ARTÍCULO DE ALAN WOOS
















AUTOR: ALAN WOODS

http://www.elmilitante.org/content/view/4697/85/

Este artículo me pareció muy bueno y nos muestra lo que fue ese mayo del 68. Tomando distancia con las posiciones doctrinarias, es un extraordinario documento sobre este acontecimiento que los jóvenes no deben perder de vista y de motivación. (Gerardo Cailloma)

Previsión y estupefacción

Mayo de 1968 fue la mayor huelga general de la historia. Este poderoso movimiento tuvo lugar en el punto culminante del auge económico capitalista de la posguerra. Entonces, como ahora, la burguesía y sus apologistas se felicitaban porque las revoluciones y la lucha de clases eran cosas del pasado. Por eso, cuando llegaron los acontecimientos franceses de 1968, parecían caer como rayos de un cielo azul claro. También pillaron por sorpresa a la izquierda que en su mayoría había descartado a la clase obrera europea como fuerza revolucionaria.
En mayo de 1968, The Economist publicó un suplemento especial sobre Francia para celebrar los diez años de gobierno gaullista. En este suplemento, Norman Macrae elogiaba los éxitos del capitalismo francés, destacaba que los franceses tenían niveles de vida más altos que los británicos, comían más carne, poseían más automóviles y otras cosas por el estilo. Citaba la "gran ventaja nacional" de Francia sobre su vecino del otro lado del Canal: sus sindicatos eran "penosamente débiles". Apenas se había secado la tinta en el artículo de Macrae cuando la clase obrera francesa asombró al mundo con una insurrección social sin parangón en los tiempos modernos.

Los acontecimientos de mayo no fueron previstos por los estrategas del capital, ni en Francia ni en ninguna otra parte. No fueron previstos por los dirigentes estalinistas ni reformistas. Peor aún fue la posición de las damas y caballeros intelectuales que se consideraban marxistas (la mayoría de los cuales habían pasado décadas hablando de la "lucha armada", la insurrección etc.,) no sólo no previeron ningún movimiento de los trabajadores franceses, sino que negaban específicamente cualquier posibilidad de que éste pudiera desarrollarse.

Tomemos a uno de los "teóricos" de los marxistas académicos, André Gorz. Este individuo escribió en un artículo que "en el futuro previsible no habría ninguna crisis del capitalismo europeo tan radical como para llevar a las masas de trabajadores a huelgas generales revolucionarias o insurrecciones armadas en apoyo de sus intereses vitales". (A. Gorz. Reform and Revolution. Publicado en The Socialist Register. 1968. El subrayado es mío). Estas líneas fueron publicadas en mitad de la mayor huelga general revolucionaria de la historia.

Gorz no era el único que descartaba la lucha revolucionaria de la clase obrera. Ese "gran marxista" llamado Ernest Mandel, sólo un mes antes de estos grandes acontecimientos, habló en una reunión en Londres. Durante su intervención, habló sobre todo lo que había bajo el sol pero no dedicó ni una sola palabra a la situación de la clase obrera francesa. Cuando una o dos personas le preguntaron desde la sala por esta contradicción, su respuesta fue que los trabajadores estaban aburguesados y "americanizados", que los trabajadores franceses no protagonizarían ningún acontecimiento de este tipo durante los próximos veinte años.



El contexto

Lo que ninguno de estos caballeros comprendía era que el largo período de auge capitalista que comenzó en 1945 había transformado la correlación de fuerzas de clase y fortalecido enormemente a la clase obrera europea. Después de la experiencia de la Comuna de París la burguesía francesa tenía un miedo mortal al crecimiento del proletariado y trató de evitarlo desarrollando una economía rentista parasitaria muy basada en el capital financiero, en la banca y las colonias. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial la industria francesa se desarrolló de una forma importante y provocó un rápido fortalecimiento del proletariado y el declive general del campesinado.

El desarrollo de la industria creó un proletariado mucho más fuerte que en los años treinta y más aún que en la época de la Comuna de París, cuando prácticamente todos los trabajadores estaban en pequeñas empresas. Incluso en 1931, casi dos tercios de todas las empresas industriales de Francia no empleaban trabajadores asalariados y otro tercio de ellas empleaban a menos de 10. Sólo el 0,5% de las empresas industriales empleaban a más de cien trabajadores.

En la crisis revolucionaria de 1936 la mitad de la población francesa ganaba su sustento de la agricultura, mientras que hoy la población rural es inferior al 6% de la población. En 1968 la clase asalariada había crecido no sólo en número, sino también en términos de su potencial para la lucha. En 1968 se pudo ver este cambio fundamental en el papel clave que jugaron fábricas gigantescas como la Renault de Flins, con una plantilla de 10.500 trabajadores, de los cuales 10.000 participaron en los piquetes y con un mínimo de 5.000 trabajadores asistiendo regularmente a las asambleas de huelga.

En 1936, cuando la correlación de fuerzas de clase era infinitamente menos favorable. Trotsky dijo que el PCF y el PSF podrían haber tomado el poder: "Si el partido de León Blum realmente fuera socialista, podría, basándose en la huelga general, haber derrocado a la burguesía en junio, casi sin guerra civil, con los mínimos trastornos y sacrificios. Pero el partido de Blum es un partido burgués, el hermano más joven del podrido radicalismo". (León Trotsky. ¿A dónde va Francia? El subrayado es mío).

La correlación de fuerzas en 1968 era inmensamente más favorable. Era posible la transformación pacífica, si los dirigentes del PCF hubieran actuado como harían los marxistas. Es esencial insistir en este punto. Sólo la traición de los dirigentes reformistas, que se negaron a tomar el poder cuando existían las circunstancias más favorables, impidió a los trabajadores franceses tomar el poder.


El papel de los estudiantes

Los estudiantes siempre son un barómetro sensible de las tensiones que se están acumulando en las profundidades de la sociedad. La oleada de manifestaciones y ocupaciones estudiantiles que precedieron a los acontecimientos de mayo fue como el relámpago que anuncia la tormenta. En los meses previos a mayo ya había fermento entre los estudiantes que se había expresado en una serie de manifestaciones y ocupaciones.

Frente a la oleada ascendente de protestas estudiantiles, el rector de la prestigiosa universidad de la Sorbona decidió cerrarla; era la segunda vez en sus setecientos años de historia. La primera fue en 1940 cuando los nazis ocuparon París. El intento de la policía de desalojar el patio de la Sorbona el 3 de mayo fue la chispa que prendió el barril de pólvora. La violencia estalló en el Barrio Latino, el resultado fueron más de cien heridos y 596 arrestados. Al día siguiente se suspendieron los cursos en la Sorbona. Las principales organizaciones estudiantiles, la UNEF y el Snesup convocaron huelgas indefinidas. El 6 de mayo hubo nuevos enfrentamientos en el Barrio Latino: 422 detenidos, 345 policías y unos 600 estudiantes resultaron heridos. La represión provocó una amplia indignación. Los estudiantes enfurecidos arrancaron adoquines para arrojárselos a la policía y levantaron barricadas siguiendo la buena vieja tradición francesa. Los estudiantes de las universidades de toda Francia salieron en su apoyo.

La noche del 10 de mayo hubo una amplia revuelta en el Barrio Latino. Los manifestantes levantaron barricadas que la policía atacó con gran violencia. Las bandas armadas de la CRS (policía antidisturbios) asaltaron apartamentos privados y golpearon salvajemente a gente corriente, incluso a una mujer embarazada. Pero se encontraron con una resistencia que no esperaban. Los parisinos desde las ventanas bombardearon a la policía con macetas y otros objetos pesados. De los 367 hospitalizados, 251 eran policías. Otras 720 personas resultaron heridas y 468 detenidas. Se quemaron o destrozaron coches. El Ministro de Educación insultó a los manifestantes: "Ni doctrine, ni foi, ni loi" (Ni doctrina, ni fe, ni ley).

Durante la primera semana, los dirigentes del PCF habían menospreciado a los estudiantes y los dirigentes sindicales habían intentado ignorarles. L'Humanité publicó un artículo del que sería futuro líder del PCF, George Marchais, con el título: "Hay que desenmascarar a los falsos revolucionarios". Pero frente a la indignación general de la población y la presión de la base, la burocracia sindical tuvo que entrar en acción. El 11 de mayo los principales sindicatos, CGT, CFDT y FEN, convocaron una huelga general para el 13 de mayo. Unas 200.000 personas se manifestaron gritando consignas como: "¡De Gaulle, asesino!"

George Pompidou, entonces primer ministro, regresó rápidamente a París y anunció la reapertura de la Sorbona ese mismo día. Pretendía ser un gesto de compromiso para evitar una explosión social. Pero era demasiado poco y muy tarde. Las masas lo vieron como un signo de debilidad y siguieron adelante.


La huelga general

El fermento entre los estudiantes sólo era la manifestación más evidente del descontento de la sociedad francesa. A pesar del auge económico, los empresarios franceses habían aplicado una presión despiadada sobre los trabajadores. Debajo de la superficie de aparente calma existía una enorme acumulación de descontento, rencor y frustración. Ya en enero hubo intercambios violentos durante una manifestación de huelguistas en Caen.

La huelga general del 13 de mayo marcó un punto de inflexión cualitativo. Cientos de miles de estudiantes y trabajadores se lanzaron a las calles de París. Una idea de la situación es la siguiente descripción de la poderosa manifestación de un millón de personas que tomó las calles de París el 13 de mayo:

"Pasaban constantemente hileras. Había secciones enteras de personal hospitalario con batas blancas, algunos llevaban carteles en los que se podía leer: 'Où sont les disparus des hôpitaux?' (¿Dónde están los heridos desaparecidos?). Cada fábrica, cada centro de trabajo importante parecía estar representado. Había numerosos grupos de ferroviarios, carteros, impresores, personal del Metro, trabajadores del aeropuerto, comercio, electricistas, abogados, alcantarillado, banca, construcción, del vidrio y el sector químico, camareros, empleados municipales, pintores y decoradores, trabajadores del gas, dependientas, oficinistas de aseguradoras, barrenderos, operadores de cine, trabajadores de autobús, profesores, trabajadores de las nuevas industrias del plástico, todos ellos en filas, la sangre de la sociedad capitalista moderna, una masa interminable, una fuerza que podía arrastrar todo lo que se encontrara a su paso, si se decidía a hacerlo". (Citado en Revolutionary Rehearsals. p. 12).

Los dirigentes de los sindicatos esperaban que esta manifestación bastaría para detener el movimiento, no tenían intención de continuar y extender la huelga general. Para ellos la manifestación sólo era una forma de soltar vapor. Pero una vez comenzó, el movimiento pronto adquirió vida propia. La convocatoria de huelga general fue como una roca pesada lanzada sobre un lago tranquilo. Las ondas se extendieron a cada rincón de Francia. Aunque sólo había aproximadamente tres millones y medio de trabajadores organizados en sindicatos, en la huelga participaron diez millones y comenzó una oleada de ocupaciones de fábrica en toda Francia.

El 14 de mayo, un día después de la manifestación de masas en París, los trabajadores ocuparon Sud-Aviation en Nantes y la fábrica de Renault en Cléon, seguidos por los trabajadores de Renault en Flins, Le Mans y Boulogne-Billancourt. Comenzaron huelgas en otras fábricas por toda Francia, además de RATP y SNCF. No se distribuían los periódicos. El 18 de mayo, los mineros del carbón dejaron de trabajar y el transporte público se paralizó en París y en otras ciudades importantes. Los ferrocarriles nacionales fueron los siguientes, seguidos por el transporte aéreo, los astilleros, los trabajadores del gas y la electricidad (que decidieron mantener el suministro doméstico), los servicios postales y los ferris que cruzan el Canal de la Mancha.

Los trabajadores tomaron el control de los suministros petroleros en Nantes, negaron la entrada a todos los camiones cisterna que no llevaban autorización del comité de huelga. Se colocó un piquete en el único surtidor de gasolina que funcionaba en la ciudad, así se garantizaba que el único combustible suministrado era para los médicos. Se establecieron contactos con las organizaciones campesinas en las zonas circundantes, se organizaron los suministros de comida, los precios eran fijados por los trabajadores y los campesinos. Para evitar la especulación, las tiendas tenían que mostrar una pegatina en el escaparate con las palabras: "Esta tienda está autorizada a abrir. Sus precios están bajo la permanente supervisión de los sindicatos". La pegatina iba firmada por la CGT, la CFDT y FO. Un litro de leche se vendía a 50 céntimos comparado con su precio normal de 80 céntimos. El kilo de patatas pasó de 70 a 12 céntimos. Uno de zanahorias de 80 a 50 y así sucesivamente.

Los estudiantes, los profesores, los profesionales, campesinos, científicos, futbolistas, incluso las bailarinas del Follies Bergères salieron a la lucha. En París los estudiantes ocuparon la Sorbona. El teatro de l'Odéon fue ocupado por 2.500 estudiantes y los estudiantes de secundaria ocuparon los institutos:

"La fiebre de la ocupación afectó a la intelectualidad. Los médicos radicales ocuparon los locales de la Asociación Médica, los arquitectos radicales proclamaron la disolución de su asociación, los actores cerraron todos los teatros de la capital, los escritores encabezados por Michel Butor ocuparon la Societe de Gens de Lettres en el Hotel de Massa. Incluso los ejecutivos de las empresas participaron ocupando durante un tiempo el edificio del Conseil National du Patronat Francais, después se trasladaron a la Confederation Generale des Cadres". (David Caute. Sixty-Eight, the Year of the Barricades. P. 203).

Como las escuelas estaban cerradas, los profesores y los estudiantes organizaron guarderías, ludotecas, comidas gratuitas y actividades para los hijos de los huelguistas. Se crearon comités de mujeres de huelguistas que jugaron un papel destacado en la organización de los suministros alimenticios. No sólo los estudiantes, sino también los abogados profesionales estaban infectados por el microbio de la revolución. Los astrónomos ocuparon un observatorio. Hubo una huelga en el centro de investigación nuclear de Saclay, donde la mayoría de los 10.000 empleados eran investigadores, técnicos, ingenieros y científicos. Incluso la iglesia se vio afectada. En el Barrio Latino, jóvenes católicos ocuparon la iglesia y exigían un debate en lugar de misa.

El poder en las calles
Los disturbios en París continuaron, los trabajadores y estudiantes desafiaban el gas lacrimógeno y las cargas policiales. En una sola noche hubo 795 detenidos y 456 heridos. Los manifestantes intentaron incendiar la Bolsa de París considerada un símbolo odiado del capitalismo. Un comisario de policía fue asesinado en Lyon por un camión.

Una vez metidos en la lucha, los trabajadores comenzaron a tomar iniciativas que iban más allá de los límites de una huelga normal. Un elemento clave en la ecuación fueron los medios de comunicación de masas. Formalmente, eran armas poderosas en manos del Estado. Pero también dependían de los trabajadores que manejaban las emisoras de radio y televisión. El 25 de mayo, la radiotelevisión estatal, la ORTF, se puso en huelga. Suprimieron las noticias de las ocho de la tarde. Los impresores y los periodistas impusieron una especie de control obrero sobre la prensa. Los periódicos burgueses tenían que someter sus editoriales al escrutinio y debían publicar las declaraciones de los comités obreros.

La Asamblea Nacional discutió la crisis universitaria y las batallas del Barrio Latino. Pero los debates en los salones de la asamblea ya eran irrelevantes. El poder se había escapado de las manos de los legisladores y ahora estaba en las calles. El 24 de mayo, el presidente De Gaulle anunció un referéndum en la radio y la televisión. El plan de De Gaulle de celebrar un referéndum fue frustrado por la acción de los trabajadores. El general fue incapaz incluso de conseguir imprimir las papeletas del referéndum debido a la huelga de los trabajadores de imprenta franceses y la negativa de sus colegas belgas a actuar como esquiroles. Este no fue el único ejemplo de solidaridad internacional. Los conductores de tren alemanes y belgas detenían sus trenes en la frontera francesa para no romper la huelga.

Las fuerzas de la reacción, hasta ese momento aturdidas y obligadas a estar a la defensiva, comenzaron a organizarse. Se crearon los Comités de Defensa de la República, CDR, como un intento de movilizar a la clase media contra los trabajadores y estudiantes. La correlación de fuerzas de clase no es una cuestión puramente numérica del tamaño de la clase obrera respecto al campesinado y la clase media en general. Una vez el proletariado entra en la lucha decisiva y demuestra ser una fuerza poderosa en la sociedad, atrae rápidamente a la masa explotada de campesinos y pequeños comerciantes que son víctimas de los bancos y los monopolios. Este hecho era evidente en 1968, cuando los campesinos levantaron bloqueos de carreteras alrededor de Nantes y distribuían comida gratis a los huelguistas.

El mito del "Estado fuerte"

El movimiento pilló totalmente desprevenidos a la clase dominante y al gobierno. Estaban aterrorizados ante el movimiento de los estudiantes, Pompidou admitía en sus memorias: "Algunos... han pensado que al reabrir la Sorbona y liberar a los estudiantes yo había demostrado debilidad y había puesto en marcha de nuevo la agitación. Yo respondería simplemente lo siguiente: supongamos que, el lunes 13 de mayo la Sorbona hubiera seguido cerrada bajo protección policial. ¿Quién se puede imaginar que la multitud, avanzando hacia Denfert-Rocearau no habría conseguido entrar llevándose todo por delante como un río en una inundación? Prefería dar la Sorbona a los estudiantes que verla tomada por la fuerza". (G. Pompidou. Por Rétablir une Verité. pp. 184-185).

En otra parte añade: "La crisis era infinitamente más seria y más profunda; el régimen se mantendría o sería derrocado, pero no podía ser salvado con una simple remodelación ministerial. No era mi posición la que se ponía en duda. Era el general De Gaulle, la Quinta República y, hasta cierto punto, el propio poder republicano". (Ibíd., p. 197. El subrayado es mío).

¿A qué se refería Pompidou cuando hablaba de que "el propio poder republicano" estaba en peligro? Lo que quería decir es que el Estado burgués estaba en peligro de ser derrocado. Y en esta idea, tenía bastante razón. Más adelante Pompidou intentó difuminar la crisis reabriendo la Sorbona, pero el movimiento simplemente fue a más, con una manifestación de 250.000 personas. Aterrorizado de que los estudiantes pudieran unirse a los obreros y tomar el Elysée, el palacio presidencial fue evacuado.

De Gaulle, inicialmente, depositó su confianza en los dirigentes estalinistas para salvar la situación. A su Ayudante de Campo Naval, François Flohic, le dijo: "No te preocupes, Flohic, los comunistas les mantendrán bajo control". (Phillippe Alexandre. L'Elysée en péril. P. 299). ¿Qué es lo que demuestran estas palabras? Ni más ni menos que el sistema capitalista no podría existir sin el apoyo de los dirigentes obreros reformistas (y estalinistas). Este apoyo les es mucho más valioso que cualquier cantidad de tanques y policías. De Gaulle, como burgués inteligente, lo entendía perfectamente. En un intento de demostrar su suprema indiferencia hacia los acontecimientos en Francia, el presidente De Gaulle hizo una visita de estado a Rumania, donde fue recibido con los brazos abiertos por el "comunista" Ceausescu. Sin embargo, la confianza del general no duraría demasiado.

La esencia de una revolución es que las masas empiezan a participar activamente en los acontecimientos, comienzan a tomar los asuntos en sus propias manos. De regreso a Francia, los dirigentes "comunistas" estaban perdiendo el control. A bandera roja ondeaba en las fábricas, escuelas, universidades, bolsas de trabajo, incluso en los observatorios astronómicos. El gobierno era impotente, estaba suspendido en el aire debido a la insurrección. El "Estado fuerte" gaullista estaba paralizado. El poder realmente estaba en las manos de la clase obrera.

Los informes del rápido deterioro de la situación en París conmocionaron a De Gaulle. Frente a la creciente marea de rebelión el presidente tuvo que abandonar su pose de indiferencia, interrumpir su viaje a Rumanía y regresar rápidamente a Francia. En el palacio del Elysée, el presidente De Gaulle pronunció las inmortales palabras: La réforme, oui; la chienlit, non (¡La reforma sí, los mocosos, no!). La palabra chienlit es difícil de traducir pero significa un niño que todavía no ha aprendido a utilizar un orinal.

Al utilizar este lenguaje, De Gaulle expresaba su desprecio por los "chicos" en las calles. Pero el movimiento había ya ido más allá de la etapa de manifestaciones estudiantiles. Era como una enorme bola de nieve rodando hacia abajo por una montaña escarpada, ganando fuerza e impulso a cada momento. Capas sociales de lo más inesperadas se vieron arrastradas por el torbellino de lucha revolucionaria. Los profesionales del cine ocuparon el Festival de Cine de Cannes. Importantes directores de cine franceses retiraron sus películas de la competición y el jurado dimitió, obligando al cierre del festival.

El 20 de mayo se calcula que 10 millones estaban en huelga, el país se encontraba prácticamente paralizado. El 22 de mayo fracasó una moción de censura presentada por los partidos de la oposición, les faltaron 11 votos para conseguir la mayoría en la Asamblea Nacional. El gobierno estaba en una situación inestable y De Gaulle sumido en la desesperación. Fue precisamente en este momento cuando los dirigentes de las confederaciones sindicales lanzaron una cuerda de salvamento a De Gaulle haciendo una declaración en la que mostraban su disposición a negociar con la asociación de empresarios y el gobierno.

La Asamblea Nacional aprobó una amnistía para los manifestantes. ¡Naturalmente! Después de no conseguir aplastar el movimiento mediante la represión, las autoridades recurrieron a las concesiones para intentar enfriar la situación y ganar tiempo. De esta manera, tanto el gobierno como los dirigentes sindicales colaboraron para desviar el movimiento revolucionario y encauzarlo hacia canales seguros. Mientras ofrecían concesiones a los dirigentes estudiantiles y sindicales, el Estado continuaba con la represión selectiva dirigida contra los que consideraba elementos subversivos. Daniel Cohn-Bendit, al estudiante anarquista le retiraron su permiso de residencia. Fue un movimiento estúpido porque la influencia real de Cohn-Bendit en el movimiento era mínima. Pero la acción del gobierno consiguió provocar una manifestación de masas en París para protestar por esta medida.

De Gaulle desmoralizado
El biógrafo de De Gaulle, Charles Williams, describe de manera gráfica su estado de ánimo en la víspera de su discurso a la nación del 24 de mayo:

"No hay duda de que después de la excitación de Rumania, el general estaba profundamente conmocionado por lo que se encontró a su regreso a Francia. Durante los siguientes tres días, a un visitante que no lo había visto durante algún tiempo, le pareció viejo e indeciso, su andar encorvado más acentuado. Parecía como si todo eso estuviese siendo demasiado para él.

"El discurso del 24 de mayo, cuando se produjo, fue un fracaso total. El general parecía y sonaba insincero, asustado. Es cierto, él anunció un referéndum sobre la 'participación', pero no estaba claro cuál iba a ser el contenido concreto de la pregunta y, a aquellos que le escucharon, les sonó sospechosamente como un truco. Dijo que era el deber del Estado asegurar el orden público, pero a su voz le faltaba su vieja resonancia y sus frases, aunque todavía utilizaban el viejo lenguaje solemne, de alguna manera, ya no llevaban la misma convicción. Se presentó como un hombre viejo, cansado y herido. Sabía que había perdido. 'He fallado el objetivo', dijo esa noche. Lo mejor que Pompidou le pudo decir fue: 'Podía haber sido peor'.

"Pero el estado de ánimo de De Gaulle en la mañana del 25 de mayo había empeorado. Estaba, en palabras de uno de sus ministros, 'postrado, encorvado y envejecido'. Repetía una y otra vez, 'esto es un lío'. Otro ministro le encontró como un hombre viejo que no 'tenía sentido por el futuro'. El general envió a buscar a su hijo Phillippe, que encontró a su padre 'cansado' y se dio cuenta de que casi no había dormido. Phillippe sugirió que su podría irse al puerto atlántico de Brest, sombras de 1940, pero le dijeron que no se rendiría.

"Desde el 25 al 28 de mayo, De Gaulle se mantuvo en un estado de profundo pesimismo. Las negociaciones de Pompidou con los sindicatos habían sido una farsa. Simplemente les había dado todo lo que pedían: enormes aumentos salariales y beneficios sociales, y un aumento del salario mínimo del 35%. El único obstáculo era que, incluso después de haber firmado, la CGT insistió en que tenían que ser ratificados por sus militantes. George Séguy, el dirigente de la CGT, se fue rápidamente hacia el barrio parisino de Billancourt, donde 12.000 trabajadores de la Renault estaban en huelga. Cuando se les planteó el acuerdo, humillaron a Séguy rechazándolo de plano. Los llamados acuerdos de Grenelle fueron abortados.

"El Consejo de Ministros se reunió a las 3 de la tarde del 27 de mayo, poco después de que los trabajadores de Renault rechazaran los acuerdos de Grenelle. El general lo presidía, pero se notó que su corazón y su mente estaban en otra parte. Miraba a sus ministros sin verles, sus manos listas en la mesa frente a él, sus hombros hundidos, aparentemente 'totalmente indiferente' a lo que pasaba a su alrededor. Hubo una discusión sobre el referéndum, el general aparentemente sólo escuchó trozos de ella". (C. Williams. The Last Great Frenchman. A life of General De Gaulle. Pp. 463-4-5. El subrayado es mío).

Estos extractos de una biografía favorable a De Gaulle, pinta una imagen intensa de la total desorientación, pánico y desmoralización en la que estaba inmerso. Según el embajador norteamericano, De Gaulle le dijo: "el juego se ha acabado. En unos pocos días los comunistas estarán en el poder".

¿Intervención militar?
La situación había alcanzando un punto donde ya no se podía resolver por métodos parlamentarios normales. ¿Qué se podía hacer? La intervención militar fue una de las opciones barajadas por De Gaulle desde el mismo comienzo de la huelga general. En las primeras etapas de la huelga, se hicieron planes para detener y encarcelar a más de 20.000 activistas de izquierda en el estadio de invierno, donde habría sufrido un destino similar al de sus homólogos chilenos cinco años después.

Pero la operación nunca se puso en práctica. Estos planes del gobierno francés son similares a los planes de todas las clases dominantes en la historia cuando se enfrentan a la revolución. El gobierno del zar Nicolás ("el sangriento" como le llamaban) no estaba falto de estos planes militares de contingencia antes de febrero de 1917. Pero otra cosa bien distinta era llevar estos planes a la práctica, como descubrió Nicolás a su propia costa. Lo que es decisivo en una revolución no son los planes del régimen, sino la correlación real de fuerzas en la sociedad. De Gaulle era un burgués bastante astuto, plenamente consciente de la situación real (aunque, como veremos, al principio la subestimó y como resultado cometió un error muy serio. Como todos los demás, tampoco esperaba que los trabajadores franceses se movieran).

De Gaulle estaba al borde de un abismo. Aterrorizado por el inmenso alcance del movimiento, el general era completamente pesimista. Estaba convencido de que los dirigentes comunistas llegarían al poder. Innumerables testigos confirman que De Gaulle estaba totalmente postrado y desmoralizado, que al menos en dos ocasiones contempló la idea de huir del país. Su propio hijo le pidió que escapara a través de Brest, otras fuentes dicen que consideró la posibilidad de quedarse en Alemania Occidental, donde tenía que ir a visitar al general Masseu. De Gaulle era un político inteligente y calculador que nunca actuaba por impulsos y, raramente, perdía los nervios. Si le dijo al embajador norteamericano: "el juego se ha acabado. En unos pocos días los comunistas estarán en el poder", es porque lo creía. Y no sólo él, sino también la mayoría de la clase dominante.

Sobre el papel, De Gaulle tenía a su disposición una maquinaria formidable de represión. Había unos 144.000 policías (armados) de distintas categorías, incluidos 13.500 de la tristemente famosa policía antidisturbios CRS, y unos 261.000 soldados estacionados en Francia o en Alemania Occidental. Si se aborda la cuestión desde un punto de vista puramente cuantitativo, entonces habría que descartar no sólo la posibilidad de una transformación pacífica, sino también de la revolución en general, y no sólo en Francia en 1968. Desde este punto de vista, ninguna revolución habría triunfado jamás en toda la historia. Pero la cuestión no se puede plantear de esta manera.

En toda revolución se levantan voces que intentan asustar a la clase oprimida con el espectro de la violencia, el derramamiento de sangre y la "inevitabilidad de la guerra civil". Kámenev y Zinoviev hablaban exactamente de la misma forma en vísperas de la insurrección de Octubre. Heinz Dieterich y los reformistas en Venezuela hoy utilizan la misma línea de argumentación para intentar poner freno a la revolución venezolana.

"Los adversarios de la insurrección, incluso en las mismas filas del Partido Bolchevique, encontraban sin embargo bastantes motivos para sus deducciones pesimistas. Zinoviev y Kámenev advertían que no había que subestimar las fuerzas del adversario. 'Petrogrado decide, pero en Petrogrado los enemigos disponen de fuerzas importantes: cinco mil junkers perfectamente armados y que saben batirse; un Estado Mayo, batallones de choque, cosacos y una parte importante de la guarnición, más una considerable artillería dispuesta en abanico alrededor de Petrogrado. Además, es casi seguro que los adversario intentarán traer tropas del frente con la ayuda del Comité Ejecutivo central...'".

Trotsky respondió a las objeciones de Kámenev y Zinoviev de la siguiente forma: "La lista suena imponente, pero sólo es una lista. Si un ejército, en conjunto, es un reflejo de la sociedad, entonces cuando la sociedad abiertamente se divide, ambos ejércitos son copias de los dos bandos en combate. El ejército de los poseedores llevaban dentro el gusano del aislamiento y la disgregación". (León Trotsky. Historia de la Revolución Rusa. P. 1042).

Presa del pánico De Gaulle de repente desapareció, viajó a Alemania donde mantuvo una reunión secreta con el general Massu, el hombre a cargo de las tropas francesas estacionadas en Baden-Wurttemberg. El contenido preciso de estas conversaciones nunca se conoció, pero no hace falta demasiada imaginación para hacerse una idea de lo que le preguntó: "¿Podemos basarnos en el ejército?" La respuesta no se encuentra recogida en ninguna de las fuentes escritas por razones obvias. Sin embargo, The Times envió a su corresponsal a Alemania para entrevistar a los soldados franceses, la gran mayoría eran hijos de la clase obrera que cumplían el servicio militar obligatorio. Uno de los entrevistados por The Times respondió a la pregunta de si abriría fuego contra los trabajadores: "¡Nunca! Pienso que sus métodos [de los trabajadores] pueden ser algo duros, pero yo soy el hijo de un trabajador".

En su editorial The Times hacía la siguiente pregunta: "¿Puede De Gaulle utilizar el ejército?" y respondía a su propia pregunta diciendo que quizás pudiese utilizarlo una vez. En otras palabras, un solo enfrentamiento sangriento bastaría para romper en pedazos el ejército. Esa era la valoración de los estrategas más duros del capital internacional en aquella época. No hay ninguna razón para dudar de su palabra en esta ocasión.

Crisis del Estado

El 13 de mayo una organización sindical de la policía que representaba al 80 por ciento del personal sacó una declaración en la que "... considera la declaración del primer ministro como un reconocimiento de que los estudiantes tenían razón, y como una renuncia total a las acciones de la fuerza policial que el gobierno mismo ha ordenado. En estas circunstancias es sorprendente que no se buscara un diálogo efectivo con los estudiantes antes de que se produjesen estos lamentables acontecimientos". (Le Monde. 15/5/1968).

Si esta era la postura de la policía, el efecto de la revolución sobre la base del ejército sería aún mayor. Como así era, a pesar de la falta de información, existían informes sobre del fermento entre las fuerzas armadas e incluso de un motín en la armada. El portaaviones Clemenceau debía ir al Pacífico para una prueba nuclear, de repente dio la vuelta y regresó sin explicación a Toulon. Llegaron noticias de un motín a bordo y dijeron que habían "perdido en el mar" a varios marineros. (Le Canard Enchiné. 19/6/68, se publicó un informe completo en Action el 14 de junio, pero fue confiscado por las autoridades).

Según dice un famoso aforismo de Mao: "el poder emana de la punta del fusil". Pero los fusiles son empuñados por soldados que no viven en el vacío, sino que están influenciados por el estado de ánimo de las masas. En cualquier sociedad, la policía es más atrasada que el ejército. Sin embargo, en Francia, la policía, por citar una editorial de The Times (31/5/1968) "hierve de descontento".

"Hierve de descontento por el trato que les da el gobierno" dice el artículo, "y el departamento encargado de la información sobre la actividad estudiantil ha estado deliberadamente privando al gobierno de información sobre los dirigentes estudiantiles, en apoyo de sus reivindicaciones salariales.

"... Tampoco la policía ha estado muy impresionada con el comportamiento del gobierno desde que empezaron los disturbios. 'Están aterrorizado de perder nuestro apoyo' dijo un hombre.

"Tal descontento es una de las razones de la aparente inactividad de la policía en París en estos últimos días. La semana pasada, hombres en diferentes comisarías locales se negaron a salir de los cruces y plazas de la capital". (The Times. 31/5/1968. El subrayado es mío).

Un panfleto publicado por miembros del RIMECA (regimiento de infantería mecanizada) estacionado en Mutzig, cerca de Estrasburgo, indica que secciones del ejército ya estaban siendo afectadas por el ambiente de las masas. Incluía la siguiente sección:

"Como todos los soldados de la leva, estamos confinados a los cuarteles. Se nos está preparando para intervenir como fuerzas represivas. Los obreros y los jóvenes tienen que saber que los soldados del contingente NUNCA DISPARARÁN CONTRA LOS TRABAJADORES. Los Comités de Acción nos oponemos a toda costa a que los soldados rodeen las fábricas.

"Mañana o pasado se espera que rodeemos una fábrica de armamentos cuyos trescientos trabajadores quieren ocupar. CONFRATERNIZAREMOS.

"Soldados del contingente ¡formad vuestros comités!". (Citado en Revolutionary Reherasals. p. 26)

La publicación de este panfleto claramente fue un ejemplo excepcional de los elementos más revolucionarios entre los conscriptos. Pero, en medio de una revolución de proporciones tan masivas, ¿es posible dudar de que la base del ejército rápidamente se "contagiaría" del bacilo de la rebelión? Los estrategas del capital internacional no lo dudaban. Ni tampoco sus homólogos franceses.

¿Quién salvó a De Gaulle?
No fue en absoluto el ejército o la policía (que estaban tan desmoralizados que incluso la rama reaccionaria de la inteligencia, como hemos visto, se negaban a colaborar con el gobierno contra los estudiantes) los que salvaron la situación para el capitalismo francés, sino que fue el comportamiento de los dirigentes sindicales y estalinistas. Esta conclusión no sólo es nuestra, sino que encuentra apoyo en la Enciclopedia Británica:

"De Gaulle parecía incapaz de controlar la crisis o comprender su naturaleza. Sin embargo, los dirigentes comunistas y sindicales le proporcionaron un respiro, se opusieron a ningún levantamiento más allá, evidentemente temían la pérdida de sus seguidores ante sus rivales más extremistas y anarquistas".

Arrinconado, Georges Pompidou aceptó negociar con todos. Cuando la clase dominante está amenazada con perderlo todo, entonces no le importa desviarse de sus planes originales y está dispuesta a hacer grandes concesiones. Para sacar a los trabajadores de las fábricas ocupadas y disolver su poder no dudaron en ofrecer a los dirigentes sindicales cosas que superaban lo que estos últimos pedían originalmente, subida del salario mínimo, reducción de la jornada laboral y de la edad de jubilación, restauración del derecho a organización, etc., En un intento de aplacar a los estudiantes, Pompidou aceptó la dimisión del Ministro de Educación.

Tanto el gobierno como los dirigentes sindicales estaban alarmados por el alcance del movimiento y decididos a detenerlo. El 27 de mayo se llegó a un acuerdo entre los sindicatos, las asociaciones de empresarios y el gobierno. Pero los dirigentes sindicales tenían la dura tarea de presentar el acuerdo ante los trabajadores. A pesar de las grandes concesiones, los trabajadores de Renault y otras grandes empresas se negaron a regresar al trabajo. Recuerdo que estaba en París en un bar con otras personas mirando las asambleas de masas por televisión dentro de la gigantesca planta de Renault, donde se congregaba un gran número de trabajadores, algunos de ellos sentados en las grúas y caballetes para escuchar a George Ségui, el secretario general de la CGT, leer una lista de lo que ofrecían los empresarios: grandes aumentos salariales, pensiones, reducción de horas y así sucesivamente. Pero en medio de su discurso le interrumpieron los trabajadores cantando: "¡Gouvernement populaire! ¡Gouvernement populaire!" Recuerdo que no pudo terminar su intervención.

En ese momento los trabajadores ya eran conscientes su propia fuerza, que tenían el poder a su alcance y no estaban dispuestos a renunciar a él. A las 17 horas, 30.000 estudiantes y trabajadores marcharon desde Boelins al estadio Cherléty, donde celebraban una reunión a la que asistía Pierre Mendés-France. Ese mismo día la CGT había convocado, previamente a este acuerdo, una manifestación que consiguió a medio millón de trabajadores y estudiantes en las calles de París. Una vez más, el objetivo de los dirigentes sindicales y del Partido Comunista era proporcionar una válvula de escape al movimiento, controlar lo que se deslizaba de sus manos.

La iniciativa pasa a la reacciónEl 30 de mayo en la radio, el presidente De Gaulle anunció la disolución de la Asamblea Nacional y dijo que las elecciones se celebrarían dentro del calendario habitual. George Pompidou seguiría como primer ministro. También insinuó que utilizaría la fuerza para mantener el orden si era necesario. Era un mensaje dirigido a los dirigentes sindicales y del Partido Comunista. Les ofrecía la perspectiva tentadora de elecciones y una futura oficina ministerial bajo el régimen burgués, y al mismo tiempo era una advertencia de que la burguesía no entregaría el poder sin luchar.

Se remodeló el gabinete y se convocaron elecciones para el 23 y 30 de junio. Al mismo tiempo, De Gaulle intentó movilizar sus fuerzas fuera del parlamento. Unas decenas de miles de seguidores del gobierno se manifestaron desde la Concordia hasta el Étoile. Se celebraron manifestaciones similares de apoyo al gobierno en toda Francia. Pero una mirada a las fotografías en los periódicos revelaba inmediatamente la verdadera naturaleza de estas manifestaciones: alcaldes jubilados engalanados con fajas tricolores, ciudadanos de clase media barrigones, pensionistas y otros restos destartalados y deshechos de la sociedad.

Sólo hace falta comparar estas fotografías con la masiva manifestación proletaria unos días antes y basta para descubrir la verdadera correlación de fuerzas. Todo lo que vivo, fuerte y vibrante de la sociedad francesa se reunía bajo la bandera de la revolución, mientras que todo lo marchito, viejo y decadente estaba al otro lado de las barricadas. Un buen empujón bastaría para derribarlo todo. Lo que hacía falta era el golpe de gracia final. Pero nunca llegó.

La clase obrera no se puede mantener en una situación permanente de agitación. No se puede apagar o encender como si fuera una tapa que se abre y se cierra. Cuando la clase se moviliza para cambiar la sociedad debe llegar hasta el final o fracasa. Ocurre lo mismo que en una huelga. Al principio los trabajadores están entusiasmados y dispuestos a participar en las asambleas de masas. Están dispuestos a luchar y hacer sacrificios. Pero si la huelga no tiene un final a la vista, el ambiente cambia. Empezando por los elementos más débiles, el cansancio finalmente llega. La asistencia a las asambleas de masas cae y los trabajadores regresan al trabajo.

Los dirigentes sindicales hicieron un buen uso de las concesiones arrojadas apresuradamente por los capitalistas, como un hombre desesperado lanza un salvavidas desde un barco que se hunde. El salario mínimo se subió a tres francos la hora, aumentaron los salarios y se hicieron otras mejoras. En ausencia de otra perspectiva, muchos trabajadores aceptaron el acuerdo que los dirigentes sindicales presentaban como una victoria. El martes, después de un fin de semana de vacaciones a principios de junio, la mayoría de los huelguistas poco a poco abandonaron y los trabajadores regresaron a sus trabajos.


1968 fue una revolución

¿Qué es una revolución? Trotsky explica que una revolución es una situación donde la masa de hombres y mujeres normalmente apática comienza a participar de manera activa en la vida de la sociedad, cuando adquiere consciencia de su fuerza y se mueve para tomar en sus manos su destino. Eso es una revolución. Y es lo que ocurrió a una escala colosal en Francia en 1968.

Los trabajadores franceses estiraron los músculos, fueron conscientes del enorme poder que tenían en sus manos. Aquí vimos el poder inmenso de la clase obrera en la sociedad moderna: no se enciende ni una bombilla, no se mueve ninguna rueda y no suena ningún teléfono sin el permiso de los trabajadores. Mayo de 1968 fue la respuesta final a todos los cobardes y escépticos que dudan de la capacidad del proletariado para cambiar la sociedad.

La correlación de fuerzas de clase se expresó aquí, no como un simple potencial o una estadística abstracta, sino como un poder real en las calles y en las fábricas. En realidad, el poder estaba en manos de los trabajadores, pero no lo sabían. Como cualquier otro ejército, la clase obrera necesita una dirección. Y eso es lo que estaba ausente en mayo de 1968. Aquellos que deberían haber proporcionado la dirección, los dirigentes de las organizaciones de masas de la clase, los sindicatos y el Partido Comunista, no tenían la perspectiva de tomar el poder. Su única preocupación era terminar la huelga lo más rápidamente posible, devolver el poder a la burguesía y regresar a la "normalidad".

Una huelga general es diferente de una huelga normal porque plantea la cuestión del poder. Lo que está en juego no es uno u otro aumento salarial sino ¿quién es el dueño de la casa? En el transcurso de la lucha la conciencia de los trabajadores aumentó a una velocidad de vértigo. Empezaron a comprender que no era una huelga normal por reivindicaciones económicas sino algo más grande. Fueron conscientes del poder en sus manos y veían la debilidad de los que se suponía representaban todo el poder del Estado. Todo lo que hacía falta era que en cada centro de trabajo se eligieran delegados y se vincularan comités de huelga en cada ciudad y región, culminando con la formación de un comité nacional, que podría haber tomado el poder en sus manos, arrojando al viejo poder estatal al cubo de basura de la historia.

Pero nada de esto se hizo y el enorme potencial revolucionario del movimiento se evaporó, como el vapor se disipa inofensivamente en el aire a menos que se concentre en una caja de pistones. Al final, los trabajadores regresaron al trabajo y la clase dominante concentró de nuevo el poder en sus manos. Cuando el movimiento comenzó a menguar, el Estado inició su venganza. Hubo incidentes violentos, sobre todo el 11 de junio cuando hubo 400 heridos, 1.500 detenidos y un manifestante murió de un disparo en Montbéliard. Al día siguiente, se prohibieron las manifestaciones en Francia, poco después, los estudiantes fueron desalojados del Odéon y, dos días más tarde, de la Sorbona.

Entonces comenzó la criminalización. En la cadena estatal de radio y televisión, ORTF, fueron despedidos 102 periodistas por sus actividades durante los acontecimientos. Enviaron la policía a las universidades de Nanterre y la Sorbona para controlar las tarjetas de identificación de los estudiantes y no se retiraron hasta el 19 de diciembre. Se aprobó un paquete de medidas de austeridad el 28 de noviembre en la Asamblea Nacional. El Estado que no había vacilado en aplastar los cráneos de los estudiantes y huelguistas en las manifestaciones ahora mostraba clemencia ante los fascistas, los terroristas de extrema derecha de la OAS. Mientras Cohen-Bendit era expulsado de Francia, Georges Bidault podía regresar y Raoul Salan era liberado de prisión.

Los dirigentes reformistas y estalinistas fueron castigados por su cobardía y la clase dominante les negó los puestos que intensamente anhelaban. La campaña electoral comenzó el 10 de junio. En la primera vuelta de las elecciones, la federación de partidos de izquierda y los comunistas perdieron terreno. En la segunda vuelta, una semana más tarde, los partidos de la derecha consiguieron la aplastante mayoría. La izquierda perdió 61 escaños y los comunistas 39. Pierre Mendés-France [una figura histórica de la izquierda francesa] no fue reelegido en Grenoble. El Partido Comunista que en 1968 era el principal partido de la clase obrera francesa, entró en declive y fue superado posteriormente por el Partido Socialista, que en 1968 había conseguido sólo el cuatro por ciento de los votos y por tanto parecía difunto. El sindicato comunista, CGT, perdió apoyo frente a la CFDT que en 1968 había mantenido una posición más combativa.

El maravilloso movimiento de los trabajadores franceses terminó así en una derrota. Pero las tradiciones de Mayo de 1968 siguen en la conciencia de los trabajadores de Francia y todo el mundo. Hoy, después de un largo período de boom económico, el sistema capitalista de nuevo está entrando en una crisis donde saldrán a la superficie todas las contradicciones que se han ido acumulando durante los últimos veinte años. En toda Europa estarán en el orden del día grandes enfrentamientos de clase.

No tenemos tiempo para aquellos ex - revolucionarios pequeño burgueses que hablan de 1968 en términos sentimentales y nostálgicos, como si fuera historia antigua sin ninguna relevancia práctica para el mundo en el que vivimos. Tarde o temprano los acontecimientos de 1968 reaparecerán pero a un nivel incluso superior. ¿Cuál es el candidato más probable para este escenario? Podría perfectamente ser Francia, pero también Italia, Grecia, Portugal, España o cualquier otro país, y no sólo en Europa. Esperamos con impaciencia el futuro. Lo deseamos y nos preparamos para ello. Estamos intentando preparar a la vanguardia así la próxima vez triunfaremos. Y ante este aniversario glorioso decimos: La revolución no ha muerto. ¡Viva la revolución!