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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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miércoles, 21 de diciembre de 2016

LAQUIPAMPA, EL CORAZÓN DE LA SIERRA LAMBAYECANA.

La visita de Isabelle Lemoal siempre es pretexto para darse una escapada por lares cercanos, pero aún no conocidos. Así, el sábado 12 de noviembre salimos Orietta, Isabelle y yo rumbo a Chiclayo, previas coordinaciones con la empresa Ecoserv que tiene un albergue ecológico, Huaca de Piedra cerca de Íllimo y colindando con el bosque de Pómac. Como el año pasado, tomamos un bus de Emtrafesa para ir a Chiclayo. Llegamos a casi una de la tarde y, antes de ir a almorzar, fuimos a comprar varias avituallas (fruta, pan, salami) para el día siguiente. Ya el dueño, Dante Díaz, nos esperaba en su camioneta en la misma estación de buses y nos esperó para terminar nuestras compras. Luego nos dirigimos a Lambayeque para almorzar antes de irnos a nuestro albergue (era un tramo de casi una hora); en una primera instancia pensábamos almorzar en el restaurante Pacífico, pero estaba lleno y no había lugar para estacionar. Nuestro guía nos propuso el Cántaro. Había ido allí hace varios años y no lo recordaba mucho; ahora está muy bien, con buenas instalaciones y un servicio muy atento para nosotros. Almorzamos rico, bastante rociados de cervezas para el calor chiclayano. Concluido nuestro almuerzo nos dirigimos hacia nuestro albergue. Se toma la carretera hacia Olmos hasta llegar a Íllimo donde toma un desvío; en realidad es otra entrada al bosque de Pómac; es más, al día siguiente íbamos a atravesar un tramo de este en el viaje a nuestro destino. Como habíamos tenido un viaje de un poco más de tres horas desde Trujillo, más el almuerzo regado de cervecitas llegamos a nuestro hospedaje a leer y hacer una buena siesta. Previamente habíamos coordinado para la cena y también guardar todas las cosas que necesitaban estar en un congelador o refrigeradora. Por la noche cenamos con tranquilidad y vi un poco de televisión; el programa que vi me intrigó, pues era una reconstrucción en formato de telenovela de la vida de Isabel la Católica de España. Había leído una novela sobre ella de César Vidal en la que no sale tan bien parada; además había leído una revista sobre Fernando el Católico de Aragón en el que le da mucho más valor que Isabel. Hubo fragmentos de la serie que sí los había reconocido en ambos textos sobre la elección del Cardenal Cisneros para sus futuros planes como reino y la aparición de Juana la Beltraneja. Una lección de historia en un albergue a miles de kilómetros y cientos de años después de esos acontecimientos registrados. Tomé una ducha fría antes de dormir.



Había que levantarse a las 5 de la mañana. Sé que para Orietta fue toda una experiencia rayando con el sacrificio e inmolación. Hubiera ido gustosa a Moche a las 11 de la mañana a ver pajaritos. Pese a todo, los tres viajeros tomamos nuestro desayuno temprano y salimos un poco más de las seis. Para mí no es tan traumático, incluso había tomado nuevamente otra ducha fría un poco antes de la cinco para despercudirme de la modorra. Subimos todos nuestros bultos a la camioneta, puesto que nos íbamos directamente al terminal de buses a Trujillo luego de la visita a Laquipampa. Salimos atravesando un buen tramo de Pómac tanto el que está libre y ocupado por agricultores de la zona, como el área protegida. Conversábamos sobre el problema de la sostenibilidad del bosque y los habitantes, los intentos de invadirlo, los tristes sucesos en 2009 causados por los traficantes de tierras con el asesinato de tres policías. En realidad, la población tiene que integrar a su vida estos espacios, como el que íbamos a visitar (y que posteriormente se vio amenazado por los diversos incendios forestales que estallaron una semana después de nuestra visita). Una vez que la gente lo siente como su medio de vida, lo va a proteger con mucho celo y valor. Otro de los datos interesantes que escuchamos en nuestra ruta fue el caso del alemán Karl Weiss, quien fue un gran benefactor en Chiclayo y director del emblemático colegio San José. Comentaba que tenía vínculos nazis y que hizo una serie de experimentos en Batán Grande, propiedad de su amigo Juan Aurich, donde desarrolló algunas ideas en la apicultura. La conversación se incrementó al respecto al atravesar, precisamente, el poblado de Batán Grande donde se ve lo que queda de la casa hacienda. Orietta comentaba sobre los fascistas que recalaron por estas tierras, lo mismo que un buen número de nazis que lograron su pasaporte de salida por la iglesia o los Estados Unidos, o la Argentina de Perón. El ascenso fue rápido hacia nuestro destino final: Laquipampa. El año pasado, en nuestro intento frustrado por la lluvia, Dante nos comentaba de los lodazales que suelen hacer en la zona y es cierto, puesto que hay un buen tramo de la carretera que es trocha. Sin embargo, buena parte de la misma está bien asfaltada y contacta varias pequeñas localidades hasta Incahuasi, mítico lugar en la serranía lambayecana, zona limítrofe con la Región Cajamarca. En el trayecto hacia Laquipampa nos encontrábamos con micros que descendían desde Incahuasi con la vestimenta dominguera. Y es una de las pocas zonas norteñas en la que aún se habla quechua. Desde Batán Grande, la carretera es afirmada, pero se halla en relativo buen estado (aunque las lluvias la afectan). El paisaje se vuelve más andino. En esta zona del Perú, los Andes se “alejan” del litoral costero. Ya en Piura la presencia andina es cada más alejada y ya no la vemos en Tumbes. Piura y Tumbes son regiones en la que se respira mar tierra adentro. Laquipampa es un pequeño poblado en la provincia de Ferreñafe. 



Desde aquí se parte para visitar (lo que se puede en una primera visita) el Refugio de vida silvestre Laquipampa. Su extensión es de 8,328.64 ha. Y en ella hay bosques, flora, animales salvajes que se creían extintos, recursos hídricos y bellos paisajes. Hay zonas en las que los agricultores conviven con los bosques y se está logrando que los pobladores identifiquen este bosque como su gran recurso natural en todos los campos. Por eso me dio mucha pena saber que a una semana de nuestra visita, los bosques se vieron amenazados de un gran fuego forestal. En el poblado nos percatamos que se estaban preparando para una fiesta religiosa en homenaje a San Martín de Porres. La pequeña iglesia estaba engalanada y había arcos con muchas botellas de cerveza y gaseosas. Era fiesta y la gente llegaba con sus galas. Luego de un buen café pasado nos dirigimos al Centro de interpretación. Lo que me impactó fue ver una inmensa bromelia en la puerta. Luego de registrarnos y recibir información gráfica, Dante nos presentó a una persona del lugar que nos iba a llevar a los dos lugares que íbamos a visitar en esta oportunidad: la ruta de las lajas y Shambo. La primera era una caminata breve para ver unas pequeñas cataratas. El sendero, aunque corto, es un poco escarpado. Isabelle y Orietta habían decidido a quedarse con Dante para evitar “algunas torturas”.  Isabelle recordaba la casi masacre de las cataratas de Gocta y decidió no arriesgarse.
La primera caminata fue corta, este sitio queda a unos 3 km. Del Centro de Interpretación; hay un sendero ya preparado para los caminantes. Es un juego de caídas de agua que deben de ser, imagino, impresionantes cuando ya es temporada de lluvias. Nuestro guía nos contó que en la poza que estuvimos viendo inicialmente habían muerto dos alumnos y un profesor. Vaya dato. Retornamos por el mismo sendero; en realidad, sí hubiera sido molesto para Isabelle y no me lo hubiera perdonado.




La segunda, la ruta Shambo, era más extensa y nos permitía atravesar un bosque. La caminata era relativamente ligera, pues el sendero no era muy escarpado. Atravesamos algunas chacras de campesinos de la zona, algo de ganado vacuno y nos internamos en medio del bosque rodeado por cientos, cientos de mariposas de diversos colores y tamaños. Es impresionante la cantidad de ellas; a medida que avanzábamos la sombra de los árboles nos iba cubriendo hasta que llegamos a una zona de había una caída de agua con un pequeño lago. Hicimos una segunda pausa; antes nos habíamos detenido para refrescarnos en otra caída cuya agua era bastante fría: ideal para el calor y refrescarnos un poco. Luego de la pequeña pausa en la lagunita, el guía nos dijo para subir hasta un mirador, un balcón de piedra natural que te permitía ver toda la estribación andina y la verdura de la zona. De ahí iniciamos nuestro retorno. Durante la visita a esta Reserva, tuve la oportunidad de compartir esta experiencia con dos estudiantes chiclayanos, bastante reflexivos y cuyos comentarios me parecieron bastante atinados sobre el potencial de la zona y el cuidado que debe de existir para no depredar el potencial que tiene esta Región. Comentaban sobre el riesgo de la minería, sea informal o formal, que amenaza estas zonas.





Almorzamos algo ligero; iniciamos nuestro regreso a Chiclayo. La zona por la que cruzamos era por Ferreñafe, para llegar a Chiclayo. Llegamos un poco antes de las 4 pm. Nos despedimos de Dante y de los dos jóvenes que nos acompañaron. Nos fuimos a tomar un café antes de retornar a Trujillo. Hasta otra oportunidad.










domingo, 11 de octubre de 2015

TURISMO SOSTENIBLE Y SUS POSIBILIDADES NATURALES



Los días 25 y 26 de setiembre estuve en Chiclayo para asistir al primer Congreso Internacional sobre gestión en turismo sostenible (https://www.facebook.com/congresointernacionaldegestionturistica?pnref=story) o sostenibilidad turística (depende cómo lo veamos). Durante dos mañanas pude oír propuestas, tanto de expositores peruanos así como extranjeros sobre la creación de conceptos de productos turísticos y su permanencia en este campo que aún se halla en pañales en nuestro país. Una de las propuestas que me interesó bastante fue la expuesta por gestión ecuatoriana de la ciudad de Cuenca, gestión que ha logrado un consenso comunal y que ha comprometido a diversos actores de cualquier quehacer de dicha ciudad. Tal como lo detalló, el Ing. Freddy Espinoza, integrante de este buen proyecto, desde las autoridades políticas hasta el ciudadano a pie se han tomado en serio el trabajo de hacer de Cuenca una visita inolvidable (https://www.youtube.com/watch?v=cr5TXoSOBrw). Estuve en esa ciudad en 1992 gracias a la visita de entrañables amigos como lo son Laura y Patrick Gallard Moscol, quienes vivían en ese entonces en esa bella ciudad. El modelo de gestión público privado me hizo recordar el que experimenté en Arequipa a fines de los años 60  y unos buenos años de los 70, gestión que ha dado sus frutos y convirtieron a la ciudad y la región en un derrotero del turismo mundial. El hecho es que ambas, por el modelo de gestión integrador, han logrado ser declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad (https://www.youtube.com/watch?v=SbbuO-5LqDU). El Congreso, además, presentó a la comunidad las infinitas posibilidades de creación de oportunidades de negocios en este rubro, pero que, como dijo la expositora de Costa Rica (Damaris Chaves), es cuestión de que el producto creado sea mantenido en su calidad, renovado para potenciarlo y ser imaginativos; fuera del hecho de que debe tener una visión comprometida con la zona de intervención. El problema del mundo empresarial es que muchas veces se entiende que la zona intervenida es para enriquecerse y hay una serie de factores sociales, ambientales y geográficos que deben ser cuidados, respetados e integrados. Todavía la gente sigue pensando como un colonialista que tiene delante de sí a la gallina de los huevos de oro. El turismo es una actividad que genera más cadenas productivas que otras y son más durables en el tiempo. Sin embargo, hay gente que quiere convertirla en una actividad fungible de corta duración y pareciera pensarse más como un hecho extractivo que edificativo. Pienso en Cajamarca, región que ha entrado en una fuerte recesión a raíz del problema minero, actividad que se priorizó postergando su tradición ganadera y agrícola, además de poseer un patrimonio natural e histórico que no le dieron la real importancia. Este año que estuve para sus carnavales  (https://www.facebook.com/jesusgerardo.caillomanavarrete/media_set?set=a.1057576380939049.1073742017.100000600914417&type=3),   ya un buen grupo de ciudadanos está interesado de comenzar a articular sus patrimonios culturales en un proyecto más grande que pueda ingresar al mapa turístico peruano y del subcontinente. Cajamarca tiene tan bellos lugares, como el santuario de Polloc, pero pocas son las personas que lo han visitado. Es un lugar perfectamente desconocido para la mayoría de peruanos (https://www.facebook.com/jesusgerardo.caillomanavarrete/media_set?set=a.1055905351106152.1073742016.100000600914417&type=3).  
Sin embargo, lo que más se destacó en el evento es el factor humano: cualquier bello lugar o concepto que se cree depende de la voluntad de trabajo de los involucrados y la necesidad de trabajar todo por un mismo fin, el cual va a beneficiar a todos. Entre burocracia, celos, egoísmo, falta de compromiso y desinterés, muchas oportunidades se han ido perdiendo en el camino. Inaudito que se estén ofreciendo una serie de productos cuando las condiciones no son las ideales por falta, sobre todo, de una adecuada infraestructura vial o de servicios. El turismo de aventura no significa de sufrimiento. Hubo una interesante feria en las instalaciones de la Universidad que coorganizó el evento, pero detalles deben siempre ser tomados en cuenta. Falta aún la vocación del servir, el hecho de adelantarse a la situación que pueda surgir, la cultura de la prevención y de los detalles mínimos. Además hubo buenas ofertas para poder viajar a las bellezas naturales que ofrece Lambayeque, pero la respuesta de los concurrentes no era la esperada; creo que una persona que viaja bajo esta perspectiva debe ser la primera en “husmear” qué es lo que este nuevo lugar me ofrece. Personalmente, quise ir al Refugio de Vida Silvestre Laquipampa, pero no hubo el quórum necesario para poder hacer este viaje soñado (http://www.sernanp.gob.pe/sernanp/zonaturismoi.jsp?ID=74). Pese a todo, hice los contactos pertinentes e iré con un grupo de amigos que sí están interesados en ver las bondades de esta afamada área protegida. Justamente una de las exposiciones centrales versaba en el inmenso potencial de las áreas protegidas de nuestro país puede generar grandes oportunidades (http://www.sernanp.gob.pe/sernanp/). Espero que la conferencia no haya caído en saco roto. Hubo profuso material entregado en los diversos estands de la feria, material de calidad con información precisa y motivadora. Lambayeque, lugar conocido por sus grandes e importantes museos, quiere ofrecer la imagen de lugar que encierra otros tesoros como sus reservas naturales e históricas como el Bosque Seco de Pómac (https://www.facebook.com/jesusgerardo.caillomanavarrete/media_set?set=a.985490194814335.1073741997.100000600914417&type=3).
El sábado se centró en el boom culinario y sus variantes: la gastronomía ha tenido sus sostenidos y bemoles. Los conferencistas hablaron de la necesidad de independizar nuestras acciones y gestiones para empezar para rescatar el patrimonio no tangible. Uno de los expositores ha sido muy pragmático y tiene mucho éxito en Moyobamba, su punto de acción y residencia. En realidad, me sorprendió mucho su actividad y es un hombre que no necesita de Lima para sus gestiones. Buen ejemplo. Además hace investigación con el fin de lograr mejores resultados. Es consciente de la necesidad de mantener un equilibrio entre el consumo y la reproducción. Y aquí viene el detalle de varios defectos que se han ido generando en la gastronomía. El boom puede ser el ocaso de varias especies de plantas o animales, de manera directa o indirecta. En una reciente visita al Bosque de Cañoncillo comentaba el guardián de dicha reserva natural las absurdas contradicciones cuando las cosas se hacen apuradas. Se sacó cuenta de cuántos árboles de algarrobo se talarían para proveer de leña a las pollerías se todos los peruanos decidiéramos celebrar el día del pollo a la brasa. Los efectos serían catastróficos y creo que el lanzó esa desafortunada propuesta no medía las posibles terribles consecuencias para los bosques naturales ya comprometidos con la tala indiscriminada.


Más tarde, con Bárbara Wong, la creadora de este Congreso, y su hija nos fuimos a Pimentel para ver la puesta de sol. Así me despedí de dos intensos días de turismo.

Esta experiencia la iba a vivir de manera directa pocos días después, cuando por gestión de Jamy Hurtado, profesora de turismo de la Universidad Privada del Norte, nos fuimos al mencionado Bosque de Cañoncillo, cerca de San Pedro de Lloc (http://www.conservamospornaturaleza.org/area/bosque-natural-el-canoncillo/).   El viaje lo realizamos el sábado 03 de octubre, con varios alumnos de la misma carrera. El lugar ha ido mejorando. Lo he visitado dos veces previamente y mi última experiencia no fue tan agradable ya que acampamos cerca de arrozales y los mosquitos tuvieron un banquete con los cuatro viajeros. Estuvimos en una ruina chimú que ahora ya forman parte del circuito (siempre y cuando estés más tiempo en el área), pero el objetivo de la visita era la parte natural y recreativa (sandboard). La zona está mejor cuidada; en la anterior visita veíamos cantidades de botellas de plástico desperdigadas por todas partes e incluso sobre la laguna mayor (hay otras dos más pequeñas) que forma este oasis en medio de dunas. Muchos de los jóvenes no están muy habituados a caminar, y menos en condiciones como la de marchar bajo un sol ardiente y cerca de dunas. Pese a todo, la visita fue un éxito, puesto que se conjugó naturaleza con diversión. Aquí fue que nuestro guía, Sixto Armando Ventura, (quien tiene formación académica) nos dio la información necesaria y la visita fue muy interesante. Han sido muy cuidadosos con el manejo ecológico, con introducir nuevas especies con el fin de no causar un fuerte impacto a la fauna natural y hacer un estudio sobre las consecuencias del crecimiento de las arroceras vecinas, cultivo que no era usual hace unos 100 años. Hay que entender que para los procesos de cambios geográficos, geológicos y climáticos no se miden por días o años; sus ciclos son diferentes. Recuerdo el comentario que hubo en una reunión en la que una geóloga, emocionada, comentaba que había encontrado dos rocas casi coincidentes en la misma era, solo las diferenciaba 20 millones de años. Casi nada. Nuestro guía hizo el comentario que referí líneas arriba, sobre el famoso día del pollo a la brasa. Menuda idea. Ya están controlando a los leñadores furtivos. Cuando acampamos en el 2003, recuerdo que por la noche (entre 2 y 4 de la mañana) los leñadores pasaban con sus animales de carga y toda la tala que habían logrado. Las acciones para evitar esta depredación ha mejorado; además los mismos habitantes van tomando lentamente conciencia de las potencialidades que este Bosque encierra. Las visitas movilizan a muchas personas, desde guías hasta transportistas (mototaxis) y vendedores ambulantes que sacan algo para su día a día. Si este bosque tuviera visitas más sostenibles, otros podrían beneficiarse. Culminada nuestra visita,  nos dirigimos a Pacasmayo donde almorzamos y, antes de partir, dimos una pequeña vuelta por el malecón. Espero que Cañoncillo se vaya convirtiendo en un modelo de turismo sostenible.