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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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jueves, 25 de enero de 2024

LA HISTORIA REGIA PORTUGUESA (CRÓNICA DE VIAJE POR PORTUGAL)




Jueves 21: luego de un casi accidentado día miércoles con la supuesta pérdida de mi celular, Maria me había preparado una jornada interesante: iríamos al Palacio o Quinta da Regaleira y al Palacio de Mafra. Y por la tarde haríamos una intensa caminata. También Soraia llegaba este día por la noche desde Bruselas. Primero fuimos a ver un asunto en la sede de la Junta de Freguesia de Benfica (una suerte de municipalidad que, en realidad, significa Parroquia) de Benfica con el fin de recabar documentos de residencia. Además, Soraia había coordinado con un amigo suyo del hospital en el que trabajaba para que pueda llevar su auto (con el que fuimos el día anterior) para su revisión total y tenerlo expedito para el viaje del 26 de diciembre; eso implicaba que teníamos que dejar el auto a cierta hora de este trajinado día, el de muchas actividades.




Una vez que terminamos en la Freguesia, nos fuimos hacia Sintra donde se halla nuestro primer objetivo. A Diferencia del día anterior, esta vez no íbamos a cruzar el Tajo. Nos íbamos a dirigir hacia el oeste (Sintra) y el Norte (Mafra). Llegar a Sintra no es difícil, hay varias opciones que toman de promedio una media hora hasta un poco más, dependiendo el tráfico. Como era jueves, no había mucho. Pero el problema era buscar un lugar para estacionar el auto. Estuvimos dando varias vueltas para hacerlo hasta que nos fuimos a un estacionamiento que quedaba en una cuesta empinada a la cual tuvimos que descender. Este estacionamiento estaba “conectado” con un servicio de mototaxis, (sí, mototaxis) que nos permitió “subir” la cuesta para llegar a nuestro objetivo. Este te dejaba a la altura del Palacio Biester, frente a la salida del complejo Regaleira (sí, lo es como veremos luego). Así que tuvimos que subir un poco más para llegar a la entrada de este fascinante palacio. La ventaja en el mundo cultural y otros espacios de la mayoría de edad hay que aprovecharla. Cuando estuve en Arequipa en noviembre, por ejemplo, en el Museo Santuarios Andinos (donde está la momia Juanita) el ingreso para adulto mayor es gratuito. En este caso, en los museos que visité en este viaje europeo fue toda una gran ventaja por los descuentos que ofrecen. Y este no iba a ser la excepción. Visitar este espacio es una experiencia extraordinaria. Una pena que siempre tengamos la presión del tiempo que evita que puedas quedarte extasiado con cada uno de los detalles que se encuentran en estas cinco hectáreas que forman parte del patrimonio cultural de Sintra, que lo es también de la humanidad. Logramos alquilar dos audioguías para tener información de cada espacio que iríamos a visitar. Todo esto es producto del sueño de António Augusto de Carvalho Monteiro (https://es.wikidat.com/info/antonio-carvalho-monteiro) que encontró un perfecto cómplice en el arquitecto italiano Luigi Manini (https://www.urbipedia.org/hoja/Luigi_Manini) (https://www.epdlp.com/arquitecto.php?id=13625), quienes dieron rienda suelta a su creatividad, sus creencias y su visión esotérica e histórica del mundo. Como dice el texto introductorio de la guía a este sitio: “Espacio ecléctico donde la arquitectura y la naturaleza se juntan en una simbiosis sin par [..]. Visitar la quinta de Regaleira y explorar sus jardines, su pozo iniciático, sus subterráneos, su capilla y su palacio es hacer un viaje inmersivo en el revivalismo del periodo romántico tardío portugués y el pensamiento de [..] António Augusto de Carvalho. […] es también un local místico y misterioso donde la dialéctica entre la luz y la sombra exacerba el simbolismo de sus detalles y proporciona [..] una experiencia inolvidable. Sí, estas palabras son correctas. Visitar sus jardines, las estatuas que hay en ellas, la capilla con tantos símbolos masónicos, templarios y elementos naturales, los que se ven en todas partes. Y lo más alucinante es descender por el Pozo Iniciático (https://www.lasexta.com/viajestic/destinos/pozo-iniciatico-sintra-uno-lugares-mas-misterio-portugal_20220831630f3244142d7b00019af1ef.html). Pero toda belleza tiene, muchas veces, frente a sí a personas que no entienden la magia del lugar: uno tiene que descender en silencio, hacia los inicios y evitar hacer bulla o el menor ruido; sin embargo, una chica no se le ocurrió la mejor idea de probar la acústica del lugar cantando a toda voz una canción. La persona de seguridad le pidió que se callara, cosa que hizo. Pero el hechizo estaba roto. Agradecí a la señora de seguridad y le recordé que viera el filme El Laberinto del Fauno, que toma como referencia esta construcción para el descenso de la protagonista principal hacia el reino subterráneo. Maravilloso. (https://www.youtube.com/watch?v=FGzvvUBXj5M).  No, visitar este lugar es entrar a otro mundo y debe tomar por lo menos tres horas para ver todos los detalles posibles y los rincones escondidos que hay para su visita: https://www.regaleira.pt/es/quinta-da-regaleira. Salimos del lugar y nos dirigimos a recoger el auto. Nos íbamos a Mafra, otra verdadera joya. Salimos del lugar ascendiendo a toda velocidad, esperando no hallar ningún otro vehículo y nos dirigimos a nuestro siguiente objetivo.







Para llegar a Mafra desde Sintra hay hasta tres opciones por caminos estrechos, algunos de ellos, y con paisajes espectaculares. Saliendo de la ciudad, pasamos por un lugar donde habíamos almorzado en mi visita del 2019 con un buen amigo de Maria. La carretera no era una autopista, por lo que había mucho tráfico. Tras casi 40 minutos llegamos a la ciudad y dejamos el auto muy cerca del fascinante palacio que incluye una extraordinaria iglesia. El Palacio Nacional de Mafra es, en realidad, el producto de un pedido para tener un heredero que asegure su linaje en el trono portugués. Así, pues, el rey João V y su esposa María Ana de Austria promovieron la construcción de este palacio regio gracias a la sutileza del fraile franciscano António de São José de pedir un convento en la villa de Mafra, pedido que se lo hizo al obispo Don Nuno da Cunha. Y construyó el palacio más grande de todo el país. La congregación encargada era la de los franciscanos por obvias razones y el arquitecto encargado era el alemán Johann Friedrich Ludwig. El palacio es descomunal (https://whc.unesco.org/en/list/1573) (https://www.youtube.com/watch?v=cVZ9xeydX-Q) (https://www.youtube.com/watch?v=1rq_3ZkoNdU). Ingresamos por una pequeña puerta de acceso a un costado de la iglesia cuya gran fachada nos recibe. La visita es un sumergimiento en la historia portuguesa. Vimos un rincón de la farmacia y hospital que existía en este lugar en cuyo espacio se recibió a las víctimas de muchas epidemias y enfermedades que asolaron a esta región. Otras salas interesantes es una referida a la cacería en la que hay muchas ornamentas de ciervos cazados y la biblioteca con sus grandes estantes de madera tallados al estilo rococó y sus 30 mil volúmenes, muchos verdaderos incunables. Portugal cuenta con algunas bibliotecas más bellas del mundo, sea en universidades o conventos (https://www.youtube.com/watch?v=BOJG_I8N25I) (https://www.youtube.com/watch?v=UhcPaCri0tg). Y luego la impresionante basílica. Recorrer el palacio, el convento y la basílica nos pueden tomar un par de horas por lo menos. Siendo una obra regia, los reyes no escatimaron gastos y trajeron a los mejores artistas para su construcción, decoración y amoblamiento. Una vez terminada la visita, regresamos al auto para retornar a Lisboa, pues teníamos que dejar el auto de Soraia a una hora señalada en el Hospital de São Francisco Xavier. Llegamos a casa, almorzamos algo ligero, fuimos a hacer algunas compras en el barrio y, tras una cena, fuimos a dejar el auto. Desde ahí, regresamos caminando por la Av. De los Descubrimientos y luego la Av. Vasco da Gama para llegar hasta las orillas del río Tajo. Desde ahí, tomamos la Av. Brasilia hasta llegar a los monumentos a los Combatientes de Ultramar en el que hay una gran lápida en las que están tallados todos los hombres que murieron en diversas acciones en las que Portugal participó (https://tropter.com/es/portugal/lisboa/monumento-a-los-combatientes-de-ultramar). Hay una capilla cripta para el culto. 






De ahí nos fuimos al restaurante Portugalia (https://www.portugalia.pt/pt/). Con el fin de cenar bien, pedimos lomos rociado con vino. Delicia para recuperar las fuerzas luego de una buena caminata. Teníamos que regresar, pues Soraia estaba por llegar; antes de tomar el bus para la casa (nos deja en la misma esquina de la casa) compramos las famosas Natas de Belén (https://recetasdecocina.elmundo.es/2020/03/pasteles-belem-receta-dulce-portugues.html), ( https://www.youtube.com/watch?v=-A8viSfF6Us). Antes de ir a casa, nos fuimos a una carnicería que queda en el mismo barrio a unos 100 metros: aquí compramos chorizos y el cabrito que se iba a comer en Nochebuena. Maria fue a recoger a Soraia, pues quería ducharme y descansar. La caminata me había dejado bastante agotado. Al día siguiente haríamos compras para la cena navideña y otras cosas más. Fin de nuestro día.



Viernes 22: día de compras para prepararnos para Navidad. Además, hacer las gestiones de recoger a Raia, el perro de Soraia de Aldeia dos Pinheiros. Su perro es un Weimaraner o Braco de Weimar (https://www.zooplus.pt/magazine/caes/racas-de-caes/weimaraner), un perro grande muy juguetón e inteligente. Por la mañana nos fuimos a hacer las compras en el mercadito que se había instalado en la plaza donde se encuentra el chafariz de Benfica. Había quesos (https://www.traveler.es/articulos/mejores-quesos-de-portugal), chorizos, dulces; compramos también Bolo du Rei (https://www.directoalpaladar.com/postres/bolo-rei-receta-portuguesa-para-el-dia-de-reyes). En cuanto quesos, Portugal tiene muchos, como en toda Europa (https://quesoss.com/portugueses/). Después de las compras, nos fuimos a cruzar nuevamente el Tajo para almorzar en un centro comercial, el Almada Fórum (https://www.almadaforum.com/PT), cercano al puente 25 de Abril. Habíamos quedado con el sobrino de Maria para almorzar todos juntos. En el patio de comidas hay muchas opciones y nos decidimos por rodizio en un restaurante de una familia brasileña en la que trabajaban todos los hijos y sobrinos (por lo que se veía). Un ataque de gula total. En Trujillo hubo alguna vez un restaurante de rodizio, pero cerró. Disfruté una vez un delicioso rodizio en Rio de Janeiro, justo el día de mi cumpleaños, con carnes y langostas. Este rodizio estaba simpático y, pagando un precio fijo, puedes comer salchichones, picaña, otras partes de la vaca y guarniciones hasta reventar (https://quadernillos.com/noticias-que-es-un-rodizio/). En algunos restaurantes, te ponen un cuadro de la vaca para indicar la parte que estás comiendo (https://www.comedera.com/tipos-de-cortes-de-carne-de-res-y-su-uso/), (https://comoelegir.es/tipos-de-carne-de-res/). Una vez culminado nuestro opíparo almuerzo, nos despedimos del sobrino de Maria y con todos los demás nos fuimos a una tienda de Vodafone, necesitaba comprar un chip europeo para mi celular y así poder comunicarme ante cualquier urgencia sin necesidad de buscar una red libre (https://www.vodafone.es/c/particulares/es/). Como en Alemania, tener un chip te da absoluta independencia; probé uno inicialmente, pero luego indicamos que iba a ir a España; se tuvo que cambiar a otro para tener disposición en toda península ibérica. Luego de esta gestión, Soraia nos pidió ir a una tienda de mascotas para comprar comida especial para Raia. Así nos pertrechamos de cosas para perro, pues el 26 viajaban a Bélgica todos juntos en el auto de Soraia. Ahora sí, nos íbamos a recoger a Raia. Cremilda y Rogerio habían estado cuidando al perro por meses. Ahora llegó el momento de la partida. Una vez ubicados en casa de Rogerio y Cremilda, con Maria nos fuimos a hacer algunas compras para la cena. Fuimos a comprar champán y otras cosas más que utilizaría para preparar el cabrito para la Nochebuena. Antes de partir y ya con buena relación con Raia, estuve hablando con Rogerio sobre música: tiene cientos de LP y CD, y me comentó sobre una mezzosoprano portuguesa muy famosa de los siglos XVIII y XIX, Luísa Todi (https://revistamar.com/conhecimento/historia/luisa-todi-a-musica-lirica-que-invadiu-a-europa/) (https://visitsetubal.com/es/opera-com-festival-dedicado-a-luisa-todi/). Los datos de Rogerio fueron claves para que al día siguiente cayera en mis manos un CD. Pero eso ya será contado luego. Regresamos a Lisboa, luego de una extensa jornada. Estaba contento con mi chip y mi nueva autonomía. Al día siguiente iba a llegar Carmen Ortega desde España.










domingo, 26 de mayo de 2019

LISBOA A SUS HÉROES Y SU PASADO: PANTEÓN Y SÉ.





Jueves 17 de enero. Último día, prácticamente, en Lisboa y en Portugal. El viernes partía para Francia, vía Madrid. El tiempo se fue volando como de costumbre. Íbamos a emplear la mañana para visitar el barrio antiguo de Alfama, su Panteón Nacional, el castillo de São Jorge, su vieja catedral. Una buena caminata por una de las colinas más tradicionales de esta vieja ciudad. Históricamente, Alfama es el barrio más antiguo de Lisboa. Ahí se encuentra el antiguo castillo de San Jorge y su vieja catedral. Pero Maria había decidido hacer una buena caminata para recorrer la vieja Lisboa. Para eso nos fuimos hasta la estación de Santa Apolonia. Este nombre lo tenía fijo en la cabeza. Cuando estuve en Europa entre 1994-1995, compré el famoso Euralpass para poder viajar por tren entre varias ciudades y países; te daban un folleto en el que salían todas las estaciones de trenes y los horarios de conexiones de estas con diversas ciudades de Europa. Ir a Lisboa o Sevilla era bastante complicado, puesto que en ese entonces estuve viviendo en Dinamarca. Era casi dos días ir hasta allí y, para complicar la situación, España había impuesto unilateralmente la visa para los peruanos. Eso fue a pocos días de partir a Dinamarca y no pude hacer los trámites debidos. Leía el nombre de Santa Apolonia, así como el de Santa Justa de Sevilla, dos estaciones que terminé de conocerlas 25 años después. Santa Apolonia es una estación que recibe este nombre, pues hubo anteriormente un convento con ese nombre. Bajamos del metro, (la línea se ha extendido hasta esta estación) y ascendimos hasta el edificio central; al salir nos topamos con el Museo Militar, el cual no íbamos a visitar. Decidimos caminar por las calles sinuosas para llegar a nuestro primer objetivo: El Panteón Nacional, O Panteão Nacional.





Este gran edificio es la memoria intelectual, artística e histórica de Portugal. Tiene una larga historia que se mezcla con la leyenda y el mito popular. Aquí hay datos interesantes de su pasado (https://www.abc.es/internacional/20140119/abci-panteon-nacional-lisboa-lugar-201401170047.html). Todo panteón es una gran visita para navegar en el imaginario de una nación, no importando el momento que uno le toque visitar. Este sitio acoge tumbas simbólicas como la de Luis de Camões o Vasco da Gama, pero también es el espacio de la gran cantante de fados Amalia Rodrigues o el jugador de fútbol Eusébio da Silva Ferreira, más conocido como Eusebio. Aquí un fado de Amalia Rodrigues sobre la vieja Lisboa (https://www.youtube.com/watch?v=v6P68KXeBy4) y aquí un video con varios goles de Eusébio (https://www.youtube.com/watch?v=GLBBCjM4b_w). Aquí más datos anecdóticos de este lugar (https://www.visitlisboa.com/es/node/853). Lo más destacado es subir a la cúpula, recorrer los pasillos laterales y controlar un poco tu acrofobia para ver todo el panteón desde la parte superior. Luego salir a una amplia azotea para ver el Tajo y parte de la ciudad antigua: es una vista maravillosa. Al descender, hicimos una última vuelta por el panteón para despedirnos de Luis de Camões, Vasco da Gama, toda la pléyade de portugueses que son el orgullo de la nación lusa.




Al salir nos fuimos en dirección a la iglesia de San Vicente de Fora, una blanca iglesia grande frente a un pequeño parque. El edificio es sobrio, pero monumental. Esta gran iglesia tiene al costado un antiguo convento agustino, que es famoso por sus azulejos. No ingresamos puesto que teníamos más cosas pendientes en mi último día. Además, luego nos enteramos de que aquí está el cementerio real de la Familia Braganza (Bragança). Aquí tenemos más datos de tan bello lugar (http://www.sietelisboas.com/sao-vicente-de-fora/). Está muy ligado a la historia de esta vieja ciudad, pues este es el resultado del éxito del asedio cristiano contra la ciudad mora que era Lisboa en el siglo XII. Afonso Henriques, una vez reconquistada la ciudad, mandó a erigir un monasterio e iglesia a cargo de los agustinos. Está dedicada a este santo español y sus restos fueron traídos desde el Algarve a este sitio.  Aquí hay más datos (https://destinoinfinito.com/monasterio-san-vicente-fora/) (http://www.sietelisboas.com/sao-vicente-de-fora/).
Al salir nuestro objetivo era el castillo de San Jorge. Pero no iba a ir de Lisboa sin haber subido al tranvía para un recorrido más extenso. Al intentar tomar uno para subir en dirección al castillo, creo yo que hubo un mal entendido con el conductor de uno de estos el cual entendió que nosotros queríamos pasar, cuando nuestra intención era subir al tranvía. Ya habrá otra oportunidad. Antes de llegar al castillo hicimos una escala en el Miradouro de Chão do Loureiro (Mirador del Terreno del Laurel), en el que hay muchos cafés y pastelerías como una pascana natural de los cientos de turistas que, como nosotros, estaban recorriendo la Lisboa vieja.



Luego de un reparador café y un delicioso pastel nos fuimos hacia el castillo. Este ascenso se hizo por las estrechas calles de una ciudad medieval, aunque los edificios son nuevos, tras el terremoto de 1755. Así llegamos a la entrada del castillo. Hicimos una pequeña cola y recogimos algunos folletos informativos. Ya adentró nos dirigimos hacia las instalaciones militares para culminar en el museo de la ciudad. Este espacio era originalmente una fortaleza y espacio real de los musulmanes y luego pasar a manos cristianas tal la reconquista de Afonso Henriques. Esta fue la zona real portuguesa hasta el siglo XVI. Fue usado como lugar militar. En la actualidad es un monumento y patrimonio nacional; además se han hecho muchos avances en las investigaciones arqueológicas y se está descubriendo todo ese mundo musulmán que le dio mucha gloria arquitectónica a esta zona. Los azulejos son bellos y hay interesantes reconstrucciones de varios de ellos bellos pero dañados.









Aquí más datos (https://elcuadernoviajero.wordpress.com/2016/10/20/castelo-de-sao-jorge-eterna-fortaleza-de-lisboa/) (http://castelodesaojorge.pt/site/es/historia/)
Nuestro último objetivo era la Catedral de Lisboa, La Sé. En el camino vimos los restos del teatro romano cerca a nuestra meta. No logramos ingresar por estar en reparaciones. Así que seguimos hacia la catedral, la cual es una suerte de madre de todas las iglesias de Lisboa, pese a no ser tan grande como los Jerónimos, es una sólida iglesia que carga con la historia de esta ciudad. Está edificada sobre la mezquita de los musulmanes vencidos por Afonso y sus huestes. Su construcción es románica, por eso esos anchos muros de espíritu militar, inspirado en el ambiente de las cruzadas medievales. Se parece a la Sé Velha de Coimbra. La iglesia tiene muchos tesoros y los tienen escondidos en el segundo piso en una bien cuidada ala que guarda casullas, incunables, objetos de culto e imágenes. En la parte posterior al altar principal hay una serie de salas en las que vemos viejos y bellos trabajos escultóricos tumularios. La iglesia es sobria y discreta. Según la historia, ha tenido varios problemas aparte de terremotos e incendios. Aquí tenemos más datos al respecto (http://www.sietelisboas.com/se/) (https://www.e-cultura.sapo.pt//patrimonio_item/7602). Esta fue una visita reconfortante. En esta caminata por la ciudad, nos dirigimos hacia la Casa dos Bicos (casa de los picos), donde se halla la Fundación Saramago (Fundação Saramago). Esta casa perteneció a una familia noble y la casa quedó muy dañada por el sismo de 1755. Fue utilizada como almacén de bacalao, el pescado base en la dieta portuguesa. En las últimas décadas del siglo pasado, la casa fue rescatada y actualmente es un espacio para exposiciones. De ahí nos fuimos a Praça do Comercio y al Parque Saba Praça do Município, donde María me tomó algunas fotos. Desde ahí caminamos por la zona pombalina para ir a nuestro siguiente objetivo: el almuerzo. Y este lo íbamos a tomar en A Tendinha, un lugar informal que sirven especialidades diversas y acompañado de cerveza, pero la especialidad es la bifana, razón por la cual Maria había escogido este restaurante; no es nada elegante, pero el ambiente es simpático y ves poco turista; sin embargo, estaba lleno. El restaurante está en la Plaza Rossio, también llamada Praça de Dom Pedro IV. La bifana es un rico sánguche hecho con lonjas de chancho macerado en ajos, vino blanco, laurel y pimiento, y tras ser colocado a la plancha, se lo sirve en pan portugués. (https://www.196flavors.com/es/portugal-bifana/).
Antes de retornar ya a casa para preparar nuestras cosas, pues tanto Maria como yo teníamos que viajar al día siguiente, fuimos a dar una vuelta y llegamos a un pequeño bar regentado por un peruano que vive en Lisboa. Fuimos para bajar el chancho y lo mejor para estos casos es un corto de pisco. Estuvimos conversando largo y tendido, pues el dueño era de Trujillo. Tras nuestra larga conversa, decidimos retornar a casa para preparar las cosas ya que salía a Toulouse, vía Madrid, muy temprano. Mi último día en Portugal estuvo cargado de historia. Hasta una próxima vez.