Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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viernes, 20 de febrero de 2015
lunes, 2 de febrero de 2015
RECUENTO CAJAMARQUINO: EN DEFENSA DE SU PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
Visita de dos días a Cajamarca. Gracias a
una gestión que se hizo entre la Universidad Privada del Norte y la Alianza
Francesa, tuve oportunidad de viajar a Cajamarca para participar activamente en
las actividades promovidas por la Facultad de Arquitectura en las tres sedes y
en las que la Alianza Francesa de Trujillo colaboró de manera activa con una
exposición de arquitectura sostenible con obras de arquitectos europeos, sobre
todo franceses, en la recuperación de edificios y espacios libres. En octubre
2013, durante los días 23 y 24 se iniciaron las actividades de la Semana de la
Arquitectura y la inauguración de la muestra era el 23 por la noche. Salimos en
el auto de Maxime, Director de la Alianza Francesa de Trujillo, temprano por la
mañana, con Diana, su esposa, y el hijo de ambos, Lucien. El viaje fue
confortable, puesto que hay una carretera asfaltada; además nos permite viajar
de manera independiente y detenernos en diversos lugares; así pudimos tener
vistas del río Jequetepeque, la represa de Gallito Ciego, los diversos pueblos
como Tembladera, la tristemente famosa Choropampa y la impresionista vista de
Cajamarca desde el cerro Gavilán. Es precisamente en este punto que la
carretera se torna peligrosa no solo por el tráfico de vehículos pesados, sino
por la cantidad de piedra extraída de las laderas de estos cerros que desmedra
la consistencia de las mismas y permite que haya deslizamientos de tierra en
periodo de lluvias afectando la carretera. Por eso se ha sugerido cambiar esta
vía de acceso a una ciudad de densa población y de riqueza mineral a una que
salga a las alturas de Cumbemayo, una joya ecológica e histórica que podría
verse amenazada por un tráfico intenso, sobre todo de carga mineral. La empresa
Yanacocha, dedicada a la extracción de oro en la zona, empresa que ha tenido
diversos problemas con la población, construyó una carretera para su uso por la
zona de San Pablo y que va hasta Cajamarca, saliendo por Porcón. Esta vía puede
ser aprovechada, también, para ir al
bello museo de Kunturwasi, y cuya accesibilidad es precaria.
Llegamos a Cajamarca un poco más allá del
mediodía. Nos fuimos a hospedar al hotel Costa del Sol en la plaza de armas,
hotel que queda literalmente al costado de la catedral. Almorzamos algo ligero
y coordinamos todas las actividades para la noche, puesto que el “plato de
fondo” era la exposición virtual con la cual María Ramos y Maxime habían estado
trabajando en los últimos meses. La actividad se realizó con bastante éxito por
la noche y hubo un lleno total de estudiantes y docentes de la Universidad.
Luego de ellos nos fuimos a cenar algo ligero. La idea era salir temprano al
día siguiente para conocer Porcón y por la tarde recorrer algunos monumentos históricos
del Cajamarca monumental con Eduardo Barrantes, quien fue un estudiante aquí y
que en la actualidad se desempeña como docente de arquitectura en UPN de
Cajamarca.
Por la mañana, lo que hicimos fue alquilar
un servicio de auto privado para ir a Porcón. Así no nos preocupábamos del auto
de Maxime y podíamos detenernos donde quisiésemos para aprovechar la visita. El
camino desde Cajamarca es un ascenso interesante en el que vas atravesando
pueblos pintorescos, cada uno con su propia tradición (tal es el caso del
pueblo de Porcón, ubicado antes de nuestro lugar de visita, que celebra las
fiestas de las cruces en semana santa). He visitado Granja Porcón muchas veces.
Este lugar es un éxito de gestión cooperativista, el cual ha sido satanizado en
las últimas décadas por haber identificado esta forma de organización social
laboral con las formas estatistas; es como el modelo kibutz en Israel el cual
coexiste con las otras formas y se comportan como una empresa más. Y así lo han
entendido los habitantes de esta granja. Hace muchos años comenzaron con el
cultivo de pinos, haciendo sus propios aserraderos, y al ganado del cual
sacaron todos los productos que puedan obtenerse como queso (gran diversidad) y
mantequilla. Crearon un mini zoológico (no tan pequeño) y es un lugar en el
cual puedes caminar cerca de vicuñas (usualmente en estado salvaje) y ñandúes.
Antes para llegar cruzabas un largo camino de trocha, rodeado de pinos, algunos
de los cuales llevan colgado frases bíblicas; la disciplina de esta gente está
en su evangelismo. No digo que sea una condición, pero explica la cantidad de
referencias de la Biblia por todas partes: tiendas con letreros bíblicos,
dichos colgados para identificar una planta de producción, cualquier actividad
que se halle en esta granja tiene hasta las más graciosas referencias bíblicas.
Accedimos al lugar por una nueva vía asfaltada construida por las empresas
mineras. Lo que no indagué es cómo se relaciona esta institución con las
empresas mineras, puesto que todos estos suelos son ricos en oro y son
codiciados por estas empresas. Cajamarca vive una fuerte tensión desde hace
meses por las rotas negociaciones en cuanto al oro y, sobre todo, el agua,
recurso valioso para una zona en la que la mayoría de su población local es
campesina. La visita fue rápida, puesto que ahora puedes ingresar con tu vehículo
hasta muchas partes que solías recorrer a pie. En cierta manera, tuvimos que
recurrir a esta estrategia tanto por tiempo como por la lluvia que nos recibió
en cuanto llegamos. Fuimos a recorrer la parte del zoológico y ver las vicuñas,
osos y los ñandúes que deambulan por los alrededores. La sección de aves es la
más interesante. La gente del lugar está creando diversos servicios como hacer
un hotel de reposo (no es lugar para juerga como algunos podrían especular). Es
un lugar, además, que ha comenzado a ofertar paquetes de aventura, como, por
ejemplo, visitar algunas ruinas incas cercanas (http://www.granjaporcon.org.pe/planea-tu-aventura.php?id=88&tit=Paquetes&ft=).
Decidimos regresar temprano, puesto que Maxime, Diana y Lucien ya debían
regresar a Trujillo. Yo viajaba por la noche con María en la empresa Línea.
Regresamos para almorzar en el Cascanueces y despedirnos. Mudé mis cosas al
cuarto de María en un hotel cercano al nuestro y llamamos a Eduardo Barrantes.
Eduardo está trabajando en Cajamarca desde
hace un par de años y estuvo vinculado a proyectos de restauración en la
ciudad. Con él nos fuimos a visitar el Complejo Belén, al cual accedimos sin
problemas. El conjunto o complejo (lo suelen llamar así), alberga una
monumental iglesia, bello monumento barroco tardío, un hospital para hombres,
actualmente usado como museo de exposiciones permanentes o itinerantes; un
hospital de mujeres que está separado por una estrecha calle. La iglesia tiene
en su cúpula mayor unos angelitos tallados en altorrelieve y poli cromáticos. La oportunidad que tuve de visitar este lugar
en 1986 me permitió tomar fotos del lugar; ahora está prohibido. Los detalles
más bellos son la primorosa portada labrada en piedra. El conjunto es del siglo
XVIII, salvo el altar mayor. Hay algunos detalles de varios salones que
muestran problemas de reconstrucción; por ejemplo, las instalaciones
eléctricas, sobre todo en aquellos lugares que son utilizados para hacer
diversas actividades artísticas como exposiciones o conciertos. El hospital de
mujeres también una exposición permanente de arqueología cajamarquina, muy
interesante. Las salas acondicionadas nos muestran, solo en algunas partes, las
formas polícromas que era la usanza de la época. Actualmente la mayoría de
iglesias ha pintado sus paredes con un solo color. Se han perdido bellas
manifestaciones del imaginario de entonces. Había un interesante nacimiento que
se halla al costado de una suerte de pared natural, una gran piedra sobre la
cual han construido esta sección del conjunto arquitectónico.
El chapuzón que caía sobre la ciudad no
nos impidió en nuestro siguiente objetivo: el convento y claustro de San
Francisco. La historia de este convento
está muy ligada a su congregación y la ciudad.
El conjunto es mucho más impresionante que la iglesia catedral que se
halla al frente de este monumento. La iglesia la he visitado con mucha
frecuencia en viajes anteriores y había visitado este museo religioso una sola
vez. La colección que se tiene es interesante, tiene varias pinturas (muchas en
mal estado) de diversas escuelas barrocas, como Quito; además tiene pinturas
del maestro Mario Urteaga. Antes de ingresar al claustro a ver la pinacoteca,
se visita la cripta, la cual es una construcción muy usual en las iglesias
coloniales.
Eran los primeros cementerios de la ciudad y luego, ya totalmente
lleno. Ya a finales del siglo XIX, se comenzaron a construir los modernos cementerios que nos
acompañan. Pero la cripta aún es usada por los padres de la congregación. Da
mucha pena que el edificio necesita urgente una profunda restauración. Hubo salas
en las que se ve que la construcción está colapsando. En una se veía las
fuertes filtraciones de agua, que dejan unas oscuras marcas de humedad. Quería
tomar fotos para mostrar estas marcas, pero tomar fotos está prohibido.
Como nos quedaba varias horas más por delante, fuimos a ver la catedral, la cual está muy bien iluminada. En las paredes y techos se ven los problemas de humedad.
Hay mucho por qué preocuparse del
patrimonio arquitectónico de esta ciudad.
lunes, 29 de diciembre de 2014
CRÓNICAS PIURANAS VI: LAS ENTRAÑAS
28 de julio, día de la independencia de
nuestra patria. Días festivos, días en la que muchos servicios básicos colapsan por los turistas. Esa es la razón por la cual decidimos no ir hacia los balnearios,
sino internarnos hacia Chuculanas a buscar las famosas cerámicas de renombre
internacional, así como ir a Yapatera, uno de los últimos reductos de población
negra en nuestro país. No íbamos a encontrar ni uno ni el otro, pero el
recorrido sí valió “la misa”. Chuculanas se encuentra a unos 80 kilómetros de
Piura y está conectada por una estupenda carretera. Cabe resaltar que la red
vial que recorrimos en estos dos viajes me ha provocado mucha envidia y la
comparo con las pobres carreteras que tenemos en La Libertad. Según datos de
Provías, al 2011 la Región Piura tenía más del doble que nuestra Región; esto
se ha incrementado con la reciente inauguración en octubre de tramos
correspondientes entre Sullana, Paita y Piura. Solo la costa liberteña tiene
una carretera digna de ser nombrada como tal; recientemente se ha concluido la
ansiada carretera a Huamachuco. El día que la recorra daré fe de lo que
comentan.
Ya rumbo hacia Chulucanas, fue nuestra
primera llenada de tanque. En realidad, es bastante módico alquilar un auto
entre tres o cuatro personas: ahorras tiempo, no te fatiga el viajar en tu
propia movilidad desde tu ciudad de origen y dispone de libre maniobrabilidad y
tiempos. Previamente habíamos tomado un buen desayuno en el centro de la ciudad
y nos fuimos para las compras necesarias para almorzar en alguno de los lugares
que nosotros creíamos adecuado. Este turismo no está desarrollado en el Perú,
el del viajero en su auto que busca la comodidad inmediata, que te permite
tomar bebidas frescas en la ruta o poder hacer una buena pascana para tomar tus
alimentos con comodidad. En Francia y España pude ver esa organización para los
viajeros en sus vehículos. Espero algún día lleguemos a ese tipo de
facilidades.
Llegamos a Chulucanas luego de haber atravesado una buena
extensión desértica y atravesado varios pueblos “santos”. Esto es muy
pintoresco: Santa Ana, San José, etc. Al retorno nos detuvimos en Virgen de
Fátima para tomar una foto a María en recuerdo de su tierra. Interesante, Fátima
es un nombre muy común en la lengua árabe y uno de los mayores santuarios,
ubicado en Portugal, tiene ese nombre.
Chulucanas, tierra de algunos
amigos, es una pequeña ciudad que visité por primera vez en 1993. En ese entonces
los talleres de los maestros ceramistas estaban cerca de la plaza de armas.
Ahora se hallan en otro lugar llamado La Encantada. Eran oriundos de ese lugar,
pero no se contaban con las facilidades de poder acceder a este pequeño
poblado, dentro de los campos de cultivo.
Chulucanas es una ciudad agrícola, capital de la provincia de Morropón, famosa por sus limones y su gruta; aquí se respira ese mundo ligado al campo. La modernidad la ha invadido con restaurantes, farmacias, tiendas de artículos agrícolas. Recordaba brevemente algunas de las historias que Luis Eduardo García había escrito sobre su niñez en esta localidad. Como ese gracioso cuento Adiós Sofía en el que narra su estrepitosa captura por parte de la policía local cuando quisieron entrar al Cine Municipal para ver una película de Sofía Loren, una de mayores de 21 años. Esas épocas ya no existen, ni el cine ni la Chulucanas de su niñez. Siendo día festivo, la ciudad tenía visos de haber celebrado un izamiento. La plaza estaba engalanada, nada más. Fuimos a ver su moderna iglesia matriz con una bella escultura en la portada. Antes de ir a La Encantada, decidimos ir a Yapatera. Nos indicaron el camino y para cerciorarme, nos detuvimos al costado de una imponente morena; ella nos confirmó el camino remarcando que era oriunda de ese pequeño pueblo y que nos iba a gustar. El camino está en buen estado y llegamos pronto al lugar. El calor arreciaba. Llegamos al poblado, pero no tiene una buena señalización por lo que seguimos el camino. A cierta altura decidimos regresar. En realidad nos estábamos yendo hacia Tambo Grande. Retornamos y tomamos algunas fotos a la vetusta comisaría; una simpática construcción, ya en el abandono. Un poco más allá, logramos ver lo que fue la casa hacienda del lugar. Ingresamos y comenzamos a tomar fotos. De repente apareció un señor con su burro, su piajeno. No tenía buena pinta, puesto que se acercó hacia nosotros con un machete; él pensaba que habíamos ingresado para hurtar algo, ya que contiguo a las antiguas instalaciones, se han edificado aulas modernas del colegio de la zona. Aquietadas las aguas, le pedí información, pues teníamos curiosidad de ver los antiguos almacenes de algodón. Le agradecimos sus datos y decidimos partir hacia La Encalada por seguridad. Ya en Trujillo me enteré por Rosa Gulman que esta había sido hacienda de su familia. Cosas de la vida.
Chulucanas es una ciudad agrícola, capital de la provincia de Morropón, famosa por sus limones y su gruta; aquí se respira ese mundo ligado al campo. La modernidad la ha invadido con restaurantes, farmacias, tiendas de artículos agrícolas. Recordaba brevemente algunas de las historias que Luis Eduardo García había escrito sobre su niñez en esta localidad. Como ese gracioso cuento Adiós Sofía en el que narra su estrepitosa captura por parte de la policía local cuando quisieron entrar al Cine Municipal para ver una película de Sofía Loren, una de mayores de 21 años. Esas épocas ya no existen, ni el cine ni la Chulucanas de su niñez. Siendo día festivo, la ciudad tenía visos de haber celebrado un izamiento. La plaza estaba engalanada, nada más. Fuimos a ver su moderna iglesia matriz con una bella escultura en la portada. Antes de ir a La Encantada, decidimos ir a Yapatera. Nos indicaron el camino y para cerciorarme, nos detuvimos al costado de una imponente morena; ella nos confirmó el camino remarcando que era oriunda de ese pequeño pueblo y que nos iba a gustar. El camino está en buen estado y llegamos pronto al lugar. El calor arreciaba. Llegamos al poblado, pero no tiene una buena señalización por lo que seguimos el camino. A cierta altura decidimos regresar. En realidad nos estábamos yendo hacia Tambo Grande. Retornamos y tomamos algunas fotos a la vetusta comisaría; una simpática construcción, ya en el abandono. Un poco más allá, logramos ver lo que fue la casa hacienda del lugar. Ingresamos y comenzamos a tomar fotos. De repente apareció un señor con su burro, su piajeno. No tenía buena pinta, puesto que se acercó hacia nosotros con un machete; él pensaba que habíamos ingresado para hurtar algo, ya que contiguo a las antiguas instalaciones, se han edificado aulas modernas del colegio de la zona. Aquietadas las aguas, le pedí información, pues teníamos curiosidad de ver los antiguos almacenes de algodón. Le agradecimos sus datos y decidimos partir hacia La Encalada por seguridad. Ya en Trujillo me enteré por Rosa Gulman que esta había sido hacienda de su familia. Cosas de la vida.
Nos fuimos hacia La Encalada, por la ruta
vimos los restos de lo fue otra casa hacienda. Una pena. Hay varias casas así
en esta región que podrían ser rescatadas para ser parte de un sistema más
complejo de un turismo nada despreciable, para aquellos que buscan la
tranquilidad en lugares cálidos e incluso un refugio “lejos del mundanal ruido”.
Las edificaciones monumentales como Sojo, Yapatera o La Encalada son
construcciones bellas, como las que vi en Lambayeque y las que aún quedan en La
Libertad. Pero, la visita sí fue frustrante. Los artesanos ya no trabajan con
creatividad, sino que trabajan en serie en modelos que no reflejan su mundo,
sus experiencias, su vivencia. Entre lo que vi en 1993 a lo que he visto en
este julio del 2014 siento un retroceso; aquí el “mercado” les mató el gusto y
el sentido práctico terminó por ser el sentido común generalizado. Tal fue
nuestra frustración que María solo compró un cenicero para Orietta. Punto.
Iniciamos retorno a Piura, más tranquilos
por la bonita calzada de árboles que limitan la carretera de salida de
Chulucanas – La Encalada hacia la carretera Panamericana. Llegamos a Piura más
o menos a las 6 pm. Una buena ducha y una cena opípara como de costumbre.
viernes, 7 de noviembre de 2014
miércoles, 11 de septiembre de 2013
VIAJE AL COLCA: ENTRE CIRO Y NEVADAS
Recientemente estuve en Arequipa durante los últimos
días de agosto. Era un viaje de reencuentro con mis compañeros de la promoción
1973 del colegio La Salle. Un viaje para ver esta ciudad a la cual llegué desde
Piura teniendo cuatro años cumplidos y en la cual viví doce años de mi infancia
y mi adolescencia. La ciudad ha crecido
de manera un poco más ordenada que otras ciudades de nuestro País. Pero el boom
de la construcción está arrasando tristemente la bella campiña arequipeña que
era orgullo de sus ciudadanos. Todo en aras del extraño progreso que queremos
en nuestras ciudades.
Fuera de la motivación del reencuentro con mis
excompañeros de aulas, otra de mis intenciones iniciales era ir a Toro Muerto,
uno de los lugares arqueológicos más notables en cuanto a petroglifos en el
mundo. Había estado en Miculla (Tacna) a inicios de año y pude ver el otro
vasto territorio de petroglifos y geoglifos en nuestro país. Pero una serie de
descoordinaciones, malas intenciones y falta de comunicación impidieron mi
viaje a esta zona (parece, además, que la están depredando inescrupulosamente
para vender grandes lajas de piedra con petroglifos a coleccionistas privados;
no es novedad). Me había comunicado infructuosamente con una serie de empresas
de turismo y no me respondieron. Incluso llamé a una telefónicamente y se
comprometió a enviarme todos los datos; aún espero su correo. Otra me dio un
cierto precio razonable, luego lo incrementó un 300 por ciento. Penosa
situación y bastante informales nuestros medios turísticos. Como el
30 de agosto era feriado y no quería quedarme en la ciudad, tomé un
viaje al Colca, lugar en el que había estado por última vez en 1992. En aquella
oportunidad, la zona había sido afectada por una serie de erupciones del volcán
Sabancaya y los respectivos temblores que fueron afectando a una serie de poblados
entre ellos, Maca. Todo esto sucedió en 1991 y las secuelas quedan hasta
nuestros días. Decidí comprar, un poco a regañadientes, un paquete turístico
para visitar el lugar por un solo día. Una oportunidad para ver cómo estaba el
lugar.
Me recogieron puntualmente a las 3:15 am. Íbamos en un
pequeño bus holgadamente. Felizmente no iba mucha gente, así podíamos cumplir
con nuestros tiempos de manera más coordinada y rápida. Recogimos a los últimos
pasajeros a las 4:10 am y de ahí a nuestro objetivo. Nos enrumbamos a Chivay,
la ciudad en la que íbamos a tomar desayuno. Dormitábamos en el viaje, cuando
un frío penetrante comenzó a enfriar la
ventana cerca a la cual estaba sentado.
Una fina capa de hielo cubría los vidrios. Ya amaneciendo pude ver el
esplendor del pasaje que iba a disfrutar en la ruta hasta Chivay. En esta época
del año, todas esas zonas (más Huancavelica, Cuzco y Puno) se declaran en
emergencias debido a las intensas nevadas que caen en la región. Hay muertes
entre las personas y el ganado que suele pastar libremente. Esta triste
realidad la iba a recordar mucho después de haber visto el extraordinario
paisaje que se iba abriendo delante de mí. Pedí sentarme adelante, frente al
parabrisas para poder ver cómo la nieve había cubierto la carretera, las
laderas de cerros, las montañas. El blanco resplandecía y enceguecía a quienes
contemplábamos la ruta. Pero ni las carreteras ni los autos están preparados
para este fenómeno y nuestro arribo a la Chivay fue bastante tardío, íbamos
atrasados en casi una hora. Nuestro frugal desayuno fue precipitado por la
presión de ir a la Cruz del Cóndor, un lugar estratégico para ver volar a estas
aves carroñeras. Y la hora apretaba. El camino desde Arequipa hasta Chivay ya
está asfaltado, pero de Chivay hacia el cañón parcialmente asfaltado y ha
sufrido algunos deslizamientos y hundimientos, sobre todo en la zona de Maca.
Cruz del Cóndor es un lugar que ha sido mejorado sustancialmente. En 1992 el
lugar sólo tenía una cruz (de ahí el nombre) para identificar la zona y contaba
con alguna que otra facilidades. Ahora ya cuenta con todo lo necesario, plataformas
de observación que permiten a uno ver con comodidad el lugar. La primera vez
que fui en 1985 al asomarme a ver la profundidad del cañón, sentí la fuerte
atracción de la gravedad; un hilo frío de temor recorrió mi cuerpo al verme
indefenso ante la profundidad. Ahora hay verjas simpáticas sobre las cuales te
apoyas para poder ver con holgura la majestuosidad del lugar. Vimos varios
cóndores que salían de sus nidos a buscar alimento. Comenzamos nuestro retorno
para ir a almorzar y poder llegar a Arequipa a las 5 de la tarde. Ya
regresábamos menos personas, puesto que algunos pasajeros se fueron a
Cabanaconde, lugar ideal para hacer una visita más exhaustiva del lugar. Además
es un punto para visitar otro lugar de interés: Andahua, el valle de los
volcanes pequeños. Ya en el camino nos detuvimos en otros dos paradores para
contemplar otras perspectivas. El lugar sí es impresionante. Pero, y era inevitable,
el lugar también es recordado por el sonado caso de Ciro Castillo y la absurda
parafernalia que se creó en torno a esta muerte. Cuando pasamos por el nevado
Bomboya, el cual no ofrece nada en particular, el guía nos comentó sobre el
caso para incrementar el morbo de los que quedábamos en el bus, puesto que ya
regresábamos solo 15 personas. Antes de almorzar hicimos una pausa para visitar
la iglesia de Maca. En 1992 esta iglesia había resultado bastante dañada por
los movimientos telúricos, había perdido una torre y el techo se había
desplomado. Ahora se ha reconstruido la misma, incluso sus altares han sido
restaurados. Pero la amenaza es latente y todo apunta a que esta población va a
tener que ser reubicada, puesto que la falla geológica crece y la depresión es
cada vez más marcada. No hay que jugar con la naturaleza. En el retorno, nos
detuvimos en un paraje en el cual veíamos los diversos volcanes que se hallan
cerca uno del otro, relativamente hablando. Así podías ver al Ampato en todo su
esplendor. Ya cerca del cruce con la carretera Cuzco-Arequipa vimos una pequeña
manada de vicuñas, rodeadas de mucha suciedad humana: papeles, bolsas y
botellas de plástico. Civilización.
El
viaje de retorno desde ahí fue un poco penoso, debido al tráfico. Al igual que
el tramo Chiclayo – Trujillo
Chimbote-Trujillo, el tráfico pesado es intenso y peligroso. Lo
confirmas con la cantidad de crucecitas que uno ve al borde de la carretera.
Llegamos a Arequipa a las 5 y media con un sol aún esplendoroso. Me fui al
hotel y luego cené en uno de esos estupendos restaurantes que Arequipa tiene.
Una jornada muy vivificante e interesante que me permitió reencontrarme con
este magnífico lugar.lunes, 9 de abril de 2012
ARTÍCULO DE LEÓN TRAHTEMBERG SOBRE CORRIDA DE TOROS
Loa a las corridas de toros
LEÓN TRAHTEMBERG
En “El Comercio” de hoy Fernando de Trazegnies se suma a los abogados de las corridas de toros con argumentos llamativos (“El Amigo Antitaurino”).
Dice: 1) Comer un anticucho de corazón es producto de un maltrato a un animal mayor que el de una corrida de toros. 2) Las corridas de toros son un espectáulo de valor humano particular, porque a) predomina la razón(torero) sobre la fuerza bruta (toro); b) es una fiesta en honor a este valor humano; c) es una apreciable fiesta artística de color y movimiento.
Lo que escribe Trazegnies, así como muchos otros personajes renombrados como M.V.LL. sobre las corridas de toros, me lleva a pensar tres cosas:
1) Hasta qué punto podemos entendernos los peruanos en temas tan delicados como el proyecto Conga, el 5 de abril, los hallazgos de la CVR, los transgénicos, la píldora del día siguiente, el matrimonio entre homosexuales, si en algo aparentemente tan accesible como las corridas de toros hay una infinita fabricación de argumentos para defender posiciones de tan difícil factura.
2) Justificar la muerte de los toros apelando a argumentos que relativizan la tortura del animal aduciendo que hay otras torturas mayores, distanciándose totalmente de cualquier sentimiento humano que podría suscitar el ir a observar con disfrute supremo el sacrifico “artístico” del toro… sin que haya espacio para una pizca de compasión, identificación con el sufrimiento de otros… es difícil de tragar.
3) Apelar a la tolerancia y respeto mutuo para que los opositores a las corridas de toros no se metan en el derecho que tienen sus partidarios para disfrutar del espectáculo. Algo así como “nadie te obliga a asistir, pero no puedes impedir al que disfruta que sí pueda asistir” con lo que se pretende cultivar la indiferencia de quienes desaprueban una conducta frente a quienes la realizan. (Por extensión “si otro quiere drogarse o suicidarse, ¿por qué te metes…?”; “si X paga una comisión al gobernante para que dé luz verde a un proyecto que ya cuenta con estudios técnicos favorables, ¿por qué te metes?”; "si Z explota a los nativos o campesinos pagando miserias por lo que vale fortunas, ¿por qué te metes?" etc.)
También me ha dejado pensando sobre lo que yo escribo sobre este u otros temas, que por más que me parezca sensato y razonable, y en todo caso una alternativa más para los interesados en esos temas, quizá sea leído por otros como algo disparatado e incomprensible(digamos, Trazegnies leyéndome). ¿Será que uno solo puede entenderse con interlocutores que piensan muy parecido a uno? ¿Aboga eso en favor de la convivencia pacífica en democracia? ¿o hemos aprendido nada del recientemente recordado 5 de abril?
Leer a Trazegnies y los otros fanáticos de las corridas de toros me ha dejado un ánimo muy pesimista respecto a la capacidad de los peruanos de entendernos y compartir algún día los valores y las líneas maestras de un proyecto de nación. Sé que como educador no tengo derecho a ser pesimista, pero estos artículos me empujan muy cerca de ese límite.
LEÓN TRAHTEMBERG
En “El Comercio” de hoy Fernando de Trazegnies se suma a los abogados de las corridas de toros con argumentos llamativos (“El Amigo Antitaurino”).
Dice: 1) Comer un anticucho de corazón es producto de un maltrato a un animal mayor que el de una corrida de toros. 2) Las corridas de toros son un espectáulo de valor humano particular, porque a) predomina la razón(torero) sobre la fuerza bruta (toro); b) es una fiesta en honor a este valor humano; c) es una apreciable fiesta artística de color y movimiento.
Lo que escribe Trazegnies, así como muchos otros personajes renombrados como M.V.LL. sobre las corridas de toros, me lleva a pensar tres cosas:
1) Hasta qué punto podemos entendernos los peruanos en temas tan delicados como el proyecto Conga, el 5 de abril, los hallazgos de la CVR, los transgénicos, la píldora del día siguiente, el matrimonio entre homosexuales, si en algo aparentemente tan accesible como las corridas de toros hay una infinita fabricación de argumentos para defender posiciones de tan difícil factura.
2) Justificar la muerte de los toros apelando a argumentos que relativizan la tortura del animal aduciendo que hay otras torturas mayores, distanciándose totalmente de cualquier sentimiento humano que podría suscitar el ir a observar con disfrute supremo el sacrifico “artístico” del toro… sin que haya espacio para una pizca de compasión, identificación con el sufrimiento de otros… es difícil de tragar.
3) Apelar a la tolerancia y respeto mutuo para que los opositores a las corridas de toros no se metan en el derecho que tienen sus partidarios para disfrutar del espectáculo. Algo así como “nadie te obliga a asistir, pero no puedes impedir al que disfruta que sí pueda asistir” con lo que se pretende cultivar la indiferencia de quienes desaprueban una conducta frente a quienes la realizan. (Por extensión “si otro quiere drogarse o suicidarse, ¿por qué te metes…?”; “si X paga una comisión al gobernante para que dé luz verde a un proyecto que ya cuenta con estudios técnicos favorables, ¿por qué te metes?”; "si Z explota a los nativos o campesinos pagando miserias por lo que vale fortunas, ¿por qué te metes?" etc.)
También me ha dejado pensando sobre lo que yo escribo sobre este u otros temas, que por más que me parezca sensato y razonable, y en todo caso una alternativa más para los interesados en esos temas, quizá sea leído por otros como algo disparatado e incomprensible(digamos, Trazegnies leyéndome). ¿Será que uno solo puede entenderse con interlocutores que piensan muy parecido a uno? ¿Aboga eso en favor de la convivencia pacífica en democracia? ¿o hemos aprendido nada del recientemente recordado 5 de abril?
Leer a Trazegnies y los otros fanáticos de las corridas de toros me ha dejado un ánimo muy pesimista respecto a la capacidad de los peruanos de entendernos y compartir algún día los valores y las líneas maestras de un proyecto de nación. Sé que como educador no tengo derecho a ser pesimista, pero estos artículos me empujan muy cerca de ese límite.
domingo, 8 de mayo de 2011
CÓMO CREAR UN PATÁN, A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA MADRE
Hace exactamente una semana veía en la televisión una serie inglesa detectivesca policial que captó mucha mi atención. Resumo: una mujer drogadicta había confabulado con un amante suyo un fingido secuestro de su hija para poder hacer de este hecho un "evento" mediático y sacar réditos jugosos con los cuales podría, al fin, cumplir con su verdadero rol de madre. Pero lo que podría haber sido un éxito para la díscola mujer, se convirtió en una pesadilla para todos: la niña fue asesinada. Durante el juicio contra el criminal, todos juzgaron (incluido yo, desde mi televisor) al criminal, quien recibió sorpresivamente una leve condena, ya que no había pruebas contundentes. La madre (aún no sabíamos el final) tomó la justicias con sus propias manos y le clavó un cuchillo ante cientos de impávidos testigos. Todos juzgaron que la pobre mujer había reaccionado dolida en su condición de madre y todos deciden apoyarla para sacarla de este cruel embrollo en el que se había metido por haber actuado impulsada por sus "entrañas". A medida que iba transcurriendo la serie, vimos el verdadero rostro de una mujer que justifica cualquier medio para poder cumplir con su rol de madre.
¿Por qué viene a colación este tema y por qué el título de esta opinión? Es mismo domingo, fui a presenciar un espectáculo muy simpático en el Teatro Municipal de nuestra ciudad. La presencia de niños era de esperar y uno puede ser testigo de muchas enseñanzas familiares a través de los hijos y las reacciones de los padres. Para suerte nuestra (fui con un amigo) estuvimos sentados delante de un grupo humano bastante peculiar: una madre con sus dos hijos y una abuela. El hijo varón comenzó a estornudar directamente sobre los cuellos de las personas que estaban delante de él, mejor dicho nosotros; tras varios estornudos y ante la complacencia de la madre, opté por voltear la cabeza y pedir a la madre si pudiera indicar a su hijo de estornudar hacia otra parte. La reacción que obtuve de esa persona fue la de una agresión inmediata: comenzó por tutear e insultar (en presencia de sus dos hijos y de la madre, y otras personas más que miraban impávidas la reacción de la mujer), luego a indicar que había pagado su dinero y que le daba la potestad de hacer lo que quería; posteriormente, justificó el hecho por ser pequeños (ya con algunas groserías de por medio) y, por último, que ella como madre defiende a sus hijos frente a todos; añadió una frase que me pareció interesante, y que trae a colación la extrapolación con la serie de televisión, "se ve que no tienes hijos y no sabes cómo es eso, lo difícil que es controlarlos". Interesante frase que me hizo recordar mis años de enseñanza en el colegio, cuando a muchos padres, los hijos ya se le habían vuelto incontrolables y derivaban su función de padres a los maestros para enseñarles los límites requeridos que ellos (los padres) ya no son capaces de hacerlo. Y lo peor de todo, la escena se realizó delante de su dos hijos. La mujer cree haber salido triunfante de su "digno ejemplo", pero va sembrando cada vez las sutiles raíces de lo que es un patán: ese niño, con la vulgar demostración de su madre, ha aprendido que insultando, no oyendo y trasgrediendo (bajo la anuencia de su madre, esto es, la autoridad) se logran las cosas; quizá hubiera ameritado detener a la mujer, pero la perspectiva no era la mejor. Lo que sí tiene por delante en algunos años, es la posibilidad de conflictos con su hijo; cuando éste llegue a la adolescencia, los ejemplos, los patrones educativos emergen para poder "colocarte" en el mundo. La familia es la primera que le da patrones a los niños. Y ese niño tiene una buena herencia.
Para terminar, la escena final de la serie, ya al dictar sentencia, el abogado acusador cerró con una frase dura contra la mujer: "usted no ha sido una madre". Salvando distancias y extrapolando las situaciones, nos debemos preguntar si la educación incluye en el proceso de ser madre y en cuánto de esto estamos bien preparados.
jueves, 11 de noviembre de 2010
LA BELLEZA DE LA CONTEMPLACIÓN: SONIDOS DEL JAPÓN
El día lunes 8 de noviembre en el Teatro Municipal de Trujillo tuvimos la suerte de ver y oír a un quinteto de música japonesa moderna, la cual ha tenido, como todas las formas musicales mundiales, una serie de fusiones de ritmos, elementos armónicos y tonalidades que han occidentalizado el sutil espíritu de la cultural musical japonesa. Debemos recordar que el Japón se aisló como país por más de 200 años desde el periodo Tokugawa (algo de esto se ve en el film Kagemusha de Akira Kurosawa), periodo que les permitió (a los japoneses) crear su propia cultural; su misma situación insular les permitió acentuar este aislacionismo hasta que en el siglo XIX, el famoso Comodoro Matthew Perry rompió este aislamiento (por cierto, a la fuerza) en 1833. Esta nueva atracción para los occidentales hizo que el Japón se pusiera de moda y su cultura fue occidentalizada a través de la pintura (Utamaro fue muy apreciado en Francia por los impresionistas), su moda y alguno que otro detalle de la cultura nipona. Su música les fue extraña y las versiones en las que aparecen personajes japoneses como la famosa ópera Madama Butterfly de Puccini estaba escrita en cánones integramente europeos. La tradicional música culta japonesa o gagaku era muy difícil (y lo es) al oído nuestro. Pero la migración japonesa del siglo XIX hacia occidente nos ha permitido acercarnos un poco más a este fascinante y algunas veces agresivo país. Digo esto, pues la triste participación de las huestes japonesas en muchas naciones del Lejano Oriente han dejado su huella.
La migración de japoneses a nuestro país fue frecuente hasta antes de la segunda guerra mundial. La colonia nipona afincada en muchas ciudades de la costa peruana fue próspera e hizo labor en nuestro país. Por muchos años, nos hemos acercado poco a su cultura; recientemente su culinaria ya se ve con más frecuencia en nuestras ciudades, en las cuales extrañamente no había restaurantes japoneses como sí los hay chino cantoneses. La irrupción de los manga y anime de los 70 en adelante también es otro hito para conocerlos más. Pero su música ha "tardado" un poco.
Japón no es solo música tradicional: he sido testigo de una banda de jazz excelente que vi en el Teatro Raimondi en 1991. Fuera de sus creaciones, liderados por su eximio bajista, interpretaron una sorprendente versión de El Cóndor Pasa con un swing fenomenal. El comentario de mis amigos era: "no parecen japoneses". Mucho más sorprendente fue la llegada al Perú de la famosa Orquesta de la Luz, cuyas voces principales eran chicas japonesas que no hablaban español pero que cantaban con una dicción perfecta.
La presentación del día 05 ha sido todo un regalo a la vista y al oído. Tan preocupados por detalles, el escenario tenía arreglos florales (hana) para hacer más placentero el espacio. Las 3 artistas mujeres vestían sendos kimonos y eran las intérpretes de las cuerdas: Koto y Shamisen; dos varones tocaban Shakuhachi, una especie de flauta, de diversos tamaños y timbres. Y el director Akira Inoue daba el toque de modernidad con su teclado.
Durante una hora y media, y soportando a algunas personas poco respetuosas de lo que significa ir a un concierto de esta naturaleza, fueron interpretando varias obras y arreglos del Director. Interesante fue la adaptación de obras clásicas y populares japonesas con un movimiento de Vivaldi de sus Cuatro Estaciones. El arreglo de Imagine fue muy interesante, ya que incluía cajón peruano, como una muestra de internacionalización de la música, única y diversa. Y el encore fue un regalo peruano: Vírgenes del Sol, de Jorge Bravo de Rueda. Oír el ensamble entre Shakuhachi soprano y una quena, o zampoñas, fue toda una experiencia.
Hay que agradecer a la Asociación Okinawense de La Libertad el haber hecho esta gestión. Hay mucho por escuchar aún, así seremos más "globalizados" de manera positiva, en buen sentido del término.
La migración de japoneses a nuestro país fue frecuente hasta antes de la segunda guerra mundial. La colonia nipona afincada en muchas ciudades de la costa peruana fue próspera e hizo labor en nuestro país. Por muchos años, nos hemos acercado poco a su cultura; recientemente su culinaria ya se ve con más frecuencia en nuestras ciudades, en las cuales extrañamente no había restaurantes japoneses como sí los hay chino cantoneses. La irrupción de los manga y anime de los 70 en adelante también es otro hito para conocerlos más. Pero su música ha "tardado" un poco.
Japón no es solo música tradicional: he sido testigo de una banda de jazz excelente que vi en el Teatro Raimondi en 1991. Fuera de sus creaciones, liderados por su eximio bajista, interpretaron una sorprendente versión de El Cóndor Pasa con un swing fenomenal. El comentario de mis amigos era: "no parecen japoneses". Mucho más sorprendente fue la llegada al Perú de la famosa Orquesta de la Luz, cuyas voces principales eran chicas japonesas que no hablaban español pero que cantaban con una dicción perfecta.
La presentación del día 05 ha sido todo un regalo a la vista y al oído. Tan preocupados por detalles, el escenario tenía arreglos florales (hana) para hacer más placentero el espacio. Las 3 artistas mujeres vestían sendos kimonos y eran las intérpretes de las cuerdas: Koto y Shamisen; dos varones tocaban Shakuhachi, una especie de flauta, de diversos tamaños y timbres. Y el director Akira Inoue daba el toque de modernidad con su teclado.
Durante una hora y media, y soportando a algunas personas poco respetuosas de lo que significa ir a un concierto de esta naturaleza, fueron interpretando varias obras y arreglos del Director. Interesante fue la adaptación de obras clásicas y populares japonesas con un movimiento de Vivaldi de sus Cuatro Estaciones. El arreglo de Imagine fue muy interesante, ya que incluía cajón peruano, como una muestra de internacionalización de la música, única y diversa. Y el encore fue un regalo peruano: Vírgenes del Sol, de Jorge Bravo de Rueda. Oír el ensamble entre Shakuhachi soprano y una quena, o zampoñas, fue toda una experiencia.
Hay que agradecer a la Asociación Okinawense de La Libertad el haber hecho esta gestión. Hay mucho por escuchar aún, así seremos más "globalizados" de manera positiva, en buen sentido del término.
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sábado, 30 de octubre de 2010
VISITA AL ANTIGUO CEMENTERIO REPUBLICANO MIRAFLORES DE TRUJILLO
El día 29 de octubre, como cierre de un intenso mes de charlas y actividades sobre el patrimonio de nuestra ciudad y Región, se hizo una actividad poco usual para la ciudad de Trujillo: una visita nocturna al cementerio de nuestra ciudad. Este visita coincide no sólo como la visita a uno de los lugares patrimoniales e históricos de cualquier ciudad, sino que coincide con la pronta celebración del día y del mes de los muertos: el 02 de noviembre. En la Alianza Francesa, organizamos un ciclo de charlas sobre el patrimonio social, cultural, artístico, arquitectónico, intangible. En esta última semana se habló sobre el Cementerio de Miraflores el martes 26 con la presentación de un conservador, Ricardo Morales, y un arquitecto, Carlos Moreno; la exposición concitó una gran expectativa, una sala llena; el miércoles 27, en nuestra galería de arte inauguramos una exposición temática sobre la muerte y a las 9 de la noche, una amiga alemana, Claudia Riess, expuso sobre la Vampirología; el jueves 28, invitamos a un arqueólogo francés, Nicolás Goepfert, doctor en arqueología andina, a hacer una interesante conferencia sobre los entierros de esta área del país.En realidad, cada una de estas conferencias estuvieron incluidas en una semana que llamamos "la muerte". No queríamos hacer nada de frívolo, pensando hacer algún evento ligado a la celebración de Halloween. En realidad, en nuestra cultura sí celebramos la muerte a nuestra manera, y se ve en las actividades que se hacen en los cementerios u otros lugares de culto funerario ocasionales de nuestra sociedad. Por ejemplo, cuando vivíamos en Arequipa, nuestros vecinos el día 01 y 02 de noviembre solían dejar comida al retrato de una persona fallecida, en este caso a un joven que falleció de meningitis. Las costumbres en nuestra sociedad varía de lugar en lugar, en Piura la celebración toma dos días; en otras partes se ha reducido "oficialmente" a un día, celebración que sincretizado con una creación cristiana, la de todos los santos.
Nuestro cementerio, el de Miraflores, es una creación republicana. Antes, los ciudadanos fallecidos eran enterrados en las criptas de las iglesias, siendo una de las principales, la Catedral de Trujillo. Cuando se construyó el local del INC, el antiguo cementerio de la misma fue destruido. La sobrepoblación de cadáveres y las amenazas a salubridad pública que significaba enterrar cadáveres de manera masiva durante las epidemias que asolaban nuestras ciudades, hicieron reflexionar sobre la necesidad de hallar nuevos espacios para nuestros muertos. Una de las primeras ciudades en dar el paso a secularizar este rito (era de potestad de la iglesia, lo cual le daba buenos réditos) fue Lima, con su famoso Presbítero Maestro, obra del arquitecto y pintor Matías Maestro. Este bello espacio ha sido rescatado del olvido y ahora se ha convertido en un nuevo museo para la ciudad. Un cementerio es un libro vivo de una ciudad y en algunos casos de un país. Pese a las diferencias de espacio determinado en cada cementerio (de acuerdo a clase social u otro distingo), es un lugar común para todos los seres que pasamos por esta vida (incluso para los suicidas, los rechazados por la iglesia u otros cultos). Recuerdo en Jerusalén, la ubicación de muchas tumbas cerca de la sellada Puerta Dorada, por la cual ha de pasar el mesías y las almas de aquellos que están cerca de dicha puerta, son las almas que pronto han de resucitar en la gloria. Esa creencia de estar en lugar santo, en terreno religioso, hizo que la gente en un inicio desconfiara de los cementerios que hallaban en las afueras de la ciudad. Uno ve las tumbas que pugnaban estar cerca del altar mayor, la idea de las indulgencias famosas que fueron crítica severa de Lutero. Recuerdo hace años cuando fui a Zaña, vi en una urna restos de un noble criollo, quien tenía aún traje de sedas y creo haberle visto un anillo; no sé si quedará algo de eso en esas interesantes ruinas de la iglesia de San Agustín. Miraflores fue inaugurado el 02 de diciembre de 1831 y para que el cementerio fuera "legitimado" se trasladó los restos del obispo Francisco Javier de Luna Victoria, quien estaba enterrado en la iglesia de los jesuitas, la Compañía, abandonada en ese entonces. El cementerio cuenta con pocos mausoleos, pero hay algunos destacados como el de la familia Larco-Herrera y el mausoleo a Agustín Ganoza. Aunque este cementerio es para cristianos, hace un par de décadas tomé fotos de tumbas de ciudadanos judíos que murieron en nuestra ciudad. Para un trabajo de investigación que hizo León Trahtenberg sobre los judíos en el Perú, fotografié fotos de nichos que tenían no una cruz, sino una estrella de David en la lápida, y los apellidos correspondían a personas fallecidas en los años 20 del siglo pasado. Ahí tenemos el caso de Moisés Eskenazi y León, quien falleció de Meningitis el 19 de julio de 1923.
Hay, pues, todo un libro de historias que hay que ir buscando en este espacio cultural de nuestra ciudad. La infeliz decisión de querer demoler los antiguos nichos no ha prosperado, pero se ve que hay que hacer mucho para rescatar la memoria de una ciudad. Esperemos que este aporte que hemos hecho desde la Alianza Francesa tenga una notable repercusión en la conciencia de todos los ciudadanos.
Nuestro cementerio, el de Miraflores, es una creación republicana. Antes, los ciudadanos fallecidos eran enterrados en las criptas de las iglesias, siendo una de las principales, la Catedral de Trujillo. Cuando se construyó el local del INC, el antiguo cementerio de la misma fue destruido. La sobrepoblación de cadáveres y las amenazas a salubridad pública que significaba enterrar cadáveres de manera masiva durante las epidemias que asolaban nuestras ciudades, hicieron reflexionar sobre la necesidad de hallar nuevos espacios para nuestros muertos. Una de las primeras ciudades en dar el paso a secularizar este rito (era de potestad de la iglesia, lo cual le daba buenos réditos) fue Lima, con su famoso Presbítero Maestro, obra del arquitecto y pintor Matías Maestro. Este bello espacio ha sido rescatado del olvido y ahora se ha convertido en un nuevo museo para la ciudad. Un cementerio es un libro vivo de una ciudad y en algunos casos de un país. Pese a las diferencias de espacio determinado en cada cementerio (de acuerdo a clase social u otro distingo), es un lugar común para todos los seres que pasamos por esta vida (incluso para los suicidas, los rechazados por la iglesia u otros cultos). Recuerdo en Jerusalén, la ubicación de muchas tumbas cerca de la sellada Puerta Dorada, por la cual ha de pasar el mesías y las almas de aquellos que están cerca de dicha puerta, son las almas que pronto han de resucitar en la gloria. Esa creencia de estar en lugar santo, en terreno religioso, hizo que la gente en un inicio desconfiara de los cementerios que hallaban en las afueras de la ciudad. Uno ve las tumbas que pugnaban estar cerca del altar mayor, la idea de las indulgencias famosas que fueron crítica severa de Lutero. Recuerdo hace años cuando fui a Zaña, vi en una urna restos de un noble criollo, quien tenía aún traje de sedas y creo haberle visto un anillo; no sé si quedará algo de eso en esas interesantes ruinas de la iglesia de San Agustín. Miraflores fue inaugurado el 02 de diciembre de 1831 y para que el cementerio fuera "legitimado" se trasladó los restos del obispo Francisco Javier de Luna Victoria, quien estaba enterrado en la iglesia de los jesuitas, la Compañía, abandonada en ese entonces. El cementerio cuenta con pocos mausoleos, pero hay algunos destacados como el de la familia Larco-Herrera y el mausoleo a Agustín Ganoza. Aunque este cementerio es para cristianos, hace un par de décadas tomé fotos de tumbas de ciudadanos judíos que murieron en nuestra ciudad. Para un trabajo de investigación que hizo León Trahtenberg sobre los judíos en el Perú, fotografié fotos de nichos que tenían no una cruz, sino una estrella de David en la lápida, y los apellidos correspondían a personas fallecidas en los años 20 del siglo pasado. Ahí tenemos el caso de Moisés Eskenazi y León, quien falleció de Meningitis el 19 de julio de 1923.
Hay, pues, todo un libro de historias que hay que ir buscando en este espacio cultural de nuestra ciudad. La infeliz decisión de querer demoler los antiguos nichos no ha prosperado, pero se ve que hay que hacer mucho para rescatar la memoria de una ciudad. Esperemos que este aporte que hemos hecho desde la Alianza Francesa tenga una notable repercusión en la conciencia de todos los ciudadanos.
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