Martes 23 de julio. Nuestro
último día en Chachapoyas. Tomamos prácticamente un tour particular que nos
llevaría a Revash (hermoso) y Leimebamba. Ya por la noche nos íbamos a
Trujillo.
Salimos temprano a nuestros
objetivos. Ya habíamos dejado todo listo y quedamos que todas nuestras cosas y
las de Eduardo se quedasen en nuestra habitación para una ducha final antes del
retorno. Una vez listo todo y haber tomado nuestro desayuno, nos enrumbamos a
nuestros objetivos. Anteriormente he visitado Leimebamba, pero Revash era una
nueva visita. Estuve confundido con anterioridad, puesto alguna vez pensé que
este sitio se veía desde la carretera que une Chachapoyas con Leimebamba, pero
no es así. En el camino, hicimos un primer alto: nos bajamos a comprar frutas y
un poco de agua. Aquí vi una fruta que por primera vez la veía detenidamente:
la pitajaya. Es una fruta de rara forma (la llaman del dragón), pero que tiene
una serie de propiedades por las cuales el consumo de esta está creciendo exponencialmente
y desplaza otras actividades. Sucede que esta planta es de fácil cultivo y
crece en forma casi natural en esta región. Bajamos a comprar esta y otras
frutas. Aquí más datos de la pitajaya, que es una de las extrañas frutas
(exóticas), pero que no deberían serlo para nosotros, pues son oriundas y de
fácil consumo. Como reglas del famoso mercado, esta fruta ahora se vende caro
en la costa, tanto por su demanda como los costos de su traslado. Aquí más
datos: https://wapa.pe/salud/2013-08-18-pitajaya-para-bajar-de-peso-sin-caer-en-la-anemia-sabes-que-otros-beneficios-tiene; más:
https://andina.pe/agencia/noticia-conozca-a-pitajaya-y-rambutan-los-frutos-exoticos-exportacion-de-selva-central-708424.aspx.
Incluso su producción se ha vuelto en una suerte de amenaza para la ganadería,
como se ve en este video: https://www.youtube.com/watch?v=LKXwsRsSlJs.
Una vez concluida
nuestra rápida visita a los puestos de venta de frutas, nos fuimos hacia
nuestro primer objetivo: Revash. Y fue una grata visita. Como el auto iba
exclusivamente para nosotros, nos detuvimos en varios tramos para ver el paisaje
peculiar de la zona: la selva alta. Ya acercándonos, veíamos las caprichosas
formaciones rocosas de esta zona y en cuyas fisuras o balcones los chachapoyas
construyeron sus ciudades y sus necrópolis. Como lo habíamos visto dos días
antes en Pueblo de los Muertos, esta zona es estratégica y yace oculta a simple
vista. Llegamos a un pequeño poblado, San Bartolo, bastante limpio y muy ordenado.
Es sorprendente, las casas y los servicios hechos para que puedas acceder a los
restos arqueológicos; incluso han colocado unas barandas con el fin de poder
ayudarte en la marcha al lugar. Esto es algo que falta en varios lugares en
Amazonas, un buen ejemplo que podría replicarse. El camino no es tan sinuoso,
pero estábamos un poco cansado por las marchas de Pueblo y de las cataratas de
Gocta. Llegamos al lugar, en el que tienes dos rutas y dos opciones. Como la
parte superior estaba con un numeroso grupo de turistas, preferimos descender
para tener una vista prodigiosa del lugar. Ves unas construcciones que asemejan
a casas con techo a dos aguas. Están pintadas con colores vivos como el ocre,
que le da bastante vistosidad. Una vez que el grupo comenzó a bajar nosotros ascendimos
para tener una mejor vista de las construcciones de la necrópolis. En el folleto
que te dan en el centro de interpretación nos dan algunas explicaciones de los
muchos dibujos en ocre y otros colores que hay en sus paredes y muros del
cerro: una placa discoidal significa el ciclo de la vida (hipotético), la cruz
chacana es la madre tierra, muchas imágenes zoomórficas. Es una visita
imprescindible de haber ido a Chachapoyas. Aquí hay más datos: https://www.viajaporperu.com/blog/caminata-a-los-mausoleos-de-revash-de-los-chachapoyas-la-ruta-corta-y-la-larga/;
(https://arturobullard.com/revash-una-joya-en-chachapoyas/)
Terminada nuestra visita nos
enrumbamos a Leimebamba. La primera vez que estuve aquí en el año 2000, el
acceso era por una carretera sin pavimento que hacía el trayecto más largo;
ahora es todo lo contrario. En ese entonces, el incipiente museo estaba en
plena plaza de armas en la que hallaban arrinconadas todas las momias que iban
hallando. Ahora ya se tiene un buen museo que debe de ser visitado por todos
los peruanos para ver una parte muy interesante de nuestra historia. Este museo
fue financiado por el gobierno austríaco y fue la misma ministra de cultura
quien vino desde Viena para su inauguración. Desde el punto de vista arquitectónico,
el museo presenta el interés de muchas personas, pues este se construyó de
acuerdo con la usanza de la región y con material del lugar. Ahora este museo le
ha cambiado el rostro a este pueblo, pues ahora hay mejores servicios y hoteles
para turistas que usan este lugar como una pascana para ir a Cajamarca desde Chachapoyas
o viceversa. Una buena gestión turística daría más vida a este museo que aún recibe
pocos visitantes pese a todo el valor que contiene, muy bien expuesto gracias a
una buena museografía. Antes de ir al museo, fuimos a almorzar. Nos fuimos al
restaurante San Cristóbal, justo cuando empezaba una fuerte pero corta lluvia.
La caminata nos había abierto el apetito y nos sirvieron prodigiosamente. Aquí
se come como Dios manda. Una buena sopa de la región nos levantó el ánimo. Barriga
llena, corazón contento. El museo ahora permite tomar fotos en su interior,
bien. Lo más interesante es ver la sección de las momias, las cuales las ponen
en penumbra para que no se dañen por la luz. Hay momias hasta de perros y
cuyes. Y justo por estos días veía perros y gatos embalsamados en la cultura
egipcia. Además, hay una buena interpretación de las labores, como tejido y
agricultura, que se hace en la zona. Aquí
hay más información de este buen museo: http://www.centromallqui.pe/amazonas/museoleymebamba.html;
https://www.enperu.org/museo-de-leymebamba-cataratas-region-amazonas-atractivos-turisticos-cataratas-del-mundo.html
Una vez concluida nuestra
visita, retornamos a Chachapoyas para preparar nuestras cosas, un buen duchazo
e irnos a la agencia, pues nuestro bus salía a las 7:30 pm. De vuelta a casa.