¿Qué
habremos hecho los peruanos como sociedad que nos merecemos los desastres
físicos y sociales que estamos padeciendo? Como sociedad vemos eternos déjà-vu,
esos que causan destrozos en nuestra propiedad y credibilidad, así como la rampante
corrupción que existe en todos los estamentos del aparato público, coludidos
con varias empresas y personas privadas obviamente.
Cuando
escribo este artículo, estamos a la espera de una segunda riada de agua tan
fuerte como la que sufrimos el viernes por la noche. Espero que no sea así.
Ojalá. Pero también es posible que sea más fuerte y que, incluso, la
información sea solamente virtual vía videos de Tik Tok que pueblan las redes
sociales, pues afecte a la distribución de diarios en soporte papel. Hay muchas
cosas que pueden decirse sobre las desgracias que nos están pasando, muchas de ellas ya
reiterativas. Corrupción, ineptitud, estafa electoral, demagogia, escasa
sensibilidad social; lo mismo. Pero hay puntos que sí deben de tomarse en
cuenta, elementos que han cambiado la fisonomía de nuestra sociedad. Comencemos
por aceptar que el cambio climático ya es un hecho poderoso con el cual tenemos
que convivir. Los negacionistas deberían de explicar a la ciudadanía por qué un
fenómeno (ciclón) visto en aguas adentro o en países de Oceanía o Lejano
Oriente (tifón) aparece frente a nuestras costas: ¿es casual o ya va a ser un
elemento regular que debemos de tener en cuenta con el otro fenómeno irregular,
a estas alturas, como lo es El Niño? De ser así, ¿movemos nuestras ciudades
como en la antigüedad o hacemos sacrificios humanos para “aplacar su ira”? El sistema de alcantarillado ya es una obligación, no un lujo. Desde el Niño del 97/98 se
pedía uno. Este gobierno regional debe ir creando un plan que abarque el mayor
número de ciudades de la Región; lo de Pacasmayo y Chepén ha sido contundente.
El otro tema tabú en Trujillo es el molón de Salaverry. Desde que vivo aquí,
todos reconocen que el cambio de dirección de la corriente marina es causa de
este y seguirá golpeando a Las Delicias, Buenos Aires y Huanchaco. No hay voluntad
política de quitarlo: es un asunto económico. Pero este factor es el que ha
exigido que, como parte de la protección costera, se haya construido un sistema
de enrocado que fue todo un gran problema en el Niño costero del 2017. El cauce
“natural” de casi todos los huaicos de esa hecatombe es hacia el océano y no pudieron desembocar al
mar por el enrocado, generándose una desgracia triple para los residentes:
lluvia, huaicos y empozamiento de agua (inundación). ¿Sabrán los residentes
propietarios de esa zona cuánto ya han perdido por la degradación de su
patrimonio inmueble? ¿Ha surgido alguna demanda legal por esto?
Este nuevo escenario debe de ser esclarecido por las personas y organismos pertinentes para ver el futuro de nuestra ciudad. ¿Veremos los consabidos parches en las novísimas calles y avenidas recientemente asfaltadas para la foto? Academia y sensatez para Trujillo.
5 comentarios:
Reflexiones muy interesantes de la realidad actual. Esclarecedoras. Felicitaciones.
De acuerdo.
Gran articulo profesor!
Interesante artículo.
Las cosas clarísimas, expresadas con sensatez y sin exageración alguna. Lo leerán y sobre todo harán lo debido quienes tienen el poder y la responsabilidad de hacerlo?
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