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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 4 de febrero de 2024

Y SI ARDIERA LA CIUDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 04 DE FEBRERO)

 


Comentaba con varios amigos sobre lo inclemente que se ha tornado el clima en nuestra ciudad en las últimas décadas. Con temperaturas cada vez más extremas, fenómenos climáticos que se vuelven cada vez más frecuentes y con políticas erradas con las que se maneja no sólo la ciudad, sino casi el país entero que incrementan estas situaciones intensas que vivimos cada día; Trujillo ha ido perdiendo su condición de “ciudad primaveral” para ir convirtiéndose en “ciudad infernal” en verano y una suerte de “ciudad glacial” en invierno. Y no hay visos de que esto cambie para bien, salvo que haya acciones por parte nuestra de contener esta realidad (¿alguien la niega?) y de ir atenuando puntos críticos para mejorar la calidad de vida de todos los trujillanos. Debemos comenzar por reconocer que los dramáticos cambios que vivimos en nuestros días son dados por grandes obras hechas por la mano del hombre: Chavimochic y el molón de Salaverry. El primero ha influido dramáticamente en toda la región: mayor humedad que incrementa los extremos de sensación climática, así como una actividad pluviosa más frecuente anualmente; napa freática alta en muchas regiones que daña las bases de diversas construcciones y terrenos de cultivo, y con algunas consecuencias peligrosas como la propagación de enfermedades y pestes volviéndose algunas endémicas. En el caso del segundo, para todos es sabido que dicho molón es el principal causante del problema de la erosión costera que afecta desde Las Delicias hasta Huanchaco. Lo justo sería tener representantes de estas entidades con roles muy activos en las mesas técnicas que ven estos problemas que afectan a más de un millón de personas. Además, está el problema de la planificación urbana: muchos arquitectos son conscientes de la escasez de áreas verdes en una ciudad que bordea el millón de habitantes; más dramático lo es en barrios más populosos. La corrupción y el tráfico de terrenos han generado un grave problema al haber “habilitado” zonas de áreas verdes para convertirlos en espacios de construcción de viviendas. Las áreas verdes no son meramente decorativas; son áreas de integración social y mitigación climática, tan urgente en momentos que Trujillo va a tener fuertes olas de calor. Como áreas de integración, las áreas verdes integran más a diversos grupos etarios que una losa deportiva, centros que lastimosamente se han convertido en espacios de pandillaje y violencia verbal. En el caso de mitigación climática, las grandes ciudades del primer mundo han comenzado a reducir la presencia de autopistas para dar más cabida a áreas verdes, grandes árboles y jardines temáticos. Trujillo necesita, por lo menos, 10 jardines botánicos en sus barrios y un gran parque de la ciudad por el que los ciudadanos podamos disfrutar de grandes áreas verdes. Cada vez hay más ciudadanos que no tienen espacios vivos en sus casas. ¿Nuestras autoridades estarán a nivel de promover estos cambios?


sábado, 3 de febrero de 2024

RETORNO AL ROMÁNICO PALENTINO, RETORNO A PALENCIA

 




Jueves 28: últimas horas en Lisboa antes de partir a España. Preparamos las maletas, dejamos todo de tal manera que cuando llegase Maria encuentre todo en orden. Dejé alguna ropa en el departamento y fui a la Freguesia de Benfica a recoger un documento que dejé en el departamento. Al salir tuvimos suerte de encontrarnos con un taxi conducido por un amable chofer. Conversamos de todo, pese a que el aeropuerto está relativamente cerca de Benfica y ya no hay la presión del tráfico de fiestas navideñas. Además, la gente estaba de vacaciones hasta los primeros días de enero. Un alivio. Llegamos con comodidad y nos dirigimos a las oficinas de Iberia. El aeropuerto es pequeño y ya hace un buen tiempo se habla de hacer uno al otro lado del río Tajo (https://www.aeroportolisboa.pt/pt/lis/home, https://www.youtube.com/watch?v=NGW_tq1uxBQ). Una vez que pudimos depositar nuestro equipaje, nos dirigimos a la zona de control donde había una cola infinita; eso nos sorprendió. En el chequeo, casi pierdo (nuevamente) la boina que me había comprado. Una vez pasado el control ingresamos a la zona de costo libre para comprar una colonia que mi sobrino me había pedido. Justo en el momento de pagar, deciden cambiar de cajera y me enviaron a una que estaba con un par de señoras que llevaban litros de colágeno y cientos de operaciones en sus rostros (impactante, en verdad); estas demoraban una eternidad, así que les dejé la colonia y nos fuimos a comer algo cerca de la puerta de embarque. El vuelo a Madrid no es muy largo (comparativamente como el vuelo Trujillo-Lima). Salimos a tiempo y llegamos a Barajas para recoger nuestros equipajes y Carmen, pedir su camioneta con la que nos iríamos a Palencia, su ciudad natal.  En enero del 2019, Carmen me llevó por la ruta que nos permitió visitar El Escorial. Genial visita. Aquí mi crónica de viaje de ese entonces: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/07/el-escorial-esplendor-de-espana-del.html. Ahora tomamos otra ruta, la E-5 que lleva por una serie de pueblos y pequeñas ciudades en plena meseta castellana. Por estos parajes, se encuentran algunos pueblos muy bonitos que encierran tesoros de arte románico palentino y otros movimientos artísticos, sobre todos en las pequeñas iglesias que han ido cayendo por el tiempo y cuyo patrimonio ha sido rescatado por diversos museos como veremos luego. Llegamos a Palencia a dejar las cosas y fui a comprar alguna ropa más caliente para vestir; España era más fría. Nos fuimos a la tienda Decathlon (https://www.sucursales24.es/palencia/decathlon/) a comprar algunas prendas que iba a usar con regularidad en los días siguientes. Luego nos fuimos al Centro Histórico a ver su bonita plaza, llena de luces por las fiestas navideñas; me comentaba Carmen que el ayuntamiento de su ciudad había habilitado dos espacios grandes como zonas de estacionamiento que aliviaba el costo del parqueo; si aquí en el Perú se hiciera eso, muchas personas dejarían sus autos en buenos parqueos o, en su defecto en la casa, pero para esto último tiene que haber un transporte público de calidad, no la pesadilla que tenemos en nuestras ciudades. Ya el hambre apretaba y nos fuimos a cenar en el Restaurante El Perejil, donde tomaría una deliciosa sopa de ajo (https://es.restaurantguru.com/El-Perejil-Palencia). Lastimosamente, casi al terminar nuestra deliciosa cena, llegó un grupo grande de jóvenes que hicieron una bulla infernal. Apuramos la cena y nos fuimos. Salimos a caminar nuevamente por las calles palentinas y nos fuimos a casa de Carmen a ver un poco de filmes. Así terminó mi primer día en España.




Viernes 29: un día relativamente calmo. Hoy llegaba la hermana de Carmen, Adela, y su esposo desde Bilbao a pasar la fiesta de noche vieja y año nuevo. Iba a ser mi primera celebración a la usanza española. Hicimos varias compras en el supermercado; de ahí nos fuimos a recoger unos análisis de Carmen y luego a la estación de buses, una nueva, a esperar el arribo del bus que traía a la pareja. Íbamos a tener un día casero, pero por la noche nos íbamos al cine. España vive largas horas de vida activa, sin importar el invierno. La gente va a cenar tarde, entre 8:30 y 9 PM. Fuimos al cine a ver este extraordinario filme, La sociedad de la nieve, en una sala con gran pantalla y una buena acústica. Los diálogos eran nítidos. Este filme narra la terrible experiencia del joven equipo uruguayo de rugby en ese fatídico accidente en los Andes limítrofes en Argentina y Chile (https://www.youtube.com/watch?v=l9tP4M8URhQ, https://www.youtube.com/watch?v=1t9z-o6uT_0). He visto otras versiones, una mexicana y otra estadounidense, pero esta es muy buena, superior. Cuando estuve en Uruguay, no quise ir al museo que tienen en Montevideo (https://www.guruguay.com/es/museo-del-accidente-a%C3%A9reo-de-los-andes/). Recuerdo ese 1972, cuando estaba en el colegio (cuarto de media); el momento que fueron hallados y todo el revuelo mundial hasta que el diario limeño Última hora anunció esa terrible verdad: canibalismo. Leí el libro hace muchos años y repasaba en mi mente lo que iba saliendo en los diarios de aquella época. Hay que ver el filme; sé que está postulando al Óscar. Lo puede ganar. El lugar en que vimos la película era un complejo de cinemas llamado Cines Teatro Ortega (https://www.cinespalencia.com/). A la salida nos fuimos caminando al restaurante Ponte Vecchio. Felizmente hubo sitio, pues se suelen hacer reservas de mesa en un día como lo suelen ser los viernes o sábados. El restaurante Ponte Vecchio fue una buena opción (https://www.pontevecchio.es/). Salimos bastante contentos y nos fuimos a casa para descansar.



Sábado 30:  Carmen nos tenía una sorpresa. Nos íbamos a Becerril del Campo. Este lugar encierra verdaderas joyas artísticas: https://palenciaturismo.es/visitar/localidades/becerril-campos. Aquí íbamos a estar toda la mañana para ver dos sitios interesantes: el Complejo Cultural San Pedro y la iglesia San María que acoge el Museo Territorial Campos del Renacimiento. Empecemos por indicar que el mismo Becerril del Campo es un bello pueblo, declarado, en décadas pasadas, como uno de los pueblos más bellos de España; nominado como tal por muchas instituciones turísticas españolas (https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20160226/4022093925/becerril-de-campos-el-pueblo-mas-bonito-de-espana-por-votacion-popular.html, https://viajar.elperiodico.com/escapate_cerca/pueblos-magicos-medievales-espana-95978932). Llegando nos recibe el Arco de la Entrada, el único resto de la muralla medieval que protegía a la ciudad. Dejamos la camioneta cerca de la Plaza Mayor cerca del Ayuntamiento (https://www.ayuntamientos.com/becerril-de-campos/), el que tiene un detalle particular: sus ventanas tienen inscripciones de dichos populares castellanos. La plaza estaba en reparaciones. Caminamos hacia nuestro primer objetivo: San Pedro Cultural.




Carmen había hecho las reservas el día anterior, pues el lugar debe visitarse con un guía. La explicación que dio nuestra guía era, aunque científica, sencilla. San Pedro en una iglesia románica rescatada. Mucha de esta ha colapsado; pero surgió una idea de hacer un centro de interpretación de astronomía con extraordinario resultados y que iba a ser el deleite no sólo de adultos, sino de adolescentes y niños; en el grupo había varios y estaban fascinados con lo que veían, sobre todo en la “sombra” que describía la trayectoria del sol. Felizmente, pese a ser un día de invierno, el sol salió para mostrarnos su ruta. De manera sencilla y didáctica se entendía cómo los hombres de la antigüedad comenzaron a desarrollar sus conocimientos astronómicos: y esto lo vemos en todas las culturas y espero que lugares tan mágicos como Chanquillo, un verdadero observatorio solar cerca de Casma, pueda tener alguna propuesta interesante que combine historia, ciencia y turismo. Este centro es un éxito, pues ese día había muchos visitantes. Con recursos tecnológicos, una buena organización y el desarrollo de una idea de manera holística, podemos rescatar muchos lugares en nuestros lugares que podrían considerarse perdidos. El caso de San Pedro Cultural lo es: https://www.sanpedrocultural.es/, https://www.destinotierradecampos.com/2021/12/10/san-pedro-cultural-becerril-de-campos/. Una vez culminada nuestra visita, nos fuimos al Museo Territorial Campos del Renacimiento que se encuentra en la iglesia de Santa María. Otro gran regalo. En el 2019, en uno de los periplos románicos que hicimos con Carmen nos frustramos al intentar ingresar a la iglesia de Santa Eulalia para ver al maestro Pedro Berruguete, conocido en el mundo del arte como el Berruguete. Aquí mi crónica de ese viaje: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/08/palencia-ampudia-la-olmeda-paredes-de.html. Pero en esta oportunidad me “iba a sacar el clavo”. Aunque tiene algunas partes de los siglos XIII y XIV, Santa María ya es una iglesia renacentista, lo vemos en su construcción y decoración. Forma parte de un circuito mayor denominado Campos del Renacimiento (https://camposdelrenacimiento.com/). Ahora la iglesia es de uso secular, el edificio en sí es el museo. Tiene por temática la Virgen María y muchas de las obras, entre esculturas y pinturas, se va a ver sobre su rol en el cristianismo y el otro punto importante es la pasión de Cristo. Escultores como Juan de Juni (https://www.arteespana.com/juandejuni.htm) y Alfonso de Vahía (https://camposdelrenacimiento.com/el-escultor-alejo-de-vahia/), y la obra del Berruguete se van a centrar en ello (https://dbe.rah.es/biografias/8614/pedro-berruguete). La visita a este museo, para ver todos las obras y sus detalles, amerita una hora por lo menos. Salí último de la sala y casi fui encerrado con llaves, pues la boletera estaba yendo a almorzar. 







Aquí les dejo más datos sobre Pedro Berruguete del Museo del Prado (https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/berruguete-pedro/5ceca922-7b6f-4073-8163-0f4b9b65d0ca). Una vez terminada nuestra visita nos fuimos caminando hasta el Bar La Behetría, no sin antes haber visto un nacimiento en el mismo Ayuntamiento; este nacimiento había sido tejido por las mujeres de la comunidad y contaba una serie de detalles, muy simpático. Al llegar al bar se pidió unas tapas y un vermut como un tentempié hasta llegar a casa a almorzar. La tortilla de patatas estaba muy buena (https://www.todobares.com/bar/bar-la-behetria-becerrildecampos/). Esta es una buena usanza española. Recogimos la camioneta y nos fuimos a Palencia. Por la noche fuimos a la Parque Huerta de Guadián (https://arteviajero.com/articulos/parque-huerta-de-guadian-palencia/), un gran parque en el que había una exposición de proyectos de iluminación que incluye una instalación con la pequeña iglesia románica que está en el lugar. 





Y para cerrar esta día nos fuimos a cenar al restaurante La Traserilla, lugar en el que estuve la primera vez en el 2019 (https://latraserilla.es/), lugar donde sí se come rico. Al regresar a casa comenzamos a ver una serie La rueda del tiempo (https://www.youtube.com/watch?v=tFFbGZQL0y4). Bien vale verla.






miércoles, 31 de enero de 2024

PASEO POR LA VIEJA HISTORIA LUSITANA (CRÓNICA DE VIAJE POR LISBOA)

 



Martes 26: día de despedidas. Maria y Soraia partían para Bruselas en el auto de Soraia con paradas previstas en Bilbao y París. Luego nos comentaron que pararon en París en casi un solo trote. Vaya. Tras la partida de ellas, Carmen y yo salimos a buscar nuevas aventuras en una Lisboa que tiene aún mucho por ofrecer. Decidimos ir nuevamente al Monasterio de los Jerónimos, pero dimos prioridad a un museo que ambos no conocíamos e íbamos a salir fascinados: Museo Nacional de las Carrozas (Museu dos Coches). Este museo es una iniciativa de la reina Doña Amelia D´Orleans y Bragança que tuvo la excelente idea de exponer la colección de carrozas que había en la casa real portuguesa. El museo tiene 119 años, tiene otro espacio más antiguo; pero ahora hay un nuevo edificio más adecuado en el que puede sostener tan interesante exposición: http://museudoscoches.gov.pt/pt/museu/, https://www.museudoscoches-ipmuseus.pt/, https://www.youtube.com/watch?v=ZCwrTrgIVw4




La visita fue un verdadero descubrimiento. Cuando estuve en Lisboa en 2019, Maria y yo tuvimos todas las intenciones de visitar este museo, pero había tanto por ver que pasamos por alto este bello museo. En el mundo virreinal, existieron las calesas, estas que eran usadas en la Lima de los siglos XVII y XVIII. Ricardo Palma cuenta en una de sus tradiciones un pleito que hubo entre dos destacados limeños del XVIII que tuvieron un encontrón con sus calesas en las tortuosas calles limeñas de antaño. Su famosa tradición fue la fuente de inspiración para el artista Teófilo Castillo, quien hizo una famosa pintura titulada como el duelo de las calesas, pintura que se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú en Lima (https://museos.cultura.pe/actividades/al-museo-
desde-casa-el-pleito-de-las-calesas
). Teófilo Castillo fue un gran retratista de esa Lima de antaño y varias de sus obras se ven en el MALI (https://lsiabala-almanzur.blogspot.com/2011/01/pintor-para-la-evocacion.html). Siguiendo con las calesas,  recuerdo haber visto una calesa en el edificio de la Cancillería peruana en el Palacio de Torre Tagle en el patio de entrada (https://elcomercio.pe/lima/patrimonio/restauracion-del-frontis-de-la-sede-principal-de-la-cancilleria-la-nueva-imagen-de-la-fachada-de-torre-tagle-periodo-virreinal-noticia/?ref=ecr#google_vignette), pero ahora tiene una nueva ubicación, por lo que amerita una nueva visita (https://www.afsdp.org.pe/una-vista-al-palacio-de-torre-tagle-casa-de-la-diplomacia-peruana/). Incluso en la novela Un mundo para Julius de Alfredo Bryce Echenique se habla de una calesa que era usada por Julius para jugar con su hermana Cynthia y la cual se nombra en el primer capítulo de esa deliciosa novela. El terrible tránsito de Lima no es de ahora como informan algunos textos referentes. Es una herencia virreinal:  https://especiales.elcomercio.pe/?q=especiales%2Fel-trafico-en-lima-comenzo-con-las-carrozas-ecpm%2Findex.html, https://institucional.us.es/revistas/arte/25/vol_I/art_26.pdf.   ¿Cómo habrá sido el Trujillo virreinal? ¿Habrá alguna calesa en nuestra ciudad? Volvamos a nuestro excelente museo lisboeta. Después de la pausada visita en la que vimos una  interesante exposición de caricaturas de la realeza lusitana; de ahí pasamos a comprar algunos libros (como la guía del museo) y otros objetos. Compré un libro interesante: Século XVII, Lisboa setecentista vista por estrangeiros de las autoras Piedade Braga, Teresa Rodrigues y Margarita Sá Nogueira, libro de crónicas de viajeros alemanes, franceses e ingleses a la antigua Lisboa, sobre todo después del terremoto de 1755 (Colecção Cidade de Lisboa, Livros Horizonte: https://www.livroshorizonte.pt/categoria-produto/cidade-de-lisboa/). Lastimosamente no pudimos visitar el edificio antiguo, pues estaba en restauración. Cruzamos el Jardín de Alfonso de Alburquerque (https://elpensante.com/biografia-de-afonso-de-albuquerque/), uno de los principales promotores del crecimiento del imperio portugués por el Océano Índico. Todo está ligado al mar. 





Decidimos ir al Monasterio de los Jerónimos. Ya había estado aquí en enero del 2019. Aquí mi crónica de esa visita: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/05/los-jeronimos-en-lisboa-la-historia-de.html. Sin embargo, en esta oportunidad no íbamos a poder visitar ni el museo arqueológico ni todo el monasterio en sí, lo que nos causó bastante frustración. La cola era primero para ingresar al claustro (la vez pasada había una exposición en homenaje a Magallanes / Magalhães) y en esta hicimos una visita bastante reducida. Luego fuimos a la iglesia en sí para ver los mausoleos de los Luis de Camões y Vasco da Gama, y la interesante sacristía. Además, está la tumba de Fernando de Pessoa: https://www.jeronimosmonasterytickets.com/es/tumbas/, https://www.youtube.com/watch?v=yVcGVhfLsKA. Terminada la visita, ya listos para almorzar, nos fuimos nuevamente al Restaurante Cervecería Portugalia. Ahora sí tuvimos que hacer una cola, pues había mucha gente en reserva. Luego de casi media hora logramos instalarnos para calmar el hambre (https://carta.menu/restaurants/lisboa/portugalia-cervejaria-belem); todo, por supuesto, rociado con vino verde. Acabado nuestro almuerzo, nos fuimos a nuestro último objetivo del día: El Museo de Arte Contemporáneo/ Museu do Arte Contemporânea. 






El museo está en un gran complejo, Centro Cultural de Belem, en el que hay otras instituciones públicas como privadas. En este museo (https://www.ccb.pt/macccb/), encuentras obras de Picasso, Braque, Duchamp, Dalí, muchos más. Además, hay exposiciones temporales como la que vimos de la artista belga Berlinde de Bruyckere, “Atravesar un puente en llamas”, con esculturas muy inquietantes por su temática y las formas presentadas (https://www.youtube.com/watch?v=VgLNgJJXZ7I)   (https://www.galleriacontinua.com/artists/berlinde-de-bruyckere-21). Y, por último, una exposición de grabados y diseños de muchos artistas. Éramos los últimos en salir; visitando la última planta, se nos avisó que ya estaban por cerrar. Fuimos a la tienda y compré un libro del fotógrafo brasileño João Salgado y un interesante almanaque de fauna mundial, el Animalario Universal del profesor Revillod, es un regalo genial (https://www.youtube.com/watch?v=VgLNgJJXZ7I). Como habían cerrado casi todo, tuvimos que buscar una salida alternativa y eso fue genial; nos encontramos con unos jóvenes mexicanos que también buscaban la salida, pero estaban más en plano de diversión. Con Carmen anduvimos cierto trecho hasta dar con un pasaje que nos ayudó a ubicarnos. Ya en la avenida, nos fuimos a comprar más pasteles de nata, pues Carmen quería llevar a España. Mañana iba a ser nuestro último día. Vimos un poco de televisión, una película inglesa (The Hundred-Foot journey) con Helen Mirren y la historia de una familia hindú que se instalan en Francia a dedicarse a crear restaurantes y la dura competencia por las estrellas de Guía Michelin (https://guide.michelin.com/es/es/historia-de-la-guia-michelin).

Miércoles 27: penúltimo día en Lisboa. Tomamos desayuno y nos fuimos al Centro Comercial Colombo, pues me era urgente una buena casaca, con mayor protección. Nuestros objetivos: Museo Nacional de Arte Antiguo (¡espléndido!) y el Palacio de Ayuda. Tomamos el metro hasta Terreiro do Paço. El museo no se encontraba en este lugar, sino cerca de la Av. 24 de Julio. Amablemente, un conductor de bus nos dio las instrucciones pertinentes, dónde y qué línea de bus tomar para ir a nuestro objetivo. Nos pasamos del paradero en el que teníamos que descender, pero no fue problema. Además, con la nueva casaca, se podía aguantar el frío que estaba arreciando. Subimos una pequeña colina sobre la cual estaba la ciudad y ahí estaba el museo (no era la entrada principal). Preguntamos sobre el mismo y dejamos todas nuestras cosas, menos mis cámaras.  Ya más ligeros, empezamos la caminata por este grandioso museo. Cuando subimos a la última planta, aún no nos dábamos cuenta de la magnitud del museo que íbamos a visitar.





¿Qué ver en este Museo? ¿Los biombos japoneses o las lacas chinas de las salas orientales, o los platos hindúes o la vajilla oriental? ¿Las bellas esculturas medievales portuguesas o las pinturas de la escuela flamenca? ¿La pintura de Velásquez o el tríptico de El Bosco sobre las tentaciones de San Antonio? ¿Ver los nacimientos barrocos o los muebles de los diversos periodos de la historia lusitana? Una visita a fondo requiere mínimo cuatro horas. Nosotros nos tomó más de dos horas de disfrutar esta belleza (http://www.museudearteantiga.pt/collections/art-of-the-portuguese-discoveries) (https://www.youtube.com/watch?v=twTvYCwtOIo). En mi retorno, debo regresar a visitarlo con mucho más tiempo. Antes de ver el regalo que nos tenía el museo, una colección de pinturas barrocas españolas en la exposición itinerante, nos fuimos a almorzar. Al momento de salir del museo preguntamos cómo ir al Palacio de Ayuda; felizmente preguntaron por teléfono si estaban atendiendo y les informaron que estaba cerrado. Esto cambió nuestros planes: nos íbamos a un espacio cultural, económico y gastronómico, LX Factory. Llegamos a la estación y preguntamos a un jovencito, quien nos ayudó mucho. Tomamos el bus y al llegar nos indicó de bajar. Ya estábamos en el LX Factory (https://lxfactory.com/). Aquí hay una bella librería, Ler Devagar (http://www.sietelisboas.com/ler-devagar/), en la que compré dos cómics y un CD de jazz, de Egberto Gismonti, destacado músico brasileño (https://www.youtube.com/watch?v=WLVcrN3ndrc). Seguimos caminando viendo tiendas y restaurantes hasta llegar a una tienda de conservas (COMUR) decorada de una forma atractiva: vendían conversas de pescado como salmón ahumado, anchoas, entre otras especialidades. Las latas de conserva en sí son pequeñas obras de arte y, quizás por eso, de ahí el precio (https://www.centerofportugal.com/es/articulo/comur). El chico que vendía, brasileño él, era un vendedor nato. Una vez concluida nuestras compras, nos embarcamos hacia nuestra casa. Había que terminar las maletas, pues al día siguiente nos íbamos a España.

Fin de nuestra experiencia lusitana.