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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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sábado, 14 de mayo de 2016

TRUJILLO, CANDIDATA A PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD (CORREO 08 DE MAYO)

Trujillo se embarca nuevamente en una empresa titánica: ser nominada a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Un proyecto que, de hacerse realidad, sería para nuestra ciudad no solo un galardón sino un sinfín de oportunidades para diversos sectores productivos citadinos, regionales y norteños de nuestro país que se han visto afectados por diversas crisis económicas silenciosas. Indudablemente, sería el turismo el sector más beneficiado, pero este es un gran motor que activa a muchos otros sectores productivos y de servicios de una zona; quien haya estado en un lugar turístico por excelencia lo sabe. Hay países como México o España, cuyas economías son permanentemente alimentadas por sus flujos turísticos que movilizan a agricultores, artesanos, agencias, hoteles, restaurantes, empresas de transporte, bancos, recreación, servicios educativos y culturales; un sinfín de actividades movilizadas desde que un turista pisa una ciudad.
Pero es un proyecto titánico por la labor que hay que realizar en Trujillo para sensibilizar a sus ciudadanos, quienes se convierten, muchas veces,  en los principales enemigos de sus logros comunes. Convertir a nuestro centro histórico en un lugar respetable, digno y amable no significa pintar fachadas o colocar farolas. Es cambiar la mentalidad de los residentes y usuarios de ese espacio en el cual se realizan muchas acciones y actividades totalmente reñidas a los criterios sociales y de convivencia. Significa reeducar a una población acostumbrada a confundir derecho individual con transgresión permanente del bienestar común. Implica cambiar hábitos ligados a una supuesta comodidad personal por otros que permitan a todos los demás vivir en una zona segura y digna como corresponde a cada ciudadano de a pie. Implica restringir tráfico, ordenar el comercio formal e informal, corregir hábitos mal adquiridos, disminuir todo tipo de contaminación (visual, sonora, de aire), respetar normas y leyes ciudadanas, crear más espacios de integración social, proteger patrimonio arquitectónico; convertirnos en seres sociales, desplazando al ser casi hongo en el que nos hemos convertido en las últimas décadas.
Es una empresa que va a tener cientos de detractores cuando comiencen a verse afectados en su mundo cotidiano. Pero es la educación y la comunicación, las armas que permitirán que los trujillanos logremos este sueño común. Si Trujillo quiere alcanzar este logro, este no vendrá por acción divina o por decreto supremo como solemos justificar; vendrá por la acción y gestión que cada uno de nosotros  haga para alcanzar este objetivo. Todos los actores sociales, económicos, productivos, culturales deben de unirse para trabajar. No hay que olvidar que Trujillo ha postulado ya anteriormente y el expediente fue rechazado por las deficiencias humanas que se encontraron.

Como se dice en el argot deportivo, “la pelota está en nuestra cancha”.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

VIAJE AL COLCA: ENTRE CIRO Y NEVADAS


Recientemente estuve en Arequipa durante los últimos días de agosto. Era un viaje de reencuentro con mis compañeros de la promoción 1973 del colegio La Salle. Un viaje para ver esta ciudad a la cual llegué desde Piura teniendo cuatro años cumplidos y en la cual viví doce años de mi infancia y mi adolescencia.  La ciudad ha crecido de manera un poco más ordenada que otras ciudades de nuestro País. Pero el boom de la construcción está arrasando tristemente la bella campiña arequipeña que era orgullo de sus ciudadanos. Todo en aras del extraño progreso que queremos en nuestras ciudades.
Fuera de la motivación del reencuentro con mis excompañeros de aulas, otra de mis intenciones iniciales era ir a Toro Muerto, uno de los lugares arqueológicos más notables en cuanto a petroglifos en el mundo. Había estado en Miculla (Tacna) a inicios de año y pude ver el otro vasto territorio de petroglifos y geoglifos en nuestro país. Pero una serie de descoordinaciones, malas intenciones y falta de comunicación impidieron mi viaje a esta zona (parece, además, que la están depredando inescrupulosamente para vender grandes lajas de piedra con petroglifos a coleccionistas privados; no es novedad). Me había comunicado infructuosamente con una serie de empresas de turismo y no me respondieron. Incluso llamé a una telefónicamente y se comprometió a enviarme todos los datos; aún espero su correo. Otra me dio un cierto precio razonable, luego lo incrementó un 300 por ciento. Penosa situación y bastante informales nuestros medios turísticos.  Como el  30 de agosto era feriado y no quería quedarme en la ciudad, tomé un viaje al Colca, lugar en el que había estado por última vez en 1992. En aquella oportunidad, la zona había sido afectada por una serie de erupciones del volcán Sabancaya y los respectivos temblores que fueron afectando a una serie de poblados entre ellos, Maca. Todo esto sucedió en 1991 y las secuelas quedan hasta nuestros días. Decidí comprar, un poco a regañadientes, un paquete turístico para visitar el lugar por un solo día. Una oportunidad para ver cómo estaba el lugar.
Me recogieron puntualmente a las 3:15 am. Íbamos en un pequeño bus holgadamente. Felizmente no iba mucha gente, así podíamos cumplir con nuestros tiempos de manera más coordinada y rápida. Recogimos a los últimos pasajeros a las 4:10 am y de ahí a nuestro objetivo. Nos enrumbamos a Chivay, la ciudad en la que íbamos a tomar desayuno. Dormitábamos en el viaje, cuando un  frío penetrante comenzó a enfriar la ventana cerca a la cual estaba sentado.  Una fina capa de hielo cubría los vidrios. Ya amaneciendo pude ver el esplendor del pasaje que iba a disfrutar en la ruta hasta Chivay. En esta época del año, todas esas zonas (más Huancavelica, Cuzco y Puno) se declaran en emergencias debido a las intensas nevadas que caen en la región. Hay muertes entre las personas y el ganado que suele pastar libremente. Esta triste realidad la iba a recordar mucho después de haber visto el extraordinario paisaje que se iba abriendo delante de mí. Pedí sentarme adelante, frente al parabrisas para poder ver cómo la nieve había cubierto la carretera, las laderas de cerros, las montañas. El blanco resplandecía y enceguecía a quienes contemplábamos la ruta. Pero ni las carreteras ni los autos están preparados para este fenómeno y nuestro arribo a la Chivay fue bastante tardío, íbamos atrasados en casi una hora. Nuestro frugal desayuno fue precipitado por la presión de ir a la Cruz del Cóndor, un lugar estratégico para ver volar a estas aves carroñeras. Y la hora apretaba. El camino desde Arequipa hasta Chivay ya está asfaltado, pero de Chivay hacia el cañón parcialmente asfaltado y ha sufrido algunos deslizamientos y hundimientos, sobre todo en la zona de Maca. Cruz del Cóndor es un lugar que ha sido mejorado sustancialmente. En 1992 el lugar sólo tenía una cruz (de ahí el nombre) para identificar la zona y contaba con alguna que otra facilidades. Ahora ya cuenta con todo lo necesario, plataformas de observación que permiten a uno ver con comodidad el lugar. La primera vez que fui en 1985 al asomarme a ver la profundidad del cañón, sentí la fuerte atracción de la gravedad; un hilo frío de temor recorrió mi cuerpo al verme indefenso ante la profundidad. Ahora hay verjas simpáticas sobre las cuales te apoyas para poder ver con holgura la majestuosidad del lugar. Vimos varios cóndores que salían de sus nidos a buscar alimento. Comenzamos nuestro retorno para ir a almorzar y poder llegar a Arequipa a las 5 de la tarde. Ya regresábamos menos personas, puesto que algunos pasajeros se fueron a























Cabanaconde, lugar ideal para hacer una visita más exhaustiva del lugar. Además es un punto para visitar otro lugar de interés: Andahua, el valle de los volcanes pequeños. Ya en el camino nos detuvimos en otros dos paradores para contemplar otras perspectivas. El lugar sí es impresionante. Pero, y era inevitable, el lugar también es recordado por el sonado caso de Ciro Castillo y la absurda parafernalia que se creó en torno a esta muerte. Cuando pasamos por el nevado Bomboya, el cual no ofrece nada en particular, el guía nos comentó sobre el caso para incrementar el morbo de los que quedábamos en el bus, puesto que ya regresábamos solo 15 personas. Antes de almorzar hicimos una pausa para visitar la iglesia de Maca. En 1992 esta iglesia había resultado bastante dañada por los movimientos telúricos, había perdido una torre y el techo se había desplomado. Ahora se ha reconstruido la misma, incluso sus altares han sido restaurados. Pero la amenaza es latente y todo apunta a que esta población va a tener que ser reubicada, puesto que la falla geológica crece y la depresión es cada vez más marcada. No hay que jugar con la naturaleza. En el retorno, nos detuvimos en un paraje en el cual veíamos los diversos volcanes que se hallan cerca uno del otro, relativamente hablando. Así podías ver al Ampato en todo su esplendor. Ya cerca del cruce con la carretera Cuzco-Arequipa vimos una pequeña manada de vicuñas, rodeadas de mucha suciedad humana: papeles, bolsas y botellas de plástico. Civilización.
El viaje de retorno desde ahí fue un poco penoso, debido al tráfico. Al igual que el tramo Chiclayo – Trujillo  Chimbote-Trujillo, el tráfico pesado es intenso y peligroso. Lo confirmas con la cantidad de crucecitas que uno ve al borde de la carretera. Llegamos a Arequipa a las 5 y media con un sol aún esplendoroso. Me fui al hotel y luego cené en uno de esos estupendos restaurantes que Arequipa tiene. Una jornada muy vivificante e interesante que me permitió reencontrarme con este magnífico lugar.



lunes, 9 de abril de 2012

ARTÍCULO DE LEÓN TRAHTEMBERG SOBRE CORRIDA DE TOROS

Loa a las corridas de toros

LEÓN TRAHTEMBERG

En “El Comercio” de hoy Fernando de Trazegnies se suma a los abogados de las corridas de toros con argumentos llamativos (“El Amigo Antitaurino”).

Dice: 1) Comer un anticucho de corazón es producto de un maltrato a un animal mayor que el de una corrida de toros. 2) Las corridas de toros son un espectáulo de valor humano particular, porque a) predomina la razón(torero) sobre la fuerza bruta (toro); b) es una fiesta en honor a este valor humano; c) es una apreciable fiesta artística de color y movimiento.
 Lo que escribe Trazegnies, así como muchos otros personajes renombrados como M.V.LL. sobre las corridas de toros, me lleva a pensar tres cosas:
    1) Hasta qué punto podemos entendernos los peruanos en temas tan delicados como el proyecto Conga, el 5 de abril, los hallazgos de la CVR, los transgénicos, la píldora del día siguiente, el matrimonio entre homosexuales, si en algo aparentemente tan accesible como las corridas de toros hay una infinita fabricación de argumentos para defender posiciones de tan difícil factura.
     2) Justificar la muerte de los toros apelando a argumentos que relativizan la tortura del animal aduciendo que hay otras torturas mayores, distanciándose totalmente de cualquier sentimiento humano que podría suscitar el ir a observar con disfrute supremo el sacrifico “artístico” del toro… sin que haya espacio para una pizca de compasión, identificación con el sufrimiento de otros… es difícil de tragar.
    3) Apelar a la tolerancia y respeto mutuo para que los opositores a las corridas de toros no se metan en el derecho que tienen sus partidarios para disfrutar del espectáculo. Algo así como “nadie te obliga a asistir, pero no puedes impedir al que disfruta que sí pueda asistir” con lo que se pretende cultivar la indiferencia de quienes desaprueban una conducta frente a quienes la realizan. (Por extensión “si otro quiere drogarse o suicidarse, ¿por qué te metes…?”; “si X paga una comisión al gobernante para que dé luz verde a un proyecto que ya cuenta con estudios técnicos favorables, ¿por qué te metes?”; "si Z explota a los nativos o campesinos pagando miserias por lo que vale fortunas, ¿por qué te metes?" etc.)

También me ha dejado pensando sobre lo que yo escribo sobre este u otros temas, que por más que me parezca sensato y razonable, y en todo caso una alternativa más para los interesados en esos temas, quizá sea leído por otros como algo disparatado e incomprensible(digamos, Trazegnies leyéndome). ¿Será que uno solo puede entenderse con interlocutores que piensan muy parecido a uno? ¿Aboga eso en favor de la convivencia pacífica en democracia? ¿o hemos aprendido nada del recientemente recordado 5 de abril?

Leer a Trazegnies y los otros fanáticos de las corridas de toros me ha dejado un ánimo muy pesimista respecto a la capacidad de los peruanos de entendernos y compartir algún día los valores y las líneas maestras de un proyecto de nación. Sé que como educador no tengo derecho a ser pesimista, pero estos artículos me empujan muy cerca de ese límite.