Jueves 09 de mayo. Nos íbamos al Parque Nacional de Amotape.
El día anterior habíamos hecho todas las coordinaciones con la agencia de la
empresa de turismo Mayté Tours que queda en plena Plaza de Armas. Este iba a ser
nuestro punto de partida. El bus partía desde la misma plaza. En este tour nos
fuimos Isabelle, Jean-Pierre, Maria y yo. Mientras estuvimos en la plaza, aprovechamos
para hacer unas cobranzas y compras en los bancos que se hallan en la calle
principal (que es peatonal), calle Bolívar. Además, aprovechamos para entrar en
la catedral. En la esquina de la plaza que da hacia la misma catedral, se
reúnen numerosos venezolanos, hombres y mujeres, viejos y niños, que tratan de
pasar el día vendiendo cosas o esperando un trabajo. La tragedia de la
migración venezolana se ve con más impacto aquí por estar cerca de la frontera
y por ser una ciudad más pequeña. Algunos de ellos tienen algunos trabajos e
incluso dan trabajo a otros compatriotas; pero algunos peruanos están molestos
con ellos, pues han generado un desborde de servicios en la ciudad. Además,
esta situación ha llamado la atención a muchas instituciones internacionales
para tratar de mitigar esta terrible situación de los miles de migrantes. Ingresamos
a ver la pequeña catedral o la iglesia matriz San Nicolás de Tolentino; la vez
pasada que estuve no pude visitarla en su interior. Pero lo que sí es
lamentable es la situación del edificio del antiguo Cabildo de Tumbes. Es un
interesante edificio de madera y adobe que está en estado calamitoso. Espero
que no sea una víctima más del errado concepto de modernidad que se dedica a
demoler todo para construir cosas de mal gusto. La última vez que estuve antes
de esta visita ya el edificio mostraba visos de un marcado deterioro, pese a
que se lo usaba como local de la Biblioteca Municipal. Hay propuestas de
reconstrucción, pues está considerado como Monumento Patrimonial desde 2003.
Esperemos que haya voluntad, sobre todo, política. Aquí una información técnica
para su reconstrucción hecha por unos arquitectos e ingenieros civiles (http://www.revistas.uni.edu.pe/index.php/devenir/article/view/635/950).
Luego, haciendo un poco de tiempo, fuimos a ver el monumento que se yergue en
la Plaza en recordación de la Batalla de los Manglares de 1532, la cual duró 15
días. Esta batalla fue contra Pizarro y dirigida por el curaca Chilimasa de
quien se tiene pocos datos. Históricamente, es el primer caso de resistencia en
lo que correspondería al actual territorio peruano. El encuentro se dio en lo
que es Corrales, no muy lejos de la actual Tumbes. Por tal acción, la
Municipalidad de Tumbes, lo declaró Señor de Tumbes en el 2000. El Ejército Peruano
hizo su oficial reconocimiento de este primer héroe nacional en el 2010. Así nació nuestra nación, un parto doloroso.
El rostro de este personaje descuella sobre la concha acústica que domina la Plaza;
además, hay otros elementos que evocan este suceso tan poco conocido por el
resto de los peruanos.
Nuestro guía nos esperaba en la agencia y nos invitó a ir al
bus que no estaba lejos de la Plaza. En el camino nos detuvimos un rato a ver una
casa hecha en caña de Guayaquil que se encuentra en plena esquina de las calles
Grau y Los Andes. Una bella construcción que se usa para el comercio y que está
en franco deterioro. Muchas de sus casas están dañadas por el último Niño del 2017;
Tumbes debería apostar por un buen turismo, pues los ecuatorianos “bajan” a
esta ciudad por sus restaurantes, sus costos de abarrotes, sus playas; de convertir
Tumbes en una ciudad simpática, muchos ciudadanos (restaurantes, hoteles, transporte
público y privado, guías, tiendas comerciales, mercados, un largo etcétera) se
verían beneficiados. Ojalá que lo vean así. El bus estaba estacionado sobre la
calle Los Andes y desde ahí empezamos nuestro recorrido: íbamos ir en paralelo
por el río Tumbes por la orilla norte e íbamos a regresar por la otra orilla. Cruzamos
varios poblados: Garbanzal, Tacural hasta llegar a Pampas de Hospital, punto al
cual llegamos la oportunidad anterior en el año 2007 en un viaje a Zorritos y
que lo extendimos a Tumbes por un solo día. (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2008/12/amotape-mundo-por-ver.html).
Desde Pampas un tramo del camino se volvió tortuoso. Pero luego retomamos la
carretera asfaltada hasta ingresar a la zona Bocana Carrillo para luego entrar
al bosque en sí ya en un camino de trocha para ir hasta el Cañón del Mango
desde del cual veríamos un paisaje impresionante. Una vez que ingresamos al
lugar, nuestro joven guía dio una instrucción al conductor que hizo que el
vehículo se hundiera en un lecho de río seco. Luego de trabajar varios minutos,
se apareció una camioneta salvadora del SERNAP. Luego de este incidente, nos
dirigimos a un pequeño poblado en el cual ordenaríamos nuestro almuerzo, luego
de visitar el bosque y tratar de bañarnos en las aguas del río Tumbes. Nos estábamos
internado a un bosque seco ecuatorial. Llegamos al punto desde el cual haríamos
la caminata. Isabelle decidió descansar, un poco agobiada por el calor. Aún
recordaba la tortura de la caminata a las cataratas de Gocta. Comenzamos nuestra
caminata, luego de dejar el mayor número de cosas para que no nos estorbe. Como
era un bosque seco, no vimos muchos ceibos (en realidad, vimos solo uno), pero
sí muchos algarrobos y otros árboles como el pasallo, charán y el famoso palo
santo, especie que están considerada en peligro de extinción. El calor sí era
fuerte, lo que hacía un poco difícil la caminata. La vista desde el mirador sí
bien valía una misa con sermón incluido. Cerca del mirador había un punto
geodésico. Al descender nos encontramos con una gran iguana de tierra (llamada
Iguanón, otros pacazo) el cual estaba tranquilo contemplado a esos extraños que
estaban por sus tierras. Aquí más datos de esta zona, todavía poco visitada por
los peruanos: http://www.sernanp.gob.pe/cerros-de-amotape.
De ahí nos llevaron a un lugar muy cercano para probar las diversas frutas de
la región: carambola, mangos, pomarrosas, cocos. La visita llegó a su fin y nos
fuimos a almorzar: un cabrito con frejoles. Se nos había ofrecido la
oportunidad de bañarnos en un codo del río, pero no nos pareció muy limpia la
zona. Con ese prejuicio, nos fuimos a almorzar temiendo problemas de higiene;
pero no. Como tienen costumbre de recibir viajeros, las condiciones eran buenas
y la comida sabrosa, tanto así que repetimos los frejoles que estaban ricos. Una
vez concluido el opíparo almuerzo, comenzamos el retorno a Tumbes. Ya en el camino,
nos detuvimos a ver un cementerio para ver las costumbres funerarias.
Y quisimos
visitar el complejo arqueológico Cabeza de Vaca, pero estaba cerrado. Esos
detalles que no deben de suceder. Este se halla en el poblado de Corrales, del
cual se habló al inicio de este texto. Parece ser que este lugar tuvo mucha
importancia en la época prehispánica para muchas culturas, pues desde aquí se
llevaba el famoso Spondyllus, cuya presencia se ve en muchísimas culturas de la
costa y sierra, como Moche, Cajamarca e Inca. La zona cuenta con una gran huaca
(Del Sol) y los talleres en los que se trabajaba este material que era
considerado sagrado en tiempos antes de los españoles. La arqueología e
historia se están abriendo paso para rescatar este sitio y lo han incluido dentro
del camino inca. Para desgracia de la zona, el museo de sitio sufrió un robo de
piezas y material. El tráfico de piezas de arte y objetos arqueológicos en nuestros
países son fomentados por mafias poderosas que mueven mucho dinero ilegal y
ocupa el segundo puesto, tras el narcotráfico; así de poderoso es. Es, pues, un
sitio que hay que poner en valor para que los tumbesinos se involucren en cuidar
más su riqueza histórica: https://qhapaqnan.cultura.pe/proyectosdesitio/proyecto-integral-cabeza-de-vaca.
Este vínculo es para investigar más: https://qhapaqnan.cultura.pe/sites/default/files/mi/archivo/CdV.pdf
Aquí más datos para animarse a ir a la zona de Amotape, sus
bosques y sus caseríos: (https://www.aboutespanol.com/parque-nacional-cerros-de-amotape-1190734)
(https://turismoi.pe/naturaleza/parque-nacional/parque-nacional-cerros-de-amotape.htm).
Llegamos a Tumbes a las 4 de la tarde para hacer las
gestiones necesarias para ir a Machala al día siguiente. Tenía que sacar el
permiso notarial con el fin de poder pasar a territorio ecuatoriano. Lo hice
con comodidad. Quedamos para ir a cenar con César a un buen restaurante donde
había langostas y otras delicias: Eduardo El Brujo. La variedad era buena,
además que servían buenos tragos. Luego hicimos una caminata para buscar agua para el viaje. Hay un paseo interesante en la ciudad. Para despedir nuestro segundo día en Tumbes.