04
de mayo. Día de colegio. Una de las razones de nuestro viaje era vivir la
experiencia educativa alemana para lo cual íbamos a compartir un día completo
de clases en dos colegios, uno en Berlín y el otro, Hamburgo. El colegio
elegido en Berlín queda en una isla. Una cosa que hay que resaltar es que Berlín,
ciudad extensa, está sobre amplios lechos de ríos como el Spree (sobre todo) y
el Havel, y un conjunto de lagunas y lagos (más de 20) que conforman el paisaje
urbano de esta ciudad. Eso le permite, además, tener bosques naturales que son
acompañantes naturales de esta ciudad. Todo identifica a Venecia como la ciudad
de los canales; pero en nuestro imaginario hay que agregar a Berlín. Aquí más
información: https://www.dw.com/es/berl%C3%ADn-ciudad-de-canales-y-r%C3%ADos/av-17781573.
Además, como dato curioso, y que íbamos a conocer al día siguiente, viernes 05
de mayo, uno de los grandes edificios culturales de esta ciudad, el Humboldt
Fórum, tuvo que construirse a modo de contrapeso a la Catedral (que también
visitaríamos), pues al demolerse el Palast der Republik en el 2006, el primer monumento
corría peligro de colapsar. Aquí notas de ese impresionante palacio que fue
demolido por tener asbesto en su construcción (https://www.youtube.com/watch?v=qm_VYp85tCA&t=18s).
Aquí dos textos que tienen posiciones encontradas de la demolición de este
edificio: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_4631000/4631398.stm
y https://berlinconfidencial.com/2021/11/28/el-palacio-de-la-republica-de-la-rda-1976-2006/.
Volvamos
a nuestra visita. El colegio elegido fue Schulfarm Insel Scharfenberg (https://insel-scharfenberg.de/).
Llegar al colegio fue toda una interesante aventura: desde Tegel tomamos un bus
hasta la última estación. Tras una breve caminata, nos fuimos hasta el ferry
para poder cruzar en dirección al colegio (puedes llegar por canoa o ferry), el
que se encuentra en la isla Scharfenberg, una de las tantas islas que hay en el Lago Tegeler (Tegeler See). La visita consistía en compartir clases de
algunos cursos que se dictan en el colegio en el cual las familias que nos
hospedaban eran profesores, alumnos o padres de familia, generalmente. Los chicos
pudieron asistir a clases de filosofía, ciencias, matemáticas, alemán, inglés o
francés. La experiencia fue muy simpática. Una vez culminada la visita a aulas
comenzaba la otra experiencia: manejar una canoa. Los chicos se organizaron
para poder trasladar los botes y, luego de haberse colocado los flotadores
salvavidas, ingresar al algo. Los chicos tuvieron una bonita experiencia,
pero quedaron exhaustos por la buena remada hasta la altura del Yacht Club del
lago. En el camino vimos aves (cisnes) y el avance de la ciudad, la
urbanización, sobre los espacios verdes. El bosque que acompaña a esta zona, el
Tegeler Fost, es una zona arbórea amplia (https://www.visitberlin.de/en/berlins-animal-side).
Volvamos a nuestro periplo académico. Se preparó una recepción para los chicos
a la cual estaban invitados los chicos que estaban compartiendo sus casas con
los nuestros. Se “armó” una pequeña fiesta en la que nuestros anfitriones
bailaron una polka y luego los nuestros bailaron cumbias y chichas para intercambiar
las experiencias. Muchos de los profesores que trabajan en el colegio dominan
español, pues estuvieron por intercambio u otra experiencia en algunos países
hispanohablantes como el Perú. He conocido alemanes que han hecho la locura de
darse una vuelta por nuestro país y algunos nunca regresaron más. Recuerdo un
señor en Cajamarca que vino para apoyar en alfarería, se casó y me comentó que
no tenía sentido ya regresar para él, tras tantos años. Cosas de la vida. Ya tarde,
regresamos a nuestros hogares, felizmente me dieron un “empujón” hasta la
estación de Tegel para tomar mi tren a casa. Fue un día muy simpático.
05
de mayo. Viernes. Nos fuimos al viejo centro para ver el patrimonio de esta vieja
ciudad, su catedral y sus museos. Punto de reunión: estación de Tegel. Casi todos
nos dimos el encuentro ahí, salvo dos chicos. Nos íbamos a la Puerta de Brandemburgo:
el peso de la historia que iban a ver los chicos. Este monumento es un icono de
la ciudad. Todos quieren tomarse fotos con ella. La primera vez que la vi fue
en diciembre de 1994, a pocos años de la reunificación (Vereinigung). El lugar
era aún gris y muchas zonas estaban recién intervenidas. La bella cuadriga que
se halla en la parte superior de la puerta fue botín de guerra de Napoleón, pero
fue devuelta tras su derrota. En la Segunda Guerra Mundial, este monumento quedó
muy dañado y la cuadriga tuvo que ser cambiada por una copia, pues la original
quedó severamente dañada. (https://www.dw.com/es/la-puerta-de-brandeburgo-uno-de-los-emblemas-de-berl%C3%ADn/g-51153573)
Todo el grupo se tomó las fotos consabidas. Pero debíamos seguir nuestro periplo:
nos íbamos al Monumento de los judíos asesinados. Pasamos por las columnas de
la Puerta (por primera vez vi los detalles de la misma que no había visto ni en
1994, ni en 2010).
El Monumento no se halla lejos de la Puerta: el Denkmal für
die ermordeten Juden Europas. Este monumento sobrecoge por todo lo que representa:
el asesinato de millones de personas por su credo y su raza. Los demonios de la
humanidad que no se han extinguido. Este monumento es muy sencillo, pero contundente
en su mensaje: nunca más (https://www.museumsportal-berlin.de/es/museos/denkmal-fur-die-ermordeten-juden-europas-ort-der-information/).
Alemania apoya a diversos países que han pasado esas duras catástrofes sociales
como el nuestro, así apoyó la construcción del Lugar de la Memoria (LUM),
espacio poco entendido por los fanáticos que ven enemigos a todos aquellos que
no comulguen con sus ideas. Los diversos ataques de fanáticos contra el LUM originó
que la misma embajada alemana exponga a esos personajes la importancia de
espacios como estos: Alemania tiene necesidad de que sus ciudadanos entiendan
esta importancia y evitar que movimientos de locos fanáticos neonazis azoten la
calma social de esta sociedad (https://www.dw.com/es/nunca-m%C3%A1s-monumentos-en-memoria-del-holocausto/g-60565967).
La gente ve en la violencia y las soluciones radicales la única respuesta a sus
problemas internos. Creo que una visita a estos tristes lugares los invitaría a
reflexionar. Antes de ir a nuestro siguiente objetivo, visitamos otros dos
lugares de interés: el monumento a Goethe, hombre de las letras alemanas por
excelencia, y a quien le debemos uno de los movimientos artísticos e
ideológicos más importante del siglo XIX: el Romanticismo (https://www.lifeder.com/johann-wolfgang-von-goethe/);
también visitamos el monumento a las víctimas homosexuales, asesinadas por las
huestes nazis; una triste historia narrada en algunos filmes como la película
británica Bent de Sean Mathias, en la que actúan Ian McKellen,
Clive Owen, Lothaire Bluteau, Nikolaj Coster-Waldau y el cantante de los Rolling
Stones, Mick Jagger (https://www.youtube.com/watch?v=GA0CCzh3x_g).
Dura historia la alemana.
Pero
no nos deteníamos. Este día iba a ser intenso: era nuestro último día con
nuestras familias berlinesas, pues al siguiente nos íbamos a Hamburgo. Nos
movilizábamos rápidamente a nuestro objetivo: Berliner Dom, la
catedral. Para ir más rápido, nos fuimos al paradero de bus a tomar uno que nos
llevaría por Unten den Linden. El paradero estaba muy cerca del Reichtag (la cancillería).
Cerca de esta estación hay un pequeño memorial para las víctimas de la ex RDA,
jóvenes que querían cruzar el muro. El bus nos llevó rápidamente a la catedral
que estaba presta a abrirse. Como en toda gran ciudad, había personas que sufren
de marginación o han caído en el mundo del alcohol o drogas: Berlín no es la
excepción. Además, una gran presencia de emigrantes ucranianos o de otras latitudes
ha generado situaciones críticas con diversos sistemas sociales alemanes. Aunque
no tuvimos problemas o amenazas concretas con algunas de estas personas, a los
chicos se les pedía estar atentos a cualquier situación. La catedral es una
construcción imponente que se ha visto afectada en su estructura: se está hundiendo.
La primera visita en 1994 sólo la vi desde fuera; en 2010 sí pude visitar el interior
y la cúpula; visité la cripta de la dinastía Hohenzollern. La iglesia es de
culto evangélico, por eso la austeridad en imágenes, pero mantiene la imponencia y el esplendor
arquitectónico. La cripta está en mantenimiento por lo que no pudimos ingresar,
pero sí nos fuimos a visitar la cúpula; así que subimos los 270 peldaños para
llegar a tener una bella vista de la ciudad desde las alturas: el viejo Berlín,
sus nuevos edificios y los que cargan la historia alemana (https://www.berlinerdom.de/en/visiting/)
(https://www.viajarberlin.com/visitar-catedral-berlin.php).
La subida me exigió bastante, pero la curiosidad me dio la energía suficiente
para llegar a las alturas. Me hubiera gustado ver algún concierto aquí, con tan
magnífico escenario. Los alemanes, tan ordenados, ofrecen conciertos, pero
nuestro tiempo ya no nos permitía eso. Tatjana había hecho todo lo más cronometrado
posible para poder sacar el jugo a la visita. Salimos del lugar, teníamos que
apoyar a un alumno que tenía que ir con sillas de ruedas. Pese a que casi todos
los lugares turísticos ofrecen facilidades a las personas con discapacidades,
la catedral no tenía esas instalaciones. Fue complicada esta maniobrabilidad. Nos
fuimos a visitar un lugar de belleza: Alte Nationalgalerie (Antigua Galería
Nacional https://www.smb.museum/en/museums-institutions/alte-nationalgalerie/home/).
Lo visité por primera vez en 2010; íbamos a tener poco tiempo, menos de un par
de horas, pues teníamos una cita con una guía en el otro museo que se halla
frente a este. Estamos, pues, en la Isla de los Museos. Rápidamente, nos fuimos
a nuestro principal objetivo: los grandes pintores románticos alemanes. (https://recherche.smb.museum/?language=de&limit=15&offset=30&controls=none&collectionKey=NG*&collectionKey=NGAlteNationalgalerie).
El miércoles 03 la mamá de Tatjana me había obsequiado un bello libro catálogo
en el que me había señalado los cuadros que debería de ver sí o sí: las pinturas
de Caspar David Friedrich. Al ingresar, recogimos las audioguías y nos subimos
a la tercera planta. En el ascenso me encontré con el retrato de Alexander Humboldt
del pintor Friedrich Georg Weitsch (1806); además volví a ver la tumba del
Conde Alexander von der Mark. Desde la primera vez que vi esta obra quedé
impactado. Pero ver detenidamente las pinturas de Caspar David (https://historia-arte.com/artistas/caspar-david-friedrich)
fue toda una grata experiencia. Debido al breve tiempo que teníamos prioricé
ver el segundo piso (los impresionistas franceses) y las estatuas en el primer
piso. El tiempo se nos acabó. Se nos quedó pendiente las pinturas de Adolph Menzel, de Franz von Lenbach (retratos de Wagner y Otto von Bismarck) Max Liebermann; las estatuas de Rodin, Adolf von Hildebrandt o de Christian Rauch. Tanto por ver. Dejamos las audioguías y nos fuimos al Neues
Museum en el que veríamos el mundo egipcio y el busto de Nefertiti. En el sitio
tuvimos a una guía, arqueóloga ella de origen turco, que nos fue comentado los
objetos más relevantes del museo y la historia en torno a ellos: los papiros,
las momias, los sarcófagos (https://www.smb.museum/museen-einrichtungen/neues-museum/home/). Entre los papiros notables, hubo uno, el Libro de los Muertos, que tiene una extensión de casi diez metros. También pudimos ver la evolución del tratamiento de la muerte en el mundo egipcio antiguo, pasando por la ocupación romana hasta el mundo paleocristiano. Hubo algunas piezas muy interesantes como las que muestran al faraón Akenatón y
su esposa, Nefertiti. Akenatón tenía la intención de promover el monoteísmo en
una sociedad dominada por los sacerdotes que cultivaban el politeísmo y
ostentaban el poder. A la muerte de este faraón, la ciudad de Tell Amarna fue
arrasada y toda muestra de su existencia trató de ser borrada de la historia.
Por otro lado, en la conversación que tuvimos con nuestra guía se habla sobre el
problema de los diversos saqueos coloniales de antiguos países e, incluso,
Grecia e Italia. Hay museos y naciones que están comenzando negociaciones para
devoluciones de tesoros varios, acción que no quiere ser asumida por otros
museos como el caso del British Museum. Ya comentan entre intelectuales y
políticos, la posibilidad de devolver tan bello busto, el de Nefertiti, a Egipto.
Nuestra guía nos acompañó precisamente hasta llegar a las placas que muestran a
Akenatón y, luego uno entra a la sala donde está el bello busto. Ahora ya no se
pueden tomar fotos. En 1994, tomé fotos, pero en ese entonces aún no estaba en
este museo. Tras esta rápida visita, seguimos por las salas y galerías que muestran el esplendor troyano. No hay que olvidar que este museo acogió el tesoro de Troya que había sido excavada por Heinrich Schliemann y que gran parte de este fue llevado a la ex Unión Soviética. En 1957 fue devuelto parte de este, pero queda buena cantidad en la actual Rusia. De devolverse el tesoro, ¿sería para Alemania o Turquía, país donde se encuentra la legendaria Troya? Seguimos caminado por las salas de las Provincias Romanas (Germania era una de ellas) en la que vimos una estatua sorprendente: el Niño de Xanten. Vale la pena ver la serie Bárbaros en Netflix que muestra ese encuentro en la Selva Negra y que era muy temido por los legionario romanos. En nuestro discurrir, nos topamos con salas que mostraban restos medievales: el mundo merovingio y el mundo gótico (https://www.youtube.com/watch?v=lpzteGh290E). Salimos rápidamente para ir a almorzar en un restaurante de la zona. Demoramos
por el problema de la silla de ruedas y por una lectura errada del mapa donde
estaba ubicado el restaurante. Almorzamos sin tanta premura para poder ir a
nuestro siguiente objetivo deseado: el Pérgamo. A este museo regreso después de
décadas. Lo visité la primera vez en 1994: regreso casi 30 años después. Y lo
había elegido Tatjana, pues pronto entra en una restauración que harán que todo
este espacio esté cerrado por años (https://www.visitberlin.de/en/pergamon-museum).
Sin embargo, ya hay algunos espacios, como el mismo Altar de Pérgamo, que ya no se pueden
visitar por estar en restauración. En 1994 tuve oportunidad de disfrutarlo y,
felizmente, no hubo mucha gente. Lo más impresionante son dos grandes espacios
reconstruidos en el lugar: la Puerta Azul brillante de Ishtar de Babilonia (o la Puerta de Ishtar de Babilonia) con sus bellos azulejos, y la impresionante Puerta del Mercado de Mileto. Luego vi fotos sobre cómo había quedado este lugar tras los numerosos bombardeos aliados de 1944 que mostraban el calamitoso estado en el que quedaron no sólo este museo, sino el conjunto de los museos de esta isla impresionate. Las obras que tienen del mundo musulmán son
notables y merecen una visita pausada para disfrutar tan bello lugar: los tapices, los libros pintados a mano, el trabajo de vidrio soplado, el encaje en las paredes, ese que vi en el Alhambra de Sevilla; la impresionante Sala de Alepo, un revestimiento de madera profusamente pintada; sin embargo,
nos quedaba poco tiempo. Tuvimos un percance, pues uno de nuestros alumnos
había perdido su billetera; felizmente se encontró con los documentos que
estaban en la misma. Nos
fuimos caminando a nuestro último objetivo: Humboldt Forum. Tal como comenté a
inicios de esta crónica, es una construcción que surge como contrapeso al
Berliner Dom. Este espacio era ocupado por el Palacio de la República de la
DDR. El nuevo edificio presenta una colección permanente, así como itinerantes,
y numerosas exposiciones temáticas como la que decidimos tomar sobre el
colonialismo (https://www.humboldtforum.org/en/).
La persona que nos iba a guiar era la misma que nos condujo en el Neues Museum.
Fue una visita rica en la que se exploró las formas de explotación que hubo contra
las diversas sociedades africanas. Se habló de la zona correspondiente a la
actual Nigeria, que fue desmantelada por los ingleses y los traficantes de
esclavos. Cuando comenté que mis antepasados por el lado materno eran negros, la
guía se sorprendió un poco; pero en realidad, en nuestro país todos tenemos
diversas raíces en nuestros antepasados. El espacio es para un par de horas, pero llegamos
ya pronto a cerrar. Pena. Fuimos a ver el patrimonio que tenían sobre nuestro
país y no era muy notable. Los chicos estaban extasiados y, obviamente, un poco saturados de todo el mundo antiguo visto en los tres museos previos; pero la fascinación quedará en sus retinas y memorias por un buen tiempo.
Agotados
nos fuimos a ver la tienda de ventas de recuerdos, pero los precios eran
bastante altos. Con Tatjana, desde Trujillo, habíamos quedado en ir a la tienda
Dussman para comprar libros, filmes, discos, todo aquello que sí me provoca
comprar (más que ropa u otras cosas). Llegamos a la tienda Dussman a dar gusto
a nuestro espíritu de consumo: así me compré un cómic sobre la azarosa vida de la activista política Rosa Luxemburgo por la caricaturista inglesa Kate Evans (https://www.fabulantes.com/2017/12/la-rosa-roja-kate-evans/); este encuentro con este cómic fue fortuito y bien lo valió; además compré varios CD de música culta y popular, como El Cant de la Sibil-la, una versión estupenda de Jordi Savall, la Capella Reial de Catalunya y la hermosa voz de Monserrat Figueras, quien fuera la esposa de Savall y falleciera en el 2011; también una estupenda recolección francesa del Coro de la Armada Soviética, coro que se presentó en Lima en los 70; o el álbum Die Mensch-Maschiene de esa rara banda exitosa en los 80 Kraftwerk; y el filme Sin novedad en el frente (Im
Westen nichts neues) de Edward Berger, film que ganó varios Oscar, incluido el
de la mejor película en idioma extranjero (https://www.youtube.com/watch?v=h-XbKaUEIhI).
Sé que es una producción de Netflix, pero tener el filme con toda la
información que te da un filme original es lo que quiero preservar. Entre todo, invertí un poco más de 250 euros. Bien aprovechados.
Michaela me
había invitado a la celebración del cumpleaños de su esposo, quien también se
llama Gerardo, pero iba muy cansado. Felizmente había tomado un tren que iba a
la estación Paracelsus, la cual estaba a casi 40 metros de la casa. Llegué a casa,
me pegué un duchazo y me fui a dormir.
Un
día bastante agotador, pero apasionante. Mucho por asimilar y recordar. Al día siguiente nos íbamos a Hamburgo.