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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 25 de agosto de 2024

ENEMIGOS NUESTROS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 25 DE AGOSTO)

 


Pareciera que el mundo político peruano está en la abierta misión de acelerar el deterioro de la sociedad peruana. Sus acciones dan cuenta de cuán hondo puede caer una clase política para perjudicar al mayor número de personas posibles, incluso en su entorno inmediato, como es el caso de los famosos mochasueldos (que abundan). En el colmo de las circunstancias, estos deben ser considerados dioses, según la perspectiva desopilante de Esdra Medina; o considerar al grupo de congresistas actuales, como dignos representantes del Bicentenario con hurras y loas ridículos incluidos, como lo hizo el congresista Segundo Montalvo; sin embargo, la población rechaza a toda la clase gobernante con gritos, abucheos, huevos e, incluso, piedras como han sido los casos de Lima, Arequipa y Ayacucho. Cada vez vemos en redes sociales reacciones de personas que ya tienen ningún reparo en trasgredir la potestad que estas autoridades representan. Se lo han ganado a pulso; pero las consecuencias inmediatas tendrán repercusiones negativas, pues con estas respuestas populares se llevan de encuentro lo que la majestad que estos cargos significan. Han deteriorado el puesto y los sucesores tendrán una delicada posición frente al pueblo. Justos pagan por pecadores. Muchos, como lo visto en Ayacucho, están recibiendo no sólo fuertes denostaciones como le está sucediendo a Dina Boluarte, prácticamente vetada de asistir a ceremonias relevantes como la deslucida celebración por el Bicentenario de la Batalla de Junín que hubiera, por lo significativo del evento, convocado a varios presidentes sudamericanos. Lo de Ayacucho sí es grave, pues Wilfredo Oscorima fue prácticamente rescatado de una turba que lo hubiera linchado. Estas acciones, reacciones no justificadas ante la indolencia política, incrementa el clima de ingobernabilidad que empañarán las futuras elecciones presidenciales en las fechas previstas, pues Boluarte y sus aliados no tienen intenciones de adelantarlas, salvo que el inefable Congreso le dé las espaldas. Pero entre gitanos no se van a leer las manos. El futuro de Dina Boluarte podrías ser sombrío, como el de su entorno familiar. Si Castillo fue corrupto, Dina Boluarte salió corregida y aumentada gracias a los “sanos” consejos del mundo político que la acompaña; pero pesan sobre ella dos graves denuncias de las cuales le va a ser difícil salir. Y los congresistas, otros enemigos nuestros, lejos de querer mejorar las cosas para que sean los verdaderos congresistas del Bicentenario, siguen destruyendo toda institucionalidad en desmedro de la ciudadanía, pues hasta a la delincuencia la han legitimado con una serie de cuestionables leyes que esperamos sean abolidas en el siguiente gobierno. Pero como van las cosas, tenemos toda la razón de dudar.  Con sus leyes, sus acciones y desplantes, estos personajes del legislativo y ejecutivo han hecho de nuestro país una nación inviable. Hay tantos ejemplos para demostrarlo.


1 comentario:

Miguel Patiño Bottino dijo...

Antes, una minoría de estos impresentables endosaba su desprestigio a una mayoría sana e inocente; ahora es al revés: la mayoría de congresistas y autoridades regionales son unas ratas y les ponen en contra a la población a los pocos que se salvan del cadalso popular.