Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 10 de enero de 2010

TRUJILLO, LA CIUDAD EN LA QUE QUEREMOS VIVIR

Una semana interesante se nos viene por delante. El día de ayer sábado veía con mucho interés una exposición didáctica de Bernardo Toro a un grupo de "elites" sociales de Asunción, Paraguay. La conferencia versó en su experiecia del rescate que se hizo de Bogotá como ciudad. Y es una experiencia que tiende a replicarse por toda América Latina, por ser Colombia un país que tiene muchas similitudes con  los demás de la región, esto es aquejado de los mismos problemas y que presenta las mismas potencialidades como las que tenemos en nuestros países. Su proyecto (con todo su grupo de trabajo) es exitoso y comenzó en 1995, cuando las fuerzas sociales de la ciudad se sentaron para ver qué podían hacer para salvar a Bogotá y convertirla en un lugar digno para sus habitantes y para vivir.
El proyecto demás está repetirlo, ya que es bastante difundido entre las autoridades y políticos de nuestros países. Estuve en Bogotá en 1992 y la ciudad era famosa por su violencia. Tuve dos percances que acentuaron ese temor; uno en el aeropuerto, que me salvé de ser asaltado gracias a la intervención de un policía, y el otro cuando fui a comprar libros luego de haber estado en el teatro; un grupo de amigos que bebía aguardiente me sugirió no salir de la tienda; sospechamente luego de mi ingreso, ingresó un grupo conformado por una mujer y dos hombres; compraron textos escogidos al azar y pagaron. Cuando me acerqué a pagar mis libros (uno de ellos La Gramática de Rufino Cuervo) el que hacía de cajero me advirtió de no salir. Eran, según él, de seguridad del estado. El grupo me invitó a tomar unas cuantas copas de aguardiente. Un momento después, uno de ellos salió y me dijo que me podía ir. Era un 06 de febrero de 1992.
Ayer en la reunión de casa de Marcela, hubo comentarios positivos de Bogotá. Ahora es una ciudad segura y agradable para vivir. Ahora, parece ser que nuestras ciudades, Lima, Trujillo, se han vuelto las ciudades violentas en las que hay mucho por hacer.
Las reflexiones que hizo Toro en su exposición son muy interesantes y que implican, sobre todo, un cambio de actitud de todos los agentes sociales de la sociedad latinoamericana. El ver la ciudad como un bien común implica no sólo un cambio de abajo, sino y, sobre todo, de arriba. En realidad, es una suerte de revolución copernicana de las relaciones sociales en Latinoamérica.
Una de las frases más contundentes que escuché en dicha exposición es la que enuncia que si creamos formas de exclusión la violencia es una respuesta segura. Es una verdad dicha y demostrada; el problema es que no la extrapolamos en nuestra sociedad. Cosas tan absurdas como no integrar a todas las fuerzas vivas de una sociedad como ambulantes, prostitutas y personas marginales (pandillas) en la construcción de nuestra ciudad, ya vamos por mal camino. Las estamos excluyendo de un espacio el cual comparten y tienen derechos, como deberes, con la ciudad en la que vivimos.
La narración descriptiva de las experiencias iniciales de Bernardo Toro fue bastante aleccionadora del camino que tenemos por delante. Temas como violencia, infraestructura, salud y educación son temas álgidos que exigen de nosotros como ciudadanos una revalorización del sentido comunal público de los mismos, los cuales han sido irresponsablemente dejados de lado y "tercerizados" (graciosa palabra empleada para cuando quieres deshacerte de un  tema espinoso) a la actividad privada. La pregunta es si la actividad privada ha hecho algún bien con el caótico transporte público de nuestra ciudad. ¿Lo ha hecho? La actividad pública fue postergando su responsabilidad y los ciudadanos otorgaron su complacencia a algo que nunca debió salir del patrimonio de todos los ciudadanos de una ciudad. La aceptación de este fenómeno adosado al hecho del rechazo de lo público ha acentuado esta brecha que va a tomar tiempo subsanar. Pero no va a ser difícil.
La educación es otro tema bastante álgido que se ha tocado en esta gran problemática. El pago de los contribuyentes origina el sueldo de los servicios públicos de la ciudad; entonces la ciudadanía debe aprender a organizarse para "aprender" a exigir con coherencia este nuevo proceso. La ciudadanía no debe exigir derechos, también debe asumir responsabilidades y ésa es una de ellas: no debemos actuar relegando nuestras responsabilidades y derivando a otros acciones que nos competen. El plan es un trabajo colectivo que apunta a un bien común: la ciudad.

MOYOBAMBA, NUEVO AÑO (2)

El día 31, tras la visita a Tingana, decidimos esperar el año nuevo con tranquilidad, puesto que al día siguiente íbamos a ir a Tarapoto a visitar una catarata que nos habían mencionado como bacán: Guacamaíyo.
Luego de una comelona para recibir el año, esperamos la llegada del año nuevo y a pegar pestaña. Habíamos tomado 3 botellas de vino con la carne (que dicho sea de paso es buena y barata) y, a causa del vino, nos íbamos "trazando círculos especiales" hasta nuestro hotel que, felizmente, se hallaba al frente del restaurante. Las calles se veían bulliciosas, sacaban sus prendas amarillas, muñecones para quemar y toda suerte de luces de bengalas. La gente en Moyobamba ocupaba las calles y me hacía recordar un poco a Huanchaco, la fiesta es en la calle, es colectiva, masiva; esto es algo que se ha perdido en las ciudades grandes, salvo en los barrios que aún mantienen el espíritu del buen vecino.
Habíamos coordinado con las amables señoritas de la recepción del hotel, quienes nos apoyaron en todo. Nos dieron las pautas de lo que deberíamos hacer: hora de salida, distancia, transporte y qué hacer para poder movilizarnos a Tarapoto, la ciudad a la cual nos dirigimos el 01 de enero.


























Primer día del 2010. Nos levantamos temprano, sin resaca. Luego de un  desayuno regional, la señorita llamó a un auto que hace ese tramo (Moyobamba - Tarapoto) con 4 pasajeros, cada uno debería pagar 25 soles (aunque se suele pagar 20, las fiestas). Felizmente ya había una pasajera y, una vez recogidos del hotel, nos fuimos al terminal, donde ya nos esperaba otro pasajero. El día anterior habíamos  preparado las mochilas con ropas de baño, toallas (no las usamos en realidad), repelentes, agua, sandalias (nos iban a ser de gran utilidad) y mi cámara (ya premunida). Era casi un caracol con todas las indumentarias pertinentes.
En la recepción del hotel había algunos comentarios que nos pusieron nerviosos: el día anterior (31) había habido una serie de robos en la carretera que íbamos a transitar. Una suerte de temor corrió por mi cabeza, pero había que seguir adelante. En la terminal, el comentario sobre el incidente no se hizo esperar y me volvió a inquietar. Salimos más o menos a las 9 y 15 de la mañana y teníamos por delante casi dos horas de carretera. Nuestro piloto apretó el acelerador y comenzó a soñar llegar a su destino en tiempo récord. La carretera está en bastante buen estado, pese a los notorios hundimientos por ser un terreno bastante inestable (o por la deficiente construcción;  más me inclino por lo segundo conociendo la transparencia de este gobierno). En el asiento de adelante iba una chica, la cual se mareó por la incontable cantidad de curvas, meandros terrestres, que la hicieron vomitar con frecuencia. La pobre trataba de hacerlo lo más discretamente posible, pero las evidencias eran cada vez mayores. En la ruta subió un amigo del conductor, chofer él también, y allí nos enteramos que existe una marcada competencia entre las empresas de transporte que unen las ciudades de esta zona en auto (no en bus, ni combi) y se desatan carreras de auto en plena carretera. Alucinante y descerebrado, como los choferes.
Al inicio del viaje cruzamos una hidroeléctrica recientemente construida. Habíamos hablado al respecto sobre la misma, ya que su construcción significó la extinción de una de las cataratas más bellas que había tenido el Perú: la catarata de Gera. Una lástima.
Llegamos a Tarapoto alrededor de las 11 y media. Ya en la agencia había mototaxistas que ofrecen sus servicios para ir a la ciudad. El calor en Tarapoto es más abrasador que en Moyobamba (está más alto). Hablamos con un mototaxista a quien le preguntamos sobre una agencia de viaje y el lugar que queríamos ir. Se ofrece llevarnos por 60 soles, incluido guiado. El tiempo nos apremiaba, así que acordamos con él las condiciones y nos fuimos a nuestro objetivo. Era relativamente alejado de la ciudad y teníamos que ascender una suerte de colina desde la cual veíamos a la ciudad de Tarapoto y uno de sus distritos: Morales. El descenso fue un poco accidentado, temíamos que el mototaxi iba a colapsar en cualquier momento. Cruzamos un puesto de rondas campesinas. Wilmer, nuestro guía, nos contaba que gracias a ellos la incidencia de robos, sobre todo a turistas, había considerablemente disminuido. El sendero era simpático y cruzábamos con frecuencia el río Cumbaza, donde íbamos a ver estas cataratas. Luego de casi una hora y con un sol ardiente, llegamos a un pequeño pueblo donde dejamos el mototaxi. De ahí se iniciaba la caminata: el promedio una hora y media. Con mi casa a cuesta comenzamos a bajar y cruzamos senderos variados. Un bello paisaje. Llegamos al primer cruce (hubo cuatro) y comenzaron algunos problemas. Luego de haberme sacado los zapatos, crucé el río, pero al llegar a la otra orilla, resbalé en una piedra jabonosa y caí en las aguas del refrescante río. Consuelo en la desgracia. Allí decidimos ir con truzas y sandalias. Íbamos un poco temerosos, porque en Tingana habíamos sido agredidos por plantas cortantes o con púas. Felizmente en este sendero no las había.
Una hora después, luego de algunos incidentes, resbaladas y otras situaciones, llegamos a nuestro objetivo. Llevaba en mi espalda la casi casa que había llevado y mi par de botas de caminante colgaban de la parte delantera. Menudo peso para una subida un poco accidentada con el calor del mediodía (la temperatura es de 35 grados). Al llegar al lugar vimos el entorno a la catarata. Bonito. El lugar es alto y crea una refrescante sombra que además te humedece con las gotas dispersas de la catarata. Gustavo y el guía se metieron sendo chapuzón; yo, me dediqué a tomar fotos.
Una de las cosas que nos desagradó era la presencia de muchas botellas, sea de vidrio, o las peores, de plástico. El día anterior una chica nos había comentado que en Tarapoto había una consciencia más evidente y marcada de la protección de sus recursos naturales, más que en Moyobamba. Lo que vimos nos daba una muestra que contradecía lo afirmado. Por otro lado, la zona carece de un basurero en el cual echar las botellas vacías. Una lástima. Cargamos algo de 10 botellas vacías para echarlas en la basura del restaurante en el que luego tomaríamos una gaseosa. Pero en el camino de retorno vimos muchas más y la gente que iba hacia las cataratas u otros lugares iba premunida de varios botellones.. ¿las habrán retornado?
Luego de media hora, iniciamos el retorno. Ahora nos tocaba un camino de descenso y ya conocido; pese a eso, hubo un tramo que equivocamos. Pero ya más confiados y una vez atravesado el último pase de río, usamos nuestras botas nuevamente. Ya en el último tramo nos encontramos con una serpiente que parecía coralillo, el guía le dio otro nombre y comentó que no era venenosa. En fin.
El último tramo de ascenso nos agotó, pero ya estábamos cerca de algo líquido bebible.
Al retornar con el mototaxi nos percatamos que casi todo el camino de regreso se había infestado (como plaga) de gente. Cuando íbamos en el camino de ida, todo parecía desolado; al retorno, mirábamos sorprendidos la cantidad de gente. Iban a pasar la resaca del año nuevo.
Al llegar a Tarapoto, quise tomar un buen jugo y algo de frutas; pero eso iba a ser algo contraproducente: no había mucha movilidad de retorno a Moyobamba. Los dichosos autos no salían, así que fuimos al terminal de Móviltours. Felizmente hallamos cupo en el bus que iba hacia Chiclayo. Con nuestras ropas de baño y grandes mochilas regresábamos a Moyo. Eran las 3: 30 de la tarde, intensa mañana.
El viaje fue bastante lento y tedioso (se había malogrado el aire condicionado y era el bus que nos había traído a Moyobamba desde Trujillo, el que se malogró). Pese a todo, el bus llegó promediando las 6.
En cuanto llegamos, verificamos el retorno al día siguiente. Correcto.
Tomamos otro mototaxi y fuimos al vivero de orquídeas. Buena suerte, estaba abierto. Pese al paulatino oscurecimiento, pudimos ver, embelesados, las diversas flores de la zona. Escogimos cada uno una buena cantidad (me traje 7) y esperemos que crezcan en Trujillo. La propietaria nos dio una lección de botánica en poco tiempo.
Tras este largo día, una buena ducha y una buena cena, a descansar.
02 de enero. Nuestro último día: Rioja era esta vez el destino.
Tras el desayuno y haber dejado todo listo para el viaje, hicimos lo del día anterior: la recepcionista llamó un taxi para ir a Rioja. El precio por cabeza es de 6 soles. Una vez en el taxi le comentamos nuestro plan y nos dice que nos puede llevar a Tioyacu, nuestro destino, por 30 soles. Acordamos que sí y nos fuimos. Pero Tioyacu no queda cerca de Tarapoto sino más cerca de Nueva Cajamarca que está a.. 20 kilómetros de distancia de Rioja. Entonces hicimos un arreglo final: nos llevaría a este lugar, Yacumama, Chuchu center y Rioja por 50 soles en total. Asunto arreglado, teníamos el auto para nosotros y nos podíamos desplazar por donde queríamos. Tioyacu es muy simpático, pero mucho mejor resultó ser Yacumama, un centro de esparcimiento que te da una visión general del lugar. Es una zona con un potencial increíble, pues tiene selva virgen (han hecho un sendero ecológico), tiene un recodo de río (que han convertido en playa) y tiene además un granja de piscicultura (tilapias), esto último es un problema, ya que las aguas quietas atraen muchos mosquitos y estos desgraciados hicieron pasto con nosotros, pese a los litros de repelente encima.
Yacumama es un lugar que fascinaría a turistas del todo el mundo, pero tiene un defecto: es un lugar de esparcimiento familiar y por lo tanto tiene espectáculos para ella. Cuando ingresábamos, vimos los inmensos parlantes que estaban instalando para la tarde "familiar". Pobre, tal como les gusta hacer con las fiestas, debe ser una bulla a todo meter que rompe la calma del lugar; en ese sentido, pobre selva, pobres animales que están en esta suerte de pseudo reserva. No nos quedamos para "ver" la bulla.
El siguiente punto fue Chuchu Center, gracioso lugar donde te sirven tragos especiales a base de chuchuhuasi. El que nos tocó, Tentación, lo era y sin nada en el estómago (era casi las 12) nos "trepó" algo. El propietario tiene una buena colección de aves y las instalaciones están bien tenidas. Interesante lugar. Había un grupo de personas (que también estaba en nuestro hotel en Moyo) que ya estaba empinando bien el codo. Su mesa tenía ya varias muestras de su espíritu jocundo.
Gustavo había visto una fruta que lo tenía obsesionado: la pomarrosa. Quería obtener una muestra a como dé lugar. Pero el tiempo apremiaba.
Dimos una pequeña vuelta por Rioja y no distinguimos nada notable. Retornamos a Moyo.
La gente del hotel, amablemente, nos permitió darnos un duchazo. Merecido y reconfortante.
Cerramos maletas y nos fuimos a almorzar. Fuimos a un lugar típico y comimos como los dioses. Comí un pescado regional envuelto en hoja de parra, cual juane. Además nos sirvieron diversos jugos de frutas de la zona. Fascinante.
Con la barriga llena y para facilitar la digestión nos fuimos a caminar: fuimos al bello malecón que han hecho en la ciudad cerca al mejor hotel que tienen. La primera vez que vine el lugar estaba desierto y las instalaciones del hotel semiabandonadas. Ahora la cosa ha cambiado. Bien.
Desde el mirador se ve el río Mayo y sus meandros. Luego de estar ahí, decidimos descender al embarcadero. Ahí tomamos un pequepeque y dimos la vuelta por media hora en el lugar; corría un viento fresco pese a ser 3 de la tarde.
Al retorno, no había mototaxi, así que iniciamos el ascenso hasta el otro mirador. El ascenso me hizo recordar cuando subí en la isla Taquile en Puno. Mientras en Taquile, la altura te mataba y humillaba, en Moyobamba es el calor quien te deja fuera del camino. Mis respetos.
Llegada a la cima, hicimos un pequeño descanso para recuperar el ritmo. Ya teníamos que regresar al hotel por nuestras cosas. Se había cerrado el ciclo de Moyo.
Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a la agencia. El bus llegó casi 5 y media.
Fue un buen viaje.

miércoles, 6 de enero de 2010

MUÑEQUITA DE LUJO: AUDREY HEPBURN

“..Audrey pudo ser huidiza o cercana, impertinente o medida,

Desaliñada o deslúmbrate, pero en todos los casos, divertida y encantadora,
Definitivamente entrañable.


ISAAC LEÓN FRÍAS, LA PARTIDA DE AUDREY, LA GRAN ILUSIÓN, No 1


A Claude y Anne
Uno de los rostros más bellos del ecran fue el de Audrey Hepburn, la actriz rutilante de origen belga. No era la mujer que podríamos denominar como vampiresa, sino la de una mujer de apariencia frágil y elegante como pocas otras lo han logrado en el mundo de la pantalla. Las apariciones de esta actriz casi rayaban con lo angelical; pero esto no impidió que realizase una serie de papeles que la inmortalizaron.

Nació el 04 de mayo de 1929 en uno de los municipios de Bruselas, Bélgica: Iselles o Elsene (francés o flamenco, lenguas oficiales del reino belga). Sus orígenes muestran ese carácter internacional que caracteriza a los belgas: el padre era británico y la madre, una aristócrata holandesa, la familia Van Haemstra. Al apellido del padre, Ruston, éste iba a agregar el apellido de su querida abuela materna: Hepburn. Las raíces de Audrey se hunden en un linaje real que la vincula con el Rey Eduardo III de Inglaterra.

El trabajo del padre (en la banca y los seguros) la hace viajar entre Inglaterra, Bélgica y Holanda hasta establecerse, en cierta forma, en 1935 en Kent como alumna de una academia privada. Eran los albores de la segunda guerra mundial. Este evento transformó la vida de los europeos, a lo que no escapa Audrey, habida cuenta que sus padres eran simpatizantes de Adolfo Hitler y ambos pertenecieron a la Unión Británica de Fascistas. Este evento será bastante traumático para la actriz. Además sufrió en Holanda los rigores de la invasión nazi, primero teniendo que cambiar de apellido (eliminar todo lo británico por razones obvias), hablar sólo holandés y tener que dejar su futura carrera de bailarina, tanto por la alimentación como las enfermedades extendidas en la ocupación de los Países Bajos, como la anemia. Varios miembros de su familia fueron fusilados. La guerra la marcó para siempre. Para compensar esta terrible experiencia que vivió como niña y púber, ya adulta se “enroló” a la UNICEF.

Después de la guerra, la carrera de bailarina se vio cada vez más afectada por la estrechez económica familiar. Aunque tenía un esbelto cuerpo (producto, además, de la desnutrición), su altura y su bello cuello de cisne, lo económico fue determinante para dejar un posible brillante futuro en el ballet. Y se dedicó a las tablas.

El salto a la fama vino con ROMAN HOLLIDAY, film que catapultó a la fama; Wyler, el director, vio el tremendo potencial de ella como actriz y desplazó a Elizabeth Taylor, quien era la favorita de los productores del film. Su carrera al estrellato había empezado.

Muchos la han identificado como una mujer frívola, que llenaba los pasquines de chismes de la farándula, la modelo exclusiva de revistas de modas (por su figura y garbo). Pero Audrey fue una mujer muy sensible, que nunca olvidó las escenas de fusilamientos por las calles de Amhem, ciudad en la que pasó prácticamente toda la guerra, que se horrorizó con el fusilamiento de su tío y el primo de su madre por haber apoyado la resistencia holandesa, que tuvo que comer de todo para poder sobrevivir. El estrellato no le hizo perder las perspectivas de la vida. Por eso, su rostro bello siempre demostraba franqueza y transparencia, y, pese a todo, nos daba alegría y quietud. Sus filmes no son los extremos de la desgracia, sino el lado amable de la vida que cada uno de nosotros nos gustaría vivir. El patrimonio fílmico de esta inolvidable actriz nos lo demuestra. Hacia el final de sus días, parafraseando a Isaac León Frías, Audrey se iba despidiendo del mundo de cine y de la vida en general. En el último film que hizo, ella encarna a un ángel; ella ya estaba en el cielo.

Nos dejó un 20 de enero de 1993. Gloria Mundi.
VACACIONES EN ROMA (ROMAN HOLLIDAYS) WILLIAM WYLER 1953 La película que lanzó a la fama a Audrey en el rutilante mundo del cine. El sueño de un hombre de la calle es encontrarse con una bella mujer y además princesa. Esta suerte de cuento de hadas reunió a Audrey, con su porte de princesa, y Gregory Peck, quien encarna a un periodista norteamericano de medio pelo destacado en Roma como corresponsal extranjero. Su trabajo como periodista es bastante irregular y, al punto de perder su trabajo, un incidente lo vuelve a la vida; la princesa se ha aburrido de la vida protocolar de su corte y quiere ver la calle; así idea fugarse por las calles de Roma, la ciudad eterna. Todo esto provoca un escándalo en la seguridad y el grupo que la acompañaba. El periodista cae en la cuenta de la persona que rescató una noche accidentada. Quiere vender la noticia, pero el amor puede más. El sueño dura poco. Una comedia con final triste.

HISTORIA DE UNA MONJA (NUN´S STORY) FRED ZINNEMANN 1959 Aunque filmada en Bélgica, la mayoría de los integrantes del elenco principal era inglés. Está basada en una historia verdadera, la de la Hermana Marie-Louise Habets, una biografía dura de una mujer que decide colgar los hábitos y el rechazo que recibe de la congregación a la que perteneció. Hija de un médico famoso, decide abrazar la fe religiosa y ansía ser enviada al Congo belga para colaborar con los médicos de las colonias. La vida dura y abstinente de las monjas, la verticalidad eclesiástica, son tocados de una manera sutil (aunque evidente), así como las escenas amorosas que tiene la monja con un médico destacado en la colonia (Peter Finch). Este es el rol más dramático que encarnó a lo largo de su carrera cinematográfica y le interesó el tema por dos cosas: ser mujer y ser belga.

DESAYUNO CON DIAMANTES (BREAKFAST AT TIFFANY´S) BLAKE EDWARDS 1961 simpática película con nuestra bella actriz y George Peppard; una propuesta suave de la escabrosa novela de Truman Capote que lleva el mismo nombre, aunque en castellano es conocida como DIAMANTES PARA EL DESAYUNO. Aunque la visión del filme es mucho más bondadosa, no deja de ser una ácida crítica a todo ese mundillo intelectual bohemio urbano neoyorquino, que vive el día a día, sin una moral que los limite, ni una culpa que los detenga. Nuestros dos actores principales son un par de vividores en la gran ciudad, que sobreviven y tratan de solucionar sus soledades; ella se enreda con cuanto millonario le pueda permitir su fantasía; él es un gigoló mantenido por una ricachona mayor (Patricia Neal). Su vecino vive secretamente enamorado de ella. La canción compuesta por Henry Mancini, Moon River, popularizó más este filme

ROBIN Y MARIAN RICHARD LESTER 1976 Este es un nostálgico film de Lester que reúne una pareja luego de años de haber estado separados y hace una bella narración del amor maduro. Tras 20 años de separación, Robin Hood (Sean Connery), el famoso héroe medieval, retorna de las cruzadas, luego de la muerte de Ricardo Corazón de León, hombre en un inicio cabal que se va convirtiendo en un tirano. Robin, hastiado, quiere ver otra vez a su amada Marian, quien se ha convertido en monja para mantener la fidelidad a su amado Robin. Pero, ella, a pesar de los hábitos, no ha perdido su espíritu indolente y está en permanente rebeldía contra un sheriff de Nottingham, encarnado por Robert Shaw. El film destila nostalgia pero nunca cae en la sensiblería. Muchos críticos sostienen que los elementos mostrados en el film son totalmente anacrónicos, pero la real intención del director era mostrar una de las bellas películas románticas de los últimos tiempos. Luego de este film, sólo subió a la pantalla 3 veces más hasta antes de su muerte.

lunes, 4 de enero de 2010

DE MOYOBAMBA, SU CORAZÓN (1)

La selva de San Martín, tanto la alta como la baja. ha sido arduamente visitada por mi persona este año. En abril, fuimos a Bagua Grande y Chica, lugares que en el mes de junio se harían tristemente célebres por los conflictos irresueltos de marcado carácter socio-racial y económico. En el mes de junio redescubrí luego de varios años a Chachapoyas, un lugar que promete convertirse en el Cuzco del Norte peruano gracias a la variada riqueza arquelógica y paisajística de la zona. Pero el Dpto. de San Martín tiene mucho más que ofrece; y así se hizo el nuevo viaje.
La antesala del viaje era toda una serie de expectativas y rumores, algunos de ellos, nefastos. Para todo el mundo es conocido que nuestro verano es el tiempo en que los cielos serranos y algunos selváticos desatan su furia pluvial y, en algunos y graves casos, se convierte en un terrible huayco. Alguno que otro amigo me soltó alguna frase en la que iban incluidas las palabras "deslizamiento", "huayco", "cortes de carretera", "trasbordo". Estas palabritas iban sembrando cierta duda de la elección hecha para pasar año nuevo por esos lares.
El otro asunto es que estas fiestas son bastante estresantes en cuanto al número de actividades y compromisos que uno se ve en la necesidad de cumplir para quedar tranquilo con tu conciencia amical. Compañeros de trabajo, los parientes lejanos que llegan a visitarte, los amigos que retornan de años. Tu peso, tu hígado, tus nervios y tus remordimientos se alteran por estas fiestas. Navidad es ineludible por la naturaleza de esta fiesta. Pero Año Nuevo es una fiesta de renovación, de mucha limpieza (aunque no todos sigan esa suerte de rito) y de novedades. Con el discurso de un par de amigos, y venciendo los temores injustificados o no, decidimos comprar nuestros pasajes de ida y vuelta y separar nuestras habitaciones en el Hotel Marco Antonio de Moyobamba.
Día de salida: 29 de diciembre. Hora: 3 p.m. El bus de Móvil Tour comenzó a rodar minutos pasados las 3. Primer destino: Chiclayo. Esta ciudad era la primera escala de varias hasta nuestro destino final. Nos habían dicho que llegaríamos a Moyobamba a las 8 de la mañana. Dos días previos al viaje, la compañía con la que había contactado para hacer nuestros paquetes turísticos estaba en receso hasta el 12 de enero por lo que no podían atendernos . Felizmente.
En el ascenso por la carretera que va desde Olmos hasta Yurimaguas, sentimos que algunas cosas no iban bien con el bus. Dicho y hecho, tuvimos una súbita parada en medio de la carretera y en el oscuro de la noche. Un pasajerito que iba cerca de nosotros, locuaz él, se asustó, ya que podíamos ser víctima de un asalto. Felizmente, llegó un auxilio mecánico con el que, luego de casi una hora, volvimos a rodar.
El aire acondicionado no marchaba bien y hubo momentos en que el calor apretaba, sobre todo en zonas como Bagua, que es conocida como una de las más calurosas del Perú.
El tramo entre Bagua y Pedro Ruiz se ha deteriorado muchísimo, hay zonas en la carretera ha literalmente desaparecido, y el viaje se hace lento y penoso. Felizmente lo cruzamos de noche, más fresco, que si lo hubiéramos hecho de día con un  calor sofocante y sin aire acondicionado.
Un poco antes de llegar a Pedro Ruiz, un pueblo nudo de comunicaciones (aquí se bifurca la carretera para Chachapoyas y para Moyobamba-Tarapoto) hubo un percance en la carretera. Temía que hubiera habido un deslizamiento o huayco. En realidad era un camión atravesado que se había deslizado a causa de las luvias, pero era posible el paso ordenado. Pero, nosotros no avanzábamos; lo que no hizo el huayco, lo hizo el error humano: una de las zapatas de las llantas traseras se había pegado peligrosamente a una de las llantas causando una fricción que podía devenir en un estallido. En una zona de curvas y precipicios, eso no era nada bueno. En un principio, la gente esperó estoicamente; luego la gente comenzó a alterarse. Ya se había perdido casi una hora con la primera parada y otra hora más entre diversas paradas para ir verificando la marcha del vehículo. Había malestar en el ambiente. Esto sacó de quicio a muchos. Además, el grave problema era la falta de comunicación de los empleados del bus con los pasajeros. Si hubieran pedido una menor intromisión de nosotros en el proceso de reparación, hubiéramos respondido positivamente. En fin.
Luego de casi cuatro horas de varados, el bus volvió en ruta con una zapata menos, lo que hacía el viaje un poco más lento y sin aire acondicionado, el calor iba en aumento.
Pero una cosa trae otra. Como ya era casi mediodía y estábamos sentados en los primeros asientos panorámicos, la vista del paisaje era impresionante. La llegada a Pedro Ruiz fue un poco desconcertante, ya que hablaban de un desayuno, otros de partir lo más pronto. El desayuno se sirvió a bordo.
El camino de ahí en adelante fue de una belleza paisajística impresionante. El verdor de la selva se hace extrañar cuando viajas en lo árido que es nuestra costa. Algunas esporádicas lluvias nos sorprendieron en el camino, pero nada notable.
Ya fueron apareciendo pueblos y pequeñas ciudades que iban brotando con más frecuencia en mis mapas, más lo que decían nuestros compañeros de viajes, residentes de la zona, nos daba el ánimo de arribar pronto a nuestro destino. El bus comenzó a despoblarse en Nueva Cajamarca. En Moyobamba, bajamos varios pasajeros. Tomamos un mototaxi para llegar a nuestro hotel. Eran las 4 de la tarde aproximadamente. Habíamos estado más de un día en el bus. El humor de nuestros cuerpos y ánimo era insoportable. Una buena ducha era lo que más buscábamos y eso hicimos.
Había estado en Moyobamba en 1997. En ese entonces, era una pequeño pueblo con escasos servicios y grandes espacios abiertos. Ahora la ciudad ofrece más servicios y tiene más ofertas de hoteles, restaurantes y otras instalaciones. Pero aún están en pañales para poder ofrecer cosas de calidad. Felizmente la agencia a la que había previamente contactado estaba con sus servicios suspendidos haste el 12 de enero. Había intentado reservar un tour para el primer día en Moyo. La idea era haber llegado ahí a las 8 de la mañana. Pero todo cambió y hubiéramos perdido nuestro primer paquete.
Salimos a comer algo. El probar las frutas de la zona implica tener cierto espíritu aventurero. No todos soportan ciertos sabores desconocidos. Pero, como en Lima había vivido por años en una pensión de gente de la selva, me había habituado al rico sabor del pijuayo, el cual vendían en bolsitas de un sol. Antes de cenar, me comí toda una bolsa que contenía varios. Me trajo recuerdos de mi vida universitaria.
En la comida probamos diversos jugos de la zona. Es grande la variedad y bastante refrescantes. Estábamos a más de 30 grados y los líquidos eran vitales. Previamente antes de salir del hotel, las chicas que trabajan allí se ofrecieron gustosas a buscar servicios de tour para nosotros. Sin el apoyo de ellas, muchos de nuestros planes no se hubieran concretado. Así pues, el 31 nos íbamos a una reserva, a una área de conservación llamada Tinganá.
El 31 nos levantamos a las 4 y media de la mañana. Nos iban a venir a recoger a las 5. Previo duchazo y premunidos de todo lo necesario (protectores, repelentes, ropa extra, gorro, cámaras) nos fuimos a la zona, ubicada en el río Avisado, un afluente del río Mayo.  Tomamos una lancha (La Boca), luego de una marcha en combi de por lo menos una hora desde Moyo. El amanecer en la selva es espectacular.
Ya surcando el río Mayo caí en la triste cuenta que mi máquina se había quedado prendida toda la noche y la batería de la misma se descargó por completo. Piña. Pero quedaban mis ojos para ver la maravilla que se iba abriendo lentamente entre el río- canal Avisado.
Al llegar al albergue, nos dieron un desayuno a los 6 pasajeros que éramos. Una vez bien alimentados, nos fuimos a las barcazas a buscar una adecuada; la primera no permitía una distribución de equilibrios por lo que hacía un poco de agua; se buscó otra más adecuada y así fue. Nuestro guía Fernando (son pobladores de la zona que han apostado a hacer turismo ecológico) se encargó de guiarnos por los meandros de este pequeño río, con una densa vegetación en la que había todo tipo de aves, insectos y sabe dios qué cosas más que no logramos ver. Hay grupos de turistas que vienen por la noche para ver otro tipo de aves y batracios, sobre todo, sapos.
El sendero nos iba acercando cada vez a zonas más "vírgenes"; vimos muchas aves de todas las formas y colores.
Luego se hizo un juego con un  grupo de lianas; una de ellas se rompió y casi causa un accidente, felizmente la chica supo reaccionar y logró salir airosa, con un buen susto obviamente.
Un poco más adentro subimos a un observador desde el cual vimos monos frailecillos que estaban atacando un árbol; los monos saltaban y aullaban a sus anchas. Fue un buen espectáculo.
La decisión de regresar en barcaza o a pie se discutió, y decidimos caminata en pleno monte. Experiencia extrema en cierta manera.
El calor, los bichos y algunas plantas agresivas fastidiaban nuestro trayecto; pero era una experiencia genial el poder caminar en medio de la selva. Fernando caminaba descalzo; nosotros, con nuestros zapatos especiales, a veces hacíamos el ridículo. Personas de ciudad.
Luego de una hora, sorteando árboles caídos, riachuelos, pozos, plantas cortantes, llegamos al albergue nuevamente, sedientos y hambrientos. Una gallina preparada a la usanza de la zona calmó parcialmente nuestra hambre.
Al emprender el retorno, éste era más fácil y menos accidentado. Habíamos sobrevivido a nuestra primera gran experiencia selvática. Era el inicio de otros dos intensos días.

viernes, 25 de diciembre de 2009

JULIANO, EL APÓSTATA: UN DESCONOCIDO BRILLANTE

"Prisco piensa que hay que alfabetizar al pueblo. Salustio cree que no, y sostiene que el conocimiento de la literatura sólo puede hacer que los hombres humildes se sientan insatisfechos con su condición. Yo participo de la opinión de ambos. Una educación superficial es peor que ninguna: fomentaría la envidia y la pereza. Pero una educación completa abriría los ojos de los hombres sobre la naturaleza de la existencia humana y todos nosotros somos hermanos, como recuerda Epicteto. Aún no he hallado el problema". Esta es una de las tantas reflexiones que he destacado en un libro fantástico (Juliano, el Apóstata, de Gore Vidal, escrito en su estancia en Roma en el cuerpo diplomático norteamericano entre el 1956 al 58) que acabo de concluir precisamente ayer, vísperas de la mayor fiesta cristiana (para los cristianos, no para la humanidad).
Muchas veces actuamos los cristianos pensando que la religión profesada es la única, la verdadera.  Y esta observación tan profunda, que llevó  a que la humanidad haya creado un parámetro más de división entre nosotros, fue remarcada por Juliano, a quien lo llamaron Apóstata.
Juliano es de la línea de Constantino, el emperador que vio peligrar la unidad religiosa impuesta y que había promovido el cristianimo, haciendo una jugada magistral para su aceptación en  el mundo romano de oriente. se hizo llamar "Enviado de Dios cristiano sobre la Tierra". Este magistral golpe geopolítico pronto se vio en problemas por las disputas de los arrianos con la religión oficial del papado insipiente. Juliano fue testigo de las tremendas contradicciones de la nueva religión que proclamaba amor y usaban diestramente el cuchillo para degollar; predicaba la pobreza, pero las suntuosas residencias de los jerarcas, así como todas las manifestaciones de riqueza del purpurado, contradecían (aún lo hace) esta prédica; pedían el respeto, pero construían sus iglesias (osarios) sobre los templos de los antiguos dioses (así como sucedió con las huacas y templos de las culturas prehispánicas). Los ejemplos cotidianos hicieron reflexionar a este hombre que gustó mucho de la filosofía (estuvo algunos años en Atenas siguiendo a algunos maestros, Máximo uno de ellos) y que, ante tanta contradicción, quiso volver a sus antiguos dioses. Uno de los puntos que exarcerbó a Juliano fue el hecho que la religión se volvió una cuestión de estado, a tal grado que se volvió "religión oficial", en una cultura en la cual convivían cultos religiosos de toda índole. Las exigencias de las autoridades religiosas se fueron tornando cada vez más intransigentes con las personas que no eran sus adeptos.
No hay que olvidar que nuestras dos religiones monoteístas (no el judaísmo, pero sí el cristianismo en todas sus formas; así como el musulmanismo, en todas sus formas también -recordar la Hégira) son marcadamente proselitistas; las campañas de los cristianos (cruzadas, conquista de América, evangelización) no son sino estrategias (algunas de ellas terriblemente sangrientas) para ganar más adeptos.
Juliano supo vivir entre dos mundos, supo llevarse bien con hombres y pueblos de su época. La obra de "romanización" de la Galia y la zona conocida como "Selva Negra" alemana (Schwarzwald, con zonas tan importantes como Colonia) se llevó a cabo bajo su mandato y contuvo en cierta manera el derrumbe ya visto de la Roma imperial.
Juliano se hizo llamar "helenista" y amaba la filosofía, porque veía en ella el fin del hombre a sus respuestas. Sabía que, en cierta forma, la filosofía era contraria a dogmas, por lo que a los pocos meses de su muerte, en su campaña en Persia, dudaba también de los dioses a los cuales invocaba.
Esta otra frase lo pinta de cuerpo entero, haciendo la salvedad del tiempo transcurrido (ojo, la esclavitud existió hasta el siglo XIX, me atrevo a decir que hasta ahora, ya con el cristianismo dominante). Esta frase es una belleza y sintetiza el afán de un hombre que quiso rescatar la esencia de la humanidad:
"...Los escudos habían sido cubiertos con resina para ser protegidos. Me sentí muy impresionado al mirar esas reliquias de esa batalla que había tenido lugar hace ochocientos años antes. Esos jóvenes hombres con sus esclavos - sí, por primera vez en la historia los esclavos lucharon con sus amos - salvaron al mundo. Un hecho más importante es que lucharon por su propia voluntad, a diferencia de nuestros soldados, que son reclutas o mercenarios. Incluso en tiempo de peligros, nuestro pueblo no lucharía para defender a su país. El dinero, no el honor, es ahora la fuente del poderío romano. Cuando desaparezca el dinero, desaparecerá también el estado. Por ello, debe restaurarse el helenismo, para inculcar en el hombre ese sentido de su propio valor que hace posible la civilización, y que triunfó en la batalla de Maratón"

sábado, 19 de diciembre de 2009

LA VIOLENCIA EN TRUJILLO


Creo que para todos nosotros los trujillanos y los peruanos, en general, no nos cabe duda de que las noticias sobre la violencia urbana y su tratamiento han sido objeto de diversas reflexiones y propuestas a un problema bastante enraizado por mucho tiempo en nuestra sociedad. Quizá lo que se esté viviendo en Trujillo es producto no de una espontánea reacción a una situación, sino un problema generado por años en nuestro espacio urbano. En cierta manera, lo de Trujillo es una realidad violenta estructurada gestada en los últimos lustros; es, también, el reflejo de la crisis social que existe en el país y la cual se ha focalizado en nuestra ciudad, como un laboratorio. El modelo de violencia social en los 80 se dio en  Ayacucho; ahora es el turno de Trujillo.
Una serie de elementos se ha conjugado para vivir lo que estamos viviendo; y lo que se ve es la punta del iceberg.
Quiero contar una historia que un día mi padre nos la narró cuando éste vivía. Mi padre tenía un negocio en la calle Unión, zona densamente comercial (cercana al movimiento de transporte hacia la sierra de La Libertad); vecina a esta calle estaba la temida Cerro de Pasco (ahora podría considerarse una suerte de parque infantil frente a otras zonas bastante turbulentas de la actualidad). La prosperidad de muchos negociantes de la zona, en los 80, se veía amenazada por una delincuencia incipiente (comparemos con las bandas actuales, muchos de estos delincuentes hacían sus fechorías por dinero rápido para conseguir droga, la famosa pasta básica de cocaína). Teníamos algunos delincuentes identificados que proliferaban por la zona para hallar a algún transeúnte incauto (los había por cientos). La actividad comercial atraía a muchas personas de la sierra que llegaban a hacer sus negocios. Había uno claramente identificado, al cual lo llamaban "el Piurano". Este individuo era un ex-reo, el cual en sus momentos de lucidez paseaba pidiendo un pan; cuando estaba bajo efectos de la droga, mostraba con orgullo y desafiante, las cicatrices logradas en sus reyertas en prisión o sus lides callejeras. Era bastante avezado.
Cierto día, un grupo de comerciantes de la zona se reunió, entre ellos, mi padre. Habían hecho, los comerciantes, contacto con un grupo de policías, quienes ofrecían sus servicios para una suerte de escuadrón de seguridad. En cierta manera, los vecinos y comerciantes de la zona estaban desesperados al ver cómo personajes, como el nombrado delincuente, eran capturados por dichos policías y, luego de un día, se los veía merodear nuevamente por la zona. Había una serie de comentarios: abogados corruptos que los protegían; policías corruptos que cobraban su cupo; leyes muy blandas que impedían retener por más de un día al hampón capturado. La idea de un escuadrón especial era "lo ideal" para este grupo de comerciantes y vecinos. Mi padre estuvo muy asustado por la idea; creo que se fue a la tumba con el secreto de si apoyó o no a dicho escuadrón. Sospecho que el escuadrón (lo podemos llamar así)  sí fue cierto, ya que muchos delincuentes, incluido nuestro famoso Piurano, desaparecieron (pero aparecieron otros); según decían, habían huido de la zona; otra versión que escuché a mi primo que trabajaba con nosotros era que habían capturado a un delincuente, lo habían subido a un patrullero y que, accidentalmente, recibió un disparo en la pierna, a la altura de la femoral; tras varias vueltas por la ciudad, llegaron a un hospital para constatar que el delincuente era cadáver.
Haya sido cierto o no, esa es la idea que cruza ahora por la mente de muchas personas como la del taxista con el cual conversé hace dos días. Ya había sufrido un asalto y estaba cansado de vivir en la zozobra, ya que muchos delincuentes se encubren de taxista para cometer sus fechorías; y para hacerlo, deben "sacar del mercado" a los taxistas verdaderos, ya que no les permiten acceder a sus posibles "clientes". Según me comentaba el taxista, estos delincuentes negocian sus pasajeros-víctimas con otros delincuentes. Hace unos años presenté una buena selección de cuentos del escritor Fernando Ampuero; en dicha selección, el primer cuento, Taxi Driver, sin Robert de Niro, narraba las historias de taxistas que vendían borrachos a drogadictos y traficantes de órganos y otras cosas. Cuando leí el cuento, sentí pavor; cuando me narró sus historias aquel taxista, me vino a la memoria aquella increíble historia y reflexioné sobre aquella frase: "la realidad suele superar la ficción".
El triste paradigma de violencia en los 80 fue la ciudad de Ayacucho, la cual reflejaba el problema que asolaba a todo el país; una violencia estructural social, producto del descontento acumulado por años en la sierra deprimida del Dpto. de Ayacucho, que generó una violencia vertical del Estado.
El siglo XXI, en sus inicios, nos escogió para ser el nuevo paradigma. Trujillo tuvo un boom los primeros años de este siglo que se manifiesta, orgullosamente, en sus centros de ventas, sus grandes tiendas comerciales, la gran presencia de tarjetas de crédito y una suerte de pujanza industrial básica generada por la agroindustria y la minería, sus dos grandes pilares. Estas "piedras de toque" permitieron una movilidad comercial y social nunca antes vista en nuestra ciudad. Se desarrolló el comercio, pero lo demás quedó bastante rezagado. Lentamente la ciudad comenzó a incubar ciertas situaciones para crear eventos propicios para una suerte de choque social.
En cierta manera, Trujillo recibió tranquila un fuerte boom comercial que trajo consigo un flujo humano atraído por las oportunidades laborales. Mucho de este flujo humano halló un puesto de trabajo (no necesariamente adecuado y digno, pero a la larga un trabajo); otros muchos, no. Trujillo ya adolecía de oportunidades laborales previas al boom; a la llegada de este, la población desempleada trujillana compitió con la migrante y el conflicto social incrementó.
Esta situación se ha visto más acentuada en los últimos meses a raíz de la crisis económica mundial que ha jaqueado la producción agroindustrial. Hay zonas como Alto Salaverry cuya población laboralmente activa trabajaba en las esparragueras. Ahora casi el 90 % de ellos no trabaja. Son  desempleados.
La aparición de las pandillas, producto del fuerte desajuste sociofamiliar de los 90 (gran cantidad de padres y madres migraron a USA, Japón, Chile, Italia, España y Argentina), suplió esa carencia de las figuras paterna y materna, y fueron apareciendo bandas de adolescentes de manera inquietante. Pero estuvo, en cierta manera, controlada. Estas pandillas, en cierta forma, van a ser el terreno del cual se van a "alimentar" las bandas organizadas. Ya desde la segunda década de los 90 era frecuente apreciar las formas cada vez más sofisticadas de delincuencia en nuestra ciudad. La presencia de delincuentes "importados", sobre todo colombianos, halló un terreno bastante fértil en Trujillo y otras ciudades peruanas. Los ciudadanos nos enfrentamos con una delincuencia más astuta y avezada: clonación de tarjetas, secuestro al paso, robo electrónico. Modalidades a las cuales no estábamos preparados.
El crecimiento de un mall es signo de una riqueza visual; eso nos han querido mostrar y es, como el azúcar, la golosina que quería ver el niño. La primera parte de esta década, ciudades como Chimbote o Chiclayo, conocidas por su movimiento comercial, acompañada de un hampa más o menos organizadas, fueron perdiendo paulatinamente su identidad peligrosa. Trujillo fue acogiendo estas bandas. En un principio, eran bandas de paso, trásfugas, migratorias; luego, se afincaron.
Alguna vez hablé con un docente que había trabajado para la prensa amarilla de nuestra ciudad; dicha experiencia le permitió acumular una impresionante información de lo que son varios sectores de las periferias de Trujillo: tierra de nadie. Lo de los distintivos que identifican a las bandas se han vuelto toda una industria del tatuaje y de stickers (pegatinas) que pululan por nuestras calles en personas y vehículos.
La ciudad está llegando a situaciones un poco extremas. La desesperación de muchos se ha transformado en respuestas rápidas y violentas, las cuales van a conllevar a más violencia.
La violencia actual obedece a más factores que sólo el de la perspectiva policial: así tenemos lo laboral justo; lo educacional (la calidad educativa es paupérrima en el país y de esto no escapa Trujillo); lo comunicacional (los medios tienen una alta responsabilidad por crear patrones de conducta en los jóvenes, los cuales tienen nuevos "héroes" bastante deplorables); la planificación de una ciudad ; la imagen institucional (si tenemos paradigmas corruptos como tomar 15 mil dólares del estado para apoyar graciosamente un espectáculo, ¿qué podemos exigir de personas de escasos recursos a ser modelos de conducta? ); la corrupción de las instituciones del Estado (judicial -sobre todo -, policial) y éste mismo; la necesidad de un diálogo permanente de las instituciones vivas de una ciudad.
Estamos, pues, frente a la punta de un iceberg; saquemos o tratemos de sacar todo el iceberg para atacar de fondo el problema. Sino, no lograremos solucionar el problema y será, como los rebrotes de Sendero, un mal endémico que no pararemos por más que organicemos marchas de buena intención.

domingo, 13 de diciembre de 2009

KØBENHAVEN, LA INTRANSIGENCIA Y EL PESIMISMO FUTURO


Hace un par de meses colgué en mi blog un tema que se ha vuelto una pequeña punta de un iceberg muy profundo y que tiene muchas repercusiones en la realidad mundial y ecológica. El aborto era parte de una cerrada campaña para mantener la idea de un mundo con cierto statu quo y que ha comenzado a eclosionar por una serie de acciones que nos está pasando una fuerte y riesgosa factura.

La Cumbre de Copenhague ha estado plagada de propuestas que implican un cierto compromiso de países ricos para remediar su error histórico, dizque ayudando a los países pobres a mejorar su calidad de vida que conlleva a mejorar el medio ambiente. Pero el tema debe abordar no sólo la arista ecológica por ella misma, sino ir sobre las entelequias humanas para generar un verdadero cambio y no hacer de estas propuestas una mera declaración  lírica a la "nada"


Uno de los temas que se ha hablado, pero que no se quiere abordar abiertamente es el de la explosión demográfica y el control de la natalidad. De esto último venía a colación lo del aborto. Había leído en un ensayo que la población humana no debería exceder de los 2 mil millones de individuos sobre el globo terráqueo; era una propuesta que permitía un equilibrio en lo que generamos en nuestra vida a lo largo de ella (comestibles, consumo y desechos) y el planeta con el fin de no crear las situaciones críticas que ya han aparecido (no por voluntad divina, sino por acción del hombre) como sequías, hambres extremas y las prontas guerras por apropiación de recursos naturales como el agua y la energía (un tema sensible en el Perú). Este tema es muy espinoso y muchas personas han reaccionado ante mi observación,  en algunos casos, de manera agresiva. La distorsión de los procesos naturales por parte de los humanos ha permitido la longevidad, así como cierto boom natalicio, corroborado por varios principios religiosos, algunos de los cuales terminan por ser una orden extremadamente tiránica. El control de la natalidad es aún, precisamente, un tabú sobre todo en las sociedades con más problemas económicos. Recuerdo un amigo de mi padre, muy humilde él, le contaba, orgulloso, que iba a nacer su hijo décimo segundo (12). Además, acotó algo inverosímil: "cada hijo viene con el pan bajo su brazo". Además, imagino, venía con sus tarros de leche, sus pañales desechables, sus medicinas, sus biberones y otras avituallas de un recién nacido. Creo que quería decir que venía también con una cuenta en un banco o algo así, ojalá.
El sistema actual le interesa que haya más gente para convertimos en el número que uno tiene para ingresar en él: desde tu nacimiento entras en el engranaje del consumo que se ha sofisticado mucho más; pero eso ha tenido, desde los 70, consecuencias nefastas La supuesta comodidad para el consumidor ha generado profundos cambios en la conducta humana, apuntado directamente a la idea del consumo. Ahora somos más de 6 mil millones que generan una presión de toda índole sobre varios grupos sociales y que han generado mecanismos de poder increíblemente poderosos y sutiles (por ejemplo, las todopoderosas Corporaciones), y que no tienen mucho interés por cambiar. Hay cientos de ejemplos al respecto: desplazar el consumo de energía fósil ha sido el sueño de varias décadas, pero siempre hay algún incoveniente por ahí. Las corporaciones sí tienen un peso político importante, eso nadie lo puede negar (hay que ver el papel activo de las "hermanas petroleras" en los últimos conflictos de Medio Oriente).
La competencia comercial va a ser otro de los grandes escollos que son esgrimidos por los países grandes para no pasar a reducir su fuerte emisión de gases tóxicos al medio ambiente. ¿Querrán cambiar su política industrial y pensar, además, en reducir su producción y sus mercados consumistas? Para una corporación esto significaría guerras encarnizadas entre ellas, ya que el mercado se vería reducido de todas las formas posibles; además cambiar los hábitos de comsumo sería otro golpe certero al que habría que ver cómo hacerse a la idea. Usar energía solar, libre y limpia es posible, pero raramente la tecnología es aún cara, ¿por qué? Las respuestas económicas las sabemos todas, esperemos otras respuestas que sean más válidas que la económica (sabemos que lo económico se sujeta a las decisiones que se tome)

Al volver con el problema poblacional, no dejo de recordar a todos aquellos que dicen  defender la vida, no importando si al hacerlo entramos en conflicto con la calidad de vida de los demás. El bienestar pasa a un segundo plano cuando incitas, obligas, exiges a la gente a tener hijos, incluso sin haberlos planificado o estés en riesgo personal siguiendo tu embarazo. He oído respuestas espeluznantes que no hace sino ver que si mi propuesta pareciera fascistas, las de estas personas no distan en nada de serlo. La lógica es terrible y muchas se cubren con una justificación de instituciones cuyos fundamentos y procesos contradicen lo que proclaman, sobre todo las religiosas.

Hay, pues, muchos intereses que entran a tallar en esta cumbre; me parece que el fracaso de la misma ya está dado, puesto que, de tomar decisiones de reducción y otros, implicaría un cambio político que debe reflejarse en lo económico, y apuntar sobre lo educativo y cultural (cambiar hábitos sociales).

Cuando veamos que la temperatura ya haya subido 2 grados más, nos estaremos viendos las caras para lamentarnos. Dicen que nuestro país es uno de los más sensibles frente a este situación. Ahora podemos empezar a vivirlo con el Niño que se viene. Triste realidad de una de las formas más evidentes de la globalización.

¿QUÉ NOS PASARÁ CON PIÑERA?



13 de diciembre 2009. Resultados parciales dan a Piñera como el vencedor de la ya segura primera vuelta de las elecciones generales en Chile.

En las últimas 3 semanas, las bastante alicaídas relaciones entre nuestros países se han visto más deterioradas por el caso Ariza que está dejando una suerte de preguntas a muchas de las personas e instituciones involucradas. Los primeros días, Ariza fue el chivo expiatorio del odio contenido de nuestra impotencia y ganas de revancha que tenemos por décadas. Es, además, la más cruda situación de desánimo de mucha gente que percibe sueldos poco decorosos y que, en un modelo actual de relaciones humanas, uno busca al mejor postor; extrapolando, es lo que hacen muchos futbolistas que triunfan en Europa (según  la prensa, encargados de endiosar mitos venidos a menos) y que llegan a jugar por la camiseta y no cumplen su trabajo. Comparación odiosa, pero, valgan verdades: mucha gente vendería hasta a su madre (o un puerto, un valle, etc... siempre extrapolando) por las cantidades que muchos personajes te pueden ofrecer.
Lo de Ariza va a tener que quedar en el olvido pronto, ya que, de ganar Piñera la segunda vuelta, las reglas del juego van a cambiar bastante.

Piñera es un representante de la derecha a ultranza (muy sincero, lo cual es una situación sensata de la cual la diplomacia y las instituciones peruanas deben comenzar a replantear una delicada vecindad). Piñera es el candidato tras del cual todas las corporaciones y capitales de origen chileno se van a colgar; bueno, ya están colgados. Las inversiones de este señor son cuantiosas en su país y fuera de él, una de ellas ha sido sensiblemente cuestionada a raíz del espionaje, puesto que muchos diarios de todo tinte político del país anunciaban que los pilotos de Lan Perú eran militares chilenos. Piñera estuvo en nuestro país en el mes de agosto, cuando se comenzó a generar una tensa situación por la decisión colombiana de permitir la presencia de tropas norteamericanas en su territorio; esa decisión generó una intensa movida, caldeada además por la presentación de la demanda peruana contra Chile ante la Corte de La Haya unos meses antes. Piñera estuvo en Lima haciendo "lobby" para la creación de un potencial eje que incluya a Colombia frente a los escandalosos gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Eran relaciones de corbata.
A ciencia cierta, Piñera hacía una movida diplomática (se sabe ganador) de las nuevas relaciones que debe tener con nuestro incómodo país (somos vecinos para desgracia de ambas partes), proteger sus intereses (si es ganador, va a nombrar un testaferro para que le cuide sus propiedades, una mera formalidad) y ver cómo encaja la visión del mundo empresarial chileno (en un mundo en recesión y con hambre de recursos naturales como energéticos que nuestro país puede regalar), militar (herederos de Pinochet) y los nacionalistas (que los hay de todo tinte, como en el Perú).
De todas maneras, habrá muchos temas delicados por discutir:  las relaciones entre Chile y Bolivia van a volver a "fojas 0", peor aún con el triunfo incómodo de Evo Morales; la sensible incomodidad del ejército peruano por lo de La Haya y el espionaje descubierto; el sentimiento antichileno generado por las mal llevadas gestiones de la privatización portuaria de Paita (aquí en Trujillo, Roberto Chiabra dio un discurso que puso los pelos de punta a todos los que asistimos al debate que organizamos al respecto sobre la privatización del puerto de Salaverry); y la galopante carencia de recursos energéticos en los últimos años en Chile, habida cuenta que Bolivia, pese a toda la buena relación con el gobierno de Bachelet, le "cerró el caño".
Lo de La Haya es todo un reto para Piñera, quien se debe al ejército (¿aceptarán el fallo de la Corte Internacional?) y los grupos de extrema derecha y nacionalistas que no quieren ceder ningún milímetro a Lima. Nada con Bolivia y con nosotros..tampoco. El tema marítimo lo habrá discutido a puerta cerrada con AGP en la visita de junio: las posibilidades de una declaración de equidad para ambos países tiene un asidero lógico, pero ¿quién sabe? ¿Habrá negociado energía por aceptación del Fallo?
En cuanto a las inversiones, este tema, al cual Piñera lo denomina como "cuerda separada", está sacando bastantes ronchas en la sociedad peruana. Los medios callan lo que la gente siente u opina, peor aún con lo del espionaje. Si tomamos lo explicado por Michael Porter en su visita a nuestro país en una conferencia que dejó a muchos líderes desnucados (bueno, en realidad se espera poco de esta gente), extrapolando, el capital que viene de Chile no ha servido sino para crear servicios y nada de situaciones estratégicas: nada de industrias vitales, lo cual está generando una situación muy peculiar en la economía peruana. Tampoco creo que lo harían por varias razones. Pero es un capital volátil y que puede migrar fácilmente; las empresas son de recursos rápidos y generar un bienestar "fungible". Cierro mi empresa y la mudo a otra plaza, o traspaso el servicio. Pero no contribuye, salvo en la generación de empleos de irregular calidad -¿pagan bien a la gente que trabaja en estas empresas?- y que, como bien lo dijo Porter, es una situación a la larga insostenible, es ganancia de una burbuja que ya tiene algunos signos de agotamiento (por lo pronto, ya no regalan las tarjetas de crédito).
El haber ingresado a las negociaciones de ciertas instalaciones estratégicas en nuestro país (háblese Puertos)  ha hecho saltar hasta el techo a mucha gente aquí. Las reglas de juego de nuestro país son muy permisivas aún, pero ¿se seguirán tolerando? De ser así, ¿qué pasa si nuestro país por situación crítica cambiara ciertas reglas? Leía un texto interesante sobre las condiciones creadas como preludio a la guerra del Pacífico y la generación de algunos impuestos a varias compañías inglesas y chilenas en Tarapacá; la prensa de ambos países (Chile e Inglaterra) hicieron una campaña que ahora nos llevaría al asombro por lo ingenua que Lima fue o quiso ser.
Y una última observación, ¿ya tenía en mente AGP hacer su campaña de paz y desarme cuando fue visitado por Piñera? Este último tiene ante sí un poder militar heredado por la política que implantó Pinochet con los ingresos de la empresa pública Codelco (¿la privatizará Piñera?). Bachelet quiso dejar desmantelada esta ley que viene desde los años 70, tras el golpe; ¿la desmantelará Piñera?
Personalmente, Perú tiene que ver qué cosa debemos replantear con este personaje que me huele a una suerte de neo Chicago boy, pero reciclado, con una praxis que ve sus intereses y muchos de ellos sí van a chocar con los nuestros, a no dudar.