Trujillo, ciudad de la eterna
primavera. En el imaginario de muchas personas que han visitado Trujillo es el
de comprobar de manera directa si esa frase acuñada hace décadas que
sintetizaban una bella ciudad limpia y un benigno clima para sus habitantes sigue
teniendo vigencia. El momento político me hubiera, en cierta forma, obligado a
escribir un artículo sobre AGP y su magistral movida evasiva de la justicia
peruana (como siempre). Pero una conversación sostenida ayer con una ciudadana
extranjera recién residente en nuestra ciudad dirigió mi interés sobre este
tema que nos debe de alertar a todos los actuales residentes.
Según datos de entidades
responsables sobre el recojo diario de basura, los trujillanos producimos más
de 500 toneladas de esta, entre restos orgánicos e inorgánicos. Las campañas de
concientización para la selección de basura por parte de la población es un
franco saludo a la bandera, puesto que no existe un sistema adecuado de
eliminación de estos restos que podrían ser utilizados en un real reciclaje en
favor de la limpieza y salubridad trujillanas; por el contrario, terminan en
manos de recicladores quienes se dedican a buscar restos entre la basura
casera, en los contenedores o en el famoso “relleno sanitario”. Durante la
visita de Laura Secada, Directora de
Mitigación de Gases de Efecto Invernadero del Ministerio del Ambiente,
en agosto último, ella sugirió que Trujillo debe de hacer un verdadero relleno
sanitario para mitigar la polución que genera este no solo a su entorno
inmediato, sino a la ciudad en general. Este clamor viene de décadas
atrás y diversas gestiones edilicias y regionales la han pasado por alto. Sin
embargo, hay toda una lucrativa maquinaria económica en la sombra que no le
interesa que se tomen acciones para una ciudad que bordea el millón de
habitantes.
Además, es costumbre depositar
los enseres inservibles en la basura cotidiana: cada día es más frecuente ver
no solo restos orgánicos, sino restos sólidos con colchones viejos, carcasas de
computadoras, cables, muebles de todo tipo. Una vez vi en una esquina de la Urb. Primavera un inmenso sillón destartalado a la espera del ¡camión de la
basura! Algunas instituciones de reciclaje, como Traperos de Emaús, aportan
soluciones con los enseres en regular estado. Otra generadora de residuos
sólidos es la actividad febril de la construcción: cada día es más frecuente ver estos tipos de restos
por las calles, abandonados por las noches, sea por obreros informales, sea por
empresas constructoras regulares; estas últimas suelen botar los restos por las
carreteras, los que reciben, junto a miles de bolsas plásticas, a nuestros
visitantes terrestres.
Y, por último, la gran cantidad de autos abandonados que
se convierten en refugio de roedores, basura y gente de mal vivir. Un parque automotor que se descarta y no tiene lugar asignado. Por ejemplo,
en Urb. Primavera, en 4 manzanas a la redonda, hay 5 autos abandonados.
Nos estamos convirtiendo
paulatinamente en un gran relleno sanitario.
PD. He visto en otro medio que informa de más de 300 toneladas de basura diarias.