La semana que pasó terminó con una acción terrible que marca el inicio de una espiral de violencia cuyos alcances tendrán tristes resultados para todas las partes involucradas. El alevoso ataque terrorista del grupo extremista Hamas contra ciudades y ciudadanos israelíes, tanto civiles como militares, cuando finalizaba la fiesta del Sucot y el inicio del Shabbat ha estremecido al mundo generando una ola de repudio y una serie de caminos abiertos se han cerrado para dar paso al odio, la intransigencia, el radicalismo y el diálogo de las armas. Y peor de todo es que la guerra declarada por Israel tiende a internacionalizarse lentamente y espero haya alguna pizca de sensatez para contener toda la ira que se ha generado en ambas partes, cuando a estas alturas la cantidad de muertos y heridos crece; lastimosamente la mayoría, civiles. Tengo buenos amigos y conocidos en ambos grupos humanos tan cercanos y lejanos a la vez. Desde el colegio en Arequipa conocí amigos de origen palestino, así como en la universidad; también tengo buenos amigos judíos con los que conservo una amistad de tiempo. Gracias a ellos estuve dos veces en Israel, país de gente maravillosa que ha hecho su nación con mucho trabajo; también conocí directamente a personas palestinas que fueron desplazadas por las ambiciones políticas y económicas que son cubiertas muchas veces por argumentos no razonables. La religión es un móvil fuerte en esta lucha ancestral que suele emplearse como argumento para justificar sus acciones y este es un grave problema. Además, muchos santuarios para las tres grandes religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islamismo) se ubican en ciudades israelíes como Jerusalén; es precisamente el problema de ciertas restricciones con la mezquita de al- Aqsa, un lugar santo para los musulmanes. La mayoría cristiana en Nazaret, como anécdota, era de origen palestino. La visión extrema religiosa deviene en dogmas peligrosos que pueden influir en la política. En mi primera visita a la iglesia de la Natividad en Belén (en ese entonces Israel, ahora Palestina), mientras con varios turistas cantábamos Noche de Paz en varias lenguas, afuera hubo una fuerte trifulca entre palestinos y soldados israelíes. Salimos de la iglesia entre gases lacrimógenos y correrías. Estábamos en medio de la primera Intifada a finales de los 80. El camino para la paz ha sido arduo y muchos de los promotores para buscar la ansiada conciliación entre estos viejos rivales han sido asesinados como el caso de Anwar Sadat de Egipto e Isaac Rabin de Israel. Conocí a algunas personas en Israel en ese entonces que apoyaban la creación de un estado palestino. Hamas y el actual gabinete israelí están chocando, y ambos están decididos a desaparecer al otro; Hamas, cobardemente, usa a civiles como punto de refugio; pero la situación de Gaza es también muy compleja y raya con lo inhumano. Ojalá que la razón comience a surgir entre todos. Ojalá.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
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- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 15 de octubre de 2023
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