La ciudad de Trujillo ha estado viviendo durante esta última semana y media una verdadera fiesta del bel canto. Aunque para muchas personas identifiquen a éste, injustamente, como una arte intrascendente o aburrida, el bel canto es toda una verdadera manifestación del espíritu artístico del ser humano y la feliz consecución de dote personal (no todos tiene buena voz), talento interpretativo y carácter personal para salir adelante en este mundo de belleza, sufrimiento, alegría y, algunas veces, crueldad. Mi afición al bel canto data de pequeño; mi madre cantaba y desde su afición, más el hecho de haber heredado una buena voz (tenor con ribetes de barítono) me permitieron acercarme a este mundo. Canté desde pequeño música religiosa (de ahí mi afición a los grandes como César Franck o J.S. Bach), luego integré coros, sea como parte de él o solista y, durante mi estancia en Lima, canté en un cuarteto de voces y en la ópera que retornó a nuestrom país en los años 80. Así, pues, pude participar en Otello de Verdi y Aída de Verdi, pero mi afición se acercó a la obra coral de Haendel, Bach y la obra de los italianos del barroco como Monteverdi. Muchos amigos también se interesaron por desarrollar una vida en el bel canto como es el caso de Mariella Monzón. Comencé a oír ese exigente mundo de cantantes, siempre deslumbrado por timbres impresionantes como Teresa Berganza (grande como Rossina), Kathleen Ferrier (quien murió tan joven), Beniamino Gigli (soberbias interpretaciones en El buscador de Perlas de Bizet), Renata Scotto (impresionante Lucía de Lamermoor), Paata Burchuladzte, Nicolai Ghiauriov, José van Dam (genial Leporello), Cesare Siepi, Diana Damrau (qué tal carácter de mujer), Régine Crespin, tantas bellas voces que te tomaría toda una vida ir tras todas sus obras. El cine me ayudó a fomentar este sólido interés con filmes como E la Nave va, Amadeus, Diva, entre otros; e incluso algunos cantantes como María Callas (Medea de Pasolini) o José van Dam (La bella El Maestro de Música) me permitió verlos en otras facetas cuando hicieron sus pininos como actores, como ha sucedido también con otros cantantes populares (Sting o Tom Waits).El mundo de las bellas voces ha sido, pues, un mundo gratamente conocido, aunque he visto también el duro camino que implica dedicarse a esta bella arte, sobre todo en sociedades un poco reacias como la nuestra a esta manifestación.
Lo vivido el día miércoles 17 ha sido un muy gratificante experiencia personal, casi conmovedora por ver tantos jóvenes artistas venidos de otras partes del planeta (vinieron desde Angola, Corea y Japón) para mostrarnos su calidad como personas imbuidas en este arte y en camino a su perfeccionamiento. Es interesante ver cómo cada artista va buscando su personalidad en la aria que canta; el bajo bufo ecuatoriano (Diego Zamora) está dotado de un gran histrionismo, pero tiene todavía buen camino por recorrer para sus notas graves y algunas agudas que no calen. Pero tiene un buen dominio corporal, aunque éste no debe sacrificar la interpretación en sí. Personalmente me gustó la mezzo María Francisca Muñoz, quien hizo una Carmen con el verdadero timbre que debe tener. La Callas y Jessye Norman, ambas registro de soprano, "han jalado a su molino" a este personaje de graves. En el poco tiempo que hablé con la contralto Muñoz le decía que era tiempo volver ese papel a las contraltos (una voz tan tibia como Fedora Barbieri para este papel).
Como a veces sucede en que te pierdes el momento de la historia por estar en otro lado, no logré ver a la ganadora del primer puesto. Pero vi oyendo al segundo puesto, excelente tenor de Angola Emanuel Mendes, quien ha aprendido de la escuela rusa y la soprano Tatiana Meira, sorprendente con sus arias de Mozart.
Queda como simple detalle que hubo un solo peruano para este concurso, del cual disfrutan los extranjeros y nosotros nos hemos convertido en meros espectadores. Esperemos que haya cambios futuros y haya una mayor presencia de cantantes peruanos.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
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- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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