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Trujillo, La Libertad, Peru
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martes, 28 de enero de 2025

CONCEPCIÓN Y SU HISTORIA, UN LUGAR IDEAL PARA VIVIR (CRÓNICA DE VIAJE A CHILE 4)


Lunes 30. Caminando por Concepción. Penúltimo día del año. Arreglamos nuestro equipaje, pues ese día por la noche regresábamos a Santiago a la misma hora. Queríamos estar en Santiago para pasar las fiestas de Año Nuevo. La gente del hotel también entraba en un receso para prepararse a la temporada de verano 2025. Amablemente, nos permitieron dejar nuestras maletas hasta cierta hora para poder ir al terminal. Este día queríamos conocer la ciudad, el día anterior habíamos visitado los alrededores. Una vez arreglados todos nuestros asuntos, nos fuimos a ver la Universidad de Concepción. Toda una referencia no sólo para la ciudad, sino el país entero. Nos fuimos a pie, pues no estaba lejos; así también nos permitió ver la cantidad de murales que había en sus calles. Genial. Llegamos a la universidad para visitar muchas cosas, las cuales lamentablemente no íbamos a poder visitar: casi fin de año, la mayoría de personas estaba de vacaciones. 


Pero pudimos visitar su campus, sus jardines y lagunas. Es un modelo de universidad para todos, que recibe apoyo de diversas partes del mundo y que realiza activa investigación, la naturaleza base por la cual existe una universidad (https://www.udec.cl/pexterno/). Hablamos con un amable profesor, quien nos comentó un poco la historia de los cuidados jardines que se encuentran en el campus universitario y que los alumnos respetan (ya veo estos en algunas universidades que conozco aquí). El acceso es libre, no hay muros que la aíslen: situación sui géneris frente a la realidad de la vida universitaria de nuestro país. También sus murales, bien cuidados; hay murales con temas políticos abiertos, pero están mantenidos y no se ve vandalismo en esta área. La entrada “principal” es por la Av. Chacabuco, en que se encuentra un edificio administrativo que tiene un inmenso mural en alto relieve. Hay un gran campanil (que no pudimos visitar por las fechas) y luego un inmenso foro que remata en una fuente de agua en el que hay un conjunto de caídas y una gran estatua. Ver todo esto en el estado como estaba da una sana envidia por el cuidado y responsabilidad de los usuarios, esto es, alumnos y profesores. 



La universidad cuenta con una vasta y completa pinacoteca del arte chileno y en la que estuvo el muralista mexicano Clemente Orozco: https://pinacoteca.udec.cl/. También cuenta con un museo de anatomía humana. Lastimosamente, todo estaba en receso. Fuimos a un estanque que llaman La Laguna Los Patos. No lejos de ahí estaba un memorial por los desaparecidos, espacio que después veremos nombrado en el Museo de la Memoria en Santiago. Ya terminando nuestra visita, nos fuimos hacia la Plaza de la Independencia, como la plaza de armas de nuestras ciudades. Tomamos un taxi manejado por un venezolano. Con él tuvimos un comentario gracioso: le habíamos dicho que no veíamos un ambiente navideño y tarareé un poco el villancico “Mi burrito tabanero”. Graciosamente nos dijo que no había mucho “chiqui- chiqui, ni chaca -chaca en fiestas” por lo que ellos se reúnen para celebrarlas. Lo que sí nos comentó que las fiestas patrias tiran la casa por la ventana (https://www.youtube.com/watch?v=rUJbdzaxLDU). Llegamos a la plaza y nos dirigimos al Museo de Arte Religioso de la Iglesia (Catedral) de Concepción que tiene acceso libre (https://www.registromuseoschile.cl/663/w3-article-50766.html). Es un pequeño museo que atesora el patrimonio de esta catedral que ha sufrido diversos embates sísmicos a través de su existencia. Han existido tres catedrales antes de la actual y hay que tener en cuenta que la actual Concepción se desplazó de la actual Penco (que visitaríamos más tarde) por los fuertes terremotos que ha habido en la zona (https://www.ecured.cu/Catedral_de_la_Sant%C3%ADsima_Concepci%C3%B3n_(Chile)). 



La actual catedral es bastante nueva y lo que destaca son los vitrales que adornan el lugar y le dan un bonito y calmado ambiente (https://www.tvu.cl/comunidades/patrimonio/2018/04/18/catedral-de-concepcion-patrimonio-y-arte-en-una-obra.html). 



Al salir, caminamos por la simpática Plaza de la Independencia (armas). Concepción es una ciudad muy ordenada, limpia, tranquila. Si comparamos con las ciudades peruanas, Concepción equivaldría a Trujillo en cuanto a la cantidad poblacional; pero, la distancia de la infraestructura de la ciudad chilena frente a la de Trujillo es kilométrica a tal grado que Concepción es una de las mejores ciudades para vivir por su buen nivel de calidad de vida (https://www.youtube.com/watch?v=cYhwjLD5i4M). El grupo decidió buscar un restaurante para almorzar. Nos fuimos por la calle peatonal Barros Arana, luego de haber preguntado a un señor sobre un lugar para almorzar comida marina. El lugar recomendado: el Rincón Marino de Concepción que tiene una carta muy interesante (https://www.rinconmarino-justo.cl/). Debo reconocer que durante toda mi estancia chilena he comido todo día pescado y mariscos que son una maravilla (https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/piure-jaiba-picoroco-cuanto-sabes-mariscos-chilenos-nid2297289/, https://www.bbc.com/mundo/articles/cl5g4nnzdp1o). Me hubiera gustado visitar un mercado (como el de Santiago) para ver la vida gastronómica de una sociedad. Pasamos varias veces delante del Mercado Central de Santiago en nuestro camino a algún lugar a visitar en la capital y no tuvimos la oportunidad de sumergirnos en este espacio que también hay que visitar alguna vez (https://www.youtube.com/watch?v=Y5-qCIJd9OQ). Visité mercados principales en varios lugares que he estado, pues es un espacio vivo y simpático. Volvamos a nuestro restaurante en Concepción. El almuerzo fue contundente, siempre regado de vino blanco. Una vez culminado nuestro buen ágape y tras la sugerencia del mozo que nos atendió, nos fuimos a Penco, la ubicación inicial de Concepción. César buscó un taxi para ir hasta el lugar a la Plaza de Armas, lugar de referencia. Es un trayecto de casi 30 minutos (https://maps.app.goo.gl/Hq657ndEYkaSXVTf7) y se va por una autopista en muy buen estado. Penco fue en algún momento la capital de Chile cuando era capitanía en la colonia (https://mimunicipalidad.net/chile/bio-bio/penco/historia).




Era una empalizada de defensa contra piratas u otros foráneos. Aún se pueden ver restos de cañones que apuntan hacia el mar cuando estuvimos en las playas cercanas a la plaza (a dos cuadras de distancia). En su paisaje se ven barcos y lanchas, y un muelle. Las playas se ven limpias y no con mucha gente (era lunes, hay que tomar eso en cuenta) (
https://www.youtube.com/watch?v=d01vlL2uRYI&t=3s). Después de una buena pausa de descanso frente al mar (il dolce far niente), decidimos regresar a Concepción otra vez por transporte público. Genial. Con un chofer muy amable y un espacio señalado para las personas con discapacidad (intocable), regresamos cómodamente sentados hasta cerca de la Plaza de la Independencia. El viaje duró casi una hora. Concepción es extensa. Bajamos cerca de la plaza de Palacio de los Tribunales de Justicia hacia la cual caminamos buscando un café para comer un buen postre y su respectiva bebida energizante. Ya nos estábamos preparando para nuestro viaje de retorno a Santiago. No veíamos un café abierto, nos equivocábamos por la ubicación del sol y la hora: ya era casi las 7 pm, pero había todavía un gran brillo solar. Carmen preguntó a una señora y nos dio un dato interesante sobre la misma Plaza de Armas: el Café Gioco (https://gioco.cl/). Pedimos jugos, empanaditas, postres (como yo) y, por supuesto, café. Estuvimos hasta el cierre del lugar para retornar a pie desde ahí a nuestro hotel y, luego, a la estación de bus. En nuestro retorno por la calle Freire, llegamos a una esquina en la que vendían mucha fresa (abunda), cereza (deliciosa) y arándanos. No hay que olvidar que Chile introdujo inicialmente estos frutos conocidos como bayas como la cereza y el arándano; luego, como pasó con el arándano, fue traído al Perú y nos convertimos en una potencia exportadora de este. Espero que lo mismo pase con la cereza, que es muy buena en Chile (https://tierraverde.cl/aprende/cerezas-chilenas-o-el-dulce-sabor-de-una-metamorfosis-economica, https://www.croplifela.org/es/actualidad/historia-sobre-los-arandanos-chilenos). Aquí hay interesantes datos: https://redagricola.com/chile-pais-fruticola-un-breve-repaso-de-los-ultimos-veinte-anos/. Compramos 3 paquetes para llevarlas a Santiago en nuestro Airbnb. Llegamos a nuestro hotel, llamamos a la señora que nos pidió contactarnos con ella en cuanto llegáramos para recoger nuestras maletas. Las recogimos y nos fuimos a la estación de bus, una estación ordenada, limpia y con restaurantes para cenar algo. Por la hora, muchos negocios ya estaban cerrando. Esperamos hasta que nuestro bus llegara para subir y descansar un poco. Regresábamos a Santiago.




jueves, 23 de enero de 2025

TALCAHUANO Y EL HUÁSCAR, SENTIMIENTOS ENCONTRADOS (CRÓNICA DE VIAJE 3)


 

Domingo 29. Habíamos salido puntualmente a Concepción a las 11:30 PM. La distancia recorrida desde Santiago fue de un poco más de 490 km. Llegamos al limpio y ordenado terminal de buses de Concepción a las 5 am, bastante temprano, tras un viaje sin ningún contratiempo ni cosas bruscas como baches, rompemuelles o cualquier irregularidad, esas que abundan en nuestra autopista del Sol. Rompemuelles. Lo que sí es interesante es que nuestro bus tenía todavía un camino más por recorrer, pues iba a otras ciudades cercanas a Concepción, en dirección al sur como Coronel o Lota. El día anterior, César tuvo una respuesta desconcertante del propietario del Airbnb con el cual se hizo inicialmente el contacto. Se decidió cambiar de hospedaje y Carmen buscó un hotel simpático: Hotel con C (https://cconcepcion.bedsandhotels.com/). Les había dicho que íbamos a llegar muy temprano y nos permitieron instalarnos en el lugar. Muy amables. La señora nos recibió y acordamos que nos preparara un desayuno para empezar el día. Me tomé una buena ducha para empezar nuestra jornada: visita al Huáscar en Talcahuano. Había hecho la reserva para nosotros cuatro de manera virtual. Avisé a todos que teníamos que salir rápido para estar a las 9 am. en el lugar. Ya estábamos tarde, pues el trayecto tomaba 25 minutos por lo menos. Siendo domingo, no había mucho tráfico y el taxi podía circular sin problemas. El conductor era muy simpático y nos comentaba algo que veríamos en Talcahuano: el tsunami tras el terremoto del 2010. El tráfico era escaso, pero todos respetaban las normas, así haya un solo auto ni uno más frente a la luz roja de un semáforo. Fenomenal. La mañana estaba un poco fría y nubosa. Llegamos a nuestro destino ya pasado la hora indicada. Sin embargo, la persona responsable nos dejó ingresar. La zona pertenece a la Naval chilena: la Comandancia de la Segunda Zona Naval, por lo tanto, es una zona de seguridad sensible por lo que el personal marino nos pedía no tomar fotos de ciertas áreas. El espacio físico es muy bonito, un bosque que llega hasta el mar y, desde el Huáscar, se veía el edificio militar y una colina verde de frondosos árboles. 




La historia del Huáscar es conocida por todos los peruanos, creo. Aquí hay información desde la perspectiva chilena: https://www.armada.cl/tradicion-e-historia/unidades-historicas/h/monitor-huascar. Aquí está la página del museo:  https://huascar.cl/. El barco es un espacio que rinde homenaje a Arturo Prat y se pueden ver las cartas enviadas tanto por Grau como por la viuda de Prat tras la muerte de este en el combate de Iquique: https://www.grau.pe/historia-de-la-guerra-con-chile/como-murio-arturo-prat/. Es una visita de sentimientos encontrados. El estado del buque es óptimo, con buen mantenimiento tras la restauración de la nave después del combate de Antofagasta: se ven indicaciones en los lugares que el barco sufrió daños, esquirlas o agujeros de balas de cañón u otras municiones. Hay una buena señalética y cuenta con algunas pantallas en las que se ven temas relacionados al barco en sí. Sería interesante que la Marina peruana trabajara con una mejor museografía la casa en la que vivió Grau en Piura. Por ejemplo, coordinar con los vecinos para enlucir todas las paredes que dan al patio interior de la casa desde el cual se ve un edificio (¡edificio!) con sus paredes laterales sin ningún enlucido. Mala costumbre entre nosotros. Una vez culminada nuestra larga y detallada visita, fuimos en la embarcación para que nos deje en el muelle e ir hacia la zona pesquera de Talcahuano. Ya se había despejado la mañana y hacía un buen sol. Es interesante conocer el impacto que causó el terremoto del 2010 a esta zona. Concepción y su costa sufrieron mucho y las huellas de posterior tsunami se ven en los restos que quedan de las que fueron tiendas de vehículos y otros. El mismo barco sufrió un embate, pero salió airoso del oleaje. Son heridas aún abiertas en la población: https://emergenciaydesastres.mineduc.cl/el-terremoto-de-chile-de-2010/, https://www.youtube.com/watch?v=8te07E0Vzw0




Compré unas pequeñas réplicas imantadas del Huáscar. Nuestra primera intención era tomar un bote para poder navegar por la bahía; nos fuimos al mercado de pescado a la espera de más pasajeros, pero nos comentaron de lo bonito que era un lugar llamado Caleta Tumbes (como nuestro departamento) en una península que también lleva ese nombre. Cambiamos de planes y tomamos un colectivo a este lugar. En el camino, el señor que nos llevaba nos comentaba el problema que hay entre la Marina de Guerra chilena y la población civil. Los primeros han avanzado en la expropiación y encierro de muchas zonas que antes eran de libre circulación, ahora prohibidas o rígidas. Los comentarios fueron muy amargos sobre esta situación, pues los han afectado, tanto a su persona como a varios de sus amigos. En todas partes se cuecen habas. El trayecto es de casi una hora a través de una carretera totalmente pavimentada y en un muy buen estado. Al llegar, la vista al mar rodeado de colinas cubiertas de árboles nos da una imagen totalmente diferente del océano que vemos en nuestro país, con dunas, mucha arena y cierta desolación. No son manglares como los del Tumbes peruano, son árboles de alerce y otros que llegan a reverdecer en las colinas del litoral: otro paisaje. Me hace recordar al que veía en Haifa, Israel o Cabo Sounion, Grecia. Es también una situación riesgosa en tiempos de mucho calor y sequía. Chile tuvo unos incendios pavorosos el año pasado, provocados por manos irresponsables que causaron grandes daños en la zona de Viña del Mar. Dolió mucho saber que estos fueron provocados malintencionadamente por algunos bomberos. Desgraciados (https://www.youtube.com/watch?v=u_UCQcQdosQ). Esas sequías se han incrementado y se entiende lo que está pasando en California en la actualidad, a causa de las temperaturas extremas que se están teniendo por el cambio climático alrededor del mundo (https://www.youtube.com/watch?v=nR-EZYW0ARo). Volvamos a nuestra caleta: el lugar es muy bonito, muy cuidado, las casas cuidadas con esmero, todas bien pintadas. Está llena de restaurantes y panaderías, ordenado y limpio (https://www.talcahuanociudadpuerto.cl/caleta-tumbes/). 



Hay un muelle en el que había varias personas pescando. Frente a este lugar, hay una gran isla: Quiriquina. Se ofrecen paseos en bote para llegar al lugar que tiene varios atractivos. En nuestro andar, nos topamos con una panadería que ofrecía un delicioso pan recién salido del horno. Fuimos a paso lento hacia el muelle para ver a la gente disfrutando de un soleado día. Nos fuimos a almorzar antes de que el lugar se comience a llenar de visitantes como nosotros: esta caleta, fuera de pescadores, ofrece una gran variedad de restaurantes de comida local. Ubicamos uno, el Tía Ely (https://turismo.talcahuano.cl/restaurantes/tia-ely/); fuimos al segundo piso para ver el mar con tranquilidad. Pedimos Machas a la parmesana para conocer la preparación del mismo (https://www.youtube.com/watch?v=gqs2q1cPdj8). Tuvimos una expectativa sobre la presentación, pues en Trujillo comemos las conchas a la parmesana en una de las bivalvas cubierta de queso derretido. La presentación era diferente, pues parecía una suerte de fondue de queso con estas lengüitas que me hacen recordar mucho a Arequipa. Además, nuestros consabidos platos personales de buen pescado (salmón, merluza, congrio o reineta - https://www.subpesca.cl/portal/616/w3-article-841.html#descripcion, primera vez que comía este pez -); todo rociado de buen vino blanco. Chile no tiene pierde en cuanto a sus vinos. La caleta se iba llenando de autos, camionetas, buses con nuevos comensales, así que decidimos salir del lugar. Preguntamos a las personas, tan amables, que nos atendieron para ir a Caleta Lenga y nos dieron opciones (https://maps.app.goo.gl/5xyiiqYmVFuvV1429). Quedamos con una amable señora que estaba manejando un auto colectivo: pactamos un precio para que nos deje en el lugar que iba a estar lleno por ser domingo. Nos iba contando de los lugares atractivos y nos sugirió regresar a Concepción en movilidad pública (como lo haríamos luego). Un poco antes de llegar a Talcahuano, nos “paseó” por una bajada desde la cual se veía toda la bahía y como un pequeño bote, el Huáscar. Bonito lugar. Seguimos entre bosques y en una buena carretera a nuestro destino. 


Como la anterior caleta, esta también está llena de restaurantes; pero, además, de muchos vendedores ambulantes que te ofrecen de todo: artesanía, joyas, juguetes, artículos místicos, comidas. Justo el único puesto ruidoso del lugar era un restaurante peruano que puso la música a todo meter: algunos chilenos bailaban con los sonidos de la música chicha, pero otros iban un poco fastidiados. Esto es algo que íbamos a resaltar los días siguientes: las ciudades no son ruidosas, no hay parlantes que te revienten el tímpano ni ambulantes que vayan perifoneando sus productos; pero, por otro lado, no se ve mucho el ambiente navideño que reventamos en nuestras ciudades: son pocos los adornos navideños en las calles, pocos árboles o luces prendidas por la noche. Muchos venezolanos o colombianos, por ejemplo, extrañan las rumbas de sus países; ellos optan de reunirse en plazas o lugares estratégicos, como pasaba con los miles de peruanos que llegaron en los 90 del siglo pasado. De manera personal, espero que esta sana costumbre de no agredir a los demás con tu ruido prevalezca sobre los grupos migrantes. Volvamos a Lenga; buscamos un lugar simpático donde tomar un buen café y comer un postre como golpe de calorías para nuestra ruta. Lenga resultó ser un lugar bastante simpático (https://www.turismovirtual.cl/delbiobio/caletalenga/caletalenga.php). Casi todos compraron recuerdos (bombilla para mate, por ejemplo); en mi caso, compré unos inciensos descomunales que pude traerlos sin tanto problema en la maleta. Para retornar a Concepción, sí tomamos un bus desde una rotonda. En el momento del comprar el boleto, le pedimos al conductor que nos deje lo más cerca posible de la Plaza de Armas o nuestro hotel. Le indicamos nuestra necesidad y partimos los 4 con los demás pasajeros (https://maps.app.goo.gl/d5nmzVBNoeq6jj7q8). Como era domingo y, respetuosos de sus espacios, la ciudad estaba descansando. Al llegar al centro después de casi media hora de viaje, vimos que todo estaba cerrado. Seguimos nuestro camino y, de pronto, el chofer se dio cuenta de que se había pasado de nuestro paradero. Detuvo a un colega suyo a quien le indicó dónde deberíamos bajar. Como iba con bastón, todos los pasajeros iban alertas de mi condición. Eso me pareció extraordinario. Nos dejó a una cuadra de nuestro hotel; ya con más paciencia pudimos ver lo que iba a caracterizar las calles de muchas ciudades chilenas: murales por todas partes. Cerca de nuestro hotel, ya veía dos, por lo menos. Al llegar, nos instalamos momentáneamente y decidimos salir a cenar; pese a haber aún sol, eran ya más de las 8 PM. La persona responsable nos indicó de ir a La Cocina que quedaba a unas cuadras de nuestro hospedaje: buena elección. Las calles estaban tranquilas, pero el movimiento estaba en este restaurante, lleno, movido, buen ambiente ( https://lacocinarestobar.cl/). No quería cenar mucho, pero sí tomar un chilcano de pisco, algo que no estaba en la carta: pedí un corto de pisco, hielo, una Canadá Dry, limón. Fui preparando mi chilcano ante la vista de los mozos. Una vez concluida nuestra cena nos fuimos al hotel. Al día siguiente retornábamos a Santiago y caminaríamos Concepción. Fin de nuestro tercer día.