El
21 de julio de 1883 un grupo de intelectuales y artistas franceses fundó una
institución que vela por la lengua y cultura francesas. Hagamos un poco de
historia para entender la creación de esta Institución; por esos años, el mapa
político y cultural del mundo era bastante complejo y la presencia de Francia y
de Inglaterra alrededor del orbe era omnisciente. No había continente en el
cual la presencia de estos dos países era notable. En Europa, por ese entonces
surgían nuevas potencias como Rusia y, sobre todo, Alemania, así como los
otrora grandes imperios como Portugal y España habían visto territorios suyos
ocupados por las dos grandes potencias o, en su defecto, se habían emancipado
bajo el apoyo directo o indirecto de estas grandes naciones. Ambas tenían más
del 70 por ciento de la tierra bajo su régimen. Aunque la presencia de Francia
en América no era tan contundente como lo era en África y Asia, sí participó de
manera activa en el desarrollo intelectual, político, institucional e incluso
sistémico de muchos países, incluido el nuestro. Bajo este contexto geopolítico
nace la “Asociación Nacional para la Propagación del Francés en las Colonias y
en el Extranjero”, un nombre que corresponde a la realidad competitiva que
tenía el imperio francés con otros imperios, sobre el inglés. Pero también
surge para cuidar la lengua francesa que, como al inglés y al español, en su
expansión por el mundo y el contacto con diversas realidades lingüísticas y
culturales comienza a tener una amalgama de realidades que comienzan a debilitar
su integridad.
Es
válido entonces decir que los orígenes de nuestra Institución obedecieron, en
parte, a una idea colonialista e imperial. Los intelectuales que la fundaron
quizás hayan tenido un poco esa idea en la misión de la preservación de la
lengua y la cultura que ella trasmite. Los grandes fundadores de la Alianza
Francesa no eran mentes oscuras, sino forjadores de cultura y orgullo nacional
y han quedado como hitos de la historia no solo francesa, sino mundial. Pero
hay que contextualizar otros eventos para no perder la perspectiva. Hay que
entender que casi una década anterior a la fundación, Francia había sufrido una
derrota en la guerra franco-prusiana de 1870, y esta derrota significó no solo
la anexión de Alsacia, sino el inicio del declive del imperio francés y la
restauración de la República y la famosa revuelta de la comuna. La gente se
tornó republicana y laica. El inspirador fue Paul Cambon, destacado abogado y
diplomático francés, y Pierre François Foncin, destacado geógrafo y primer
secretario general de la Institución. En
su creación se preservaron los principios que recorrían a la Francia de
entonces: integracionista, laica y con un marcado republicanismo. Lo más
interesante es que el primer comité directivo estaba conformado por un padre
católico, un protestante y un dignatario judío, además de muchos
anticlericales. Pese al cargado ambiente político se determinó que la novísima
institución fuese totalmente apolítica. Es muy posible que el nombre de Alianza
haya sido tomado de la también creada Alianza Israelita (1853). Desde ese
entonces una serie de personalidades, hombres y mujeres famosos, enriqueció el
gran bagaje cultural que se echó a andar desde su fundación. Personalidades
como el escritor Victor Hugo, el
ingeniero Ferdinand de Lesseps (creador del Canal de Suez), Louis Pasteur,
Madame Curie, Julio Verne, entre otros; incluso personajes polémicos como el
escritor Céline y un presidente de la República Francesa, Raymond Poincaré. La
Alianza Francesa comenzó a extender su presencia en diversos países y llegó a
América Latina, creando la segunda Alianza Francesa en la ciudad de México en
1884. En Lima se fundó en 1890 y se convirtió en una de las instituciones más
exitosas a nivel mundial. En la actualidad, Lima es una de las Alianzas más
grandes del mundo y tiene más alumnos que la sede central de París. Y en
Trujillo se fundó en 1965 coincidiendo con la visita histórica del Presidente
Charles De Gaulle a Perú. Es una institución que está en todos los continentes
(salvo la Antártida), pues se encuentra en 136 países y el número de Alianzas
ya va más allá de los 1,040. Una pequeña parte del presupuesto global de
nuestra Institución es apoyado directamente por el Gobierno francés y este se
apoya en la Alianza para representarlo, en cierta manera, en aquellos lugares
donde no se encuentra un consulado. Es, en cierta manera, una institución
embajadora que preserva el espíritu galo. He ahí la razón por la cual el día 16
de julio, François Hollande, Presidente de la República Francesa, tuvo un
encuentro con todas las más de 300 personas que asistimos a este importante
encuentro que resalta la importancia de la misma para el Gobierno francés. En
su discurso resaltó el marcado sentido de neutralidad, apertura, integración y
laicidad de la Institución, lo que le ha permitido estar presente en los
lugares más álgidos del planeta, aquellos que tienen conflictos raciales,
religiosos, sociales o culturales. Como institución se preocupa por mejorar su
calidad en todos los niveles para ofrecer a la comunidad en la que se halla una
educación de calidad y una verdadera ventana de Francia e incluso de Europa a
todos los ciudadanos.
1 comentario:
parabéns pela qualidade das postagens...abraços. BRASIL
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