Confieso que soy poco lector de
poesía, la cual demanda un rigor y recursos de lector frecuente que tuve que
trabajar para poder estar a la altura de las circunstancias. LEG es un
empedernido lector y tiene referentes amplios que son sus leit motiv poético.
Gran admirador de la obra de Pessoa, es él quien le ha de dar recursos
creativos de heteronimia que lo acercan mucho a los que fue este gran escritor
portugués en vida. El velado homenaje atraviesa este libro desde el mismo hecho
de cómo quiere abordar el principal y único tema de este poemario: el amor. Y
además halló en el poeta argentino Roberto Juarroz el material necesario para
crear sus epígrafes y que ayudan a crear una unidad interna en los tres bloques
como se presenta el poemario, así como la división que uno, como lector,
establece en el mismo; así, se puede decir que hay otro bloque visto desde la
perspectiva de trato del tema y que se puede establecer uno del poema 1 al 7
inclusive, y de ahí hasta el 22.
Los siete primeros poemas el amor
es acompañado por la tristeza (salvo el 2, que da cierta esperanza). El
abandono, la decepción, son esas formas manifiestas del dolor que causa el amor
que fue o el no correspondido. Y cierra con su poema 7 como un ángel caído,
Lucifer, cuya luz se apaga, pese al brillo. De ahí, los poemas discurren en lo
contradictorio que es el amor. Los permanentes recursos empleados, metáforas y
sinestesias, corroboran esa contradicción a la cual termina llamando la unidad
de los contrarios. Así llegamos al poema 10, tomando prestada la idea de
Juarroz que atraviesa su Octava poesía vertical, 13, la cual es usada en el epígrafe de esta
parte. El último verso del poema 10, va a ser el elemento de cohesión del resto
del poemario. Este verso es el título de este poemario. Y es, además, el nombre
de la última parte, cuyo último verso es nuevamente el mismo. En esta parte
hace una explícita declaración de amor a su pareja, Natalia, y es el único
nombre propio que ha de aparecer en toda la obra. La aparición de los
heterónimos de Pessoa comienza a darse desde el poema 14, veladamente dedicado
a la amada ideal de Pessoa, Ofelia Queiroz, a quien por coincidencia le
escribió una carta un 29 de septiembre de 1929 en la cual trata de restablecer
el vínculo roto entre Pessoa y ella, pero colocándola en otro sitio, al cual
podía quizá acceder como otra creación, como un heterónimo; no como un
ortónimo. Coincidencia o no, LEG se presenta ante el lector amado como un
ortónimo, así lo hace explícito y lo tiene como exigencia. Y cierra esta primera parte con un bello poema
en el que resume todos los amores que un ser humano puede tener. Aunque a su madre sí le alcanzó el tiempo para poder enterarse de la buena nueva, que había ganado un nuevo premio con un nuevo poemario, su figura de madre ausente se ve a lo largo del poema, como adelantándose a la pronta ausencia terrenal, y para eso juega con los
opuestos para hacernos entender, a través de la contradicción, con el uso del oxímoron, lo que él espera del amor y lo que ha obtenido de éste.
La segunda parte, LEG toma distancia para hacer reflexiones del amor, “de acuerdo al cristal con que se lo mire”. Y sus observaciones, aunque despojadas de cronicidad, son varias reflexiones de los múltiples hombres que pueblan a un ser humano. Es la parte más filosófica del poemario, y recurre a otro gran poeta que él ama mucho: Jorge Luis Borges. El poema 21 condensa, a través de sus versos, la persistencia de las contradicciones del amor, que aunque esquivo e inasible, dan en cierta manera una razón o sentido a las breves vidas de los hombres. Aunque quiere ser duro con los hombres como especie, reconoce que hay batallas en nuestro tránsito de la vida.
Sé que para poder comprender la
integridad de este poemario, hay que haber leído el anterior, Teorema del Navegante,
que fue presentado casi un año antes que éste. Conforman una unidad y
anafóricamente refiere a éste en el actual poemario. Pero el extenso canto de
amor que tengo en mis manos sacia la sed que uno tiene por ese sentimiento que
como, dice Juarroz, es un centro que no coincide con el de la vida. La segunda parte, LEG toma distancia para hacer reflexiones del amor, “de acuerdo al cristal con que se lo mire”. Y sus observaciones, aunque despojadas de cronicidad, son varias reflexiones de los múltiples hombres que pueblan a un ser humano. Es la parte más filosófica del poemario, y recurre a otro gran poeta que él ama mucho: Jorge Luis Borges. El poema 21 condensa, a través de sus versos, la persistencia de las contradicciones del amor, que aunque esquivo e inasible, dan en cierta manera una razón o sentido a las breves vidas de los hombres. Aunque quiere ser duro con los hombres como especie, reconoce que hay batallas en nuestro tránsito de la vida.
1 comentario:
Debería usted saber todo lo que ese señor le hizo a una familia. Un comportamiento absolutamente reprochable.
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