El martes 03 de abril en la
Alianza Francesa de Trujillo se realizó la primera ronda de exposiciones hechas
por mujeres que hablan sobre otras mujeres que escriben. En nuestra primera
versión se invitó a dos personalidades: Orietta Brusa, docente universitaria,
especialista en arte, polémica pensadora de nuestra ciudad y compulsiva
lectora; y Miriam Núñez, docente de lengua y literatura, con amplia experiencia
en la formación de estrategias de lectura para adolescentes. Cada una de ellas
tuvo como misión acercar al público al mundo literario y personal de dos
escritoras desconocidas para las mayorías. Para esta exposición, ambas
expositoras nos acercaron a Elsa Morante y María Emilia Cornejo.
Con su peculiar estilo, Orietta
nos fue acercando al alma sensible y combativa de la Morante, quien tuvo como
un fuerte sino ser esposa de un grande de la literatura italiana: Alberto
Moravia. No opacada por la imagen de su esposo, la Morante fue una prolífera
escritora en narrativa, testigo de una de las épocas más duras de Italia en el
siglo XX: el ascenso del fascismo y la caída de éste arrastrando con él a la
sociedad italiana de post guerra. La exposición de Orietta se centró en un solo
libro en el cual, según Orietta, vamos a ver resumidas su filosofía y actitud
de vida frente a las circunstancias que le toco vivir. El libro, La
Storia (la Historia – existe traducción en castellano-) nos habla sobre
la vida de una mujer, que podríamos llamar, insignificante. Judía (como la
autora, también de origen hebreo) en un momento trágico de la humanidad, es
violada por un soldado alemán que va huyendo de la estrepitosa caída del
fascismo del Duce. Ante el avance aliado, Italia es arrasada por bombardeos y
ella, la protagonista, sufre todas las vicisitudes de un conflicto como lo fue
esta guerra. Por la violación, engendra un hijo, bastardo de esta guerra, al
cual oculta por ser ella una madre soltera, y, sobre todo, una mujer pobre:
nadie. Para legitimar su existencia, si
cabe el término, se aboca a uno de los clásicos roles de la mujer en nuestra
sociedad: madre. Su hijo es un niño débil que arrastra las penurias del conflicto
que ya había llegado a su fin. Italia comienza una dura reconstrucción y los
primeros años son duros. Muchas ciudades, como muchas consciencias habían sido
arrasadas. Ida, una de las principales protagonistas (hay otros dos: Nino y
Useppe), como la mayoría de personas, tratan de adecuarse para sobrevivir. Su
hijo bastardo, Useppe, enfermizo, muere demasiado joven; esta situación cae
sobre Ida, ya que en la lógica social, que ella tiene muy inherente, su rol ya
no existe. Deviene en un ente, un ser sin rumbo. No existe otro rol más que el de madre. El
otro personaje, Nino, es un joven de variables militantes, desde fascista, pasando
por partisano hasta terminar como contrabandista, que nos muestra la sociedad
italiana de entonces. El libro cuando apareció cayó mal para una sociedad que
reclama estar entre las más pudientes del mundo actual. Fue criticada, como lo
fue LADRÓN DE BICICLETAS, por ser demasiado trágica, nada de optimismo. No sé
si puede ser optimista si en una sociedad en la que se han construido bellas
entelequias sobre los derechos individuales, aún seamos testigos pasivos de
abusos de género, laborales, raciales, culturales. Como muchos críticos, y esa
fue la reflexión con la que Orietta cerró su exposición, La Storia es una
novela río cuyo propósito es mostrar a los débiles, a los sin voz, a esos Don
Nadie que caminan por las calles de cualquier ciudad y cuyas existencias anárquicas ya son casi una
tragedia.
Miriam Núñez se adentró dentro
del alma de una gran poeta mujer, María Emilia Cornejo. ¿Cuál es el gran valor
de su obra? Fuera de una calidad estética, la grandeza de la Cornejo es haber
hablado libremente de temas tabúes en una sociedad regida por el mundo
masculino; nos habla de la felicidad femenina, desde sus perspectivas, desde su
sexualidad y su erotismo. Los críticos literarios han sido muy parcos con la
producción literaria hecha por mujeres, nuestros textos escolares, aquellos que
tratan de acercar a la mayoría a un primer encuentro estético con la
literatura, nos hablan de Amarilis, de Clorinda Matto de Turner (siempre la
pertenencia, aunque ahora la presentan como Clorinda Matto) y alguna que otra
poeta mujer de nuestros tiempos. La revolución sexual de los 60 en Europa trajo
sus buenos coletazos por Sudamérica. Para las mujeres el camino hacia su
espacio propio ha sido duro, muchas no soportaron el viaje y decidieron irse
antes. Otras, como la Matto, fueron maltratadas, vejadas por su sociedad. La
Cornejo habló francamente de esos demonios que vamos aprendiendo a través de la
educación y cultura, los estereotipos que tenemos que seguir para ser “adecuados”
(como Mundo Feliz) en una sociedad tradicional que se les escapa el control de
las manos. Desde los 60 la revolución de los géneros cambiará la sociedad. Pese
a los intentos retrógrados vividos en diversas instituciones sociales
(políticas, religiosas, culturales), lo avanzado ha calado en nuestras
sociedades. Para Emilia su sexualidad y
erotismo eran una suerte de tabú, producto de siglos de dominación y censura
por todo aquello que significase descubrir su cuerpo y las manifestaciones de
este. Según los nuevos críticos literarios, con Emilia se inicia prácticamente
la poesía erótica femenina en nuestro país. Ella es la frontera. Cuando
hablábamos con Miriam, como docente, le pregunté si los poemas de Emilia Cornejo
deberían ir a los textos escolares. Es obvio, como me respondió, el querer tapar
la realidad es tan inútil como querer tapar el sol con un dedo. Emilia Cornejo
le tocó vivir una realidad dura, contextos políticos que marcaron nuestra
sociedad como el periodo de Odría hasta Velasco, ya que se suicida en 1972. Pero esta talentosa escritora dejó varios
poemas para descubrirla y para que millones de mujeres más la descubran.
Alberto Escobar la nombra en sus referencias poéticas peruanas, puesto algunos
de sus poemas fueron publicados en la
revista EROS en EEUU a iniciativa de ese raro personaje que fue Carlos
Castañeda (devenido Castaneda). Un poema para recordarla.
TÍMIDA Y
AVERGONZADA
tímida y
avergonzada
dejé que me quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
Sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome
“nunca confíes en los hombres”.
Comprendiste mi dolor
Y con infinita ternura
Cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.
dejé que me quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
Sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome
“nunca confíes en los hombres”.
Comprendiste mi dolor
Y con infinita ternura
Cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.
En este vínculo electrónico pueden hallar su
poemario EN LA MITAD DEL CAMINO:
http://www.contranatura.org/literat/biblioteca/Cornejo-En_la_mitad_del_camino_recorrido.htm#01
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