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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 16 de abril de 2017

UNA VENTANA DE POSIBILIDADES: TURISMO EN TRUJILLO

El marte 07 de marzo tuve una primera reunión con el Comité Cívico por la Revitalización del Centro Histórico de Trujillo a invitación de Mario Falero, quien lo preside. El motivo de la reunión fue para retomar el trabajo que se hizo el año pasado con sus logros y bemoles, y la necesidad de un compromiso mayor para lograr el objetivo principal que es revitalizar el Centro Histórico de la ciudad. Durante la conversación se comentó, en ese entonces, que estábamos cerca de la fecha en la que el Niño del 25 se manifestó con tres días lluviosos que abatieron a la ciudad el mismo mes a pocos días. Y el 14 cayó la primera plaga a la ciudad. Durante seis días, la ciudad en su totalidad sufrió fuertes lluvias y, sobre todo, siete huaicos que paralizaron la ciudad. Los ciudadanos nos preocupamos de cómo guarecernos y cómo defender nuestros bienes. Una vez pasada estas riadas, la ciudad comenzó a restañar sus heridas, que tomarán buen tiempo, y la espera de un plan coherente para que de una vez por todas Trujillo cuente con un programa de prevención más coherente y que haya una decisión política más sostenible, así se tomen medidas impopulares.
La reunión se centró, sin conocer aún lo que se nos venía, en ofrecer un programa atractivo para la ciudadanía y turistas para la Semana Santa, de la cual nos separaba casi un mes.  Nos cayó la noche; sin embargo, se siguió trabajando en base a unas ideas intercambiadas por correo antes del desastre. La gestión de Miriam Gayoso alcanzó una propuesta de tres circuitos religiosos, para lo cual se había preparado ya un bosquejo de tríptico. Dos de los circuitos eran en el Centro Histórico y tenía a la Catedral como eje principal. Y un tercero que se focalizaba en cuatro iglesias de la periferia que son “iglesias de indios”.  Debido a la situación se trabajó a cierta velocidad con el fin de tener esta propuesta lista para los días jueves 13 y viernes 14, que corresponde a la fecha de Semana Santa. Con el fin de promocionar estas rutas se hizo una conferencia de prensa el viernes 07 para difusión a la comunidad. Ese día, quizá por no haber alcanzado información sobre mi CV, me “nombraron” historiador, profesión que me hubiera gustado seguir, fuera de la de lingüística; pero usurpé ese título. Mil disculpas a los agraviados.
Con el fin de monitorear este nuevo “producto”,  el día 05 se hizo un primer simulacro con la visita del primer circuito. Esta no fue del todo satisfactoria, pues hubo una serie de descoordinaciones que sucedieron, felizmente, en este espacio. Nos encontramos todos en el atrio de la Catedral con el grueso de guías de turismo gracias a la gestión de Yvette Cayetano, quien había convocado al mayor número de ellos para poder convencerlos sobre este proyecto. Hubo más responsabilidades, pero la premura y la situación generada por el estado de la ciudad hicieron que varias actividades sean suspendidas. A las 9 de la mañana, ya reunidos, nos dirigimos a la iglesia de Santa Ana. El templo se encuentra en la esquina de los jirones Orbegoso y Zepita, sin conocerse la fecha de construcción; es una iglesia de Indios, de allí que este mantiene una semejanza con compositiva con los templos análogos, como son los de Mansiche y Huamán; por eso su ubicación no se halla tan distante de una de las puertas de la antigua muralla de la ciudad (obra planificada por el ingeniero italiano Joseph Fomento): la portada de Mansiche. Está dedicada a Santa Ana, madre de María, por lo que es interesante ver una talla moderna de Santa Ana niña con sus padres, los abuelos de María.

 La iglesia es regentada por una orden colombiana de padres, a los cuales se les reconoce por el uso de larga sotana marrón. Cuenta con una plazoleta, antiguamente abierta al público, hoy luce cercada por rejas de fierro que limitan su acceso, acondicionada con bancas, acompañadas de árboles, jardines, farolas y luminarias; cuando uno accede a la plazoleta hacia la mano izquierda y hacia el fondo hay una placa interesante colocada en 1935 que rememora el cuarto centenario de la fundación de Trujillo y el compromiso que asumió la pequeña comunidad judía residente en nuestra ciudad en esos años que se comprometió a reconstruir la iglesia que quedó muy dañada por el Niño de 1925. 

Ese fenómeno fue catastrófico para todo el Norte peruano. Recuerdo la visita de una amiga que venía a investigar el primer caso de posesión demoniaca de dos monjas del Convento de Santa Clara; ella fue recibida amablemente por las madres; poco después se enteró que todos esos archivos fueron destruidos por las lluvias y huaicos de ese entonces. Recuerdo haber visto una foto ampliada de la Plaza de Armas de esos años que mostraba una alfombra negra en el piso de la misma: era una ingente cantidad de insectos que cubrían la plaza. Nos tocaba San Francisco (conocida como “El Sagrario”), pero estaban en plena limpieza. Me hubiera gustado ver las joyas que tiene este convento, diversas tallas e, incluso, se habla de una pequeña escultura de Juan de Legarda, famoso tallador y escultor quiteño de la colonia.  Lástima. 



Así que nos dirigimos a la Catedral. La información de la misma dice así: “Desde la fundación de la ciudad de Trujillo, se planifico y estableció el terreno para la construcción de la iglesia matriz, la que se edificó de manera muy reservada. Sin embargo la primera construcción fue muy simple y con la creación del Obispado de Trujillo mediante bula papal emitida por el papa Gregorio XIII en año 1577, esta iglesia se transformó en catedral, mejorando y ampliado su construcción para que esté acorde a su estatus. Esta primera iglesia fue destruida por el violento terremoto del 14 de febrero  de 1619 siendo reconstruido entre los años de 1647 al 1666. El 23 de agosto de 1967, el Papa Paulo VI elevó a esta catedral a la categoría de Basílica Menor, cuando el arzobispo de Trujillo era el padre Carlos María Jürgen. Esta es la distribución arquitectónica básica que ha llegado hasta nuestros días. El sistema constructivo en que se basa la estructura de esta iglesia es el arco, arcos ciegos, bóvedas, cúpulas, y muros portantes, el establecer el comportamiento de la estructura ante movimientos sísmicos y determinar los puntos de falla, permitirá establecer su estado de conservación. El primer ambiente es el sistema de naves dispuestas en cruz, y que están destinadas al uso público en la se desarrollan las actividades religiosas públicas.” La iglesia ha sido pintada en su interior. Tuvimos la oportunidad de ver dos cuadros: el de Santo Toribio de Mogrovejo otorgando el Sacramento de la Confirmación a Santa Rosa de Lima y el del Misterio de la Santísima Eucaristía, dividida en tres escenas (cielo, tierra e infierno), el cual generó una polémica por las diversas interpretaciones que focalizaban la atención sobre la Virgen María, cuando en realidad el punto de referencia es la eucaristía; la distribución es simétrica y marca claramente la división de los tres niveles; interesante es el trabajo de la luz en el mismo cuadro. Desconozco el autor y buceo en los libros de historia. Alguien debe de tener ese dato. Aquí terminamos el primer periplo, con diversas observaciones a corregir.




No asistí al día siguiente, que era el segundo circuito ni el lunes 10 que se iba a realizar el tercer circuito. Pero sí lo hice de manera oficial el viernes santo, el 14.  Íbamos a visitar las iglesias de las reducciones de indios. Salimos varias personas en un ómnibus en dirección a Huamán, siempre bella. La iglesia Señor de Huamán tiene una de las portadas más impresionantes del arte barroco indígena del Norte peruano. Hay toda una simbología  tan locuaz en sus hornacinas, detalles de las dos sirenas que representan la lujuria, el pecado, caso raro en el barroco peruano. La plaza debe de ser rescatada y cuidar la fachada, pues muchas palomas la están deteriorando con sus heces. En el interior hay varios lienzos coloniales que hay que restaurar urgentemente.





Luego nos fuimos a la iglesia Mansiche, llamada Divino Salvador, que, como Huamán, se construyó sobre zona pantanosa. Las lluvias del 14 de marzo la han afectado un poco. Esta iglesia tiene un bello altar y ha mantenido dos bellos retablos laterales de cedro de Nicaragua.




La siguiente iglesia fue San José que se halla en la carretera a Huanchaco, vecina a Chan Chan. El origen de la misma se pierde en el tiempo pues creen que fue una pascana obligatoria en los peregrinajes de la Virgen del Perpetuo Socorro a Trujillo. Oficialmente fue fundada en 1876. Ironías de la vida: esta iglesia fue la primera que visitó el papa Juan Pablo II en su visita a la ciudad. Todos pensaban que iba a ser Mansiche, se engalanó la plaza de esa iglesia, se hizo un parque de bustos papales e incluso un arco (ahora demolido). Aquí hay leyendas como el de la gringa (que aparece a medianoche a los conductores en la carretera) o del cura sin cabeza. El escritor Camino Calderón habla de otro origen. La iglesia está totalmente pintada en el interior. Parece ser que cada cófrade ha puesto en cada hornacina su gusto particular. Hay una pequeña talla de Cristo de la colonia.




Nuestro último objetivo fue Huanchaco, la iglesia de Nuestra Señora del Socorro. La vista sería impresionante si se pintaran todas las paredes laterales de la casi ciudad. La mirada de ladrillos sin enlucido desmerece mucho una vista panorámica atractiva con el muelle y el mar como fondo. La iglesia tiene varias tumbas en las paredes y lo interesante es obviamente la virgen cuyo rostro es nada menos que la famosa Juana la loca, esposa de Felipe el hermoso de Flandes, y de cuya dinastía vendrían los Habsburgo. Era usual usar los rostros de reinas para imaginar a una talla de vírgenes. En España se usó, por ejemplo, el de Isabel la católica, madre de Juana la loca. Otro detalle es que se halla la tumba del benefactor Dean Saavedra. Además hay un interesante exposición de un amplio y lujoso vestuario para la virgen y el niño que lleva en sus brazos. Hay además una colección permanente de cuadros del pintor Pío Ángel, quien ha hecho la representación de la vía crucis con todos los detalles huanchaqueros que podemos distinguir: la usanza de vestir, los arenales, el mar y el inconfundible cerro Campana, lugar sagrado que esperamos haya la voluntad de preservarlo e incluirlo dentro de la oferta turística de este balneario y la ciudad.






Retornamos a Trujillo, tras casi tres horas de una visita interesante. Un nuevo filón se ha abierto. Ahora a hacerlo crecer y mejorarlo. Trujillo tiene lo suyo.  

martes, 13 de enero de 2015

SANTUARIO DE CARHUAC, JOYA DE HUAYLILLAS

Sábado 11 de octubre. El día de la sorpresa. Este era nuestro último día en este lugar y para tal ocasión, nos habían dejado el plato de fondo: el santuario de Carhuac. La noche anterior había llovido intensamente y temíamos que esa mañana íbamos a tener un nuevo aguacero. Hicimos una previa visita al colegio para ver que todo quedase en calma y organizado para la mañana deportiva y para el almuerzo. Habían conseguido muchas truchas para que podamos comer luego del paseo. De ahí comenzamos a subir al cerro Ventana para llegar al santuario. Por el camino de ascenso ves el paisaje que rodea a Huaylillas. Premunidos de un poco de agua, comenzamos a subir pausadamente, nos acompañaban dos profesores y el sacerdote, joven él de Piura, para mostrarnos este bello tesoro. Antecede a la llegada al convento, el cementerio del pueblo. En sus muros de protección y demarcación vemos algunas cruces. Según nuestro guía, corresponde a vecinos que se pelearon con varios de los habitantes del lugar y su idea es la observarlos diariamente para ver las fechorías que cometían y descubrir la verdadera persona que se oculta atrás de ese hombre o mujer ideal. Simpática anécdota. Lo interesante es que hay de más de cuatro tumbas que corresponde a cada cruz.
Vimos los alrededores de este santuario, creado por los jesuitas a mediados del siglo XVI (1650 aprox.) y manejados por ellos hasta su expulsión de las tierras españolas cuando la compañía fue disuelta en 1773;  luego pasó a manos de los franciscanos. Era una zona estratégica para la evangelización (ceja de montaña o selva alta). Los datos para este santuario son pocos, aunque un docente se ha preocupado en hacer una investigación detallada. Sería bueno ver la posibilidad de cumplir con su posible publicación y tener acceso a archivos. Antes de ingresar a la iglesia, fuimos al patio del claustro que nos da una idea de lo importante que fueron estas instalaciones para el proceso de evangelización de la selva norte peruano.

Si ubicamos este lugar en el espacio colonial, correspondía a la Intendencia de Trujillo y, si trazamos una línea recta imaginaria de penetración hacia el oriente, Huaylillas se comunicaría con la actual Tocache en la Región San Martín. Algunas de las construcciones en el claustro son empleadas, como el que correspondía a la gran cocina que es en la actualidad un gran depósito.  Ingresamos a la iglesia por la puerta lateral para encontrarnos con una de las muestras más bellas y bastante conservada de arte barroco indígena. Su altar mayor está bastante conservado, cuenta con 10 hornacinas (dos sin imágenes), un sagrario de madera pintada y cuatro espacios de pinturas (los evangelistas), dos de ellas lamentablemente borradas. Las hornacinas han sido talladas en la piedra caliza, la cual ha sido pintada dándole una apariencia de mármol. Las imágenes corresponden a periodos diferentes. El tratamiento pictórico se asemeja al altar de la iglesia de Lucma, imaginería de ángeles, vegetación y frutas. Algunos altorrelieves han sido destacados con pintura dorada y se ubican en las hornacinas centrales. Es obvio que las imágenes actuales no les corresponden por las dimensiones de las mismas. La imagen de Dios creador de la parte superior está muy dañada y ya no tiene, por ejemplo, el rostro. Una buena restauración nos daría a conocer los procesos y todas las capas que han de encerrar tanto imágenes como las paredes.


Aunque recargada en detalles, el conjunto es esplendoroso, es un interesante ejemplo de los artistas que adecuaron las ideas evangelizadores a su propia realidad. Siendo un mundo agrario, este se ve en todas partes graficado y evocado. Hay otros dos altares en yeso laterales, no tan próximos al altar mayor. Estos son casi totalmente blancos, pero tienen varias partes polícromas; parece que anteriormente estaban profusamente pintados como el altar principal. Un estudio de la iconografía también nos permitiría ubicar todas las imágenes de manera temporal. No sé si algunas corresponden al periodo jesuita, esto es, el periodo inicial. Mención aparte merece el púlpito. Está hecha de madera polícroma tallada y presenta también a los evangelistas. Hay escenas de la Biblia en algunos de los marcos que hay enchapados. Urge una restauración antes que todo el monumento ingrese el periodo de escasa recuperación. Un detalle interesante es el viejo techo del templo: hay vigas para sostener el peso del techo de dos aguas: cada viga es un obsequio de algún vecino del lugar. Como la famosa contribución en adobes que se hacía en tiempos prehispánicos en el norte peruano.


Salimos para dar una caminata por la verdura que rodea a este bello distrito; así íbamos identificando frutos y plantas medicinales que hay de manera generosa en la zona. Un edén. A medida que avanzábamos, el cielo se iba oscureciendo, amenaza de lluvia. Pero esta esperó a que llegásemos a las puertas de Huaylillas para ver la caída de las primeras gotas. Un poco antes de llegar a las primeras casas del poblado, nuestro guía había comprado bastante pan, calentito, delicioso. Así nos dirigimos a almorzar trucha y luego prepararnos para la clausura del evento, puesto que algunas instituciones ya regresaban a sus lugares de destino. El evento fue muy simpático, lo bonito era ver la cara de alegría de estudiantes y profesores que veían el esfuerzo suyo recompensado por su trabajo conjunto. Incluso se premió al equipo que ganó en las olimpiadas que se habían realizado entre los estudiantes, mientras visitábamos el bello claustro por la mañana. Así cerrábamos nuestra visita a este lugar paradisíaco.

El domingo 12 de octubre, iniciamos nuestro poco accidentado retorno a Trujillo. 




martes, 31 de diciembre de 2013

CRÓNICAS DE VIAJE 2013: LUCMA

Este fue uno de los viajes relámpagos más interesantes del 2013. La fecha señalada: 06 de octubre. Gracias a las gestiones realizadas por Armando Plasencia, dueño de Restobar de Cascas, y Bárbara Wong, entrañable amiga y directora de ZoomTravel, pudimos visitar algunos lugares de interés con potencial turístico cercana a la pequeña ciudad de Cascas.  En esta oportunidad, el más interesado en mostrar la zona fue el actual alcalde de Lucma, Díber Pérez, ya que nos proporcionó una camioneta y envió a su principal asesor, Joel Díaz, para poder hacer una visita a los lugares de interés: Baños Chimú y Lucma. El viaje de Trujillo a Cascas fue bastante bueno, puesto que ya se cuenta con una ruta asfaltada que permite llegar a esta zona vitivinícola sin tanto problema. En la ruta veíamos grupos de motociclista que hacían el viaje para ir a disfrutar este cálido valle rodeado de viñedos, el cual había visitado con cierta regularidad en 1992 y que tuve una visita de dos días en el 2011. Ahora ya se cuenta con una carretera que hace más placentero el viaje, carretera que corre paralela al río Chicama. Espero que la temporada de lluvias de enero a marzo no la afecte para poder seguir visitando este simpático lugar. Pero el objetivo era visitar varias zonas de la provincia de Gran Chimú, de formación bastante reciente, que tiene por capital a Cascas y cuenta con varios distritos. El distrito que nos llamó la atención era Lucma. Gracias a una foto que colgué sobre la vieja iglesia de Cascas cuando mostraba su bello altar barroco indígena (que ha sido malamente restaurado y maltratado), Armando Plasencia nos propuso poner en valor otra joya arquitectónica del barroco indígena, la que acoge al Sr. De la Misericordia. Luego de tomar un consistente desayuno en su restaurante, Joel, Bárbara y María Ramos, una arquitecta especialista en restauración, partimos hacia nuestros objetivos.
El primer lugar para visitar era Baños Chimú. Evoco mucho este nombre, puesto que algunos clientes de mi padre (cuando tenía su negocio) solían hacer compras y daban sus datos. Esto ya hace muchos años. Algunos referían de lo bello de la zona y las fuentes termales con las que contaba. Pasaron los años, el negocio se cerró, pero el nombre siempre queda en el recuerdo. Muchas personas refieren que esta zona tenía unos excelentes servicios para baños medicinales, pero la falta de una buena carretera, los problemas del terrorismo en los 80 y los fenómenos del Niño que asolaron la zona han dejado su triste huella de abandono. El último Niño del 98 provocó una suerte de avalancha que se llevó una gran parte de las instalaciones y ahora lo que se ve son cosas muy precarias, difícil para sostener un turismo que exige ciertas condiciones para su uso. El viaje de Cascas al lugar es muy interesante; pasamos al lado de recodos amplios en los cuales se podrían instalar miradores que podrían tener por vista el cauce del río Chicama (seco en esta parte del año) y, al frente, un alucinante bosque de cactus, una maravilla que enmarca el paisaje. Un poco antes de llegar a nuestro primer objetivo, vimos una mina de carbón abandonada, a unos 50 metros del lugar, lo que le da unas características muy especiales, casi un ambiente del lejano oeste norteamericano. El lugar luce descuidado, con instalaciones dañadas y con una barrera de piedras colocada para evitar la erosión sistemática del río de lo que queda de las instalaciones. El lugar, en su conjunto, podría ameritar una interesante puesta en valor, pero se necesita un estudio de suelos para construir sobre algo seguro. Joel nos contaba que alguna vez un grupo de japoneses quiso hacer una suerte de balneario en el lugar con todas las implementaciones de nivel internacional; pero muchas cosas eran necesarias de ser articuladas y una de ellas compete al gobierno regional o nacional: una adecuada vía de comunicación. La fuente sí es de origen volcánico, como lo demuestra el número de metales registrados en su muestra: hierro, azufre, calcio. Todo esto sale de la montaña a través de diversos riachuelos e incluso presenta una suerte de ojo de montaña del cual caen gotas calientes ferruginosas. Unas buenas instalaciones harían un perfecto circuito que comprendería Cascas y Lucma. Y de poder hacer una conexión efectiva, complementarla con Coina, se podría organizar un circuito turístico de la salud.
Nuestro siguiente objetivo, y el plato fuerte, fue Lucma. Retornamos un tramo del camino andado y luego llegamos a una bifurcación (urgente señalización de la zona), tomamos el camino hacia la izquierda para comenzar el ascenso hacia nuestra meta. En el ascenso veíamos el impresionante paisaje del valle hasta llegar a Chascón, de ahí iniciamos un leve descenso hacia la zona de Lucma, teniendo por primera visión un pequeño cañón y luego una hacienda, la cual fue el lugar de nacimiento del famoso Martín Rivas, del grupo Colina. Como anécdota, muchas personas, sobre todo señoras, nos iban a hablar brevemente de él. Llegamos a Lucma y ya nos esperaba un almuerzo con productos de la zona. Lucma debe mejorar su infraestructura de servicios. Cuenta con alumbrado, hay de señal de televisión; pero urge de servicios de agua y desagüe; tengo entendido que se van a focalizar en esto. Los SS.HH. son necesarios para dar la imagen de un lugar con alta salubridad, servicios que apreciará cualquier ciudadano que quiera visitar este simpático rincón de La Libertad. Una vez concluido el almuerzo, nos fuimos a ver la iglesia que nos interesaba: la del Sr. De la Misericordia. El monumento ha sido declarado en emergencia
para evitar que el techo colapse (espero que estas lluvias se apiaden de esta iglesia); pero, como nos comentaba María, es un edificio que debe ser completamente intervenido. Vimos el techo bastante deteriorado, pero lo que nos dio mucha más pena fueron sus altares, algunos ya colapsando. Aquí está la belleza de este monumento que atraería a muchos turistas ávidos de hallar joyitas religiosas de carácter popular. Las yeserías muestran toda la imaginería popular, una interesante combinación cromática que da no un aspecto lúgubre, sino de alegría de pueblo que honra a su santo (aunque tengo entendido que Santiago es el patrón y la antigua iglesia ya está clausurada y que podría ser recuperada para hacer un pequeño museo temático de la zona). Las restauraciones anteriores también han afectado la estructura de la iglesia. Un buen proyecto pondría el valor este bello monumento, pero debe ir acompañado del mejoramiento de la zona. Este año tuve la oportunidad de visitar un pequeño pueblo en Aragón, España; se llama Ansó y han hecho una reconstrucción de todo el pueblo, respetando sus formas originales, preservando su plaza e iglesia hermosa, y ha involucrado a todos los vecinos como principales actores de servicios y actividades para los turistas. El pueblo sigue siendo agrario, pero ha encontrado en el turismo una fuente de ingresos importante y ha traído calidad de vida a los pobladores. Este principio es el que debe regir para poder hacer de Lucma una zona potencial de turismo. Hay que hacer, aparte de infraestructura, una fuerte campaña de sensibilización para que conozcan las posibilidades que se abren en este campo, ¿por qué no?

Una vez concluida nuestra visita, regresamos a la ciudad de Trujillo bastante raudos, ya que Joel tenía que casar a unas personas. Cosas de la vida.