Los lamentables sucesos luctuosos de Huaycán muestran algunas
condiciones de un equilibrio social muy frágil y que es fácilmente explotado
por gente sin ningún tipo de escrúpulos y que son bastante hábiles para crear
los famosos psicosociales. Tomemos como referencia a la psicología social para
comprender lo que es esta manifestación que toma como factor importante a la
cultura. Siguiendo las explicaciones que da la fuente http://definicion.mx/psicosocial/, “existen acciones que tienen un
significado concreto en una cultura determinada y en caso de interpretar esos
gestos fuera de esa cultura, entonces, tienen un valor distinto”. La creación
de un psicosocial malintencionado parte de la cultura de una población, en la
cual también se hallan las formas de interpretación del mundo, sus valores y
sus temores; así pues, como agrega esta fuente, el psicosocial “muestra cómo el
hecho de formar parte de una cultura determinada […] influye en el modo de
pensar y de sentir de un individuo en particular que no puede abstraerse del
entorno en el que le toca vivir”. Los patrones individuales de comportamiento
son dirigidos, pues, por la coerción social, algunos de estos son tan decisivos
en una persona como el famoso “qué dirán”, puesto que “las normas culturales
que son respetadas por un pueblo tienen un valor muy importante para los
individuos que de esta forma, se ven condicionados por algo externos a sí
mismos”. Las creencias sociales son decisivas para cada individuo e, incluso,
muchas personas no pueden actuar sin ellas.
En la historia, Goebbels era un genio en hacerlo; creo campañas sistemáticas para crear un odio vesánico contra judíos, gitanos y eslavos. En la campaña contra la comunidad judía hizo un film El judío Süss que exploró y explotó todos los temores y fobias de la sociedad alemana que venía de una fuerte depresión económica con hiperinflación y desempleo galopante. Crearon a un culpable que justificaría todo el aparato legal, social, cultural y político de la Alemania nazi con criterio racista.
Pero, para que prospere la creación de un psicosocial en
actuales condiciones hay también otro factor a tomar en cuenta: la persuasión y
apariencia de credibilidad de los medios. Este factor fue muy bien empleado por
el fujimorato con los famosos diarios chichas y ciertos programas de
televisión. En la actualidad, ya con casi dos décadas de diferencia, los medios
masivos de comunicación han cambiado y son las redes sociales (Facebook,
Watsapp, entre otros) los que canalizan los comportamientos y los miedos de la
gente. La inducen a reaccionar influida por el miedo y a la zozobra de un temor
selectivamente explotado por estos inescrupulosos de la comunicación. Ejemplos
varios tenemos: durante las últimas campañas electivas, la mayoría del
electorado era sometido a diversas estrategias del miedo a través de entrevistas
y de insidiosas noticias. Debemos de agregar, además, que la débil educación
recibida, la poca capacidad de análisis del grueso de la población ante una
noticia como esta (se la creen a pie juntillas y no se preocupan de la
veracidad de la noticia) y la sensación de inseguridad que trae grandes réditos
políticos a muchos delincuentes sociales, son el caldo de cultivo de cualquier
creencia construida para apuntalar sus temores.
Algunos analistas políticos han visto, con justa
preocupación, que el reciente incidente de Huaycán ha tenido una organización
mucho más compleja que solo la reacción espontánea y ha buscado mostrar un
Estado débil y golpeado por diversos frentes. No hay que olvidar que esa
debilidad fue creada precisamente por el turbio gobierno de Fujimori,
sumiéndolo en la corrupción en casi
todas sus entidades que lo conforman y anulando la presencia del Estado hasta
volverla prácticamente nula en muchas partes de la Nación y en diversos
sectores de nuestra estructura social.