Las grandes artes logran muchas veces felices consecuciones. Las artes antiguas se nutren de las nuevas a través de propuestas conjuntas que les permiten plantear ideas originales en las que todas se renuevan y crecen. En el caso de la música y danza, son artes antiguas en la humanidad que la han acompañado desde tiempos remotos y que difícilmente han quedado registradas en sus inicios; en el encuentro con el cine, éstas han logrado perennizarse con la ayuda del celuloide en los inicios y en lo digital en la actualidad. Fuera del soporte técnico, lo interesante es cómo han logrado conjugarse estas artes para lograr filmes que pertenecen a un género ya definido en el cine: el musical. Pero esta clasificación contiene varios espectros que a su vez incluyen otros géneros como el Biopic, Drama, entre otros. En algunos casos, la música es la que hace girar la historia, casi una moderna ópera llevada a la pantalla. Tal es el caso de las famosas óperas rock de los años 60 y 70, muchas de las cuales fueron conocidas por su versión fílmica (de relativa calidad), pero que sus melodías se terminaban imponiendo; y estas óperas rock iban acompañadas de grupos de baile que permitían, a través de los happenings “provocados”, conocer las propuestas de la danza moderna culta al baile popular. Así tenemos las de corte religioso como Jesucristo Súper Estrella, la ópera rock El Fantasma de la Ópera (interesante propuesta de Brian de Palma), la ópera rock Cats y la interesante Tommy, film que no fue visto en nuestro país. Pero el musical puro, también, generó propuestas interesantes desde las primeras adecuaciones del sonoro francés, como el film Bajos los techos de París de René Clair. La aparición del sonido supuso todo un cambio en la percepción y utilización del cine, y ante este cambio radical, se recurrió a la música para “salvar las vallas” que tenían que enfrentar. Muchos cineastas vieron el gran potencial que tenían por delante: imagen y música podrían complementarse con el cuerpo en movimiento. Los filmes norteamericanos de los 30 y sobre todo los 40, recurrió a ellos como un interesante entretenimiento, una válida evasión para los años difíciles post recesión económica y los años locos de la segunda guerra mundial; también ayudó a consolidar el star system, tan caro a Hollywood. Así aparecen las estrellas como Fred Astaire, Ginger Rogers, Gene Kelly, entre otros; o propuestas interesantes como natación y danza en la nadadora Esther Williams. Atrás de todos ellos había una gran maquinaria musical de compositores, cantantes, coreógrafos, diseñadores que movían “la maquinaria”; Ira Irving, George Gershwin eran nombres conocidos en el mundo musical culto, pero que dieron su talento para componer música para los filmes. Algunos, como Korngold, quien hizo obras maestras de bandas sonoras, terminaron por rechazar esta parte de su vida y renegaron a ese periodo por haber sometido su arte a la maquinaria lucrativa que era (y es) Hollywood. Pese a todo, esta maquinaria se ve incrementada en el momento que entre los premios de la Academia se incluye las categorías de banda sonora, tema musical y música adaptada. Algunos filmes clásicos vistos por nosotros son inconcebibles sin banda sonora o tienen una fuerte recordación con el tema, los que terminan por reforzar su éxito, como el caso de El Padrino, de la mano de Nino Rota.
Para la creación de la danza, el cine también fue un excelente espacio para masificar la danza que sólo se limitaba a un escenario. Los inicios del XX tenemos genios como Isadora Duncan o Maurice Béjart, quienes hacían en esta arte una profunda transformación, socializándola y yendo límites insospechados. La Duncan, con sus ideas socialistas, danzaba en las calles, en sindicatos o en movilizaciones. En los EEUU la aparición del jazz, enriquecido con los espectáculos de bailes pícaros sea en burdeles u otros lugares licenciosos, masifica no sólo la música, sino el baile. Y a esto no puede escapar el cine. Las coreografías sencillas y provocadoras de El Ángel Azul con una sensual Marlene Dietrich, con sus magníficas piernas, abrían el paso a ese campo del cabaret, de la boîte. La ópera se dirigía hacia el canto sencillo, proletario como en La Ópera de los Tres Centavos de Kurt Weill y Bertoldt Brecht. Lo clásico pasa de moda y los artistas toman de la calle lo que iba a ser los nuevos patrones artísticos. Era la herencia que venía desde los “malditos” (Verlaine, Baudelaire, Rimbaud) y es el legado que van a dejarle al Pop Art de los 60. La danza se proletariza y eso le permite experimentar nuevas propuestas. Hacia los 50, los ritmos frenéticos del rock, harán su inclusión en las pantallas y hacia los 60 muchos bailarines van a experimentar con el rock en escenario; así, grupos como Emerson, Lake and Palmer, o Pink Floyd son tomados por diversos grupos de ballet como los de Martha Graham o Pina Bausch para la creación de nuevas propuestas de danzas. El “descartonamiento” de las escuelas nos hacen ver el arte no se “quedó”, sino que buscó nuevas alternativas.
AMOR SIN BARRERAS (WEST SIDE STORY) ROBERT WISE, JEROME ROBBINS (1961) Es una descarnada historia de amor, un Romeo y una Julieta de diferentes etnias, llevada a los suburbios neoyorquinos; una historia rodeada de pandillas juveniles, disputas raciales y excelentes coreografías. Es un clásico del cine y sus melodías han sido entonadas por muchos cantantes, sobre todo tenores, uno de ellos es José Carreras y la soprano Kiri Te Kanawa. Leonard Berstein fundó un género fusionando el jazz y la presencia de todos esos ritmos latinos traídos por los emigrantes a Big Apple. Y a través de las danzas, vemos los fuertes conflictos étnicos que caracterizaron a los Estados Unidos en los 60, los cuales vuelven cada cierto tiempo cuando dicha sociedad entra en crisis, tal como sucede tras el 2008.
HAIR MILOS FORMAN (1979) Quizá una de las películas más emblemáticas del movimiento hippie de los 60. Aunque no llega a ser un gran film, sí es un gran testimonio de este momento de la historia de los Estados Unidos de esa década, la de cambios profundos. Este musical tiene un carácter antibélico, y quiere dar un mensaje de paz y amor en la era de Acuario. Un recluta que va al enrolamiento para ir a Vietnam y se encuentra con una comunidad hippie; una chica de la sociedad neoyorquina conoce al recluta y todo termina por enredarse; el final es un adelanto de lo que sucedió a la sociedad norteamericana que se hastiaba de ver a sus jóvenes regresar mutilados, traumados o muertos. La coreografía es de la gran bailarina y coreógrafa Twyla Tharp.
LOS PARAGUAS DE CHERBURGO (LES PARAPLUIES DE CHERBURG) JACQUES DEMY 1964 Un entrañable film de los 60, ganador de la Palma de Oro de Cannes. Como si fuese una ópera romántica (a lo Massenet) Michel Legrand escribe esta obra de amor muy sentimental. Una pareja conformada por Catherine Deneuve y Nino Castelnuovo se juran amor eterno. Él es llamado al servicio militar durante la guerra de Argelia y ella queda embarazada. Las distancias terminan por romper este amor, peor aún cuando la familia de ella se ve en la necesidad imperiosa de encontrar dinero. Así cada uno toma su rumbo y un día en vísperas de navidad, ambos se encuentran en la estación de gasolina de propiedad de Guy (Castelnuovo). Un encuentro fugaz y que significa el cierre del ciclo de amor de ambos.
CANTANDO BAJO LA LLUVIA (SINGIN´ IN THE RAIN) GENE KELLY, STANLEY DONEN 1952 Una de las obras maestras del género es además un homenaje al cine como tal, en su cambio del mudo al sonoro. Nos ofrece también una de las melodías más bellas hechas para el cine, la que da el título a todo este filme entrañable. La danza nos ofrece toda una lectura para hacernos entender toda la trama. Las partes cómicas son notables por mostrarnos todo ese trauma que fue para los actores de voz poco privilegiada y que cayeron en el olvido. O mostrarnos todas las imperfecciones que eran las primeras grabaciones, toda una obra de titanes. Imaginar, además, que la actriz que tenía la voz hermosa, Debbie Reynolds, no le pertenecía a ella, sino a la misma que hace el rol contrario, Jean Hagen. Ironías de la vida.
ALEXANDER NEVSKY SERGUEI EISENSTEIN 1938 Una de las obras maestras del maestro soviético, fue un film que tuvo problemas en su realización. La endeble paz del gobierno estalinista con la Alemania nazi no permitía que la gente expresase sus divergencias contra ese forzado pacto, producto de la vil repartición de Polonia. La música fue escrita por el gran compositor soviético Serguei Prokofiev y como actor principal Nikolai Cherkasov, a quien muchos conocían como “la voz”. Nevsky es un antiguo héroe de las estepas rusas que defendió la integridad territorial contra los mongoles, los polacos y los caballeros teutones. Esto era una clara alusión a la situación tensa que vivía la Rusia de entonces contra el posible enemigo. Pero tras el ataque alemán de 1941, la película fue rápidamente estrenada y sirvió como un factor de unidad para el pueblo que veía la amenaza nazi sobre la gran madre Rusia. Tiene todo un carácter épico. Grandes obras corales y una impresionante solo para contralto: Campo de la Muerte.
A HARD DAY´S NIGHT RICHARD LESTER 1964 este film británico tiene como principales actores a los integrantes del grupo The Beatles. Se realizó durante el boom de la beatlemanía. Un viaje del grupo para presentarse en Londres se ve amenazado por las hordas de fanáticos que quieren abordarlos. Logran evadirlos, pero da paso a otros sucesos. Filmada casi a lo nouvelle vague (Richard Lester fue uno de los grandes del free cinema), es una comedia irónica, casi psicodélica, con espontaneidad en la pantalla, que muestra errores de filmación intencionalmente. Y las canciones todas están en el álbum del mismo nombre. Vale destacar “And I love her”, “she loves you” entre todas.
SOMBRERO DE COPA (TOP HAT) MARK SANDRICH 1935 La obra maestra de Fred Astaire y Ginger Rogers Una gran muestra del tap que impusieron en los años 30. Jerry llega a Londres para hacer un espectáculo, allí conoce de manera accidentada a Dale, Jerry va a tratar de captar su amor y las danzas y melodías van a apuntar a eso. La música es de Irving Berlin y la melodía “cheek to cheek” (mejilla a mejilla) se convirtió en todo un clásico de la canción romántica. Obra de satín, seda, danza y romance.
Para la creación de la danza, el cine también fue un excelente espacio para masificar la danza que sólo se limitaba a un escenario. Los inicios del XX tenemos genios como Isadora Duncan o Maurice Béjart, quienes hacían en esta arte una profunda transformación, socializándola y yendo límites insospechados. La Duncan, con sus ideas socialistas, danzaba en las calles, en sindicatos o en movilizaciones. En los EEUU la aparición del jazz, enriquecido con los espectáculos de bailes pícaros sea en burdeles u otros lugares licenciosos, masifica no sólo la música, sino el baile. Y a esto no puede escapar el cine. Las coreografías sencillas y provocadoras de El Ángel Azul con una sensual Marlene Dietrich, con sus magníficas piernas, abrían el paso a ese campo del cabaret, de la boîte. La ópera se dirigía hacia el canto sencillo, proletario como en La Ópera de los Tres Centavos de Kurt Weill y Bertoldt Brecht. Lo clásico pasa de moda y los artistas toman de la calle lo que iba a ser los nuevos patrones artísticos. Era la herencia que venía desde los “malditos” (Verlaine, Baudelaire, Rimbaud) y es el legado que van a dejarle al Pop Art de los 60. La danza se proletariza y eso le permite experimentar nuevas propuestas. Hacia los 50, los ritmos frenéticos del rock, harán su inclusión en las pantallas y hacia los 60 muchos bailarines van a experimentar con el rock en escenario; así, grupos como Emerson, Lake and Palmer, o Pink Floyd son tomados por diversos grupos de ballet como los de Martha Graham o Pina Bausch para la creación de nuevas propuestas de danzas. El “descartonamiento” de las escuelas nos hacen ver el arte no se “quedó”, sino que buscó nuevas alternativas.
AMOR SIN BARRERAS (WEST SIDE STORY) ROBERT WISE, JEROME ROBBINS (1961) Es una descarnada historia de amor, un Romeo y una Julieta de diferentes etnias, llevada a los suburbios neoyorquinos; una historia rodeada de pandillas juveniles, disputas raciales y excelentes coreografías. Es un clásico del cine y sus melodías han sido entonadas por muchos cantantes, sobre todo tenores, uno de ellos es José Carreras y la soprano Kiri Te Kanawa. Leonard Berstein fundó un género fusionando el jazz y la presencia de todos esos ritmos latinos traídos por los emigrantes a Big Apple. Y a través de las danzas, vemos los fuertes conflictos étnicos que caracterizaron a los Estados Unidos en los 60, los cuales vuelven cada cierto tiempo cuando dicha sociedad entra en crisis, tal como sucede tras el 2008.
HAIR MILOS FORMAN (1979) Quizá una de las películas más emblemáticas del movimiento hippie de los 60. Aunque no llega a ser un gran film, sí es un gran testimonio de este momento de la historia de los Estados Unidos de esa década, la de cambios profundos. Este musical tiene un carácter antibélico, y quiere dar un mensaje de paz y amor en la era de Acuario. Un recluta que va al enrolamiento para ir a Vietnam y se encuentra con una comunidad hippie; una chica de la sociedad neoyorquina conoce al recluta y todo termina por enredarse; el final es un adelanto de lo que sucedió a la sociedad norteamericana que se hastiaba de ver a sus jóvenes regresar mutilados, traumados o muertos. La coreografía es de la gran bailarina y coreógrafa Twyla Tharp.
CABARET BOB FOSSE 1972 Alemania antes de la guerra. Berlín es un hervidero de artistas y es el esplendor de los clubes nocturnos en la capital germana y muchos actores y actrices buscan suerte. Interesante ver a través de los bailes cómo va apareciendo la ideología reinante de la época, la amenaza nazi, la censura velada y luego abierta, la decadencia de un momento. Surge el antisemitismo y una fuerte homofobia en un contexto en el cual había muchas personas con esas características. Alemania va lentamente hacia la hecatombe. Los artistas de la talla de Werner Finck, Friedirch Hollaender, Karl Valentin fueron silenciados y tuvieron que irse del país. El chiste político se volvió peligroso y muchos clubes fueron clausurados; eran espacios en los que la gente, pese al miedo, aplaudía a rabiar a Finck por sus ocurrencias agudas.
LOS PARAGUAS DE CHERBURGO (LES PARAPLUIES DE CHERBURG) JACQUES DEMY 1964 Un entrañable film de los 60, ganador de la Palma de Oro de Cannes. Como si fuese una ópera romántica (a lo Massenet) Michel Legrand escribe esta obra de amor muy sentimental. Una pareja conformada por Catherine Deneuve y Nino Castelnuovo se juran amor eterno. Él es llamado al servicio militar durante la guerra de Argelia y ella queda embarazada. Las distancias terminan por romper este amor, peor aún cuando la familia de ella se ve en la necesidad imperiosa de encontrar dinero. Así cada uno toma su rumbo y un día en vísperas de navidad, ambos se encuentran en la estación de gasolina de propiedad de Guy (Castelnuovo). Un encuentro fugaz y que significa el cierre del ciclo de amor de ambos.
CANTANDO BAJO LA LLUVIA (SINGIN´ IN THE RAIN) GENE KELLY, STANLEY DONEN 1952 Una de las obras maestras del género es además un homenaje al cine como tal, en su cambio del mudo al sonoro. Nos ofrece también una de las melodías más bellas hechas para el cine, la que da el título a todo este filme entrañable. La danza nos ofrece toda una lectura para hacernos entender toda la trama. Las partes cómicas son notables por mostrarnos todo ese trauma que fue para los actores de voz poco privilegiada y que cayeron en el olvido. O mostrarnos todas las imperfecciones que eran las primeras grabaciones, toda una obra de titanes. Imaginar, además, que la actriz que tenía la voz hermosa, Debbie Reynolds, no le pertenecía a ella, sino a la misma que hace el rol contrario, Jean Hagen. Ironías de la vida.
ALEXANDER NEVSKY SERGUEI EISENSTEIN 1938 Una de las obras maestras del maestro soviético, fue un film que tuvo problemas en su realización. La endeble paz del gobierno estalinista con la Alemania nazi no permitía que la gente expresase sus divergencias contra ese forzado pacto, producto de la vil repartición de Polonia. La música fue escrita por el gran compositor soviético Serguei Prokofiev y como actor principal Nikolai Cherkasov, a quien muchos conocían como “la voz”. Nevsky es un antiguo héroe de las estepas rusas que defendió la integridad territorial contra los mongoles, los polacos y los caballeros teutones. Esto era una clara alusión a la situación tensa que vivía la Rusia de entonces contra el posible enemigo. Pero tras el ataque alemán de 1941, la película fue rápidamente estrenada y sirvió como un factor de unidad para el pueblo que veía la amenaza nazi sobre la gran madre Rusia. Tiene todo un carácter épico. Grandes obras corales y una impresionante solo para contralto: Campo de la Muerte.
A HARD DAY´S NIGHT RICHARD LESTER 1964 este film británico tiene como principales actores a los integrantes del grupo The Beatles. Se realizó durante el boom de la beatlemanía. Un viaje del grupo para presentarse en Londres se ve amenazado por las hordas de fanáticos que quieren abordarlos. Logran evadirlos, pero da paso a otros sucesos. Filmada casi a lo nouvelle vague (Richard Lester fue uno de los grandes del free cinema), es una comedia irónica, casi psicodélica, con espontaneidad en la pantalla, que muestra errores de filmación intencionalmente. Y las canciones todas están en el álbum del mismo nombre. Vale destacar “And I love her”, “she loves you” entre todas.
SOMBRERO DE COPA (TOP HAT) MARK SANDRICH 1935 La obra maestra de Fred Astaire y Ginger Rogers Una gran muestra del tap que impusieron en los años 30. Jerry llega a Londres para hacer un espectáculo, allí conoce de manera accidentada a Dale, Jerry va a tratar de captar su amor y las danzas y melodías van a apuntar a eso. La música es de Irving Berlin y la melodía “cheek to cheek” (mejilla a mejilla) se convirtió en todo un clásico de la canción romántica. Obra de satín, seda, danza y romance.
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