La rápida llegada al atardecer del 21 de julio a la pequeña ciudad de Jaca me permitió ver parcialmente esta joya del románico aragonés. Una vez instalados en nuestras habitaciones de la ciudad universitaria y luego de haber participado en un breve recibimiento, nos fuimos a
La iglesia es un muestrario de
periodos históricos artísticos que mostraban su importancia para la corona
aragonesa. Hay manifestaciones góticas y
renacentistas, sean en sus construcciones o en los altares que adornan diversas
capillas. Pero luego de ingresar a la iglesia, hacia la mano izquierda, se
puede visitar el museo que se halla en el claustro de este conjunto
arquitectónico. Al ingresar y recibir
ayuda de los guías, pasas al claustro en sí. En sus alas laterales, hallas
diversos capiteles que pertenecieron a la iglesia misma o de diversas iglesias
de la región, ya perdidas para siempre.
Es una de las misiones de este museo: rescatar el patrimonio románico
que se halla en diversas iglesias y capillas derruidas en pueblos y villorrios.
Así tenemos la sala Bagüés, murales rescatados de la desaparecida iglesia de
santos Julián y Basilisa, perteneciente a la región. Luego pasabas a las
capillas claustrales, donde podías ver una extraordinaria muestra de escultura
románica y gótica. Un Cristo mostraba un agujero, pensé que era producto de
alguna bala o algún daño intencional. No, era una suerte de repositorio para
“encargar” milagros a la imagen. Al momento de salir nos encontramos con un coro de la iglesia que ensayaba música sacra.. Es una visita obligada.