En las últimas semanas, autoridades regionales y municipales han pregonado por todos los medios y a los cuatro vientos una serie de obras que tendrán un impacto positivo en la sociedad trujillana y liberteña en general. Estos anuncios han sido difundidos por diversos medios creando una expectativa y, obviamente, una justificada suspicacia por parte de la ciudadanía sobre la prontitud de la ejecución de las mismas o de la calidad de su edificación. La reciente lluvia del sábado 05 puso en entredicho las obras de canalización y contención de las quebradas, las que son siempre una amenaza latente para la seguridad ciudadana, la economía y la propiedad pública y privada de miles de trujillanos. La advertencia de huaico cundió entre los mortificados habitantes, sobre todo los de aquellas zonas en las que el agua discurre como su curso natural atravesando la ciudad de este a oeste. El Niño costero del 2017 y el ciclón Yaku del 2023 generaron tantos daños en la ciudad en la infraestructura que aún no nos reponemos de esos estragos. La Municipalidad se limita a resanar calles y avenidas que, luego de una lluvia estival (como la reciente), vuelven a mostrar las deficiencias de siempre: basta con pasar por las avenidas como Jesús de Nazaret para constatar lo comentado. Un plan de reconstrucción de calles y avenidas con alcantarillado y drenajes ya se hace necesario, urgente para nuestra ciudad; postergar esta decisión es acrecentar el problema, pues no contamos con un buen transporte público masivo que ya lo exige una ciudad que tiene más de un millón de habitantes. Nuestro sistema vial es tan penoso que zonas que exigen pistas en buen estado, como las del Hospital de Alta Complejidad, son una muestra del lamentable trato que sufren los trujillanos. Las puertas de entrada a nuestra ciudad, como el aeropuerto, muestran al visitante cuál es el verdadero compromiso ciudadano de nuestras autoridades. Se ha comenzado a trabajar en la ruta Trujillo – Aeropuerto – Huanchaco; la intervención se ha limitado a un único tramo de dicha vía desde hace dos semanas y ahí está detenido hasta “nuevo aviso”. Desde el año pasado nos han ido anunciando un interesante proyecto de esta vía que se ha ido postergando mes tras mes y es justo que uno ya ponga en duda el mismo, habida cuenta de que es nuestra Región una de las últimas en ejecución de su presupuesto anual. Sinceramente, La Libertad pudo haber liderado proyectos de gran envergadura para el Bicentenario, siendo precisamente nuestra Región la que iba a liderar estas conmemoraciones; pero no tuvimos las autoridades de cualquier rango que estuviera a la altura de las circunstancias. No hubo líderes capaces de asumir el reto de hacer obras extraordinarias para nuestra ciudad, limitándose a sólo apagar incendios ante los problemas que van apareciendo como la erosión costera, el limitado aeropuerto, el débil sistema vial que tenemos entre otros que pudieron evitarse a tiempo.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 20 de abril de 2025
domingo, 30 de marzo de 2025
LA MISMA CANTALETA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 30 DE MARZO)
Mientras escribo este artículo, va saliendo el sol para mostrar a todos los trujillanos los estragos de la lluvia que ha caído por unas tres horas. Y como suele siempre suceder, desnuda todas las debilidades y carencias que la ciudad afronta por décadas. Lo peor es que Trujillo sigue creciendo caóticamente, acentuando las falencias que debieron ser abordar frontalmente desde el Niño del 82-83. En ese entonces, aún no existía Chavimochic, proyecto agrícola que ha cambiado toda la realidad climática y geográfica de nuestra ciudad, volviéndola más húmeda y con cierta regularidad pluvial en los veranos; cada vez es más raro que en la última década no hayamos tenido alguna lluvia de regular intensidad. Todos los ciudadanos se han visto forzados en los últimos años en reforzar techos y habilitar formas de evacuación de agua; se espera que las últimas edificaciones residenciales cuenten con todo un sistema adecuado de evacuación de aguas pluviales. Ya es una realidad. La lluvia que cayó ayer sábado no se ubica en el cuadro de un nuevo Niño. Seguirán incrementándose, sea por el cambio climático, sea por los efectos Chavimochic. Fuera de los dramas individuales o familiares, están los problemas por la escasa o nula planificación adecuada de las autoridades de turno. No existe un plan concreto y global de alcantarillado y drenaje en nuestra ciudad; las calles siguen presentando reparaciones que no contemplan una implementación adecuada, peor aún por el uso frecuente de usos disuasivos para el tráfico, como los rompemuelles que, tras una lluvia, presentan grandes charcos de agua acumulada por horas o días, con toda la molestia que esto causa y con el sostenido deterioro de la capa asfáltica; por eso, es frecuente ver grandes huecos al costado de estos artificios, gracias a la erosión de las aguas estancadas. La preocupación de las autoridades ha sido la de abordar un control de las quebradas, pero la situación de la ciudad en sí deja mucho que desear. Viendo las imágenes que se han difundido a través de las redes sociales, los lugares afectados son casi siempre los mismos. Por ejemplo, desde el Niño del 82 y luego en todas las demás lluvias torrenciales (otros Niños, Yaku, lluvias anticiclón), lugares como la Piscina Olímpica y la Av. Jesús de Nazaret son los “caseritos” del anegamiento y colapso de infraestructura. Es como si las imágenes se fueran replicando. Hay zonas residenciales, como la Urb. Primavera, en la que se prometió un cambio de redes de agua y desagüe, así como una obra de alcantarillado; eso se comentó al vecindario a inicios del año pasado; se preveía la instalación de alcantarillado a inicios de este 2025. Y aún no terminan con las obras iniciales. Lenta agonía. Estas lluvias llegan en mal momento para las campañas electorales de la ciudad y región. Es posible que tengan un fuerte coste político. Aunque en el país de las maravillas en que nos hemos convertido, todo puede pasar.
domingo, 17 de diciembre de 2023
ENEMIGOS SOCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 17 DE DICIEMBRE)
La
semana que termina nos ha permitido identificar enemigos fácilmente reconocibles y los ocultos que surgen en momentos críticos como los que
estamos viviendo. Tanto a nivel local como nacional, estamos siendo testigos de
ataques contra los ciudadanos de manera directa.
Tras
la caída de la cuestionada Fiscal de la Nación, muchos de los congresistas
involucrados en las fechorías de Patricia Benavides buscan argumentos para
detener la acentuada apertura de la caja de Pandora en el que se volviendo este
caso: las redes simpatizantes de los congresistas de todas las bancadas lanzan
ideas tratando de desprestigiar a la JNJ. Una campaña de mostrar los sueldos de
la Junta se volvió en un búmeran al anunciarse la desorbitante ganancia que van
a tener estos congresistas, cínicos, que tratan de sacar provecho de su puesto poniendo
en entredicho sus funciones: representar a la sociedad para buscar su bienestar
legislando adecuadamente en pro del bien común. Estos individuos atentan contra
la calidad universitaria, la institucionalidad de los partidos políticos, la
promoción de justicia y la independencia institucional de organismos del
Estado. Es verdaderamente lumpen lo que hallamos en estos personajes. Sin
embargo, ahora podemos ver a algunos medios que solían defender a estos personajes
que comienzan a resquebrajarse ante tamaño despropósito.
Por otro lado, el Centro Histórico de Trujillo y varias vías de tránsito masivo han sido cerrados de manera casi sorpresiva e intempestiva sin ningún plan de contención. El desconcierto y malestar de la ciudadanía no se hizo esperar. Hubo cancelaciones que afectaron a varios negocios, fuera del número de horas-hombre perdidas ante un tráfico insoportable, generando mayor contaminación gracias al viejo parque automotor que tenemos (veamos la cantidad de unidades de transporte público de gran antigüedad que circula), estrés entre las personas y las pérdidas causadas a establecimientos formales en plena campaña navideña. Cierto es que las calles y avenidas nuestras necesitan una urgente reparación. Pero, ¿será esta reparación lo suficientemente buena para soportar las lluvias habida cuenta de que no contamos con ningún sistema de drenaje, por ejemplo? ¿Coordinó con el área respectiva para ver la reducción de cables aéreos que según la autoridad edil serán erradicados? ¿Hubo alguna planificación y aviso a los residentes y negocios establecidos en el centro para que tomasen las medidas necesarias? ¿Se diseñó un plan alternativo para que el tránsito fuese desviado adecuadamente? ¿Qué pasa si los bomberos y las ambulancias en emergencia se encuentran con este atolladero y no cumplen con sus debidas funciones? ¿Quién asume esa responsabilidad en caso de haber pérdidas humanas? Tal como sucede en ese impopular congreso nacional, las autoridades locales actúan a espaldas de la ciudadanía, pues saben que tendrán la inacción por respuesta. ¿En eso hemos quedado como ciudadanos?
domingo, 12 de noviembre de 2023
CIUDAD DECADENTE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 DE NOVIEMBRE)
Noticias van, noticias vienen. Acontecimientos que identifican a nuestra vecindad, a nuestra ciudad, a nuestra sociedad. Tiburones, ferias placeras, vallas descuajadas de murallas antiguas, calles y avenidas plagadas de huecos y sus antípodas, los rompemuelles, Tren de Aragua intimidante, incendios que huelen a cupos; y, para rematar, un Niño amenazante con lluvias que podrían lavar las nuevas estatuas de roqueros nacionales que estarán, imagino, en nuestra Plaza principal. Dicen que las comparaciones son odiosas; pero son necesarias, algunas veces, para poder tomar algunos puntos de referencias. Estuve en Arequipa que sufre en su estructura urbana una verdadera pesadilla: el tráfico. Esa ciudad tiene viaductos, varios puentes a desnivel, menos calles con huecos y rompemuelles, pero el caos vial es patente por la presencia de una gran cantidad de transporte público de pequeñas y medianas unidades; custer, por ejemplo. No tienen las pesadillas que son los mototaxis o los ticos. Aún así, el tráfico es imposible. Hay planes para hacer, como Bogotá, un servicio de grandes buses que erradique todo ese parque automotor antiguo y contaminante; pero eso va a generar un gran problema social por la débil regulación que existe en la otorgación de licencias y permisos de uso de rutas. Fuerte corrupción como lo vemos en todas las ciudades de nuestro país. Y las autoridades no ayudan mucho por esa viciosa simbiosis que se ha generado entre los dirigentes de líneas de servicio público, propietarios de estas unidades y las autoridades políticas que les deben “favores”, entiéndase votos. Esta pesadilla tiene muchas décadas y terminó de hacerse un cáncer cuando el Fujimorato permitió la libre importación de ticos, autos de segunda y otras unidades que son, en realidad, chatarra. Metástasis total. Pero Arequipa, pese a todo, no se ha degradado como está pasando con nuestra ciudad. También hay enemigos de patrimonios, invasores de tierras en zonas intangibles. Pero la ciudad es Patrimonio de la Humanidad y debe mantener ese estatus que le trae réditos a la sociedad arequipeña en su conjunto. Intervenir su Centro Histórico no puede estar sujeto a caprichos de una autoridad que le permita demostrar sus devaneos mentales o sus crisis de megalomanía. Aún recuerdo el mural externo que se encuentra en el cementerio de Pacasmayo en el que un alcalde de los inicios de este siglo decidió ponerse como la cúspide de la evolución del planeta Tierra. Nuestra ciudad está a merced de autoridades y sus exhibiciones, y sus rivales y los contraataques relativos que la van deteriorando cada vez más. Creo que, a estas alturas, ya es necesario expresar con severidad nuestra disconformidad contra estas decisiones despojándonos del prejuicio inculcado en las últimas décadas sobre nuestro derecho a manifestar nuestro malestar; peor aún sabiendo que nuestras autoridades no han sido efectivas en las prevenciones necesarias para el Niño que se nos viene.
domingo, 20 de agosto de 2023
INFRACIUDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE AGOSTO)
En
los clásicos filmes de western, veíamos ciudades empolvadas en las que el
viento arrastraba arena, polvo y arbustos (aún no había las benditas bolsas de
plástico) en las que imperaba la ley del más fuerte, del bravucón. Calles
polvorientas por las que circulaban carretas y caballos que establecían ciertas
reglas de desplazamiento colectivo en ese momento. Una ciudad del siglo XIX. Las
calles no conocían el asfalto y eran pobladas por vehículos de diversas
dimensiones que se desplazaban por la fuerza de caballos. Esa era la imagen de
una ciudad del Lejano Oeste norteamericano. Dos siglos después, a muchos
kilómetros al sur del mismo continente, hay varias ciudades peruanas que se
asemejan a esta descripción con algunas variantes y con una conglomeración humana
más grande y una presencia vehicular mayor. Pero la descripción calza en muchos
aspectos: sucias, con afirmado (carente de pavimentación) y con un
comportamiento de jungla de sus habitantes que conducen los vehículos. En este
conjunto de ciudades está Trujillo incluida.
Fuera del problema del comportamiento de la población que se desplaza en cualquier vehículo, las condiciones del sistema vial en las que se encuentran casi todas las calles, avenidas y pasajes de nuestra ciudad son deplorables. Una ciudad en decadencia en muchos aspectos. Ya se ha denunciado muchas veces la cuantiosa pérdida que provoca el estado del “pavimento” empleado. Tras la última lluvia de marzo de este año que duró casi tres horas desnudó la calidad (y corrupción) del material empleado en reparaciones que se hicieron apresuradamente como parte del cierre de la campaña electoral de la anterior gestión edil. Calles y avenidas con asfalto novísimo quedaron con grietas y cráteres que son la pesadilla de conductores de todo tipo de vehículos. Lo más indignante es que los usuarios están aceptando esta realidad y afirmación: después de cada lluvia las calles deben quedar dañadas. Es casi una tautología irrefutable: lluvias = huecos. Así vehículos, conductores y pasajeros experimentan una verdad irrefutable en la realidad trujillana. No es una evidencia que no cuestionamos y que esperamos. Como el mito de Sísifo, los trujillanos sabemos que la lluvia debe destruir el asfalto. Y los elementos corruptos involucrados, públicos y privados, alimentan esta idea, pues es negocio lucrativo para ellos. Carentes de drenajes, se construyen rompemuelles en los que las aguas se acumulan que generan más deterioro del ralo pavimento de la calle o avenida que lo tiene. Nuestro sistema vial es totalmente ilógico. La “Autopista” del Sol tiene la aberración de contener rompemuelles: ¡una autopista con rompemuelles! De lo más insano como sistema vial. Cuando comento esto con amigos que nos visitan me explican que, por estas condiciones, esa vía no es una autopista. Trujillo es una ciudad que va perdiendo su calidad de urbe rápidamente. Una ciudad que es cada vez menos atractiva para vivir.
domingo, 1 de enero de 2023
2023, NUEVA GESTIÓN EDIL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 01 DE ENERO 2023)
La gestión edil saliente está
cerrando su periodo entre el ridículo y la incompetencia. Es el pequeño
universo que encierra la política peruana en general: movidas subrepticias, palabras
fatuas y silencios cómplices y fatales para la sociedad en su conjunto. Además,
Daniel Marcelo, como despedida, hizo algunos cambios que han lanzado a la calle
a varios trabajadores de diversas áreas con el consiguiente descontento social
ad portas del nuevo año. APP colocó a estos dos políticos que han terminado en
un abierto enfrentamiento para beneplácito de pocos y pesadilla de muchos. Pero
nunca hay puntada sin hilo, y esta oscura situación puede ser una gran rémora
para la nueva gestión que recibe el gobierno municipal hoy 1 de enero.
La ciudad arrastra algunos problemas
puntuales desde décadas: tratamiento de desechos, colapso del sistema vial y
seguridad ciudadana. Hay que agregar sistema sanitario y educación que
colapsaron durante la pandemia. La última caótica gestión no ha hecho sino
agravarlos. Y todos tienen que ser vistos de manera holística para no atacar
los problemas de manera parcial o unilateral: por eso, hay que trabajar con la
vecindad, el mundo académico, cultural, educativo y empresarial; y rodearse de
un equipo de comunicación asertivo y verdaderamente multidisciplinario. Muchos
de los problemas que la ciudad tiene son de corte cultural-educativo por lo que
se hace necesario abrir canales de comunicación con la ciudadanía en el manejo
de desechos sólidos y reciclaje, y el trabajo colaborativo en seguridad
ciudadana. Asesoría y coordinación con otras ciudades que han desarrollado
planes globales para el tratamiento de la violencia y ornato serán pertinentes
y las medidas adoptadas deben ser coercitivas como política ciudadana,
difundidas a todos los niveles (importante trabajo articulado con actores
culturales y educativos). Hay ciudades que han tenido muchos logros macro:
Medellín, Cuenca, Guayaquil y algunos planes desarrollados por Arequipa o Piura,
sin ir muy lejos. Un ejemplo: Trujillo todavía carece de un plan en conjunto de
mantenimiento de calles: sistema eléctrico, telefónico, agua y desagüe y
reparación de calles deberían coordinar permanentemente y de manera expeditiva
para intervenir en reparación de calles y avenidas de nuestra deteriorada ciudad.
Esta nueva gestión podría pasar a la historia de planificar un sistema de drenaje y un completo tratamiento de residuos sólidos y líquidos para una ciudad que ve incrementar lluvias que afectan el endeble asfalto, y que arroja 400 toneladas diarias de basura, muchas de las cuales pueden ser recicladas efectivamente. Pero hay un fantasma que recorre toda gestión municipal: la corrupción. El ejemplo del corrupto clan Becerril en Chiclayo deshizo todo un plan de manejo global de residuos con la Cooperación Suiza. La corrupción a todo nivel puede, eso sí, acelerar la corrosión edil en desmedro de la ciudad. ¿Podrán contra ese cáncer?
domingo, 20 de noviembre de 2022
INSEGURIDAD E IRRESPONSABILIDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE)
El accidente de la empresa
EMTRAFESA segó la vida de trece personas, aunque todavía las cifras son
inciertas en el momento que escribo este texto. Una volcadura que pudo evitarse
si se hubiera actuado con prudencia y dentro de las normas que deben de regir
esta actividad: se habla de la inexperiencia del conductor, del sistema de
construcción de una eternamente inacabada Autopista del Sol, del escaso control
de la SUTRAN. De haberse cumplido con todos los protocolos, este lamentable
accidente se hubiera evitado: un chofer nuevo asesorado por uno de experiencia,
el conocimiento del uso adecuado de un óvalo y el uso consciente de todo
ciudadano del cinturón de seguridad. Todo indica que la empresa envió a una
persona novata que ahora arrastrará en su conciencia la muerte de numerosos
pasajeros; que hubo y hay un verdadero desconocimiento sobre el uso de óvalos y
rotondas; y que la mayoría de ciudadanos no cumple con las medidas de seguridad
como el uso del cinturón. Muchos foráneos ven con asombro nuestro modo de
conducir y el total desconocimiento de reglas básicas de tránsito, tanto del
sector público como privado. Alguna vez escuché a un dirigente de transporte
público que no encontraba sentido del uso de una rotonda u óvalo. Desde este
punto ya comenzamos mal. Ante una forma tan agresiva e individualista de los
conductores de todo tipo de vehículo, no es extraño que haya graves desastres
como el que acaba de suceder.
El segundo accidente pone muchos elementos en entredicho. El fatal hecho que causó la muerte lamentable de dos bomberos y tres en estado grave surge del problema de comunicación en un aeropuerto que se jacta de ser uno de los mejores de Sudamérica. Y el desenlace pudo haber sido más grave de haberse incendiado el avión que trataba de decolar lleno de pasajeros. El incidente también ha desnudado el problema de un país excesivamente centralista. Cerrado el aeropuerto internacional, comenzó el drama para miles de personas que salían o entraban a Lima desde el interior o exterior del país. Un caos total. Es el pago que tenemos por haber permitido que todo sea priorizado en la capital (como el famoso puerto de Chancay, el futuro nudo portuario cercano a Lima). Una situación crítica para la seguridad y continuidad del resto de nuestra nación. Por ejemplo, ayer Trujillo prácticamente quedó incomunicada con el resto del mundo, salvo los vuelos hacia a otras latitudes como Arequipa o Santiago de Chile, que son poco frecuentes. ¿De haber habido una catástrofe de mayor magnitud, nuestro país paralizaría?
domingo, 26 de septiembre de 2021
PESADILLA VIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE SEPTIEMBRE)
Mensualmente debo llevar a mi madre al Hospital de Alta Complejidad para su respectivo chequeo. Estas visitas que llevo realizando en los últimos ocho meses me ha permitido verificar el estado de abandono paulatino que tiene todo el sistema vial de nuestra ciudad. En la última visita, el trayecto hacia dicho hospital se ha convertido en toda una verdadera odisea. La avenida José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru), anteriormente identificada como la Panamericana, se ha vuelto una verdadera pesadilla no sólo por su mantenimiento, sino también por el denso tráfico que soporta por el cual discurren camiones, micros, buses, combis, autos y camionetas de todo tamaño, y las infaltables mototaxis: hago destacar esto, pues no es el problema del número de vehículos que pueda llamar la atención, sino la forma de conducir dichas movilidades por personas habituadas, tanto de transporte privado como público, a un tráfico salvaje y con un mínimo de respeto por las normas, dizque, vigentes: ¿falta de autoridad?
El estado de calles y
carreteras en nuestra ciudad y región es bastante lamentable: vimos, por
ejemplo, toda la increíble demora de asfaltar (no sé si intencional) un
conjunto de calles en Huerta Grande, lo que fue toda una pesadilla para los residentes
del lugar: los vecinos buscaban desesperados una solución a este problema que traía
basura y moscas por haber dejado en abandono el asfaltado: un sector ubicado a
sólo media cuadra del Centro Histórico. Ahora hemos visto una “diligente”
reparación de calles en las que los huecos son rellenados, una reparación que
es verdadero maquillaje el cual será borrado (como todo maquillaje) en las
próximas lluvias. Trujillo se ha vuelto una ciudad bombardeada por diversas
razones; algunas de estas causas son “contribución” de los mismos ciudadanos al
emplear las calles como lavaderos de autos o el tránsito y estacionamiento de
vehículos pesados. Algunas calles y avenidas céntricas (San Martín y
Miraflores, por ejemplo) convertidas en ríos en cada Niño, aún no restañan sus daños.
Ver barrios periféricos a nuestro Centro nos da una idea del gran olvido en que
el que se halla nuestra ciudad. Volviendo a la avenida Túpac Amaru, imagino la
pesadilla que debe de ser para cualquier vehículo de emergencia (ambulancias)
que trasladen a enfermos críticos al destino que les urge. Quizás sea una
malévola forma de control poblacional.
Tal como indicamos la semana
pasada, en 2022 tendremos elecciones municipales y regionales. Muchas promesas se harán, varias de ellas
apostando por el cemento y construcciones aparatosas, quizás. Pero tener un
sistema vial decente para una ciudad que se jacta ser una de las más
importantes del país, debería de ser una prioridad tanto municipal como
regional. Habrá que ver qué propuestas coherentes tendrán para esta realidad,
puesto que el transporte es vital para atender urgencias e incrementar el
desarrollo de una zona tan poblada como la nuestra.
domingo, 12 de septiembre de 2021
¿UNA CIUDAD CANGREJO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 SEPTIEMBRE)
Trujillo tiene, según datos del 2020, una población metropolitana de 1´110,220. En los últimos años, el panorama social ha cambiado sustancialmente. Las migraciones internas y externas han sido un factor decisivo en su crecimiento poblacional. Por ejemplo, según datos del 2017, había una población de 148,992 ciudadanos venezolanos residentes. Casi un 11% de la población total. La coyuntura ha cambiado en algo estos datos, no mucho. La pandemia hizo que muchas personas hayan regresado a su sitio de residencia por la modalidad del trabajo remoto, sobre todo aquellos que residían en pensiones o casa de parientes en otras ciudades como Lima. Eso ha generado otras condiciones especiales, fuera del hecho de que muchos han establecido pequeños y medianos negocios de servicios de todo tipo. La posibilidad de una migración masiva hacia el exterior no será significativa para la presión poblacional que la ciudad tiene. Al igual que otras ciudades de la costa, Trujillo tiene un fuerte déficit de infraestructura en muchos rubros: agua y desagüe, sistema vial, electricidad, interconectividad, reciclaje y manejo de residuos sólidos, sistema de sanidad y salud mental, macroproyectos de impacto ambiental, erosión costera. Un largo etcétera que se ha ido agudizando por diversas razones, muchas de ellas por incompetencia de autoridades pertinentes, así como una acentuada corrupción que afecta todo quehacer de nuestra ciudad. La planificación urbana en Trujillo deja mucho por desear: la reiterada edificación de construcciones, incluso de material noble, en zonas prohibidas son el producto de una extensa mafia de terrenos que incluye no sólo a autoridades, sino al aparato judicial y un grupo de empresarios inescrupulosos que fomentan acaparamiento de terrenos, invasiones o actividades ilegítimas en el Poder Judicial sobre títulos de propiedad. Por falta de control y por la misma corrupción, muchas áreas destinadas a parques y zonas de recreo terminaron convirtiéndose en viviendas; nuestras ciudades ofrecen pocos m2 de áreas verdes por cada uno de nosotros. Sin embargo, algunos municipios han comenzado a desarrollar planes interesantes en pro de sus ciudadanos. Moche, por ejemplo, tiene un plan de acopio para uno de los residuos más contaminantes: pilas de cadmio. Esperemos que estos desechos sean correctamente tratados para tener un plan global. Muchas buenas ideas ecológicas, como clasificar la basura, terminan en sólo buenas intenciones al terminar dichos desechos en un relleno sanitario en el que pululan recicladores y negociantes. Las iniciativas ciudadanas de participar activamente en las políticas urbanas deben de ser apoyadas y promovidas para invitar a más personas a sumarse a estas causas.
PD. Jean-Paul Belmondo ha
muerto. Para los cinéfilos, este díscolo actor marcó una época que nos preparó
para la Nueva Ola y el Mayo del 68 francés. Feo pero guapo, tuvo una ceremonia
digna a su memoria. Bon voyage.