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Trujillo, La Libertad, Peru
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martes, 3 de junio de 2025

CEMENTERIOS REGIONALES, CEMENTERIOS LIBERTEÑOS (CRÓNICA DE VIAJE POR EL ARTE FUNERARIO LIBERTEÑO)

 



A raíz de un curso de Arte Funerario que llevé en febrero de este año por cuatro semanas, tuve la oportunidad de conocer más sobre estas formas artísticas que muchos no apreciamos por el temor que tenemos a la muerte y a todo lo de su entorno. En los últimos viajes que hice al exterior tuve la oportunidad de conocer grandes cementerios como el Père Lachaîse de París, Os Prazeres de Lisboa, El Recoleta de Buenos Aires y los interesantes museos de disidentes de Valparaíso, Chile. El arte funerario se manifiesta a través de estatuas, urnas, mausoleos, lápidas y otras manifestaciones que uno puede ver en estos cementerios museos. Hace muchos años estuve en el Presbítero Maestro de Lima y el año pasado fui con Maria y Laura al Cementerio de Miraflores de Trujillo, muy cargado de historia no sólo para la ciudad, sino para el país, pues fue el segundo camposanto edificado extramuros. Durante los últimos meses del año pasado estuve amarrado a la lectura del libro Funerales Republicanos en las Américas que tiene por compilador a la historiadora Carmen Mc Evoy, que tiene muchos ensayos sobre héroes de los siglos pasados, cuyas tumbas o mausoleos pude visitar como el de Artigas (Cristina Mazzeo) en Montevideo o el de Balmaceda (Alejandro San Francisco), cuyo mausoleo visité a fines del años pasado en Santiago de Chile, el cual es visitado por cientos de estudiantes y postulantes de medicina, quienes dejaban interesantes y conmovedoras declaraciones y pedidos escritos en las paredes de la edificación; casi todos ellos son por parte de los estudiantes de medicina. Hay incluso un reportaje sobre esta costumbre. Aquí comparto mi blog sobre mi visita al interesante Cementerio General de Santiago de Chile, lleno de historia y anécdotas (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2025/01/cronica-de-viaje-1-tren-al-sur-viaje.html).  Alucinante. Esta nueva investigación y curiosidad encontró en Alfredo, un aliado perfecto para hacer las visitas a los cementerios cercanos de nuestra región. Él iba para grabar la visita del lugar; yo, tomar fotos y alguna que otra grabación. Nuestro primer objetivo: cementerio de Chocope. Habíamos escuchado y leído que este es uno de los más antiguos museos extramuros en toda la nación. Así de joyitas tenemos cerca de nosotros. El día indicado, domingo 16 de febrero. Salimos premunidos con máquinas fotográficas y celulares para grabar. 






La carretera Panamericana te lleva hasta el lugar, pero tienes que tomar el desvío para Chocope e ingresar al pueblo para poder llegar a nuestro destino. Había escuchado que el cementerio de Chocope es el tercero en antigüedad de los construidos extramuros en el siglo XIX (1822). Hay una parte nueva que no tiene un orden en su construcción (lo veremos en los otros cementerios que visitaríamos luego), pero la parte antigua está muy dañada por los aluviones de Niños pasados. 




Es precisamente la parte más antigua la que tiene un patrimonio funerario más interesante con lápidas, urnas y pequeños mausoleos, ya olvidados por el tiempo y dañados por las condiciones climáticas duras en cada Niño cíclico. Pude hacer un video de esta visita, fuera de un archivo fotográfico: https://www.youtube.com/watch?v=DAmHen8bPj4. Desde las instalaciones de la parte antigua uno puede ver la autopista, así como el camino que lleva a Casagrande. 

Retornamos ya bastante motivados para visitar otro camposanto: el de Chicama. Este cementerio está ubicado al lado de una iglesia jesuita que fue muy importante en la colonia. En el 2015, hice una visita compuesta, a la Huaca del Brujo/ la Dama de Cao y esta iglesia, aquí está mi crónica de esa visita:  https://elrincondeschultz.blogspot.com/2015/02/una-visita-la-dama-de-cao-y-la-iglesia.html. En la anterior oportunidad, la iglesia estaba cerrada; pero esta vez tuvimos suerte al ver que la puerta estaba abierta de par en par. 




Se pueden ver los restos del coro y los espacios en los que se hallaban los retablos. De ahí, nos fuimos a ver el cementerio. Este tiene unos muros perimetrales en los que se ubican los parvularios, las tumbas de niños y que son los más antiguos. El espacio ya no es usado de manera regular, con simetría. Hay desorden en la construcción y lo interesante es que las familias edifican sus mausoleos pintándolos con colores vivos, dando un carácter festivo al lugar. 



Sí hay restos de lápidas antiguas que van marcando la moda en cuanto a las imágenes. El cementerio es más pequeño y no está tan afectado como el que vimos en Chocope (https://www.youtube.com/watch?v=BSAUmnPcTFg). Pero, desde el punto de vista artístico, Chocope tiene más piezas valiosas que Chicama. Las visitas las estamos haciendo con Alfredo, quien registra los escenarios desde otras perspectivas. Aquí su video sobre esta visita: https://www.youtube.com/watch?v=MmGWZg0FKCU. Después de cada visita, regresamos a Trujillo con bastante información visual y audiovisual, pero es difícil hallar bibliografía sobre estos lugares que encierran, quizás, historias interesantes de estas poblaciones. Hay una necesidad de levantar tanta información de nuestras ciudades, poblados y zonas agrícolas. No hay que olvidar que nuestra región estuvo dominada por un mundo de haciendas que determinaban la vida campesina, empleados de las empresas y los dueños de las mismas. Chocope, por ejemplo, tiene tumbas de ciudadanos alemanes o japoneses que trabajaban en estos “ingenios”. Hay intenciones desde hace buenos años de restaurar, por ejemplo, la antigua iglesia de Chicama, por la cual se sienten atraídos historiadores y arquitectos. Aquí hay una información sintética de esta zona que era muy atractiva en la colonia, por lo que había varias iglesias para evangelizar y aprovechar la riqueza de la zona (https://www.elbrujo.pe/blog/territorio-y-sociedad-indigena-en-el-valle-de-chicama-del-siglo-16). Hay libros interesantes como el de Enrique Amayo, La política británica en la Guerra del Pacífico, en el que leemos todo el teje y maneje de la lucha entre británicos y alemanes para poseer los grandes ingenios azucareros, lucha silenciosa durante el siglo XIX, el cual fue “ganado” por los alemanes y el caso de Casagrande, por ejemplo. Estas potencias comenzaron a desplazar a los antiguos hacendados que venían desde la colonia (https://es.scribd.com/document/185947707/Amayo-Enrique-La-Politica-britanica-en-la-Guerra-del-Pacifico). El mundo agrario de origen colonial de las haciendas ha sido bastante estudiado (https://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/Publicaciones/inv_sociales/N07_2001/clase_terra.htm. Pero no se comenta nada sobre el mundo funerario de estos espacios agrarios. 




La siguiente visita era, precisamente, Casagrande. Esta visita fue en dos partes para poder registrar este espacio que ha tenido tantos cambios, como los que ha vivido esta hacienda, luego cooperativa y actualmente empresa privada.



El cementerio es bastante grande, muchas partes colapsadas y construcciones modernas con bastante desorden, tal como comento en mi video: https://www.youtube.com/watch?v=VMWR2kVePog. La estructura antigua mantiene sus cuarteles ordenados, algunos con restos muy interesantes. Ahora hay que ir por más cementerios que tiene nuestra región, vasta y rica. Una gran verdad que la genera el tiempo: hace muchos años escuchaba la canción Los hermanos de Atahualpa Yupanqui, quien en una estrofa decía que nosotros íbamos con nuestros muertos "pa´que nadie quede atrás". Viendo esas viejas tumbas, sí se quedaron muy atrás. 








domingo, 1 de enero de 2023

LA CIUDAD DE PIURA, 2022 (CRÓNICA DE VIAJE)

  

Sábado 10: último día en Piura. María tenía clases en la universidad, por lo que César, su amigo y yo íbamos a dar una vuelta por la ciudad en sí y Catacaos. Generalmente, muchas veces usamos a la ciudad como una especie de dormitorio para ir a conocer sus alrededores sin conocer mucho de los secretos que la ciudad encierra en sí. Eso pasa con Cusco (o Cuzco), ciudad que visitas de manera relámpago y que, por acuerdo con mis amigos de la PUCP, a inicios de este año que muere recorrimos con calma la ciudad con sus bellas calles, casas e iglesias. Y aún así fue insuficiente. Bueno, eso decidimos hacer con Piura en este día; pero también iba a tener momentos de decepción y frustración como pasaremos a detallar.

María se fue temprano a trabajar. Un taxi de confianza la lleva y recoge como lo solía hacer durante las semanas que ha ido a trabajar a Piura. Coordiné con César para que arreglen sus cosas y pueda dejarlas luego en nuestro cuarto antes de viajar. Por razones de coordinación, César ya no iba a retornar a Tumbes sino tenía que viajar a Trujillo. Cosas del raro azar. Nos fuimos a tomar desayuno a otro lugar cercano de una playa de estacionamiento donde dejamos la camioneta: Don Parce en la calle Arequipa (calle donde viví mi niñez y de la que recuerdo poco). Este Don Parce era de la cadena de El Parcelero y parece que tuvieron desavenencias económicas y cada uno por su lado. El restaurante está en pleno corazón de la ciudad, al frente del centro comercial Plaza del Sol. El desayuno estuvo bastante bueno. Piura es una ciudad que tiene una oferta gastronómica relevante; estos tres días lo demostraron. Luego de pagar la cuenta, nos fuimos a nuestro primer objetivo: la casa de Don Miguel Grau.

Miguel Grau es uno de los principales héroes marinos de nuestra nación (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/grau_miguel.htm). La Marina de Guerra se ha hecho responsable de la restauración y cuidado de esta casa museo, que es un verdadero santuario (https://www.marina.mil.pe/es/cultura/museos/casa-grau-piura/). La visité hace un par de décadas y cada vez que iba, retornaba a visitarla. Entró en una etapa de restauración tras el terremoto de 1912 (hay una buena profusión fotográfica de cómo quedó la casa) y ahora se la ve con una mejor museografía, infografía amable y didáctica, y bastante primor para su cuidado. Esta casa en realidad no perteneció a Grau, sino a su abuelo materno. Grau radicó en Lima por lo que la información personal también se encuentra en la casa que residió hasta el último año de vida (https://www.marina.mil.pe/es/cultura/museos/casa-grau-lima/). La casa de Piura tiene una serie de fotos muy íntimas como la del héroe y sus hijos (8 en total); la casa muestra cómo era un hogar piurano a fines del siglo XIX. Su pequeño patio tiene una estatua de Don Miguel; algunos turistas se sientan para tomarse fotos como uno lo puede hacer también en la casa de César Vallejo en Santiago de Chuco. Momentos simpáticos para reforzar la memoria de una nación que necesita a gritos patrones o modelos de conducta. Un detalle que sí me entristeció era ver en el patio que está rodeado de algunos edificios que no tienen enlucido (como en todo en nuestro país); eso desmejora la estética de tan simpático rincón. 



De ahí en adelante iba a tener una cadena de desilusiones en la ciudad. Nos fuimos hacia la Plaza de Armas a tomar unas cuantas fotos. 



En el 2014, estuvimos en el Museo BCRP que tiene una colección muy buena de huacos Vicús, además de pinturas de Ignacio Merino (https://www.deperu.com/cultural/museos/museo-del-bcr-piura-2149); sin embargo, por ser sábado estaba cerrado. Igualmente, los días anteriores por ser días feriados. Una forma de desalentar un turismo externo que llega, muchas veces, a la ciudad no precisamente en días laborables. Me quedaré con el recuerdo de aquella visita. Luego nos fuimos caminando a la pequeña iglesia de San Francisco. Entre los jirones Callao y Lima, tiene un pequeño atrio y frente a su entrada principal una bella casa que se va arruinando lentamente. Esta pequeña iglesia está ligada a la independencia de Piura en el contexto de la independencia de la Intendencia de Trujillo que el 2020 celebró el Bicentenario. Los planos de la iglesia pertenecieron a Don Martínez de Compagnon. (https://www.arzobispadodepiura.org/templos-de-piura-y-tumbes/iglesia-san-francisco/). Esta iglesia fue declarada monumento histórico en 1969 durante el gobierno de Velasco. Aquí tenemos un video bastante explicativo: https://www.youtube.com/watch?v=l-3LUoHehk0. Las personas que estaban en la iglesia fueron muy amables, incluso me dijeron para prender la luz y tener mejor visibilidad, pero les pedí que no se molestaran. Iba a ser todo diferente a la siguiente experiencia. 



Había pedido información a un policía sobre el Museo de Arte Religioso de la iglesia del Carmen; además, visitar la Plaza Merino. El policía no ubicaba el museo, pero sí la plaza; pensé que no estaba informado. Sin embargo, seguí adelante con mi plan. Fuimos a la simpática plaza en la que está la estatua de don Ignacio Merino, gran pintor peruano del siglo XIX (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/merino_ignacio.htm). Algunas de sus pinturas están en el Museo del BCRP (que estaba cerrado) y en el MALI. Además tiene un retrato de Santa Rosa muy interesante (https://www.afapperu.org/noticias-afap/blog-post-title-one-ehzjg). Aquí más datos: https://publicacioneslima.pe/wp-content/uploads/2018/10/munilibro-9.pdf. Merino con Luis Montero son los más grandes pintores piuranos del siglo XIX y de los mejores peruanos con Carlos Baca- Flor y Daniel Hernández. De Montero en el MALI está la impresionante pintura Los funerales de Atahualpa; de Merino, La lectura de Don Quijote. Ambas pinturas de gran factura.



La plaza es muy bonita, pero estaba llena de toldos con cierto orden y un lugar asignado por el MINSA para vacunación. Imagino que esto será provisional, pues las fiestas navideñas estaban próximas. En la plaza está ubicada la bella iglesia del Carmen y frente a la plaza está la iglesia María Auxiliadora. En la primera década de este siglo, había visitado El Carmen y anunciaban la apertura de un museo. Es una bella iglesia con altares en pan de oro y un bonito púlpito (https://www.arzobispadodepiura.org/templos-de-piura-y-tumbes/iglesia-del-carmen/). Había una misa, por lo que decidimos esperar un rato, mientras íbamos a buscar el dichoso museo para ver sus tesoros tal como lo promocionaban algunas páginas turísticas. ( https://www.raptravel.org/informacion-piura10-departamento-piura-atractivos-turisticos-piura-iglesia-el-carmen.php). No existe museo alguno, así que decidimos salir a comprar unas botellas de agua para controlar el calor (que ya arreciaba). Cuando terminó la misa, tomé algunas fotos y se acercó un señor al cual le pregunté sobre el Museo; en vez de responderme a mi pregunta, me increpó el hecho de haber tomado fotos y, después de eso, me dijo que el museo no existía, pues todo había sido devuelto a la iglesia como institución; le pregunté nuevamente, pues en varias páginas de internet informan sobre este atractivo turístico, pero me siguió diciendo que no se debería tomar fotos, que era patrimonio religioso y que no era espacio para turismo. Bastante decepcionante la situación. Me da pena por la actitud hacia el visitante y la sensación de información engañosa que puedes tener de la internet. Aquí alcanzo dos páginas que ofrecen información sobre este museo que, según esa persona, no existe: https://www.deperu.com/cultural/museos/museo-de-arte-religioso-de-piura-2148; https://ilamdir.org/recurso/4966/iglesia-de-nuestra-se%C3%B1ora-del-carmen-de-piura-y-museo-de-arte-religioso. No sé con qué criterio se trabaja la información turística de una ciudad que podría dar mucho a los visitantes, pero no con actitudes como la que nos tocó vivir. 



Y para cerrar la visita de la decepción nos fuimos caminando por la Av. Sánchez Cerro y luego la Loreto hasta el Museo Vicús, el cual había visitado también en la primera década de este siglo. (https://www.deperu.com/cultural/museos/museo-municipal-vicus-1812). Este museo acoge a la famosa estatuita de oro, la Venus de Frías, de cabeza movible. (https://portadasarquitectonicasgamarra.org.pe/el-idolillo-de-oro-y-la-diosa-de-frias/).    Esta joya estaba antes en el Museo Brüning de Lambayeque. Íbamos con mucho interés para poder reencontrarme con este tesoro casi dos décadas después. Al llegar nos encontramos con el museo cerrado, con un candado y sin ninguna explicación o advertencia. Habían anunciado que estos museos estaban activos y sólo resultaba información falsa. No sólo los actos vandálicos como los acaecidos en Cusco ahuyentan a los turistas; estas dos formas son otras para alejar a cualquier visitante. Decepcionante.

Fastidiados, nos fuimos a recoger la camioneta: ya en vías de ir al hotel a recoger las cosas para dejar el cuarto de César y colocar sus cosas en el mío, decidimos hacer un alto en el cementerio San Teodoro, el más antiguo de la ciudad, el cual es patrimonio cultural de la nación. En este hay pabellones de instituciones religiosas, como mausoleos familiares con dignas muestras de arte funerario (lápidas, estatuas, vasijas) (https://www.udep.edu.pe/hoy/2014/07/el-cementerio-san-teodoro-176-anos-de-historia-de-piura/). La gente no suele visitar los cementerios por una u otra razón; sin embargo, estos espacios congregan la historia de una ciudad; es la residencia final de sus ciudadanos. Hay pabellones de los párvulos, muchos datan de finales del siglo XIX, incluso durante la guerra del Pacífico. El cementerio está bien tenido en líneas generales; pero, de haber una buena restauración de sus monumentos, se podría incorporar este espacio como una actividad turística más, incluso para los mismos piuranos que desconocen su historia (http://www.sbpiura.gob.pe/pagina/centros-productivos/cementerio-san-teodoro). 





Una vez culminada la visita, fuimos al hotel a hacer los cambios necesarios y llevar al amigo de César a la estación de buses, pues tenía urgencia de viajar. De ahí nos decidimos hacer una visita a Narihualá, sitio arqueológico que César aún no conocía. Para eso se toma la ruta hacia Catacaos, pues se encuentra muy cerca. Esta era mi tercera visita; el año pasado había ido con Maria, Laura y la directora de la Alianza Francesa de Chiclayo. Narihualá, sitio tallán, tiene un pequeño museo de sitio que se vio un poco afectado con el sismo del año pasado. Sobre la huaca están los restos de una iglesia en estado ruinoso. He aquí un video para información general: https://www.youtube.com/watch?v=JfElgFDit80. La primera vez que visité este lugar carecía de muchas cosas y la investigación era incipiente. Ahora ya todo esto ha cambiado (https://arqa.com/actualidad/colaboraciones/narihuala-principal-asentamiento-arquitectonico-de-la-cultura-tallan.html#:~:text=Narihuala%20fue%20el%20principal%20centro,de%20la%20provincia%20de%20Piura.) La visita fue simpática, poca gente. Muchas personas aún no conocen este lugar. Un circuito o más información de la sociedad tallán se hacen necesarios. Una amiga ha estado trabajando con las personas para trabajar en el desarrollo de artesanía y la mejora de servicios; ahora falta que vaya más gente al lugar, captar otro tipo de turista o enganchar al turista que busca playa para integrarlo a este circuito.



Ya estábamos con hambre. Con la intención de hacer compras para nuestras familias y amigos (estaba en varios juegos colectivos de Amigo Secreto), nos fuimos a Catacaos. Dejamos la camioneta cerca de la plaza de armas y nos fuimos a deambular por la calle Comercio, la arteria plagada de tiendas de artesanía, platería, etc. En viajes anteriores había hecho diversas compras de plata o pedrería. Hay que buscar, pues muchas cosas se repiten y ves lo mismo en muchas tiendas que venden las mismas cosas. Una vez concluidas nuestras compras fuimos a almorzar; pedimos consejos de las personas de la tienda donde compramos y nos recomendaron uno nuevo que se ubica en un segundo piso. Lastimosamente, no aparece este en el mundo virtual. Queda sobre la calle Comercio a una cuadra de la plaza principal. Los tamalitos verdes estuvieron precisos. Lo mismo que sus carnes aliñadas. Buena elección. Salimos con dirección a la plaza y vimos la iglesia principal abierta: la iglesia de San Juan Bautista. (https://turismoi.pe/iglesias/iglesia/iglesia-de-san-juan-bautista--4.htm). Esta iglesia la he visitado muchas veces en las numerosas visitas que hice a Piura durante los 90 e inicios de este siglo; en 1998 estuve en una celebración de Semana Santa. En esta oportunidad, había una ceremonia de confirmación de algunos jóvenes. Hice algunas fotos y luego nos fuimos a recoger la camioneta con nuestros bultos y compras. La vía entre Catacaos y el acceso al nuevo intercambio vial (de los numerosos que ahora Piura tiene – sana envidia-) para ir a Piura el tránsito es un poco pesado por existir sólo una vía por dirección. Esperemos que pronto esto se convierta en autopista, pues es también el camino para conectar con otra zona que ha crecido poblacionalmente: Sechura.



Nos fuimos a dejar la camioneta. Fuimos por la Av. Progreso (larga), estábamos en Castilla; teníamos que cruzar el río y lo hicimos por el puente Bolognesi. Viéndolo bien, pocas veces hemos cruzado el Piura, pues todo lo hicimos en el margen norte (en cierta manera). Desde ahí, ya era fácil ubicarse. Al llegar al grifo donde se encuentra la empresa de alquiler de autos San José, cargamos de combustible para entregarlo. Todo Ok. Hicimos el pago y luego César me invitó a tomar una buena raspadilla en la tienda del grifo. Ahí nos enteramos que Francia y Marruecos habían pasado a la semifinal. Locura. Todavía no habíamos avisado a Maria que Portugal había perdido, pero imagino que, con sus alumnos, estos le habrían comentado. Como había problemas para hallar un taxi (de locura) decidimos caminar al hotel: una buena caminata para reposar el tardío almuerzo. Fuimos en dirección al centro comercial Plaza de la Luna (bonita arquitectura) que tiene a su costado el hotel Holiday Inn. Caminamos toda la Av. Guillermo Gulman, donde vimos varias ardillas corriendo por el jardín central. Llegamos a la Av. Sánchez Cerro hasta llegar a la calle Los Naranjos y luego tomar la Av. Sullana. Es una zona comercial, pues se halla cerca del mercado por lo que hay que ir muy atento para evitar robos. De ahí doblamos a la Av. Country y nos encontramos con un espacio interesante: la Plazuela Mártires de Uchuraccay, la cual tenía los bustos de los periodistas asesinados en esa masacre (https://lum.cultura.pe/noticias/%C2%BFqu%C3%A9-ocurri%C3%B3-en-uchuraccay). Nos detuvimos un rato a ver los mismos y vimos con pena que algunos habían sido vandalizados y tenían pintas. En nuestra caminata al hotel le contaba a César sobre la proyección del documental de Hernán Rivera Mejía, director cinematográfico franco peruano que estuvo con nosotros en la Alianza Francesa para presentar su obra (https://lum.cultura.pe/noticias/%C2%BFqu%C3%A9-ocurri%C3%B3-en-uchuraccay).



Al llegar al hotel, tomé una buena ducha; Maria llegó y nos preparamos para ir a cenar ya con nuestras cosas listas para partir. Antes de salir, se hicieron los pagos necesarios y nos fuimos al otro patio de comida que queda vecino al que habíamos ido el día anterior en la Av. Andrés Avelino Cáceres. Escogimos un buen restaurante: Festa. El único problema (y creo que pasa en muchos restaurantes de nuestro país) es la música a todo volumen y bailable. Una rara combinación de ir a comer y bailar al mismo tiempo. Personalmente me disgusta estar sentado para comer rico y que te revienten el oído (no puedes ni hablar) con música chillona. Creo que es un hábito que haría mucho bien por nuestra salud mental, calmarnos para disfrutar lo que vas comiendo con placer: las carnes buenas y el postre, mucho mejor; fue tan bueno que decidimos repetir este último. De ahí nos fuimos al hotel a sacar nuestras cosas e ir a la agencia. Fin de nuestra visita piurana.