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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 16 de febrero de 2025

BREVE REPASO DE DATOS HISTÓRICOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 16 DE FEBRERO)

 


En los 80 traduje un texto de italiano al español sobre una palabra nueva para mí en ese entonces: la maquila. Esto es: “tecnologías que se adquieren importándose y empleándose una mano de obra local barata, destinada a producir productos para su posterior exportación” y se expandió rápidamente, porque “permite a las empresas poder producir los productos y servicios que ellas desean a un coste de la mano de obra del país más económico”. Muchos países asiáticos y latinoamericanos tuvieron una gran presencia de nuevas industrias sobre todo en los textiles. Las grandes marcas usaron a Filipinas, El Salvador, Indonesia e, incluso, Perú para una gran producción en serie. En cierta manera, Gamarra de Lima es una consecuencia de este proceso. Lo mismo pasó con las tecnologías que fueron posesionándose en varios países asiáticos como Malasia, Indonesia y, sobre todo, China. Lentamente, muchas fábricas fueron desmanteladas en Europa y USA para instalarse en territorio chino. Mi esposa me contó cómo toda la fábrica alemana en la que trabajaba en los 90 terminó mudándose a China. A diferencia de muchos países de producción en serie barata, China invirtió en educación y dinamizó su industria profundizando su conocimiento y experimentación. Su crecimiento ha sido vertiginoso y ha pasado de producir artículos de plástico a conmover al mundo con su IA Deepseek, la que ha humillado a los gigantes de tecnología de punta al haber sido producida en base a las tres Bs: Bueno, Bonito y Barato. Trump ha reaccionado actuando radicalmente contra el hecho de haber permitido que su mayor contrincante haya sido “ayudado” por ellos mismos, pero esa era la lógica del capitalismo global. La reacción de Trump se parece a la misma que tuvo USA en los 80 y parte de los 90 cuando Japón se hizo tan poderoso que comenzó a comprar activos y pasivos norteamericanos. Tan virulenta fue la reacción de la sociedad gringa que hubo campañas inducidas a consumir su “industria nacional” boicoteando productos japoneses, sobre todo, los autos. En la dinámica del capitalismo internacional, EE. UU. Ha reaccionado algunas veces contradiciendo la esencia del libre mercado actuando de una manera chauvinista. El llamado pragmatismo de DT está generando numerosas contradicciones. Es demasiado ambigua esta situación, a tal grado que un comentarista español derechista conservador, Miguel Ángel Temprano, ha llamado a DT de “comunista” por aplicar aranceles que atentan contra la esencia del libre mercado. Todo esto está provocando diversas situaciones que traerán consecuencias conflictivas como las que acaba de generar por aplicar fuertes aranceles al acero y aluminio, los que afectan a varios países europeos y Argentina, gobernado por un líder que promueve la libertad económica a ultranza. Su posición es totalmente contraria con lo desarrollado en las últimas décadas desde la famosa tercera ola de Alvin Toffler. Estamos desandando la historia.


domingo, 9 de febrero de 2025

EL NUEVO DESORDEN MUNDIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 09 DE FEBRERO)

 


En una plataforma streaming estrenaron hace un par de semanas la serie American Primeval (Érase una vez el Oeste), casi coincidiendo con la juramentación del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump. La serie es brutal y nos muestra cómo los colonos europeos iban diezmando a la población nativa, creando rivalidades entre ellos e, incluso, asesinando a sus mismos correligionarios cristianos, con el fin de justificar la usurpación de tierras y el exterminio de los aborígenes, dentro de los cánones de la legitimación divina y el orden civilizatorio que portaban. Algo así como enviados de Dios. El ascenso de Trump significa un nuevo orden o “volver a lo anterior”, si cabe el término. ¿Volver a la “ideología del garrote” de Theodor Roosevelt? Desde su discurso inaugural, muchas personas, instituciones y países se han convertido en los nuevos enemigos que ponen en peligro “el orden mundial”; mejor dicho, “su orden mundial”. Muchos siguen aplaudiendo sus medidas políticas, muchas de las cuales chocarán con los intereses de sus seguidores. Trump es un inveterado nacionalista, cuyo principio “America first”, está molestando a muchas naciones, anteriormente amigas, como Canadá, Panamá o Dinamarca. Su enfrentamiento con el mundo se basa en su rechazo a la globalización. Panamá, que había cedido frente a la política anti China por el uso del Canal, ahora se enfrenta con el dilema de que, según DT, el canal debe ser de uso libre para varios tipos de barcos norteamericanos, sobre todo, los militares. Simpático. DT ha mostrado los alcances de la política norteamericana de las últimas décadas, creando monstruos y firmando tratados que ahora quiere desconocerlos. Desde Saddam Hussein y los talibanes hasta el famoso NAFTA, todo esto es producto de la geopolítica de EE.UU. Aún recuerdo la visita de Nixon a la China Popular con la famosa diplomacia del Pingpong, país al que querían “jalar” hacia sus intereses y su modelo con el fin de neutralizar a la desaparecida URSS. Vale todo. Y va a hacer valer todo lo que sea necesario con el fin de retornar al mundo unipolar que tanto añora y poner en primer, segundo y tercer plano sus prioridades. La amenaza de DT contra una Europa debilitada cae en momentos que Alemania y Francia están en sendas crisis económicas, enfrentando la primera un paulatino desmantelamiento de su industria (al perder el gas barato ruso) y una política de gastos inadecuada en Francia. Deshacerse de tratados de libre comercio, creados en los 90, está en su mira; puede darse el caso de que el famoso arándano peruano sea una competencia desleal al arándano norteamericano (primer productor mundial, ojo); puede ser. Deduzcamos. Incluso Chancay huele mal a los estadounidenses. Le quedan simpatizantes como Milei. Si Argentina tiene algún producto “sensible de ser competencia desleal”, ¿querrá Milei mejor convertir a Argentina en el estado 51 después del rechazo de Canadá? Veamos qué se viene.