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Trujillo, La Libertad, Peru
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lunes, 14 de julio de 2025

ESSALUD, VIAJE A LA PESADILLA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 13 DE JULIO)

 


En un país tan convulso y con tantas necesidades como el nuestro, muchas acciones ofensivas que realizan diversos políticos son una franca grosería contra la dignidad y esencia humana. Algunas de estos hechos funcionan como toscos distractores para evadir o disimular una serie de situaciones penosas que acongojan a la sociedad peruana. Una de estas es la realidad del sistema de salud pública el cual no abastece la atención de diversos incidentes que les ocurren a los millones de peruanos diariamente. Por razones de salud, tuve que ser operado recientemente en el Hospital Lazarte, uno de los más antiguos de nuestra ciudad y que presenta una situación crítica, situación que comparte con varios hospitales a través del territorio peruano. Vivir la experiencia en carne propia te da una serie de vivencias que acompañan tus reflexiones. Desde conseguir una cama hasta una sala de operaciones se torna un viaje odiseico en los que Escila se ve renovado en cada uno de los procesos que a un paciente o familiar le toca vivir. Insuficiencia de personal médico, escasez de medicinas, cancelaciones de última hora de una operación, mobiliario deteriorado; son unas de las tantas ocurrencias que muestran a ese monstruo de seis cabezas. El haber compartido mi periodo pre y de convalecencia con seis personas en una habitación con muchas carencias y mucha voluntad de familiares y enfermeras permite a uno identificar algunos graves problemas de la educación sanitaria de nuestros compatriotas y el alto índice de accidentes laborales, algunos de los cuales podrían evitarse si las condiciones lo permitiesen (como el estado de las calles, por ejemplo) y también hubiese una campaña más intensiva de prevención laboral: varios de los pacientes con los que compartí mi experiencia hospitalaria pudieron no haber pasado por un quirófano, pues sus accidentes obedecieron a descuidos en sus centros de labores. Una interesante realidad que pudiera atenuarse y que reducirían costos imprevistos (horas hombre, reemplazos, gastos médicos extras) y bajaría la presión para el uso del sistema público de salud. La condición de la infraestructura y la higiene en varios sectores del mencionado hospital son por más deplorables: servicios higiénicos colapsados, camas deterioradas y algunas oxidadas, inadecuada limpieza de habitaciones, un largo etcétera. Es por eso por lo que, muchas veces, se prefiere dar de alta a los pocos días a un paciente operado con el fin de evitar posibles contagios. El servicio operatorio sí es de calidad, eso es innegable; pero se ve desbordado por las situaciones previamente mencionadas. Mucho personal médico se ve abrumado por carencias haciendo malabares; por ejemplo, el enfermo – chofer - camillero que me llevó a mi casa de retorno tuvo que encargarse de mi traslado en solitario con un familiar mío. Un ejemplo que resume nuestra crisis sanitaria. ¿El actual mundo político pronto a presentarnos propuestas electorales, qué respuesta tiene?


domingo, 27 de abril de 2025

DESAGUISADA PRESIDENCIAL Y LA VÍA CRUCI SANITARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 27 DE ABRIL)

 


Bajada literalmente del avión, Dina Boluarte reaccionó como de costumbre: defenestrando con su burda ironía contra varios de sus exaliados congresales que decidieron darle las espaldas. Aprovechando el sentido deceso del Papa Francisco, Boluarte quiso hacer un viaje con sus respectivos atuendos y, más que seguro, acompañada de varios de sus adláteres ayayeros que la justifican de todas las torpezas que suele cometer. Como siempre, quiere tomar distancia de todos los problemas que nos aquejan cotidianamente: inseguridad, pobre salubridad, educación deteriorada, economía sostenida por pinzas. En el mundo paralelo de la Boluarte, esta sentía que su presencia era más importante en otras latitudes que en nuestro territorio. Bueno, desde una perspectiva, tiene toda la razón; desde el famoso jalón de mechas en enero del año pasado en Ayacucho, ella debe reconocer que la población simpatiza poco o nada con ella. Rodeada de extrema seguridad que ofende a una población constantemente amenazada por el crimen organizado y el corriente, así como la galopante corrupción en todo el aparato estatal (salvo honrosas, pero contadas, excepciones), Dina emite discursos y narrativas que retratan un mundo utópico en un espacio como el nuestro ganado por la distopía. De la seguridad se habla mucho y es la nula capacidad de respuesta de los ministros del interior la que genera una fuerte indignación, agravada con el retorno de Juan José Santiváñez a un organismo que lo acerca a Boluarte. La otra pesadilla cotidiana es la salud en nuestro país: no sólo el sector público, con EsSalud a la cabeza, es la hidra del problema; sino, también muchos del sector privado, como el comportamiento de muchas clínicas y empresas durante la reciente pandemia (no hay que olvidar), sino ese incidente criminal causado por Medifarma, causando muertes y buscando culpables entre el eslabón más débil. A estas alturas, los medios ya no hablan de este lamentable suceso. La salud pública no es prioridad para todo el aparato estatal, incluido el antro congresal, más preocupados en abrocharse con caros seguros privados y construirse espacios innecesarios, dinero que podría ser más útil para construir y equipar hospitales y postas a lo largo del país, así como implementar con material de última tecnología y capacitar a varias personas para el uso correcto de estos aparatos sofisticados que pueden dar mejores y rápidos diagnósticos  a miles de sufridos ciudadanos que esperan ser operados por años o forman vergonzosas colas para recibir tratamiento médico. Basta dar una vuelta por nuestros principales hospitales públicos para ver con tristeza cómo tratan a personas mayores de escasos recursos. Conozco muchos doctores que impotentes tratan de dar un trato más humano a gente que espera horas su turno. Si Boluarte se siente tan identificada con el extinto Francisco, bien haría en preocuparse de este sector asertiva y efectivamente.