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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 10 de marzo de 2024

DE VUELTA AL COLE ( ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 10 DE MARZO)

 


Mañana 11 de marzo, millones de estudiantes vuelven al colegio. Aunque ya hay varias instituciones privadas que han retornado a las aulas, la cantidad de niños y adolescentes no es significativa al grueso de la población escolar peruana. A lo largo del casi millón trescientos mil km2 de territorio, más de nueve millones de escolares poblarán las aulas de varios colegios con problemas de infraestructura, débil conectividad y apuros urbanos en torno a estas construcciones. La Libertad tiene más de 500 mil almas que irán a sus colegios a lo largo de sus 12 provincias y 83 distritos. Es un gran movimiento humano que moviliza a casi toda la población peruana, tanto en lo social como en lo económico. Perú es uno de los pocos países grandes de Latinoamérica que tiene un bajo gasto público frente a otros países en el área educativa: 3,9% del presupuesto frente al 5,3 de Colombia o 5,6% de Chile. Aunque la carrera docente ha ido mejorando paulatinamente, hay todavía un gran trecho por recorrer. Todavía hay muchos puntos débiles en la formación universitaria en la carrera de pedagogía, pero hay avances. Muchas veces nos encontramos con docentes que manejan criterios procedimentales que exige la burocratización de esta labor, pero tienen falencias en el manejo de contenidos de sus cursos: he conocido docentes de lengua que habían leído un libro en su vida o tienen grandes vacíos en conocimientos de ciencias u otras áreas. La capacitación para docentes en cuanto al manejo de contenidos debe ser activa. Pero sí hay que reconocer que muchos docentes se desalientan por los numerosos documentos que se exigen que hacen pesada su labor. Además, la débil posición de un docente frente a problemas, incluso judiciales, ha desalentado a no muchas personas que ya no hallan atractivo enseñar por las múltiples barreras y relajaciones que repercuten en la autoridad del docente en el aula y fuera de ella. Muchas personas han encontrado una forma de lucro a través de quejas insólitas contra docentes y colegios. Las normativas relajan la exigencia académica debilitando los logros que, a la larga, repercuten negativamente contra la sociedad. Para colofón, el docente debe enseñar valores a sus alumnos; sin embargo, el mundo adulto que lo rodea ve a políticos inescrupulosos que atentan contra el medio ambiente y se pide conciencia ecológica. Ser honesto y vemos a nuevos ricos surgidos de la ilegalidad que corrompen a la sociedad en su conjunto. Apreciar y respetar el arte y cultura, y vemos la millonada que se gasta en personajes nada edificantes para la niñez manipulados por conveniencia política. Ser responsables de su ciudad y vemos la actitud de sus ciudadanos que actúan de manera egoísta e individualista como lo vemos en el tráfico de nuestra ciudad. Amar a su patria y son los jóvenes quienes quieren irse lo más pronto del país. Una obra titánica por delante, pero no imposible con un camino por trazar gracias al trabajo silencioso de miles de docentes y padres de familia que quieren un país mejor. Una luz de esperanza en el camino.


domingo, 24 de junio de 2018

¿CORDURA? (ARTÍCULO DE OPINIÓN EN EL DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 24 DE JUNIO) A PROPÓSITO DEL EQUIPO PERUANO Y NUESTRA SOCIEDAD EN RUSIA 2018


El fugaz paso de la Selección peruana por el Mundial de Fútbol Rusia 2018 ha llegado a su fin. La locura previamente desatada, sobre todo, en los medios de comunicación comenzará a moderarse o comenzar a apuntar sus baterías hacia las próximas elecciones municipales y regionales. Aunque aún es muy pronto para obtener observaciones de esta vivencia, me atrevo a lanzar algunas en base a lo visto y vivido en estos meses.
La primera está en el desborde económico, social y familiar que ha significado para cientos o miles de peruanos que han hecho una serie de acciones poco coherentes, cuyas consecuencias no están del todo claras y, personalmente, no se vislumbran de manera positiva. Personas que hayan vendido muchas de sus propiedades o renunciado a sus centros de trabajo por asistir a un evento dan indicios de una situación un poco insana de nuestra psique social. A todo esto, los medios de comunicación y todo tipo de publicidad azuzaron a los débiles consumidores a hacer gastos más allá de sus posibilidades. La justificación está dada, de primera mano, en costumbres del libre mercado; una forma para distanciarse de cualquier responsabilidad de la locura desatada en sectores resentidos económicamente. Sería interesante tener un porcentaje o una cantidad para saber cuánta gente ha adquirido deudas de largo plazo por esta celebración que los compromete a ellos o, peor aún, a sus familias. El hecho de que varias de estas personas hayan sido entrevistadas y puestas en escena como “modelo de hincha” generó una absurda envidia comentada por diversas personas de diversos estratos sociales: lo importante era estar allí sin tomar en cuenta medida alguna. Solo vivir el momento, el mañana ya se verá. Quizá varias personas no retornen al país y engrosen las filas de emigrantes ilegales que pululan por las calles de Europa; aquí las condiciones laborales no son óptimas habida cuenta que ahora hay inmigrantes extranjeros, sobre todo, venezolanos calificados que pueden suplir esos puestos. A menos que sus empresas les hayan otorgado unas generosas vacaciones, como parece ser se las han dado a los congresistas que decidieron estar presentes en el evento deportivo.
La otra es la desproporción para juzgarnos y juzgar a estos jugadores endiosados y perdonados por la gente. Se le pide a una persona que gana un sueldo mínimo de 950 soles a hacer bien su trabajo, so pena de despido, ¿y no exigirles la misma responsabilidad exigida a los demás a una persona que gana igual cantidad, pero, por hora, que es de dedicación profesional exclusiva en ese rubro, que gana mucho dinero extra en aparecer en TV o en cualquier publicidad deportiva, de bebidas, de Cajas Municipales o Bancos, de televisores, de campañas políticas? Indudablemente nuestra autoestima está modulada por la voluntad comercial detrás de ellos. Sino no se entendería que la gente llore y cante a gritos el Himno nacional en un partido y no en lo trascendente. Pan y circo.

domingo, 18 de junio de 2017

DROGAS Y LA POBLACIÓN VULNERABLE (ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN LA INDUSTRIA TRUJILLO 18 DE JUNIO)

La población infantil y juvenil es un segmento social y demográfico muy extenso y bastante vulnerable. Es un campo atractivo para los estrategas de marketing y esto nos hace entender por qué la publicidad y los segmentos comerciales juveniles e infantiles pueblan las pantallas y los parlantes de cualquier medio de comunicación; incluso su presencia va más allá de los horarios anteriormente identificados como adultos, pues se filtran con cierta facilidad al haber un público adolescente que “pulula” libremente en esas franjas horarias. Y son potenciales consumidores. Estamos hablando de una gran masa de consumidores natos, cuyos filtros de realidad no son del todo estables y diversos objetos y servicios han ocupado los roles tradicionales conferidos a los padres de familia.a
Este gran peligro es lo que permite entender por qué la droga, como cualquier otro agente de atracción sucedánea, es interesante para esta población vulnerable, la cual ha desarrollado escasos o débiles controles de censura o de auto represión. El mundo infantil y el juvenil se encuentran libres de alcanzar el mundo del adulto sea por permisividad o por debilidad del mundo adulto, el cual es aprovechado por los inescrupulosos. Cualquier comerciante sin reparos lo sabe y encuentra las fórmulas fáciles para que un padre de familia, agobiado por diversos problemas o remordimientos por su escaso rol, acepte comprarle a su pequeño hijo el Ipad de última generación, la ropa de marca, los primeros cigarrillos; luego, en el descontrol, el joven crece en espacios sin límites que le permiten acceder a todo tipo de sustancias que incrementen esa necesidad de un consumo desbocado; entre ellas, las drogas.
También hay una débil educación de salud, cada vez es más sorprendente la libertad como los padres tratan las enfermedades de sus hijos: los medican de acuerdo a su experiencia. Cada vez más jóvenes toman pastillas para tratar cualquier síntoma sin que medie consulta médica alguna. El ingerir medicinas en nuestra sociedad no está mal visto. Los jóvenes pueden tomar ansiolíticos o tranquilizantes de una manera alarmante. Esta es una forma frecuente de consumo irregular de sustancias a la cual debemos de llamarla por su forma básica: adicción. Ni qué decir del alcohol, el cual es fomentado sutilmente por medios publicitarios que ha identificado claramente al segmento de “´patas”.
También está la cultura del dinero fácil que ofrece este mundo. Muchos jóvenes vieron en Gerald Oropeza, un personaje de éxito, palabra clave que tiene una peculiar acepción en el mundo actual del facilismo y del dinero rápido. No se mide riesgos; se aspira a ser un joven de éxito inmediato, de autos lujosos, chicas de la TV estilo Esto es guerra. La frontera entre el bien y el mal se diluye y la balanza se inclina por el ejemplo.

Un mundo de presas fáciles a disposición de los comerciantes de drogas.

domingo, 26 de febrero de 2017

LA VIDA COMO RATING (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE FEBRERO)

Informar es una de las funciones obligatorias, por no decir la principal, que cumplen cotidianamente los medios de comunicación con el fin de tener al tanto a la comunidad sobre diversos acontecimientos que suceden en nuestra localidad. Cumplen, así, con los derechos de los ciudadanos a la información, al conocimiento de su entorno, y contribuyen indirectamente en la educación de una sociedad. Son, además, forjadores de la conciencia política, cultural y social de sus habitantes. Los espacios físicos y virtuales de un medio se convierten en lugar de debate público y son también una vitrina de los acontecimientos relevantes de todo tipo de los diversos hechos e incidentes que suceden en nuestra ciudad, país y el mundo. Han ayudado y ayudan a desenmascarar actos delictivos de todo nivel, como el que venimos viviendo todos los peruanos con la escandalosa corrupción del grupo Odebrecht en el mundo político en todos sus estratos. Por eso, es el cuarto poder. Alta responsabilidad además.
Hay algunos hechos, los luctuosos, que llenan los diarios y se han convertido en una parte relevante en la estructuración cotidiana de muchos medios de la localidad, el país y el mundo. Se convierten en su primera plana con el fin de resaltar, pensemos optimistamente, la escalada de violencia de nuestra ciudad. En el mundo del periodismo se sabe que el tratamiento de una noticia debe de ser lo más objetiva posible; sin embargo, el prisma con que abordamos tal o cual acontecimiento no deja de tener una perspectiva personal. Si uno ve un film como Rashomon del maestro Kurosawa, podrá constatar que un incidente cualquiera recibe percepciones diferentes que no dejan de ser parte importante de la verdad como un todo.
Cuando la noticia que se ofrece recibe una fuerte distorsión que va más allá del simple hecho de informar y manifiesta una intención abiertamente reñida contra la ética profesional, la comunidad debe de sancionar y manifestar su abierto rechazo ante la burda manipulación de la verdad. El hecho como la muerte de un niño existe, pero se convierte en un espectáculo circense para modelar el morbo de una población ya deformada por el tosco tratamiento de este tipo de noticias. El ser humano es mostrado en una vitrina para el torcido gusto de cierto público y convierte al personaje de tal o cual evento en una cifra más de un sistema cuyo motor económico es el dolor y sangre en este tipo de medios. La contribución de estos medios es nimia, escasa, nula; pues coadyuva a formar la conciencia de una población escasa de valores edificantes. Si queremos verlo desde una perspectiva negativa, sí redunda una autopercepción de clase contra la cual la educación, las corrientes preventivas contra la violencia y propuestas por mejorar la calidad de vida de las personas se oponen.

En la novela Tinta Roja del escritor chileno Alberto Fuguet, el periodista Faúndez, principal redactor de un diario amarillista, decía que estos diarios eran la columna social de los estratos más deprimidos. Esta lógica sigue siendo vigente.

domingo, 19 de febrero de 2017

CIUDAD ENFERMA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO 19 DE FEBRERO)

Las primeras manifestaciones vivas, rápidas y directas que tiene un visitante de una ciudad son su sistema vial y en el manejo de sus ruidos. A través de estas, el foráneo tiene una radiografía inevitablemente fortuita de sus habitantes, pues son las maneras y convenciones cómo los ciudadanos, Trujillo en este caso, nos interrelacionamos diariamente.
He tenido oportunidades de constatar cuál es la primera impresión que algunos visitantes se llevan de la ciudad. Recuerdo una ciudadana norteamericana invitada para una conferencia en una universidad local y su reacción nos sorprendió mucho; desde el taxi que la recogió del aeropuerto hasta su retorno al terminal aéreo para regresar a su país estuvo aterrada durante el trayecto o cuando iba por nuestras pistas y calles: la intrepidez insana de los conductores, el estado deplorable de muchos vehículos de transporte público o privado, el uso indiscriminado del claxon y las radios a todo volumen, más el caos la aterrorizaron.
El retiro de más de doscientos microbuses vetustos es un grano de arena en el caos vial actual, pero es un buen comienzo. Hay gente interesada que estas operaciones no se lleven a cabo, sea por demagogia o por intereses económicos mezquinos. Los plazos para su retiro han sido negociados por diversas tiendas políticas no en beneficio de la ciudad, sino en la contabilización de votos o la posibilidad, que ahora cabe, de actos corruptos oscuros que pudieran haber beneficiado a una u otra parte. La liberalización del transporte por el fujimorato ha tomado caminos dentro de un concepto de libre mercado que nos está dejando estos monstruos incontrolables. Y esas mismas hidras económicas hacen inválidas diversas ordenanzas para regularizar el tránsito de nuestra sufrida ciudad. Un ejemplo: cada vez es más frecuente ver mototaxis que ingresan osadamente por la periferia del centro histórico, muchas de ellas portando calcomanías que las ubican bajo un paraguas de grupos de extorsionadores. A través de esta maraña también salta el fantasma de la corrupción al ver entes del poder judicial emitiendo amparos judiciales a líneas de transporte o, lo más terrible, la posibilidad de circulación de choferes que acarrean varias multas en su haber. Recuerdo que hubo el caso, entre varios, de un chofer que atropelló a varias personas e, incluso, mató a una anciana, y el criminal seguía conduciendo, aduciendo que era el pan que llevaba a sus hijos diariamente. La extorsión de los sentimientos es algo que los peruanos sabemos trabajar en contra de nosotros mismos.

La Municipalidad debe de crear un buen servicio público “público”, no privado que solo buscan lucro y pocas veces se preocupan del usuario o peatón. Esperamos el día en que solo halla buses articulados, tranvías modernos o un metro que saquen de circulación a tanto vehículo pequeño (buses, micros y combis) contaminante (ruido y esmog) y arma asesina potencial en mano de tanto chofer inescrupuloso. Larga marcha.

domingo, 23 de octubre de 2016

EL VALOR DE LA VIDA EN EL PERÚ (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE OCTUBRE)

En lo que va de esta semana una serie de acontecimientos ha permitido ver cuánto valor otorga nuestra sociedad a la vida humana en general. Hechos luctuosos como la muerte de un comunero en Las Bambas o la de tres bomberos en un misterioso incendio en Lima; así como la letanía de la pena de muerte como solución a la violencia en nuestro país o la posible presencia de escuadrones de la muerte en varias ciudades del mismo, incluida Trujillo; o el tratamiento de un posible brote de una epidemia infantil en nuestra Región; cada una de estas situaciones nos pone en jaque y es interesante ver cómo reaccionamos ante ellas, ya que es una radiografía de nuestra psique social de cuánto valoramos la vida humana en situaciones de riesgo. Y más contradictorio aún es el informe emitido por un estudio realizado por William Chopik de la Universidad Estatal de Michigan (https://www.indy100.com/article/psychopaths-countries-map-world-empathy-least-seven-lowest-7363926), estudio en el cual ubica a la sociedad peruana como la tercera más empática a nivel mundial. La reflexión sobre este estudio es pensar en qué criterio de empatía se está tomando (cognitivo o afectivo) como lo plantea un interesante  artículo de Irene Fernández-Pinto, Belén López-Pérez y María Márquez de la Universidad Autónoma de Madrid (http://www.um.es/analesps/v24/v24_2/12-24_2.pdf) sobre la perspectiva de la empatía, el “ponerse en los talones del otro”.
Las situaciones presentadas al inicio de este artículo han provocado respuestas diversas y contradictorias a lo largo del país, sobre todo en las redes sociales. Las cargas emotivas descargadas son actos solidarios, pero con tintes políticos, raciales, económicos, entre otros tamices. El asesinato de un joven travesti en mayo de este año en La Esperanza no es igual a la muerte de los tres bomberos caídos este último miércoles, pero quizá tenga más en común con el comunero muerto el viernes 14 en Las Bambas. Ambos se asemejan más por su marginalidad y escaso interés para el grueso de nuestra sociedad. Estas personas muertas en los Andes lejanos o en una cantina de un populoso distrito son semejantes a los miles de peatones anónimos que intentan cruzar una transitada avenida poblada de combis o microbuses, o un usuario que pide cualquier prestación de una entidad pública (Seguro Social, por ejemplo); o una fuerza laboral juvenil barata disponible a aceptar cualquier trabajo hasta límites humillantes. Así también podemos entender los “negociazos” en la salud y otros rubros sociales, la sobreexplotación laboral, el crecimiento del sicariato, la aplicación de la pena de muerte; en todas estas acciones reales o potenciales vemos respuestas en la que la condición de vida no es relevante para el que las ejerce o las desea como solución. Hemos tomado una marcada distancia entre mi persona y aquel que es “medido” con ese barómetro.

Tenemos un camino largo a discutir al respecto. Pero algo se ha andado.