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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 13 de agosto de 2023

DESTRUYENDO CIUDADES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DE AGOSTO)

 



Salir de la rutina para conocer nuevos lugares hace ver con criterios más amplios el lugar en el que se vive: la infraestructura, el tejido social y sus manifestaciones, la historia de sus habitantes y sus proyecciones hacia el futuro. Estas vacaciones me permitieron visitar varios lugares de la Región Cajamarca.

Esta visita fue una buena oportunidad de ver lo bueno y también los males que acogen a todas las ciudades peruanas, en unas más que en otras, incluida Trujillo. Viajar con amigos que saben de arquitectura y la historia de la región me dio más luces. El centro histórico de la ciudad de Cajamarca lo ha salvado la acción tanto de historiadores y arquitectos, como de operadores turísticos; sin embargo, se ve un acelerado deterioro de varias bellas casonas (como en Trujillo) que son carcomidas por el interior para convertirse en cocheras o tugurios comerciales. Los alrededores de la ciudad sí son clara evidencia del desorden y peligro de cientos de edificaciones que surgen sin ningún criterio técnico producto de invasiones, tráfico de terrenos y corrupción rampante que corroen nuestra sociedad. Ya no sólo es criterio estético, es la seguridad de cada uno de las personas que las habitan y el de la ciudadanía en general. Además, el boom de la construcción en zonas en las que hay poca regulación municipal y profesional hace permisible la construcción en zonas de alto riesgo (faldas de colinas y cerros), tala indiscriminada y ocupación de áreas verdes que son el sustento y, a la larga, la sostenibilidad de cualquier ciudad. Estuve, también, en Bambamarca, Chota (con un inmenso coso de toros), Hualgayoc, Cajabamba, Namora, San Marcos, entre otros lugares. Salvo excepciones como Cajabamba y Namora que tratan de cuidar su centro histórico a duras penas, las demás ciudades ven su antiguo centro sometido a un estrés de construcciones de cemento y ladrillo desafortunadas y riesgosas, cuyas medidas de seguridad deben ser dudosas. Algunas edificaciones con numerosos pisos y vidrios multicolores rompen la armonía de lo que solían ser las plazas cajamarquinas de antaño; y para acentuar la crisis estética, estos monstruos tienen sólo la fachada enlucida. Un mal hábito arraigado en todos los estamentos de la construcción. Comentábamos que, por suerte, no se generaban tantos incendios provocados como suele suceder en otros países; pero la explicación fue triste: como hay tanta permisividad en la invasión de tierras (veamos el ejemplo de Trujillo sin ir muy lejos) no es necesario recurrir a “medidas extremas”. La corrupción lo permite. La proliferación de nuevos barrios residenciales en zonas de cultivo es, como ya he resaltado, una cuestionable decisión que afecta la seguridad alimentaria de la zona, concepto que parece no ser muy relevante para muchas personas, fuera del hecho de que muchas áreas verdes son afectadas por la minería formal (lo vimos en el camino a San Pablo) y, peor aún, la informal.


domingo, 19 de marzo de 2023

CIUDAD CANGREJO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJLLO 19 DE MARZO)



Exactamente,
como hace seis años, Trujillo ha vuelto a dar un buen salto hacia atrás. Nadie lo puede negar. Varias fotos del paso de numerosos huaicos en marzo del 2017 pueden ser utilizadas para describir gráficamente la situación en la que se encuentran muchos sectores de nuestra ciudad. Las mascarillas, olvidadas en un rincón de nuestras casas tras levantar las restricciones sanitarias a fines del año pasado, vuelven a ser usadas para evitar inhalar el denso polvo que dejaron las innumerables activaciones de las quebradas y las riadas de agua que recorrieron calles y avenidas de diversos sectores de la ciudad. Y, como hace seis años, todo el sistema de baja policía comienza a colapsar por cerros de basura al lado de bolsas de arena, material de construcción desechado, y podas de ramas y troncos de parques y avenidas de la ciudad. Como hace seis años.  

Los fenómenos naturales pueden convertirse en una fuerte amenaza hasta ser un desastre, si estos crecen más de lo previsto o, como es en nuestro caso, los espacios afectados no estaban preparados para enfrentarlos. A diferencia de otras circunstancias, terremotos y Niños han sido registrados a través de la historia lo que da un referente necesario para que las personas de las zonas potencialmente afectadas deban, ojo, deban tomar las medidas necesarias. No es un aerolito el que nos afecta; son fenómenos que, aunque tengan sus diferencias específicas, por lo general tienen las mismas manifestaciones. Ergo, el ser humano, ser racional e inteligente, tiene todas las oportunidades de enfrentar algunos de estos embates de manera victoriosa reduciendo las condiciones para un desastre. Crónicas, informes, estudios han dado bastante información de lugares de alto riesgo y los hechos que ocurren. Las quebradas y Mampuesto están registrados por siglos. Sabemos lo que va a ocurrir. Pero las respuestas políticas y sociales, generalmente antitécnicas, parecen ser siempre las que causan los desastres. Para el Niño costero del 2017, el gobierno de Humala destinó recursos a los gobiernos de las áreas regionales posiblemente afectadas. Se lo esperaba en el 2016, por eso las clases escolares del 2015 se clausuraron en noviembre. Los gobiernos regionales informaron que habían hecho las obras de prevención necesarias. Ese marzo del 2017 retrocedimos una década como ciudad. Posteriormente, hubo medidas exigidas a los gobiernos regionales de reubicar a pobladores de zonas vulnerables; no fueron atendidas. Por las elecciones municipales del 2018, se priorizó el criterio político. Recuperar la Municipalidad Provincial era prioridad y había la posibilidad de perderla por una medida tan impopular, pero necesaria. Fuera de la incompetencia, desidia y burocracia de la reconstrucción con cambios (vergonzoso), la responsabilidad gubernamental regional es también relevante. Tenemos, parece ser, un nuevo Niño. Como hace seis años, las aguas recuperarán lo que les pertenece.

domingo, 25 de septiembre de 2022

LAS PESADILLAS TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE SEPTIEMBRE

 


Desde que mi familia y, posteriormente, yo nos instalásemos en esta ciudad para hacerla nuestra casa, he sido testigo de varios grandes temas que han circulado por todos los medios como oportunidades y convertidos paulatinamente en grandes amenazas (pesadillas diría yo), estas ya confabuladas con uno que crece tenazmente día a día, año a año: el cambio climático. Son temas parcialmente o escasamente abordados en los planes de gobierno por candidatos a la alcaldía provincial, esa que tiene que coordinar estos problemas que agravan las condiciones básicas de nuestra ciudad afectando a todos los ciudadanos de una manera u otra.

El primero es la erosión costera, esa que se ha ido agravando año a año. La principal causa, el molón de Salaverry, es una realidad que no quiere ser tocada por ser ya una fuente de intereses comerciales poderosos por lo que hay la necesidad de encontrar otras soluciones coordinadas con los demás alcaldes de nuestro castigado litoral y la gobernación regional. El problema es tan complejo y politizado que dudo haya una intención de convertir una propuesta colectiva que involucre todas las partes, Salaverry incluido, que se convierta en una política regional de largo plazo. Hay que tomar en cuenta situaciones agravantes como el incremento paulatino del nivel del mar, situación que parece cada vez más irreversible. Trujillo pareciera ver a su mar no como una oportunidad y lo ve cada vez más como una amenaza. Quizás sea por eso que cada día se lanzan una buena cantidad de aguas servidas al mar. El segundo son los cambios generados por Chavimochic. Esta obra cambió la fisonomía de nuestra ciudad, tanto en lo social como en lo físico. En el último rubro está las condiciones climáticas como la pluviosidad y la humedad. En los años 80, Trujillo era una ciudad de clima seco, con pocas situaciones extremas. Ahora las lluvias veraniegas son cada vez más frecuentes. Esta situación se agrava con la regularidad con la que ahora vienen los Niños. Esta realidad pluvial no se toma en cuenta para el deficiente sistema vial que tenemos, sin drenajes y con rompemuelles que acumulan aguas que terminan por destruir la precaria pista inundada. El plan de desviación de aguas (ojalá funcione) es para ciertas zonas, pero la lluvia cae para todos. Una lluvia como la de ese fatídico marzo del 2017 que inundó diversos sectores de nuestra ciudad debe servir como modelo de lo que podría pasar en nuestra ciudad con un nuevo Niño, que ahora parecen ser cada vez más frecuentes. Hay otros temas graves como la contaminación y el tratamiento de la basura, poco abordados también.

Escuchaba comentarios de periodistas sobre la cantidad de candidatos que tienen diversos problemas judiciales y también haber visto un debate electoral en el que se dedicaron más a pullas y diatribas que planes concretos; ¿estarán los candidatos en la capacidad de ofrecer algo por el bien común? En fin, eso es lo que tenemos delante de nosotros. Sombrío panorama.


domingo, 4 de septiembre de 2022

¿MUNDO, QUO VADIS? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 04 DE SEPTIEMBRE)



Las noticias que circulan en las últimas semanas sobre muchos países europeos son bastante preocupantes por diversas razones y que, quiérase o no, también nos van a afectar de manera directa e indirecta. Algunos economistas ya hablan del inicio galopante de una fuerte recesión agravada por una situación monetaria que se ha ido deteriorando rápidamente, situación que va a afectar la calidad de vida de muchos ciudadanos lo que puede generar un fuerte malestar social (ya está pasando); sus repercusiones pueden afectarnos en muchos aspectos económicos más fuertes que la crisis del 2008. Además, una sombra divisoria se cierne sobre la comunidad europea como nunca la habían sufrido; ni siquiera desde el famoso Brexit, cuando Gran Bretaña, una de las economías grandes de Europa, se separó unilateralmente tras un referendo.

Debido al ruido cotidiano de nuestro país generado por el inefable mundo político peruano, lleno de arribistas, carroñeros y cínicos; la situación mundial, y en especial la europea, no se está abordando de manera adecuada, situación que puede afectar a muchos hogares peruanos de todas condiciones, desde los exportadores de todo tipo de bienes hasta el envío de remesas y los que realizan diversas actividades itinerantes como estudios universitarios o trabajos temporales. Además, una serie de fenómenos naturales ha sido un poco pasados por alto, vistos más como una anécdota sin comprender que muchos de estos son productos de cambios drásticos climáticos, a los cuales nuestro país no puede eludir. Sin ir muy lejos, la prolongada sequía que padeció Chile ha hecho que mucho capital chileno agroindustrial haya virado hacia nuestro país, pese a que venimos sufriendo un estrés hídrico galopante y que no es muy comentado en los medios. Una situación que merecería más información a la comunidad y ver las proyecciones en nuestras ciudades, como Trujillo, que pueden verse afectadas con esta potencial catástrofe, habida cuenta que el Perú es uno de los principales países en el mundo que tiene más riesgos frente a esta adversidad. La sequía del hemisferio norte, acompañada de una ola de calor son factores que inciden en muchos recursos naturales como la agricultura y sus derivados. Ya bastante tuvimos con la reciente crisis del trigo con incremento de precios en la canasta familiar. 

La amenazante recesión pone en peligro varias actividades exportadoras de nuestra región; en 2008, mucha producción tuvo que ser vendida en mercados locales antes de verse perdida. El incremento de precios del gas con la amenaza de un invierno nada grato son consecuencias de muchas medidas nada pragmáticas tomadas por varios líderes europeos por sanciones a Rusia y estas están repercutiendo en los bolsillos de sus ciudadanos. Obviamente el mercado, ese al que apuntan muchas de nuestras exportaciones, se verá resentido; el ciudadano priorizará gastos y hará ahorros forzados. Winter is coming, ajústense los cinturones.


domingo, 4 de junio de 2017

VISITA A LAS QUEBRADAS DE LA AMENAZA


El día sábado 27 de mayo un grupo de amigos, liderados por Jorge Saito, se decidió dar un paso importante para la idea que está rondando a todo los integrantes que nos une el fuerte interés de ayudar a Trujillo con un sólido plan de reconstrucción dentro del marco de una prevención lógica y coherente, y que sea abordada desde diversas perspectivas profesionales. La idea de visitar los lugares donde habían sucedido las más graves riadas de agua en el mes de marzo por fin se logró concretar y para ello, Silvia Ponce logró contactar con una movilidad con la que se iba a hacer el recorrido a tres quebradas que habían asolado la ciudad con siete huaycos. Nos reunimos en la Universidad Privada del Norte, punto de encuentro de las 10 personas que íbamos a ir en una Van de la empresa Emtrafesa. A las 9 de la mañana salimos hacia nuestro primer destino: Quebrada de San Idelfonso. Esta ha sido la que más ha afectado a la ciudad, acumuló más agua y es la que se encuentra más poblada de todas las demás. Es la que acoge el famoso cementerio de Mampuesto, el que en 1998 se hizo famoso alrededor del mundo cuando el embalse rebasó los frágiles muros de contención así como la fuga que se había hecho, para desbocarse con lodo, piedras, ataúdes y cadáveres por las calles de la ciudad. Aún tengo el recuerdo de ese huayco, pues con mi auto pisé un cadáver atascado cerca de las puertas del entonces ITN en la calle Borgoño. El haber ido casi dos meses después fue una buena decisión: primero porque la población aledaña está menos tensa que cuando sucedieron estos tristes eventos, la población estaba enardecida y temerosa de perder objetos; segundo, ya más calmada, la población da información sobre lo sucedido sin sentirse objeto de curiosidad por parte de muchas personas que, de manera impertinente, no respetan su incomodidad, frustración o privacidad. Llegar al cementerio para ver el entorno es preocupante, pues muchos de los vecinos ya están en proceso de reconstruir sus viviendas en esta zona que, ante una nueva versión de lluvias, será nuevamente declarada zona de desastre. Hay sí muchas casas colapsadas y abandonadas. De ver en la actualidad la magnitud de la situación, me imaginé cómo fue la zona en el mes de marzo. Las huellas de la evacuación de las aguas son visibles. Tal como lo fue en 1998, casi 20 años después. Lo interesante es el que afectado cementerio ha sido dado en concesión a la entidad que regenta el otro cementerio de la zona. Según datos históricos, Mampuesto ha sido testigo de muchos Niños desastrosos que asolaron la ciudad y sus alrededores. En 1897, todo el Norte peruano sufrió un mega Niño y Trujillo recibió dos meses de lluvias, desde febrero a abril, que dejaron maltrecha a la ciudad. Es interesante ver que en el Niño de ese año y el del 1728, como relata Don Miguel de Feijóo, Mampuesto tuvo una activa “participación” al ser el lugar donde se acumulaban las aguas pluviales que luego se desembalsarían sobre la ciudad. El breve artículo de Arturo Rocha Felices tiene datos interesantes al respecto en las páginas 9 y 10 (http://www.apiperu.com.pe/Presentaciones/articulos%20y%20libros/meganino1891.pdf). Del mismo autor, encontramos un texto virtual que habla sobre el mega Niño de 1728 y sus daños en la costa Norte del Perú (http://ponce.sdsu.edu/el_meganino_de_1728.html). Pero mejor es ir a las fuentes de Feijóo, cuya obra Relación descriptiva de la ciudad, y provincia de Truxillo del Perú fue reeditada en 1981 por el entonces Banco Industrial. En la página 159 del capítulo XII se habla de Mampuesto, el origen y las terribles consecuencias de su desborde. Feijóo lo llama Marapuesto y lo denomina como terraplén hecho por los indios gentiles que “[..] cerraba un gran espacio de una quebrada entre dos cerros, de lo que resultó se hiciese una profunda laguna; y humedecidas sus vasas, y cimientos, derrumbándose por lo más débil, precipitada la multitud de agua que se había recogido, corrió por los campos mediatos[..]”. Para suerte de Trujillo en ese entonces, las aguas no se dirigieron sobre la ciudad donde “[..] hubiera desbaratado parte de sus murallas[..]”, sino que se dirigieron al río Moche. La historia repite el mismo fenómeno. El hombre no aprende. Y la naturaleza no olvida.




Decidimos seguir con nuestra visita y enrumbamos hacia las alturas de Río Seco. A nuestro paso veíamos algunas calles o avenidas que se habían vuelto el cauce natural de las aguas que descendían a toda velocidad hacia el mar. Las huellas de la altura del cauce creado eran evidentes en varias casas, algunas de las cuales ya estaban deshabitadas. Decidimos bajar para ver la quebrada en una zona de Río Seco. Las personas estaban lotizando la zona, la cual en una próxima temporada de lluvia terminará por ser arrasada. Nos comenzamos a sentir como verdaderos intrusos en la zona, por lo que decidimos ir hacia nuestro segundo objetivo: quebrada del Cerro Cabras.




Fuimos hacia Wichanzao en el distrito La Esperanza a ver lo que había pasado en la zona. Pese a que sí hubo un cierto caudal, los estragos en la zona fueron pocos frente a la magnitud de lo anteriormente visto. Lo que es interesante es cómo en la zona ha prevalecido cierta forma de construcción similar a la andenería: las pirqas o pircas. Esta técnica permite nivelar y ganar terreno en las faldas de los cerros. El problema para la población que se asienta en las laderas de los cerros es crear buenas bases para evitar deslizamientos y tragedias que lamentar. El Cerro Cabras se está poblando así. Nuestra Región no ha experimentado un fuerte sismo desde 1970 y esa situación sí debería de preocupar a toda la ciudadanía. Una lluvia no causa estragos tan fuertes y extensos como un sismo. Las pequeñas casas que vimos en esta visita pasarán quizá su primera y última experiencia de tener un sismo de igual magnitud como el vivido en mayo del 70. El plan de reconstrucción que se quiere hacer en la zona Norte debe de ir pensando en eso. Trepamos el cerro Cabras hasta una mediana altura y pudimos contemplar la ciudad. Es un observatorio natural de la ciudad. A lo lejos contemplamos nuestro siguiente objetivo: quebrada del León.




Nuevamente ya en nuestra movilidad, nos enrumbamos hacia nuestra última visita. Antes de llegar  a la quebrada vimos un sector nivelado recientemente sobre el cual se han construido varias casas prefabricadas que acogerán a los damnificados de la zona del León. Además vimos el edificio del COER (Centro de Operaciones de Emergencia de Región La Libertad), el cual irónicamente está ubicado en un lecho de esta quebrada. Se ha pedido a muchos pobladores desalojar esta zona de alto riesgo, pero no se predica con el ejemplo. Lo que vimos fue más interesante aún. Las autoridades del Gobierno Regional y del distrito de Huanchaco estaban utilizando maquinaria pesada para limpiar el cauce de esta suerte de río seco. Pero dos detalles eran de película: cuatro o cinco personas trabajaban y por cada uno de los que trabajaban verdaderamente había casi 6 personas cuya única razón de estar ahí es inspeccionar, creo. No sé por qué había tanta gente en chalecos que los identificaban y no tenían función específica alguna. Horas extras que sirven para sangrar el presupuesto de cualquier gobierno municipal o regional. El segundo era la limpieza de este cauce natural que amplía su luz y posible caudal y el espacio de paso bajo un puente que conecta este canal natural. El diámetro de estos espacios era ridículamente estrecho y ante una primera lluvia estos estarán destinados a obstruirse. Cambiar mocos por babas. A toda luz, estamos siendo testigos de una obra cuya utilidad se asemeja a la de un cenicero en una moto. Y la presencia de todo ese personal sí rayaba con lo ridículo. Lástima que no hubo periodistas en funciones para informar sobre esta situación bastante irregular. Y mortificante, pues es dinero público, dinero nuestro.



Ya en nuestro retorno a la ciudad, hicimos un nuevo alto, ahora en el sector asignado para estas casas reconstruidas. Son pequeñas que alojan una suerte de tres habitaciones. Son bastante calurosas y tienen unas pequeñas ventanas para que ingrese aire. Los policías que custodian el lugar nos permitieron acceder a sus instalaciones. Debe de entenderse que son provisionales; pero conociendo nuestra capacidad de adaptación y conformismo se han de volver en viviendas “fijas”. Esperemos que no.

Fin de nuestra visita de casi tres horas.



domingo, 30 de abril de 2017

SORPRESAS NON GRATAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 30 ABRIL) INDULTOS Y LLUVIAS

Hace una semana advertía la necesidad de estar atentos ante la desidia que suele envolver a la sociedad peruana frente a diversas situaciones. Dos hechos, una sorpresiva lluvia y una absurda propuesta política, nos invitan a reflexionar al respecto.

La lluvia del jueves por la madrugada despertó del letargo nuestros justificados temores ante la posibilidad de vivir nuevamente esa pesadilla que fue el mes de marzo para el Norte peruano y para nuestra ciudad, en especial. La mañana del jueves nos recordó la amarga experiencia de esa semana que sumió a la ciudad en caos y desesperación de los casi millón de habitantes que viven en Trujillo. A golpes se aprende y la naturaleza nos lo está haciendo recordar con cierta frecuencia. Y vale la pena hacer odiosas comparaciones para que nuestro, muchas veces injustificado, orgullo reaccione positivamente. La misma semana, en nuestro vecino sureño, se produjo un sismo de magnitud 7,1; en un país altamente sísmico como lo es Chile, la cultura cívica demostrada por su población es de resaltar, pues esta ha reaccionado mostrando una educación preventiva y escasa actitud a la especulación. Un violento sismo quizá sea una dura prueba definitiva para la sociedad peruana sobre su cultura cívica, tanto de autoridades como la ciudadanía en general. Los lamentables comportamientos de muchos miembros de nuestra sociedad nos hacen temer una resaca post desastre nada alentadora.


El hecho político surgió del interior del actual gobierno, cuando uno de sus controvertidos integrantes anunció la posibilidad de apoyar el arresto domiciliario del expresidente Alberto Fujimori. Este anuncio es el colofón de una larga semana de disquisiciones que hablan de ciertas debilidades del actual gobierno ante un Congreso movido por la animadversión y condicionamientos desafiantes de muchos de sus integrantes contra la majestad gubernamental. La reacción indignada de gran parte de la sociedad se justifica ante la posibilidad de ceder ante este tipo de extorsiones partidarias que debilitan la sociedad democrática. Esta circunstancia nos debe de hacer recordar a un insigne liberteño, José Faustino Sánchez Carrión, padre de la naciente República peruana. En su actividad epistolar, éste habla sobre la mejor forma de gobierno para nuestro naciente país, la democracia, y advierte sobre los peligros que pueden ir surgiendo contra ella. En una de sus cartas anuncia algunas ideas fácilmente extrapolables temporalmente. Nos alerta sobre “la seducción de los pueblos por el encanto de las palabras con total olvido de las cosas”; el hombre puede ser “cruel e infame” que “sacrificando la causa pública con todo su linaje de intriga y desvergüenza, engrandecimiento personal, prostituye la confianza pública”. Los lamentables ejemplos de nuestros recientes líderes políticos, expresidentes, no hacen más que validar estos duros enunciados, clara advertencia para nuestra democracia. La historia nos sigue enseñando.

domingo, 2 de abril de 2017

PREVENCIÓN A LA PERUANA (ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DOMINGO 02 DE ABRIL)

Estamos viviendo una nueva catástrofe natural con las consabidas consecuencias sociales. Una raya más al tigre. Desde que tengo uso de razón, nuestro país ha ido acumulando una serie de medidas para atenuar la desgracia que genera cualquiera de estas catástrofes. Terremotos, aluviones, inundaciones, epidemias han desnudado nuestra informalidad, la cual puede obedecer a la ignorancia, a la desidia o, la más grave, a la corrupción.
Los antiguos habitantes del actual territorio peruano usaron diversas estrategias para poder convivir con estos desastres. Era una forma de supervivencia, pues está demostrado en la historia que grandes catástrofes fueron la causa de la desaparición parcial o total de algún pueblo, ciudad e, incluso, cultura. Es regla universal: grandes sequías derrumbaron al Imperio Egipcio. La hambruna hizo que grandes pueblos nómadas rebalsaran el Imperio Romano. La peste bubónica devastó un tercio de la población europea y significó el debilitamiento de ciudades, reinos o familias reales; con solo indicar que es uno de los factores importantes del fin de una edad, la Edad Media. Cautos de esto, muchos estadistas planificaron sus ciudades, vías de comunicación, zonas de producción agrícola con el fin de prevenir cualquier desastre. La naturaleza es poderosa, pero enseña a todos cómo saber llevarla. Un animal, sufrida una primera experiencia con un elemento natural, no acomete el mismo error. Pareciera que el hombre carece de este don. Sin embargo, tenemos ejemplos notables del antiguo Perú que trataron de domeñar el territorio: los tambos cumplían esas funciones, grandes almacenes de alimentos no perecibles que podían soportar heladas, sequías o riadas. Hay que destacar la función de la andenería, que no era un capricho estético, sino un uso racional de tierra y agua. Las ubicaciones de palacios, templos e, incluso, ciudades obedecen a una serie de medidas de prevención que, en su conjunto, no se presentan en la actual sociedad peruana. Es de destacar que Chan Chan, vista del aire, no se halla ubicada en lecho de ríos secos alimentados por diversas quebradas que rodean a la ciudad, a diferencia de Trujillo que ha sufrido hasta siete riadas de lodo y basura. Y, además, el reservorio natural llamado Mampuesto ha sido una muestra de cómo la planificación de la sociedad actual ha sido pobre y desorganizada.
La prevención evita pérdidas económicas y de vidas. Es un cambio de actitud que la sociedad trujillana, en particular, y la peruana, en general, debe de tomar. Parte de la educación y de la percepción que se tiene por los demás. Son las bases desde las cuales se debe de atacar el problema: mucha gente siente que las medidas de prevención significan un gasto no justificado, pues no hay retorno (así fue la respuesta que el Ministerio de Economía dio para las medidas de contención del río Piura que hubieran sido de utilidad en la actualidad). Esa es la justificación que demuestra que los demás son irrelevantes en su dinámica económica. Solo basta ver cuántos incendios ya se han dado en los famosos malls peruanos, paradigmas de la construcción segura moderna, para tener una idea de la forma de pensar de los responsables de crear los espacios, las medidas, las estrategias y los protocolos de seguridad. En esto subyace la corrupción, pues distraer recursos para beneficio propio significa deteriorar la calidad de materiales a usar, autorizar el uso de otros materiales riesgosos (recordar el incendio de Utopía y otras discotecas), construir aberraciones o en lugares no apropiados, usurpar zonas que tienen un fin de seguridad (por ejemplo, áreas verdes que hubieran amortiguado las recientes inundaciones), dejar de construir medios de seguridad (los famosos drenes que Chavimochic no hizo a lo largo del proyecto). Tanto lo económico como lo político, si vemos el actual panorama, son grandes escollos de un buen plan de prevención global de cualquier ciudad del país. Y por lo todo sucedido, Trujillo ha sido una víctima más de ello.
Ahora ya hablan de prevención, pues ya hay bastante presión ciudadana, la cual espero que no se disperse o se relaje una vez pasada esta situación de catástrofe. Los ciudadanos deben de tener el poder para exigir a las personas responsables para llamar a los expertos y personas competentes a trabajar en eso: planificación holística. Para eso los elegimos.
En la antigüedad, los moche sacrificaron a varios jóvenes para aplacar la ira de un Mega Niño. En otras circunstancias, la zona era arrasada como Túcume, pues sus dioses no “funcionaron” o la ciudad era abandonada como fue el caso de Zaña, pese a que las iglesias se plagaron de feligreses para pedir perdón. Ambas son medidas extremas, pero el hecho de pedir destitución de tal o cual autoridad no deja de tener un tufillo histórico. Ahora tenemos la palabra y la oportunidad para una verdadera cultura de la prevención

domingo, 5 de febrero de 2017

DESNUDEZ TOTAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 FEBRERO 2017)

Lo sucedido el último jueves 02 en Trujillo desnudó totalmente a toda una ciudad de casi un millón de habitantes que teóricamente debería haber tenido una capacidad de respuesta más efectiva ante este fenómeno pluvial ocurrido, puesto que hasta hace menos de un año la ciudad y la Región entera estuvieron ejecutando diversas obras de prevención ante un fuerte fenómeno del Niño ampliamente voceado durante el 2015, tanto así que diversas actividades fueron elevadas a alerta amarilla, como sucedió con el año escolar en todo el Norte peruano. El fenómeno en sí se manifestó levemente y no tuvo el temido impacto que iba a golpear toda actividad humana en el Norte y específicamente nuestra Región y ciudad. Los efectos se vivieron en otras regiones del planeta. Uno al leer los diarios  de esos meses puede obtener información que da cuenta de las obras planificadas (algunas quedaron inconclusas, parece ser) e informes de monitoreo que iban y venían sobre las medidas preventivas que se hacían para el agro y sistema vial departamental, así como las que se iban tomando en una urbe que guarda en sus recuerdos los daños infligidos sobre sus habitantes en 1982 y 1998. Las autoridades de entonces estuvieron alerta hasta declararse oficialmente culminado en el mes de mayo del año pasado. Ergo, todo el país mantuvo, en teoría, su atención y precaución ante una grave ocurrencia hasta hace ocho meses.
Sin embargo, casi medio año después, lluvias de regular intensidad (no son las que un mega Niño trae) han mostrado de manera abrupta que todas aquellas voceadas prevenciones no han cumplido con su objetivo. El Estado había destinado una buena partida presupuestaria para ser ejecutada por el Estado mismo, los Gobiernos regionales y locales. El Gobierno de ese entonces había destinado presupuestos para medidas preventivas durante el 2015 y para reconstrucción en el 2016. El dinero estaba destinado a limpiar y mejorar de cauces de ríos, construcción de muros de contención, sistema vial, entre otros. Los resultados no pueden ser tan buenos si hemos tenido esta situación casi desastrosa que estamos viviendo y que tiende a agravarse. La pregunta es qué se hizo.
Lo de Trujillo como ciudad sí es lamentable. Las lluvias desnudan una gran verdad: nuestro sistema vial va camino al colapso. Entre rompemuelles y la carencia de drenes, la ciudad se convierte en un gran charco que incrementa la molestia por la lenta evaporación de las aguas estancadas y el peligro latente de un rebrote de las no pocas enfermedades endémicas de la Región, como el dengue. Pero además están los ciudadanos que somos poco conscientes de cómo actuar en estas situaciones: el caos generado en el tráfico casi rayano al salvajismo es una muestra de lo poco preparados, en general, que estamos. Los trujillanos nos convertimos, a la larga, en una gran parte del problema. Vayamos a cambios necesarios de estructuras sociales y mentales.

domingo, 27 de noviembre de 2016

FUEGOS QUE MATAN. ARTÍCULO PARCIALMENTE PUBLICADO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DE TRUJLLO 20 DE NOVIEMBRE

Hace tres semanas escribí en un diario local un artículo de opinión sobre el valor de la vida en el Perú. En ese entonces, me motivó escribir el mismo por la triste muerte de tres bomberos en un misterioso incendio en Lima aún no del todo esclarecido. Pocos días antes se había difundido por las redes un estudio realizado por William Chopik de la Universidad Estatal de Michigan (https://www.indy100.com/article/psychopaths-countries-map-world-empathy-least-seven-lowest-7363926), en el cual se ubica a la sociedad peruana como la tercera más empática a nivel mundial. El informe resulta de lo más irónico por la forma en que nosotros concebimos la seguridad y la prevención, medidas precisamente para velar la integridad de los demás y de uno mismo. De mantener ese criterio, la sociedad peruana debería de estar entre las más protectoras de la vida humana. Sin embargo un nuevo incendio este último miércoles nos salta en la cara. Así pues, todo lo que ha sucedido y viene sucediendo en nuestro país es una muestra que desmiente la posición de una sociedad altamente empática.
A lo largo de la historia peruana han sucedido diversas tragedias y desastres, muchos naturales, otros provocados por la mano del hombre, sea por intención o por descuido. Los desastres naturales son por ahora inevitables, pero la falta de previsión y el relajo en las medidas de seguridad en diversos procesos y protocolos hacen que un desastre sea altamente mortífero no por acción natural, sino humana. Los siniestros o incendios en construcciones no son de origen natural o, como aducen algunos, divino; son producto las más de las veces de la irresponsabilidad, la corrupción, la mala fe o la ignorancia de personas encargadas de dichas medidas. El uso de ciertos materiales, el otorgamiento de licencias de manera oscura, el robo sistemático de ingredientes o el uso excesivo de ciertos materiales que deberían estar de baja son algunos de los factores nada naturales que han sido grandes causantes de tragedias que comienzan con un cortocircuito, el desgaste de cables, la acumulación de material inflamable, etc. La negligencia humana está, además y hay que resaltarla, en la actitud de conmiseración que se tiene ante ciertas situaciones que sabemos son altamente riesgosas: un ejemplo de ello es el comercio ambulatorio que es permitido y hasta justificado para permitir que diversas personas puedan llevar un pan a sus hogares, cuando en realidad pueden llevar la muerte a otros. El caso de Mesa Redonda aún resuena para muchas personas, pero para otras no pasa de ser una anécdota hasta que esperemos otro gran incendio que cause la muerte de 277 víctimas. Entonces se volverá con eterna letanía y la búsqueda de culpables. Pero más irresponsable es el caso de diversas empresas que con el fin de reducir costos no titubean en “sacarle la vuelta a las normas” con el fin de incrementar sus ganancias adosando su irresponsabilidad a la vida de sus empleados, obreros o clientes. Basta darse una vuelta para ver las condiciones con las que ciertos locales de expendio masivo, centros comerciales, tiendas de departamentos en las que fueron inaugurados y en las que se encuentran ahora. Veremos puertas selladas, escasez de grifos o extintores, material inflamable que reemplaza a uno más seguro pero caro, un largo etcétera que valdría pena revisar, cuestionar y actuar antes de convertirse en un nuevo crematorio de inocentes.

Así ya podremos decir que somos una sociedad altamente empática.

martes, 23 de diciembre de 2014

CRÓNICAS PIURANAS III: LA CIUDAD ABANDONADA

Y así llegamos a nuestro último día en la primera visita de Piura de este año. EL domingo 04 fue el día para recorrer las calles de Piura vieja con su izamiento de bandera, su marinera al aire, sus chifles y natillas que hay que saber buscarlas. Con María nos fuimos a dejar el auto para terminar con esos trámites. En realidad, alquilar un auto entre varios es mucho más económico y tienes una capacidad de independencia con la que no se cuenta cuando no dispones de movilidad y dependes de los tours organizados. Según Lorena, el lugar ideal para comprar los “recuerdos” gastronómicos era en casa de una señora que reside en Miraflores.
El barrio muestra ya una marcada decadencia, pero vemos aún bellas mansiones que antaño mostraban bellos tragaluces o vitrales. Pese a todo, las calles se veían limpias y los parques ahora estaban un poco mejor tenidos que cuando estuve hace unos años. Piura es una ciudad fuertemente azotada por el fenómeno de El Niño. Pese a todas las medidas que se tomen, la ciudad sufre estragos sobre todo en los sectores sociales más deprimidos. Pero también está en la dejadez e irresponsabilidad de autoridades y población que suelen dejar construir y edifican en zonas extremadamente peligrosas para que se construya. Y no es solo un síntoma piurano, lo es de todo el país. Ya en Trujillo reiteradas veces se ha alertado a la gente por estar construyendo, incluso con material noble, en lechos secos de ríos. En el Niño del 98, muchos de estos lechos se volvieron activos con la siguiente catástrofe social causada. Crónica de una muerte anunciada. Este nuevo Niño parece ser menos intenso, pero en un país tan poco precavido como el nuestro, medidas extremas deben procurarse para evitar lamentos futuros. En los mega Niños del 83 y el 98 se tuvieron que implementar bombas extractoras de agua para poder evacuar todo el líquido acumulado en parques, calles, avenidas y casas. También es triste pasar por uno de los puentes que cayó por el embate del caudal del río Piura: en una de sus entradas está la placa recordatoria de todas aquellas personas que murieron ahogadas  cuando se cayó el puente que transitaban en mototaxi, en taxis o vehículos particulares. Triste memoria. Piura tiene tantas anécdotas con el Niño, una suerte de simbiosis. Pero los piuranos reconstruyen su ciudad; sin embargo, deberían proyectarla para evitar estos riesgos con defensas más sólidas, mejores sistemas de drenaje, alcantarillado limpio en sus calles (es insólita la suciedad que nos rodea: miles de bolsas de plástico que se ve ya varios kilómetros alejados del corazón de cualquier ciudad peruana). Vimos una buena defensa ribereña cerca del puente viejo, las calles están protegidas con buenos muros. Y podemos ver bellas casas con jacarandás que adornan las vías. Pero Piura está perdiendo su patrimonio arquitectónico del siglo XIX. Muchas edificaciones están cayendo en el abandono y el deterioro; sus dueños luego las demolerán y harán los monumentos al consumo: galerías comerciales. Estas están poblando el centro (lo vi en Tacna en la ex bella avenida Bolognesi). Ojalá hubiera un movimiento de personas interesadas en rescatar su historia, su identidad.

Dejamos Piura con destino a Trujillo vía bus por la tarde. En el trayecto vi tanto basural que han terminado por afear los médanos con algarrobo que solían acompañar al viajero. Una pena.