Esta presentación la hice ayer 11 de septiembre.
Paterson City es una novela breve que surge de la motivación académica de una maestría en San Marcos, específicamente de las clases del Dr. Luis Millones; y de las experiencias personales de la madre del autor, quien suele viajar a EEUU con cierta regularidad a Newark. Es una historia cotidiana de un joven emigrante que sufre todo tipo de desarraigo; no solo se queda sin patria, se queda sin su abuelo, luego sin padre, sin vínculos. Paulatinamente va perdiendo su identidad lingüística, ante la coerción que ejerce la nueva sociedad a la cual va a pertenecer (y que al final termina por rechazar a causa de todos los incidentes que le va a tocar vivir). El desarraigo lo va viviendo desde el momento que llega a territorio norteamericano; para esto, la alusión al Perú se da solo en flash back que le hacen recordar al colegio La Salle (por la descripción que hace el autor), por la alusión que hace del distrito Breña, por ese proceso doloroso que fue Sendero Luminoso y la sociedad peruana. Los desarraigos van acompañados de numerosas negaciones; Mike, uno de los principales de la novela y supuesto amigo del narrador, niega a su padre, en tanto que la madre del narrador niega a su marido, quien se había enrolado a las huestes de Sendero Luminoso, en los años 80; así pues, por el temor y dolor de ver aterrada a una persona fanática, la madre va negando a su hijo, la narrador de la obra, paulatinamente a la figura, la identidad de su padre. Mike trata de negar la lengua que su padre y madre hablan, y adopta una actitud displicente y hasta agresiva contra todo lo latino. La necesidad de Mike de su nueva aceptación es muy dolorosa, puesto que en el fondo exige erradicar todo lo que él es en esencia. Se refugia en un excesivo erotismo para hallar algo real, tangible, vital. Esta exagerada erotización arrastra también a nuestro narrador, primero para complacer a su nuevo amigo, luego para descubrir las nuevas emociones que esta nueva vida le iba a dar. Pero, además, la erradicación extrema de Mike implica el total rechazo de su entorno familiar y una violenta eliminación de todo aquello que culmina con la destrucción física de todos los elementos que puedan ligarlo al pasado. Las acciones de quemar (destruir, pero también renovar como el mito del Ave Fénix) cierran todo un proceso del deterioro interno de Mike (quien además tiene un diminutivo inglés) para “empezar una nueva vida” En cierta manera, me hace reconocer – salvando distancias de referentes – al famoso cuento “ALIENACION” de Julio Ramón Ribeyro, cuento en el cual Roberto inicia su proceso de norteamericanización con las apariencias externas desde la ropa hasta la piel, la “camaleonización” de su nombre (Roberto a Bob Cabanillas) y la definitiva asimilación a su nueva nacionalidad. Bob es Mike, pero Mike lo hizo desde adentro, no fue voluntad de él convertirse en gringo, su familia lo traslada y la nueva situación lo transforma. Bob quiere ser Bob; Mike lo es, porque ya vive allí y se va a rodear de una sociedad opulenta pero que lo sabe extraño y tiene que buscar los medios para ser aceptado, cueste lo que cueste.
La madre, así como todo el grupo de mujeres de su entorno, realiza una relación asimétrica de poderes y aceptación. La madre, la tía Nelly y la tía Ramona (el vicio sudamericano de “tiizar”, hacernos tíos, a la gente para hacerla parte del círculo y crear vínculos afectivos rígidos, algo así como el padrinazgo) son el círculo de protección de nuestro narrador. Como todo emigrante, se instala cerca de los suyos y en cierta forma vuelve a instalar esa sociedad que dejó atrás por varias razones, pero que le da cierta comodidad para poder empezar a desplazarse; el hombre es un animal de costumbres y nos cuesta cambiarlas. Las tías ayudan a preservar esa suerte de status quo en la nueva sociedad, son una suerte de tránsito. Pero ellas también han pagado su dolorosa cuota de integración. Como en las novelas de García Márquez, las mujeres son personajes sólidos, que podrían haber sido más explotados, ya que es la nueva realidad de la gente que emigra de nuestro país. Según estudios hechos sobre la emigración en nuestra sociedad, son las mujeres las que más emigran para hallar un trabajo, sea digno o no, y para sostener a un hogar. Otro revelador estudio nos arroja un dato que debe enrojecer al más velado de los machos de nuestro país: más del 65 % de los hogares de nuestro país es sostenido por la mujer, ella es padre y madre del hogar. Ellas se encargan de todos los detalles, ellas van cubriendo a todos los personajes varones con el olvido. La madre del narrador es un personaje duro, refugiada, sobreviviente y sola. Y se abre camino para darle un futuro a su hijo. Nelly también hace lo suyo, como Ramona (algo que ver con Ribeyro)
El colegio, el primer gran micro mundo social al cual nos integramos, es el primer ensayo de asimilación, lugar en que los choques no faltan. En realidad, el colegio es la primera gran jungla de la cual debemos aprender a salir victoriosos. Es pagar nuestro primer derecho a piso para ser alguien en cualquier sociedad. Es interesante ver que los niños de dicho centro educativo público, migrantes, cargan con todo el bagaje cultural, aunque, valgan verdades, son los que rápidamente van a atraer la asimilación a sus respectivos hogares: la lengua, las costumbres, la historia, la visión particular del mundo que cada sociedad tiene. Todo eso es llevado por los más jóvenes a sus hogares. Es por eso que los países donde hay mayor migración como los europeos y los EEUU. Les interesa de sobremanera que los jóvenes vayan a sus escuelas, así la asimilación logra sus objetivos. Por lo boca de Mike, oímos las palabras amenazantes culturales que nos dice que ya ha cruzado la orilla tal como lo dice en su frase “…Allí todos son latinos. Latinos que hablan español como les da la gana, pero que también tienen la obligación de hablar el inglés, no como les dé la gana, sino como a nosotros, los estadounidenses nos da la gana” (pág. 42)
En medio de esa jungla, aparece Clarita, linda, una filigrana para esa selva. Pero, en el orden social, ella debe ocupar un lugar. Cual tragedia griega, el personaje bello encierra en sí un falta destino como la novela nos la ha de contar. La predestinación surge porque nuestro ahora héroe griego “destruye” el orden de las cosas al haberse enamorado de la hija de una prostituta, también ciudadana del Little Lima. Su marginalidad se extiende a su hija y la condena, la ensucia, la marca y la hace maldita. He aquí uno de los principales motivos por el cual esta breve novela tiene visos fatalistas. Vas a crecer en una sociedad de oportunidades, tal como te la han dicho que es, pero esas oportunidades te harán morder una serie de sinsabores que te harán cambiar, a no dudar. Nuestro narrador, simple mortal, juega su rol de héroe predestinado a la desgracia; es el reflejo de cómo todos los peruanos vemos la vida, en la cual dios juega un rol fatalista, “dios lo quiso” “es un castigo divino”, “si dios lo quiere”, “resígnate, así dios lo ha querido”, son frases que surgen rápidamente para justificar en muchos casos nuestra propia torpeza o una forma muy sutil de desprenderme de mi responsabilidad y achacársela a otro.
La novela es ágil, se lee en un solo tranco; personalmente me gusta la imaginación para recrear situaciones creíbles de una sociedad en cual nunca estuvo. Fuera de las alusiones a muchas personas de la soiciedad peruana de antaño, como Perico León y Elmer Alfaro, el famoso "Machucao", hay muchas alusiones a situaciones sociales que para muchos jóvenes como ustedes le son muy extrañas: la vida de Lima en los 80, Sendero Luminoso, Bolívar, la situación histórica de Argentina, Uruguay, Chile y el famoso plan Cóndor que lo lidero Morales Bermúdez y no Velasco (dato histórico que habría que corregir), el judaísmo tan raro por nuestras tierras y del cual tenemos una fuerte herencia religiosa. Hubo momentos, personalmente, que recordaba los terribles momentos de lo que era Sendero en los 80, bajo el gobierno de Belaunde y el nefasto primer gobierno de AGP, los apagones, los cortes de luz, el toque de queda, los perros muertos colgados en los postes, las masacres de campesinos, nuestros casi 70 mil muertos (más que cualquier país de América que no haya tenido conflicto externo); son situaciones que deben pasar al olvido.
Nuestro narrador, Mike, la madre, la Tía Nelly se fueron para dejar todo eso atrás, pero quiera uno o no, la historia la cargas contigo y te marca. Paterson City es pues la historia de muchos peruanos y de uno solo.